MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

Mañana día 16 de Julio está programada la apertura de la llamada VI Mesa de Diálogo en Guinea
Ecuatorial.

Como es de todos sabido el día 11 de junio del presente año, el Presidente de la República anuncio,
a bombo y platillo, la convocatoria de la Sexta Mesa de Diálogo Gobierno-Partidos políticos y
sociedad civil a celebrarse en el curso del presente mes de julio.

En su discurso pronunciado por tal ocasión, y como preocupación mayor que justificaba la
convocatoria que anunciaba, el Presidente de la República señaló principalmente “la incesante
campaña ofensiva organizada desde el exterior acompañada de planes de desestabilización del País”
y concluía que ello demostraba “que existen todavía lagunas en nuestro proceso político que deben
ser abordadas abiertamente por todas las fuerzas políticas de la nación”.

Pese a las manifestaciones señaladas del Presidente de la República, sus ministros han sostenido
una postura que contradice las mismas, al afirmar que en Guinea Ecuatorial no existe problema
político alguno, que Guinea Ecuatorial es un remanso de paz y que la convocatoria de la Mesa de
Diálogo obedece a una voluntad “generosa” del Presidente de la República, quien conforme a dicha
“generosidad” era el único habilitado a proponer los puntos que se debían abordar durante el
encuentro.

La postura señalada de ciertos ministros del gobierno se desmiente una vez más por el contenido del
preámbulo del decreto núm. 102/2018, por el que se convoca la VI Mesa de Diálogo Gobierno-
Partidos Políticos, donde una vez más se recuerda “los planes de invasión mercenaria desde el
exterior” y se reconoce que “toda queja política encierra supuestamente la falta de un derecho
político que demanda el pueblo”.

Queda pues bien claro que el convocante del diálogo lo hizo en base a unas preocupaciones y
problemas concretos. Sin embargo, el formato presentado para el desarrollo de dicho diálogo, dista
mucho de responder a la búsqueda de soluciones a los problemas planteados por el convocante.

Efectivamente, no cabe duda alguna que el simposio organizado por el Gobierno, mal bautizado por
diálogo político, no podrá aportar ninguna solución a “la incesante campaña ofensiva organizada
desde el exterior acompañada de planes de desestabilización del País”, ni a ninguno de los graves
problemas que afectan a los guineanos en su vida cotidiana.

FDR ha sostenido y sostiene que si el Gobierno tuviera una voluntad real de un diálogo político,
debe realizarlo con aquellas partes con las que mantiene discrepancias y no con aquellas con las que
está coaligado. Que dialogar significa tratar de llegar a consensos que privilegien el interés común
y no el partidista.
Por otra parte, se supone que el Decreto núm. 108/2018, por el que se decretó la Amnistía General,
debía permitir que los que tuvieran un impedimento para el ejercicio de las actividades políticas, en
virtud de una sentencia firme o estuviesen en curso de incoación de un expediente, pudieran
participar en la VI Mesa de Diálogo convocada, como se reconoce en el artículo primero del
invocado decreto.

Por si cupiera alguna duda, la Ley núm. 2/1992, de fecha 6 de enero, sobre Amnistía, en su artículo
2 define como delitos políticos, entre otros, a) los delitos contra la seguridad interior y exterior del
Estado, y concretamente los de rebelión y sedición, b) todos los delitos derivados del abuso de
libertad de expresión, opinión, conciencia y pensamiento. Por consiguiente, el invocado decreto
108/2018 beneficia, sin lugar a dudas a los condenados en febrero de 2004 por “el caso Cipriano”, a
los condenados en febrero del presente año por “el caso CI” y a los encasados por el llamado “caso
del 24 de diciembre de 2017”.

Como ya se señaló en el comunicado de FDR del 12 de junio ppdo., la falta de materialización de la

Amnistía decretada el día 4 del presente mes de julio es prueba inequívoca de que el Gobierno de
nuestro País no respeta nada de lo que firma y que los Diálogos que se celebren en el habitual
formato que propone sólo llevan a crispar cada vez más el ambiente político y social que se vive en
el país.

Malabo, 15 de julio de 2018

LA EJECUTIVA NACIONAL