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Asencio ha alabado los méritos de este creador que “desarrolló en nuestra tierra su brillante
carrera profesional, dejándonos un importante legado artístico tanto a nivel local como
nacional”.
Ya con premios y reconocimientos en su haber, recibió una beca del Ministerio de Educación
Nacional para ampliar su formación en Francia y en Suiza, y otra de la Fundación Juan March,
que le llevó a Italia en 1960. Pérezgil dirigió la Escuela Profesional de Bellas Artes de Alicante
de 1949 a 1960.
Entre los reconocimientos que recibió están el haber sido nombrado Académico de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, la San Carlos de Valencia, la San Telmo
de Málaga y la Santa Isabel de Hungría de Sevilla, además de Caballero de San Antón de
Orihuela.
También fue nombrado Hijo Adoptivo de Alicante en 1979 y miembro del Consell de
Cultura de la Generalitat en 1987.
(Fuente: alicanteplaza.es)
Caudete lo nombró Hijo Ilustre de la Villa en 1978. Un dibujo suyo fue la portada del
Programa de Fiestas ese año. Son originales y de un gran valor artístico las ilustraciones que
acompañaba a los artículos que asiduamente publicaba en el Programa.
Era miembro de la "Academia", el benjamín del grupo, que estaba compuesta por los
Campaneros, Milán, Paco Chocha, Miguelito, Alfaro, Agustín Vila, Mateo, Tecles, Jerónimo,
Agulló, Antonio Bellota...Había sido nombrado Hijo Ilustre de Caudete en 1978 y en el escrito
decía "me honro pertenecer a la Academia como socio de honor desde 1953".
En el Programa de Fiestas de ese mismo año puede leerse: "tenían confianza de que
llegaría a ser un buen pintor. No sé si saben mis paisanos que para pertenecer a la Academia
había que ser ante todo un buen bebedor de vino. Ser bebedor de vino no es cosa fácil: se tiene
que tener buen paladar, dar un chasquido con la lengua una vez apurado el trago del porrón y
saber los grados que tiene, con su sabor de origen".
Decía "si me han nombrado Hijo Ilustre de la Villa de Caudete se lo debo a los que creyeron
en la eficacia de mis pinceles, como Eladio, Bienvenido y Paco los hermanos "Campaneros",
Milán, Mateo, Tecles.... todos estaban presentes en estas Fiestas llenas de color, con su Ruedo
de Banderas, las Guerrillas, los Episodios, sus retretas, sus procesiones en honor a San Blas y la
Virgen de Gracia y sus disparos de arcabuces, los más sonoros y fuertes que conozco del Orbe".
También valoraba las comidas que hacían los de la Academia: "gazpachos, patatas a lo
pobre con longaniza, gachamiga, machacos, rollicos de aguardiente, sequillos, magdalenas,
mantecaos... todo ello regado con buen vino"....
"Otro de mis recuerdos de niñez son los juegos de la estornija, las pedreas con hondas,
coger nidos, la píndola, a las bolas, al caliche, a las estampas, al hoyo... La vida la hacíamos
en la calle. En nuestra niñez éramos felices con muy pocas cosas. No había radio, ni televisión ni
otras muchas comodidades que ahora son imprescindibles..
Entre 1924 al 1929 fue la época de grandes juegos con sus amigos de la infancia, que eran
muchos: los Cortinas, los Pascual, los Teresa, los Estañ, los Revengas, los Graciá, los Martínez,
los Goteras, los Peruchas, los Bañón, los Quintinas, los Pasteleros, los Pedregales, Genares, el
Torero, Cabila, Gallur, Bordallo, Valiente, Basé, Pepe el Zurdo, el Rojico el Hornero....".
En el libro de Sáez Vidal puede leerse "siempre tuvo gratos recuerdos para toda aquella gente,
sobre todo para Eladio, uno de los tres hermanos conocidos por el mote de Los Campaneros,
sastre de profesión que trabajaba en el taller de su abuelo y al que Pérezgil admiraba por su
generosidad, su consejo, su desarrollado sentido del humor y carácter extrovertido y al que
consideraba su primer crítico....
….Me tomaba el pelo a gusto y cuando yo pintaba alguna cosa o dibujaba, era mi abogado
defensor. Esta actitud hacia mi incipiente arte, parecía que me congratulaba y me compensaba
de sus bromas constantes. Eladio fue juez de mi primer cuadro. La actitud de Eladio será en
todo momento la de estimular la firme voluntad artística de Pérezgil".
Lorenzo Hernández Guardiola, de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos e Instituto
Alicantino de Cultura "Juan Gil-Albert" dice en el Prólogo del libro de Sáez Vidal que Pérezgil
"...fue heredero directo del paisajismo alicantino (Cabrera Cantó, Amilio Varela, Adelardo
Padilla, Albaranch...) que llevó su inquieta mirada por toda la geografía española y supo
universalizar su visión del paisaje, concebido en principio como un ente abstracto, disperso, al
que hay que dotar de una identidad, de un nombre y de unos apellidos, particularizarlo,
humanizarlo: hacerlo "Pérezgil"....
...."Ésta es, sin duda, la mejor aportación del artista a la pintura española de su tiempo. Y
todo ello con coherencia y sinceridad, nunca reñida, por supuesto, con el éxito y la buena
acogida que siempre ha tenido su obra"....