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COMPORTAMIENTO DE EDIFICIOS

SISMODE HORMIGÓN
DEL ARMADO
27 FEBRERO DE 2010

CAPÍTULO 8

Comportamiento
de edificios de hormigón
armado
Leonardo Massone
Fabian Rojas

Departamento Ingeniería Civil, Facultad de Ciencias Físicas


 y Matemáticas,
Matemáticas, Universidad de Chile

1. Introducción

El área afectada por el terremoto del 27 de Febrero del 201


20100 incluyó las ciudades de Viña
V iña del
Mar, Santiago y Concepción, entre otras. Durante los últimos años esas ciudades presentaron
un boom en construcción de edificios en altura, en especial edificios con fines habitaciona-
les. Entre los años 1985 y 2009 se entregaron permisos de edificación para 1.939 edificios de
9 o más pisos en Chile, donde la mayoría correspondía a la Región Metropolitana (Comité
Inmobiliario, CChC). Previo a ese período el número de edificios era bastante más modesto,
y usualmente correspondían a edificaciones de hasta 15 pisos. Últimamente los edificios ha-
bitacionales han aumentado el número de pisos, llegando, comúnmente entre 20 y 25 pisos
de altura.
El diseño sismorresistente de estructuras está regido en Chile por la norma NCh433.Of1996
NCh433.Of1996
(INN, 1996) para edificios. Esta norma exigía hasta el año 2008, utilizar los criterios del ACI318-
95 (ACI, 1995) con algunas excepciones para el diseño estructural de edificios hormigón ar-
mado (HA). Una de las excepciones era el requerimiento de elementos especiales de borde

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en muros de hormigón armado. En el año 2008, con la aparición de la norma NCh430.Of2008


(INN, 2008), el diseño de edificios de hormigón armado se basó en esta nueva norma. Esta
norma, que referencia el diseño de estructuras de Hormigón Armado a la norma ACI318-05
(ACI, 2005), incluye los requerimientos de detallamiento para elementos de borde de muros
e indica cómo determinar el desplazamiento de techo del edificio necesario para estimar el
nivel de confinamiento requerido en los elementos especiales de borde. La NCh430.Of2008
(INN, 2008) también consideraba otros aspectos como recubrimiento que diferían del ACI
318-05. Posterior al terremoto del 2010, una norma de emergencia, DS 118, para el diseño de
edificios de hormigón armado se promulgó donde se incorporaron disposiciones que inten-
tan disminuir la presencia de algunas de las fallas observadas a consecuencia del terremoto
ante nuevos eventos sísmicos.
El diseño de edificios de hormigón armado en Chile ha evolucionado manteniendo alguna
de las características de los edificios más antiguos. Previo al terremoto del 3 de marzo de 1985
con epicentro cercano a la ciudad de Viña del Mar, las estructuraciones de edificios habitacio-
nales tenían un gran área de muros, con razones entre el área de los muros en cada dirección
de análisis del edificio respecto del área de planta de aproximadamente 3%, con espesores
de muros usualmente entre 20 y 30 cm, donde este último era el más preponderante (Wood
et al., 1987). Actualmente, los edificios habitacionales, siguen siendo estructurados en base
a muros, manteniendo las relaciones de área de muro y de planta cercanas al 3% (Calderón,
2007), sin embargo, el número de pisos ha aumentado y comúnmente los espesores de muros
se han mantenido o disminuido en algunos casos. Esto ha significado un aumento importante
en los niveles de carga axial que presentaron las estructuras para el terremoto del 2010. Otra
característica que se ha mantenido relativamente constante en los edificios de hormigón es
la relación de la altura total versus el período analítico predominante del edificio con valores
característicos para Chile de entre 40 a 70 m/s (Guendelman et al. 1997), donde un valor bajo
de esta relación indicaría un edificio flexible mientras que un valor superior indicaría un edi-
ficio más rígido.
 Sin embargo, un cambio con respecto a edificios antiguos de muros de hormigón armado
es la eliminación de los dinteles como elementos de acople entre muros ubicados en el área
de pasillos. Las losas son los elementos que han pasado a cumplir el rol de los dinteles en las
nuevas estructuraciones.

Figura 1.1. Planta Piso tipo de un edificio habitacional de HA.

