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TDAH y trastornos de conducta

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El comportamiento infantil depende en una gran medida de la educación, fundamentalmente


de la de los padres. También influye la propia carga genética del niño, aspecto que condiciona
el propio temperamento. En consecuencia podemos decir que una labor educativa equivocada
puede provocar, en la mayoría de los casos, alteraciones del comportamiento.

Si un niño o un adolescente está diagnosticado de TDAH, tiene una mayor facilidad para
presentar problemas de conducta, con lo que su educación requiere de un buen conocimiento
de sus características personales.

¿Todos los TDAH tienen problemas de conducta?

Sabemos que los niños o adolescentes con TDAH manifiestan síntomas englobados en dos
grupos principales, que pueden presentarse unidos o separados: la falta de atención y la
hiperactividad-impulsividad.

Los que presentan sólo falta de atención tienen menos probabilidades de mostrar un problema
de conducta hacia su entorno, incluso es frecuente que ocurra justo lo contrario, por no saber
expresar siempre bien sus emociones y reservar hacia su vida interior lo que otro niño
manifestaría hacia su entorno.

Los niños y adolescentes TDAH en los que se observa sintomatología hiperactiva-impulsiva son
más propensos a presentar trastornos de conducta.2

Al perder fácilmente su capacidad de autocontrol, pueden mostrarse fácilmente agresivos y


con una alta capacidad1 de frustración. Son niños y adolescentes que “primero hacen y
después piensan”. Esta falta de capacidad reflexiva les conduce a muchos problemas, por lo
que acostumbran a meterse en demasiados líos. En muchas ocasiones, sin “comerlo ni
beberlo“, se encuentran justo en el momento más inoportuno y en el lugar menos adecuado.
Estas conductas, al repetirse con frecuencia, facilitan que se les etiquete de forma injusta, en
casa y en el colegio.

¿Por qué injusta? Porque no se comportan mal voluntariamente, sino que no pueden
controlarse, su baja madurez neurológica se lo impide. En muchos casos estos niños y
adolescentes tienen un “techo” neurológico que les impide dar las respuestas oportunas. No
olvidemos que el córtex prefrontal del cerebro con TDAH presenta en muchos casos y en estos
aspectos un retraso madurativo superior a los dos años.

Estos aspectos explicados con mayor detalle y para cada edad los encontrarán en la App
“PsicoGUIA” en la AppStore.

Otros trastornos asociados que afectan a la conducta

Hasta ahora hemos hablado de los problemas de conducta de un niño o adolescente TDAH,
pero puede haber otros problemas asociados de mayor relevancia y que pueden manifestarse
conjuntamente con el TDAH, con lo que los problemas de conducta comentados, se complican.
Hoy conocemos que aproximadamente un 40% de los niños y adolescentes con TDAH pueden
presentar un Trastorno Negativista Desafiante y en menor medida un Trastorno de Conducta
Disocial.3
Estos niños y adolescentes desafían a sus padres y maestros, no aceptan su autoridad y en
algunos casos llegan a transgredir las normas sociales, recurriendo a la violencia y a las
mentiras ante cualquier frustración.

¿Qué pueden hacer los padres?

Hoy hay respuestas basadas en un correcto diagnóstico clínico especializado.

Es fundamental empezar a trabajar educativamente desde la etapa preescolar. No obstante


siempre es pronto para empezar.

 Los padres deben dar respuestas educativas claras y priorizar las normas, no todo es
importante.

 También y en todo momento, deben mostrar aceptación por su hijo, es decir, nunca
hacer críticas personales de las que se interprete rechazo, y también y en lo posible,
los padres y maestros deben de contener sus emociones, en especial si su hijo o su
alumno les “sabe sacar de sus casillas”.

 También hay que saber poner límites y por qué no, hay que saber castigar: castigos
breves, inmediatos a la falta y que no se perdonan (son siempre útiles y necesarios).

¿Qué mecanismos intervienen en la mejora del comportamiento?

