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LA PERSISTENCIA DE LA POBREZA EN MEDIO DE LA ABUNDANCIA

La pobreza se define como la falta de ingresos adecuados, pero la pobreza extrema debe
comprenderse como la incapacidad para cubrir las necesidades humanas esenciales de
alimento, agua, saneamiento, aprendizaje y vivienda. La vida es para ellas una lucha constante
por la dignidad y por la supervivencia.

El desarrollo capitalista no ha dejado de ser bipolar, en un polo permanece creciendo la riqueza


y en el otro la pobreza. La pobreza aumenta y se expande; la riqueza se concentra y centraliza,
lo que cada vez responde a varios factores.

Se reproducen las desigualdades socioeconómicas y la miseria en casi todo el mundo, lo cual es


consecuencia de la dinámica y generalizada, operatividad lograda por el capital transnacional a
nivel mundial, en la pesquisa de las más altas ganancias donde quiera que estas se encuentren.
Para lo cual dispone de procesos sofisticados.

El proceso del incremento del capital se mueve a favor de la concentración de la riqueza entre
la capa social privilegiada, que abarca alrededor de un 20% de la población mundial; con lo cual
la diferencia entre ricos y pobres se hace mayor entre de cada país, del norte y el sur, y dentro
de cada uno, al mismo tiempo, simultaneando con un agudo incremento de las desigualdades.

Solo para el caso de América Latina, en 2014, 28.5% de la población de la zona se encontraba en
escenario de pobreza (168 millones de personas), porcentaje que aumenta a 29.8% en 2015 (178
millones) y a 30.7% en 2016 (186 millones de personas).

Y el número de personas que viven en extrema pobreza igualmente sube. En 2014 eran 48
millones de personas, pero en 2016 sube a 61 millones.

Según la Cepal, estas cifras reflejan un incremento a partir de 2015.

LAS AMENAZAS AMBIENTALES GLOBALES CAUSADAS POR EL DESARROLLO ECONÓMICO

La humanidad se ha convertido en una grave amenaza para su propio bienestar futuro, incluso
para su propia supervivencia como resultado del daño al medio ambiente. La actividad
económica a gran escala está alterando el clima de la Tierra, el ciclo del agua y del hidrógeno e
incluso la composición química de los océanos.

Ningún tema ha intrigado tanto como ha sido y es, el relacionado con los problemas del medio
ambiente, por la realidad insoslayable de que el medio ambiente les pertenece a todos, les
afecta a todos y, por tanto, les concierne a todos. El medio ambiente, si se intenta
conceptualizar, no es más que el conjunto de elementos abióticos (energía solar, suelo, agua y
aire) y bióticos (organismos vivos, incluyendo al Hombre) interrelacionados entre sí, que
integran la delgada capa de la Tierra llamada Biosfera, sustento y hogar de los seres vivos.

Un cambio oportuno de mentalidad ha propiciado, a escala internacional, pero aún no global, la


adopción de regulaciones, disposiciones, decretos y leyes, así como la aplicación de la ciencia, la
técnica y la tecnología, a favor de un incremento de la calidad de la vida, la cual está ligada al
uso y disfrute del medio ambiente, siendo este un proceso largo, paulatino, sistemático y no
exento de dificultades e incomprensiones.

El problema ambiental surge cuando salen a relucir las insatisfacciones de enfoques temáticos
reductores de las realizaciones científico - técnicas y sociales, las cuales, al resolver un problema
generaban otros, no previstos por la estrechez del marco conceptual y de referencia espacial y
temático, incluso, en ocasiones, fue peor el remedio que la enfermedad. (Ayes, 2003).

Y se dice esto pues, “…Si bien la ciencia y la tecnología nos proporcionan numerosos y positivos
beneficios, también traen consigo impactos negativos, de los cuales algunos son imprevisibles,
pero todos ellos reflejan los valores, perspectivas y visiones de quienes están en condiciones de
tomar decisiones concernientes al conocimiento científico y tecnológico…”. (Cutcliffe, 1990).

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