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La tipología estructural es otro aspecto importante a mencionar en estructuraciones de


edificios habitacionales. Considerando el gran número de muros que presenta la estructura-
ción de edificios, muchos de ellos son utilizados como separadores de ambientes cumplien-
do ambos objetivos. Esto, sin embargo, se traduce en que algunos de ellos deben mantener
la distribución que busca crear la arquitectura del edificio, forzando a los muros a tener geo-
metrías complejas (Figura 1.1). Estos muros están conectados entre sí por medio de losas, de
espesores cercanos a 15 o 20 cm, y en algunos casos por vigas. Estas geometrías en planta
también sufren variaciones en altura. En los pisos superiores algunos elementos estructura-
les disminuyen de sección o se descontinúan, ya que no son necesario para resistir la carga
sísmica, mientras que en los pisos inferiores, en algunos casos, también se observan disconti-
nuidades o cambios de sección transversal, comúnmente asociados a espacios destinados a
estacionamientos a nivel de primer piso o subterráneos, que producen los muros usualmente
llamados “muros banderas” (Figura 2.1).

2. Daños en edificios de hormigón armado

Distintos tipos de fallas se observaron en los centros más poblados de la zona centro-sur del
país, repitiéndose en algunos casos similares patrones de falla.
Una de las fallas comunes que varios edificios presentaron son daños en muros de hormi-
gón armado al nivel del primer piso o el primer subterráneo, donde habitualmente se ubican
los estacionamientos. En estos niveles la configuración estructural en muchos casos presenta
un corredor central con muros longitudinales en los costados conectados a muros transver-
sales, los cuales forman un muro en T (Figura 2.1). En otros casos, este muro transversal no está
directamente conectado al muro longitudinal formando un muro rectangular.
La falla observada en los muros de estas estructuraciones consiste en una grieta horizontal
propagada a lo largo del alma del muro que cubría una franja de aproximadamente 40 cm de
alto. Comúnmente, la mayor parte del daño se concentra en el extremo del alma del muro y
disminuye hacia el ala, en el caso de muros en T. Esta falla se repitió en gran parte de los ejes
resistentes de estos edificios en la dirección más corta. La falla se presenta en la Figura 2.2.

    L
    A
    R
4º PISO
    T
    N
    E
    C
    O
    L
    O
    I
    S 3º PISO
    C     O
    L
    I     I
    S     T
    S     F
    A
    I     N
    A     G
    D     S     E
    I
    L     P     E
    E     O
    M
    A     D
    E     Ñ     A 2º PISO
    N     O
    D     A
    I     B
    R     D     N
    D     O     O
    I
    U     B     C
    T
    I     A
MURO     G     T
 TRANSVERSAL     N
    S
    E
1º PISO
    O
    L
    O
    R
    U
    M 1º SUBTERRÁNEO

PLANTA PISO TIPO PLANTA PRIMER PISO O SUBTERRÁNEO MURO TRANSVERSAL

Figura 2 .1. Planta tipo (simplificada) de edificio habitacional de HA. y esquema de muro Bandera.

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Según se observa en la Figura 2.2, el daño más severo se presenta en la cabeza del muro,
donde termina el alma del muro T (o en el extremo del muro rectangular), ya que en ese
extremo se alcanzan las mayores deformaciones de compresión producto de las cargas de
flexión y compresión. Estas deformaciones propiciaron la pérdida de recubrimiento, dejando
las barras longitudinales expuestas, las que ante ciclos de tracción y compresión, producto de
la alternancia de la acción sísmica, y la poca restricción que entregaba la armadura transversal,
se pandearon y degradaron aún más la capacidad del elemento. La armadura transversal no
presentaba anclaje dentro del núcleo de hormigón, sino que uno o dos dobleces en 90 º en el
extremo del muro, el que se abrió luego que el recubrimiento se había perdido. Estas barras,
comúnmente de diámetro 8 o 10 mm y separación cercana a los 20 cm, cubrían el largo del
muro y no presentaban otro anclaje o terminación especial más que el doblez del extremo,
pasando por fuera de las barras longitudinales de borde y la armadura vertical distribuida. La
poca rigidez que estas barras presentaban ante desplazamientos de las barras longitudinales
fuera del plano, no impidieron que las barras longitudinales se pandearan. El pandeo de las
barras longitudinales ocurrió en muchos casos entre varias barras transversales (3 o 4, ver
Figura 2.3). En algunos casos, las barras verticales distribuidas también presentaron pandeo,
las que tenían dimensiones y separaciones similares a la armadura transversal. En este caso, la
zona (distancia vertical) donde se perdió el recubrimiento tendía a ser menor, y puesto que
parte de las barras transversales no estaban expuestas, la armadura longitudinal distribuida
tendía a presentar pandeo entre 2 barras transversales consecutivas (Figura 2.3a y 2.3d).

