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Asignatura: Medicina Legal

Unidad II: Traumatología Forense


Tema 7: Quemaduras, importancia
Medico-Legal. Análisis Jurídico Legal

Sesión 13: Quemaduras. Importancia Medico Legal. Análisis Jurídico Penal

Introducción

Las quemaduras en Medicina Legal, son un tipo de lesiones que tienen mucha importancia
tanto en el sujeto vivo como en el cadáver por sus implicaciones jurídicas. Hay que tener en
cuenta que el objetivo de la Medicina Legal es determinar la lesión o lesiones y reconocer la
causa de la muerte de un individuo, independientemente de si es un homicidio, suicidio o
accidente. Este reconocimiento se intensifica en cadáveres quemados o carbonizados. Las
experticias de quemaduras se realizan junto con todas las partes del cuerpo para descartar si
hay alguna otra lesión que no tenga relación con las quemaduras y sean causantes de la
muerte. Es bien conocido que la mayoría de los casos de quemaduras son de origen
accidental, pero es el informe Médico Legal quien precisará las circunstancias, así como si
hubo o no intencionalidad.

Definición

Las quemaduras son todas las lesiones producidas tanto superficiales como internas del cuerpo
humano, por la acción de agentes físicos y químicos.

Etiología de las quemaduras

La etiología de los agentes físicos son el calor radiante, como los rayos solares, y el calor que se
desprende de de cualquier objeto que tenga altas temperaturas (hornos, calderas),
combustibles fósiles como la gasolina, diesel, kerosén y aceites a elevada temperatura; todo
líquido a temperaturas altas tales como agua hirviendo y metales en fusión, también todos
aquellos cuerpos sólidos con elevas temperaturas junto con los vapores y gases, las llamas
directas, la electricidad industrial o natural y las radiaciones ionizantes.

El frío, tanto ambiental natural como artificial. Etiología de los agentes químicos, los ácidos y los
álcalis fuertes.

Profesor: Dr. Aubin Urdaneta


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Agentes productores de las Quemaduras

Tanto el frío como el calor, la sustancias químicas, la electricidad industrial (electrocución), la


electricidad atmosférica (fulguración), y las radiaciones ionizantes (sustancias radioactivas),
producen lesiones de quemaduras.

1. Quemaduras por frío

Las quemaduras por frío también llamadas heladuras se caracterizan porque la lesión va a
depender de varios factores tales como grados de la temperatura ambiental, presencia de
aire, edad del individuo, fatiga, vestimentas, la constitución del individuo y el tiempo de
exposición.

El frío produce lesiones generales y lesiones locales, dentro de las generales tenemos la
hipotermia, que es cuando la temperatura del cuerpo está por debajo de 35 grados
centígrados, produciendo una hipotermia sistémica que conlleva a la muerte por paro
cardiorrespiratorio. También existe la vasoconstricción generalizada con descenso importante
de la temperatura corporal, que puede llegar a la congestión del organismo. Al respecto
comenta Alvarado, E. (1991, p. 423):

El mecanismo de muerte por hipotermia es el cese de la circulación usualmente precedido por


la fibrilación ventricular. En la autopsia, los hallazgos internos consisten en la dilatación de las
cavidades derechas del corazón, congestión de la vena cava, espuma sanguinolenta en
tráquea y bronquios; edema, congestión y hemorragia en pulmones, y congestión de hígado y
bazo.

Para Trujillo, G. y Trujillo, P. (2002, p. 95),


En caso de congelamiento del cadáver posterior a la muerte de la persona, la piel está dura y
quebradiza, el tejido celular subcutáneo congelado da la apariencia de cebo, al igual que la
sangre y las vísceras. En caso de muerte por congelamiento, el cadáver presenta el color rojo
claro característico de las livideces; las cavidades del corazón se encuentran completamente
llenas; en algunas ocasiones, se observa espuma sanguinolenta en la tráquea y los bronquios
por hipersecreción bronquial y anemia cerebral.

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1.1 Clasificación de las quemaduras por frío

Las lesiones locales, se presentan en las regiones más distantes y expuestas del cuerpo
humano como la nariz, labios, mejillas, pabellones auriculares, dedos de las manos y pies, este
tipo de trauma por frío, son las llamadas heladuras, cuyas manifestaciones varían de acuerdo
al tiempo de exposición. Se clasifican en grados dependiendo de la afección en la
profundidad de la piel. Se clasifican en:

1) Heladura de primer grado o eritema, es producto primero de la vasoconstricción por el


frío y luego de la vasodilatación para tratar de calentar la zona expuesta por la noxa, presenta
una coloración rojiza.

