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en el equipo de superficie de los taladros de perforación que trabajan en busca de crudo o gas.
El fracaso del manejo y control de estos efectos de la presión puede causar daños graves a los
equipos, lesiones y muertes. Las situaciones de control del pozo manejadas indebidamente
resultan en un reventón, es decir, la expulsión incontrolada y explosiva de los fluidos del pozo,
que generalmente produce un incendio.
El control del pozo implica vigilar los síntomas de situaciones inminentes de desequilibrio de
presión y los procedimientos para operar los equipos en el sitio del pozo, entender la situación
y tomar acciones correctivas.
Muchos sistemas participan en el control del pozo, pero el principal y el símbolo de esta
actividad es el bien conocido ‘preventor’ de reventones o BOP (del inglés Blowout Preventer),
por lo que el resto de este artículo está limitado a describir los componentes y funcionamiento
de este importante equipo.
‘Preventor’ de reventones
El BOP es una válvula especializada, grande, usada para sellar, controlar y monitorear los pozos
de gas y petróleo. Los BOP fueron desarrollados para enfrentar presiones erráticas extremas y
flujo incontrolado (amago de reventón de la formación) que surge del yacimiento durante la
perforación. Los amagos o arremetidas de la formación llevan a un evento potencialmente
catastrófico conocido como reventón. Además de controlar la presión pozo abajo y el flujo de
petróleo y gas, los ‘preventores’ de reventón evitan que la tubería de perforación y
revestimiento, las herramientas y los fluidos de perforación sean expulsados del recinto del
pozo cuando hay un amago de reventón. Los BOP son críticos para la seguridad de la cuadrilla,
los equipos y el ambiente, y para el monitoreo y mantenimiento de la integridad del pozo; por
esta razón, los BOP deben ser dispositivos a prueba de fallas.
Dos categorías de BOP son las prevalentes: de arietes y anular. Los conjuntos de BOP
generalmente utilizan los dos tipos, con al menos un BOP anular apilado sobre varios BOP de
ariete.
Usos y funcionamiento
Los BOP vienen en una variedad de estilos, tamaños y clasificaciones de presión. Varias
unidades individuales que sirven diversas funciones se combinan para componer un conjunto
de ‘preventores’ de reventón. A menudo se utilizan múltiples preventores de reventón del
mismo tipo para lograr redundancia, un importantísimo factor en la efectividad de dispositivos
a prueba de fallas.
Además de realizar esas funciones primarias, los sistemas de BOP se usan para:
Cerrar el pozo, es decir, sellar el espacio anular entre las tuberías de perforación y de
revestimiento.
Al perforar un pozo de alta presión, la sarta de perforación pasa a través del conjunto de BOP
hacia el yacimiento. A medida que se perfora se inyecta lodo o fluido de perforación por la sarta
hasta la barrena. El lodo retorna por el espacio anular entre la tubería revestidora y la de
perforación. La columna del lodo de perforación ejerce hacia abajo una presión hidrostática que
contrarresta la presión opuesta de la formación y permite que prosiga la perforación.
Cuando se presenta un amago de reventón, los operadores del equipo o los sistemas
automáticos cierran las unidades de los BOP, sellando el espacio anular para detener la salida
de los fluidos del recinto del pozo. Luego se hace circular lodo de mayor densidad por la sarta
de perforación, en el recinto del pozo y hacia arriba por el espacio anular y la línea de
estrangular en la base del conjunto de BOP y por los estranguladores hasta superar la presión
pozo abajo. Una vez que el “peso de matar” se extiende desde el fondo hasta la parte superior
del pozo, se ha “matado” el pozo. Si la integridad del pozo se mantiene, se puede reiniciar la
perforación. Alternativamente, si no es factible la circulación, se puede matar el pozo “a la
fuerza”, es decir, bombeando a la fuerza lodo más pesado desde la parte superior a través de la
conexión de la línea de matar en la base del conjunto de BOP. Esto es lo menos deseable
debido a que son necesarias mayores presiones en la superficie y porque mucho del lodo que
originalmente está en el espacio anular será forzado hacia adentro de la formación receptiva en
la sección del pozo sin entubar, debajo de la zapata más profunda de la revestidora.