A B

C D

Figura 2.2. Daño observado en muros de hormigón armado por flexo-compresión.

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A B C

D E

Figura 2.3. Pandeo de Armadura en muro de hormigón armado por flexo-compresión.

Ciclos de grandes deformaciones en las barras longitudinales de borde pandeadas (Figura


2.4a) generaron un daño progresivo, fracturándose en algunos casos (Figura 2.4b), sin pre-
sentar reducción de la sección transversal del refuerzo, sino más bien parecido a haber sido
cortadas perpendicular al eje longitudinal. Esto indica que la falla ocurrió por fatiga para, pro-
bablemente, un número reducido de ciclos y no por tracción directa.
El hormigón presente dentro del refuerzo transversal tampoco mantuvo su integridad. En
muchos casos las grandes deformaciones hicieron fallar el hormigón por compresión, el que
en varias ocasiones terminó desplazado p erdiendo completa continuidad de este material en
la zona dañada de muros. En algunos casos, se puede incluso apreciar (Figura 2.2c) una falla
en cuña en la parte superior e inferior del daño, similar a lo que se puede observar en ensayos
de compresión de cilindros de hormigón simple. Esta falla se presentó en bordes de muros sin
detalle de confinamiento especial y de bajos espesores (alrededor de 20 cm).
Los pasillos o corredores formados por muros longitudinales en T conectados por losa,
solicitados por el sismo, generaron importantes demandas de deformaciones en el elemento
de acople. La losa de acople, comúnmente con refuerzo adicional de armadura longitudinal,
presentó descascaramiento en la zona de compresión (Figura 2.5). Considerando que estas
losas tienen un espesor menor (alrededor de 15 cm), baja cuantía de refuerzo y anchos de
pasillo cercanos a los 1.5 m, el grado de acoplamiento que estas entregaron podría ser bajo,
permitiendo por un lado disipar energía, sin disminuir considerablemente la capacidad de
deformación de techo del edificio. En el caso de muros T separados por pasillos y que se en-
frentan por el ala, el grado de acoplamiento podría ser mayor, ya que la losa sólo s e puede de-
formar por flexión en una dirección entre las alas. En el caso de muros rectangulares, esta losa

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A B

Figura 2.4. Pandeo y fractura de refuerzo longitudinal en borde de muros.

A B

Figura 2.5. Losa de acople.

también se puede deformar alrededor del muro, aumentado la distancia entre sus extremos
y por ende haciendo más flexible su respuesta. La presencia de este tipo de daño sugiere que
las losas desarrollaron su capacidad en flexión en la mayoría de los niveles del edificio. Aunque
la flexión se desarrolló mayoritariamente paralela a la dirección del pasillo, las líneas de falla
muestran (ej., Figura 2.5) una distorsión hacia las aberturas, como puertas, que comúnmente
corresponden a las separaciones entre dos muros contiguos.
La falla de flexo-compresión observada en muros, como se mencionó, ocurrió en muros del-
gados, comúnmente con espesores cercanos a 20 centímetros. En algunos casos, este tipo de
falla también vino acompañado de un pandeo global del muro (Figura 2.6). Los importantes ni-
veles de carga axial hicieron que en los pisos más solicitados, como primer piso o primer subte-
rráneo, se creara una inestabilidad lateral del muro ocasionando pandeo fuera de su plano entre
la losa del piso superior y la losa o fundación inferior. La inestabilidad no puede explicarse como
un pandeo elástico fuera del plano por compresión directa, sino que más bien es la respuesta
del mismo muro la que pudo haber favorecido este comportamiento. Ante ciclos importantes
de movimientos producto del terremoto, la armadura longitudinal pudo haber fluido en trac-
ción, la que ante una recarga en compresión con la sección transversal aún sin haber cerrado
completamente la grieta de tracción, genera un plano más débil ante un potencial pandeo fuera
del plano. Es en esta situación que este modo de falla es más factible de ocurrir.

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A B C

Figura 2.6. Falla por pandeo global.

