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“Alameda de la federación”

Apellido y nombre: Kauffman Belén Anahí

DNI: 40408144

Apellido y nombre: Terranova Pablo

DNI: 36099850

Comisión: 2

Trabajo práctico N°1

Profesora: Hilda Villalva

Catedra: Practica Profesional 1

Fecha de entrega: 08/05/2018


Introducción
Alameda de la federación de la ciudad de Paraná guarda en su nombre una historia en si
misma.
Antiguamente llamada Av. Rivadavia, ésta calle paranaense encierra en su devenir y
nombre, la esencia de la lucha de casi 200 años entre dos visiones totalmente distintas
que disputan en el terreno político militar y cultural, el poder y la hegemonía. Federales
y Unitarios, Yrigoyenistas y Antipersonalistas, Peronistas y Dictaduras.
La denominación de los espacios públicos no es una cuestión librada al azar. En nuestro
país se ha realizado una verdadera política de la historia, en donde la nomenclatura, los
nombres de las calles avenidas y paseos públicos, ocupan un lugar primordial.
Avenida Alameda de la Federación es un claro ejemplo de la política de la historia que
se ha implementado en nuestro país.

Alameda de la Federación fue concebida y pensada con ese nombre antes de existir.
Pérez Colman afirma que la misma fu creada el 29/01/1836 por una ley del gobernador
Pascual Echagüe. En ese momento se ordeno la formación de una plaza (hoy la plaza
Alvear) en un terreno donde existía un molino de trigo. La avenida que comunicaba el
extremo noroeste de la plaza con el antiguo puerto se llamaría alameda de la
Federación.
La obra era muy importante para el desarrollo de Paraná, pues uniría el centro de la
localidad con el puerto, respondiendo a las necesidades sociales y económicas de la
población.
Avenida Rivadavia.

En 1888 surge el primer cambio de nombre de Alameda de la Federación por Av.


Rivadavia.
Según una historiadora local la medida provino de un grupo de alumnos de la escuela
normal de Paraná.
Fue en la época de la republica liberal y mercantil. Eran los años de la educación
patriótica, mediante la cual se pretendió escribir una historia ajustada a las necesidades
del poder, que justificaran el poder de los vencedores de las guerras civiles y Rivadavia
era en ese entonces una figura central de la ideología gobernante.
¿Por qué Alameda y no Rivadavia?
Casi 100 años después, en la década de los 70, se retornó con su primer nombre con el
gobierno peronista quien fusiono la historia oficial con la política de masas, avanzando
con un debate sobre las raíces de la nacionalidad y reubicando desde nuevas
perspectivas a los hombres que tuvieron relevancia en la historia.
En el año 1976 la dictadura emitió un nuevo decreto para que vuelva el nombre de
Avenida Rivadavia.
Finalmente, el 26/08/2010 el consejo deliberante junto con la gestión del intendente
José Carlos Halle aprobó una ordenanza; cambiando el nombre Av. Rivadavia por el de
Alameda de la Federación.
La iniciativa surgió de una conferencia de organizaciones que quisieron poner en debate
la adecuación del nombre Rivadavia, ese político porteño, para denominar una de las
avenidas mas importantes de la ciudad de Paraná, la cual fue capital de la confederación
argentina en una época en que justamente se había pensado un estado independiente de
las pretensiones del centralismo porteño. Así, se propuso restituir el nombre de
Alameda de la Federación a esa arteria, que tiene que ver con la naturaleza, pero
también con las raíces de un sistema político que empezó a gestarse con la figura de
José Artigas en estas tierras.
Alameda de la Federación en el siglo XIX
Fue inaugurada el 25 de abril y nombrado para cuidarla Miguel Artigue, con obligación
de mantener el “orden, el cuidado de la arboleda, su riego diario”. Cada aguatero debía
“echar cuatro baldes de agua diario a los árboles”. El decreto indicaba que todos los
domingos de 4 a 6 se “tocaría música en la mencionada calle. La historia continuó con
periodos de abandonos y otros de esplendor. En 1877 se dispuso el empedrado y se la
adornó con 300 plantas entre eucaliptos, acacias y aromos. Tenía 18 bancos de hierro y
madera. Contaba con canteros centrales. En el año 1880 se licitó la colocación de
faroles a querosene. Y en 1890 se terminó el primer adoquinado, de la ciudad y en 1891
se cambió el alumbrado por farolas a gas. En 1900 se colocaron luminarias eléctricas,
que fue todo un avance para la época.

Alameda hoy.

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