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VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA (VIH)

Katherine Barreto González - Natalia Bastidas Herrera- Mary Cardozo


Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca
Bacteriología y Laboratorio Clínico
Microbiología general Laboratorio III E.
Resumen
El presente artículo revisa y analiza elementos importantes sobre la infección del virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH), siendo un problema de salud pública con millones de personas infectadas en todo el mundo. Se presenta una
recopilación de un estudio de vulnerabilidad a esta patología, elementos clínicos que intervienen en la evolución natural
de la enfermedad, VIH en ciertas zonas de nuestro país y la importancia del comienzo de terapia y la influencia de estas
para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas afectadas.
Palabras clave: virus de inmunodeficiencia humana, SIDA, huésped, poblaciones vulnerables, condiciones sociales.
Abstract
This article reviews and analyzes important elements on the infection of the human immunodeficiency virus (HIV), being
a public health problem with millions of people infected throughout the world. A compilation of a study of the vulnerability
to this pathology, the clinical elements that intervene in the natural evolution of the disease, HIV in certain areas of our
country and the importance of the beginning of the therapy and the influence of these for the improvement of the quality of
life of the people affected.

Introducción
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es una enfermedad que afecta el sistema inmunitario, convirtiéndose en una
enfermedad crónica que ha tenido una gran manifestación epidémica y que además constituye uno de los problemas de salud
pública más grave a nivel mundial, es una gran preocupación desde el punto de vista médico, político, social y hasta
económico, siendo necesarias movilizaciones de innumerables recursos para logar su control.
De acuerdo a las cifras actuales proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existen 33,9 millones
de portadores de VIH en el mundo, de ellos solamente 15,8 millones reciben tratamiento antirretroviral; a raíz de esta
situación social y de salud la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha propuesto culminar con la pandemia para el
2030, sin embargo no se puede disminuir la atención a esta enfermedad, especialmente en las poblaciones vulnerables que
no cuentan con una cobertura integral de los programas de salud para pacientes portadores del virus y de aquellos que han
ingresado a la etapa SIDA.
La lucha contra esta enfermedad ha conducido a los gobiernos a tomar conciencia al respecto y establecer políticas de
Estado, luego de que se hiciera pública la pandemia con los primeros casos reportados en la década de los ochentas. Desde
esos años hasta la actualidad se han tenido avances significativos, pero sin tener específicamente una cura o vacuna para
esta enfermedad. Actualmente se acceden a tratamientos antirretrovirales, conformados por medicamentos que ayudan a las
personas a llevar una vida más larga y sana y también disminuyen el riesgo de la trasmisión.
Es importante que el personal del área de la salud mantenga un interés en los conocimientos actuales de la enfermedad, para
brindar a las personas afectadas una atención integral y evitar reacciones de rechazo hacia las personas portadoras del virus.
El SIDA es el estadio final de una enfermedad crónica trasmisible de tipo progresivo, de causa viral, la cual establece una
relación entre en huésped y el virus. Según progrese la inmunodeficiencia y más elevada sea la replicación viral, aparecerán
entonces enfermedades oportunistas o tumores extraños.
1. Índice de vulnerabilidad al VIH de la población habitante de la calle en Colombia.
El análisis inicial de la epidemia de VIH se centró en el comportamiento de cada individuo seguido por las determinaciones
de factores de riesgo; reconociendo que para interpretar el comportamiento de la epidemia era fundamental conocer el
contexto de vida de los individuos.
