You are on page 1of 5

Constantino I el Grande

(Cayo Flavio Valerio Claudio Constantino) Primer emperador cristiano de


Roma (Naissus, Dacia, actual Serbia, h. 280 - Ancycrona, Ponto, actual
Turquía, 337). Era hijo de un militar al servicio de Diocleciano, Constancio
Cloro, que asumió la gobernación de la parte occidental del Imperio al
abdicar aquél (305).

Muerto Constancio al año siguiente en Britania, las tropas allí estacionadas


proclamaron emperador a Constantino; pero hubo de librar duros
combates contra sus rivales hasta que, en la batalla del puente Milvio
(312) se impuso a Majencio y se hizo con Roma. Con ello obtenía la parte
occidental del Imperio, mientras que la oriental, controlada por Licinio, no
pasó bajo su poder hasta el 323 (batalla de Adrianópolis). Desde entonces
hasta su muerte ejerció como emperador único (Totius orbis imperator).

La trascendencia del reinado de Constantino para la historia occidental


procede de las consecuencias que tuvo su conversión al cristianismo (en
algún momento indeterminado del proceso de conquista del poder,
aunque no se bautizó hasta poco antes de morir); descartada la sinceridad
de su sentimiento religioso, es posible que dicha conversión se debiera al
fracaso de las persecuciones de los reinados anteriores, así como a la
búsqueda de elementos de unidad que contrarrestaran las tendencias
disgregadoras del Imperio.
Teodosio I el Grande
(Flavio Teodosio) Emperador romano que impuso el catolicismo como
religión oficial y dividió el Imperio entre Oriente y Occidente (Cauca,
Hispania, h. 346 - Milán, 395). Adquirió experiencia militar combatiendo
en Gran Bretaña bajo el mando de su padre; luego él mismo fue dux de
Mesia (actual Serbia) en el 374, defendiendo eficazmente aquella
provincia fronteriza frente a los sármatas. Pero se retiró a sus dominios
en la actual Coca (Segovia) tras la ejecución de su padre. Y allí estaba en
el 378, cuando le llamó el emperador Graciano para encargarle la defensa
de Mesia frente a la invasión de los godos.
Así, en el 379 fue nombrado augusto con potestad en Oriente, comenzando
su reinado sobre aquella parte del Imperio. Venció a los visigodos y pactó
con su rey Atanarico la instalación de este pueblo germánico en Mesia
como federados del Imperio (es decir, aliados bárbaros a los que se
encomendaba la defensa de la frontera). Luego transmitió el título
de augusto a su hijo Arcadio, con lo que estableció una nueva dinastía
imperial, que de momento reinaría sólo en Oriente.

Mientras tanto, en Occidente Graciano fue destronado por otro militar


español, Máximo; pero su poder fue disputado por el hermano de
Graciano, Valentiniano II. Teodosio, que había reconocido inicialmente la
autoridad de Máximo, se alió luego con Valentiniano, e incluso emparentó
con la familia imperial de Occidente, al casarse con Gala (hermana de
Valentiniano y de Graciano) en el 387. Al año siguiente venció a Máximo
en la batalla de Aquileya, extendiendo su autoridad a todo el Imperio, si
bien mantuvo formalmente en el Trono occidental a Valentiniano II (388).
Aníbal
(Cartago, hoy desaparecida, actual Túnez, 247 a.C.-Bitinia, actual
Turquía, 183 a.C.) Militar cartaginés. Hijo de Amílcar Barca, quien, según
la leyenda, le hizo jurar odio eterno a los romanos ante los dioses. Tras la
muerte de su padre (229 a.C.) y el asesinato de su cuñado Asdrúbal (221
a.C.), Aníbal asumió la jefatura del ejército cartaginés, que ya entonces
controlaba el sur de Hispania. Desde su base de Cartago Nova (la actual
Cartagena), realizó varias expediciones hacia el altiplano central y sometió
a diversas tribus iberas.

En el 219 a.C. destruyó Sagunto, ciudad aliada de Roma, y traspuso el


Ebro, río en que, siete años antes, cartagineses y romanos habían fijado
el límite de sus respectivas influencias en territorio peninsular; esta acción
significó el inicio de la Segunda Guerra Púnica (219-202 a.C.).