Si los ‘preventores’ de reventón y la columna de lodo no restringen la presión hacia arriba de
una arremetida del pozo, el resultado será un reventón que potencialmente puede expulsar
violentamente por el recinto del pozo, tubería, petróleo y gas, dañando el equipo de
perforación y dejando en duda la integridad del pozo.
Los yacimientos comerciales de petróleo y gas, cada vez más raros y remotos, han llevado la
exploración y producción de pozos a zonas costa afuera en aguas profundas, que requieren que
los BOP permanezcan sumergidos en condiciones extremas por largo tiempo. Como resultado,
los BOP se han tornado más grandes y pesados (una unidad de BOP de un solo ariete puede
pesar más de 30.000 libras), en tanto que el espacio asignado a los conjuntos de BOP en las
plataformas marinas no ha aumentado proporcionalmente. Por tanto, un punto clave en el
desarrollo tecnológico de ‘preventores’ de reventón en las dos últimas décadas ha sido limitar
su huella y peso, pero aumentar su seguridad y capacidad de operación.
Tipos de BOP
Los BOP vienen en dos tipos básicos: de arietes y anulares. A menudo se usan juntos en equipos
de perforación, típicamente por lo menos un BOP anular coronando un conjunto de
‘preventores’ de arietes.
Un BOP de ariete tiene un funcionamiento similar al de una válvula de compuerta, pero usa un
par de émbolos de ariete opuestos. Los arietes se extienden hacia el centro del recinto del pozo
para restringir el flujo, o se retraen para permitirlo. Las caras superior e inferior de los arietes
están provistas de obturadores (sellos de elastómero) que se comprimen uno contra el otro,
contra la pared del pozo y alrededor de la tubería que atraviesa el recinto del pozo. Salidas en
los lados del cuerpo del BOP se usan para conexiones de las líneas de estrangular y de matar o
de válvulas.
Las regulaciones requieren que un ‘preventor’ anular pueda cerrar completamente un recinto
de pozo, pero generalmente no son tan efectivos como los ‘preventores’ de ariete para
mantener el sello en un pozo abierto o sin entubar. Típicamente, los ‘preventores’ anulares van
ubicados en la parte superior del conjunto de BOP, con uno o dos BOP anulares encima de una
serie de varios ‘preventores’ de ariete.
Un ‘preventor’ anular usa el principio de cuña para sellar el recinto del pozo. Tiene un sello de
caucho tipo donut, conocido como unidad obturadora de elastómero, reforzada con costillas de
acero. La unidad obturadora está situada en el compartimiento del BOP entre el cabezal y el
pistón hidráulico. Cuando se activa el pistón, su empuje hacia arriba fuerza el cierre de la
unidad de obturación, como un esfínter, sellando el espacio anular o el pozo abierto. Los
‘preventores’ anulares tienen sólo dos piezas móviles, pistón y unidad de obturación, que los
hacen más simples de mantener que los ‘preventores’ de ariete.
Métodos de control
Cuando los taladros perforan en tierra o en aguas muy someras donde el cabezal del pozo está
por encima del nivel del agua, los BOP son activados por presión hidráulica desde un
acumulador remoto. En el taladro se montan varias estaciones de control. También se cierran y
abren manualmente haciendo girar grandes manubrios que parecen volantes de dirección.
En operaciones costa afuera, con el cabezal del pozo apenas por encima de la línea del lodo en
el lecho marino, hay cuatro maneras principales para controlar un BOP:
Dos módulos de control se suministran en el BOP para redundancia. El control de señal eléctrica
de los módulos es el primario. Los controles acústicos, por intervención de ROV e interruptor de
contacto continuo, son secundarios.
También es posible iniciar el cierre de los BOP automáticamente con base en presión
demasiado alta o flujo excesivo.
ADMINISTRACIÓN DE DESASTRES.
Decreto Presidencial N° 1.557 con Fuerza de Ley del Sistema Nacional de Protección Civil y
Administración de Desastres.
TITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1: La presente Ley tiene por objeto regular la organización, competencia, integración,
coordinación y funcionamiento de la Organización de Protección Civil y Administración de
Desastres en el ámbito nacional, estadal y municipal.
5. Velar porque las diferentes instancias del estado aporten los recursos necesarios que
garanticen que las instituciones responsables de atender las emergencias, cuenten con el
soporte operacional y funcional adecuado para la idónea y oportuna prestación del servicio de
protección civil y administración de desastres.
7. Integrar esfuerzos y funciones entre los organismos públicos o privados, que deban intervenir
en las diferentes fases y etapas de la administración de desastres, que permitan la utilización de
integración oportuna y eficiente de los recursos disponibles para responder ante desastres.
1. Desastre: todo evento violento, repentino y no deseado, capaz de alterar la estructura social
y económica de la comunidad, produciendo grandes daños materiales y numerosas pérdidas de
vidas humanas y que sobrepasa la capacidad de respuesta de los organismos de atención
primaria o de emergencia para atender eficazmente sus consecuencias.
2. Emergencia: cualquier suceso capaz de afectar el funcionamiento cotidiano de una
comunidad, pudiendo generar víctimas o daños materiales, afectando la estructura social y
económica de la comunidad involucrada y que puede ser atendido eficazmente con los recursos
propios de los organismos de atención primaria o de emergencias de la localidad.
3. Estado de Alarma: Es la declaratoria oficial, emitida por la primera autoridad civil del
municipio, Estado o Nación, oída la opinión del Comité Coordinador de Protección Civil y
Administración de Desastres respectivo, que permita la activación de recursos técnicos,
humanos, financieros o materiales, con el objeto de reducir los efectos dañosos ante la
ocurrencia inminente de un fenómeno natural técnicamente previsto.
4. Estado de Emergencia: Es la declaratoria oficial emitida por la primera autoridad civil del
Municipio, Estado o Nación, oída la opinión del Comité Coordinador de Protección Civil y
Administración de Desastres respectivo, que permite la activación de recursos técnicos,
humanos, financieros o materiales, con el objeto de atender o enfrentar los efectos dañosos
causados por un fenómeno natural o tecnológico que han generado un desastre.
5. Organismos de atención Primaria: Son los órganos de Seguridad Ciudadana cuya misión
natural es la atención de emergencias, tal es el caso de los cuerpos de policías y bomberos.
6. Organismos de atención Secundaria: Son las instituciones públicas o privadas que, en virtud
de su especialidad o recursos, ante una emergencia pueden ser llamados a colaborar en la
atención por los organismos de atención primaria.
TITULO II
TITULO III
CAPITULO I
CAPITULO II
1. Ser venezolano.
1. Elaborar y presentar para la aprobación del Comité Coordinador Nacional de Protección Civil
y Administración de Desastres, el Plan Nacional para la Protección Civil y Administración de
Desastres.
2. Diseñar y presentar los lineamientos generales para la elaboración de los planes estadales y
locales para la Protección Civil y Administración de Desastres.
11. Una vez declarado el Estado de Alarma o el Estado de Emergencia y en conjunto con los
entes gubernamentales, establecidos pata tal fin, coordinar el suministro de información, sobre
las medidas y recomendaciones pertinentes a los organismos no oficiales y a la opinión pública
en general.
12. En el caso de desastres y en conjunto con las autoridades competentes, determinar las
necesidades, del estado y de sus divisiones regionales, de recursos o ayuda humanitaria, sea
esta nacional o internacional.
14. Cumplir con las demás disposiciones señaladas en el presente Decreto Ley.
CAPITULO III
CAPITULO IV
Artículo 15. Los gobiernos estadales y municipales deberán contar con sus propias
Organizaciones de Protección Civil y Administración de Desastres de conformidad con el
presente Decreto Ley.
Artículo 17. Los Estados y los Municipios deberán estructurar y mantener un Comité
Coordinador de Protección Civil y Administración de Desastres.
