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Palito

Ortega Rolling Stone


Interview
En una sola vida grabó con los músicos de Elvis, trajo a Sinatra al
país, se hizo político durante el menemismo, salvó a Charly García
y compuso hits enormes, entre ellos uno que se llamó “La felicidad”.
Aunque a veces piensa en todas las cosas que tuvieron que pasar.

PorLeilaGuerriero
➳ de Fernando Gutierrez
Fotos ➳
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H
Palito Ortega
ay una reja y, a un lado, un timbre y un tapial pintado de amarillo. sobre el tapial, una
cámara de seguridad y un cartel en el que se lee, en letras blancas, Mi Negrita. Al otro lado de la reja,
una casa rodante que funciona como garita de vigilancia, sin vigilante. Más allá, un camino de pie-
dra y una doble hilera de árboles adustos. Son las tres de la tarde del jueves 18 de abril de 2013. Es
otoño, pero el aire es suave y líquido bajo un cielo que parece un mar de luz. Por la ruta 47, camino a la
ciudad de Navarro, cerca de Luján y a sesenta kilómetros de Buenos Aires, pasa, cada tanto, un auto.
El resto es campo, brisa, ni una nube, y la voz de una mujer que, por el portero eléctrico, pregunta:
–¿Usted puede esperar? El señor todavía no llegó. • Quince minutos después, el señor, Ramón Orte-
ga –Palito: el muchacho triste de las canciones alegres, el productor que trajo al país a Frank Sinatra, el cantante
que devino gobernador de Tucumán, el hombre que ayudó a Charly García a salir de una crisis importante y que, en
2012, grabó, después de veinticinco años sin hacerlo, un disco de canciones nuevas acompañado por los músicos de
Elvis Presley– llega al volante de una camioneta Hyundai gris. Usa gafas negras, un suéter rojo, un abrigo liviano,
jeans angostos que parecen nuevos, zapatillas con cordones anudados en moños perfectos. Detiene la camioneta,
abre la puerta, baja y, como siempre hace, toma con las dos manos el rostro de quien saluda y lo alza, como si fuera
una delicadísima pieza de porcelana de la que se dispusiera a beber, para posar un beso en la mejilla.

E
–Bienvenida. ¿Entramos? en cuero, clásicos de la literatura y la filosofía. l martes 5 de febrero de 2013, a la
La reja se abre con un sonido suave, eléctrico, Ortega se sienta, cruza los brazos detrás de la una y cuarto de la tarde, Buenos Aires
y la camioneta avanza por el camino de grava. cabeza, pero enseguida se levanta. cruje bajo la asfixia anaranjada de un día
Después de un puente que atraviesa un canal hay –Te voy a mostrar un libro. de verano. Ramón Ortega está en el sub-
un portón de madera, que se desliza con un so- El libro es un libro de fotos, fechado en 1934, suelo del restaurante La Robla, en el cen-
nido calmo. Al otro lado, un parque que parece dedicado por Carlos Gardel a Irineo Leguisamo, tro de la ciudad, sentado a una mesa con
la puesta en escena de la melancolía campestre: el jockey más impresionante que la hípica sud- su representante, un hombre alto y rubio, de ojos
árboles que amarillean, cercos de ligustro, cés- americana haya dado en el siglo que pasó y de claros, llamado Luis Méndez. El subsuelo es os-
ped cortado con prolijidad maníaca. quien Ramón Ortega es heredero universal. curo y ruidoso. Ortega viste una camisa escocesa
–Vení, te muestro. –A veces pienso en todas las cosas que tuvie- que deja ver el pecho lampiño y las cuentas de lo
Ramón Ortega baja de la camioneta, la altu- ron que pasar. que parece un rosario. La expresión de su rostro
ra aminorada por los hombros que inclina hacia Le gusta estar solo y, aunque nadie sabe en es de una seriedad geométrica. Después de una
adelante, como si caminara con cierta precau- qué piensa cuando permanece así, es probable presentación breve (“Ramón, encantado”), indi-
ción. Se interna por un sendero rodeado de ár- que sea en cosas como esas: en todas las cosas ca una silla y empieza a hablar, haciendo crecer
boles en cuyo centro se alza, dramática y serena, que tuvieron que pasar. la conversación en un sistema de encastres he-

N
una fuente, un enorme rectángulo de agua ro- morrágico y perfecto.
deado por estatuas griegas. Se detiene, las manos acio en 1941, en la casa nume- –No hay nada mejor que los hijos para aplicár-
en los bolsillos del jean. Él mismo ha escogido ro veinticuatro del caserío en el selos a los enemigos. Mis hijas mujeres están es-
los árboles que bordean esos caminos que, a su que vivían los empleados del in- perando que alguien les diga algo del padre para
vez, llevan los nombres de sus seis nietos: Dante, genio azucarero Mercedes, a unos saltarle al cuello. Y los varones con la madre son
Bautista, Helena… treinta kilómetros de la ciudad de San Miguel de iguales. La vez pasada vinieron los chicos a casa
–Ahí está la capilla. Tucumán. En la usina de ese ingenio su padre, y yo les dije: “Miren, lo único que me molestaría
La capilla tiene doble puerta con vitrales y Juan Ortega, trabajaba como electricista y lidiaba de ustedes es saber que no han tratado de ser fe-
adentro hay varias hileras de bancos largos. A con cinco hijos y el desamor de una mujer, Néli- lices”. Tener la felicidad, no sé… pero tratar. Yo
los lados, hornacinas con figuras de la Virgen da Tomasa Rosario Saavedra, la madre de todos, creo que hay gente que puede decir “Mirá vos,
y algún santo. que se iba de la casa una y otra vez; la última, este boludo que canta la felicidad ja ja”, pero hay
–Vengo siempre –dice, mientras enciende las cuando Ramón Ortega, su segundo hijo, tenía algo en mí que siempre fue así. A los 12 años soñé
luces–. Me siento acá y me quedo solo, pensan- 10 años. Él nunca dice éramos pobres, vivíamos que me mataban, que venía un tipo que yo no
do. Me gusta el silencio. como pobres, yo era pobre. Pero eran. conocía y me pegaba un tiro con una escopeta y
Después apaga las luces, cierra la capilla y toma me mataba. Y yo sufría porque pensaba: “Ahora
el sendero en dirección a la casa, que es baja, de sí se terminó todo”. Y el otro día estaba leyendo
líneas rectas, amarilla y blanca. a este psicólogo de las vidas pasadas, ¿cómo se

“Alos12añossoñeque
–Pasá. Fuera, Negro. llama?, que dice que hay tipos que fueron gladia-
Negro, el perro, se queda obedientemente dores…, y yo digo que a lo mejor a mí me mata-
afuera. ron y nació otro. Y a partir de ese sueño empe-
–Yo digo que este perro es el espíritu de algo.
Cuando salgo a caminar me molestan los teros. mematabanDespues
. de cé a decir que quería cantar y nunca más paré…
¿Qué vas a comer?

esoempeceadecirque
El tero viene de atrás, te roza y te puede lasti- –No, gracias, yo no almuerzo.
mar. Pero ahora, cuando el perro ve un tero, sale –Yo, a veces, tampoco almuerzo.
como un balazo y lo espanta. Y yo digo: “Este Sigue, a eso, la puesta en marcha del mecanis-
tipo sabe”.
En la sala de la casa hay un piano de media
cola, sillones blancos, una mesa rodeada por ocho
queriacantar.” mo Ortega: una anécdota que se bifurca como
una hidra interminable para, finalmente, termi-
nar donde comenzó. Una historia contada con
sillas, bibliotecas con volúmenes encuadernados toda parsimonia, que ocupa con su volumen

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El lugar estaba lleno de gente y empiezo a cantar.
Canto una canción, canto cinco. Y de pronto sien-
to acá, en la espalda, una gota. Se larga una llu-
via tremenda, y empiezo a decir “Ya va a parar”.
Cuando miro para atrás se habían ido todos los
músicos. Así que me bajé.
Hace una pausa dramática y, sin cambiar la
expresión, dice:
–Por eso te digo: yo a veces, en las giras, tam-
poco almuerzo.
La anécdota frondosa, la enorme hidra, el muro
infranqueable detrás del que, en algún sitio, está
él. Cuando sale del restaurante con los anteojos
puestos, los jeans tremendamente azules, el pelo
apenas cano, parece un hombre de 50 años. Tiene,
si las cuentas están bien hechas, 72.

C
on leonardo favio, con sandro, con
Miguel Bossé, con Leguisamo, con Frank
Sinatra, con Sofía Loren, con Plácido Do-
mingo, con Libertad Lamarque, con Aní-
bal Troilo, con Pelé, con Charly García,
con Domenico Modugno. Las fotos lo
muestran al lado de todas esas personas con las
que trabajó, a las que conoció, con las que com-
partió algo más que el click de la instantánea.
Tiene cuarenta y cinco discos en su haber, fue
protagonista de treinta y tres películas, director
de algunas, y el autor de una canción llamada
“La felicidad” que, desde 1967, ha vendido más
de dos millones y medio de copias y fue cantada
en alemán, italiano, francés, inglés. Eso, entre
otras –muchas– cosas.