Otro tipo de falla que se observó en edificios de hormigón armado, fue la generada por
corte, que se presentó tanto en fachadas, producto de perforaciones en muros (Figura 2.7a),
como en elementos de acoplamiento en muros (Figura 2.7b). Estos elementos presentaban
relaciones de aspecto (entre ancho y largo) entre 1 y 2, lo que los hace más propensos a pre-
sentar fallas o daños asociados al corte. Estos elementos estaban comúnmente reforzados
con armadura longitudinal y estribos transversales. Las fallas, obser vadas primeramente como
fisuras diagonales en ambas direcciones, en algunos casos resultaron en espesores de fisura
importante, y falla del elemento portante (puntal) diagonal entre fisuras por compresión. En
uno de los edificios que presentaba esta fachada perforada, algunos de estos elementos ver-
ticales o machones colapsaron, no siendo capaces de mantener la carga axial, originando un
colapso parcial del piso. Las fallas de corte en elementos de acople, también se observaron
en estructuraciones de edificios habitaciones con acople de muros de pasillo por medio de
dinteles (Figura 2.7c). En estos casos, al igual que en el caso de fachadas, las vigas de acople
tenían refuerzo tradicional y relaciones de aspecto bajas, y se utilizaban como conexión entre
la abertura de la puerta y la losa superior. Otros elementos que presentaron fallas de corte
similares con agrietamiento diagonal, son machones o columnas cortas que se forman por
aberturas, comúnmente de ventanas o puertas. En estos casos, las fachadas no presentaban
un patrón de aberturas, sino más bien aberturas aisladas con relaciones de aspecto bajas (ej.,
relación aprox. de 1 en la Figura 2.7d).
Existe evidencia de que el movimiento del suelo afectó a las estructuras. Deslizamiento la-
teral del terreno y asentamiento puede observarse en algunas estructuras en la zona de Con-
cepción. En la Figura 2.8b y 2.8c se pueden ver movimientos del suelo en el muro de cierre de
un complejo de departamentos (2.8b), y deslizamiento de suelo que causó la rotura de ducto
de albañilería (2.8c). Uno de los edificios de la zona también presentó daño en sus balcones
(2.8a), debido posiblemente a la componente vertical de aceleraciones.
La norma chilena actualmente no tiene ningún requerimiento para controlar irregularida-
des o cambio de rigidez a través de la altura del edificio, lo cual da la libertad a los arquitectos
de realizar diferentes estructuraciones, formas de edificios y cambios drásticos de rigidez en-
tre pisos. Estas irregularidades tienden a generar concentraciones de esfuerzos (y deforma-
ciones) en la zona de la irregularidad, de tal forma que necesitan ser analizadas y detalladas

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Figura 2.7.
�A�  Fachada con
perforaciones.
�B� Dinteles de acople.
(C) Dinteles en pasillo.
(D) Aberturas
(columnas cortas).

con especial atención debido a que son puntos críticos, que pueden sufrir daños significativos
durante terremotos.
Durante el terremoto se observaron daños debido a concentraciones de esfuerzos por irre-
gularidades en diferentes edificios. La reducción de la planta del edificio entre niveles, co-
múnmente observadas en edificios chilenos, puede producir zonas de congestión de acero y
esfuerzos, donde un detallamiento o estudio de los niveles de esfuerzos inadecuado pueden
traducirse en daños por corte o compresión y deterioro de la resistencia de los elementos en
la zona irregular (Figura 2.9).
Otro tipo de irregularidad que produjo daños en edificios de hormigón armado es el cam-
bio de estructuración de un piso a otro para acomodar cambios de puertas u otras instala-
ciones debido a requerimientos arquitectónicos. Estos tipos de cierres abruptos produjeron
diferentes tipos de falla por corte o compresión. En la Figura 2.10 se observan fallas de corte
debido a la aparición de nuevos elementos resistentes. La Figura 2.10b muestra la aparición
de una columna corta que falla por corte debido a la reducida cuantía de acero horizontal del
elemento, y en la Figura 2.10a la incorporación de puertas a nivel de primer piso crea vigas
cortas que no pudieron resistir la demanda sísmica y fallaron a corte.
La Figura 2.11 es un ejemplo de cambio de estructuración a nivel de primer piso para aco-
modar los cambios entre los pisos superiores y el nivel de entrada o hall del edificio. Estos cie-
rres repentinos producen topes o discontinuidades en los muros los cuales gener an esfuerzos

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20 cm aprox.

