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..........Introducción..........

El proceso que iniciamos con el KERIGMA nos llevó hacia la El Kerigma es la gestación de la renovación de la fe.
conversión, y culminó con el retiro de “evangelización Koinonía es un itinerario de iniciación en la fe y nos señala
fundamental”, donde pudimos acercarnos a la Confesión y la siguiente dinámica:
renovamos nuestro Bautismo y Confirmación. Continuamos
avanzando, para crecer y permanecer en esta nueva vida -Discípulos misioneros de Jesucristo
que asumimos. Aprovechamos los medios que nos ofrece la -Que se alimentan de los medios de crecimiento (Palabra,
Iglesia para aprender y vivir la unión con Dios y la unión oración, la cruz de cada día, la vida sacramental)
entre nosotros, es lo que podemos llamar “permanecer y -La Eucaristía, el culmen de la vida sacramental, de la cual
perseverar en la KOINONÍA”. Esta debe coronarse con un nace la comunidad.
segundo RETIRO centrado en la Eucaristía, dado que ella es -La parroquia, comunidad de comunidades, donde hacemos
la cima y la fuente de toda la vida cristiana. un itinerario de fe en una pequeña comunidad, con un
compromiso apostólico, de oración, de integración en los
En el retiro de KOINONÍA nos disponemos a fortalecer la ministerios y de diezmo.
experiencia de las metas de esta etapa, que son para toda
la vida: Al final del retiro se renovará el Sacramento de la Eucaristía
con el compromiso de celebrarla activa, fervorosa y
-Ser santos como Dios es Santo conscientemente. Como expresión de haber renovado el
-Ser hermanos en Jesucristo Sacramento de la Eucaristía, se realiza el compromiso de
-Ser discípulos del único Maestro Jesucristo el Señor vivir en pequeña comunidad.
-Ser apóstoles en la construcción del Reino de Dios

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libera de los opresores (cf. Ex 3, 7-10), que perdona
1. Catequesis: incansablemente (cf. Ex 34, 6; Eclo 2, 11) y que restituye la
Discípulos misioneros salvación perdida cuando el pueblo, envuelto “en las redes
de la muerte” (Sal 116, 3), se dirige a Él suplicante (cf. Is 38,
de Jesucristo 16). De este Dios –que es su Padre– Jesús afirmará que “no
es un Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12, 27).
ILUMINACIÓN BÍBLICA
Novedad del llamado que hace Jesús
Subió a la montaña, fue llamando a los que él quiso y se
fueron con él. Nombró a doce (a quienes llamó apóstoles) En la antigüedad, los maestros invitaban a sus discípulos a
para que convivieran con él y para enviarlos a predicar. vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley les
(Mc 3,13-14) proponían la adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a
encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a
CATEQUESIS Él, porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15, 5-15) y sólo Él tiene
palabras de vida eterna (Jn 6, 68). En la convivencia cotidiana
Introducción con Jesús y en la confrontación con los seguidores de otros
maestros, los discípulos pronto descubren dos cosas del todo
Discípulos misioneros de Jesucristo es el distintivo de los originales en la relación con Jesús. Por una parte, no fueron
evangelizados. El Señor nos ha llamado, el Señor nos ellos los que escogieron a su maestro fue Cristo quien los
prepara, el Señor nos envía. Tomar conciencia de nuestra eligió. De otra parte, ellos no fueron convocados para algo
identidad, renovar nuestro seguimiento al Señor y (purificarse, aprender la Ley…), sino para Alguien, elegidos
disponernos para continuar siendo enviados por Él. para vincularse íntimamente a su Persona (cf. Mc 1, 17; 2, 14).
Jesús los eligió para “que estuvieran con Él y enviarlos a
El Padre nos llama al seguimiento de Jesucristo predicar” (Mc 3, 14), para que lo siguieran con la finalidad de
“ser de Él” y formar parte “de los suyos” y participar de su
Dios Padre sale de sí, por así decirlo, para llamarnos a
misión. El discípulo experimenta que la vinculación íntima con
participar de su vida y de su gloria. Mediante Israel, pueblo
Jesús en el grupo de los suyos es participación de la Vida salida
que hace suyo, Dios nos revela su proyecto de vida. Cada vez
de las entrañas del Padre, es formarse para asumir su mismo
que Israel buscó y necesitó a su Dios, sobre todo en las
estilo de vida y sus mismas motivaciones (cf. Lc 6, 40b), correr
desgracias nacionales, tuvo una singular experiencia de
su mismas suerte y hacerse cargo de su misión de hacer
comunión con Él, quien lo hacía partícipe de su verdad, su vida
nuevas todas las cosas.
y su santidad. Por ello, no demoró en testimoniar que su Dios
–a diferencia de los ídolos– es el “Dios vivo” (Dt 5, 26) que lo