En la primavera del 218 a.C., Aníbal concedió a su hermano Asdrúbal el


mando de las tropas en Hispania y partió hacia Italia con un ejército de
60.000 hombres y 38 elefantes. Después de atravesar los Pirineos, y los
Alpes, llegó a la llanura del Po, donde derrotó a los romanos
sucesivamente en Tesino y en Trebia, a pesar de las numerosas bajas que
había sufrido en el curso de la marcha.
Segundo Triunvirato (Antigua Roma)
El Segundo Triunvirato fue una alianza por cinco años realizada entre Marco
Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido, tras el vacío de poder originado por el
asesinato de Julio César. El 11 de noviembre de 43 a. C. se produce la Entrevista
de Bolonia, de la que sale el Segundo Triunvirato (43 a. C. - 38 a. C.). El 23 de noviembre
de 43 a. C., con la Ley Titia se hace oficial dicho pacto, se limita su vigencia a 5 años, y se
procede al reparto territorial:
• Sicilia, Cerdeña y África para Octavio.
• Galia Cisalpina para Marco Antonio.
• Galia Narbonense e Hispania a Lépido.
En el 33 a. C., el segundo triunvirato se renovará por cinco años más, esto es hasta el
28 a. C.
La denominación oficial de este triunvirato era Triumviri Rei Publicae Constituendae
Consulari Potestate (en español: Triunvirato para la Constitución de la República con Poder
Consular; abreviado en Latín como: III VIR RPC). El poder con el que contaban los triunviros
era muy superior al que poseían todos los demás hombres de estado juntos, dándoles una
increíble libertad de acción y decisión en la política Romana. Su poder era prácticamente
ilimitado, siendo el margen de cinco años el único freno o "control" a su mando, aunque de
todas maneras, este podía ser renovado (como así fue en su momento). Si bien los
integrantes del Triunvirato poseían un poder superior al consulado, como su mismo nombre
indica, éstos también serían designados como Cónsules, lo que no deja de ser algo irónico.

Diocleciano
(Cayo Aurelio Valerio Diocleciano; Salona, actual Croacia, h. 245 -
Spalato, hoy Split, id., 316) Emperador romano (284-305). Nacido en el
seno de una humilde familia iliria, Cayo Aurelio Valerio Diocleciano
emprendió una carrera militar que, sin ser excesivamente brillante, le
permitió convertirse primero en comandante de la guardia imperial y más
tarde en cónsul.

Tras el asesinato del emperador Numeriano, en el 284, Diocleciano dio


muerte a Arrio Aper, el presunto homicida, y fue proclamado emperador
por el ejército de Asia Menor. Un año más tarde, en el 285, desaparecido
Carino, coemperador y hermano de Numeriano, el Senado le reconoció la
dignidad imperial.

Aquel mismo año, a fin de acabar con las usurpaciones militares y las
tendencias centrífugas que amenazaban con desmembrar el imperio,
Diocleciano decidió asociar al poder a otro oficial ilirio de su confianza,
Maximiano, a quien cedió el control de la mitad occidental del imperio,
primero con el título de césar y después con el de augusto Herculius (286).
Se reservó para sí el gobierno de la mitad oriental y la dignidad de augusto
Iovius, la cual, al vincularlo a Júpiter, la principal divinidad romana, le
confería un poder superior al de Maximiano.
La bipolarización de la autoridad imperial dio buenos resultados, pues
Maximiano reprimió el movimiento bagauda surgido en las Galias,
mientras Diocleciano recuperaba Armenia, aprovechando en beneficio
propio las divisiones internas de los persas. Sin embargo, los conflictos
políticos y sociales en el imperio iban en aumento, razón por la que, en
mayo del 293, Diocleciano vinculó al poder en calidad de césares a otros
dos militares: Constancio Cloro para Occidente y Galerio para Oriente.

Con la aparición de estos colaboradores de jerarquía inferior, la dirección


del imperio quedó en manos de una tretrarquía, forma de gobierno que
permitía, por una parte, asegurar la unidad territorial y, por otra,
solucionar los problemas de cada región con celeridad y eficacia. Así,
Diocleciano, que había fijado su capital en Nicomedia, se ocupó de la parte
de Oriente; Galerio, que residía en Sirmio, atendió los asuntos de las
zonas situadas al sur del Danubio, desde los Alpes hasta el Mar Negro;
Maximiano, que alternaba residencia entre Milán y Aquileia, tenía a su
cargo África, Hispania e Italia; y, por último, Constancio Cloro vigilaba
desde Tréveris a las Galias y Britania.

You might also like