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Resumen
El hombre es una persona que crece en sociedad y sólo en ella alcanza la plenitud de
su naturaleza, una vida completamente humana. La educación de un ciudadano tiene la
intención de formar personas virtuosas. Por tanto, el objetivo del presente artículo es
determinar cuál es la situación de la educación ciudadana, moral y política de la
sociedad ecuatoriana actual para determinar si esta responde a las exigencias de una
verdadera educación y formación del ciudadano.
Abstract
The man is a person who grows in society and only in it he achieves the prime of his
nature, a fully human life. The education of a citizen makes virtuous people. This article
tries to research the situation of the citizenship, moral and politic education in the
current Ecuadorian society to determinate if it responds to the requirements of a true
education and formation of the citizen.
Palabras clave
Keywords
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Estudiante de la facultad franciscana de filosofía y teología “Cardenal Echeverría”
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Introducción
De este modo, uno de los posibles alcances del presente trabajo será el poder
determinar la importancia de la educación en estos tres campos antes mencionados;
realizar una crítica íntegra al estado de la educación de la sociedad actual; y por último,
reconocer porqué esta educación nunca puede faltar en una sociedad pues, al parecer
esta investigación llevará a una conclusión de que el bien común hacia donde este tipo
de educación debe direccionar al ciudadano.
Desarrollo
El ser humano es, por naturaleza, un ser social, es decir, este no puede definirse
como tal fuera de una comunidad como bien afirmó John Stuart Mill. Esto debido a que
la persona posee potencialidades que sólo pueden desarrollarse con la ayuda de factores
externos, en este caso, la sociedad, y sin el desarrollo de estas potencialidades, tampoco
es posible considerar el logro de la plenitud de su naturaleza. Bien se sabe que la célula
de la sociedad es la familia; es la primera institución por la que la persona es introducida
a la sociedad; es el lugar de origen de la vida humana, de su primer cuidado y
desarrollo. Sin embargo, ella es una comunidad menor. La persona necesita de una de
una comunidad mayor, de una sociedad mayor, una sociedad perfecta, en la que
complete el desarrollo de sus potencialidades y esta es una aldea, una tribu, en fin, es la
polis (la sociedad política), ya que sólo ella es suficiente para el desarrollo de la vida
buena, de la vida plenamente humana (Cruz, 2009).
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La sociedad, y en este caso la sociedad perfecta que es la polis, es el lugar donde la
persona desarrolla completamente las potencialidades de su naturaleza; es el lugar
específico donde la persona, con la práctica, puede llegar a ser lo que constitutivamente
está llamado a ser, un hombre virtuoso. En efecto, y como afirma Aristóteles, la polis
tiene como finalidad la vida buena, la excelencia humana o virtud. Por tanto, el hombre
virtuoso llegará a serlo a merced de la sociedad perfecta, la polis.
Santo Tomás decía que cuanto más perfecto es un ser, tiene una aspiración más
universal, que tiende a lo común. El hombre, si bien está llamado a la perfección, debe
tender no sólo a bienes individuales, sino a bienes comunes pues, el bien en el que el
hombre encuentra su realización es en el bien común. Decía santo Tomás además que el
hombre virtuoso es aquel que está bien dispuesto hacia el bien común (Cruz, 2009).
Por esto último que afirma santo Tomás de Aquino, es posible vislumbrar la
necesidad de una educación ciudadana, moral y política pues, todas ellas encuentran su
razón de ser en la búsqueda de la perfección, el bienestar, el bien común de una
sociedad. De modo que, introducir en la mente de los estudiantes la noción de
pertenencia a la sociedad, el sentirse parte de ella, los hace responsables de la misma en
virtud de sus acciones –las cuales definitivamente tienen un repercusión social para bien
o para mal–. Así pues, esta educación es algo necesario si existe el deseo o anhelo de
una buena sociedad, y consiguientemente, indispensable en la formación de los
estudiantes como personas.