Figura 2.8. Efectos del suelo en la respuesta de edificios.

A B C

Figura 2.9. Daño por Irregularidades por Reducción de la Planta del Edificio.

A B

Figura 2.10. Irregularidades por razones de Arquitectura.

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(b) (d)

(c)

A
Compresión   Fisura

B C D

Figura 2.11. Irregularidades a nivel del primer piso.

de corte o compresión grandes en las zonas de la irregularidad. La Figura 2.11a muestra una
elevación de un edificio con daños por irregularidades. Las zonas cercanas a los ejes 9, y 28,
marcados con círculos corresponden a los daños observados en las Figuras 2.11b a 2.11d, res-
pectivamente. Estas zonas presentan típicamente daños por compresión en la zona de tope
o corte en el muro que presenta la discontinuidad.
Daños en la conexión viga-columna fueron observados en algunos edificios durante el te-
rremoto, comúnmente en la conexión o al inicio de la viga. Los daños en las conexiones se
caracterizaron por una pérdida de recubrimiento del hormigón de la conexión y fallas por
corte. En algunos casos, se observó también problemas constructivos, como por ejemplo,
refuerzos horizontales que se encontraban al exterior de los estribos o falta de detallamiento
en las conexiones (Figura 2.12).
Las fallas también se produjeron al inicio de la viga, como se observa en la Figura 2.13, debi-
do a detallamiento simple del refuerzo y amplios espaciamientos entre los estribos, los cuales
no son capaces de mantener confinado el hormigón en la viga y resultando en deterioro
severo de la integridad de la viga y la capacidad resistente del elemento.
Otro tipo de daño observado es debido al desalineamiento o desfase entre el eje de la viga
y la columna, lo cual produce un flujo de corte que la interfaz entre los dos elementos no es
capaz de absorber, generando un deterioro severo de la conexión (Figura 2.14).
No sólo las conexiones entre vigas y columnas sufrieron daños, sino que también las co-
nexiones entre viga y muros, producidos por detallamiento simple de los estribos, configura-
ciones inadecuadas de los refuerzos horizontales y verticales, o en otros casos problemas de
ejecución de la conexión durante la etapa de construcción (Figura 2.15).
El choque entre estructuras de hormigón armado debido a separación insuficiente entre
estas no produjo importantes o significativos daños a la capacidad estructural de la estruc-
tura. Sin embargo, en algunos casos produjo daños extensos al revestimiento de la fachada.

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A B C

Figura 2 .12. Daño en conexión de viga y columnas.

A B C

Figura 2.13. Daño en vigas y columnas.

Figura 2 .14. Daño por desfase del eje de la viga con el eje de la columna.

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A C

Figura 2.15. Falla en conexiones de vigas y muros.

La norma chilena (Nch433.Of96) contempla requerimientos de separación entre estructuras


estipulados en su punto 5.10, donde se indica en parte que: “la distancia de un edificio al plano
medianero en cualquier nivel no debe ser inferior a R*/3 veces el desplazamiento a ese nivel calcula-
do con los métodos de análisis establecidos en los párrafos 6.2 y 6.3, ni a un dos por mil de la altura
del mismo nivel ni a 1,5 cm. Se exceptúan los edificios colindantes con un predio de uso público no
destinado a ser edificado.”  , donde R*, es el factor de reducción de la aceleración espectral. Los
daños por choque entre estructuras se pueden dividir entre edificios contiguos diseñados
independientes el uno del otro (Figura 2.16a), o entre estructuras de un edificio, las cuales por
razones estructurales, fueron dilatadas unas de las otras (Figura 2.16b).
Como se observa en la Figura 2.16, estos daños en la fachada involucran el recubrimiento
del hormigón, lo que no produce una reducción importante en la rigidez o capacidad de los
elementos estructurales.