E
l 14 de febrero de 2013, a las cuatro y
media de la tarde, por las calles de La Isla,
una de las zonas más solariegas de Buenos
Aires, no hay nadie. En una de esas calles
empinadas que llevan nombres como Gelly
y Obes o Copérnico, en los dos últimos pisos de
un edificio de comienzos del siglo pasado, vive,
CORAZON desde hace seis años, Ramón Ortega. Una chica
POPULAR Palito joven, de modos suaves, vestida con chaqueta y
Ortega en Iguazú, pantalón blancos, baja a abrir e indica el ascen-
durante el rodaje
sor antiguo mientras desaparece por el de servi-
del film Muchacho
que vas cantando, cio. Arriba, Ramón Ortega, vestido con una ca-
en 1968. miseta a rayas, jean tremendamente azul, zapatos
negros, espera con la puerta entornada.
–Adelante, adelante –dice, y toma con las dos
musculoso los minutos y las horas y que, aun- terminaron contratando un remís para hacer los manos el rostro de quien saluda y lo alza, como
que por momentos parece perder el horizonte, seiscientos kilómetros que separaban ese sitio de si fuera una delicadísima pieza de porcelana de
acaba, siempre, en el centro del blanco. Ahora, La Paz, Mendoza. la que se dispusiera a beber, para posar un beso
en ese subsuelo refrigerado y ruidoso, en un su- –Después de horas llegamos a La Paz. Calles de en la mejilla.
surro inaudible, Ramón Ortega cuenta que hace tierra, cuatro casas. Preguntamos dónde quedaba El living mide más de once metros de largo y
un tiempo estaba en Embalse, Córdoba, y que, al la mejor hostería y nos mandan a una hermosa, está formado por tres espacios, divididos por co-
llegar a su habitación después de un show, a las sombreada. Sale una señora y dice: “Ay, ¿usted por lumnas. El espacio del centro está ocupado por
cuatro de la madrugada, el barullo de una disco- acá?”. Y le digo: “Sí, vamos a tocar acá esta noche”. dos sillones, una mesa baja, un cuadro de Car-
teca no lo dejó dormir. Como partía muy tem- Y la mujer me dice: “¿Acá? ¿Pero adónde quie- los Alonso. El espacio de la izquierda es un co-
prano hacia el aeropuerto para volar a Mendo- ren ir ustedes?”. Y le digo: “A La Paz”. Y me dice: medor cuyo techo dorado se diluye en paredes
za y dar un show en esa provincia, en una ciudad “Sí, esto es La Paz”. Y le digo: “La Paz, Mendoza”. color verde inglés. En el espacio de la derecha,
FOTO: GENTILEZA PALITO ORTEGA

llamada La Paz, se quedó despierto. A las ocho, Y me dice “No, La Paz, Córdoba”. Yo estaba con que da a la calle, una de las paredes está ocupa-
él y Lalo Fransen, su amigo, músico y arreglador un café en el estómago, sin dormir, sin comer, y da por un tapiz antiguo y la otra por una biblio-
desde los años 60, subieron a un taxi, pero, como le digo: “Señora, cuántos kilómetros tenemos de teca blanca en la que hay un televisor y estan-
consecuencia del paso del rally París-Dakar, las acá a La Paz, Mendoza”. Y me dice: “Habrá unos tes apenas poblados. Ramón Ortega señala una
calles estaban cortadas. Cuando lograron llegar quinientos…”. Así que de ahí nos fuimos a La Paz, puerta discreta que se abre a su estudio, pintado
al aeropuerto, el avión ya había partido. Intenta- Mendoza. Llegamos a las diez y media de la noche. de anaranjado rojizo, donde hay un piano y un
ron, infructuosamente, conseguir un taxi aéreo y Sin dormir, sin comer. Me ducho, me visto, salgo. retrato del dueño de casa pintado al óleo.

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Palito Ortega
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CANCION LLEVAME LEJOS De niño,


en los campeonatos infantiles Evita
(1). Retrato del ídolo adolescente (2)
en la época de El Club del Clan (3).
Con Libertad Lamarque (4) y como
Elvis en México (5). En su paso por la
secretaría de Desarrollo Social (6) y
la candidatura a vicepresidente (7).

P
–¿Luis Méndez no viene? –pregunta. r imero esta la leyenda. ahi esta vo profundamente enamorado de la señora Né-
–No sé. ¿Iba a venir? Ramón Bautista, segundo hijo de los Or- lida Tomasa Rosario Saavedra de Ortega, y ella
Sin dar respuesta, empieza a contar el parto de tega, alumno humilde que recibe, todos no. Entonces eso no tiene arreglo.
Rosario, la última de sus hijas, que nació en 1985 los años, el guardapolvo y los zapatos de –¿Cuántos años tenías cuando tu mamá se
en Miami, ciudad a la que se mudaron ese año la Fundación Eva Perón. Aún no sabe que fue?
con sus cinco hijos nacidos y su mujer, Evange- quiere ser cantante, pero canta mientras –Cuando se fue definitivamente, 10. Ellos tu-
lina Salazar, embarazada de siete meses. lustra zapatos, reparte ejemplares del periódico vieron dos o tres reconciliaciones y la última fue
–Evangelina fue con contracciones, pero la La Gaceta caminando kilómetros entre las colo- la vencida. Por unos parientes supimos que se
chica no estaba para nacer, y el obstetra estaba nias que rodean el ingenio o limpia las lápidas había ido a Buenos Aires. Dejó a mi hermana
empecinado. Le decía a la enfermera que se le del cementerio. más chica, Rosario, con 2 años.
tirara arriba de la panza. Le estaban por hacer –Agarrabas la cruz, le pasabas lija, la Vivían en una casa de un solo cuarto, donde
una cesárea y justo nació. pintabas. dormían todos. No era raro, entonces, que en el
Cuando menciona a Evangelina Salazar, Está sentado en el sofá de tres cuerpos del es- pueblo se rieran cuando empezó a decir, a los
Ramón Ortega no dice “mi mujer” ni “mi espo- pacio central de la sala. Aquí y allá hay muebles 12, que quería ser artista y que se iría a Buenos
sa”. Dice “Evangelina” o “la madre”, y habla de enchapados en raíces exquisitas. Luis Méndez, en Aires, a tratar.
ella como un compañero de batalla habla de otro el sofá de enfrente, escucha en silencio. –Me cargaban. “Eh, artista, te vas a morir de
fotos: GENTILEZA PALITO ORTEGA

que le salvó el pellejo: con respeto, con reverente –Mi padre se levantaba para hacerme el mate hambre”. Un día mi viejo me dijo: “Así que usted
admiración. Cinco minutos después de las cua- cocido. A mi mamá no la recuerdo mucho. Yo no se quiere ir a Buenos Aires. Se lo dijo a todo el
tro y media de la tarde se escucha el timbre. Or- gozaba de la simpatía de mi vieja, porque, si venía pueblo, menos a mí”. A los pocos días viene y me
tega parece contento: mi viejo y no estaba la comida, yo le decía: “Lo dice: “Si usted el día de mañana llega a ser uno
–Ahí llegó Luis. hacés esperar en vez de prepararle la comida”. Y de estos muchachos que no tienen futuro, yo no
Y Luis Méndez llega. se armaban unos despioles terribles. Mi padre quiero que usted me haga sentir culpable de ese
–¿Vamos al living? fue un enamorado trágico. Un hombre que estu- destino ni con la mirada. Lo voy a dejar ir. Pero

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usted sabe cómo quiero que se porte”. Ahí junté auto y bajó Virginia Luque. Me dije: “De acá no cosas. Me juré que ese señor me iba a contra-
en una valijita prestada un pantalón y un par de me mueven más”. Me convertí en el cafetero de tar y me iba a pagar diez veces más de lo que le
zapatillas, y saqué el pasaje. la radio. Y ahí conocí a la gente de la orquesta de podía pagar a Billy Cafaro. Y seis años después
–¿Te acordás del día en que te fuiste? un tipo que se llamaba Carlinhos y me ofrecieron volví a Mendoza, contratado por LV10, Radio de
–Sí. Lo veo como un gran cuadro de comedia irme de gira con ellos, como plomo. Cuyo, y me pagaron una fortuna. A veces pien-
musical. Me acuerdo de la caminata hasta la pa- Durante tres años, a partir de 1957, viajó por so en todas las cosas que tuvieron que pasar, y
rada del ómnibus que me iba a llevar a Tucumán, todo el país, durmiendo –porque no había cuar- en ese inventario lo pongo a Boris, a las chicas
donde iba a tomar el tren. Las casitas, esa cosa de to para todos– en la recepción con los serenos; del cabaret, a...
la gente que cuchichea. acarreando a músicos borrachos que, a cambio, Un preservativo que conecta con unos termos
–Perdón, manda a decir la señora si quieren le enseñaban acordes de guitarra. de café que conectan con una orquesta que co-
algo para tomar. –Cuando fuimos a Mendoza decidí quedar- necta con un cabaret que conecta con cientos de
La chica de modos suaves, de uniforme blanco, me ahí. Conseguí trabajo en un cabaret. Tenía miles de discos vendidos. Como si no hubiera es-
escucha los pedidos –Luis Méndez, café; Ramón 18 años y era amigo de todas las chicas. Toca- trategia. Como si su máximo talento hubiese sido
Ortega, café con leche y algo para comer– y se va. ba la batería y la guitarra, y cantaba canciones jurarse para después volver. Son las ocho y media
Poco después vuelve con las bebidas y galletitas, de Luis Aguilé. de la noche y Luis Méndez sugiere:
que Ortega parte por la mitad y moja en el café. Desde Mendoza viajó a Chile, conoció a una tra- –¿Te parece que dejemos acá? Seguimos la
–Estas me las hace una señora que viene una pecista y se fue, con ella y con un circo, tocando la próxima.