2) Heladura de segundo grado, también llamada flictena, cuando el frío hace que la
vasoconstricción sea acentuada hay salida de liquido de los vasos sanguíneos formando
vesículas o ampollas que al secarse se cicatrizan sin dejar marcas

3) Heladuras de tercer grado o escaras, cuando la noxa produce la muerte celular hay
extensas áreas de necrosis celular.

Al respecto, comenta Alvarado, E. (1991, p. 424): “El mecanismo principal de estos trastornos
es el traumatismo del endotelio capilar, que permite la salida de líquido y la formación de
edema, el cual puede conducir a la aparición de vesículas en la superficie del cuerpo.” Como
consecuencia hay hemoconcentración, que origina la obturación de los vasos por trombos, y
por este camino se va a la necrosis isquémica de las partes blandas (escaras). Para Trujillo, G.
y Trujillo, P. (2002, p. 94):

El mecanismo fisiológico de percepción del frío se produce a través de los corpúsculos de


Krause de la piel, que trasmiten las sensación de temperatura al hipotálamo posterior, que
responde al estímulo desencadenando la secreción masiva de adrenalina que produce
vasoconstricción generalizada con aumento de la presión arterial, taquicardia y alteración de
la química celular.

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2. Quemaduras por calor

Las quemaduras por calor, son lesiones producidas en los tejidos por la acción de las llamas,
líquidos, vapores o gases a elevada temperatura, y de los sólidos al rojo vivo o en estado de
fusión (sólidos que por la acción del calor se derriten).

Un factor primordial para este tipo de lesión es el tiempo de exposición a la fuente de calor.
Alvarado, E. (1991, p. 424), afirma:

La homeostasis térmica se mantiene por medio de un balance entre la carga de calor y la


disipación del calor. La carga térmica resulta de la combinación del calor ambiente y del
calor interno. El calor ambiente procede del sol y sus efectos son influidos por la humedad del
aire, y su longitud de onda, la distribución espectral, la reflexión y absorción del polvo y de las
ropas. Por el contrario, el calor interno es la cantidad de calor generado por la oxidación de
productos del metabolismo.

2.1 Clasificación de las quemaduras por calor según el grado de profundidad y


extensión

Se considera quemadura por calor a toda lesión local producida en la superficie del cuerpo
humano, estas lesiones locales externas son determinadas por el contacto de un agente
calórico con gran intensidad de calor.

En la práctica Medicolegal y de acuerdo con su profundidad se distinguen cuatro grados:

1) Quemaduras de primer grado o eritema; se asemeja a una inflamación aguda de la piel


y está caracterizada por un enrojecimiento de la de ella como consecuencia de una
vasodilatación con existencia de tumefacción y dolor local, curan mediante la regeneración
del epitelio afectado en un período de 4 a 7 días y ameritan únicamente como tratamiento
analgésicos y el uso de cremas humectantes. Al respecto afirma Franchini citado por Giugni, H.
(2000, p. 528), “existen todos los caracteres de una inflamación aguda, de la cual puede no
quedar huella en el cadáver”.

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2) Quemaduras de segundo grado o flictena; consisten en la formación de vesículas
intraepidérmicas determinadas por el levantamiento de la epidermis con los bordes
congestivos, estas flictenas o vesículas contienen un líquido albuminoso, amarillento, las
flictenas o ampollas son un importante signo de reacción vital de los tejidos, curan mediante la
regeneración del epitelio y tardan aproximadamente entre 12 a 21 días en curar. Las flictenas
que se forman en los cadáveres generalmente contienen gas y no serosidad y mucho menos
presentan halos congestivos o rojizos como las personas vivas.

3) Quemaduras de tercer grado o escara; se produce la formación de una escara debido


a la necrosis de los tejidos superficiales y de los más profundos, dado a que interesa todo el
espesor de la piel. En la persona viva la escara se demarca gradualmente dejando una
ulceración tórpida que finaliza en cicatrices residuales irregulares y con frecuencia distróficas
que curan a partir de los bordes, por lo general ameritan injerto de piel. Comenta Giugni, H.
(2000, p. 529), “El aspecto de las cicatrices es característico, por ser elevadas y radiadas,
pudiendo ocasionar trastornos funcionales, deformidades, adherencias y contractura de los
miembros, estenosis de los orificios naturales, tortícolis cicatriciales, adherencia de los brazos al
tronco y retracciones en flexión del muslo o de la rodilla.” Este grado de quemadura por lo
general es indoloro porque hay destrucción de terminaciones nerviosas.

