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MONOGRAFIA
TEMA: GESTION DE POLITICAS PUBLICAS
TARAPOTO-2018
INTRODUCCION
En abril del 2018 se llevó a cabo la VIII Cumbre de las Américas donde se
discutió cómo fortalecer las instituciones democráticas, a fin de garantizar la
transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana para
prevenir, denunciar y combatir la corrupción.
Este reto implica pensar en un trabajo sostenido y de largo plazo y que se
centre en 4 puntos importantes:
1. instituciones democráticas,
2. incentivos y castigos,
3. participación ciudadana y,
4. ética.
Primero, es indiscutible que las instituciones democráticas han contribuido al
desarrollo de los países. Sin embargo, aparentemente las democracias han
fallado a los ciudadanos. En el Estudio Internacional de Educación Cívica y
Ciudadanía realizado en 38 países ( 5 en América Latina dentro de ellos el
Perú) por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo,
se encuentra que el 77% de estudiantes peruanos justificaría una dictadura si
esta trae orden y seguridad y un 72% la justificaría si es que trae beneficios
económicos.
Estos porcentajes reflejan la enorme desconfianza en la institucionalidad
democrática de los próximos peruanos que serán autoridades. ¿Cómo revertir
esta situación? El mismo estudio menciona que se debe luchar contra la
corrupción, los actos de nepotismo y la censura de los medios de
comunicación.
Segundo, la reforma del Sistema Judicial debe fundarse en un sistema
meritocrático que incentive a los mejores funcionarios a participar en la gestión
pública y castigue severamente a los que infrinjan la ley. Pero no solo del
sistema judicial, sino también en todos los sectores y, en particular, en los
sociales: educación, salud y seguridad. El sistema debe simplificarse, no puede
ser que, ante indicios de corrupción, existan tantos pasos para destituir a una
persona. Esto va de la mano con una reforma de la legislación laboral.
Tercero, los peruanos debemos exigir calidad en los servicios que usamos. No
es posible que sí nos quejemos por el mal servicio recibido en un restaurante o
devolvamos los productos que no están a la altura de nuestras expectativas, y
no hagamos eso cuando nuestros hijos no están recibiendo una educación de
calidad o los pacientes resultan maltratados o esperan muchos días para ser
atendidos deficientemente. Los ciudadanos deben estar más empoderados
para participar más y mejor en acciones para exigir la calidad de los servicios.
Cuarto, no vamos a conseguir nada si no enfocamos nuestros esfuerzos en
infundir valores a nuestros hijos. Un estudio de la Universidad de Harvard
realizado por el neurocientífico Howard Gardner encuentra que las personas
más exitosas son las que cumplen con el acrónimo ECE: excelentes (en su
profesión), comprometidos y éticos.
Adam Smith, padre de la economía moderna y a quien se le atribuye el
capitalismo y la mala interpretación de la “mano invisible”, plantea en su libro
“Teoría de los sentimientos morales” (escrito en 1759 antes de “Riqueza de las
naciones”) que no es posible el desarrollo de una sociedad sin pensar en los
demás. No solo se trata de mí, sino también de qué puedo hacer para mejorar
el bienestar del que está a mi lado.
CONCLUSIONES
El concepto de gobernabilidad, como se puede considerar, tiene una
dimensión neutra y significa ejercicio de autoridad, control o, más
ampliamente, gobierno.
El término gobierno está íntimamente asociado a la gobernabilidad, el
mismo que puede definirse como dirección y control políticos ejercidos
sobre las acciones de los miembros, ciudadanos o habitantes de
comunidades, sociedades y estados.
Al revisar algunas de las principales concepciones teóricas que existen
sobre la gobernabilidad, las que a partir de diferentes puntos de vista nos
muestran que concuerdan en el hecho de que el problema de la
gobernabilidad es el resultado del agotamiento de un modelo político-
económico expresado por la denominada “crisis del Estado de Bienestar”.
Los gobiernos ya no les basta con tener legitimidad de origen, sino que
ésta deben ganársela día a día siendo eficaces en las medidas que
adoptan, sobre todo en un momento en que la discusión se centra en
definir cuál es el rol que le compete al Estado en el nuevo escenario
internacional, situación que se ha agudizado a partir de la década de los
ochenta como resultado de la implantación del modelo neoliberal. De ahí
que el estudio y análisis de la gobernabilidad cobre importancia para los
países de América Latina, sobre todo si consideramos que en la actualidad,
la mantención de los regímenes democráticos, así como el desarrollo
económico y social de los países de la región dependen, en gran medida,
de la gobernabilidad de los mismos.
Si bien es cierto todos los autores que hemos mencionado coinciden en
señalar que los gobiernos deben orientar su accionar dentro de parámetros
considerado legítimo por la ciudadanía, pues sólo de esta forma podrán
alcanzar la aceptación social. Dicho de otra manera, un gobierno es
legítimo en la medida en que sus respuestas se ajustan a normas
establecidas y conocidas por todos.
podemos señalar que Pasquino, Camps y Boeninger se esfuerzan por
dejar en claro que la gobernabilidad es un concepto en el que están
inmersos actores sociales y públicos. Un concepto que se refiere a la
interacción que se da entre estos actores en función del rol que cada uno
de ellos debe jugar en un sistema democrático. La gobernabilidad es el
resultado de la interacción entre estos actores y de la posibilidad que éstos
tienen para ir adecuándose a los cambios que se van produciendo en el
conjunto de la sociedad, entonces la gobernabilidad puede ser entendida
sólo si se analizan las relaciones que se dan entre los “actores
estratégicos”, los que de alguna u otra manera tienen el poder suficiente
para influir en el proceso político como las Fuerzas Armadas, los gremios,
los sindicatos, la Iglesia, los medios de comunicación y el propio gobierno.
Es evidente que el país exige una sociedad civil organizada, una economía
competitiva y acordemente distributiva y un Estado eficiente y moderno que
se podría plantear sólo en un proceso de democracia, con una
modernización productiva y la legitimación de sus instituciones.
La historia del país ha mostrado un comportamiento político autoritario y
vertical pero que en los espacios democráticos que se han suscitado, la
población ha mostrado una clara inclinación hacia la democracia y el
consenso.
Las transformaciones sociales generadas en el Perú ---con miras al
próximo milenio-- promueven un conjunto de condiciones para el desarrollo
futuro en el país. Las mismas deben contemplar de manera imperativa el
apoyo de todos los peruanos para construir un orden más justo, más
moderno y más digno para todos. Solo será posible si todos participan en
él sin privilegiados ni marginados y si se tiene plena conciencia de que
nadie tiene derecho a lo superfluo si existe uno solo que carece de lo
necesario.
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