En Colombia la población que más se ve afectada por la epidemia es la de los jóvenes en el grupo de 15 a 34 años de edad
con el 56,5 % de los casos notificados por VIH/Sida y muerte, seguido de los mayores de 45 años con el 15,2 % de la
población. Se definieron grupos vulnerables a aquellos compuestos por individuos que practicaban conductas de riesgo o
que no tenían una protección adecuada, esto relacionado estrechamente con las condiciones sociales, culturales y
demográficas.
Fueron encuestados 338 habitantes de la calle entre las edades de 18 a 65 años, el 50 % de ellos contaba con 41 años o
menos y el 75% con 50 años o menos, el mayor nivel educativo encontrado fue la primaria, lo que significa que la población
en su mayoría solo tenía una educación básica. Predominó el estado civil soltero, con el 71,3% (241), seguido con una
menor proporción por los separados o divorciados (16,3%), en unión libre (8,6%) y casados (2,7%).
En Colombia, la población habitante de calle no se encuentra priorizada como una población en riesgo de transmisión del
VIH. Sin embargo, esta investigación identificó una prevalencia de la infección del 8,1% que por las características de la
epidemia de VIH/Sida en Colombia de naturaleza concentrada requieren la identificación de comportamientos de riesgo que
permita conocer el aporte que podrían estar haciendo estos grupos al perfil actual y futuro de la epidemia de VIH.
2. VIH y atención primaria.
La infección por VIH actualmente se ha de considerar fundamentalmente una infección de transmisión sexual (ITS), pues
la vía sexual es la principal vía de contagio y las nuevas infecciones afectan de forma predominante a HSH. Esta realidad
marcará el diseño y priorización de nuevas estrategias de prevención. Recogiendo las recomendaciones de ONUSIDA: «no
existe ningún enfoque de prevención que tenga la capacidad de poner fin a la epidemia por sí solo. Es preciso combinar
varias intervenciones para la prevención».
El tratamiento precoz del VIH es una herramienta fundamental para acabar con la epidemia: evita el progreso de la infección,
evita muertes relacionadas con el VIH y no solo se considera una herramienta terapéutica sino también preventiva en cuanto
que previene nuevas infecciones en aquellos casos en los que se consigue una buena respuesta al tratamiento con cargas
virales indetectables de forma sostenida (tratamiento como prevención). Así mismo el diagnóstico precoz nos permitirá
iniciar actividades de prevención para evitar la transmisión de la infección y fomentar hábitos de vida saludable, mejorar la
calidad de vida, evitar la progresión de la infección y la aparición de complicaciones. Un dato preocupante es el retraso
observado en el diagnóstico de las personas infectadas por el VIH ya que en un porcentaje muy elevado de casos se
diagnostican en fases avanzadas de la infección. Es decir, que no estamos haciendo un diagnóstico precoz adecuado o resulta
fundamental que todos los profesionales de AP incorporen en sus actividades habituales recomendaciones sobre salud sexual
y reproductiva, sobre la adopción de prácticas de sexo más seguro y de disminución de riesgos asociados al consumo de
drogas. Igualmente hay que potenciar la oferta de realización de la serología de VIH ya sea por la presencia de condiciones
conductuales, enfermedades indicadoras, por proceder de países con alta prevalencia o de forma rutinaria.
A pesar de que el control clínico de los pacientes infectados por el VIH recae en los servicios especializados hospitalarios,
el papel que puede y debe asumir la AP es fundamental para garantizar una atención integral y de calidad. El disponer de
una historia clínica compartida entre AP y la atención hospitalaria facilitaría esa atención a la vez que evitaría repetir
intervenciones y optimizaría la utilización de los recursos. En definitiva, estamos hablando de prevención, de educación
sanitaria, de diagnóstico precoz, de atención a la cronicidad y de actividades comunitarias (en las que la AP tiene amplia
experiencia), pero también de lucha contra la estigmatización, la discriminación y la vulnerabilidad asociadas al VIH.