4) Quemaduras de cuarto grado o carbonización; además de la piel y los tejidos blandos


subyacentes estas lesiones interesan al hueso. C. Simonin (1966, p. 168), 4to. Grado. Es la
carbonización, parcial o total. Hay que tener en cuenta tres caracteres generales: reducción
de volumen y de peso que da a un cadáver de adulto el aspecto de adolescente;
retracciones de los tejidos que descubren los dientes y provoca, por la flexión de los miembros,
actitudes de lucha, de combate; desgarros y fracturas espontáneas, abertura de las
cavidades craneana y toracoabdominal; desgarro de la región genital. La piel, negruzca,
desecada, resuena a la percusión; presenta a menudo desgarros trasversales, rectilíneos,
regulares, en los pliegues articulares.

En relación a la extensión de las quemaduras se puede afirmar que de ella depende la


peligrosidad de las lesiones y no únicamente del grado de profundidad. La extensión de la
superficie corporal quemada se expresa en porcentajes existiendo varios esquemas, pero el
más utilizado es el de Pulasky y Tennison, mejor conocida como la regla de los nueves, que no
es más que dividir la superficie corporal en fracciones de nueve o múltiplos de nueve, este
esquema tiene una variación si se trata de un adulto o un niño. Para un adulto se distribuye la

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superficie del cuerpo de la siguiente manera: la cabeza y los miembros superiores son cada uno
9% de la superficie corporal, el tórax y abdomen anterior 18%, el tórax abdomen posterior 18%,
los miembros inferiores son cada uno 18% de la superficie corporal y el área genital le
corresponde el 1% de la superficie corporal. En los niños se debe recordar que las diferencias
van de acuerdo a la edad ya que en los lactantes la cabeza corresponde al 19% de la
superficie corporal, mientras que los miembros inferiores son el 15%. En la medida que el niño
crece esta relación va asemejándose a la relación existente en el adulto donde los miembros
inferiores son el doble de la cabeza.

El pronóstico de las lesiones por quemaduras va a variar según la extensión de la superficie


corporal quemada, si es más del 65% las quemaduras son mortales, si sólo afecta el 40% de la
superficie corporal pueden ser mortales o de pronóstico reservado.

La Asociación Venezolana de Quemaduras establece tres tipos de quemaduras de acuerdo a


su gravedad:

1. quemaduras menores o leves, son todas las quemaduras de primero y segundo grado
menores al 10% de la superficie corporal quemada y las quemaduras de tercer grado
menores al 2% de superficie.

2. moderadas; en este grupo se incluyen a las quemaduras de primero y segundo grado


que tengan de 15 % a 20% de superficie corporal quemada y las de tercer grado que
tengan de 2% a 10% de superficie corporal quemada. Aquí también se incluyen a las
quemaduras de primer grado que tengan entre 50 y 75% de la superficie corporal
quemada y las graves; son las quemaduras de primero y segundo grado mayores al 20%
de superficie corporal quemada y las de tercer grado mayores al 10% de la superficie
corporal quemada.

También a las quemaduras de primer grado que afecten más del 76% de la superficie corporal
quemada. Para Alvarado, E. (1991, p. 426), hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial
se consideraba que un área quemada mayor del 50% de la superficie corporal era mortal.
Actualmente se logran sobrevidas en casos que alcanzan hasta el 80%.

En Venezuela, no existen estadísticas con las que se puedan hacer estudios para determinar la
sobrevida en casos de quemaduras, en nuestro país sólo existen dos Unidades de Quemados

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como tal, una en el “Hospital Coromoto”, en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia que presta
sus servicios privados a la industria estatal petrolera (PDVSA), y otra en el “Hospital Militar Dr.
Carlos Arvelo”, en la ciudad capital Caracas, para el tratamiento de efectivos militares.

2.2 Mecanismo de muerte por quemaduras

Las lesiones por quemaduras continúan siendo un inmenso desafío, aún para el médico
forense más experimentado. La quemadura severa puede representar una situación de estrés
máximo en el espectro de los traumas. Estas lesiones por quemadura pueden afectar
numerosos sistemas orgánicos. Para Roos citado por Giugni, H. (2000, p. 533), las muertes
instantáneas por quemaduras pueden explicarse bajo dos modalidades principales: por
efecto directo sobre el corazón y sobre el encéfalo de la elevada temperatura, provocada
por el calor muy intenso; o por la liberación en círculo del potasio, debido a la destrucción de
un gran número de eritrocitos por efectos del calor.

