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Pasión de nuestro Señor Jesucristo

Los poderosos buscan meter preso a Jesús con alguna trampa y matarlo
Relator - Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, la del pan sin levadura. Los jefes
de los sacerdotes y los escribas buscaban como meter preso a Jesús con alguna
trampa y matarlo. Por eso decían:
Sacerdotes - Durante la fiesta, mejor no, no sea cosa que la gente arme mucho lío.

Relator - despues de ultima cena, llegaron a un lugar que se llamaba Getsemaní, y Jesús
les dijo a los discípulos:
Jesús - Siéntense aquí, mientras yo voy a rezar.
Relator - Después se llevó con él a Pedro, Santiago y Juan, y empezó a sentirse mal y a
angustiarse. Entonces les dijo:
Jesús - Me siento muy mal, tengo una tristeza de muerte. [Por favor] Quédense aquí
conmigo despiertos.
Relator - Y avanzando un poquito, se tiró al suelo y pedía que, si era posible, se alejara de
él esa hora. Y decía:
Jesús - Abba –que quiere decir: Papá- tú puedes todo: [por favor,] librame de este trago
tan amargo. Pero [bueno, acepto] que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres .
Relator - Y volvió y los encontró durmiendo, y le dijo a Pedro:
Jesús - Simón, ¿Te has dormido? ¿No aguantaste despierto ni siquiera una hora? Estén
despiertos y recen para no caer en la tentación, porque ustedes tienen buena
voluntad, pero la carne es débil.
Relator - Y se fue otra vez a rezar aparte, y repetía siempre lo mismo. Y vino otra vez, y los
encontró durmiendo, porque no daban más de sueño, y no supieron qué decirle.
Volvió por tercera vez y les dijo:
Jesús - Bueno, sigan durmiendo y descansando nomás, ustedes. Ya está: Ya llegó la
hora, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
¡Levántense! ¡Vamos! El que me traiciona, ya está cerca.

Al que yo bese, ése es: agárrenlo y llévenselo con cuidado


Relator - Y enseguida, -Jesús todavía estaba hablando-, apareció Judas, uno de los Doce,
y con él había gente con espadas y palos, mandados por los jefes de los
sacerdotes, los escribas y los ancianos. Y el traidor les había dado esta
contraseña:
Judas - Al que yo bese, ése es: agárrenlo y llévenselo bien vigilado.
Relator - Por eso, apenas llegó, se le acercó a Jesús y le dijo:
Judas - Hola, Maestro.
Relator - Y lo saludó con un beso. Entonces ellos lo agarraron y lo arrestaron. Pero uno de
los que estaban ahí sacó la espada y de un tajo le cortó la oreja al sirviente del
jefe de los sacerdotes. Y Jesús entonces les dijo:
Jesús - Ustedes salieron a arrestarme con espadas y palos, como si yo fuera un
delincuente. Y eso que yo estaba entre ustedes enseñando en el Templo, todos los
días, y nunca me agarraron. Pero esto es para que se cumpla lo que dice la Biblia.
Relator - En ese momento, lo abandonaron todos y se escaparon. Y llevaron a Jesús
donde estaba el jefe de los sacerdotes, e inmediatamente se reunieron todos los
jefes de los sacerdotes, los ancianos y los escribas. Y Pedro lo había seguido de
lejos hasta el patio del Sumo Sacerdote y se había sentado con los sirvientes
cerca del fuego para calentarse. Los jefes de los sacerdotes y todo el tribunal
supremo buscaban algún testigo contra Jesús, para condenarlo a muerte, pero no
encontraban nada. En realidad, se habían presentado muchos falsos testigos
contra él, pero lo que declaraban no coincidía. Por ejemplo, se levantaron algunos
con declaraciones falsas como esta:
Varios - Nosotros lo escuchamos cuando dijo: ‘Yo voy a destruir este Templo construido
por el trabajo del hombre, y en tres días voy a levantar otro templo sin trabajo de
nadie"
Relator - Pero tampoco en eso se ponían de acuerdo. Entonces se levantó el jefe de los
sacerdotes, se puso en el medio, y le preguntó a Jesús:
Sumo Sacerdote - ¿No decís nada? ¿Qué es todo esto que dicen los testigos en tu
contra?
Relator - Pero Jesús se quedó callado, sin decir nada. Entonces el jefe de los sacerdotes
le dijo [solemnemente]:
Sumo Sacerdote - ¿Tu eres el Mesías, el Hijo del [Dios] bendito?
Relator - Jesús contestó:
Jesús - Sí, soy yo: y [llegará el día, en que] ustedes van a ver al Hijo del hombre sentado
a la derecha del Poder [,de Dios] y [también lo van a ver] bajar de entre las nubes
del cielo.
Relator - Entonces el jefe de los sacerdotes se empezó a romper la ropa [escandalizado y
enojado] y dijo:
Sumo Sacerdote - ¿Para qué queremos más testigos? Todos ustedes escucharon [sta
barbaridad], esta blasfemia. ¿A ustedes qué les parece?
Relator - Y todos lo querían condenar a muerte. Después algunos empezaron a escupirlo
y, tapándole la cara, le pegaban y le decían:
Varios - ¡Adiviná, profeta!
Relator - Y también los sirvientes lo recibieron a sopapos.

