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Consideraciones rebeldes sobre la Lógica: El caso Hintikka.

En las presentes líneas pienso hacer algunas reflexiones sobre uno de los
últimos artículos de Jaakko Hintikka sobre la naturaleza de la Lógica. Dicho
artículo titulado “¿Qué es la lógica?”1 co-escrito con Gabriel Sandu, aparece
traducido al español en el texto Filosofía de la Lógica coordinado por María José
Frápolli en el año 2007. Si bien a primera vista se trata de un escrito introductorio
a la lógica desde coordenadas filosóficas más que formales, en el aparecen tesis e
ideas que el mismo Hintikka defendió a lo largo de su obra, en especial, aquellas
ideas sobre la naturaleza de la inferencia o el tipo de lógica que debe ser la lógica.
Para ser más preciso, mis comentarios giraran en torno a los primeros apartados
de dicho artículo.

Para Hintikka no hay duda de que la lógica debe relacionarse con la


inferencia de una forma esencial, en concreto el autor expone que la lógica debe
entenderse como el estudio de la inferencia y en consecuencia la misma tiene un
uso práctico: Nos ayuda a elaborar buenas inferencias o dicho en términos ya
harto conocidos, nos ayuda a argumentar de forma válida. Ahora bien, el filósofo
finés usa lo que podemos catalogar como un lectura algorítmica de la noción de
inferencia que le permite ubicarse a su vez en una concepción informacional de la
consecuencia lógica, presente en la obra de autores como Boole, De Morgan,
Jevons, Venn, Carnap, Corcoran, Bar-Hillel, entre otros; y los aleja, o los distingue
para ser menos agresivos, de concepciones modales o mundo-posibilistas.

Antes de pasar a la lectura algorítmica de inferencia debemos primero


señalar en qué consiste la concepción informacional de la consecuencia lógica.
Siguiendo a José Miguel Sagüillo en su artículo “Validez y consecuencia lógica. La
concepción clásica”2 tenemos que para que un conjunto de oraciones A implique
lógicamente a una oración α es necesario y suficiente con que la información
contenida en α también se encuentre contenida en el conjunto de oraciones A, de

1
Cfr. Jakko Hintikka y Gabriel Sandu, “¿Qué es la lógica?” en M.J. Frapolli (Coordinadora), Filosofía de la
Lógica, Madrid, Tecnos, 2008, págs. 15-54
2
Cfr. José Miguel Sagüillo, “Validez y consecuencia lógica. La concepción clásica” en M.J. Frapolli, Filosofía de
la lógica, Págs. 55-81.
esta forma cuando se presenta a α no se añade nueva información (ni en cantidad
ni en calidad) con respecto al conjuntos de oraciones A, siempre y cuando α se
infiera de A. Desde el punto de vista informacional no hay consecuencia lógica
cuando la información representada por  es diferente o excede a la información
contenida en el conjunto de oraciones A.

Así pues, en términos algorítmicos una inferencia tiene una entrada (input)
que son las premisas y una salida (output), la conclusión. El paso de las premisas
a la conclusión viene gobernado por una o varias reglas de inferencia, y si en el
proceso la conclusión se obtiene mediante un uso adecuado del cálculo inferencial
entonces diremos que se trata de una inferencia válida, en palabras de Hintikka:
“A las reglas de inferencia se las considera a menudo el alfa y el omega de la
lógica”3.

Pero el considerar a las reglas de inferencia como un punto esencial de la


lógica, esto es, interpretar a la lógica como un conjunto de inferencias, lleva
consigo, según el filósofo finés, a preguntas de fundamentación que no pueden
dejarse al margen, preguntas como ¿En que se justifican las reglas de
inferencia?¿Que presuponen? ¿De donde salen o provienen? Hintikka no
responde dichas preguntas, al contrario hace un giro de tuerca que le permite
introducir otra concepción de la lógica de interés para sus propios fines.