S
vez por semana. No puedo comer cualquier cosa batería mientras la muchacha se balanceaba allá
porque soy diabético. Yo digo que a mí no me la en lo alto. No da detalles de esa relación –ni de iempre es igual: a lo largo de una, dos,
contaron, la viví. A mí me reprochaban porque ninguna otra: jamás emplea la palabra “novia”–, tres horas, Ortega cuenta –con detalle– la
no les cantaba a mis orígenes. Yo pienso al revés. pero, de regreso en Santiago, formó una banda manera en que evitó hacer el Servicio Mili-
Tengo que cantarle a la esperanza de los que la que llamó The Lyons y se buscó un seudónimo: tar Obligatorio (fingiendo que le dolía una
están perdiendo. ¿Qué van a aprender ellos can- Nery Nelson, por Ricky Nelson, uno de los pri- antigua lesión en el tobillo); la manera en la
tándoles a la pobreza, al hambre, a la injusticia? meros grandes ídolos del rock & roll. que devino técnico mecánico de las cocinas Vol-
Ellos la viven, la conocen. –Nos presentamos para tocar en radio Mine- cán y el examen que rindió en casa de una vecina
Llegó a Buenos Aires un día de marzo o abril ría y nos aceptaron. Un día me dicen: “El direc- bajo la supervisión de un porteño pícaro. Siem-
de 1956, con 15 años, y pasó su primera noche tor artístico lo quiere ver”. Voy, me dice: “Mire, pre es igual: anécdotas, anécdotas. Detrás de esa
durmiendo en el parque del Retiro. Por la ma- tengo dos hijas y me piden que el sábado lo in- hidra impenetrable, en alguna parte, está él.

E
ñana tomó un tranvía con cualquier destino y se vite a almorzar”. Anota la dirección, me la da. Yo
bajó en una obra en construcción. No lo contra- guardé esa dirección como si Jesús me hubiera n el departamento de ramon or-
taron pero le sugirieron que intentara en la sede autografiado la Biblia. Llega el sábado, voy a la tega suena un piano. Son las cuatro
del Partido Demócrata, de Rodríguez Peña y Tu- casa. Toco timbre. No me abrían. Me estaba por de la tarde de otro día luminoso, to-
cumán. Allí lo tomaron con un trato que le pare- ir y aparece el director. Y me dice: “Le tengo que davía febrero, y la chica de modos
ció justo: hacer la limpieza a cambio de un sitio pedir disculpas porque hubo un error. Mis hijas suaves y uniforme blanco abre la puerta y dice:
para dormir. Le dieron el sótano. Pocos días des- creían que usted era Ricky Nelson”. Claro, se ha- –Ya le aviso al señor.
pués consiguió trabajo en el bar de un griego, en brán asomado a la mirilla y vieron un morochi- Después desaparece. Se escucha un cuchicheo,
Corrientes y Uriburu. to. “Ah, bueno, entiendo, señor”, le dije, esperan- el piano cesa y Ramón Ortega, jeans ajustados,
–A la noche comía algo y bajaba al sótano. El do que me dieran un vaso de agua. Y como el tipo zapatillas de moños rebosantes, aparece, silban-
griego estaba esperando a que yo bajara para ce- no decía nada, dije: “Bueno, señor, le agradezco do. Se sienta en el mismo sillón, en la misma sala
rrar la tapa. mucho igual”, y me fui. El tipo no veía la hora y, apenas se sienta, tocan el timbre. Es Luis Mén-
–¿Te encerraba? de cerrar la puerta y largar la carcajada. Ese fue dez, que sube, saluda, se sienta en la misma esqui-
–Sí, le ponía traba. Pero siempre pensé que las uno de los tantos días en los que me juré cosas. na del mismo sillón. Quince minutos más tarde,
cosas que pasaban tenían que pasar para que pa- Me juré que iba a volver a Chile y que me iba a la misma chica pregunta:
saran otras. Un día pasé por la calle Pasteur y vi un pasar todo exactamente al revés. Seis años des- –¿Les puedo ofrecer algo para tomar?
cartel que decía “Se necesita cadete”, en una casa pués volví a radio Minería, y los carabineros me En 1962 Ortega estaba de vuelta en Buenos
que se llamaba Supermetal. Empecé a trabajar ahí. tuvieron que sacar entre una multitud. Aires y, a poco de llegar, se topó con Dino Ramos,
Me fui a vivir a una pensión. Los compañeros de Regresó a Mendoza y consiguió tocar, una vez un integrante de la orquesta de Carlinhos, que
Supermetal me festejaron el primer cumpleaños por semana, en el auditorio de LV10, Radio de le contó que en la discográfica RCA estaban to-
de mi vida. Y después pasó lo de Boris. Cuyo. Como le pagaban poco fue a ver al director, mando pruebas. Compusieron juntos una canción
Boris era el mejor vendedor de Supermetal y Rinaldi, para pedirle aumento. El hombre le dijo: –“Sacate la careta”– y fueron a probar suerte.
un día colocó un preservativo inflado en la carte- “Pibe, ¿quién te creés que sos, Billy Cafaro?” –Nos recibió Ricardo Mejías, el director artís-
ra de una de las empleadas. Cuando la mujer fue –Y ese fue otro de los días en los que me juré tico, y le gustó la canción. Me dijo: “Los sábados
al baño, el preservativo saltó y ella quedó sumida tomo pruebas en el estudio, ¿por qué no viene?”.
en un ataque de nervios. El dueño concluyó que el El día de su cumpleaños, 8 de marzo de 1962,
culpable había sido Ramón Ortega, el nuevo. bajo una lluvia intensa, Ramón Ortega llegó al es-

grabo45discos.“No
–Me dijo “Está suspendido quince días”. Y yo lo tudio de la RCA mojado de la cabeza a los pies. Le
miro a Boris, y Boris mudo. Menos mal. Me jodía hicieron cantar tres canciones y, cuando terminó,
la vida si decía que había sido él. Todavía estaría Mejías le dijo: “Dese por artista de RCA”.
trabajando en Supermetal. Cuando salgo, entra el
cafetero. Lo espero y cuando sale le digo: “¿Qué habiaunoquevendiera –Salí y me dieron ganas de pegar un grito que
lo escucharan hasta en mi pueblo.

menosqueelanterior.
tengo que hacer para vender café?”. Fui donde me Mejías lo bautizó Palito –porque lo vio muy
dijo, me dieron un saquito, termos y no paré de flaco– y ese año grabó su primer simple. Al
vender café. Y ahí empecé en la radio. poco tiempo compuso “Dejala dejala” y siguie-
La radio era LV3, radio Belgrano, y llegó hasta
allí como llegaba, por entonces, a todos lados: sin
rumbo en la ciudad desconocida.
eraunalocura”dice.
, ron “Bienvenido amor”, “Despeinada” (que escri-
bió con Chico Novarro), “Media novia”.
–No había un solo disco que vos dijeras “A este
–Vi una fila de gente en la puerta. Llegó un le va peor que al anterior”. Era una locura, y todo

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Palito Ortega
pasaba muy rápido. Los que estábamos dando zó un romance del que habló el país. Poco des- guien que diga que no. El artista nunca puede
vueltas, Sandro, Favio, yo, tocábamos en tres, cua- pués viajó a México, a grabar un disco (Interna- decir que no.
tro clubes por noche. Para llegar al escenario te- cional), y desde allí emprendió una gira por Nueva Semanas más tarde, cuando se le consulte a Luis
níamos detectado el patio de la vecina. De ahí York, París y Roma, donde la discográfica había Méndez acerca de la posibilidad de tener una en-
poníamos una escalerita para saltar a la parte de organizado una agenda profusa que consistía en trevista con Ortega a solas, responderá por mail:
atrás del club y llegar al escenario, porque, si pa- presentarle a otras estrellas de la casa, como Pat “Él quiere que siempre esté presente en las entre-
sabas entre la gente, subías hecho un infeliz, todo Boom o Paul Anka. vistas. No es una preferencia mía, pero tu pedido
despeinado, la ropa arrancada. –Cuando lo fui a ver a Paul Anka le conté que yo nos resulta un poco extraño. Igual, te imaginás que
En noviembre de 1962 Canal 13 empezó a emi- había empezado cantando canciones de él. El tipo yo sigo las directivas de Ramón, únicamente”.

