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Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi

Santiago de Estrada,
entre el Estado y la
institución católica
La trayectoria de un dirigente católico
desde Onganía a Macri

Introducción de 2016–, De Estrada suma 38 años en


puestos de poder nacional (secretario
En el último medio siglo, la vida política y subsecretario de Estado, embajador
argentina atravesó etapas bien diversas, político), local (auditor de la Ciudad
que comprenden desde sangrientas dic- de Buenos Aires) y electoral local
taduras hasta la efervescencia de parti- (legislador de dicha ciudad, hasta al-
cipación democrática; desde modelos canzar la vicepresidencia del cuerpo).
económicos mercado-internistas y pro- Dictadores como Juan Carlos Onga-
ductivistas hasta modelos neoclásicos nía o Jorge Rafael Videla; presidentes
de apertura de los mercados. En estas democráticos como Raúl Alfonsín,
décadas los elencos de gobierno se re- Carlos Menem y Mauricio Macri; pero-
novaron, las organizaciones políticas nistas y radicales; dirigentes partida-
sufrieron enormes transformaciones, el rios como Domingo Cavallo o Gustavo
Estado modificó sus modalidades de in- Béliz; todos ellos consideraron que De
tervención pública y la sociedad se plu- Estrada era un cuadro y dirigente polí-
ralizó y complejizó. ticamente significativo para designar-
Sobre el telón de fondo de estos lo en puestos importantes.
cambios estructurales, Santiago de En este artículo nos proponemos
Estrada de la Torre desarrolló una lar- dar cuenta de los factores que permi-
ga trayectoria en altos cargos guber- ten comprender las causas por las cua-
namentales y, en menor medida, elec- les una persona determinada es convo-
tivos. Desde 1967 hasta el momento cada por tan disímiles gobiernos. Para
de la escritura de este trabajo –inicios ello, reconstruiremos la historia de la

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vida de este personaje, procurando tima generación nativa de un frondo-
desentrañar, en la particularidad de su so árbol genealógico que se remonta
caso, nuevos conocimientos que apor- a Santiago de Liniers; tanto por parte
tan otras miradas sobre los procesos materna como paterna lo anteceden
sociales. En otras palabras, la historia hombres de acción pública: tres emba-
de vida es una estrategia en las cien- jadores ante la Santa Sede, un vicepre-
cias sociales para analizar desde otro sidente y tres ministros de la nación, y
enfoque –distinto al institucional– las numerosos parlamentarios.
configuraciones del vínculo entre reli-
gión y política, entre Iglesia católica y
Estado, en la Argentina en las últimas Formas de estudiar a
décadas.1 los actores religiosos
Lejos de buscar la respuesta en la en el Estado
excepcionalidad individual, indagare-
mos en los atributos sociales de San- Los vínculos entre religión y política
tiago de Estrada, en particular aque- en la Argentina han sido abordados de
llos ligados a su pertenencia al mundo diversas maneras. Algunos investiga-
católico. En particular, veremos que su dores han analizado la actuación pú-
trayectoria está jalonada por tres cues- blica de la Iglesia católica en distintos
tiones: la primera, y sociológicamente procesos políticos. Otros se han inte-
más relevante, es su carácter de cuadro resado en el desplazamiento de lo reli-
católico institucional, con un vínculo gioso hacia otras esferas de actividad,
privilegiado con la institución cató- desbordando a la institución eclesial.
lica y el movimiento católico que lo En esta línea, contamos con numerosos
coloca en el rol –real o potencial– de trabajos sobre el doble proceso de mi-
intermediario entre gobierno e Igle- litarización y catolización de la socie-
sia. La segunda cuestión es su vasta dad argentina, durante las décadas de
experiencia en la gestión del Estado, 1930 y 1950, que pusieron de relieve la
en general, y en materia de seguridad fuerte presencia de lo religioso en los
social, en particular, oficina estatal orígenes del peronismo; otros, traba-
que dirigió durante 14 años en cuatro jan desde la misma perspectiva sobre
etapas (1967-1968, 1976-1983, 1989- organizaciones de cuadros como Mon-
1991 y 1999). La tercera cuestión es toneros o Guardia de Hierro, y también
su carácter de heredero político,2 sép- ampliando la mirada a otras expresio-

1 La reconstrucción de la trayectoria de De Estrada se basa en dos entrevistas realizadas los días 27/3 y 3/4

del año 2013, en el marco de la investigación doctoral realizada por Guido Giorgi, bajo la dirección de Fortunato
Mallimaci y Luis Donatello. Salvo que se indique lo contrario, las citas presentadas en este artículo corresponden
a dichas entrevistas.
2 Sobre el tema, véase la obra de Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron Los herederos. Los estudiantes

y la cultura, de 1964. Temática luego retomada por Pierre Bourdieu y Monique de Saint Martin al estudiar
las trayectorias episcopales en Francia y distinguir los obispos entre herederos –con capital cultural familiar
propio acumulado– y los oblatos –los que le deben lo que son a la pertenencia exclusiva a la institución ecle-
sial–. Véase “La sainte famille. L’episcopat français dans le champ du pouvoir”, Actes de la recherche en sciences
sociales, Nº 44/45, París, 1982.

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Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
nes religiosas, como la participación en construcción de sus derroteros biográfi-
política de agentes evangélicos.3 Entre cos en toda su extensión, procurando dar
otras cuestiones, estos trabajos ponen cuenta de las transformaciones que cada
de manifiesto las principales modali- persona va atravesando a lo largo de su
dades por las cuales las sociabilidades vida (cf. Donatello, 2010; Cucchetti, 2010,
religiosas, en general, y las católicas, en Mallimaci y Cucchetti, 2011). Esta es la
particular, han aportado al acceso a po- opción metodológica que utilizaremos
siciones de poder político. en este artículo.
Justamente, la presencia en cargos
de gobierno de personas y de grupos
con una identificación pública religiosa El análisis de historias de
es un tópico recurrente para demostrar, vida como estrategia de
una vez más, cómo los espacios político estudio longitudinal
y religioso tienen múltiples puntos de
conexión. A las investigaciones sobre el La reconstrucción de una historia de
acceso de grupos católicos a la penetra- vida permite la descripción, el análisis
ción y control del Estado en el largo plazo y la interpretación de los hechos de la
(Mallimaci, 2015), durante los orígenes vida de una persona, para comprenderla
y los dos primeros gobiernos peronistas en su singularidad y como parte de un
(Mallimaci, 1988 y 1992; Bianchi, 1990; grupo. El principal aporte es dar cuenta
Caimari, 1995; Bosca, 1997; Zanatta, de qué manera las trayectorias se articu-
1999; Cucchetti, 2005), se han sumado lan con distintos mundos sociales, en el
las indagaciones sobre los cuadros cató- tránsito por el cual las personas adquie-
licos en regímenes dictatoriales, como los ren, consciente o inconscientemente,
autodenominados Revolución Argentina esquemas de percepción y clasificación,
(Giorgi y Mallimaci, 2012; Osuna, 2012; habilidades, atributos, recursos. Recor-
Galván y Osuna, 2014) y Proceso de Reor- demos que el relato de la vida de un in-
ganización Nacional (Canelo, 2008b; Ro- dividuo puede iluminar no solo un caso
dríguez, 2011), entre otros. particular, sino también un momento
En todos estos trabajos la pregunta histórico o un sector social, dado que
por la presencia de actores religiosos en una sociedad puede ser leída también a
el Estado –en especial católicos– se con- partir de una historia de vida (Mallima-
centra en procesos históricos particula- ci y Giménez Béliveau, 2006).
res, recortan un período determinado e En este sentido, la reconstrucción
indagan respecto de una oficina estatal, de una trayectoria exige seguir a una
una organización política, un grupo par- persona en sus múltiples mundos
ticular, entre otros objetos. Una estrategia sociales. Así como Pierre Bourdieu
complementaria para incursionar acerca (1997) advertía contra la ilusión de
de la presencia de cuadros católicos en la presentar una biografía como un des-
conducción del Estado consiste en la re- tino orientado, coherente y provisto de

