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08/01/2017 - 00:10 Clarin.

com Opinión

Tribuna

La Unión Europea y Cuba, en nueva relación


Por Joaquín Roy. Catedrático Jean Monnet y Director del Centro de la Unión Europea de la
Universidad de Miami.

Cuba Unión Europea

Hace menos de un mes, la Unión Europea y Cuba han firmado un Acuerdo de Diálogo Político
y Cooperación (ADPC) que, al mismo tiempo, ha rescindido la condicionante Posición Común
que la UE mantenía sobre Cuba.

¿Qué ha sido la Posición Común? Esta decisiónunilateral de la UE se tomó hace veinte años,
en noviembre de 1996, en la culminación de un año explosivo que tuvo como eje central la
aprobación de la llamada ley Helms-Burton. Debido al complejo sistema europeo de
competencias en el que se mezclan numerosos aspectos que no son los básicos de exclusividad
de las instituciones comunitarias, diversas operaciones de relaciones exteriores y de soberanía
interna siguen siendo controlados por los estados.

Ningún estado de la UE cesó en sus operaciones con Cuba. Cada uno continuó con sus
acuerdos bilaterales. En la actualidad suman 18 los estados que tienen acuerdos bilaterales.
Pero la existencia de la PC implicaba un paraguas condicionante para una “relación plena” en
los terrenos globales.

Esta relación colectiva condicionada se agrió extremadamente en 2003 cuando el gobierno


cubano ordenó la detención de 75 representantes de la disidencia y la ejecución sumaria de
tres secuestradores de un ferry en el puerto de La Habana. Bruselas, por medio de una decisión
del Consejo (su más alta institución), impuso una serie de “medidas” (rebautizadas como
“sanciones” por el régimen cubano). Destacaba la recomendación de extender invitaciones a
los representantes de la disidencia a las recepciones de las fiestas nacionales de los Estados
Miembros. El resultado se tradujo en una serie de “guerras del canapé”, en las que si la
disidencia asistía a los actos, el gobierno cubano se abstenía. Las llamadas de las embajadas
no eran contestadas.

Bruselas llegó entonces a considerar las medidas como contraproducentes y procedió a la


evaluación y estudio sobre la conveniencia de su eliminación, lo que se produjo en 2008,
cuando ya se había ampliado la inicial oficina de la UE en La Habana elevándola a la categoría
de representación plena.

Así se procedió a un sistemático repaso de las alternativas en una serie de reuniones internas y
entre altos funcionarios de Cuba y la UE (tanto en Bruselas como en La Habana), llevadas a
cabo desde marzo de 2012 hasta los plenos acuerdos de 2016. Prácticamente ningún tema fue
soslayado, incluyendo la sensible área de derechos humanos. La naturaleza del acuerdo es de
la variante “mixta”, ya que además de la aprobación del Consejo de la UE y el Parlamento, se
necesita la anuencia de todos los Estados Miembros y sus respectivos parlamentos.

En el terreno cubano, al Gobierno le conviene cumplir con los acuerdos básicos. A favor de
esta tesis cuenta la incertidumbre de las acciones del gobierno de Trump. Además, la
precaria situación de Venezuela y la evolución de otros gobiernos latinoamericanos, pueden
privar a Raúl Castro y su sucesor del apoyo necesario para la supervivencia de los aspectos
básicos del régimen cubano en transformación. Europa representa la alternativa más
factible.

Joaquín Roy es Catedrático Jean Monnet y Director del Centro de la Unión Europea de la
Universidad de Miami.

jroy@miami.edu

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