Histológicamente se han podido observar lesiones hepáticas de tipo necrótico, renales


(glomerulitis, nefrosis), suprarrenales y del sistema nervioso. Continua el mismo autor, entre las
alteraciones bioquímicas señalaremos: disminución de la alcalinidad de la sangre y de la
reserva alcalina, aumento de la urea (de 100% al 400%), disminución de las seroalbúminas y
aumento de las globulinas con inversión de la relación recíproca, y consiguiente disminución
de la presión osmótica de las proteínas, que explicaría la formación de edemas difusos en
todos los órganos; hipocloremia, hiperglicemia, hipercolesterinemia; la masa sanguínea está
disminuida y la velocidad de sedimentación de los eritrocitos aumentada. Se han observado
muertes secundarias por quemaduras, determinadas por complicaciones infecciosas.

Para Alvarado, E. (1991, p. 426), el mecanismo de muerte puede ser: a) choque primario o
neurogénico, con colapso circulatorio que lleva al sincope y a la muerte. b) Choque
secundario, con hemoconcentración ocasionada por perdida de plasma. c) Trastornos en
riñones (nefrosis hemoglobinúrica) y suprarrenales (por síndrome de adaptación y d)
Septicemia, como causa tardía de la muerte.

2.3 Determinar si las Quemaduras son anteriores o posteriores a la muerte y su importancia

En un cadáver con quemaduras de tercer y cuarto grado, éstas tienen una atención especial
por parte del médico forense puestos que estas lesiones pueden enmascarar conductas

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criminales anteriores a la quemadura y pueden pasar desapercibidas al quedar ocultas detrás
del proceso de quemadura, dado a que el delincuente siempre tratará de confundir la
investigación judicial, en algunos casos mediante la carbonización, y en otros mediante
diferentes artificios con el interés de ocultar lesiones criminales como orificios de entrada de un
proyectil u otras lesiones superficiales.

En el mismo orden de ideas, plantea Giugni, H. (2000, p. 533) que además de lo concernientes
a la etiología de las lesiones en cuanto se refiere al evento causal (suicidio, homicidio,
accidente, autolesión intencional, etc.), debe destacarse la pertinente a la diagnosis
diferencial, en lo tocante a la génesis misma de la lesión, que puede ser de una naturaleza
diferente, como por ejemplo, un proceso patológico de irritación inflamatoria de los
tegumentos (dermatopatías). Según Franchini, citado por Giugni, H. (2000, p. 535), la cuestión
más sobresaliente, es la de establecer la naturaleza vital o postmortal de las quemaduras, por
cuanto no es raro que un sujeto, a quien se ha dado muerte por otra causa, sea lanzado a las
llamas.

Así pues, cuando aparece un cadáver quemado parcialmente o carbonizado, el médico


forense tiene que diagnosticar en primer lugar si esa persona estaba viva cuando se inició el
fuego, para este diagnóstico se utiliza la prueba de la carboxihemoglobina en sangre, ésta se
forma al combinarse el monóxido de carbono que se origina por la combustión de elementos
al quemarse, con la hemoglobina (puesto que la hemoglobina tiene más afinidad por el
monóxido de carbono que por el oxigeno), la sangre, los órganos y la piel toman un color
rosado cereza. Para esto se requiere que la persona respire, de modo que el gas se introduzca
al organismo, para la toma de la muestra de sangre se deben tomar algunas precauciones
para evitar que la sangre no se oxigene en el medioambiente, se deben utilizar tubos de
ensayos al vacío. Otro signo que nos demuestra vitalidad antes del incendio es la presencia de
humo en las vías respiratorias o signo de Montalti, éste demuestra que la persona estaba
respirando durante el incendio.

Según Giugni, H. (2000, p. 534), particular interés tiene el hallazgo de flictenas con contenido
seroso y con halo hiperémico, de redes vasculares trombosadas en torno a las escaras, de
depósito de humo en las más profundas vías respiratorias y en los alvéolos, de presencia de
carboxihemoglobina en la sangre que se encuentra en el corazón o en los grandes vasos.