P
tir El Club del Clan, un programa que llegó a tener quería grabar un disco en español y me pidió si le
55 puntos de rating, en el que Violeta Rivas canta- podía mandar una canción. Esa noche me acor- alito tuvo la suerte o la desgracia de
ba temas de Rita Pavone; Chico Novarro se ponía dé como nunca del ingenio Mercedes. Miraba los surgir a la consideración popular dentro
tropical con “El orangután”; Johnny Tedesco ver- rascacielos de Nueva York y pensaba: “¿Sabrá la de El Club del Clan –dice el periodista y
sionaba a Elvis. La lista seguía con Lalo Fransen, gente dónde ando yo ahora? ¿Qué será de la ca- crítico Claudio Kleiman–, que represen-
Raúl Lavié y, claro, Palito Ortega, que, mientras sita donde nací?”. ta una época pre-rock de la música ar-
tanto, vivía en una pensión de Lavalle y Maipú. Durante la gira pasó por Los Angeles, España, gentina. Pero dentro de El Club del Clan
–Empezaron a llegar cartas de admiradoras. Roma, París y, al regresar, la RCA decidió que, en era lo más aceptable. Él y Johnny Tedesco eran
Dos, tres. Las guardaba un mes entero, sin leer- vez de volar directo a Buenos Aires, pasara una las figuras más rockeras, y Palito le agrega a eso
las, para tener la sensación de que me llegaban noche en Montevideo. su calidad de compositor. Era bueno.
muchas. Casi que las rezaba. “Palito, lo escucho –Me llevan a un hotel, y me esperaba toda la La carrera musical de Ortega es un camino
todos los sábados”, “Palito, mándeme una foto”. cúpula directiva de la RCA. Ahí mismo el director plagado de hits como “Estar enamorado”, “Decí
Hasta que abro una y decía “Querido hijo”. Re- se pone de pie y dice: “Tenemos algo para nues- por qué no querés”, y panzers de alegría blinda-
mitente, Nélida Saavedra de Ortega, Berazategui. tra estrella”. Y saca un cheque de regalías, más un da como “La felicidad” y “Yo tengo fe”. Pero es,
Sigo leyendo: “Mis vecinas se ríen de mí cuan- adelanto, y dice: “Este adelanto es por el nuevo también, el autor de “Canción del jacarandá” (que
do les digo que el que está cantando es mi hijo”. compuso en 1965 con María Elena Walsh), “Sabor
Me dije: “Algo hay que hacer”. No fui a buscarla, a nada” o “Lo mismo que a usted”, temas versio-
mandé a una persona. Ella estaba viviendo con un nados por los mejores baladistas del continente,

“Yocreoquesandrofue
señor que ponía como condición estar en el en- desde Vicentico hasta Lucho Gatica.

N
cuentro y yo dije: “No, con ella y con nadie más”.
Y en ese ínterin ocurre el hecho mas desgracia- o parece un hombre candido, pero si
do de la historia.
El hecho más desgraciado de la historia fue massabioquemiviejo”, alguien empeñado en conservar aquel clima
blanco que teñía la época en que las amas

reflexionaemanuel“se
.
que Rosario, su hermana de 11 años, iba al co- de casa escuchaban discos del Festival de
legio cuando, al cruzar la calle, la atropelló un San Remo mientras pasaban las páginas de
auto y la mató. la fotonovela semanal. Su vida, tal como la cuen-
–No llegué a tiempo para verla. Murió un vier-
nes y yo llegué el domingo. En ese momento los
músicos íbamos a clubes de tres o cuatro ciuda-
cuidodeexponerse.” ta, parece el guion de una película protagonizada
por un muchacho de buen corazón en un mundo
de buenos contra malos. Fue el novio que todas
des por noche. Murieron muchos colegas así, en las madres quisieron para sus hijas y se ganó el
la ruta. Yo me recostaba en el asiento, buscaba cariño cerrado de íconos mayores de la cultura
una estrella, confiaba en que era mi hermana y contrato que vamos a firmar esta noche”. Y yo le popular: Libertad Lamarque, que regresó al cine
decía: “No me puede pasar nada malo”. digo por lo bajo: “Pero señor, no hablamos nada en 1972 para que él la dirigiera en La sonrisa de
Se acoda sobre las rodillas, revuelve el café. del contrato nuevo”. Y me dice: “No te preocupes, mamá; Luis Sandrini, que se puso bajo su direc-
–Con mi vieja, al final, me encontré en un bar. te subimos las regalías”. Y yo dije: “Bueno, está ción en 1979 para hacer Vivir con alegría (y que,
Fue una conversación difícil. Después le alquilé bien”. Y firmé por tres años más. un año después, volvió a actuar en Qué linda es
un departamento en Núñez. Mi viejo se murió a Al día siguiente, en Buenos Aires, la discográ- mi familia, sólo para morir en el set, con Ortega
fines de los 90, a los 97 años, en una casita que fica había montado un desembarco en Norman- desesperado, frotándole el pecho con alcohol); e
se había hecho en Tucumán. Nunca quiso venir. día: lo esperaba en el aeroparque una multitud Irineo Leguisamo, a quien conoció en 1963, que
Y mi mamá murió después. Yo los puse juntos, y las cámaras de Canal 9 transmitieron en direc- lo adoptó como un hijo y que, al morir, lo nom-
en la misma bóveda. to su regreso triunfal. bró heredero universal. Ortega le hizo honor a
La pensión de Lavalle y Maipú fue un sitio que –Antonio Carrizo estaba transmitiendo y decía: esa confianza: la ropa, las medallas de Leguisa-
tuvo que abandonar pronto: cuando las vecinas “Así llega la estrella de su gira triunfal”. Después mo están resguardadas, y los secretos que se llevó
supieron que vivía ahí, empezaron a llenar la ven- hablé con Marta. Le dije: “Yo no me puedo casar a la tumba –era amigo de Gardel, que le conta-
tana con cartas de todo tipo, de modo que él en- porque tengo un panorama enorme afuera, me ba cosas–, también. Cuando se le pregunta si lo
tendió que dormir en pensiones ya no era com- piden que vuelva a México, a España, y va a ser extraña, responde: “Pienso mucho en él”. La dis-
patible con todo lo demás, que era mucho. Entre un sufrimiento para vos y para mí”. creción es su manifiesto, su declaración, su pa-
1964 y 1966 sacó siete discos (uno de ellos, En –¿Y? tria y su bandera.

E
Nashville, con producción de Chet Atkins, pro- –Y… todo lo que te puedas imaginar de una
ductor y guitarrista de Elvis Presley), fue galán situación así. n 1965 ya tenia cierta fortuna,
de fotonovelas. En 1964 ya había participado en Por esos años puso su propia productora que administraba con prudencia.
la película El Club del Clan, dirigida por Enrique –Chango–, y haciendo fotonovelas conoció a un Hacía negocios comprando y vendien-
Carreras, y salía en la portada de revistas como actor del género, Oscar Sanders, que terminó sien- do propiedades y era un galán instala-
Radiolandia o Antena con esa expresión recon- do su mano derecha. do cuando filmó Mi primera novia, con dirección
centrada y prolija que lo había transformado en –Venía alguien y decía: “Quiero llevarte a tal de Enrique Carreras. Él quería que la actriz prota-
un Buster Keaton musical. Durante una produc- lado”. Y yo decía: “Encantado”. Pero sabía que no gónica fuera Marilina Ross, pero el director impuso
ción de fotos para Radiolandia conoció a una me convenía. Entonces iba Oscar y sabía que tenía a una rubia angelical que actuaba en un teleteatro
actriz joven, Marta González, con la que empe- que decir que no. Siempre tenés que tener a al- arrasador: El amor tiene cara de mujer.

98 | R o l l i n g St o n e | Agosto de 2013
LA VOZ Palito en La Rural
en 1972, durante una
seguidilla de dos shows a
los que asistieron más de
40 mil personas.

–Era Evangelina. Yo no le daba bolilla porque Y ella se entregó completamente. na parte. Cuando se le pregunta a Luis Méndez
quería otra actriz. Pero un día la miré y me dije: Su casamiento con Evangelina Salazar, en si se puede hablar con ella, tuerce la boca, como
“Esta puede ser la madre de mis hijos”. marzo de 1967, fue una apoteosis transmitida si esa fuera la peor idea del mundo.)

P
Ella, hija de una familia de clase media conser- por Canal 9 desde la abadía de San Benito. Ape-
vadora, llegaba todos los días al set a bordo del nas diez años después de haber llegado a la ciu- erdon, manda a decir la señora si les
auto de su padre, un ebanista, y se retiraba de la dad con una valija de cartón, Ramón Ortega se puedo ofrecer algo de tomar.
misma forma. Hasta que un día él propuso lle- transformaba en muy marido de toda esa mujer La chica del uniforme blanco pregunta,
varla a la filmación. bajo los flashes de más de cien fotógrafos. Ese espera la respuesta –café, café– y se va.
–La paso a buscar, agarro por Libertador y me día Pipo Mancera logró con su programa Sába- –¿Cómo era la relación con tus
meto en un edificio donde uno de los departamen- dos circulares un rating de sesenta puntos que hermanos?
tos era mío. Le digo al portero: “Abra el piso ca- jamás volvió a repetirse. Dos años más tarde, –Curiosa, yo me vine cuando ellos eran muy
torce”. Entramos y el portero me dice: “Señor, ya el 19 de febrero de 1969, nació Martín, el pri- chiquitos. Uno empezó a grabar un disco y yo
está casi vendido”. Le digo: “Ya no se vende, por- mer hijo. no quería que entraran en el mundo de la mú-
que me voy a casar con esta señorita y voy a vivir –Y esa misma mañana murió el padre de Evan- sica por ser mis hermanos. Quería que estudia-
acá”. Ella se puso toda colorada. gelina. Martín nació a mediodía y el padre murió ran. Dos murieron. Mi hermano Luis iba a visitar
–¿Pero eran novios? a las ocho. No le dijimos nada, pero ella presintió. a mi padre a Tucumán, en auto. Era intendente
–No. La declaración fue esa. Tuvo una gran valentía y se concentró en tener el de José C. Paz. Tuvo un accidente. Y con Raúl, el
–¿Ese día se pusieron de novios? hijo. Tuvo al hijo y después se desahogó. que quedó, tengo buena relación.
–No. Jugábamos. Estábamos filmando y yo le Un día después del nacimiento, Pipo Mance- –¿Vive acá?
decía: “Claro, vos volvés a la hora que querés y de ra entraba a la habitación donde, con el pelo re- –No. En San Miguel.
los chicos siempre me encargo yo”. cogido en una torzada suntuosa, esperaba Evan- –¿Hace algo relacionado con la música?
No queda claro cuánto tiempo flirtearon de gelina Salazar con su bebé. –No. Se dedica al comercio.
ese modo pero, en 1966, Ortega estaba en Ecua- –¿Cómo le va, señora Ortega? ¿Cada cuánto Su hermano Raúl debutó como cantante en
FOTO: GENTILEZA PALITO ORTEGA