3. Trastornos de la densidad mineral ósea en personas con VIH en tratamiento antirretroviral Pereira-
Risaralda-Colombia.
La osteoporosis es un trastorno esquelético sistémico caracterizado por masa ósea baja asociada a pérdida de la resistencia
del hueso, lo que conlleva a fragilidad ósea y aumento del riesgo de fractura. Las nuevas evidencias sugieren que el aumento
de la prevalencia de la osteoporosis en las personas infectadas por el VIH se traduce en un mayor riesgo de fractura que
puede conducir al aumento de morbilidad y mortalidad, pueden desarrollar varias complicaciones una de ellas es la
afectación del hueso que incluye baja densidad mineral ósea, osteoporosis, osteonecrosis, y rara vez osteomalacia.
Se evaluaron 180 pacientes, de los cuales 76,5% pertenecían al sexo masculino, con un promedio de edad de 41 años, con
un índice de masa corporal promedio 24,2 Kg/m2. En cuanto a los resultados densito métricos se clasificaron como normales
72,6%, Osteopenia 20,6% y osteoporosis en el 6,7%. De los 180 pacientes 4 presentaron fracturas patológicas, es decir el
2,2%.
El análisis bivariado muestra que existe una diferencia estadísticamente significativa de la pérdida de masa ósea según la
edad, de igual manera que el tiempo de exposición a la terapia antirretroviral tiene un impacto importante.
Los resultados del estudio reportaron un mayor trastorno de baja masa ósea en los pacientes que recibían
Tenofovir/Emtricitabina como parte del esquema ARV. De igual manera mostró un efecto protector respecto de la DMO,
en los pacientes que recibían Nevirapina. Se hace necesario realizar tamizaje DXA a todos los pacientes que reciben TAR,
con el fin de realizar un diagnóstico y tratamiento temprano y evitar complicaciones del metabolismo del hueso que alteren
la calidad de vida de las personas con VIH.
4. Calidad de vida relacionada a la salud en personas con VIH.
Las personas con infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se han convertido en portadoras de una
enfermedad crónica cuando acceden y se mantienen en tratamiento antirretroviral (TARV), el cual también disminuye la
morbilidad a través de la reducción en la incidencia de infecciones oportunistas. En el marco de este nuevo paradigma de
enfermedad crónica, evaluar la calidad de vida relacionada a la salud (CVRS) (Health Related Quality Of Life, HRQOL) se
ha transformado en motivo de investigación de interés creciente.

Varias escalas que miden CVRS, explorando diferentes dimensiones, han sido validadas en diversos idiomas y utilizadas
en investigaciones en personas con VIH, tanto genéricas como específicas. Las escalas específicas de VIH/Sida, WHO
Quality of Life-HIV (WHOQOL-HIV) de la Organización Mundial de la Salud y Medical Outcomes Study-HIV (MOS-
HIV) están entre las más utilizadas. Son numerosos los estudios que han evaluado CVRS en personas con VIH y factores
sociodemográficos, culturales y clínicos con resultados diversos.

Se describe menor score de CVRS asociado a menor nivel de escolaridad, depresión/ansiedad, preocupación financiera,
falta de soporte económico o social, presencia de síntomas, estigma o preocupación por la confidencialidad, consumo de
drogas y alcohol, comorbilidades, bajo nivel de confianza o pobre relacionamiento con el staff médico y menor accesibilidad
al sistema de salud.
En cuanto al género, predominantemente los estudios encuentran peor CVRS entre mujeres en los resultados globales o en
algunos dominios de las escalas utilizadas. Mientras que el impacto de la orientación sexual, específicamente hombres que
tienen sexo con hombres (HSH), se muestra con resultados variables probablemente por influencia de los diferentes
contextos culturales. Con respecto a la edad, la mayoría reporta peor puntuación de CVRS entre personas mayores a 50
años.

Conclusiones
Desde los años 80, época donde se presentaron los primeros casos de VIH, hasta el día de hoy se observa que este es un
problema de salud que ha tenido muchas víctimas. Se caracteriza por ser una enfermedad crónica que afecta el sistema
inmunológico del individuo, permitiendo así enfermedades oportunistas que ponen en riesgo la vida y la integridad de las
personas.

En Colombia se observa que hay una vulnerabilidad alta en los habitantes de la calle, debido a la ignorancia sobre la
presencia de la enfermedad, los métodos utilizados como barrera para evitar un contagio masivo, las pocas oportunidades
de estas personas para acceder a un diagnóstico y tratamiento temprano y muchos aspectos que influyen para ser
determinados vulnerables.

Mediante un diagnóstico y tratamiento oportuno se evitan la disminución de la calidad de vida de las personas infectadas
por el VIH, se evita que la enfermedad tenga tal desarrollo y se convierta en Sida, controlando la mortalidad de las personas
que presentan esta patología.

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