You are on page 1of 4

La puntualidad.

Introducción.
La puntualidad es una cualidad del carácter de Dios que nosotros los seres humanos, por ser
hechos a su imagen y semejanza, tendríamos que cultivar y manifestar en todos los aspectos
de nuestra vida personal, familiar, laboral y social, y con mayor razón, los cristianos, por
cuanto Dios está formando el carácter de Cristo en nosotros (Rom 8.28-29). Es una cualidad
derivada y que forma parte de la integridad que nos es necesaria para vivir con El Señor. La
puntualidad tiene que ver con veracidad, confiabilidad y honradez, que también son
cualidades deseables del carácter de un creyente. La puntualidad, es una cualidad que
desafortunadamente cuesta encontrar aún en los mismos creyentes. Muchos, igual que las
personas del mundo, no cumplen con los plazos para terminar tareas, llegan tarde a sus citas,
llegan tarde a la iglesia (aún aquellos a quienes se les ha asignado privilegios), no cumplen con
sus pagos y con sus compromisos en tiempo, etc.

Este estudio va encaminado a que:


a) Entendamos que la puntualidad constituye un rasgo del carácter que Dios quiere formar en
nosotros.
b) Su importancia desde la perspectiva de Dios.
c) La desarrollemos y practiquemos en todos los aspectos de nuestra vida.

Versículo clave.

“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda
en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua,
ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil
es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no
por eso cambia; quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El que
hace estas cosas, no resbalará jamás.” (Sal 15:1-5).

Versículos de apoyo.
Gen 17:21, Gen 21:2, Ecle 3:11, Jer 8:7.

Desarrollo del tema.

1. Definición de puntualidad.

Ser exacto en el cumplimiento del tiempo pactado con Dios y con otras personas, para iniciar,
realizar y terminar un trabajo o tarea, llegar a una actividad y/o cita, efectuar un pago, cumplir
un compromiso, etc.
Es estar en un lugar a la hora que dijimos que íbamos a estar aun cuando sepamos que los
demás no van a estar allí.
Implica cumplir con nuestras obligaciones, responsabilidades y deberes a tiempo.
Es una forma de mostrar respeto por el prójimo.
2. Consecuencias de la falta de puntualidad.

Muchas bendiciones se pierden no solo por no estar en el lugar debido sino también por no
llegar a tiempo a ese lugar. En la parábola de las diez vírgenes, las cinco insensatas se
perdieron la bendición de entrar con su Señor a las bodas porque no estaban en el lugar ni en
el tiempo exacto para ello. Ello implica que si, por alguna razón, no somos cuidadosos en el
cumplimiento de nuestros compromisos y responsabilidades, podríamos perdernos el
arrebatamiento, por nuestra insensatez.

Cuando Jesús vuelva para llevar a su pueblo al cielo, debemos estar listos. La preparación
espiritual no puede comprarse ni prestarse a último minuto. Nuestra relación con Dios debe
ser propia.
Por la impuntualidad, muchas veces perdemos bendiciones de trabajo, negocios, y otras
parecidas que Dios quiere proveernos pero que nosotros echamos a perder (por ejemplo, un
contrato de negocios, donde el tiempo de cumplimiento es importante para la otra parte, pero
nosotros llegamos tarde a la cita en la cual íbamos a cerrar el negocio, dándole a la otra parte
la idea de que no vamos a cumplir con nuestro compromiso como no cumplimos con llegar a
tiempo a la cita) . Igualmente, por no cumplir con obligaciones de pago a tiempo incurrimos en
pagos de multas, moras, intereses, etc.
Parte del problema de la impuntualidad es que no somos previsores en el tiempo para
cumplir nuestros compromisos. Es común en nuestro país que no solo mencionamos, sino que
practicamos el hecho de la “hora PERUANA” y de que “todo lo dejamos para última hora”.
Como consecuencia de ello, no solo llegamos tarde, sino que antes del tiempo de
cumplimiento, por ejemplo, del pago de recibos, las ventanillas donde reciben los pagos están
sin personas que atender, pero el último día, hay una sobresaturación de personas,
congestionando no solo las ventanillas, sino el tráfico, los bancos, recargando el trabajo de los
empleados responsables de procesar esas cosas, etc., y haciéndonos más vulnerables a los
incumplimientos y problemas derivados de ellos. (no nos ponemos en el lugar de otros)
Pérdida de credibilidad de la persona, no solo en cuanto a cuestiones relacionadas con la
puntualidad, sino en todos los aspectos de su vida. La persona no solo toma fama de
incumplida sino de informal y mentirosa, porque la impuntualidad no solo es impuntualidad:
también es informalidad, irresponsabilidad, burla y mentira,
En NUESTRO PAIS la impuntualidad es tal que hasta es común hablar de “hora PERUANA”, que
significa una hora más tarde de lo pactado, lo cual a muchos le parece normal pero en realidad
es la institucionalización en la sociedad de la mentira, el incumplimiento, la informalidad y la
irresponsabilidad, aunque se diga en tono de broma, o como una justificación.
La impuntualidad también representa pérdidas de dinero para las personas que nos tienen que
esperar por cuanto que el tiempo de espera por nuestro incumplimiento pudiera haber sido
aprovechado para realizar otras actividades productivas.