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Jesús llama a vivir en comunión con Él desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una
adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama
Jesús, al inicio de su ministerio, elige a los doce para vivir en
por su nombre (cf. Jn 10, 3). Es un “sí” que compromete
comunión con Él (cf. Mc 3, 14). Para favorecer la comunión
radicalmente la libertad del discípulo a entregarse a
y evaluar la misión, Jesús les pide: “Vengan ustedes solos a
Jesucristo, Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14, 6). Esuna
un lugar deshabitado, para descansar un poco” (Mc 6, 31-
respuesta de amor a quien lo amó primero “hasta el
32). En otras oportunidades, se encontrará con ellos para
extremo” (cf. Jn 13, 1). En este amor de Jesús madura la
explicarles el misterio del Reino (cf. Mc 4, 11.33-34). De la
respuesta del discípulo: “Te seguiré adondequiera que
misma manera se comporta con el grupo de los setenta y
vayas” (Lc 9, 57). El Espíritu Santo, que el Padre nos regala,
dos discípulos (cf. Lc 10, 17-20). Al parecer, el encuentro a
nos identifica con Jesús-Camino, abriéndonos a su misterio
solas indica que Jesús quiere hablarles al corazón (cf. Os 2,
de salvación para que seamos hijos suyos y hermanos unos
14). Hoy, también el encuentro de los discípulos con Jesús
de otros; nos identifica con Jesús-Verdad, enseñándonos a
en la intimidad es indispensable para alimentar la vida
renunciar a nuestras mentiras y propias ambiciones, y nos
comunitaria y la actividad misionera.
identifica con Jesús-Vida, permitiéndonos abrazar su plan
Con la parábola de la Vid y los Sarmientos (cf. Jn 15, 1-8), Jesús de amor y entregarnos para que otros “tengan vida en Él”.
revela el tipo de vinculación que Él ofrece y que espera de los
suyos. No quiere una vinculación como “siervos” (cf. Jn 8, 33- Para configurarse verdaderamente con el Maestro, es
36), porque “el siervo no conoce lo que hace su señor” (Jn 15, necesario asumir la centralidad del Mandamiento del amor,
15). El siervo no tiene entrada a la casa de su amo, menos a su que Él quiso llamar suyo y nuevo: “Ámense los unos a los
vida. Jesús quiere que su discípulo se vincule a Él como otros, como yo los he amado” (Jn 15, 12). Este amor, con la
“amigo” y como “hermano”. El “amigo” ingresa a su Vida, medida de Jesús, de total don de sí, además de ser el distintivo
haciéndola propia. El amigo escucha a Jesús, conoce al Padre y de cada cristiano, no puede dejar de ser la característica de su
hace fluir su Vida (Jesucristo) en la propia existencia (cf. Jn 15, Iglesia, comunidad discípula de Cristo, cuyo testimonio de
14), marcando la relación con todos (cf. Jn 15, 12). El caridad fraterna será el primero y principal anuncio,
“hermano” de Jesús (cf. Jn 20, 17) participa de la vida del “reconocerán todos que son discípulos míos” (Jn 13, 35).
Resucitado, Hijo del Padre celestial, por lo que Jesús y su
discípulo comparten la misma vida que viene del Padre, En el seguimiento de Jesucristo, aprendemos y practicamos las
aunque Jesús por naturaleza (cf. Jn 5, 26; 10, 30) y el discípulo bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo
por participación (cf. Jn 10, 10). Jesucristo: su amor y obediencia filial al Padre, su compasión
entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a
El discipulado es configuración con el Maestro los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor
servicial hasta el don de su vida. Hoy contemplamos a
La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada Jesucristo tal como nos lo transmiten los Evangelios para
de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre

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conocer lo que Él hizo y para discernir lo que nosotros obediencia y amor al Padre y de entrega por todos sus
debemos hacer en las actuales circunstancias. hermanos, mediante el cual el Mesías dona plenamente
aquella vida que ofrecía en caminos y aldeas de Palestina. Por
Identificarse con Jesucristo es también compartir su destino: su sacrificio voluntario, el Cordero de Dios pone su vida
“Donde yo esté estará también el que me sirve” (Jn 12, 26). El ofrecida en las manos del Padre (cf. Lc 23, 46), quien lo hace
cristiano corre la misma suerte del Señor, incluso hasta la cruz: salvación “para nosotros” (1 Co 1, 30). Por el misterio pascual,
“Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, el Padre sella la nueva alianza y genera un nuevo pueblo, que
que cargue con su cruz y que me siga” (Mc 8, 34). Nos alienta tiene por fundamento su amor gratuito de Padre que salva.
el testimonio de tantos misioneros y mártires de ayer y de hoy
en nuestros pueblos que han llegado a compartir la cruz de Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da un encargo muy
Cristo hasta la entrega de su vida. preciso: anunciar el evangelio del Reino a todas las naciones
(cf. Mt 28, 19; Lc 24, 46-48). Por esto, todo discípulo es
Imagen espléndida de configuración al proyecto trinitario, misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión, al mismo
que se cumple en Cristo, es la Virgen María. Desde su tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano. De esta
Concepción Inmaculada hasta su Asunción, nos recuerda manera, como Él es testigo del misterio del Padre, así los
que la belleza del ser humano está toda en el vínculo de discípulos son testigos de la muerte y resurrección del Señor
amor con la Trinidad, y que la plenitud de nuestra libertad hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo no es una tarea
está en la respuesta positiva que le damos. opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana,
porque es la extensión testimonial de la vocación misma.
Jesucristo nos envía a anunciar el Evangelio
del Reino de Vida Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en
razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el
Jesucristo, verdadero hombre y verdadero Dios, con palabras y ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La
acciones, con su muerte y resurrección, inaugura en medio de misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es
nosotros el Reino de vida del Padre, que alcanzará su plenitud allí compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro
donde no habrá más “muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona,
todo lo antiguo ha desaparecido” (Ap 21, 4). Durante su vida y de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los
con su muerte en cruz, Jesús permanece fiel a su Padre y a su confines del mundo (cf. Hch 1, 8).
voluntad (cf. Lc 22, 42). Durante su ministerio, los discípulos no
fueron capaces de comprender que el sentido de su vida sellaba Benedicto XVI nos recuerda que: El discípulo, fundamentado así
el sentido de su muerte. Mucho menos podían comprender que, en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la
según el designio del Padre, la muerte del Hijo era fuente de vida Buena Nueva dela salvación a sus hermanos. Discipulado y misión
fecunda para todos (cf. Jn 12, 23-24). El misterio pascual de Jesús son como las dos caras de una misma medalla: cuando el
es el acto de discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de