2.1 Edificios parcialmente colapsados


Dos edificios, Don Tristán y Don Luis, en la zona sur de la ciudad de Santiago, ubicados a
unas cuadras el uno del otro, sufrieron colapso parcial. En el edificio Don Tristán, los daños
observados indican que el deterioro se produjo principalmente por la falla de los elementos
estructurales al nivel del primer piso del edificio, en la dirección débil o transversal. Una vez
que algunos de los elementos verticales perdieron su capacidad resistente, se produjo el des-
censo de esta zona de la estructura arrastrando al resto de la estructura, propagando los da-
ños sobre el edificio y el resto de los elementos que no fueron capaces de resistir la demanda,
resultando en un colapso parcial de la estructura (Figura 2.1.1).
En el otro caso, en el edificio Don Luis, se produjo un daño similar, pero con un colapso
menor al observado en el edificio Don Tristán. Los daños se produjeron por el colapso de las
columnas y muros en el primer piso, donde se observan detallamientos simples de armaduras

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A B C

Figura 2.16. Choque entre estructuras. �A�  Edificios contiguos. �B,C� Edificios dilatados.

y amplios espaciamientos entre los estribos de las columnas y en los refuerzos horizontales en
los muros (Figura 2.1.2).

2.2 Edificio colapsado


El edificio Alto Río, fue una de las únicas estructuras que colapsó durante el terremoto mag-
nitud Mw 8.8 ocurrido el 27 de Febrero de 2010 en Chile. Esta estructura es un edificio de 15
pisos con dos subterráneos y presenta un sistema resistente en base a muros de hormigón
armado.
El edificio Alto Río es regular a través de toda la altura con excepción de la reducción pau-
latina de la planta del edificio en los últimos pisos, y la reestructuración en el primer nivel
del edificio para acomodar locales comerciales. Ocho personas fallecieron durante el colapso
de la estructura, el cual se produjo en la dirección transversal menor del edificio, a nivel del
primer piso con fallas en los muros que muestran deslizamiento en empalmes de barras lon-
gitudinales, así como corte de estas barras en otras zonas, generando una discontinuidad del
primer nivel (Figura 2.2.1).

3. Modificaciones a las normas de diseño posterior al terremoto


del 2010

Los daños observados producto del terremoto, así como información recopilada de regis-
tros de aceleración, llevaron a la comunidad de ingeniería civil chilena a plantear cambios a las
normas existentes, tanto de diseño de hormigón armado (NCh430.Of2008) como de diseño
sísmico de edificios (NCh433.Of96). Las modificaciones en esta segunda norma, se enfocaban
principalmente a entregar tanto nuevos espectros de diseño, como una modificación de la
forma de clasificación del suelo, los que se vieron en una primera etapa reflejados en el de-
creto D.S. Nº117 del 25 de Febrero del 2011. Actualmente, este decreto ha sido sucedido por el
decreto D.S. N° 61 del 13 de Diciembre del 2011.
Respecto de las modificaciones de la norma de diseño de hormigón armado, ésta se centró
en los requerimientos necesarios para obtener un comportamiento adecuado de muros de
hormigón armado, publicándose el decreto de emergencia D.S. Nº118 el 25 de Febrero del
2011. Este decreto, que toma como base el ACI318-08, similarmente como lo hacía la norma

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A B

C D

Figura 2.1.1. Colapso parcial edificio Don Tristán.

A B

Figura 2.1.2. Colapso parcial Edificio Don Luis. D

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B C

D E

Figura 2.2.1. Colapso Edificio Alto Río.

NCh430.Of2008, con la versión del 2005 del ACI318 (ACI318-05), incorporaba requerimientos
adicionales donde uno de los puntos principales abordaba la poca ductilidad observada en
muros, restringiendo, indirectamente la carga axial permitida en muros. De esta forma, se exi-
gía que los muros fueran controlados por tracción, es decir, la barra de refuerzo longitudinal
extrema en tracción debe alcanzar al menos un nivel de deformación unitaria de 0.004, al
alcanzarse un nivel de deformaciones unitarias de compresión de 0.003 en la fibra de hormi-
gón más comprimida del muro. No cumplir con este requisito podría estar relacionado con
grandes cuantías de armadura longitudinal en tracción (por ejemplo en el ala de muros en
 T), o grandes niveles de carga axial, entre otros, lo que se podría solucionar, por ejemplo, au-
mentando el espesor de los muros. Esta consideración, en conjunto con algunos otros reque-