El tema educativo es básico, pero sólo no funciona, necesita ir acompañado en estos casos del
tratamiento psicológico (psicoterapia cognitiva-conductual) y psicofarmacológico oportuno. Si
ponemos un ejemplo es fácil de comprender: imaginemos que nuestro hijo es un Ferrari con
un buen motor pero con un bajo nivel en líquido de frenos, por mas buen piloto que sea y por
mas que le enseñemos a conducir (educación de los padres y ayuda psicoterapéutica), al llegar
a las curvas con alta velocidad va a derrapar (momentos de frustración). Hace falta corregir los
niveles (medicación), y poco a poco aprenderá muy bien a conducir.

Y recuerden… hay respuestas, pero lo importante es empezar.

Diagnóstico y tratamiento de los


trastornos de conducta en niños


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En el XXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría


Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), los pediatras nos proporcionan
algunas claves para detectar trastornos de conducta desde temprana edad.
Algunos niños con TDAH sufren otro trastorno asociado al comportamiento.

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Recientemente se celebró el XXVICongreso Nacional de la Sociedad Española de


Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). Durante el encuentro, los
pediatras analizaron los principales problemas que afectaban a las familias.
Señalaron que cada vez más familias se ven afectadas por trastornos de conducta en
sus hijos y que la ausencia de los padres influía directamente en su comportamiento.
También señalaron que muchos de los niños con Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH) sufren otro trastorno asociado a su comportamiento.
De hecho, el 40% de los niños con TDAH muestra un Trastorno Negativista Desafiante
(TND) y un 14% padece trastorno de conducta, según el Instituto Nacional de Salud Mental
de Estados Unidos. Asimismo, un 34% sufre ansiedad y un 4% depresión. Por otro lado,
los trastornos de aprendizaje, dislexia o disgrafia, están presentes aproximadamente en
un 15-40% de los niños con TDAH.
En este artículo sobre trastornos de conducta en niños:
 Diagnóstico de los trastornos de conducta en niños
 Tratamiento de los trastornos de conducta en niños
Diagnóstico de los trastornos de conducta en niños
Los pediatras también señalaron que es importante diferenciar entre las características
de conducta que forman parte del desarrollo normal y las que indican que el niño pueda
tener untrastorno de conducta. “El diagnostico ha de ser meticuloso y riguroso, evitando
diagnosticar al niño de algo que no tiene o dejarle sin tratamiento, lo que puede suponer
un grave perjuicio para su evolución”, afirma el Dr. García Pérez, pediatra y miembro de la
SEPEAP.
Los expertos también deben conocer los factores de riesgo y los síntomas para
poder hacer un diagnostico precoz que permita empezar a tratar el trastorno lo antes
posible y minimizar los efectos negativos. “Por ejemplo, a los 2 años lo normal es que los
niños tengan rabietas, no obedezcan y se muestren intolerantes a los cambios. Morder,
dar patadas, romper objetos es propio de niños de entre 4 y 8 años”, explica el experto.
Sin embargo, los trastornos de conducta se manifiestan pronto. Una forma de valorarlo
es fijarse en la frecuencia e intensidad o gravedad de las rabietas, la persistencia en el
tiempo y en qué medida perturban el desarrollo emocional y proceso de adaptación familiar
y social del niño.
La distinción entre TDAH y TND no siempre es sencilla, ya que ambos trastornos se
asocian con gran frecuencia y comparten síntomas.
En el caso del TND, el niño suele mantener una actitud retadora y provocadora, mientras
que los casos de TDAH se caracterizan por la falta de atención acompañados de
hiperactividad y actos impulsivos que inciden de forma negativa en el día a día del niño.
Según el Dr. García Pérez, “los padres se suelen sentir confusos o disgustados cuando
se presenta un caso de trastorno disocial con los hijos. Para ellos no es una tarea fácil y
suele ser estresante y agotador al derivar en conflictos de pareja o sencillamente una
mayor dificultad general en la vida familiar”.
Tratamiento de los trastornos de conducta en niños
Aunque el tratamiento farmacológico y psicopedagógico debe ser la primera opción
terapéutica, los expertos señalan que la implicación de la propia familia es fundamental
para conseguir resultados satisfactorios.