2.4 Quemaduras por sustancias químicas

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La presencia de substancias químicas es conocida por el hombre desde antiguo, de hecho,
desde hace siglos se conoce este tipo de quemaduras, estas lesiones pueden originarse por la
imprudencia en el manejo de estas sustancias, pueden ser usadas por el suicida o para
cometer un homicidio. Este tipo de quemaduras son producidas por substancias cáusticas
tales como ácidos y álcalis fuertes, todos ellos producen necrosis que puede extenderse
lentamente durante varias horas. Estas substancias van a reaccionar rápidamente sobre los
tejidos orgánicos produciendo su desorganización hasta las capas más profundas de la piel,
llegando hasta la destrucción. Las lesiones dependen de la cantidad de sustancia química
que se halla puesto en contacto con la piel y del tipo de sustancia. Estas lesiones presentan
una costra que en principio no es dolorosa pero luego produce dolores muy fuertes. El periodo
de curación es largo, ya que la restitución de los tejidos es muy complicada por la destrucción
de las capas subcutáneas. Los ácidos más comunes son: el ácido nítrico (HNO3), ácido
sulfúrico (H2SO4) vitriolo, ácido clorhídrico (HCl), estos ácidos actúan por desnaturalización de
la célula por su efecto corrosivo tisular, estos ácidos sustraen el agua y minerales de los tejidos
produciendo ulceraciones en la piel que al sanar dejan cicatrices viciosas, queloides retractiles
o hipertróficas, las escaras producidas por la acción de los ácidos son de color negro, secas y
sangran poco, dado esto por la descomposición de la hemoglobina en hematina.

En este sentido, afirma Giugni, H. (2000, p.548) que la morfología lesiva se manifiesta, como
consecuencia del lanzamiento sobre el cuerpo, bajo la apariencia de surcos verticales
mortificados. Los ojos pueden sufrir lesiones en la córnea y experimentar procesos infecciosos
que pierden el órgano. Al respecto comentan Trujillo, G. y Trujillo, P. (2002, p. 99) que cuando se
sumerge una persona en grandes cantidades de ácido sulfúrico (vitriolo) se desintegra
totalmente, convirtiéndola en un líquido de color negruzco (la única parte del organismo que
se resiste a la acción de este ácido es el pelo, debido a su constitución histológica especial). Si
se arroja ácido sulfúrico intencionalmente en la cara, senos o genitales externos, se producen
quemaduras de tercero y cuarto grado que inicialmente son blanquecinas, y en horas, de
coloración negruzcas. El ácido nítrico produce quemaduras de segundo y tercer grado
produciendo escaras de color amarillo debido a la reacción xantoproteica del corrosivo sobre
las substancias albuminoides de los tejidos lesionados, el ácido fórmico (formol) produciendo
quemaduras de segundo y tercer grado que apergaminan la piel. El ácido clorhídrico,
produce quemaduras de tercero y cuarto grado con escaras de color negruzco similares al del
ácido sulfúrico.

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Las bases fuertes, al igual que los ácidos mortifican los tejidos produciendo ulceraciones que
dejan cicatrices viciosas y retractiles. El mecanismo de corrosión es por disolución sobre los
tejidos afectados, por ese motivo las escaras que producen estas substancias son blandas,
húmedas, de superficie saponificada y de color rojizo. Entre las bases fuertes que producen
quemaduras están: (NaO) hidróxido de sodio, (LiOH) hidróxido de litio, (KOH) hidróxido de
potasio, (NH4OH) hidróxido de Amonio, (NH3) solución de Amoniaco. Al respecto comenta
Giugni, H. (2000, p. 548) si las lesiones son muy profundas, su acción química se traduce en la
saponificación de las grasas; y este efecto unido al de deshidratación de los tejidos que
lesiona, ha permitido que también se le dé el nombre de cáustico licuefacientes. Las
substancias cáusticas en general, también producen flictenas y escaras sobre las mucosas y
cuando han sido ingeridas, si hay sobre vivencia, dejan lesiones muy extensas, de las que
puede quedar como secuelas estrecheces.