Se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre


Relator - Mientras tanto, Pedro seguía abajo, en el patio; llega una de las sirvientas del
jefe de los sacerdotes y ve a Pedro calentándose cerca del fuego; lo miró fijo y le
dijo:
Sirvienta - Tú también estabas con Jesús, el Nazareno.
Relator - Él lo negó rotundamente:
Pedro - Yo no sé nada, y no entiendo de qué me estás hablando.
Relator - Y salió al patio, y cantó el gallo.
Pero la misma sirvienta lo vio y empezó a decir otra vez a los que estaban ahí:
Sirvienta - Yo estoy segura, que éste es uno de esos.
Relator - Pero Pedro volvió a decir que no. Un poco más tarde, los que estaban ahí cerca
le empezaron a decir a Pedro:
Sirvienta - Seguro que tú eres uno de esos, porque tú también eres galileo.
Relator - Entonces él empezó a maldecir y a jurar que no lo conocía, al hombre del que
estaban hablando.
Y ahí nomás, el gallo cantó otra vez.
Y ahí nomás Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: ‘Antes que
el gallo cante dos veces, tú me negarás tres veces’.
Y ahí nomás, se largó a llorar.

Jesús está solo, delante de sus enemigos y de un gobernante que no quiere


‘quemarse’
Relator - A la mañana temprano, los jefes de los sacerdotes hicieron una reunión con los
ancianos, los escribas y todo el Consejo Supremo. Y ataron a Jesús, se lo llevaron
a Pilato y se lo entregaron. Y Pilato le preguntó:
Pilato - ¿Eres tú el rey de los judíos?
Relator - Jesús le contestó:
Jesús - Así es, tú lo has dicho.
Relator - Los jefes de los sacerdotes lo seguían acusando de muchas cosas, y Pilato le
preguntó de nuevo:
Pilato - ¿No dices nada? ¡Mira de cuantas cosas te acusan!
Relator - Pero Jesús no quiso contestar más nada, y por eso Pilato estaba extrañadísimo.

Pilato quiere zafar sin comprometerse, pero no puede.


Relator - En cada Fiesta, Pilato dejaba libre a un preso, el que le pidieran. [En esos días]
Había uno llamado Barrabás, que estaba preso con otros rebeldes porque habían
matado a un hombre durante la revuelta. Entonces se juntó la gente y empezó a
pedirle lo de siempre. Entonces Pilato les dijo:
Pilato - ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?
Relator - Pilato dijo eso porque sabía que los jefes de los sacerdotes lo habían entregado
por envidia. Pero los jefes de los sacerdotes le dijeron a la gente que pidieran,
mejor, que soltara a Barrabás. Pilato insistió diciendo:
Pilato - Qué quieren que haga, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?
Relator - Ellos gritaron de nuevo:
Varios - ¡Crucifícalo!
Relator - Pero Pilato les decía:
Pilato - ¿Qué hizo de malo [para matarlo]?
Relator - Pero ellos gritaban cada vez más fuerte:
Varios - ¡Crucifícalo!
Relator - Entonces Pilato, para calmar a la gente, les soltó a Barrabás y mandó a crucificar
a Jesús, después de hacerlo azotar.

Hicieron una corona de espinas y se la colocaron


Relator - Los soldados lo llevaron adentro del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el
pelotón. Le pusieron una capa roja y una corona tejida con espinas. Y empezaron
a saludarlo [y a burlarse]:
Soldados - ¡Viva el rey de los judíos!
Relator - Y le pegaban con una caña en la cabeza y lo escupían y se arrodillaban y se
burlaban. Después que se burlaron de él, le sacaron la capa colorada y le
pusieron su ropa de nuevo y lo sacaron afuera para clavarlo en la cruz.

Lo llevaron a Jesús a un lugar que se llamaba ‘Gólgota’, y lo crucificaron


Relator - Y agarraron a la fuerza a un tal Simón Cireneo, que volvía del campo, y lo
obligaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús a un lugar, el ‘Gólgota’, que quiere
decir: ‘lugar de la calavera’
Y le daban vino mezclado con [una droga, la] mirra, pero no lo quiso tomar. Y [ahí
nomás] lo crucifican y se reparten la ropa, sorteándola a ver qué le tocaba a cada
uno; y lo crucificaron como a las nueve de la mañana; y pusieron un cartel con la
causa que decía: “El rey de los judíos”.
Y con él crucificaron a dos ladrones, uno a la derecha y el otro a la izquierda.

Si salvó a otros, que se salve él mismo


Relator - Y los que pasaban por ahí, lo insultaban moviendo la cabeza:
Varios - ¡Anda, tu que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a levantar! ¡Salvate a
tí mismo y desclavate de la cruz[, si puedes]!
Relator - Y también los jefes de los sacerdotes y los escribas se reían entre ellos, y
decían:
Sacerdotes - ¡Mírenlo al que salvó a otros y no puede salvarse él mismo! ¿Así que es el
Mesías, el rey de Israel, no? ¡Bueno: que se baje ahora de la cruz, así vemos [que
es cierto] y le creemos!
Relator - Y los [dos ladrones] crucificados con él, lo insultaban también.
Jesús, dando un gran grito expiró
Relator - Y desde el mediodía hasta las tres de la tarde se oscureció toda la tierra; y a las
tres, Jesús gritó con voz fuerte:
Jesús - “Eloi, Eloi, lamá sabactani.”
Relator - Que se traduce así:
Jesús - Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Relator - Y algunos de los que estaban ahí, cuando escucharon eso, decían:
Varios - ¡¿Está llamando a Elías?!
Relator - Uno salió corriendo, mojó una esponja en vinagre, la puso en una caña, y se la
puso [delante de la boca] para que la chupe, y decía:
Varios - ¡Vamos a ver si viene Elías y lo baja!
Relator - Entonces Jesús largó un grito fuertísimo y se murió.

[ Aquí todos se arrodillan, y se hace una breve pausa. ]

Relator - Y la cortina del Templo se rompió en dos partes, desde arriba hasta abajo.
Cuando el centurión que estaba ahí delante, vio cómo había muerto, dijo:
Varios - ¡Este hombre sí, que era Hijo de Dios!

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