3 Véanse las investigaciones de Marcos Carbonelli, Evangélicos y partidos políticos en Argentina. Anclaje terri-

torial y redención de la política, Saarbrücken, Editorial Académica Española, 2011; o Hilario Wynarcyk, Sal y luz a las
naciones. Evangélicos y política en la Argentina (1980-2001), Buenos Aires, Siglo XXI-ITDT, 2009.

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sentido, Erving Goffman alertó contra implica un trabajo de exégesis de los
“la costumbre de dar por supuesto que contextos de producción de cada entre-
el individuo puede tener realmente vista. En este sentido, la información
solo una [biografía], hecho garantiza- obtenida en las entrevistas no tiene
do por las leyes de la física antes que el carácter de dato “objetivo” –lo que
por las de la sociedad” (2003, p. 80). pasó– ni permite acceder al discurso
Por el contrario, cada individuo desa- de los agentes-en-juego, sino que es
rrolla diversas biografías en paralelo, mediada por el tiempo y por sucesivas
que expresan, en su identidad perso- interpretaciones y reinterpretaciones
nal, el carácter singularmente colec- autobiográficas.
tivo de cada persona. De esta manera,
se recupera la pluralidad de mundos
y submundos sociales en los que los La trayectoria de Santiago
agentes están inscritos (Fillieule, 2001, de Estrada, el intermediario
p. 207). La imagen que obtenemos es entre Iglesia y la política
la de hombres plurales que ocupan –o
no– múltiples posiciones instituciona- Heredero de una tradición romana
les (Boltanski, 1973). Cada trayectoria
es una unidad de análisis en la que es Santiago de Estrada de la Torre nació
posible rastrear los hilos de los mundos en 1935, en la Capital Federal. Séptima
sociales por los que han transitado y a generación nativa de un frondoso árbol
los que permanecen ligados. genealógico, es parte de uno de los lina-
Justamente, las potencialidades del jes más tradicionales de la Argentina.
análisis de historia de vida permiten dar En la época del nacimiento de nuestro
cuenta de los solapamientos, la sinuosi- protagonista, dicho mundo social “ele-
dad y la dimensionalidad múltiple de los vado” había iniciado una franca deca-
recorridos biográficos, y tomar nota de dencia (cf. De Ímaz, 1964; Losada, 2009,
las aparentes contradicciones que, lec- pp. 181-205).4 Debemos comenzar por
turas simplificadoras, encuentran en de- el origen social y familiar de De Estrada
terminadas trayectorias. Al fin y al cabo, para entender el medio social doméstico
¿qué aporte analítico conlleva a denun- en el cual se socializó, que lo convirtie-
ciar la contradicción entre ser funciona- ron en un heredero.
rio de una dictadura y también de un go- Su madre era hija de Jorge de la To-
bierno democrático? En su lugar, resulta rre, ministro de Justicia e Instrucción
heurísticamente más relevante buscar la Pública de la Nación (1936-1938) bajo
comprensión de las condiciones sociales la presidencia de Agustín P. Justo. De
que habilitan ese tipo de circulación. dicha cartera había sido ministro Calix-
Finalmente, las entrevistas en pro- to de la Torre (bisabuelo de De Estrada
fundidad exigen una serie de recaudos h.) durante la administración de Luis
metodológicos, en tanto son relatos Sáenz Peña (1892-1893), después de ser
ex post. La vigilancia epistemológica ministro de la Suprema Corte de Justi-

4 Para la reconstrucción del árbol genealógico de Santiago de Estrada trabajamos principalmente con los

datos de <http://www.genealogiafamiliar.net/>.

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cia (1886-1892) y antes de ocupar una de Estrada Perinchón de Vandeuil fue,
banca de senador nacional. Su tatara- también, el abuelo de Santiago Alber-
buela materna era hermana de Norber- to Miguel José Manuel de Estrada Elía,
to Quirno Costa, vicepresidente de la quien, a su vez, es el padre de nuestro
nación (1898-1904), integrante de “una personaje.
familia de largos años, incorporada a la Santiago de Estrada Elía estudió
alta vida de Buenos Aires”.5 Derecho en la Universidad de Buenos
La rama paterna comprende una Aires (UBA) y desarrolló una larga ca-
de las principales familias de notables rrera judicial y una militancia religio-
católicos de la Argentina. Los antece- sa de bajo perfil en distintos espacios
sores de De Estrada en Buenos Aires se del dispositivo del catolicismo integral
remontan seis generaciones hasta el Vi- (Mallimaci, 2015). A partir de 1954
rreynato del Río de la Plata: Santiago de intensificó su militancia al calor del
Liniers, virrey, y Juan Bautista de Estra- conflicto entre el gobierno justicialista
da, comerciante cantábrico arribado a y la Iglesia católica; 1955 fue un año ac-
Buenos Aires a principios del siglo XIX, tivo para los De Estrada, ya que varios
fueron los padres de sus trastatarabue- miembros de la familia se involucraron
los. Entre las ramificaciones familiares en la militancia católica antiperonis-
se encuentran numerosos hombres de ta, incluyendo las movilizaciones del
actuación pública, varios de ellos pú- Corpus Christi. Tras el derrocamiento
blicamente identificados con la institu- de Perón, Santiago de Estrada Elía y su
ción católica y la defensa de los valores hermano José Manuel serían de la par-
católicos de orden, autoridad y moral. tida de los fundadores de la Universi-
Carlos de Estrada Acha fue embajador dad Católica Argentina (UCA), en 1958,
argentino en Montevideo, en Madrid y e iniciaron un largo vínculo con esa
ante la Santa Sede (1931-1939). Uno de casa de estudios: en particular, De Es-
sus primos, José Manuel de Estrada Pe- trada Elía fue decano de la Facultad de
rinchón de Vandeuil, se destacó como Derecho en dos ocasiones (1967-1972
uno de los más fervientes opositores a y 1975-1985).
las leyes estatizadoras que enfrentaron Ese mismo año 1958, como parte de
a la Iglesia católica y al Estado argentino una estrategia del flamante presidente
en la década de 1880, en especial, sobre de la nación Arturo Frondizi, hacia el
el tema educativo y la regulación esta- movimiento católico, De Estrada Elía
tal de los tiempos vitales (nacimiento, fue designado embajador ante la Santa
casamiento y muerte). Un sobrino de Sede –para lo cual abandonó el Poder
este último, Ángel María de Estrada Judicial–, cargo que ocupó hasta 1961.
Biedma, también fue embajador ante Dicha ala nacionalista y católica incluía
la Santa Sede (1911-1914). José Manuel también a Mario Amadeo, Ángel Cen-

5 Así se la clasificaba socialmente en una nota de la edición del 8 de agosto de 1903 de la revista Caras y
Caretas, a raíz del fallecimiento de tan ilustre señora: “Ha sido hondamente sentida la muerte de la señora
Fernanda Quirno Costa de Basavilbaso, hermana del señor vicepresidente de la República y emparentada con
familiar de gran figuración en nuestro alto mundo social. […] Hija de una familia de largos años incorporada a
la alta vida de Buenos Aires”.