Las formas medicolegales son: quemaduras de etiología accidental, por lo general es ingestión
que provienen de la confusión de envases, de la que son víctimas niños y los adultos en estado
de embriaguez. También por ruptura de envases que vierten su contenido sobre la piel. En el
campo laboral, en nuestros días son las más frecuentes, ya que hay numerosas industrias que
utilizan ácidos y bases fuertes para la elaboración de un sinfín de productos químicos. Las
quemaduras criminales, están determinadas por la proyección en la cara o en los órganos
genitales, para genitales y extra genitales produciendo lesiones deformantes. Para el
diagnóstico medicolegal C. Simonin (1966, p. 181),afirma que la identificación de la
quemadura corrosiva descansa en los caracteres anatomopatológicos de ésta, en su
coloración, en su asiento –en la cara si se trata de un vitriolaje; alrededor de la boca y en la
mucosa digestiva, si ha habido ingestión- y en su forma, en reguero, en colador, en surco.

2.5 Quemaduras por: a) electricidad atmosférica b) electricidad industrial y c) Radiaciones


ionizantes

Se puede definir a la corriente eléctrica como el flujo de electrones en el espacio y en una


dirección determinada, del punto de mayor número de electrones hacia el que tiene menos.
Se pretende describir el movimiento de la carga eléctrica en una dirección del espacio y
medir la rapidez del flujo de la carga electrónica. Alvarado, E. (1991, p. 442) define a la
intensidad como la cantidad de corriente que atraviesa el conductor en la unidad de
tiempo o segundo.

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V
Se expresa en amperios y su fórmula es I = ------
R
Donde I= Intensidad, y se representa en amperios. V= Voltaje, y se representa en voltios y R =
Resistencia y se representa en Ohmios. Fuerza electromotriz, es la diferencia de potencial entre
los extremos de un conductor o dos metales distintos. Se expresa en voltios. Resistencia, es la
oposición que ofrece el conductor al flujo de electrones. Se expresa en ohmios. Corriente

Directa o Continua (C.C o D.C), esta denominación se usa para corrientes en que el
movimiento de electrones tiene el mismo sentido.

La corriente continua es proporcionada por las pilas, como en el caso de las linternas y los
radios, o por los acumuladores o baterías de los automóviles. Corriente Alterna. (C.A), se
denominan así, a las corrientes que varían alternativamente de sentido y de magnitud. Es
aquella en que las concentraciones de electrones aumentan y disminuyen alternativamente
en los extremos del conductor con repetición de una fase positiva seguida de una negativa.
Son originadas por fuerzas eléctricas que cambian alternativamente de sentido e intensidad,
originando un movimiento de vaivén o de oscilación de las cargas. Esas oscilaciones suceden
con una determinada frecuencia. La frecuencia de los cambios, se mide en ciclos por
segundo o Hertz y en Venezuela se ha escogido un sistema de electricidad que oscila 60 veces
por segundo ó 60 Hertz.

Las quemaduras producidas por la electricidad industrial se denominan “electrocución” y las


producidas por electricidad atmosférica se denominan “fulguración”. Las lesiones por
electrocución son circunscritas en la piel y de los tejidos subyacentes que se observan en los
puntos de contacto del cuerpo humano con el conductor eléctrico o con la tierra. Las
manifestaciones traumáticas que les ocasiona a las personas afectadas por las descargas
eléctricas pueden ser locales y generales. Las locales no son tan graves, se caracterizan por
presentar un eritema y en ocasiones hasta la destrucción total de los tejidos subcutáneos. Se
momifican y presenta un color pardo o gris, son insensibles y no sangran, se curan rápido por lo
estéril del conductor. Para Giugni, H. (2000, p. 539), en cuanto a la forma y el aspecto,
aparecen comúnmente como improntas o fieles huellas de los conductores, y por
consiguiente como surcos filiformes, zonas bien delimitadas y excavaciones netas; en
definitiva, por así decirlo, como lesiones “moldeadas”.

La quemadura eléctrica pura evoluciona espontáneamente, como una necrosis aséptica lo

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cual pasa por tres fases sucesivas de escarificación, eliminación y cicatrización. Las
complicaciones son raras, pero imprevistas.

Para Trujillo, G. y Trujillo, P. (2002, p. 96), las lesiones pueden ser, desde quemaduras de primero
a cuarto grado, hasta la carbonización parcial o total, dependiendo de factores como la
intensidad de la corriente eléctrica que atraviesa por el organismo humano (el más
importante), de la tensión corriente y de la duración del contacto con la misma. La energía
eléctrica es peligrosa, no por su voltaje, sino por su intensidad, de la cual dependen las
diferentes lesiones que pueden presentarse:

a. La corriente de 25 a 50 mil amperios producen tetanización del músculo estriado de las


extremidades superiores, (principalmente de las manos), músculos intercostales y
diafragma y del músculo liso traqueobronquial.

b. Con una intensidad de 50 a 70 mil amperios, además de la tetanización muscular


mencionada, puede haber fibrilación ventricular y paro cardiaco por alteraciones del
ritmo.

c. Cuando la intensidad es mayor de 70 mil amperios, se presenta tetanización de los


músculos y paro cardiaco irreversible por daño directo al haz de His.