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anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En A partir de Pentecostés, la Iglesia experimenta de inmediato
efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay fecundas irrupciones del Espíritu, vitalidad divina que se
esperanza, no hay amor, no hay futuro. Esta es la tarea expresa en diversos dones y carismas (cf. 1 Co 12, 1-11) y va-
esencial de la evangelización, que incluye la opción riados oficios que edifican la Iglesia y sirven a la evangelización
preferencial por los pobres, la promoción humana integral (cf. 1 Co 12, 28- 29). Por estos dones del Espíri-tu, la
y la auténtica liberación cristiana. comunidad extiende el ministerio salvífico del Señor hasta que
Él de nuevo se manifieste al final de los tiempos (cf. 1 Co 1, 6-
Jesús salió al encuentro de personas en situaciones muy 7). El Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos y
diversas: hombres y mujeres, pobres y ricos, judíos y valientes como Pedro (cf. Hch 4, 13) y Pablo (cf. Hch 13, 9),
extranjeros, justos y pecadores…, invitándolos a todos a su señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a
seguimiento. Hoy sigue invitando a encontrar en Él el amor del quiénes deben hacerlo (cf. Hch 13, 2).
Padre. Por esto mismo, el discípulo misionero ha de ser un
La Iglesia, en cuanto marcada y sellada “con Espíritu Santo y
hombre o una mujer que hace visible el amor misericordioso
fuego” (Mt 3, 11), continúa la obra del Mesías, abriendo para
del Padre, especialmente a los pobres y pecadores.
el creyente las puertas de la salvación (cf. 1 Co 6, 11). Pablo lo
afirma de este modo: “Ustedes son una carta de Cristo
Al participar de esta misión, el discípulo camina hacia la
redactada por ministerio nuestro y escrita no con tinta, sino
santidad. Vivirla en la misión lo lleva al corazón del mundo.
con el Espíritu de Dios vivo” (2 Co 3, 3). El mismo y único
Por eso, la santidad no es una fuga hacia el intimismo o
Espíritu guía y fortalece a la Iglesia en el anuncio de la Palabra,
hacia el individualismo religioso, tampoco un abandono de
en la celebración de la fe y en el servicio de la caridad, hasta
la realidad urgente de los grandes problemas económicos,
que el Cuerpo de Cristo alcance la estatura de su Cabeza (cf. Ef
sociales y políticos de América Latina y del mundo y, mucho
4, 15-16). De este modo, por la eficaz presencia de su Espíritu,
menos, una fuga de la realidad hacia un mundo
Dios asegura hasta la parusía su propuesta de vida para
exclusivamente espiritual.
hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, impulsando
la transformación de la historia y sus dinamismos. Por tanto, el
Discípulos misioneros, animados por el Espíritu Santo
Señor sigue derramando hoy su Vida por la labor de la Iglesia
Jesús, al comienzo de su vida pública, después de su bautismo, que, con “la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo”
fue conducido por el Espíritu Santo al desierto para prepararse (1 P 1, 12), continúa la misión que Jesucristo recibió de su
a su misión (cf. Mc 1, 12-13) y, con la oración y el ayuno, Padre (cf. Jn 20, 21).
discernió la voluntad del Padre y venció las tentacio-nes de
Jesús transmitió las palabras de su Padre y es el Espíritu quien
seguir otros caminos. Ese mismo Espíritu acompañó a Jesús
recuerda a la Iglesia las palabras de Cristo (cf. Jn 14, 26). Ya,
durante toda su vida (cf. Hch 10, 38). Una vez resucitado,
desde el principio, los discípulos habían sido formados por
comunicó su Espíritu vivificador a los suyos (cf. Hch 2, 33).
Jesús en el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 2); es, en la Iglesia, el

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Maestro interior que conduce al conocimiento de la verdad total, CATEQUESIS
formando discípulos y misioneros. Esta es la razón por la cual los
seguidores de Jesús deben dejarse guiar constante-mente por el Introducción
Espíritu (cf. Ga 5, 25), y hacer propia la pasión por el Padre y el
Reino: anunciar la Buena Nueva a los pobres, curar a los Los discípulos misioneros de Jesucristo en el caminar de la
enfermos, consolar a los tristes, liberar a los cauti-vos y anunciar fe, recibimos los medios de crecimiento para cultivar el
a todos el año de gracia del Señor (cf. Lc 4, 18-19). discipulado y tener renovadas fuerzas en el compromiso
apostólico.
Esta realidad se hace presente en nuestra vida por obra del
Espíritu Santo que, también, a través de los sacramentos,
La fe cristiana tiene el peligro de morir por asfixia o
nos ilumina y vivifica. En virtud del Bautismo y la
inanición. Es necesario asumir los medios de crecimiento
Confirmación, somos llamados a ser discípulos misioneros
como una cuestión de vida o muerte para el proceso de
de Jesucristo y entramos a la comunión trinitaria en la
nueva evangelización.
Iglesia, la cual tiene su cumbre en la Eucaristía, que es
principio y proyecto de misión del cristiano. “Así, pues, la - La Palabra de Dios: es el medio de crecimiento de la
Santísima Eucaristía lleva la iniciación cristiana a su plenitud vida cristiana que mantiene la conciencia despierta,
y es como el centro y fin de toda la vida sacramental”. ilumina los pasos del creyente, fortalece la fe, orienta la
esperanza y compromete la caridad. La Palabra de Dios
la podemos escuchar en la creación, en la historia, en la
conciencia y en la Biblia. Una dinámica de Dios que habla
2. Catequesis: que tiene su plenitud en Jesucristo ( Hb. 1,1)

