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Escuela de Psicología
Universidad Mayor
ENSAYO
(Galeano, 1995, p. 6)
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Así también, el saber emanado durante el proceso de formación de un
terapeuta, puede ser entendido como articulaciones de significado. De tal modo
que, en el proceso formativo, supongo una articulación de articulaciones de
significados, una articulación entre aquellos saberes generados fuera del
proceso formativo –atendiendo particularmente a los co-construidos en el
proceso de socialización primaria– y aquellos saberes generados en el proceso
de formación profesional en un modelo de terapia específico.
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Posmodernismo y Construccionismo Social
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del mundo que tenemos, sino como un sistema en sí, que excede al individuo
(Gergen, 1994; Boczkowski, 1995). Así, “La racionalidad es un ejercicio
discursivo” (Gergen, 1994, p. 110). Vinculado a lo anterior, se asume la
imposibilidad de dar cuenta de un universo existente o dado, en tanto que las
descripciones de elementos de la realidad o relaciones lineales son extractos
textuales de una tradición cultural, de sistemas de significado construidos
histórica y socialmente. Un tercer punto refiere de la asunción del lenguaje
como acción cultural, interacción social, contrario a la idea de que el lenguaje
tiene una función representacional de un algo interno o externo. El lenguaje
adquiere significado en la acción. Aun más, el lenguaje es la acción, “el
lenguaje para el postmodernista no es un reflejo desde y hacia un mundo
exterior sino una constitución de mundo” (Gergen, 1994, p. 111).
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de este modo para crear, mantener o alterarlos mundos de la relación social.”
(McNamee y Gergen 1996, p. 211). De tal modo que el cómo se ha significado
una experiencia en un momento dado de la historia de una persona, y de las
personas que en la interacción han participado de esa generación de
significado, incidirá en cómo son significadas otras experiencias, pasadas y
aquellas que se van dando en el acontecer cotidiano.
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significados que las personas que participan en dicho encuentro (incluyendo al
terapeuta) han construido en su devenir socio-histórico.
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Epigénesis: “en su significado más general se refiere a hechos en ciernes (génesis) que se construyen
sobre (epi) eventos inmediatamente precedentes” (…) “los intercambios y las transacciones de cada fase
del desarrollo se construyen sobre los resultados (outcomes) de las transacciones precedentes” (Wynne,
1984, en Boscolo y Bertrando, 1996, p. 51)
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Respecto del construccionismo social, ya habían incorporado la idea de
generación social del conocimiento y del concomitante centramiento en las
relaciones humanas en la generación de significado.
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Para mayor detalle véase Cecchin, Lane y Ray (1992/2002) “Irreverencia. Una estrategia de
supervivencia para terapeutas”. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, España.
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construcciones de significado generadas en el devenir histórico del cliente, y de
si mismos.
(…) lo que ve y hace se puede adscribir incluso a otras teorías. Al hacer estas
consideraciones como observadores externos, nos valemos de nuestros
conocimientos, prejuicios y teorías, los cuales pueden establecer, entre la acción del
terapeuta y teorías específicas aprendidas en el pasado, conexiones que pasan
inadvertidas para aquel. A esta área sumergida, separada de la conciencia, la
llamaremos lo “no dicho”. (Boscolo y Bertrando, 1996, p. 51)
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en la terapia deriva de la interacción con el cliente… es el cliente quien señala
–con la palabra, la metáfora, los silencios y las emociones– los posibles
caminos a seguir” (p. 55). En esta idea creo que se refleja el “influjo” que el
construccionismo social y el centramiento en la co-construcción de significados
ha tenido para el grupo de Milán.
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Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la
humanidad”3.
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Extraído del sitio web: www.rae.es/, el 01-09-2008.
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Sin embargo, en la ritualización del mito, se da una posibilidad de cambio, en
tanto que la ocurrencia del rito puede ser una instancia para que uno de los
actores incorpore elementos propios y actúe sobre el mito (Andolfi y Angelo,
1989; Boscolo y Bertrando, 1993).
Un mito, en esta perspectiva, representa una historia que encarna y define las
creencias reconocidas por una persona, o también por un grupo, sobre la naturaleza de
las cosas (…) Un mito, al definir las premisas y las creencias fundamentales de una
persona sobre determinadas circunstancias, influye en el proceso de selección de los
acontecimientos que se pondrán de manifiesto en las historias contadas. En esto
consiste el “círculo hermenéutico”, según el cual nuestras convicciones determinan
nuestro comprender, y nuestro comprender determina nuestras convicciones.
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Los mitos, entendidos como relatos seleccionados y “primordiales”,
serían constitutivos: modelan las vidas y las relaciones, puesto que los relatos
que viven las personas determinan sus interacciones y el cómo éstas se
organizan en una línea evolutiva a partir de la representación de dichos relatos
(White y Epston, 1993).
Una historia particular con los caracteres de aparente rigidez e incorregibilidad que,
junto a una particular intensidad emotiva, daban forma a las mitologías antiguas. Todas
las historias que contamos de nosotros mismos, incluida la Historia, conservan algún
elemento mítico. Por eso los términos “historia” y “mito” se complementan, al expresar
matices diferentes del mismo concepto básico, el de un sistema de significados
expresado a través de los modos, los estilos y el desarrollo diacrónico propio de la
narración. (p. 299)
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de distinguir un mito personal o familiar. Más aún, la palabra mito ya me parece
arbitraria.
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actúa en el lenguaje, es otra, es una nueva narración, con un significado que
sólo tiene sentido y que sólo puede emerger en la conversación, en el espacio
relacional donde se da y articula. Como tal, va delimitando nuestras
operaciones de distinción, operaciones que, en el lenguaje, van construyendo
realidades, nuevas narraciones y otorgando sentido a los intercambios
narrativos con el otro. En este sentido, puede ser entendido como premisa
sobre la que surgen las distinciones que se hacen en el encuentro con el otro.
Para los formadores y terapeutas del modelo de Milán, las premisas del
terapeuta, sus precomprensiones, son elementos esenciales sobre los cuales
detenerse en el proceso formativo y durante el ejercicio de la psicoterapia, y así
como se tiende a deconstruir el sistema de premisas sobre el que “se asienta el
problema” de los clientes para ampliar el campo de posibilidades de acción de
quienes están entrampados en dichos sistemas de significados, así también el
terapeuta podrá abordar sus propios sistemas de significados articulados en la
estructura narrativa del mito, deconstruir éstos y ampliar su propio campo de
posibilidades en el ejercicio terapéutico.
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otros, en una relación discursiva co-generativa del otro, de sí mismo y de la
comprensión del mundo.
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Referencias
Boscolo, Luigi y Bertrando, Paolo. (1993, 1996). Los tiempos del tiempo. Una
nueva perspectiva para la consulta y la terapia sistémicas. Ediciones
Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, España.
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McNamee, Sheila y Gergen, Kenneth. (1996). La terapia como construcción
social. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, España.
White, Michael y Epston, David. (1980, 1993). Medios narrativos para fines
terapéuticos. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, España.
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