En el mismo orden de ideas y explicando las causas de la muerte por electrocución, comenta
Alvarado, E. (1991, p. 442), los mecanismos de muerte son los siguientes: a) En la corriente de
bajo voltaje, la fibrilación ventricular. b) En la corriente de mediano voltaje, la tetanización de
músculos respiratorios y fibrilación ventricular. c) En la corriente de alto voltaje, la tetanización
de músculos respiratorios. d) En el voltaje superior a 5000 voltios se produce paro respiratorio.

Al respecto comenta Martin, J. (1994, p. 94), la intensidad de la corriente es directamente


proporcional a la tensión e inversamente proporcional a la resistencia, los tipos de voltaje son:
1. De alta tensión: de 1.200 a 5.000 voltios.
2. De mediana tensión: 120 a 1.200 voltios.
3. De baja tensión: 10 a 120 voltios.

La intensidad es realmente la mortal y no el voltaje, éste lo que produce es quemadura.

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Las lesiones por electrocución se deben a la producción de calor por la resistencia que el
cuerpo humano opone al paso de la corriente, estas lesiones están representadas por las
características y típicas “marcas eléctricas”, que son un conjunto de círculos de piel
apergaminada o grisácea de bordes netos en forma de sacabocados sin reacción
inflamatoria. Al respecto Simonin, C. (1966, p. 182), describe las marcas eléctricas como
pequeñas lesiones redondas, elípticas o lineales, de color amarillo pálido o grisáceo, con
bordes prominentes, con centro un poco deprimido, duras al tacto y que parecen incrustadas
en la piel. Al corte se encuentra a menudo un estado esponjoso. En suma, se trata de una
quemadura elemental.

Para el diagnóstico médico-legal es importante reconocer en los casos de muertes


sospechosas si se encuentra un cadáver cerca de algún aparato eléctrico o la presencia de
conductores de electricidad, hay que comprobar si la muerte ha sobrevenido por asfixia o
tetanización de los músculos respiratorios, además, hay que buscar en algún punto del cuerpo
humano la “huella eléctrica” ya descrita anteriormente. También hay que reconocer la
metalización de la piel, puesto que al contacto de un conductor metálico quedan incrustadas
en la ella partículas del material del conductor, demostrándose el tipo de metal por
investigación histoquímica de la lesión.

Traumatismo por electricidad atmosférica, este tipo de electricidad se debe a diferencias


descargas electrostáticas, las cuales originan descargas agudas entre las nubes y la tierra
llamadas rayos, centellas o relámpagos. Este tipo de corriente es directa o continua, con
aproximadamente 20.000 amperios y 100.000 millones de voltios y una duración de una
milésima de segundo. Las lesiones de la corriente atmosférica se conocen como “Fulguración”.

Al respecto de este tipo de lesión comentan Trujillo, G. y Trujillo, P. (2002, p. 95), las descargas
atmosféricas pueden actuar directamente en el organismo humano y ser la causa de
electrocución instantánea con carbonización parcial o total. En los sitios de entrada y salida
de la descarga, se presentan quemaduras de primero a cuarto grado de morfología muy
variada, parecidas a las ya descritas para la electricidad industrial. En general la fulguración
es de etiología accidental, sin embargo hay problemas que se deben investigar, dado a que
con frecuencia este tipo de accidente ocurre en los trabajadores del campo y que descartar
otras etiologías cuando se encuentra un cadáver abandonado a la intemperie o en algún sitio
desolado.

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Según Alvarado, E. (1991, p. 447), la etiología es accidental, con frecuencia laboral por
descarga directa sobre trabajadores agrícolas, o a través de maquinaria industrial. En
ocasiones se ha observado en personas que durante un aguacero buscan refugio al pie de un
árbol. El mecanismo de la lesión es doble: efecto directo de la descarga eléctrica y efecto
indirecto debido a los cambios de presión que ésta origina en el medio circundante.