Se trata de una caracterización de la lógica marcada por la siguiente


reflexión fregeana: “Así como la palabra ‘bello’ señala la dirección de la estética y
‘bueno’ de la ética, del mismo modo ‘verdadero’ señala la de la lógica” 4. Desde
este punto de vista todo proceso inferencial válido debe terminar con una
proposición verdadera. Lo interesante es lo que a continuación hace Hintikka en
conjunción con Sandu. Se trata de una meta-interpretación de la lógica y sobre
todo de la noción de inferencia. Como veremos más adelante los autores se hacen
de la noción de verdad lógica o de la verdad como objetivo de la lógica (dicho en

3
Jakko Hintikka y Gabriel Sandu, Ob. Cit., Pág. 15
4
Frege, G.,” El pensamiento, una investigación lógica”, en Ensayos de semántica y filosofía de la lógica,
compilado y traducido por Valdés Villanueva, Editorial Tecnos, Madrid, 1998, Pág. 196.
otras palabras, utilizan el enfoque en donde se ve a la lógica como un conjunto de
verdades lógicas, enfoque adoptado por Frege, por Russell y por Hilbert en sus
presentaciones axiomáticas de la lógica), del enfoque inferencial de la lógica (cuyo
precursor más importante es Gentzen con su cálculo por deducción natural) ý a su
vez, la lectura informacional de dicho enfoque, teniendo como consecuencia una
re-interpretación de viejos conceptos de la lógica que todos conocemos y
asumimos como dados, a continuación, mostraremos tales rebeldías
conceptuales:

Bajo la posibilidad de que la verdad se preserve al final del proceso


inferencial contamos entonces con una inferencia del tipo deductiva, mientras que
en el caso en que la verdad no se preserve, hablamos de una inferencia
ampliativa. En términos informacionales tenemos que en una inferencia deductiva
no se aporta información novedosa cuando llegamos a la conclusión, esto es, la
conclusión que funciona como salida no agrega nada nuevo a las oraciones que
funcionan como información de entrada, mientras que en la inferencia ampliativa si
se ofrece información novedosa con la conclusión, esto es, la información de
salida excede, en cualidad o cantidad, la información de entrada. En términos
estrictamente veritativos la distinción que está trazando Hintikka en el texto se
expresaría de la siguiente manera: La verdad de la conclusión en una inferencia
deductiva se ve justificada desde la verdad de las premisas, mientras que la
verdad de la conclusión en una inferencia ampliativa no puede justificarse desde la
verdad de las premisas.

El autor finés y su discípulo aseguran que con la ayuda de una noción de


información adecuada se pude establecer la siguiente identidad:

Inferencia deductiva= inferencia no-informativa.

Y aunque no lo dice explícitamente, pudiésemos agregar la siguiente identidad:

Inferencia ampliativa= inferencia informativa.


Ahora bien, tal identidad depende de que los términos en ellas estén bien
definidos y tanto su extensión como intensión sea clara y distinta, cosa que no
ocurre para todas las nociones involucradas en las igualdades anteriores, puesto
que la noción de “información” es obscura y trae consigo graves dificultades
semánticas, epistemológicas e inclusive ontológicas. Pensemos, antes de mostrar
la salida de Hintikka, la crítica que la hace Willard Van Orman Quine a la noción de
información en su libro Filosofía de la Lógica5.

En el lenguaje, según Quine, es normal distinguir entre el estilo, las


cualidades poéticas o estilísticas del texto, y el mensaje, es decir, la información
objetiva que se transmite mediante el texto. Así pues, cuando comúnmente
comentamos que dos oraciones tienen el mismo significado o expresan el mismo
significado (mismidad proposicional), lo que queremos implicar es la identidad
entre la información objetiva que trasmiten ambas oraciones, y es posible en
ciertos contextos, de índole formal o cuasi-formal, poder responder a la pregunta
por cuando dos oraciones tienen la misma información objetiva.

