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RIQUEZA DE LOS OCÉANOS

Si los océanos fueran un país, serían la sétima economía más rica del mundo, tan
solo detrás de EE. UU., China, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido. Lo anterior,
gracias a los bienes y servicios que ofrecen sus ecosistemas, como las pesquerías,
la navegación, la producción de oxígeno y la protección ante huracanes.

De hecho, los océanos tendrían un producto


interno bruto (PIB) que asciende a los $2,5
billones anuales. Y, si fuera un bien, su valor
sería 10 veces mayor, para llegar a $24 billones.
Es importante remarcar que esto es una
subestimación, ya que producciones que no son
generadas por el océano (por ejemplo, el
petróleo y el gas costeros y la energía eólica)
fueron excluidas, al igual que sus beneficios
intangibles, tan valiosos como el rol del océano
en la regulación del clima”, aclararon los
autores.

LA RIQUEZA DE NUESTROS MARES

El mar, vulnerable y peligroso, es la mayor riqueza planetaria. Aprovecharlo mejor


se basa en tres aspectos interrelacionados: lograr más y mejores servicios y
productos, protegerlo y conservarlo para mantener esos servicios y productos y
protegernos de sus embates al ritmo que se incrementan por el cambio climático.

Mientras en tierra Costa Rica tiene poco más de 50.000 kilómetros cuadrados, en
mar poseemos alrededor de 600.000 kilómetros cuadrados. Es una riqueza
extraordinaria que hemos aprovechado muy
parcialmente y podemos capitalizar
correctamente para garantizar nuestro futuro.

Además de los servicios ecosistémicos que


brinda el mar, que son muchos y en gran
medida regulan el clima planetario, nuestros
usos tradicionales son navegación,
aprovechamiento de las costas para recreación
y puertos, disposición de aguas y pesca.
LA RIQUEZA DE LA CAZA

La protección y conservación de la naturaleza resulta fundamental en España, ya


que más de la mitad de su superficie es agraria. Además, conviene facilitar la vida
en el ámbito rural para evitar la despoblación, especialmente donde la industria no
encuentra condiciones para instalarse. En los últimos años el campo ha mejorado
su atractivo económico gracias al turismo rural, que combina naturaleza y patrimonio
histórico.

Para promover el turismo de medio ambiente, se


debe favorecer el equilibrio natural de flora y
fauna, el cual depende de dos actividades
relacionadas: la caza, y el mantenimiento y
repoblación forestal. Con una se actúa sobre la
preservación de la cadena trófica, y con la otra
se asegura la viabilidad de las especies
autóctonas, dando prioridad a las especies en
peligro de extinción.

LA RIQUEZA DE LA PESCA

Muy extendida por todo el mundo, la pesca es una actividad primaria que se
desarrolló en su mayor parte en aguas marinas, obteniéndose de ellas diferentes
peces, crustáceos y moluscos.Alrededor del 16% de las proteínas de origen animal
que ingerimos, se podría decir que provienen de algún producto que se obtenga a
través de la actividad pesquera.

La pesca es una de las principales industrias y fuentes de alimento de Malawi. Pero


en el procesado del pescado se pierde hasta un
40%. Un proyecto internacional ha ideado unas
tiendas solares hechas de polietileno sobre
base de madera que pueden solucionar, al
menos en parte, este problema. Capturan el
aire caliente y ayudan a secar el pescado en
unas horas, algo que sin este sistema puede
alargarse dos días. Esto permite vender un
producto de mayor calidad a un precio más
elevado y reducir las pérdidas.

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