Conoce tratamientos para los


trastornos de conducta en un niño
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Todos los niños en algún momento o periodo se portan mal, esto es algo normal y forma
parte de su desarrollo normal. Sin embargo, algunos niños tienen como patrón habitual
un conjunto de malas conductas que por su gravedad y persistencia pueden ser entendidas
como un trastorno de conducta. Los trastornos de conducta infantil, son un problema
que puede tener graves consecuencias y es importante llevar tratamientos adecuados.

¿Qué son los trastornos de conducta?


Muchos niños en algunos momentos determinados pueden tener malas conductas, pueden
actuar de un modo agresivo, desafiante, oposicionista, etc. La mayoría de estos problemas
de conducta aparecen en momentos concretos como el nacimiento de un hermano, la
separación de los padres, cambio de domicilio, etc. y son problemas leves o moderados
que normalmente desaparecen en poco tiempo.

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hermanito
Sin embargo, algunos de estos problemas de conducta pueden agravarse e intensificarse
y podemos hablar entonces de trastornos de conducta.
Los trastornos de conducta, son trastornos de carácter clínico, que se manifiestan con
una alteración significativa del comportamiento habitual del niño. El niño lleva a cabo un
comportamiento que limita e incluso, imposibilita su adecuado funcionamiento personal,
social, familiar y académico y conlleva graves consecuencias. Los trastornos de conducta
son alteraciones muy graves de conducta, que se caracterizan por la intensidad y la
intencionalidad de los actos del niño y la persistencia de estas acciones durante al menos
6 meses.

Cómo saber si un niño sufre de


trastornos de la conducta
Establecer el límite entre los problemas de conducta en los niños (aquellos que aparecen
como parte del desarrollo evolutivo normal) y los trastornos de conducta en la
infancia (aquellos que se consideran trastornos por su gravedad e intensidad), puede ser
complicado. A veces, no es fácil distinguir el límite entre los síntomas de los trastornos
de conducta y los problemas de conducta habituales.
Veremos algunos puntos que nos pueden ayudar a saber cuándo un niño tiene
un trastorno de conducta, que nos pueden servir de referencia, en cualquier caso, ante
cualquier duda sobre los síntomas de trastornos de conducta debemos consultar con un
especialista.
 Cuando la mala conducta del niño interfiere en sus áreas de funcionamiento diario. Es
decir afecta a su rendimiento académico, relaciones sociales y familiares, le afecta a su
estado de ánimo y supone un problema grave.
 Cuando la gravedad de las conductas desafiantes y oposicionistas es muy elevada e
intensa, podemos estar ante un niño con trastorno de conducta.
 Cuando las malas conductas son demasiado intensas y puede provocar daños a sí mismo
y/o a otras personas.
 Podemos hablar de trastorno de conducta en la infancia, cuando los problemas persisten
y se prolongan en el tiempo, por un periodo de 6 meses o más.
Métodos y tratamientos para el trastorno
de la conducta
Es muy importante tratar los trastornos de conducta en los niños para evitar
consecuencias futuras. Existen diferentes tipos de trastornos de la conducta y en muchos
casos conllevan patologías asociadas como TDAH, problemas de aprendizaje,
problemas cognitivos, a veces también depresión, trastorno bipolar, etc. por ello el
tratamiento debe ser un tratamiento multidisciplinar y adaptado a las necesidades
específicas de cada uno de los niños.
 En primer lugar es muy importante hacer una evaluación especifica de la conducta, saber
porque lo hace y cuando lo hace y que factores intervienen. En este análisis se incluyen
las contingencias que recibe la conducta por parte de los padres.

 A partir de ahí se establecen los objetivos de la intervención y el método más efectivo.

Los métodos de modificación de la conducta suelen ser los más efectivos para los
niños con trastorno de la conducta. Se trata de métodos que consiguen suprimir la
conducta no deseada y favorecer otra conducta. Algunos de estos métodos son:
economía de fichas, contratos conductuales, modelado, etc.

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