Tenemos entonces que siempre y cuando exista un relativización adecuada


de la información a un contexto determinado o matriz de alternativas como la llama
el filósofo de Ohio, se puede decir cuando dos oraciones transmiten la misma
información, ofrecemos un ejemplo inspirando en el que se ofrece en Filosofía de
la Lógica para poder ver en que consiste una matriz de alternativas y como tal
matriz (o contexto) ayuda a determinar la información objetiva de una oración.

Pensemos en un cuadrado de 11x11 cm, cuadriculado en 10 por 10, esto


es, si hemos fijado cuales son las caras horizontales y verticales del cuadrado,
entonces 10 líneas verticales separadas por un centímetro de distancia unen las
dos caras horizontales del cuadrado, y 10 líneas horizontales separadas por un
centímetro de distancia unen las dos caras verticales del cuadrado. Pensemos
ahora en todos aquellos puntos en donde se cruzan las líneas verticales y
horizontales, dejando de lado las caras del cuadrado, y usemos la expresión

5
Cfr. Willard Van Orman Quine, Filosofía de la lógica, Alianza editorial, Madrid, 1998. Cap. 1
“nodo” para referirnos a esos puntos, es fácil calcular que tenemos 100 nodos
dentro el cuadrado. Dejemos fijado que los nodos más cercanos a las caras del
cuadrado, los que conforman un cuadrado interno de 9x9 cm, son de color rojo, se
trataría de 36 nodos rojos, los que le siguen son negros, serían 28 nodos negros y
conformarían un cuadrado de 7x7 cm, los que le siguen son rojos de nuevo, serían
20 nodos rojos más que configuran un cuadrado de 5x5 cm, le siguen 12 nodos
que volveremos a ilustrar como negros y forman un cuadrado de 3x3, y los últimos
cuatro nodos que quedan serían rojos dando lugar aun cuadro de 1x1 cm,
teniendo entonces 60 nodos rojos y 40 nodos negros.

En dicho contexto o matriz de posibilidades, hablar de los nodos rojos es


igual a la posibilidad de hablar de los nodos que no son negros, la información
objetiva representada por ambas proposiciones es la misma, aún cuando
gramaticalmente son oraciones distintas. Como el contexto o matriz en la que nos
encontramos, señala sus posibilidades de antemano, se puede identificar una
misma información con oraciones o conjuntos de oraciones distintas, por poner un
ejemplo: vale lo mismo decir en esta matriz que existen 40 nodos negros a decir
que existen 40 nodos dispuestos de tal manera que se ubican en los cuadros
internos de 3X3 cm de lado y 7x7 cm de lado, así pues, hablar de los nodos rojos
es hablar de los nodos que no están en esos dos cuadrados.

Todo este escenario resulta amigable a la identificación de información,


pero como es fácil inferir, se trata de una situación artificial, propicia para el fin,
cuestión que no ocurre en nuestro lenguaje natural y por lo tanto no ocurre en
nuestras transacciones inferenciales. En la vida real, nos dice Quine, no existe
una regla evidente o una enumeración absoluta y exhaustiva de la matriz de
posibilidades que permita diferenciar el contenido informativo de la oración de sus
rasgos estilísticos, es por ello que no se puede dar una respuesta adecuada “a la
cuestión de cuándo se puede decir que dos oraciones significan la misma
proposición al aludir a la identidad de información objetiva”6.

6
Willard Van Orman Quine, Ob. Cit., Pág. 25.
La crítica de Quine a la noción de información es razonable, no existe
manera en situaciones cotidianas de poder identificar la información objetiva de
una oración de forma clara y distinta, por lo tanto Quine rechaza la tesis de
entender a las proposiciones como información (confróntese todo el segundo
apartado del primer capítulo de Filosofía de la Lógica); recordemos que no existe
entidad sin identidad, y por tanto existe un rechazo por parte del autor al enfoque
informacional de la noción de consecuencia lógica.