La patogenia de la fulguración se puede describir de la siguiente forma: 1) Quemaduras; y


debido a fenómenos vasoparalíticos por el paso de la energía eléctrica se forma un tatuaje
venoso conocido en el nombre de flores o arborizaciones de Lichtenberg, que suelen
presentarse en la piel del pecho, Su color varía de rojizo a parduzco pálido. 2) Traumatismos
severos; se presentan desprendimiento de miembros, fracturas en diferentes huesos, luxaciones
en las articulaciones y castración. 3) Heridas; de tipo contundente, irregulares. 4) Marcas
metálicas; si la víctima tiene collares, reloj, pulseras metálicas reproducen su forma en la piel y
todo metal queda magnetizado.

Lo más importante en los casos de muerte por fulguración es el examen del cadáver y
observar pelos quemados, las flores de Lichtenberg y desgarros de las ropas. En la
investigación de la escena; verificación de terreno arenoso, surcos en el suelo rocoso, árboles
quemados y desgarrados e imantación de objetos de metal. Cuando la muerte ocurre días
después del accidente, en el examen interno del cuerpo humano se observan lesiones renales
y equimosis meníngeas, subpericardicas y pleurales.

Las radiaciones ionizantes son aquellas radiaciones que reaccionan con la materia mediante
la adición o sustracción de cargas eléctrica con energía suficiente para ionizar la materia,
extrayendo los electrones de los átomos o moléculas ordinariamente neutrales, para
convertirlos en iones que tienen carga eléctrica. Ahora bien, existen dos tipos de fuentes de
producción de radiaciones ionizantes:

1) naturales
2) artificiales

1 Fuentes Naturales; son radiaciones ionizantes procedentes del cosmos y la tierra de forma
natural, están representadas por partículas:
a. alfa; (α) son partículas de carga positiva. Constituyen el núcleo del átomo de Helio 4
(4He), son poco penetrantes, pero extremadamente ionizantes.

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b. una partícula beta (β); es un electrón que sale despedido de un evento radioactivo,
tiene carga positiva o negativa y con moderado poder de penetración.

Los rayos gamma (γ), este tipo de radiación ionizante formada por fotones, producida
generalmente por elementos radioactivos o procesos subatómicos como la destrucción de un
par positrón-electrón. Es una radiación electromagnética de corta frecuencia y gran poder de
penetración y los rayos X, así se designa a una radiación electromagnética, invisible, capaz de
atravesar cuerpos opacos y de quemar las películas fotográficas. Este tipo de radiación es
similar a los rayos gamma con gran poder de penetración.

2 Fuentes artificiales; este tipo de fuentes son utilizados en medicina nuclear para
tratamientos médicos tales como agentes farmacéuticos (isótopos radioactivos) y en aparatos
de irradiación terapéutica (bomba de cobalto). También las plantas de energía nuclear
producen desechos radioactivos (gases, líquidos y sólidos) que no tienen un propósito
práctico. Es frecuentemente el subproducto de un proceso nuclear.

La etiología de este tipo de quemaduras generalmente es accidental, se observan en


trabajadores de la salud (médicos, técnicos paramédicos) que manipulan este material
radioactivo en la aplicación de tratamientos. En ocasiones por mal manejo o por defectos de
los equipos de radiodiagnóstico pueden causar lesiones en los pacientes.
Las lesiones producidas por radiaciones ionizantes pueden ser;

a. Locales, son radiaciones peligrosas, las lesiones tienen por asiento las regiones más
expuestas o más sensibles a la radiación directa de un tubo radiógeno, las regiones
anatómicas más afectadas son las manos, las conjuntivas oculares y glándulas
genitales. En el mismo orden de ideas, comenta, Alvarado, E. (1991, p. 4451), la
radiación localizada, son lesiones agudas que aparecen durante los dos primeros
meses, al principio como edema de la piel, acompañada o seguida de la depilación y
ausencia de sudación. Estas lesiones de la piel se llaman radiodermitis o quemaduras.

b. Generalizadas; las radiaciones ionizante, afectan los aparatos circulatorio y digestivo,


causan severo daño ocular, las mujeres embarazadas que son expuestas en el primer
trimestre de la gestación tiene una gran probabilidad de de presentar mal formaciones
congénitas del producto de la gestación y producen abortos, también producen daño

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irreversible de la médula ósea, produciendo zonas degenerativas y éstas originan serios
trastornos en el aparato hematopoyético, predisponiendo a leucemias.

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Quemaduras, importancia Medico-Legal. Análisis Jurídico Legal por Dr. Aubin Urdaneta está bajo
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Coordinación General De Estudios Interactivos a Distancia (CEIDIS)

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