CAPITULO V
Artículo 20. A los efectos de este decreto ley, se consideran voluntarios especializados en
acciones de protección civil y administración de desastres a aquellos ciudadanos en buenas
condiciones físicas, psíquicas y mentales que, habiendo realizado los cursos de formación y
capacitación exigidos por la Dirección Nacional de Protección Civil y Administración de
Desastres, son integrantes de algún grupo de voluntarios debidamente autorizados y participan
de manera voluntaria en actividades de preparación y respuesta ante desastres, bajo la
dirección, supervisión y control de la Dirección Nacional, Estadal o Municipal de Protección Civil
y Administración de Desastres, según sea su ámbito de acción.
Durante sus actuaciones, los grupos voluntarios deberán acatar y aceptar, en todo momento,
las instrucciones que su órgano de adscripción o del coordinador de operaciones en escena les
imparta para el desempeño de sus actividades en situaciones de desastre.
Las actividades, el registro y el control de los grupos voluntarios de protección civil, estarán
regidos por el Reglamento de esta Ley.
Artículo 21. El personal de los grupos voluntarios y de los grupos operativos de la Organización
Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres, debidamente registrados y
autorizados, durante el ejercicio de sus funciones deberán recibir el apoyo logístico necesario
para su desempeño y estarán amparados por una póliza de seguro de vida y de accidentes
personales que les brinde protección social cuando cumplan labores específicas autorizadas y
auspiciadas por los órganos de la Protección Civil. Dicha póliza será suscrita y pagada por el
ente coordinador de la jurisdicción a la cual se encuentre adscrito el grupo voluntario.
TITULO IV
CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 23. Todos los ciudadanos y las ciudadanas están en el deber de incorporarse
activamente en el desarrollo de acciones y programas orientados a la autoprotección y a la
formación ciudadana ante desastres.
CAPITULO II
Artículo 25. Las responsabilidades asignadas en el Plan Nacional para la Protección Civil y
Administración de Desastres, deben incluir la cooperación y ayuda mutua de los organismos
estadales y municipales limítrofes con relación alas capacidades disponibles y cobertura del
espacio geográfico donde ocurra el desastre.
Artículo 26. Como componente esencial, las políticas y estrategias de protección civil y
administración de desastres deberán considerar, dentro de los planes de preparación para
casos de desastres, los aspectos de configuración territorial y urbanística regional, municipal y
parroquial.
CAPITULO III
CAPITULO IV
Artículo 28. El Gobernador e el Alcalde en sus respectivos ámbitos territoriales son la máxima
autoridad ejecutiva en materia de Protección Civil y Atención de Desastres.
Artículo 32. Cuando la situación de desastre abarque dos o más territorios estadales, asumirá la
responsabilidad de las acciones la Organización Nacional de Protección Civil y Administración de
Desastres.
Artículo 33. Las unidades de la Fuerza Armada Nacional y de los órganos de seguridad
ciudadana, estarán a disposición de la autoridad competente y actuarán bajo las órdenes de sus
mandos naturales.
TITULO V
La declaratoria de un estado de alarma o de emergencia podrá producirse dentro de los tres (3)
meses después de haber ocurrido los hechos que la constituyen. De igual manera, mientras no
se haya declarado que la situación ha vuelto a la normalidad, se podrá modificar la clasificación
que le haya dado el estado de alarma o de emergencia y las disposiciones del régimen especial
que deberán ser aplicadas.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Primera. Todas las dependencias de la Defensa Civil, a escala nacional, regional y municipal,
incluyendo aquellas donde las funciones de defensa Civil sean ejecutadas a través de entes
descentralizados, deberán adecuar su estructura y funcionamiento, a la Organización Nacional
de Protección Civil y Administración de Desastres, de conformidad con lo previsto en el
presente Decreto Ley.
En el caso de las Direcciones Estadales o del Distrito Metropolitano de Defensa Civil y cualquier
otro ente descentralizado de los estados que se desempeñe en la actualidad, en funciones de
Defensa Civil, serán asumidos por las Gobernaciones respectivas.
Tercera: El Ministerio del Interior y Justicia responderá directamente por los derechos
adquiridos por los funcionarios y obreros de la Dirección Nacional de Defensa civil, en razón de
los servicios laborales prestados.
DISPOSICIONES FINALES