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rimientos, fue modificada manteniendo la intensión de mejorar la capacidad de deformación


de los muros. En efecto, el Decreto D.S. Nº118 fue posteriormente modificado por el decreto
D.S. Nº60 del 13 de diciembre del 2011. En este nuevo decreto se mantienen una serie de dis-
posiciones del decreto anterior, donde una de las principales modificaciones corresponden a
la limitación de carga axial. En este caso se permite el uso de anchos colaborantes, como lo es-
tipula el ACI 318-08, para definir las secciones transversales de muros a ser estudiados. Se con-
sidera una limitación, ante todo evento, de no sobrepasar un nivel de carga axial mayorado de
0.35f’cAg, es decir, se limita la carga axial al 35% de la capacidad del hormigón en compresión
de la sección transversal del muro. Adicionalmente, y considerando que esta limitación podría
no ser adecuada para secciones asimétricas, que pueden presentar falla de compresión pre-
maturas, se optó por requerir una limitación al daño en muros por flexo-compresión.
Basado en el modelo simple de rótula plástica que implícitamente incorpora el ACI 318-08
para la estimación de requerimiento de confinamiento, se exige para muros esbeltos (h/l ≥3)
que al momento de alcanzar el desplazamiento de diseño del edificio (du) no se sobrepase un
nivel de deformaciones unitarias de compresión en la fibra más comprimida de hormigón de
0.008.
Esta deformación se estima como,

donde c corresponde a la profundidad de la línea neutra, Ht la altura del edificio a la sección
crítica, y lw el largo del muro. Alternativamente, se permite incorporar la capacidad de defor-
mación elástica del muro, para así reducir el requerimiento de desplazamiento inelástico. En
ambos casos, se asume que existe una potencial rótula plástica, donde se concentrarán las
deformaciones inelásticas, y por ende, los requerimientos de detallamiento especial para el
borde del muro se centran en esta zona.
Considerando que al sobrepasar el límite de deformación unitaria de compresión de 0.003,
el muro debe incorporar un detallamiento especial en sus bordes, la consideración del 0.008
intenta limitar el daño potencial que puedan sufrir estos elementos estructurales. De esta
forma, al igual que con la norma previa, esta limitación restringe los niveles de carga axial en
los muros, pero en este caso, asociado a un nivel de daño. Esto significa que la limitación es
dependiente de la demanda de desplazamiento esperada par a el muro. Así, edificios en zonas
sísmicas más cercanas al borde costero y en suelos de peor calidad, las demandas esperadas
serán más altas, y por ende, la restricción al nivel de carga axial más exigente.
En los casos que se requiera confinamiento, el espesor de muro debe ser de al menos 300
mm, y el largo confinado no puede ser menor que el ancho del muro en la zona confinada
para asegurar un adecuado confinamiento de la armadura transversal. En este mismo sentido,
y para además asegurar un mejor hormigonado, se incorporaron limitaciones a las dimensio-
nes tanto de la armadura longitudinal como de la transversal en elementos de borde de muro,
como así la separación de barras verticales. Adicionalmente, tanto los estribos como trabas
deben tener sus extremos doblados con un ángulo mayor o igual a 135 grados.
Respecto de los requerimientos de confinamiento, se mantiene lo estipulado por el ACI318-
08, sin embargo, deja de considerarse una demanda de deriva mínima de 0.007 en los muros
para estimar si se requiere confinamiento, al igual que el requerimiento de confinar sobre un
largo c”=c-0.1lw, ya que este asume una demanda de deriva mínima de 0.015, manteniéndose

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COMPORTAMIENTO DE EDIFICIOS DE HORMIGÓN ARMADO

lo estimado según la demanda de desplazamiento. En los casos que no se requiera confina-


miento, pero que tenga una cuantía de armadura longitudinal mayor a 2.8/fy, y se espere que
esta armadura pueda fluir, se limita, al igual que en columnas, el espaciamiento de la armadura
transversal a 6db, con db el diámetro de la armadura longitudinal, además de no sobrepasar
los 200 mm. De esta manera, por ejemplo, en secciones asimétricas como muros T donde las
deformaciones de compresión no superen el 0.003, requieren tener restricción al pandeo, ya
que estas barras no necesitan alcanzar deformaciones de compresión importantes, luego de
superar la fluencia en tracción, para pandearse ante ciclos de carga. Incluso, podrían pandear-
se estando aún alargadas, es decir, con deformaciones de tracción, pero sujetas a esfuerzos
de compresión.
Algunos muros, más allá de presentar pérdida de recubrimiento y pandeo de barras longi-
tudinales, sufrieron un pandeo global dado los bajos espesores de muros. Para recalcar esta
situación se pide hacer un análisis de estabilidad a muros con espesores inferiores a lu/16, con
lu el largo libre (no apoyado) del muro.
La falla de empalmes en armadura longitudinal en muros se obser vó en varios casos. Consi-
derando la necesidad de mantener la integridad de muros en el traspaso de carga a través de
la armadura longitudinal, en especial en el núcleo confinado de la sección crítica, cuando la
cuantía de armadura longitudinal supere el valor 2.8/fy o tenga bajo recubrimiento, se incluyó
un requerimiento a la armadura transversal para que sea capaz de transmitir los esfuerzos en-
tre las barras que se traslapan. En este caso se requiere que la fuerza generada p or los estribos
en la zona de traslape permita al menos equilibrar las fuerzas transmitidas al hormigón (con
resultante inclinada en 45 grados respecto de la barra longitudinal) desde la barra longitudinal
en tracción.