Basta pensar en la afirmación de Cruz (2009, pp. 17) para reconocer la importancia
de dicha educación: “La actualización de nuestra naturaleza es la actualización de
nuestra sociabilidad”. Pero, hay que tener en cuenta que, según la sociedad de la que se
disponga, así será la actualización posible de la naturaleza humana. Por tanto, ¿Cómo
permitirá la sociedad el desarrollo pleno de las personas si a nivel social y/o político no
existen las oportunidades y posibilidades propicias y reales para tal vocación?
Efectivamente, no sería de extrañar que a un gobierno que sólo busca intereses
particulares no le interese una buena formación en la educación ciudadana, moral y
política, además, no le vendría bien.
Etimológicamente, el término educación deriva del latín educare, que quiere decir
criar, alimentar, y de exducere¸ que significa llevar a, sacar afuera. A pesar de las
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distintas definiciones que se puede encontrar sobre el término educación, aquel que se
adapta al interés del presente trabajo es el de la educación como un proceso por el cual
se guía a una persona hacia el conocimiento, a través de distintos modos (como
impartición, como sacar a la luz conocimientos en virtud de potencialidades innatas,
entre otras), para el desarrollo del individuo. Platón definió a la educación como un
proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y el alma y define tres
funciones, que se mantienen aún en vigencia, a saber: la formación del ciudadano, la
formación del hombre virtuoso y la preparación para una profesión (Javier, 2011).
La ciudadanía y su educación
El ser consciente de una ciudadanía, exige al individuo tanto reconocer sus derechos,
que le son dados por el Estado, como cumplir con responsabilidades y deberes que
impuestos por las normas del gobierno. De este modo, el ciudadano tiene que responder
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a las exigencias de la nación en la que se encuentra (Lizcano, 2012). Esto genera en él
un sentido de autonomía y responsabilidad, lo primero porque es capaz de hacer uso de
sus derechos y lo segundo, porque tiene que cumplir con deberes que lo relacionan con
los otros.
La educación ciudadana, por tanto, no es sino una orientación del estudiante hacia
una toma de conciencia una realidad de su ser, su vida política, la cual se concentra
sobre todo en una actitud y no en una actividad ejercida formalmente, es decir,
encargarse de los asuntos humanos desde un puesto político ya sea como funcionario,
alcalde, diputado, senador, vocero, presidente, entre otros, ya que esa viene a ser parte
de la educación política. La vida política –entendida como actitud– hace que la persona
haga frente a la realidad política en la que vive, no como oposición, al menos no de
entrada, sino como afirmación. Se trata que de que la persona exclame: “Esta es mi
realidad, esto es lo que me permite, me pide y lo que me prohíbe el gobierno”; “esto es
lo que nos está negando el gobierno, esto o eso nos priva de verdaderos valores
políticos”; y entre otras expresiones
Por tanto, la educación ciudadana es para toda persona y debe ser enseñada. Una
verdadera educación ciudadana incrementa en la persona la capacidad de que el hombre
trascienda, salga de sí, para encontrarse con el otro. Esto hace que experimente otro
nivel de vida, que no se quede únicamente con una experiencia de vida individual sino
social, y esto en el fondo, es una vida política, real y auténtica, que no es indiferente
sino consciente.
La moral y su educación
Antes de seguir con el tema de la moral cabe hacer la distinción entre ética y moral.
Aunque ambas tengan, etimológicamente el mismo significado (ethos = conducta), en la
actualidad se ha tendido ha tendido a hacer una distinción de ambas. La ética es la
reflexión filosófica de la conducta humana (Rodríguez, 2010); trata de fundamentar
reflexivamente el conjunto de normas que constituyen la moral; es teórica. La moral,
por su parte, es la vivencia de un conjunto de principios que dirigen el comportamiento;
es práctica, vivencial.
