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Los economistas consideran la teoría de la oferta y la demanda como una “ley” y como uno de los
principios fundamentales que gobiernan la economía.
Como dice The Concise Encyclopedia of Economics, casi todo evento o fenómeno económico es
considerado el producto de la interacción de las leyes de la oferta y la demanda.
La “ley” está siendo ahora invocada por aquellos quienes creen que la solución a la crisis de vivienda
en Irlanda está en simplemente construir más casas. Es una análisis que repiten con regularidad
agradecidos contratistas y agentes inmobiliarios.
Para evidenciar la defectuosa naturaleza de esta teoría microeconómica, solo tenemos que mirar al
mercado inmobiliario irlandés en 2006 –el año del momento álgido del mercado antes de que
implosionara catastróficamente. La construcción de vivienda llegó a su nivel más alto ese año. En un
país de solo cuatro millones de personas, más de 90.000 casas fueron construidas. (Entre 2011 y
2016 el stock de viviendas solo aumentó en 8.800). Y todavía, a pesar del extraordinario incremento
de la oferta, y en contra de la teoría económica, los precios continuaron subiendo en 2006 por un
enorme 11%.
Aún más evidencias pueden encontrarse en el mercado immobiliario desde 2006. Un vistazo al
censo de 2016 del stock de casas revela que Irlanda tiene un superávit mayor que en 1991
–entonces era de un 9,1%. En 2016, la ratio de casas vacías, incluyendo segundas viviendas, fue de
un 12,3%. Si se excluyen segundas casa del stock de viviendas, el ratio de casas vacías cae al
9,4%. En 1991 Dublín tenía un superávit de casas del 5,1%.
El suelo es inelástico
Para entender la crisis inmobiliaria irlandesa, y poder formular adecuadas políticas para lidiar con el
problema, se necesita un enfoque macroeconómico. Como Josh Ryan-Collins y Laurie McFarlane
argumenta en Rethinking the Economics of Land and Housing, el suelo es inelástico, un regalo de la
naturaleza. No puede ser creado ni convertido en capital.
No puede ser producido o agotado. Por encima de todo, el suelo (y la propiedad) está confinado a su
territorio. No puede ser mudado fuera de Irlanda. La oferta de crédito, en cambio, es elástica y con la
ayuda de los bancos centrales mundiales y las instituciones financieras puede ser producido casi ad
infinitum por el sistema monetario y financiero irlandés. Y a diferencia del suelo, el crédito y el capital
no están confinados a su territorio. En nuestro sistema mundializado, el capital es muy móvil y sus
desregulados flujos inestables.
Para entender la crisis inmobiliaria de Irlanda tenemos que levantar nuestra mirada de la micro a la
macroeconomía global para seguir al “Gran Muro de Dinero” -543 mil millones de dólares (390 mil
millones de euros)- destinados al mercado inmobiliario en los mercados globales.
Irlanda es un país más donde el stock finito y fijo de suelo y su propiedad está masivamente inflado
por la embestida furiosa de capital desregulado. Dublín, como centro financiero internacional, atrajo
enormes volúmenes de desregulado capital transfronterizo. Dublín hospeda activos valiosos y
escasos –suelo. Los propietarios mundiales de capital son atraídos en su frenética búsqueda por
seguro activos de alta rentabilidad en los cuales colocar su capital.
Al tiempo que las élites europeas se comprometen con la fallida política de austeridad, hay una
escasez del activo público y más seguro preferido por los gerentes mundiales de fondos de capital o
las compañías de seguros: deuda pública.
Como resultado, los responsables de invertir bastas sumas de dinero ponen su dinero en el mercado
inmobiliario que, aunque puede no ser tan seguro como los bonos del gobierno, está considerado
aun así más seguro que otros activos. Esto explica porque 4,47 mil millones de euros fueron
invertidos en el mercado inmobiliario de Irlanda en 2016 con un volumen de facturación 21% mayor
que el año anterior.
Un potente propulsor
Los precios de la vivienda han sido elevados a la estratosfera, no porque haya una escasez de
oferta, sino porque hay un exceso de un potente propulsor –finanzas. El precio de la vivienda caerá
cuando el propulsor se retire –y los fondos financieros decaigan. De hecho, hay ya signos a nivel
mundial de que los flujos de capital están de retirada. Pueden esperar que los precios de la vivienda
en Irlanda sigan el ejemplo.
Para evitar una repetición de la crisis de 2007, el gobierno y la clase política tienen que entender la
causa fundamental de la subida de los precios inmobiliarios: el potente propulsor de las finanzas
mundiales.
Para preveer otra crisis financiera causada por la caída de precios de la vivienda, el gobierno debe
gestionar los flujos de capitales propiedad de las compañías gestoras de activos, empresas de
capital privado y fondos buitres.
Ann Pettifor
es directora de Prime (Policy Research in Macroeconomics) y miembro de New
Economics Foundation. Es asesora de Jeremy Corbyn