3. La puntualidad y el carácter.
DIOS ES PUNTUAL

Dios le prometió un hijo a Abraham Génesis 17:21


Gen 21:2 dice “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le
había dicho.” Ello implica que la puntualidad en el cumplimiento de Sus promesas es una
cualidad del carácter de Dios.
Ecle 3:11 también dice que Dios todo lo hace hermoso en su tiempo (no antes ni después).
Y en Rom 8:28-29 la Palabra nos da a conocer que la voluntad de Dios para con nosotros, los
que lo amamos, es que la imagen (carácter) de Cristo sea formada en nosotros, y la imagen de
Cristo es la misma imagen de Dios, por lo tanto, una de las cualidades que Dios quiere formar
en nosotros, al igual que la obediencia, el dominio propio, el fruto del Espíritu, etc., es la
puntualidad. ¿y como logramos esto? Leyendo y prestando atención a la palabra de Dios,
haciendo la obra de Dios en la tierra.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la puntualidad es una virtud que corresponde a
la santidad, en tanto que la impuntualidad es un mal hábito que corresponde al pecado, y
como tal, es pecado en sí misma. Por lo tanto, necesitamos verla como pecado, arrepentirnos
de ella, confesarla delante de Dios pidiéndole perdón por ella, y proponiendo en nuestro
corazón, despojarnos del hombre viejo (impuntualidad) y vestirnos del hombre nuevo
(puntualidad) de acuerdo a lo que nos ordena Efe 4:22.24.

Conclusión, reto personal y acción inmediata.

Todos los creyentes, sin excepción, dentro de las cosas que agradan a Dios, necesitamos
desarrollar la puntualidad como una cualidad de nuestro carácter, en todos los aspectos de la
vida: llegando puntuales a las citas, al trabajo, a la iglesia y pagando puntualmente todos los
compromisos que hayamos adquirido por deudas, créditos, servicios, etc. Recordemos que
Prov 12:22 dice “Dios se deleita en los que cumplen sus promesas, y aborrece a los que
faltan a ellas”. Y ese cambio es necesario que se produzca en nosotros aún cuando toda la
cultura que nos rodea promueva la impuntualidad (la famosa “hora peruana”) y sepamos de
antemano que muchas veces vamos a tener que sufrir las consecuencias de la impuntualidad
de otros. Pero Dios en Su Palabra nos dice que nosotros somos responsables de nosotros
mismos, del cumplimiento de lo que nos corresponde a nosotros, no de lo que hagan los
demás. Así que, delante de Dios, no hay razón alguna que justifique el que nosotros sigamos
practicando la impuntualidad.

TEXTO

Prov. 12:22 dice “Dios se deleita en los que cumplen sus promesas, y aborrece a los que faltan
a ellas”.

Oración final.
Señor, te necesitamos para que nos ayudes a desechar las malas costumbres que a lo largo de
la vida, y como parte de la cultura que nos rodea, hemos ido adquiriendo, y dentro de ellas,
necesitamos cambiar de la impuntualidad (la forma de proceder del hombre viejo) a la
puntualidad (la forma de proceder del hombre nuevo) renovando nuestro entendimiento para
que cambie nuestra manera de vivir (Rom 12:2). Señor, sabemos que ello no es fácil,
principalmente cuando sabemos que seguramente los demás van a seguir siendo impuntuales,
pero Señor, a nosotros no nos corresponde cambiar a los demás, pero si cambiar nosotros
mismos para amoldarnos a lo que tú esperas de nosotros. Por eso, Señor, en este momento,
hacemos un compromiso contigo de ser puntuales, cumplidos con nuestras promesas y
compromisos, confiando en que Tu, por Tu Espíritu Santo, nos ayudarás para que sea de esa
manera a partir de hoy mismo. Gracias Señor en el Nombre de Jesús.

You might also like