dor cuando supo que ella había ganado el premio está comiendo el bebé? 1965 con el nombre de Freddy Tadeo. Ramón Or-
como mejor actriz en el Festival de San Sebastián, –Cuatro veces al día. tega se casó en 1967 con Evangelina Salazar, que
por la película Del brazo y por la calle. Nadie hubiera pensado que esa mujer de 21 entre 1966 y 1967 interpretó a la maestra Jacinta
–La llamé y le dije: “Ahora te agrandás y se va años era otra cosa que una madre arrobada. Que Pichimahuida en la televisión; en 1968 su herma-
todo al diablo”. Y me dice: “No. Aquí terminó mi era, además, una mujer estrenando orfandad. no se casó con Cristina Lemercier, que, mientras
carrera”. Yo, feliz de la vida. Quería una mujer (A veces, en casa de los Ortega, se escucha la Evangelina se casaba, hacía de Jacinta Pichima-
que estuviera con mis hijos, tenía sed de familia. voz de Evangelina Salazar llegando desde algu- huida en la televisión. Lemercier estaba divorcia-

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Palito Ortega
da de Raúl Ortega desde 1991 cuando, el 27 de mos un entendimiento. El compañerismo, la consiste en resguardar la tranquilidad de sus se-
diciembre de 1996, se suicidó. comprensión. mejantes. Hacia el final, un colega es abatido y,

A
–¿Qué la saca de quicio de vos? mientras Ortega y Altavista se alejan en un Falcon
unque la gente piense otra cosa, mi –Mi parsimonia. Suelo ser de largos silencios. blanco, se escucha una canción: “Pobres los que
mamá tiene mucho carácter. Se sobresalta cuando entro en una habitación por- matan simplemente por matar. Esos eligieron el
Julieta Ortega, actriz, segunda hija de que dice que nunca me escucha. camino del dolor. Pobre de esa gente que olvidó su
Ramón Ortega, está sentada en un bar de –¿Es paciente, suave? religión, esos que a la vida no le dan ningún valor.
Palermo, puntual, después de despertarse –Pse. Tiene su carácter. No te creas. Los que confundieron la palabra libertad”. En la
muy temprano para mandar al colegio a su hijo “Ramón es una persona terriblemente calla- última escena, Altavista, Balá y Ortega bailan to-
Benito, cuyo padre es el músico Iván Noble. da –decía Evangelina Salazar en una entrevista mados por los hombros y un cartel sobreimpre-
–Ella maneja todo. No sé si no es una brillan- emitida por Crónica TV–. Cuando éramos más so dice: “Dedicamos esta película a aquellos que,
te estrategia de su parte dejar que la gente diga: jóvenes [...] con su trabajo y los chicos todo eso arriesgando sus vidas, luchan permanentemente
“Mirá, siempre detrás de su marido”. Mi mamá se disimulaba un poco más. Entonces ahora hay en defensa de la justicia”.
es la mujer que mi papá necesita, y mi papá es que traerlo un poco a la conversación.” –Dos locos en el aire fue hecha a destiempo.

E
el hombre que mi mamá necesita; son alianzas, Pero en esa época lo pasé como el noventa por
acuerdos. Verla como la mujer sometida es una s buen compositor –dice clau- ciento de los argentinos. Miles de personas iban
idea equivocada. dio Kleiman–, pero me parece que a un estadio a ver un Mundial con los generales
–¿Y tu padre? lo mejor que hizo es de los 60. En ahí, y no había una chiflatina, una puteada. Creo
–Cuando vienen invitados se pone muy con- los 70 se prendió en la época más que nos equivocamos mucho. Uno después se da
versador, pero la intimidad le cuesta. Yo siempre olvidable. Hay una cultura argentina del espec- cuenta de que tendría que haber tomado más par-
me sentí muy querida por él. Yo tendría unos 7 táculo de derecha. No eran de derecha, pero se tido. El hecho de que un alto porcentaje del pue-
años, y estaba a upa de él, y enfrente había una prendieron en la onda de los milicos. Olmedo, blo argentino no lo haya hecho no justifica que
nenita hermosa, con el padre. No sé qué habrá por ejemplo. Tipos talentosos que cayeron bajo vos no lo hayas hecho.
percibido mi papá, pero me dijo en el oído: “Mi esa onda ideológica medio extraña. Y ahí Pali- En 1976 editó el disco Por siempre Palito; en
negrita es la más linda de todas”. Me dio todo lo to empezó a componer cosas muy reaccionarias. 1978, Me gusta ser como soy; en 1979, Autorretra-
que me tenía que dar. Es una de las personas más “Caradura”, “Tirate al río”… Ahora, escuchando to. En 1981 el destino se puso en marcha otra vez
generosas que conozco. Y mi mamá... ¿Pero por el último disco, que me pareció muy buen disco, y apuntó al corazón del desastre.
que no hablás con mi mamá? me parece que él también se identifica más con –Yo iba a cargar nafta, y en la estación de servi-
–¿Ella querría? esa producción de los 60. cio me encontré con el hijo de un amigo...

E
–No tendría ningún problema. Olvidate. Le Con esa manera de contarlo todo como si los
mando un mensaje y lo hacen. ntre originales, recopilaciones contratos millonarios no fueran más que acuerdos
Una hora más tarde llega un mensaje de Julieta y etcéteras, lleva editados cuarenta y entre almaceneros, dice que el hijo del amigo iba
Ortega que dice: “Hablé con mamá y dice que no cinco discos desde que, en 1962, salió a reunirse en Brasil con Edwin Peristein, uno de
tiene problema. Hablá con Luis Méndez”. su primer single. La producción cine- los abogados de Frank Sinatra, para venderle ca-

L
matográfica no fue menor: treinta y una películas, ballos de polo, y que él le dijo: “Decile que lo quie-
os or tega tuvieron seis hijos. mar tin nueve dirigidas por él. Su debut como director fue ro traer”. El 11 de febrero de 1981, en un hotel de
es musicalizador. Sebastián Ortega es pro- en 1976, a poco de comenzada la dictadura, con Nevada, se firmó, entre Chango Producciones y
ductor televisivo. Julieta es actriz. Emanuel Dos locos en el aire, protagonizada por él mismo Sinatra, un contrato por seis presentaciones –cua-
es cantante. Luis es director de cine y Rosa- y Carlitos Balá, que transcurre en una base mili- tro en el Sheraton, dos en el Luna Park– a cambio
rio también se dedica a la música. En la sala de tar. La historia de amor está a cargo de Ortega y de un cachet de dos millones de dólares. El desem-
su casa, Ramón Ortega moja una galletita en el Evangelina Salazar, y los chistes –blancos: dirigir barco, que sería en agosto, tuvo su polémica. La
café con leche. el tránsito aéreo desde una grúa con un silbato– a revista Humor organizó un festival en Obras Sa-
–Con la madre jamás hemos hablado acerca de cargo de Balá, todo en medio de una militaria jo- nitarias, en repudio a la presencia de Sinatra, que
cómo tenía que ser la educación, pero sí decíamos cosa y bonachona. Su segunda película como di- duró tres días. Estuvieron Miguel Cantilo, Víctor
que en una edad hay que soltarles la mano. Sólo rector, Brigada en acción, protagonizada por él Heredia, Juan Carlos Baglietto, Fito Páez. Sina-
intervenir si los vemos al borde del precipicio. mismo, Carlitos Balá y Juan Carlos Altavista, fue tra, de todos modos, vino y, por esos días, el dólar
–¿No te dio temor verlos al borde? estrenada en junio de 1977 y comienza con Orte- pegó un brinco atroz: de dos pesos pasó a ocho.
–No. Esa libertad que tuvieron la usaron in- ga, un policía de la Federal, persiguiendo a unos Las entradas, cuyo costo original equivalía a cien
cluso para experimentar. delincuentes en un Falcon. Esas escenas aparecen dólares, terminaron vendiéndose a menos de vein-
De esa pareja (que eligió como modelo la más alternadas con otras en las que se muestra una vi- te como consecuencia de la devaluación. Pero Si-
tradicional de las familias: matrimonio hasta que sita al Museo Policial de Buenos Aires durante la natra cantó, Ortega honró el contrato, y una se-
la muerte los separe, la dama en casa y el hombre que un hombre dice que el trabajo de la policía mana más tarde no tenía nada (ni casa ni auto ni
a trabajar), salieron seis personas de profesiones derechos de autor), salvo una deuda de dos mi-
volátiles por cuya sangre parece correr cualquier llones doscientos mil dólares.
cosa menos tradición. Sólo por poner un ejemplo, –Pero yo dije: “Voy a salir a cantar hasta que