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teno y Oscar Puiggrós, quienes fueron El “eterno” funcionario
parte de los fundadores del Ateneo de
la República (Giorgi y Mallimaci, 2012), Al igual que su padre, Santiago de
que Santiago de Estrada Elía presidió, Estrada de la Torre cursó estudios se-
aun cuando el referente era Mario Ama- cundarios en el colegio Champagnat
deo.6 Abocado a la vida universitaria, (1952) y universitarios en Derecho en
De Estrada Elía fue convocado por se- la UBA (1960), al tiempo que trabajaba
gunda vez a ocupar la embajada en el como administrativo en una compa-
Vaticano, entre 1970 y 1973, para luego ñía de seguros. Su época de estudiante
volver definitivamente a la vida acadé- universitario coincidió con uno de los
mica en la UCA. momentos más álgidos políticamente
En resumidas cuentas, el entorno fa- del movimiento católico: formó parte
miliar en el que se socializó Santiago de de la militancia antiperonista en 1954-
Estrada estaba marcado por una larga 1955, se acercó al movimiento humanis-
sucesión de hombres –no mujeres– in- ta –expresión en la UBA del movimiento
volucrados con la cuestión pública: un católico integralista–, sin mantener una
vicepresidente, ministros de la nación, militancia duradera en ninguna organi-
parlamentarios, embajadores y miem- zación eclesial, ni tampoco en los parti-
bros del Poder Judicial. En tanto here- dos políticos que buscaron expresar un
dero, dicha tradición probablemente clivaje confesional –como la Unión Fe-
formara parte del mundo cotidiano deral, en la que era dirigente su padre, o
familiar y amical, situación que resultó la Democracia Cristiana.
afín al desarrollo de una actitud natural Tras obtener el título de abogado, es-
–en términos de Alfred Schütz– hacia tableció un estudio jurídico por un breve
la política y lo público.7 En particular, año, hasta que en 1962 fue nombrado
los De Estrada mantenían un estrecho como secretario de un Juzgado Nacional
vínculo con una parte del mundo ca- Criminal y Correccional, donde traba-
tólico, encarnando en cada ocasión las jó hasta enero de 1967. En ese momento
posiciones oficiales de la institución. se produjo la primera r-enovación en los
En este punto, la actuación pública de elencos de gobierno de la Revolución Ar-
la familia se encuentra atravesada por el gentina. Al frente de la Secretaría de Se-
proceso de romanización de la Iglesia, guridad Social del Ministerio de Bienestar
es decir, la centralización y unificación fue designado Samuel Medrano –asesor
de las Iglesias católicas nacionales bajo del ministro Roberto Petracca–, quien a su
la dirección del Vaticano. Podemos afir- vez ofreció a De Estrada tomar el puesto
mar que los De Estrada son, por ello, de subsecretario. Medrano era abogado,
una familia romana. miembro del Ateneo de la República y

6 La participación en el tipo de nacionalismo católico que se cristalizó en el Ateneo de la República era, para

los De Estrada, una cuestión familiar: a Santiago de Estrada Elía lo acompañaron dos de sus hermanos, Liniers de
Estrada y José Manuel de Estrada.
7 Guido Giorgi ha trabajado sobre la acción de la socialización doméstica, en la génesis de una disposición

hacia lo público-político, en un capítulo del libro de pronta aparición, titulado Política y familia. Las formas ele-
mentales de las trayectorias políticas.

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Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
profesor en la UCA y en la UBA. Justamente, Tras la salida del gobierno, De Estra-
entre 1962 y 1963, De Estrada había sido da retornó a la práctica privada del de-
jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra de recho en su estudio jurídico. Entre sus
Medrano en la Facultad de Derecho (UBA). nuevas relaciones incorporó al Sindicato
A los 31 años, sin experiencia ni en ges- del Seguro, probablemente mediante la
tión pública ni en política ni en materia reactivación de contactos establecidos
social, pero con una sólida inserción “en en la gestión y en su paso previo por la
círculos católicos en general”, De Estrada compañía aseguradora. En este marco,
ocupaba su primer puesto en un gobierno fue asesor letrado del Instituto de Servi-
nacional. cios Sociales para el Personal del Seguro
Aunque generacionalmente era más entre 1971 y 1976. Al mismo tiempo, ac-
joven, formaba parte de un conjunto de tuó como juez administrativo en el Tri-
individuos de origen católico, con una bunal de Seguros, en representación de
similar trayectoria colectiva –aunque ese sindicato.
no grupal–, quienes buscaron impo- El vínculo con el mundo sindical
ner un difuso proyecto político social era, a la vez, laboral y político. Al igual
y comunitarista –no comunista, no que muchos católicos integrales y so-
individualista, no nacionalista inte- ciales fuertemente identificados con la
gral–, uno de los puntos de referencia doctrina social de la Iglesia, De Estra-
más importantes de dicho gobierno de da se hallaba cercano a los tópicos de
facto y que se tradujo en discursos de justicia social enarbolados por el pero-
altas autoridades gubernamentales, en nismo, al mismo tiempo que rechazaba
políticas públicas y en estructuras de el tipo de liderazgo ejercido por Juan
gobierno, notablemente en los ministe- Perón. De esta manera, a lo largo de su
rios de Bienestar Social, de Relaciones vida ha trabajado frecuentemente con
Exteriores e Interior. sindicatos peronistas; a fines de la dé-
A mediados de 1968 fue designado cada de 1980 se afilió al Partido Justi-
secretario de Promoción y Asistencia de cialista (PJ) y, en la entrevista que man-
la Comunidad (SEPAC) en el mismo Mi- tuvimos en 2013, él se definía como “un
nisterio.8 Esto exigía competencias nue- socialcristiano” con muchas afinidades
vas, dentro de la misma área de inter- con el justicialismo.9
vención pública: “ahí armé un equipo y El vínculo con el Sindicato de Seguros
trabajé en otros temas que eran diferen- es clave, ahora, para entender las condicio-
tes, pero todos eran temas sociales, por nes de posibilidad para su regreso a la Se-
supuesto”. El paso por la SEPAC concluyó cretaría de Seguridad Social, nuevamente
abruptamente con la dimisión del gene- como parte de otro gobierno dictatorial:
ral Onganía a la Presidencia de la dicta-
dura en junio de 1970, y la consecuente Antes de que se produjera el golpe del
caída del gabinete en pleno. 76, durante los meses anteriores, había

8Sobre la SEPAC, véanse los trabajos de Gabriela Gomes, Florencia Osuna y Guido Giorgi (en Galván y
Osuna, 2014).
9 Ciertamente, este es un sentido solamente válido para el momento de la entrevista, aunque se correspon-

de con los mundos sociales por los que circuló.