Los medios de crecimiento La Palabra de Dios escrita nos invita a mantener la Biblia
en las manos, a leerla como espejo de la verdad,
manantial de felicidad y horizonte de sentido de la vida.
ILUMINACIÓN BÍBLICA La lectura diaria de la Biblia nos permite convertir la
Palabra de Dios en el metro de interpretación de la vida
“Se reunían frecuentemente para escuchar la enseñanza y el criterio para la vivencia de las relaciones humanas.
de los apóstoles, y participar en la vida común, en la
fracción del pan y en las oraciones.” (Hch. 2,42) La escucha de la Palabra de Dios es el primer mandamiento
del Señor (Dt. 6,4), es el modo de construir la vida sobre
roca firme (Mt. 7,24-25), es la puerta para entrar en la
voluntad de Dios y es la manera de ser siempre creyente.

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- La oración: no es un accesorio de la vida cristiana sino en unión con la cruz de Jesús, quien se entregó a ella por
un elemento fundamental; el proceso de Nueva amor a nosotros, los medios decrecimientos están
Evangelización nos propone que “nada sin oración y unidos por la experiencia de la cruz (Mc. 8,34) no hay
todo como fruto de la oración”. cristianismo sin cruz.

La oración es una relación viviente y personal con el Dios María, es modelo de la vivencia de los medios de
vivo y verdadero (C.E.C. 2564) que nos capacita para crecimiento. Toda verdadera devoción a la Virgen María
hacer el bien, vivir en el amor y permanecer en tiene obligatoriamente una referencia o un sentido a
comunión con Dios y los hermanos. La invitación es a Jesucristo y a la Iglesia, es decir, no podemos referirnos a
realizar nuestra oración personal diaria, nuestra oración María sin una clara y directa relación con Jesucristo y sin
comunitaria con alegría, nuestra oración siempre para un compromiso serio de Iglesia.
estar siempre conectados a la fuente de la vida.

Es importante aquí aclarar las devociones y la


religiosidad, pues éstas corren el riesgo de ser vividas sin
referencia a Dios, quedándose sólo en el santo, a
3. Catequesis:
muchas devociones no les interesa los mandamientos ni La Eucaristía: Somos convocados
la presencia de Dios en la vida.
a celebrarla
- La vida sacramental: Los sacramentos nos comunican la
vida de Dios y obran en nosotros los creyentes la salvación.
Vivir cada sacramento en la certeza del amor de Dios. El ILUMINACIÓN BÍBLICA
Bautismo en el que celebramos el gozo de ser hijos de Dios;
la confirmación en la que manifestamos ser testigos del “Al día siguiente, Juan se encontraba en aquel mismo
evangelio; la confesión que nos permite celebrar el perdón lugar con dos de sus discípulos. De pronto vio a Jesús que
de Dios, el matrimonio y el orden sacerdotal que nos pasaba por allí, y dijo:
ofrecen el camino para vivir la vocación, la unción que nos - Este es el Cordero de Dios.
sumerge en el Dios de la vida que sostiene, y en la Los dos discípulos le oyeron decir esto, y siguieron a Jesús.
Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana. Jesús dio media vuelta, y viendo que lo seguían, les
preguntó:
- La Cruz de cada día: Llevar la cruz de cada día significa - ¿Qué buscan?
renunciar a toda actuación independiente de la voluntad - Ellos contestaron:
de Dios y ofrecer todo lo presente y todo lo que hagamos - Maestro, ¿dónde vives?