Ahora bien, todas las acciones de una persona están encaminadas hacia un bien
último, ese bien es el que ordena toda las acciones de la vida de la persona, es decir, las
acciones singulares no son queridas por sí mismas, sino en vistas de ese fin último. Por
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ello este fin última, deberá elevarse por encima de las necesidades y circunstancias
inmediatas, y ser un bien, cuya posesión no satisfaga únicamente una particularidad de
la vida del hombre sino su vida en su conjunto, en su totalidad. Por ende, es un bien
verdadero que, bajo el concepto clásico, es abarcado por el término felicidad o bien
perfecto del hombre. Es así, como la misión de la ética es guiar la conducta de la
persona hacia el bien perfecto o fin último. Y esto, en un plano concreto y normativo, se
traduce en obrar según las virtudes, obrar bien en vez de mal, porque sólo la orientación
de la voluntad hacia el bien humano es de por sí buena en sentido moral porque bien se
puede vivir una virtud, como la inteligencia, pero está puede estar orientada hacia el mal
(Rodríguez, 2010).
Sin embargo, también existen otras concepciones de ambos términos. Por un lado, se
suele ver a la moral como el conjunto de normas determinado por una sociedad, que se
transmiten de generación en generación y que se transforman también, es decir, pueden
cambiar según la época, la cultura, etc. La ética, en cambio, es un conjunto de normas,
realizado y establecido por el sujeto como una línea que guía su conducta. De este
modo, según esta concepción, la moral corresponde a un nivel social, mientras que la
ética corresponde a nivel personal, interiorizado.
Pues bien, para el presente trabajo la concepción de la moral que se tomará en cuenta
será la de aquel conjunto de principios que guían la conducta de la persona hacia el bien
verdadero o fin último de la persona, y la de aquel conjunto de normas establecidas por
la sociedad y que rigen el comportamiento de un individuo según el área o campo en el
que se encuentre o desenvuelva. Esta elección se debe a la concordancia que habría
entonces con la educación de un ciudadano.
La política y su educación
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como la ciencia o el arte de gobernar y dar leyes y reglamentos para mantener la
tranquilidad y seguridad públicas y conservar el orden y las buenas costumbres;
siguiendo con la RAE, es definida también como la actividad política ejercida por
quienes rigen asuntos públicos, o por ciudadanos cuando intervienen en asuntos
públicos; Jouvenel, la define como toda actuación en el seno de un agregado o grupo
tendente a construir, asegurar o preservar la estabilidad del mismo; y santo Tomás, la
define como la actuación del gobernante para la consecución del bien común y la
realización de la justicia (Sijón, 2012).
En efecto, si bien la política tiene como finalidad el bien común, este responde
primero, al ser político del hombre, es decir, el hombre es capaz de buscarlo; segundo, a
las condiciones necesarias de la sociedad para que el hombre ejercite aquellas
potencialidades indispensables para la plenitud de su naturaleza. Luego, el hombre es
capaz de una vida virtuosa. De este modo, el hombre que está inmerso en la actividad
política es capaz de una vida virtuosa y de posibilitarla a las demás gentes de su
sociedad, a través de la política En otras palabras, la política tiene influencia sobre la
felicidad y vida virtuosa de la persona. Esto es lo que debe abordar la educación
política.
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Pues bien, una vez analizados los tres campos sobre los que la educación tiene una
responsabilidad y deber de impartir sus enseñanzas principales, es necesario analizar
cuál es la situación de la educación ciudadana, moral y política en la sociedad actual, a
saber, en la ecuatoriana. Para esta siguiente parte del trabajo, se tomó los libros de texto
de educación para la ciudadanía y de filosofía del Bachillerato General Unificado 1
(BGU 1) impartidos por el Ministerio de Educación, porque ellos sientan las bases del
conocimiento que tendrán los estudiantes con respecto a dichas materias, por lo que los
libros de texto de los siguientes niveles sólo tenderán a su reforzamiento y dedicar más
temas.