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Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 121 revista de ciencias sociales, segunda época
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una situación muy complicada en el Entre los funcionarios del llamado
país, evidentemente. Yo en ese momento Proceso de Reorganización Nacional,
era asesor del Sindicato del Seguro, cuyo De Estrada se destacó por haber perma-
secretario general era [José] Báez, que necido en el cargo durante todo el go-
era vicepresidente del Partido Justicia- bierno del terrorismo de Estado, desde
lista. Y tenía bastante relación gremial. marzo de 1976 hasta diciembre de 1983,
Y hubo una serie de reuniones entre y sobrevivir a los cinco dictadores y a los
dirigentes sindicales y militares que no cuatro ministros del área. Durante su
estaban en el gobierno pero… bueno, gestión, llevó adelante, para su sector,
no digo preparando el golpe, pero sí en una agenda inspirada en ciertos prin-
función del clima… cipios de la doctrina social de la Iglesia,
[…] Por eso yo me hice más conocido, como el de solidaridad y el de participa-
porque tuve que intervenir varias veces en ción, lo que produjo un enfrentamiento
algunas reuniones de gente que no cono- con los funcionarios del Ministerio de
cía, militares que prácticamente no cono- Economía, en torno al financiamien-
cía. Entonces, ahí se ve que averiguaron: to del sistema previsional y los aportes
“seguridad social, ¿quién sabe?”, y ahí me patronales (Osuna, 2012). Esta disputa
llamaron. Así fue. fue un exponente de las líneas internas
existentes, que si bien aceptaban y ava-
Su actuación como articulador entre laban los crímenes de lesa humanidad,
fracciones del sindicalismo peronista y tenían propuestas distintas sobre temas
grupos de militares deseosos de tomar concretos (Canelo, 2008a y 2008b). De
el poder lo introdujo en un circuito Estrada encarnaba a los sectores cató-
acotado de posibles candidatos a ocu- licos y tecnocráticos en tensión y su-
par la Secretaría de Seguridad Social bordinados al equipo económico enca-
de la Nación. Como en toda designa- bezado por el católico y librecambista
ción de funcionarios, el espectro de José Martínez de Hoz, que replicaban
opciones para la búsqueda de las per- los enfrentamientos comunes entre el
sonas “idóneas” es limitado en función área social y el área económica: “la puja
de una serie de criterios implícitos, de quien maneja el área social siempre
entre los cuales se encuentra, general- es con el equipo económico, cualquiera
mente, la experiencia previa en el car- sea ese equipo. Uno recauda, otro gasta.
go junto con las simpatías políticas de En Seguridad Social tenía recaudación
los candidatos. De Estrada reunía su- propia, pero con estos temas, la puja era
ficientes antecedentes para los nuevos con el equipo económico”. Justamente,
gobernantes de facto: experiencia en la a la autonomía presupuestaria se debe
materia, aval de los actores no estata- en parte la supervivencia de De Estrada.
les de dicha área de políticas públicas El fin de la dictadura cívico-militar no
–los sindicatos–, probada afinidad con significó, para De Estrada, ni la conclu-
un régimen militar –por su paso por la sión de sus tareas públicas ni la condena
Revolución Argentina– y vínculos con por haber sido funcionario en todo el pe-
los golpistas establecidos en las reu- ríodo dictatorial. Mostró continuidades
niones entre sindicalistas y militares y negociaciones múltiples: el flamante
antes de marzo de 1976. presidente Raúl Alfonsín lo designó em-

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Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
bajador ante la Santa Sede, a comienzos durante todo el período presidencial de
de 1984, tras un trunco ofrecimiento la Unión Cívica Radical (UCR). En 1989,
para que continuara como secretario de tras seis años en Roma, había adquirido
Seguridad Social, esta vez de un gobier- una visibilidad política, en gran parte,
no democrático. Si consideramos que, debido a su capacidad de servir como
en la selección de los embajadores ante intermediario entre el gobierno radical,
la Santa Sede, la Conferencia Episcopal la Iglesia católica y el Estado del Vatica-
Argentina y el Vaticano suelen tener voz no. La primera visita “pastoral” del papa
–depende de gobierno de turno–, voto y Juan Pablo II a la Argentina se realizó en
veto, junto a la trayectoria familiar de los ese período. En 1982 el papa Juan Pa-
De Estrada como embajadores en el Va- blo II había estado unos días en Buenos
ticano, podemos suponer con alto grado Aires, pidiendo por la paz y el fin de la
de certeza que su candidatura contó con guerra con Gran Bretaña por el control
el respaldo de ciertos obispos, al mismo de las islas Malvinas.
tiempo que mostraba la orfandad de En el ciclo electoral de 1989, esto se
vínculos y conocimientos del gobierno tradujo en distintas ofertas para conti-
radical de la estructura y el mundo ca- nuar su carrera pública. A principios de
tólico. Ocupaba así el mismo cargo que ese año, aceptó la candidatura, como
había estado en manos de su padre en extrapartidario, a primer diputado por
dos ocasiones, de su tío abuelo segundo la Confederación Federalista Indepen-
y de un tío bisabuelo lejano. Si bien en las diente, una alianza entre diversos par-
entrevistas que mantuvimos, De Estrada tidos conservadores encabezada por el
rechazó la idea de que sus antecedentes Partido Federal. Tras una corta campa-
familiares lo hayan favorecido en la de- ña, en julio de 1989 obtuvo el 7,19% de
signación, ciertamente lo benefició en su los votos emitidos, suficientes para ob-
desempeño diplomático: tener una única banca parlamentaria.
Sin embargo, De Estrada no asumió –lo
Por supuesto, el apellido [De Estrada] hizo el segundo en la lista, Andrés Fes-
en Roma me facilitó las cosas. Por ejem- cina–, ya que optó por aceptar el ofre-
plo, cuando yo fui embajador, el secre- cimiento que el electo presidente Car-
tario de Estado de Juan Pablo II en ese los Menem le hizo para que asumiera
momento era el cardenal [Agostino] como secretario de Seguridad Social y
Casaroli, que era un gran personaje de presidente del PAMI.
la Iglesia, que había sido amigo de mi Este tercer retorno a Seguridad Social
padre en sus embajadas, en cargos más fue posible por el entramado de otras re-
bajos Casaroli, pero lo conocía. Bueno, laciones que De Estrada fue tejiendo en
eso me facilitó las cosas. Lo cual, bue- el marco de las actividades protocolares
no, nada más que facilitarlas, no impli- que debía llevar adelante en el Vaticano,
caba nada más […] Pero por lo menos al recibir a obispos, dirigentes sociales y
hay un conocimiento previo que ayuda políticos y a líderes empresariales. Al fi-
en la gestión, sin dudas. nal de su mandato recibió a los candida-
tos a presidente que, en plena campaña,
De Estrada ocupó la representación di- cumplían con el ritual –que continúa
plomática argentina ante la Santa Sede hasta la fecha– de visitar al Santo Padre