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Él les respondió: cosa que no hubieses querido? ¿Cómo se conservaría si no
- Vengan y lo verán. la hubieses llamado? Mas tú todo lo perdonas porque todo
Se fueron con él, vieron donde vivía y pasaron aquel día es tuyo, Señor que amas la vida (Sb 11, 24-26).
con él. Eran como las cuatro de la tarde.” (Jn 1, 35-39)
La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la
CATEQUESIS vez corporal y espiritual. Por tanto, el hombre en su totalidad
es querido por Dios. El hombre y la mujer son creados, es
Introducción decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta
igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en su ser
En los medios de crecimiento que nos sirven para
respectivo de hombre y de mujer. Ser hombre, ser mujer es
permanecer como discípulos y misioneros de Jesús
una realidad buena y querida por Dios: el hombre y la mujer
encontramos su culmen en el Sacramento de la Eucaristía.
tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene
En este Retiro renovamos nuestro Sí al Señor en este
inmediatamente de Dios su creador ( Gn 2, 7.22)
Sacramento y nace la pequeña comunidad.
Dios al crear a la persona humana a su imagen y semejanza,
Dios nos ha llamado a la vida por amor
la ha llamado a la existencia por amor, la ha llamado al
Creemos que Dios creó el mundo según su sabiduría (cf Sb 9, mismo tiempo al amor y por tanto El amor es la vocación
9). Este no es producto de una necesidad cualquiera, de un fundamental e innata de todo ser humano.
destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad
libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de La fe personal vinculada a la fe de los creyentes
su ser, de su sabiduría y de su bondad: Porque tú has creado
La fe es un acto personal que esta íntimamente ligado a la
todas las cosas; por tu voluntad lo que no existía fue creado
experiencia de fe de otros creyentes. La fe es la respuesta libre
(Ap 4, 11). ¡Cuán numerosas son tus obras, Señor! Todas las
del hombre a la iniciativa de Dios que se revela y se entrega a
has hecho con sabiduría (Sal 104, 24). Bueno es el Señor para
él, dándole al mismo tiempo una luz sobre-abundante al
con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras (Sal 145, 9).
hombre que busca el sentido último de su vida. Pero la fe no
es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede
Realizada la creación, Dios no abandona su criatura a ella misma.
vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha
No sólo le da el ser y el existir, sino que la mantiene a cada
dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro,
instante en el ser, le da el obrar y la lleva a su término. Reconocer
debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres
esta dependencia completa con respecto al Creador es fuente de
nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es
sabiduría y de libertad, de gozo y de confianza: Amas a todos los
como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no
seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no
puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe
lo hubieras creado. Y ¿cómo podría subsistir
yo contribuyo a sostener la fe de los otros.

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La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y del cristiano, sacrificios espirituales" (LG 10). Este
sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, "sacerdocio común" es el de Cristo, único Sacerdote,
confiesa al Señor (Te per orbem terrarum sancta confitetur participado por todos sus miembros.
Ecclesia, A Ti te confiesa la Santa Iglesia por toda la tierra
cantamos en el himno Te Deum), y con ella y en ella somos Desde el siglo II, según el testimonio de San Justino mártir,
impulsados y llevados a confesar también: "creo", "creemos". tenemos las grandes líneas del desarrollo de la celebración
Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en Cristo Eucarística. Estas han permanecido invariables hasta
por el bautismo. En el Ritual Romano, el ministro del bautismo nuestros días a través de la diversidad de tradiciones
pregunta al catecúmeno: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?" Y la rituales litúrgicas. He aquí lo que el santo escribe, hacia el
respuesta es: "La fe". "¿Qué te da la fe?" "La vida eterna". año 155, para explicar al emperador pagano Antonino Pío
(138-161) lo que hacen los cristianos:
La salvación viene solo de Dios; pero puesto que recibimos
la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre: «El día que se llama día del sol tiene lugar la
"Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo reunión en un mismo sitio de todos los que
nacimiento, y no en la Iglesia como si ella fuese el autor de habitan en la ciudad o en el campo. Se leen las
nuestra salvación". Porque es nuestra madre, es también la memorias de los Apóstoles y los escritos de los
educadora de nuestra fe. profetas, tanto tiempo como es posible.