SEGUNCHARLY:“Tiene
Luis Ortega, director de películas tan ajenas al pueda pagar todo”. Y agarré la guitarra y salí a
mainstream como Caja negra o Monobloc, le dijo cantar.
en 2008 a R olling S tone : “A los 15 años llegué –¿Y mientras Sinatra cantaba no estabas pen-
a Buenos Aires y descubrí las drogas, la gran ciu-
dad y el cine. En esa época tomaba de todo: anfe- unagrancapacidad sando en lo que ibas a perder?
–No. Disfruté mucho de los shows.

deamor.Hoyesun
taminas, cocaína, free base con bicarbonato. Pero Durante casi cuatro años, Ortega salió a can-
la droga que más me impactó fue el LSD”. tar allí donde estuvieran dispuestos a pagarle.
–¿Te imaginás sin Evangelina? Fue entonces cuando conoció a Amalia Lacroze
Hay un silencio breve, una mirada esquiva,
como si evaluara la posibilidad de no contestar
o de hacer algo temible.
hermanodelalma”. de Fortabat, la poderosa empresaria argentina, con
quien tuvo una relación de la que se dijo mucho. El
libro Amalita, de Marina Abiuso y Soledad Valle-
–Lo veo casi un absurdo. Porque ya tene- jos (Sudamericana, 2013), aborda el vínculo entre

100 | R o l l i n g St o n e | Agosto de 2013


1 2 3

AMIGOS Y AVENTURAS Junto a Chet Atkins (1),


guitarrista de Elvis, que produjo el primer disco
de Palito en Nashville. Con Sinatra (2) en 1981. La
dedicatoria dice: "Para Palito, los mejores deseos".
Pelé y Palito (3), en 1963. Con Sandro (4) y Monzón 4
6 (5); y abrazado a Grela y Troilo (6), grandes valores.

L
ambos: “Ella le daba una prioridad absoluta: si a noticia no fue traumatica, porque a güe, escribe: “Ortega [...] no es más que una
estaba reunida, se excusaba para atenderlo. [...] mí, a los 7 años, Estados Unidos me pare- artera invención política que se ajusta perfec-
Amalita lo ayudó en todos los sentidos posibles”. cía Disneylandia. tamente al anhelado proyecto neoconservador
Él dice que, en efecto, Amalita lo ayudó porque Emanuel, el cuarto hijo de Ramón Orte- del presidente Menem [...] Se trata de la cons-
dizque admiraba su estirpe de guerrero y que era ga, vive en Estados Unidos y está de paso titución de la llamada Liga de Ganadores, [...]
una mujer con un carácter tremendo que, en efec- por Buenos Aires para presentar su último disco. conformada por hombres cuyos rasgos más dis-
to, con él se suavizaba. En un bar cercano al Jardín Botánico dice que tintivos son la sumisión y el plácido acatamien-
–En 1984 terminé de pagar lo último. Sentí que, pensó que en Estados Unidos se iba a encontrar to a todos y cada uno de los postulados del go-
si no cambiaba de aire, me iba a hacer muy mal. con el Ratón Mickey. bierno nacional”. Ortega, en cambio, dice que
Así que me fui a Miami. Sinatra sabía lo que había –Recién de grande me enteré de que dormía- no conoció a Menem hasta después de decidir
pasado y en el abrazo de despedida me dijo: “Cuan- mos en una casa que estaba embargada. Un padre su postulación a gobernador por su provincia.
do vayas a los Estados Unidos y necesites una ga- así te la pone brava: uno no se puede permitir ser Cuenta que estaba en Miami cuando su amigo
rantía, no dejes de llamarme”. mucho menos. Mi papá nunca le tuvo miedo a Juan Alberto Mateyko le dijo, como quien dice
–¿Tu familia qué dijo? que uno se golpee. A mi mamá le cuesta un poco vamos al cine: “Vamos a la asunción de Menem”.
–Yo ya lo había decidido. más, pero también es dura. Así fue como se encontró en la Casa Rosada y,
Llegaron a Miami en agosto de 1985 sin saber –¿Por ejemplo? jura, se vio venir.
inglés, sin casa, sin trabajo. –Cuando yo me iba llorando al colegio, en –Me vi venir con la banda.
–Llamé a los abogados de Sinatra. A la sema- Miami, una vez me tiré al piso y me agarré llo- En ese momento, el candidato que reunía en
na me recibía el presidente de Telemundo, una rando a la pierna de mi mamá y empecé: “No voy, Tucumán más del 60 por ciento de la intención
cadena hispana, para preguntarme qué quería no entiendo nada, nadie me habla”. Mi mamá me de voto era Antonio Domingo Bussi, goberna-
hacer. Empecé a producir programas para ellos levantó del brazo y me dijo: “Vos vas a ir al cole- dor de facto de la provincia durante la dictadu-
FOTOS: GENTILEZA PALITO ORTEGA

y me fue muy bien. Atrás de todo eso estaba la gio. Este es el país donde estás viviendo ahora”. ra, un militar del ala dura del Ejército apodado
mano de Sinatra. Cuando tiene que poner el pecho, lo pone. “El Carnicero”.

E
–¿Volviste a verlo? –Terminé presentándome porque influyó
–Jamás. Pero allá no fue fácil. Los chicos ve- n el libro pa l i to o r te g a , d e l mucho el hecho de que Bussi fuera el opositor.
nían todos los días llorando del colegio. Nadie les ocaso artístico al éxito político Me parecía bochornoso que, dos por tres, cuan-
hablaba. Y con la madre les decíamos: “Se la tie- (Letra Buena, 1992), su autor, el do salía un comentario sobre un operativo con-
nen que bancar”. periodista Hernán López Echa- tra los subversivos en tal o cual campo, salían él

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Palito Ortega

SWEET HOME En su
propiedad de Luján,
donde García grabó
Kill Gil y luego pasó
una temporada en
rehabilitación.

E
y el Malevo Ferreyra a pelearse entre ellos a ver l mandato de ramon ortega termino en 2005, Luis Ortega los reunió en una cena. Esa
quién había sido el jefe del operativo. en 1995 y fue, después, secretario de Desa- noche, Ortega le ofreció a García su estudio de
En 1991 Ortega ganó la gobernación y la fa- rrollo Social del gobierno de Carlos Menem, Luján. García aceptó, grabó Kill Gil, y tres años
milia dejó Miami para regresar a Tucumán. Pero senador y candidato a vicepresidente con más tarde estaba internado en la clínica psiquiá-
no volvieron todos. Julieta se quedó estudiando Eduardo Duhalde en 1999. Entre una cosa y trica Dharma bajo la intervención de un juzga-
actuación en Los Angeles; Martín, trabajando la otra compuso canciones que nunca grabó; com- do civil. Allí lo fue a visitar Ortega, varias veces,
en Miami; Sebastián, cursando administración pró ciento cincuenta hectáreas cerca de Luján y hasta que un día sintió un impulso irrefrenable
de empresas y Emanuel se quedó para terminar montó, allí, casa y estudio; hizo un breve paso por y llegó al lugar en el exacto momento en que la
allá el colegio secundario. Miami para estudiar economía regional; compu- jueza estaba por disponer el traslado de García a

Y
so en 2002, junto a Chico Novarro, el tema del un instituto de rehabilitación. Entonces Ortega
o dije: “otra vez, no”, y ellos respe- programa El sodero de mi vida, que le valió un ofreció su casa de Luján. La jueza puso severas
taron ese sentimiento –dice Emanuel–. Martín Fierro, e hizo apariciones breves en Los condiciones de aislamiento y la quinta quedó ve-
Igual, a los cuatro meses me vine. Yo Roldán y en Graduados. En 2007 grabó un disco, dada no solo a la familia sino, también, a los mú-
tenía 13 años, arito, el pelo largo. Acá doscientos ejemplares sólo para los amigos, lla- sicos que iban a grabar. Durante seis meses, esos
me miraban como si me hubiera baja- mado Canciones para mí. Y en 2008 llegó el hu- dos hombres compartieron un calvario privado
do de una nave espacial. Un día le fui a racán García. del que se saben algunas cosas. Pocas.
decir a la profesora de matemáticas: “Le vengo a La primera vez que Charly García y Palito Orte- –Fue duro para él. No para mí. Había días en
pedir que me tenga paciencia porque vengo de ga se encontraron fue en 1977, en Tribunales. Or- que él estaba con una depresión muy grande y
afuera”. Y me dijo: “Mirá, si vos creés que vas a tega le había hecho juicio a raíz de unas declara- tenía ganas de hablar hasta las cuatro de la ma-
tener algún privilegio, estás muy equivocado”. ciones de García sobre una película suya (hay, en ñana. O nos íbamos a dormir a las tres, y a las
–¿Tus padres qué decían de esas cosas? verdad, una pequeña saga de Ortega versus otros: cuatro y media me golpeaba la puerta y decía:
–No sabían. Estaban tan enajenados en su en 1969 le hizo juicio a la editorial Galerna por “Vamos al estudio, quiero grabar”. Me dolía lo
universo que no había hueco para contarles. Yo la publicación de una biografía, llamada Indaga- que le estaba pasando. Pero el que tenía el dolor
no les reprocho nada, pero cambiaría algunas ción de un ídolo, escrita por Carlos Ulanovsky, y era él. Yo puse el hombro, que lo ponés por cual-
cosas. Yo a los 15 firmé un contrato con la Sony el libro fue sacado de circulación y quemado por quier amigo.
para grabar un disco en Los Ángeles y ellos me decisión judicial; en 2010 le hizo juicio a Chiche –¿Alguien hizo algo así por vos?
dijeron “está bien”. Y las consecuencias de toda Gelblung, por considerar que él y su mujer habían –Y, es probable. Yo, en Mendoza, cuando
esa exposición me hicieron mal. Pero fueron sido difamados en su programa, y lo ganó). Gar- era Nery Nelson, tenía un amigo que era locu-
unos padres muy estimulantes. cía y Ortega no volvieron a hablarse hasta que, tor y hablaba de mí en la [Cont. en pág. 120]