Dado a que exponer todo el contenido del libro de texto aumentaría la extensión de la
investigación más de lo debido, el autor del presente trabajo ha optado por exponer el
análisis y la crítica a los textos, mencionando las razones por las que escribe lo que
escribe, lo cual, según su punto de vista, ofrece una visión suficiente de lo que ocurre en
los libros. Sin embargo, para a quien le interese informarse más del contenido
encontrará en la bibliografía del presente documente, el link que abrirá la página donde
encontrar dichos textos.
El siguiente cuadro expone el punto de vista del autor del presente trabajo sobre el
material que se da a los estudiantes para el estudio de la materia educación para la
ciudadanía. Luego se expondrá una crítica.
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común
No ofrece el real aporte del
pensamiento de Aristóteles y ni siquiera
menciona a Platón y su pensamiento
Por otra parte, el enfoque del texto con respecto a la política se dirige únicamente al
factor económico, defendiendo la importancia de este con fundamentos marxistas, la
lucha de clases, la necesidad de cambiar los sistemas opresar y buscar una igualdad. En
el fondo, la idea es correcta pero la historia ha demostrado que todo socialismo no ha
cumplido con el ideal comunista de Marx: todo socialismo ha fracasado por
desnaturalizarse y terminar en una opresión, ya sea patente o latente.
Continuando con el análisis, el texto tiene razón en tomar lo económico como algo
importante dentro de la sociedad, pero no la tiene del todo porque no puede reducir la
política a un único factor, no puede absolutizar una particularidad. En efecto, la política
debe ser consciente de la totalidad de la sociedad, de los demás factores que forman
parte de la vida del hombre como el social, cultural, incluso el religioso o espiritual.
Otro aspecto que llama la atención es que solamente eleva el valor de la igualdad, lo
cual no está mal, pero otra vez evita otros puntos, es decir evita otros valores políticos
sin los cuales no es posible una verdadera igualdad, como la libertad y la justicia. Bunge
(2009) lo afirmó bien: la libertad es necesaria para procurar la igualdad y solo la
igualdad puede impedir la concentración de la libertad en unas pocas manos.
Entre más valores políticos tenga y viva una sociedad, más perfecta será esta, o al
menos, más encaminada estará hacia su ideal, la realización del individuo en sociedad,
que a fin de cuentas, tiene que desembocar necesariamente en el bien común, como
máximo ideal de una sociedad, hablando colectivamente pues, a la final, el bien propio
se relaciona con el bien común y viceversa. Y como definió santo Tomas: el hombre
virtuoso es aquel que está dispuesto hacia el bien común (Cruz, 2009).
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De este modo, se ha analizado la situación de la educación ciudadana de la sociedad
ecuatoriana actual. A continuación, sigue el análisis y crítica de la educación moral.
Sin embargo, a pesar de que haya un contenido no alterado, hace falta la exposición
de un código moral, de una ética que direccione el pensamiento de los estudiantes. No
basta que sólo se informen del problema de definir un código moral único a causa de la
diversidad de ellos, de la situación actual de la sociedad que cae en una especie de
relativismo moral, o simple indiferencia hacia, guiándose más por un hedonismo.
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Análisis de la educación política en la sociedad actual
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El apartado referente a la filosofía y a la política es correcto pues define muy la
necesidad de que una ética individual trasciende a una ética que reflexiona en la relación
interpersonal, lo cual desemboca en la conciencia de una necesaria responsabilidad las
actitudes, comportamientos y acciones para con los demás, lo cual es insoslayable para
la política. Esto sin duda, generará conciencia sobre la importancia de evitar la
búsqueda de intereses particulares en la política, tanto en la actitud política que tiene y
debe tener toda persona como en la actividad política, referida a quienes se ocupan de
ejercerse formalmente de los asuntos políticos.
Sin embargo, hace falta la mención de otros valores políticos. Como ya dijo
anteriormente, entre más valores políticos viva una sociedad, más encaminada estará
hacia la perfección de esta y de sus ciudadanos.
Conclusiones
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Bibliografía
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educacion-proviene-del-latin-educare
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%ADtica/Dialnet-UnaNotaSobreElConceptoDePolitica-26809.pdf
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