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Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 123 revista de ciencias sociales, segunda época
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para obtener su legitimidad. Los conten- en la gestión gubernamental –secreta-
dientes presidenciales, Carlos Menem rio de Seguridad Social.
(PJ) y Eduardo Angeloz (UCR), aprove- Su tercer paso por Seguridad Social
charon la ocasión para reunirse con los duró hasta 1991, cuando renunció por
obispos argentinos y discutir sus futuras diversas razones, entre ellas su negativa
agendas de gobierno. En esas tertulias, a apoyar completamente la reforma que
De Estrada recibió el apoyo de parte de transformó el sistema previsional de
la jerarquía eclesial para continuar en la reparto a capitalización: “Yo no estaba
representación vaticana. Considerando totalmente en contra pero no me gus-
este respaldo, Menem buscó mantener a taba la forma como se estaba encaran-
De Estrada dentro de su gobierno, pri- do”. En efecto, durante 1990, De Estrada
mero le ofreció continuar como embaja- proponía un sistema mixto de reparto
dor en el Vaticano: con opción a capitalización, frente a la
avanzada del Ministerio de Economía
…yo era candidato a diputado en con- para establecer un régimen privado de
tra de él. Entonces me pidió que viniera capitalización, el cual terminaría impo-
a Buenos Aires, vine a Buenos Aires, me niéndose (cf. Jáuregui, 1991).
ofreció de nuevo seguir como embaja- Tras abandonar el gobierno en 1991,
dor, le dije que no. Me ofreció entrar a volvió a intentar suerte como candida-
su gobierno, y le dije: “Mire, esperemos to a diputado nacional por el mismo
que haya la elección, yo soy candidato a armado político, esta vez sin lograr el
diputado, supongo que voy a ser electo. mínimo de votos para la banca. Entre
Después conversamos”. Efectivamente, este intento fallido y hasta que fue con-
fui electo, me reiteró la oferta. Y como vocado para la Secretaría de Desarrollo
yo había trabajado toda mi vida en ese Social de la Nación, en 1998, se mantuvo
tema [Seguridad Social], realmente me “fuera de la cosa pública”. Se reconvirtió
interesó y asumí. en consultor en materia de seguridad
social, asesorando a sindicatos en el pro-
Una tercera propuesta también se origi- ceso de adecuación a las reformas del
nó en los contactos establecidos como sistema previsional. También participó,
embajador. El primer canciller de Me- como asesor, de la AFJP Futura, propie-
nem, Domingo Felipe Cavallo, le ofre- dad compartida entre varios sindicatos,
ció el puesto de secretario de Culto de entre ellos el de Seguros.
la Nación, que depende de la Cancillería Su cuarto retorno al gobierno fue
–que declinó–, luego de haberlo contac- en 1998. En mayo de ese año Ramón
tado en Roma en las audiencias proto- “Palito” Ortega reemplazó a Eduardo
colares. De la secuencia de la oferta de Amadeo como secretario de Desarrollo
cargos por parte del nuevo gobierno, se Social. Del entorno de Ortega surgió el
desprende que las credenciales de De nombre de De Estrada para ocupar una
Estrada estaban estrechamente ligadas a subsecretaría:
dos núcleos privilegiados: primero a sus
vínculos con la Conferencia Episcopal Y ahí varios amigos… yo no lo conocía a
Argentina –embajador en la Santa Sede quien fue designado secretario de Desa-
y secretario de Culto– y a su experiencia rrollo Social, Ortega, yo no lo conocía…

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 29, otoño de 2016, pp. 115-134 124 Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi
Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
pero varios amigos me convencieron, me ficados con el catolicismo institucional,
ofrecieron y me convencieron de si que- igual que Ludovico Videla.11 Nuevamen-
ría volver. A mí me interesaba el tema, te, la circulación por redes católicas re-
siempre me interesó, siempre he estado sultó clave para que De Estrada accedie-
vinculado a lo social. Bueno, tuve una ra a las altas cumbres gubernamentales.
reunión con Ortega, tuve una reunión En la Secretaría de Desarrollo Social
con otra gente y demás, y resolví aceptar. ofició de primus inter pares respecto de
los otros dos subsecretarios, Horacio
De acuerdo con la reconstrucción que Rodríguez Larreta y Jorge Capitanich.
pudimos hacer, el nombre de De Estra- Abocado a su campaña electoral, Ortega
da fue sugerido a Ortega por Ludovico había delegado en De Estrada la firma,
Videla, parte de un equipo de asesores instrumento de la autoridad político-
en torno de la precandidatura presi- administrativa del secretario, convir-
dencial del flamante secretario, junto a tiéndolo en algo así como “subsecreta-
Orlando Ferreres, Patricio Zavalía Lagos rio general de la Secretaría”.
y el hermano de la Congregación Ma- Los compromisos de De Estrada con
rista Eugenio Magdalena.10 Videla ha- las posiciones episcopales de la Igle-
bía sido subsecretario de Coordinación sia tuvieron sus efectos rastreables en
Técnico-Administrativa de la gestión la gestión, por ejemplo, en materia de
de Luis Prol, en 1994. Videla dividía sus salud sexual y reproductiva. De Estra-
energías entre la consultoría financiera da era quien decidía qué proyectos se
y la actividad académica en la UCA, cuya aprobaban y cuáles eran rechazados o
Facultad de Ciencias Económicas llegó demorados –“cajoneados”, en la jerga de
a dirigir. Videla y De Estrada compar- la administración pública–. Ese poder le
tían varios espacios: ambos eran perso- permitía controlar el flujo y obstaculizar
nalidades en la Universidad Católica, y los proyectos que involucraban algún
habían coincidido en las comisiones de contenido de educación sexual autóno-
Pastoral Social y de Justicia y Paz de la mo para las mujeres.12
Conferencia Episcopal Argentina. De La presencia de un cuadro como De
Estrada ocupaba un lugar de referencia Estrada suponía un vínculo más fluido
dentro del grupo de dirigentes católicos con los representantes de la Iglesia ca-
cercanos al Episcopado, como parte de tólica y, por ende, una mayor facilidad
los funcionarios explícitamente identi- en el acceso a los recursos. Por ejem-

10 Esto se desprende de las numerosas entrevistas que realizamos para la tesis de doctorado sobre los altos

cuadros de gobierno de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación (1994-2011).


11 Según una nota periodística de la época: “En el seno del orteguismo reconocían incluso que la elección de

De Estrada, para quien se creó especialmente la subsecretaría de Desarrollo Social, y las de otros militantes del
catolicismo fueron previamente consultadas con la Iglesia” (Clarín, 5/5/1998: “Un equipo con sello menemista”).
12 Uno de los entrevistados para nuestra tesis de doctorado, director nacional en esa época, contaba lo si-

guiente: “bochó muchos expedientes nuestros que tenían que ver con el control de la natalidad. Cada proyecto
comunitario que hacíamos generaba un expediente, porque demandaba una salida de dinero de la Secretaría
[…] Era un proyecto gordo, y él los leía. Y había muchos de educación sexual: control de la natalidad, a las muje-
res les enseñábamos a ponerse el DIU, repartíamos preservativos, y hablábamos del aborto… ¡si es una práctica
cotidiana! Y él esos los bochaba, les ponía una cruz. Ahí salía su cosa…”.

Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi


Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 125 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 29,otoño de 2016, pp. 115-134
plo, en diciembre de 1998 –durante su cilitaba mucho: yo fui embajador ante la
gestión– Cáritas Argentina firmó un Santa Sede cinco años. Y eso me dio…
convenio para ejecutar un préstamo del y además soy católico, pero eso me per-
Banco Interamericano de Desarrollo, des- mitió conocer muchos obispos, práctica-
tinado a asistir a los damnificados por las mente todos”. Ser “católico” aquí implica
inundaciones que asolaron la provincia de no solo una adhesión a un sistema de
Santa Fe, entre octubre de 1997 y mayo de creencias, sino una inserción a un mun-
1998. Luego de la partida de De Estrada a do de relaciones sociales e instituciona-
Seguridad Social, el convenio se paralizó, les legítimas y legitimadas. Sobre la base
lo cual suscitó una denuncia pública del de dicha pertenencia, “lo cual facilitaba
presidente de Cáritas, obispo Rafael Rey.13 las cosas”, De Estrada llevó adelante su
Llamativamente, las acusaciones públicas gestión desde el trabajo conjunto:
de Cáritas eximían de responsabilidad a
De Estrada y señalaban al jefe de Gabine- Cuando había un problema, el obispo
te, Jorge Rodríguez, por retener los fondos me llamaba o yo lo llamaba. A veces está-
como represalia a las críticas de monseñor bamos de acuerdo, otras no; a veces pe-
Rey a la situación social. dían y no se podía, o… Pero era otro tipo
Este es un buen ejemplo del fun- de relación. […] No una relación de des-
cionamiento del vínculo preferencial conocidos, sino de gente que se conocía
–personalizado– de De Estrada con los y los dos querían ver qué se podía hacer.
obispos y otros altos cuadros eclesiales,
agentes clave no solo en la gestión y apli- Resumidamente, los vínculos estableci-
cación de la política social, sino también dos por De Estrada a lo largo de su tra-
en la intervención en la agenda pública yectoria político-religiosa condiciona-
sobre el tema: ron y habilitaron determinado estilo de
gestión, que generó canales de diálogo y
Bueno, en el caso mío [el vínculo con la de trabajo a partir de afinidades y lazos
Pastoral] siempre fue muy bueno. […] previos.
Me acuerdo que en ese momento el pre- En diciembre de 1998, Ortega asu-
sidente de la Conferencia Episcopal de mió una banca en el Senado de la Na-
Argentina era [monseñor Estanislao] ción. Aunque se mencionó a De Estrada
Karlic, actual cardenal, que era arzobis- como su reemplazante,14 fue designado
po de Paraná. Que es muy amigo mío, el exsenador por Santiago del Estero
lo conozco desde hace varios años, una José Figueroa. En enero renunciaron los
relación de mucha confianza. tres subsecretarios, pero “me pidió el
presidente en ese momento [Menem]
De acuerdo con De Estrada, dicho cono- que me quedara”. Finalmente, en junio
cimiento previo se asienta en su paso por de 1999, el ministro de Trabajo y Seguri-
la Santa Sede y su condición de católico: dad Social José Alberto Uriburu lo con-
“En el caso mío había una cosa que fa- vocó a ocupar, por cuarta vez en su vida,

13 La Nación, 20/7/1999, “El Gobierno respondió al obispo Rey”; y La Nación, 22/7/1999: “Una demora del

Gobierno priva a Cáritas de los fondos”.


14 La Nación, 9/11/1998, “Ortega aspira a que Menem ascienda a su segundo, Santiago de Estrada”.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 29, otoño de 2016, pp. 115-134 126 Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi
Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
el despacho de secretario de Seguridad vo la vicepresidencia de la Legislatura,
Social. Descendiente de un linaje fami- y tuvo que dirigir el proceso de juicio
liar similar al de De Estrada, Uriburu político y destitución del jefe de Go-
había sido director de la casa editorial bierno Aníbal Ibarra, en 2006. Como
Ángel Estrada.15 síntesis de la imagen que tenían sobre
La carrera posterior de De Estrada él sus pares legisladores, De Estrada
estuvo ligada a las actividades partida- recibió el apodo de “el Obispo”, eti-
rias. Se involucró en la interna del justi- queta que explicitaba su estrecho vín-
cialismo de la Ciudad de Buenos Aires y culo con la Iglesia católica.
apoyó a Eduardo Duhalde para las pre- Cuando el PRO asumió el gobierno
sidenciales de 1999. Luego, fue electo de la Ciudad, en diciembre de 2007, De
legislador de ese distrito por la lista En- Estrada no ocupó ningún cargo de ges-
cuentro por la Ciudad, la alianza entre tión, aun cuando era uno de los pocos
los partidos Acción por la República, con experiencia en gestión estatal.
de Cavallo, y Nueva Dirigencia, de Gus- Imposibilitado de optar por un ter-
tavo Béliz. Aunque tenía relación con cer mandato legislativo, fue designado
ambos exministros menemistas, De como auditor general de la Ciudad de
Estrada respondía a Cavallo. Rápida- Buenos Aires en representación del PRO.
mente, esta alianza electoral eclosionó A los 72 años, el nombramiento en un
y liberó a sus miembros de la discipli- órgano de control parecía el preludio
na de bancada. En los realineamientos de un retiro honorable. En ese cargo de
posteriores, De Estrada se convirtió en segundo orden transcurrieron los ocho
el presidente de la bancada justicialista años de gobierno porteño del PRO, hasta
de legisladores, formada ad hoc. diciembre de 2015, cuando sus servicios
Sin abandonar esa identificación fueron reclamados por el gobierno na-
partidaria, Horacio Rodríguez Larre- cional presidido por Mauricio Macri.
ta lo invitó a sumarse a Compromiso Con 80 años, De Estrada fue nom-
para el Cambio, partido que impulsó brado secretario de Culto de la Nación.
la candidatura a jefe de Gobierno de Esta designación se inscribe en la bús-
Mauricio Macri en 2003. Por esa lista queda del nuevo gobierno de derecha por
fue reelecto, por un segundo perío- generar, una vez más, un vínculo estrecho
do, como legislador porteño. A los 68 con la institución católica y con el papa
años, era una figura de peso. Por un Francisco, lo que demuestra la importan-
lado, era un referente de uno de los cia, validez y significancia que los gobier-
dos grupos informales en los cuales se nos democráticos le siguen atribuyendo a
dividió el bloque de legisladores que esa relación. Mientras la prensa señalaba
respondían a Macri, el grupo Nogaró, que Macri no había recibido saludos des-
que reunía a “representantes de la de- de el Vaticano, De Estrada trabajaba para
recha y de extracción peronista más o que el nuevo presidente fuera recibido en
menos conocidos” (Vommaro, Morresi Roma, audiencia que se anunció para fi-
y Bellotti, 2015, p. 115). De allí, obtu- nes de febrero de 2015.