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palito ortega carme de los loqueros? No lo sé. Pienso que fue en un starbucks de barrio norte, rosario or-
porque se dio cuenta de que podíamos ser ami- tega, que canta desde hace un tiempo con Charly
[Viene de pág. 96] radio. Me buscaba shows gos, y evidentemente valoraba mi trabajo artísti- García, dice que recuerda las navidades de Miami
desinteresadamente. co. Pero siempre estaré en deuda [...]. como navidades de cuento.
–Una cosa es hablar de Nery Nelson en la –¿Qué palabra lo define mejor? –Montón de regalos, árbol gigante. Yo abría
radio y otra llevarte a una persona siete meses –“¡He hey!”. O algunas de las creaciones cacofó- los regalos y siempre eran unas muñecas divinas,
a tu casa. nicas que solía disparar entre estrofa y verso. y nos quedábamos con mi mamá peinando las
–Bueno, pero cada uno hace de acuerdo a su muñecas hasta que yo me cansaba y me iba y se
posibilidad. luis mendez esta de pie en la puerta de calle quedaba ella, peinando. Ella es protectora, pero
Se queda en silencio. Palmea el apoyabrazos de la casa de Ortega y hace gestos agitando las no es cuida. Igual me parece que se pasaron un
del sillón. La mano baja y sube despacio, como manos. poco con el dejar hacer lo que quieras. En el co-
si rebotara en una nube. –Dale, así no los hacemos bajar dos veces. legio yo era muy vaga, y nadie me decía nada. Yo
–¿Seguimos la próxima? –pregunta Luis Es 7 de marzo, cinco de la tarde. Méndez lleva diría que hay que poner más límites.
Méndez. un paquete y, apenas Ortega abre la puerta, vis- –¿Qué sabés de la vida de tu padre?
tiendo una chomba oscura, jeans tremendamen- –Poco. Mi viejo es muy para adentro. Y mi vieja
un dia, ya de noche, esta sentado en un salon, te azules, se lo da. nada que ver. Es mucho más eufórica. Es orde-
poco antes de subir a tocar en una fiesta privada –Feliz cumpleaños. Es mañana, pero... nadora compulsiva. En mi casa hay bolsas que
en el Tattersal. Usa camisa blanca, pantalones ne- –Uh, gracias, Luisito. dicen: “Sábanas en desuso pero en buen estado”.
gros. Dice que uno de sus hijos, que atraviesa un Ortega abre el paquete y saca una biografía de Su perchero es impecable. Por estación, por color.
momento complejo, estaba con un músico amigo Gardel. A mi papá le tira ropa, se compra algo horrible y
–en idénticas condiciones de dolor– y lo llamó por –Uh, muchas gracias. viene mi mamá y se lo tira. Mi papá se viste muy
teléfono cuando él ya salía de su casa. Llevará ese libro por todos los ambientes de la gracioso. Un traje blanco y llantas Nike gigantes.
–Me preguntaron si podía pasar a conversar un casa por los que se mueva esa tarde: el estudio, la Yo no admiro lo obvio de él. Admiro las cosas que
rato y les dije: “No, muchachos, me tengo que ir sala, la terraza, como un niño que atesora algo que nadie conoce.
a trabajar”. Pero les dije: “Tienen que serenarse. no quiere perder. –¿Y cuáles son esas cosas?
Ahora su dolor pesa tanto. Tienen que lograr que –Vengan, vamos arriba. –Eso queda para mí.
mañana pese cien gramos menos. Y después cien Una escalera blanca lleva a la terraza repleta de La discreción. Marca de fábrica, declaración,
gramos menos. Tienen que llegar al kilo”. jazmines. Los regadores funcionan con un siseo bandera.
–¿Vos a quién recurrís cuando te pasa algo? tranquilo y su hija Rosario, sentada en una reposera
Se queda quieto, pétreo, como si estuviera con- bajo la luz suave de la tarde, habla por teléfono. son las cuatro de la tarde del 13 de marzo.
teniendo un impulso temible. –La verdad es que no tengo miedo de perder En quince minutos este día empezará a quedar
–A mi padre. Pienso qué hubiera hecho él. cosas. Ya me pasó. Y tengo la fuerza para volver a en la historia pero ahora parece, simplemente,
juntarlo. Mi felicidad no depende de una cosa, de otro día azul de comienzos del fin del verano. La
el jueves 16 de mayo de 2013, a ultima hora de un lugar, de una persona. chica de modos suaves, de uniforme blanco, abre
la tarde, Charly García recibe un mail con algunas –¿Nada te puede aniquilar? la puerta y dice:
preguntas acerca de Ramón Ortega. Al día siguien- Se queda callado y mira, otra vez, como si estu- –Pase, por favor. El señor ya viene. ¿Le sirvo
te, a las once de la mañana, llegan sus respuestas: viera evaluando opciones peligrosas. agua?
dos páginas de Word. Eso –esa rapidez, esa gene- –Bueno, la vida es frágil. Yo no he superado –No, gracias. En la casa no hay mascotas,
rosidad– debe de querer decir alguna cosa. nunca lo de mi hermana. Me entristece mucho la ¿verdad?
–¿Podrías contar alguna situación de la que idea de no haber podido vivirla. A veces me ima- –No, pero no sabría decirle si hubo porque yo
hayas sido testigo que dibuje su manera de ser? gino cuántos hijos tendría hoy, cuántos sobrinos soy nueva. Permiso.
–En la quinta de Luján había policías en la tendría de ella. La chica desaparece y, dos minutos después,
puerta y/o una cierta vigilancia discreta [...] Un Un nene rubio, de 2 años, entra en la terraza vuelve.
día vino Mecha [su pareja], pero la enfermera a corriendo y Ortega reacciona como si hubiera lle- –Manda decir la señora que tenían dos gatos,
mi cargo la botoneó con la vigilancia, porque ya gado un magnífico regalo inesperado. pero que los llevaron al campo porque destro-
no era horario de visitas, entonces se tenía que –¡Eyyy, papucho! ¿Qué pacha, qué pacha? zaban todo.
ir. Palito la llevó en su camioneta, pero después ¡Eyyy, eyyy! La chica se va. Apenas después, desde la coci-
de un rato apareció con Mecha. La había hecho Se levanta, se agacha, lo besa. El nene salta, lo na, se escucha la voz de Evangelina Salazar que
pasar acurrucándola en el asiento de atrás de la abraza, lo besa. Es hijo de una amiga de Rosa- grita, con entusiasmo:
camioneta. Sabía que a mí me importaba y que rio, una chica muy joven que viajará esta noche –¡Argentino!
me hacía feliz. a su pueblo de origen y que no quería irse sin La voz de Ortega, en tono azorado, pregunta:
–¿Tenías algún preconcepto acerca de él que saludar. –¿Argentino?
ahora haya desaparecido? –¿Hablamos antes de que me vaya? –pregun- Y ella, otra vez:
–Empecemos por el gran favor que me hizo al ta la chica. –¡Argentino, argentino!
interesarse por mi caso y evitar una internación –¿Podés esperar un ratito?. Siguen aplausos, hurras. Un segundo después,
aún peor que la del lugar donde yo estaba. En la –Sí, claro –dice la chica, y desaparece por las Ramón Ortega aparece en el living –suéter oscu-
clínica me habló como un hombre, con una gran escaleras. ro, jean, las zapatillas– y dice, sin euforias:
capacidad de amor. Un día le dije en un abrazo: –Esta chica quedó embarazada –dice Ortega–. –Habemus Papa.
“Palito, demasiado dolor”. Y él estrechó el abrazo El chico se borró y todas las amigas de ella se hi- –¿Bergoglio?
y me dijo algo así como: “Ya va a pasar este mo- cieron solidarias. –Sí. Morite.
mento”. [...] Desde que lo vi en El Club del Clan lo Una hora más tarde, ya noche cerrada, la chica Son las cuatro y cuarto de la tarde y un carde-
acompañaba con una cacerola haciendo de bate- vuelve para despedirse. El nene abraza, besa, y nal en Roma acaba de anunciar que el nuevo Papa
ría, pero a la vez desconfiaba de las melodías tan Ortega hace lo mismo. Después, se van. es el argentino Jorge Bergoglio, hasta entonces
fáciles y las letras cotidianas. Yo era un hippie (paz –El nene te quiere mucho. arzobispo de Buenos Aires. Ortega se sienta en
y amor, canciones provocativas, anticomerciales). –Sí. Es mi ahijado. el sofá, frente al televisor. Lo enciende y apare-
Hoy es un hermano del alma. ¿Por qué se embar- La discreción. Marca de fábrica, declaración, ce Bergoglio, la plaza que aturde. Ortega es ca-
có en una tarea tan difícil y tediosa como fue sa- bandera. tólico profundo: reza, va a misa, lleva a misa a