4. Conclusiones

El terremoto del 27 de Febrero de 2010 en Chile, generó una oportunidad única de estu-
diar el comportamiento de diferentes tipos de estructuras y validar las normas actuales de
diseño ante la acción de severas y prolongadas cargas sísmicas. En particular, el comporta-
miento de estructuras y edificios de hormigón armado, ubicados en diferentes tipos de suelo
en Chile, debido a la extensa zona de ruptura producida durante el terremoto en la zona de
subducción.
Diferentes tipos de daños fueron observados en los edificios de hormigón armados, sin
embargo estos patrones de daños se mantuvieron constantes en las distintas ciudades afec-
tadas por el terremoto, solo variando la intensidad de los daños dependiendo de la cercanía al
epicentro del terremoto o algunos otros factores como efecto de sitios que intensificaron en
algunos casos la demanda sísmica.
Los principales tipos de daños observados en los componentes de las estructuras de hor-
migón armado se pueden clasificar en fallas por corte en vigas cortas y machones, falla por
flexo-compresión en muros, fallas en irregularidades, fallas de corte o flexión en conexiones
viga-columna y viga-muro.
En los edificios en base a muros de hormigón armado, la falla más observada fue por flexo-
compresión. Esta se caracteriza por una grieta horizontal propagada a lo largo del alma del
muro ubicada a nivel del primer piso o primer subterráneo. Esta grieta horizontal se produce
por las elevadas deformaciones de tracción y compresión que una vez que se ha desprendido

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SISMO DEL 27 FEBRERO DE 2010

el recubrimiento del muro deja expuestas las barras longitudinales, las que ante ciclos de
tracción y compresión, producto de la alternancia de la acción sísmica, y la poca restricción
que entregaba la armadura transversal, se pandearon. Las ar maduras transversales no propor-
cionaron el debido confinamiento del núcleo de hormigón debido a la ausencia de trabas y al
uso de uno o dos dobleces en 90º en el extremo del muro de estas barras.
Los daños observados en las conexiones de viga-columna o viga-muro, fueron caracteriza-
dos por una falla de corte debido al detallamiento de los estribos o la ejecución constructiva
de la conexión. Las irregularidades en edificios también provocaron daño producto de con-
centraciones elevadas de esfuerzos (deformaciones) debido a la perturbación del flujo de las
cargas en la estructuras. Fallas por corte en vigas y columnas cortas fueron también observa-
das en diferentes estructuras debido a largos espaciamientos de los estrib os o detallamientos
simples de estos componentes especiales.
Considerando la extensión de la zona que fue afectada por el terremoto, sólo unos pocos
edificios fueron severamente afectados y colapsaron. Los edificios dañados en su mayoría
están siendo reparados o han sido reparados exitosamente, y solo los edificios parcialmente
colapsados, colapsado o con grandes fallas estructurales serán demolidos. Los daños obser-
vados necesitan ser analizados y estudiados en profundidad para entender mejor las causas
y los problemas que se produjeron en esos edificios para mejorar las normas de diseño, sin
embargo, algunos cambios a la norma pueden y están siendo incorporados actualmente in-
tentando resolver algunos de los daños ocurridos en los edificios de hor migón armado, hasta
que se realicen mayores esfuerzos de investigación y estudios.
Los cambios a las normas que están siendo incluidos tienen como objetivo proteger los
muros de hormigón de las fallas frágiles de flexo-compresión observadas, mejorando el de-
tallamiento de las cabezas de muro y limitando las demandas de compresión a las cuales son
sometidos los muros a nivel del primer piso o subterráneo.

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COMPORTAMIENTO DE EDIFICIOS DE HORMIGÓN ARMADO

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