15 Sobre los Uriburu, véanse Fernández Lannane (1989) y Giorgi (2014).

Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi


Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 127 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 29,otoño de 2016, pp. 115-134
Esta postergación ha producido nu- años, salvo contados momentos en los
merosos editoriales de los grandes me- que se refugió en la actividad privada,
dios argentinos que comenzaron a criti- ocupó cargos relevantes en materia de
car al papa Francisco por su indiferencia seguridad social, de políticas asisten-
frente al nuevo presidente Macri, con- ciales, de asuntos religiosos y en tareas
trastada con las numerosas amabilidades diplomáticas, y también en cargos elec-
dispensadas a la expresidenta Cristina tivos. Si bien él afirma que su actuación
Fernández. La atención y solidaridad pri- como funcionario “fue siempre de tipo
vilegiada de varios obispos y sacerdotes técnico”, sabemos que esas posiciones
católicos a la considerada “primera presa fueron también de naturaleza partida-
política de la democracia”, la dirigenta ria, en los niveles de gobierno –secreta-
de movimientos sociales Milagro Salas, rio, subsecretario, embajador político,
muestra las nuevas tensiones que están no de carrera– y no en la administra-
surgiendo entre el antiliberalismo católi- ción pública.
co, de sensibilidad popular y latinoameri- Dicho esto, recuperamos la pregunta
cana, y la primera experiencia democráti- esbozada al inicio de este trabajo: ¿cuá-
ca de un gobierno de derecha liberal. les son los rasgos sociológicos presentes
Como indicaba el periódico La Na- en De Estrada que lo convirtieron en una
ción: “influyó en la mejora del vínculo que figura atrayente para gobernantes como
se gestó entre Macri y el Papa, la designa- Raúl Alfonsín y Juan Carlos Onganía,
ción de Pfirter y del secretario de Culto, Carlos Menem, Mauricio Macri y Jorge
Santiago de Estrada, un histórico aboga- Rafael Videla; y para asociaciones polí-
do de muy buenos vínculos con la Igle- ticas disímiles como un sindicato pero-
sia”.16 Al igual que en otros momentos de nista, el Partido Justicialista y el partido
su vida, se lo convocaba para que pusiera del neoliberal Domingo Cavallo? Cierta-
en juego sus vínculos privilegiados con mente, no existe una respuesta unívoca
la Iglesia, en general, y con un obispo en a este interrogante. Empero, podemos
particular, Jorge Bergoglio, con quien ha- considerar tres factores que aparecen re-
bían trabajado juntos cuando este último currentemente a lo largo de su trayecto-
era arzobispo de Buenos Aires. ria: primero, su origen social “privilegia-
do”, que lo dota de recursos familiares
para maniobrar en política y, antes que
Tres claves de análisis: nada, para interesarse por la cuestión
heredero, intermediario, pública; segundo, su vasta experiencia
especialista en el Estado, en general, y en materia de
seguridad social, en particular; y terce-
Desde que asumió su primer cargo en ro, su pertenencia al mundo religioso y
un gobierno en 1967, la vida de San- sus múltiples contactos con autorida-
tiago de Estrada ha transcurrido den- des eclesiásticas, lo que lo transforma
tro del Estado, como parte de los más en un dirigente y cuadro católico con la
diversos gobiernos. En los últimos 49 posibilidad de ser intermediario privile-

16 La Nación, 29/12/2015, “Macri apuesta a redefinir la relación con Francisco y evalúa una inminente visita”.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 29, otoño de 2016, pp. 115-134 128 Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi
Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
giado con la Conferencia Episcopal Ar- políticas. Este fenómeno señala, clara-
gentina. Hagamos una breve referencia mente, la capacidad socializadora del
a cada uno de estos factores. medio social doméstico.
El primero se relaciona con su ca- De esta manera, para un heredero
rácter de heredero, perteneciente a una como De Estrada resulta sociológicamen-
dinastía de notables católicos que se re- te mucho más fácil iniciar una carrera po-
monta, al menos, 200 años hasta el régi- lítica –empresarial, profesional o militar–
men colonial. Como vimos, De Estrada y avanzar en ella con menos dificultades.
pertenece a un medio doméstico pro- También, un heredero mantiene una
fundamente atravesado por la política, “actitud natural” –en términos de Alfred
con un linaje de ancestros comprometi- Schütz– ante la actividad política, ya que
dos con la vida pública. Justamente, los esta forma parte de su mundo cotidiano
vínculos de parentesco constituyen el y por ello requiere de él una menor in-
primer ámbito de socialización política versión subjetiva para desenvolverse en
y una fuente de recursos para manio- ella. Esa actitud natural en relación con
brar, tanto política como socialmente la cuestión pública puede aportar a com-
(Wolf, 1990, p. 24). Los herederos polí- prender la facilidad con la que De Estrada
ticos son aquellos individuos que pro- integró gobiernos de signo tan disímil.
vienen de entornos familiares en los El segundo factor reside en los sabe-
que la actividad política forma parte res prácticos sobre el funcionamiento
del repertorio de prácticas posibles y real del Estado y sobre las políticas de
deseables, que se transmite entre gene- seguridad social, adquiridos de mane-
raciones sea por un deber parental, sea ra progresiva con cada nuevo cargo. De
por la atracción que transmiten, entre Estrada es, quizá, una de las personas
su entorno cercano, aquellos que la con mayor experiencia en altos cargos
practican. Los herederos se caracteri- de gobierno, no solamente en cantidad
zan porque disponen de una herencia de años, sino por la diversidad de los
política, a través de “distintos bienes, gobiernos en los que se desempeñó. Al
capacidades y conocimientos transmi- mismo tiempo, puede acreditar un pro-
tidos ‘desde la cuna’”, que compren- fundo conocimiento en materia de segu-
den “desde un conjunto de relaciones ridad social: fue el funcionario respon-
que facilitan la carrera individual a un sable del diseño del sistema previsional
savoir faire que […] permite que un nacional vigente desde 1968, de muchas
individuo se conduzca en este ámbi- de sus transformaciones y de las vísperas
to con familiaridad” (Ferrari, 2008, p. a su desmantelamiento en 1991. Aquí
178). En términos más concretos, este debemos distinguirlo de un experto: su
capital familiar brinda acceso a “redes, conocimiento especializado es producto
reputación, clientelas, conexiones con de la experiencia práctica en la gestión,
donantes de dinero para eventuales y no proviene del esfuerzo activo de for-
campañas” (Joignant, 2012, p. 607). mación académica anterior. Es decir, su
Cuando la pasión por la política, los larga trayectoria pública no se explica
contactos y los recursos políticos se por esas credenciales expertas, aunque
transmiten entre más de dos genera- sí permiten entender su recurrencia en
ciones, se podría hablar de dinastías el área de seguridad social.

Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi


Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 129 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 29,otoño de 2016, pp. 115-134
Pero el factor singular –socialmen- que ocupó, aun cuando en cada caso
te singular– que marca la trayectoria de coadyuvaran otros factores.
Santiago de Estrada, desde su juventud Ahora bien, debemos cuidarnos de
hasta la actualidad, es su compromiso considerar a Santiago de Estrada como
con el núcleo institucional del movi- una excepcionalidad. Todo lo contrario,
miento católico argentino. Desde niño, él es un exponente de cuadro católico,
participó de los entramados de sociabi- agentes políticos socializados en un
lidades religiosas en una etapa de pleno mundo católico, muchos de los cuales
vigor de la matriz del catolicismo inte- logran ocupar cargos de primera línea
gral. Durante su infancia en la parroquia, en el Estado, a lo largo de su trayectoria.
en la Acción Católica, en la efervescencia En sus trayectorias políticas y públicas
del levantamiento antiperonista, en su su pertenencia a redes católicas es un
paso como docente por la Universidad factor decisivo (Mallimaci, 1992 y 2015;
Católica y en su aproximación a círculos Donatello, 2011, p. 281). Las redes que
sociales como el Ateneo de la República, operan en este sentido no son siempre
o como miembro de las Pastorales de la las mismas, y la incorporación de cua-
Iglesia, en los ámbitos de sociabilidad dros católicos en altos cargos de gobier-
que le abrió su padre –una suerte de he- no no siempre debe interpretarse como
rencia de vínculos eclesiales–, y los que él un acuerdo o un alineamiento o subor-
mismo pudo generar, cultivar y reforzar, dinación con la jerarquía eclesial.
De Estrada estableció lazos con futuros En este caso, su estrecha identifica-
obispos y logró una posición propia den- ción y sus conexiones con las posiciones
tro del mundo eclesiástico. oficiales de la Iglesia dan cuenta de él
Esta participación en espacios insti- como un católico institucional mariano
tucionales de la Iglesia católica lo inviste (Giménez Béliveau, Irrazábal y Ortiz,
de un nexo privilegiado –real o poten- 2013, pp. 94-96), inscrito en un linaje
cial– con los dirigentes de la Iglesia familiar romano, es decir, alineado his-
católica argentina. En otros términos, tóricamente con la diplomacia vatica-
puede actuar como un intermediario na. Como demostramos, él se apoya, en
informal entre un gobierno cualquiera distintos momentos de su trayectoria,
y la institución eclesial. A partir de una en los recursos individuales y colectivos
confianza de tipo personal y anterior, provistos por un vínculo privilegiado
De Estrada puede trabajar en establecer con la Iglesia católica. Parte de su pres-
canales de diálogo con decisores dentro tigio proviene de esa representación
de la Iglesia católica argentina, convir- “eclesial”, sin ser un especialista religio-
tiéndose así en un actor políticamente so ni un laico consagrado. Esto no signi-
útil para las relaciones entre políticos y fica que sea “el” candidato de la Iglesia,
eclesiásticos. En la dinámica de la doble o que se arrogue su representación. Pero
dislocación de lo religioso en lo político sí es cierto que la percepción en los par-
y lo político en lo religioso, De Estrada tidos políticos y gobiernos dictatoriales
es parte del plano de intersección e inte- de dicho vínculo, cultivado largamente,
racción. Esta credencial de intermedia- lo hace acreedor de unas credenciales
rio es el denominador común –implícito diferenciales respecto del resto de los
o explícito– de todos los cargos públicos individuos. Estas credenciales de porta-

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 29, otoño de 2016, pp. 115-134 130 Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi
Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica
voz de actores sociorreligiosos tienen un Así, los partidos políticos y movimien-
efecto particular en la vida cotidiana del tos sociales buscan tener “políticas para
Estado, en la toma de decisiones en polí- los grupos religiosos” y los grupos reli-
ticas públicas y en la dinámica de repre- giosos buscan tener “pastorales socio-
sentación política, especialmente cuan- religiosas” para el Estado, la sociedad
do esas representaciones políticas no se política y la sociedad civil, de la misma
manifiestan autónomas o distantes o te- manera que el Estado hace partícipes a
men del poder eclesial. Su presencia en los grupos religiosos en la mayoría de
el largo plazo muestra la permanencia los campos: educacional, social, judicial,
de los rasgos de un imaginario identi- laboral y político (Mallimaci y Esquivel,
tario católico en el funcionamiento del 2011; Mallimaci, 2014). En este sentido,
Estado, y la poca permeabilidad social agentes como De Estrada garantizan,
y subjetiva que existe en la dirigencia para los actores eclesiásticos, un “hom-
partidaria hacia la construcción de un bre propio”, que gestione la cuestión pú-
Estado más laico, diverso y plural. blica; y para el gobierno, un interlocutor
Entonces, por un lado tenemos a un que facilite el diálogo con la Iglesia. Un
perfil determinado –heredero, católico intermediario entre ambos mundos.
institucional mariano y experimentado En este contexto, lo religioso y lo ca-
conocedor del Estado, en general, y de tólico son factores con gran capacidad
seguridad social, en particular–, que se de interpelación pública y fuente de le-
articula con una configuración particu- gitimidad política. En todo lo anterior,
lar del mundo político en la Argentina vemos la manera en que los vínculos
en la última mitad del siglo XX: una laici- establecidos por De Estrada a lo largo
dad de subsidiariedad plural, en la cual de su trayectoria político-religiosa con-
el monopolio del catolicismo en materia dicionan y habilitan determinado estilo
religiosa ha cedido a una mayor diversi- de gestión, y promueven canales de diá-
dad. En efecto, desde mediados del siglo logo y de trabajo a partir de afinidades y
XIX, en la Argentina ha dominado un lazos previos.
tipo de laicidad de subsidiariedad carac- En suma, sea por el tipo de cultura
terístico de las modernidades latinoa- católica en que gran parte de los actores
mericanas. En este modelo el mundo políticos se han socializado –y que creen
religioso no queda separado del mundo que persiste hasta hoy, sin darse cuenta
profano; lo político y lo católico perma- de los profundos cambios que han tenido
necen entrelazados en distintos niveles lugar– o por la firme percepción del rédi-
y con distintas consecuencias. Ambos to político que los propios actores creen
mundos “marchan juntos”. La matriz que el vínculo con las autoridades e ins-
del catolicismo integral es propia de una tituciones eclesiásticas les proporciona,
etapa de laicidad de subsidiariedad an- la vigencia pública de hombres de Iglesia
tiliberal (1930-1983), sucedida por una como Santiago de Estrada no es un fenó-
variante plural, actualmente vigente. En meno extemporáneo, sino parte del re-
todas estas variantes, operan imagina- pertorio de estrategias políticas actuales.
rios socio-político-religiosos que supo-
nen dislocamientos de lo religioso en lo (Recibido el 4 de febrero de 2016.)
político y de lo político en lo religioso. (Evaluado el 10 de febrero de 2016.)

Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi


Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica 131 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 29,otoño de 2016, pp. 115-134
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Autores

Fortunato Mallimaci es doctor en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la


Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS), investigador superior del Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas, y profesor titular plenario en la Facultad de Ciencias
Sociales (UBA), de la que fue decano (1998-2002). Fue invitado a dar cursos y conferencias en
centros académicos nacionales e internacionales. Sus investigaciones tratan sobre los vínculos
entre sociedad, Estado y catolicismo.
Publicaciones recientes:
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—— (2015), El mito de la Argentina laica. Catolicismo, política y Estado, Buenos Aires, Capital In-
telectual.
—— y E. Judd (comps.) (2013), Cristianismos en América Latina. Tiempo presente, historias y memo-
rias, Buenos Aires, CEHILA/Clacso.

Guido Ignacio Giorgi es doctor en Sociología (UBA-EHESS), becario posdoctoral (CEIL-Conicet)


y docente universitario en la UBA, la Universidad del Salvador y Universidad Nacional de Lanús.
Sus investigaciones tratan sobre los elencos de gobierno desde la sociología política del Estado.
Publicaciones recientes:
—— (2014), “Los factores ‘extrapolíticos’ de la carrera política: una aproximación a las sociabili-
dades de los ministros de la Nación en la Argentina (1854-2011)”, Política. Revista de Ciencia
Política, Universidad de Chile, pp. 241-273.

Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi


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Cómo citar este artículo

Mallimaci, F. y G. Giorgi, “Santiago de Estrada, entre el Estado y la insti-


tución católica. La trayectoria de un dirigente católico desde Onganía a
Macri”, Revista de Ciencias Sociales, segunda época, año 8, Nº 29, Bernal,
Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, otoño de 2016, pp.
115-134, edición digital, <http://www.unq.edu.ar/catalogo/375-revista-
de-ciencias-sociales-n-29.php>.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 29, otoño de 2016, pp. 115-134 134 Fortunato Mallimaci y Guido Giorgi
Santiago de Estrada, entre el Estado y la institución católica

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