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sus nietos. Este es, para él, un momento de im- quedaban las canciones de los Beatles o de Si- –No sólo. Hemos hablado de otras cosas. He ha-
portancia radical. Sin embargo, ahí está: miran- natra. Se consume y se tira. Es un ritmo que blado con sus hijos.
do la asunción del Papa junto a alguien a quien asusta un poco, y no es el mundo que yo viví. –Bueno, pero no quieren. Y a mí me parece
apenas conoce. Pero, además, una sola acción al día es suficien- bien.
–¿No querés ir a verlo con tu familia? te, y una buena acción es, también, saber que La última aparición ante los medios de Evan-
–No, por favor, no te preocupes. Estoy muy hay mucha gente joven esperando, y hay que gelina Salazar data del 16 de septiembre de 2012.
bien. dejar ese espacio. Yo luché mucho para alcan- Ese día su marido, recién llegado de Nashville,
Desde la cocina llegan los gritos de entusias- zar lo que quise y lo alcancé. Yo quería tomar- se sintió mal y manejó desde la quinta de Luján
mo, la algarabía familiar, pero él se queda: perma- me un vinito con Dios y me lo tomé. No tengo hasta la clínica Favaloro, en Buenos Aires, donde
nece con el que está solo. Media hora más tarde esa deuda pendiente. lo internaron con un diagnóstico de neumonía.
tocan el timbre y, mientras Luis Méndez sube, Cuando termina de comer la galleta que ha En la puerta de la clínica, pedagógica y amable,
Ortega dice: mojado en el café pregunta: Evangelina Salazar agradeció el interés de todos
–Estaba hoy con Emanuel y le dije: o es italiano –¿Vamos a ver el taller? y dijo que su marido estaba bien.
o puede ser Bergoglio. Yo tengo esas cosas. El taller está en la terraza y es, en realidad, la
cocina donde una mujer prepara, una vez por son las seis de la tarde del jueves 18 de abril
su ultimo disco de canciones ineditas era, semana, alimentos aptos para su diabetes. Hay de 2013, en la quinta Mi Negrita, a un lado de
hasta entrado este siglo, un álbum de 1988 lla- una mesa, una heladera, varios cuadros: uno, la ruta número 47 que lleva al pueblo de Nava-
mado Yo soy latinoamericano. Desde entonces, todavía en esbozo, es un paisaje norteño; otro, rro, cerca de Luján. El aire es, todavía, un aire
aunque seguía componiendo, no había vuelto a un autorretrato. Hay, también, un Cristo cruci- suave y líquido bajo el cielo que parece un mar
grabar un disco original. En diciembre de 2010, ficado bajo la noche oscura y un Elvis, en cruz de luz. Desde las ventanas del primer piso del
después de treinta años sin tocar en vivo en Bue- sobre su guitarra. estudio de grabación se ve el césped, verde como
nos Aires, se presentó en el Luna Park ante un –La gloria en algún momento te crucifica. una alfombra de píxeles. Ortega está sentado
público eufórico y con invitados como Charly Cuando ya no podés salir de tu casa, cuando en un sofá, en el centro de una sala empapela-
García y Raúl Lavié. El diario Clarín dijo: “La todo el mundo te endiosa y no tenés vida. da con partituras de sus canciones, portadas de
vuelta de Palito Ortega al Luna Park fue un viaje Es de noche cuando Emamuel Ortega apare- sus discos. Hay, también, una cocina y tres ha-
al pasado con la presencia de grandes compañe- ce con una taza de té. bitaciones, para los músicos que se quedan a
ros de ruta. El público –muchas mujeres de más –Ey, Emanuel, le decía a Luis que hoy te dije: grabar, dispuestas con estética de jardín de in-
de 50 años– sintió que volvía a sus épocas dora- “O es italiano o es Bergoglio”. A veces tengo esas fantes: camas con cobertores blancos, paredes
das…”. Un año más tarde, en diciembre de 2011, cosas yo... verde pastel. A lo lejos, se ve la capilla.
volvió a presentarse en el teatro Gran Rex. “Con Pocos días más tarde, Luis Méndez llama para –A Charly lo llevaba mucho a la capilla.
el paso del tiempo, Palito se fue ganando el res- acordar detalles del próximo encuentro, que será –¿Es creyente?
peto de los artistas más jóvenes y, en especial, de en la quinta de Luján, y propone una fecha para –Medio lo tenés que empujar. Yo le decía que
aquellos surgidos en el rock –publicó entonces la la entrevista con Evangelina Salazar: un viernes tenía que hacer un recital para agradecerle a la
revista El Guardián– [...]. En los últimos shows a las seis de la tarde. Virgen, frente a la Basílica, a las seis de la ma-
fue el ex Bersuit Gustavo Cordera quien subió al ñana. Y me dijo: “Palito, a las seis de la tarde. A
escenario [...]. Cordera reivindica que es «El rey, –yo creo que estuvo apartado de la musica las seis de la mañana es muy temprano”.
el indiscutible rey. El que ha dado mucha música muchos años –dice el crítico Claudio Kleiman– Se levanta del sofá, se acoda en una peque-
y grandes himnos argentinos»”. Y en 2012, des- y su reencuentro fue hace poco. Y esto coincide ña barra.
pués de veinticinco años sin hacerlo, lanzó, en el con el papel muy positivo que jugó en la recu- –Yo acá grabé una canción. Por Charly. Un día
sello independiente Bueno Records, Por los ca- peración de Charly, y creo que también tienen lo fui a ver a la clínica y lo vi muy mal. Se me
minos del rey, un disco de temas nuevos graba- mucho que ver los hijos, que son piolas. Los mú- aferró y me empezó a decir: “Demasiado dolor,
do en Estados Unidos, principalmente en Nas- sicos lo quieren y lo admiran. Me parece que hay demasiado dolor”. Me angustió tanto que vine y
hville, en el que lo acompañaron los Memphis un respeto. Y todos los que queremos a Charly le dije al chico: “Grabame”. Prendí el piano y ahí
Boys, músicos originales de Elvis Presley. le estamos agradecidos por lo que hizo. Porque nomás hice una canción que dice “Demasiado
–Pasó mucho tiempo desde el último disco, sí, fue un gesto de enorme humanidad. dolor”. Pero nunca la voy a dar a conocer.
pero tal vez tenga que ver con lo que ha pasa- –Yo creo que Sandro fue más sabio que mi viejo –¿Por qué?
do con la industria en general. Antes era el en- –dice Emanuel–. Porque se cuidó de exponerse. –Es algo muy íntimo.
tusiasmo de sacar un disco y tirarnos cifras por Mi papá fue a buscar retos, pero tendría mucha La tarde ya se va cuando baja las escaleras,
la cara entre Sandro, Favio y yo. Nos decíamos: más aprobación de sus colegas y del público si se silbando entre una nube de mosquitos.
“Este año con «Rosa, Rosa» te mato”. Y yo: “No, hubiera guardado más. Él sabe que no es dueño Abajo, en el estudio, busca algo en su male-
vos porque no escuchaste «Yo tengo fe»”. Todos de una voz privilegiada, que no es un compositor tín, se acerca a un equipo y pone un CD. El sitio
pasábamos de los cuatrocientos mil discos ven- que va a dejar obras maestras, pero para la músi- se llena del sonido de un teclado con reverbe-
didos. En un momento perdemos ese ímpetu. Te ca tiene un don. Muchos tienen talento, pero no rancias cóncavas y, sobre esos acordes oscuros,
puede pasar que te entusiasmes con un proyecto, vas a encontrar a muchos con un don de hacer gregorianos, su voz, extrañamente grave, canta:
como yo me entusiasmé con este. Dije: “Bueno, canciones que penetren tanto. Es mucho mejor “Demasiado dolor para un solo hombre, dema-
estos músicos han tocado con los más grandes”. compositor de lo que la gente cree. Pero es muy siado dolor. Se paró tu reloj, y a la vez se apagó
Está bien, me gusta la idea. pragmático. Entendió enseguida por dónde iba el faro que ayer te dejaba ver dónde estaba el ca-
Por los caminos del rey tiene doce canciones lo suyo, y le dio por ese lado. mino. Qué desolación. Y no existen pastillas para
que siguen cantándole al amor bajo todas sus el olvido”. Cuando su voz se desvanece, el gemi-
formas, pero no únicamente: “Señales de la tie- en las primeras semanas de abril, luis men- do nasal, tristísimo de Charly García, susurra:
rra” tiene un contenido ecológico; “Madre, si te dez llama para suspender el encuentro con Evan- “I want you back”. Después, el estudio queda en
dicen” habla sobre los soldados muertos en Mal- gelina Salazar porque, dice, está enferma. Dos silencio. Ortega, con movimientos lentos, abre
vinas. En diciembre de 2012 Ortega presentó el semanas después, sin embargo, llama para sus- el equipo, saca el CD, lo guarda, busca otro, lo
disco en el Luna Park, en un show en el que to- penderlo definitivamente. pone y dice, animado:
caron los Memphis Boys y en el que cantó cin- –¿Te puedo preguntar por qué? –También, claro, está la gran aventura de los
cuenta temas a lo largo de tres horas. –No quiere, y yo creo que está bien, porque el idiomas.
–Ahora las canciones no quedan más como tema de la nota es el disco. Y empieza a sonar “La felicidad” en alemán.

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