La salida de Hintikka, propuesta en 1970 en un artículo titulado “Depth


information vs. Surface information”7, es la de llevar a cabo el análisis de la
inferencia desde una distinción de la noción de información. El filósofo finés
reconoce una información de profundidad y una información de superficie que
recuerda a la distinción kantiana entre juicios analíticos y juicios sintéticos, en
tanto que los primeros muestran relaciones conceptuales en donde el concepto
del predicado es una nota o se encuentra subsumido en el concepto representado
por el sujeto, en el caso de los enunciados universales afirmativos, o muestra la
incompatibilidad absoluta entre el concepto representado por el sujeto y el
representado por el predicado, en el caso de los enunciados universales
negativos. Si vamos un poco más allá con la distinción kantiana tenemos que los
enunciados analíticos tienen la función de explicar nuestro conocimiento en tanto
que muestran o hacen evidente las diversas relaciones conceptuales que
fundamentan a nuestros enunciados, mientras que los enunciados sintéticos
amplían nuestro conocimiento sobre nuestras predicaciones del mundo y sus
objetos. Algo similar ocurriría con miras a la distinción de Hintikka pero con
respecto a la inferencia. Según los autores: “una inferencia deductiva válida no
aportará nueva información de profundidad, pero si incrementará la información de
superficie que dispongamos”8.

Obtendríamos ahora la nueva identidad:

7
Jakko Hintikka, “Depth information vs. Surface information” (1970) en J. Hintikka y P. Suppes (Editores),
Information and inference, Dordrecht, D. Reidel, 1970. Págs. 263-297.
8
Jakko Hintikka y Gabriel Sandu, Ob. Cit., Pág. 16.
Inferencia deductiva= inferencia informativa a nivel de superficie.

La idea sería que una inferencia del tipo deductiva nos muestra información
sobre la superficie del argumento, esto es, sobre la forma en que están
conectadas las diversas oraciones que componen las premisas con la oración que
se sitúa como conclusión. La información de superficie compete a la forma lógica y
al comportamiento de las constantes lógicas, tema de suma profundidad, sin ironía
alguna, para comentar en estos espacios. Pero dejemos los atrevimientos atrás,
se trata de un homenaje, así que hagamos hablar al fallecido Hintikka, y como no
creemos en la necromancia ni en el poder de la Ouija, entonces será menester
que sigamos enfocándonos en sus argumentos.

Como bien señala el maestro y su discípulo, la inferencia deductiva es


tautológica, aunque no lo dicen en el sentido de que su condicional asociado es tal
que en la tabla de verdad no tiene interpretación que lo falsee, sino más bien, en
el sentido de que un argumento tautológico es carente de información (en sentido
clásico), no dice nada, cuestión ya comentada por los positivistas lógicos, entre
ellos Carnap, Hempel y el primer Wittgenstein. Pero ¿Para qué razonar si no
llegamos a nada? ¿No es mejor quedarnos callados? Pues para ello ofrece
Hintikka la distinción que comentábamos anteriormente, para mostramos que si
sirve de algo emplear razonamientos del tipo deductivo. Así pues “La información
de superficie puede caracterizarse como la información obtenida inmediatamente
de un enunciado sin necesidad de emplear ningún tipo de herramienta deductiva
no trivial”9. La información que podemos obtener de un enunciado de forma trivial
es precisamente la de su forma y las constantes lógicas que lo componente, esto
es, el tipo de conectiva lógica que domina al enunciado y si este se encuentra o no
cuantificado y en qué nivel (suponiendo lógicas de n orden). Dice Rubén Blade
que “¡la vida nos da sorpresa, sorpresas nos da la vida!”, pues es una grata
sorpresa, el que mediante el reconocimiento de la información de superficie
podamos desmontar aquel viejo dogma, apoyado un poco por Bacon y Descartes,
de que las deducciones no aportan nada nuevo, y pues claro que no aportan nada

9
Ibíd. Pág. 17.
nuevo si pensamos en el mundo, pero aportan mucho si pensamos en su uso para
explicitar nuestras redes conceptuales, sus relaciones de inclusión y de
incompatibilidad.

Prof. MSc. Ricardo Da Silva

Universidad Central de Venezuela

Mesa: “Homenaje a Jakko Hintikka”

Semana de la filosofía-UCV Edición 2015.

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