Convocados para celebrar la Eucaristía Cuando el lector ha terminado, el que preside


toma la palabra para incitar y exhortar a la
Quien celebra la Eucaristía es toda la comunidad, el Cuerpo de
imitación de tan bellas cosas.
Cristo unido a su Cabeza quien celebra. «Las acciones litúrgicas
no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que
Luego nos levantamos todos juntos y oramos
es "sacramento de unidad", esto es, pueblo santo, congregado
por nosotros [...] (San Justino, Apología, 1, 67)
y ordenado bajo la dirección de los obispos. Por tanto,
y por todos los demás donde quiera que estén,
pertenecen a todo el Cuerpo de la Iglesia, influyen en él y lo
[...] a fin de que seamos hallados justos en
manifiestan, pero afectan a cada miembro de este Cuerpo de
nuestra vida y nuestras acciones y seamos
manera diferente, según la diversidad de órdenes, funciones y
fieles a los mandamientos para alcanzar así la
participación actual» (SC 26).
salvación eterna.
La asamblea que celebra es la comunidad de los bautizados
Cuando termina esta oración nos besamos
que, "por el nuevo nacimiento y por la unción del Espíritu
unos a otros.
Santo, quedan consagrados como casa espiritual y sacerdocio
santo para que ofrezcan, a través de todas las obras propias

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Luego se lleva al que preside a los hermanos “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
pan y una copa de agua y de vino mezclados. mundo» (Mt 28,20). Esta promesa de Cristo sigue siendo
El presidente los toma y eleva alabanza y gloria escuchada en la Iglesia como secreto fecundo de su vida y
al Padre del universo, por el nombre del Hijo y fuente de su esperanza. Aunque el Domingo es el día de la
del Espíritu Santo y da gracias (en griego: resurrección, no es sólo el recuerdo de un acontecimiento
eucharistian) largamente porque hayamos sido pasado, sino que es celebración de la presencia viva del
juzgados dignos de estos dones. Resucitado en medio de los suyos.

Cuando terminan las oraciones y las acciones Para que esta presencia sea anunciada y vivida de manera
de gracias, todo el pueblo presente pronuncia adecuada no basta que los discípulos de Cristo oren
una aclamación diciendo: Amén. individualmente y recuerden en su interior, en lo recóndito
de su corazón, la muerte y resurrección de Cristo. En efecto,
[...] Cuando el que preside ha hecho la acción los que han recibido la gracia del bautismo no han sido
de gracias y el pueblo le ha respondido, los que salvados sólo a título personal, sino como miembros del
entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a Cuerpo místico, que han pasado a formar parte del Pueblo
todos los que están presentes pan, vino y agua de Dios. Por eso es importante que se reúnan, para
"eucaristizados" y los llevan a los ausentes» expresar así plenamente la identidad misma de la Iglesia, la
(San Justino, Apología, 1, 65) ekklesía, asamblea convocada por el Señor resucitado, el
cual ofreció su vida «para reunir en uno a los hijos de Dios
La Eucaristía del día Domingo que estaban dispersos» (Jn 11,52). Todos ellos se han hecho
«uno» en Cristo (cf. Ga 3,28) mediante el don del Espíritu.
En la experiencia cristiana el domingo es ante todo una
fiesta pascual, iluminada totalmente por la gloria de Cristo Esta unidad se manifiesta externamente cuando los cristianos
resucitado. Es la celebración de la «nueva creación». se reúnen: toman entonces plena conciencia y testimonian al
“Celebramos el Domingo por la venerable resurrección de mundo que son el pueblo de los redimidos formado por
Nuestro Señor Jesucristo, no sólo en Pascua, sino cada «hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación» (Ap 5,9). En
semana»: así escribía, a principios del siglo V, el Papa la asamblea de los discípulos de Cristo se perpetúa en el
Inocencio I,(15) testimoniando una práctica ya consolidada tiempo la imagen de la primera comunidad cristiana, descrita
que se había ido desarrollando desde los primeros años como modelo por Lucas en los Hechos de los Apóstoles,
después de la resurrección del Señor. San Basilio habla del cuando relata que los primeros bautizados «acudían
«santo Domingo, honrado por la resurrección del Señor, asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a
primicia de todos los demás días». (16) San Agustín llama al la fracción del pan y a las oraciones »
Domingo « Sacramento de la Pascua ».

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