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Los
teoremas de Gödel
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Una época de convulsiones
Este sentimiento forma parte de un proceso que los historiadores han venido a
bautizar como la Crisis de fundamentos. A veces se ha interpretado que el
renacimiento de la Lógica a partir del impulso de Boole y Frege responde a un intento
de paliar esa crisis, lo que seguramente es cierto, pero de ahí no se sigue que
realmente lo consiguiera. Más bien dio lugar a un proceso que termina abruptamente
con la disolución definitiva de ciertas esperanzas.
i. Vocabulario básico:
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Lógica y Computabilidad
Términos individuales:
Fórmulas:
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Una época de convulsiones
Ax.1 | A→(B→A)
Ax.2 | (A→B)→((A→(B→C))→(A→C))
Ax.3 |A→(B→A&B)
Ax.4 |A&B→A
Ax.5 |A&B→B
Ax.6 |A→AvB
Ax.7 |B→AvB
Ax.8 |(A→C)→((B→C)→(AvB→C))
Ax.9 |(A→B)→((A→¬B)→¬A)
Ax. 10 |¬¬A→A.
Ax. 11 | A(t)→∃xA(x), donde t está libre en A respecto a x
Ax. 12 | ∀xA(x)→A(t), donde t está libre en A respecto a x
R1) |A |A→B
|B
R2) | B→A(x)
|B→∀xA(x) donde B no contiene ocurrencias libres de x
R3) | A(x)→B
| ∃xA(x)→B donde B no contiene ocurrencias libres de x.
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Lógica y Computabilidad
Ax. 1 ∀x (x=x)
Ax.2 ∀x∀y (x=y → y=x)
a) una fórmula en X, o
b) un axioma de Axc, o
c) ha sido obtenida mediante la aplicación de alguna de
las reglas de inferencia R1-R3 sobre fórmulas
precedentes,
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Una época de convulsiones
Como puede verse, no hay ningún símbolo en el vocabulario cuyo uso no esté
perfectamente definido, ni ningún elemento cuya conducta no esté perfectamente
controlada por las reglas de procedimiento establecidas en Axc. Por otra parte, la
noción de prueba queda absolutamente acotada por un rango de recursos
establecidos en un principio. Estamos ante la expresión más perfecta y depurada del
ideal axiomatizador de la geometría griega, solo que en unos términos que hacen
posible imaginar su proyección a cualquier dominio particular del conocimiento.
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Lógica y Computabilidad
todas las propiedades abstractas que cabe predicar de entidades del segundo tipo.
Esto tuvo el efecto de introducir una serie de problemas que antes, simplemente no
tenían sentido. Empezaremos por aclarar qué se entiende ahora por teoría, noción que
ya no hace referencia a una mera colección de tesis o enunciados.
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Una época de convulsiones
i. A es una fórmula de T
ii. A no es una fórmula de T.
Obsérvese que estos problemas son, quizá por vez primera, comunes a
cualquier dominio particular de las Matemáticas. Ello es así en la medida en que el
proyecto de formalización de una teoría matemática tiene como consecuencia
inmediata el confinamiento de la materia –contenido- específica de aquella teoría en
los axiomas, dejando que el aparato de prueba sea asunto exclusivo de la Lógica.
Cualquier demostración matemática es sobre todo y ante todo una demostración
Lógica establecida a partir de este o aquel conjunto de axiomas. En la medida en que
una demostración es, según [3], una construcción efectiva, el carácter probatorio de
una demostración matemática dependerá de un concepto universal de efectividad y
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Lógica y Computabilidad
del aspecto de los axiomas que pueden intervenir en cada demostración particular. El
proceso de universalización que acaba por conducir a una forma única de entender el
concepto de tarea efectiva da su primer paso aquí. De hecho, una lectura atenta de
[7] permite ver que de todos los problemas enunciados hay uno, el último, que no
depende del contenido de los axiomas de teoría alguna. Es un resultado que indaga
en el carácter efectivo de las preguntas [6 i.] y [6 ii. ] para cualquier posible
emparejamiento de axiomas y fórmulas. Es decir, sólo depende del concepto lógico
de prueba tal y como lo hemos descrito en [3], siendo el sistema deductivo que actúa
como trasfondo el que se ha introducido en [2]. No es de extrañar que el propio Hilbert
viera en este problema un de los retos fundamentales de la Matemática del siglo xx
por su capacidad para cambiar sustancialmente el aspecto de la propia práctica de la
esa disciplina. El conocido como Problema de la Decisión –Entscheidungsproblem- es
expuesto por vez primera en el Congreso Mundial de Matemáticas que se celebra en
París adquiriendo el siguiente formato:
Curiosamente, los años siguientes, en los que queda patente la vigencia del
problema van provocando una especie de sentimiento de optimismo ante su solución
que permite dar paso a otras cuestiones consideradas entonces más acuciantes.
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Una época de convulsiones
Ax.1 ∀x ¬(x’=0)
Ax.2 ∀x∀y (x’=y’→x=y)
Ax.3 ∀x (x+0=x)
Ax.4 ∀x∀y[(x+y’)=(x+y)’]
Ax.5 ∀x (x·0=0)
Ax.6 ∀x∀y[(x·y’)=(x·y)+x]
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de Gödel. Existe en torno a estos teoremas una mística que lleva a situarlos en una
especie de mundo de suprema abstracción prohibido al común de los mortales. Nadie
puede negar que se trata de resultados de especial complejidad, pero no creo que eso
llegue a impedir la posibilidad de exponer con claridad y rigor su arquitectura general.
Quizá no el detalle, pero si la generalidad de su estrategia. Esta especie de temor
reverencial suele venir acompañada de una más que llamativa falta de rigor acerca de
su contenido real. No es infrecuente oír hablar de que los Teoremas de Gödel
establecen la imposibilidad de demostrar la consistencia de la Aritmética, o que
permiten demostrar la existencia de enunciados verdaderos indemostrables, o incluso
cosas más desmelenadas como que son capaces de demostrar la futilidad del
conocimiento matemático. También es frecuente emplearlos en discusiones de altos
vuelos relativas a los límites de las habilidades mecánicas del ser humano o referidas
a su capacidad intrínseca para superar las capacidades de cualquier ingenio
mecánico. En lo que sigue, me propongo presentar estos resultados con el mínimo de
dramatismo posible. No quiero negar su indudable impacto epistemológico, al
contrario. Quizá porque estoy muy convencido de él sólo intento que quede claro lo
que anda en juego sin acudir a artificios o sobreactuaciones de ningún tipo. Por ello
voy a dividir su exposición en una serie de pasos que espero ayuden a comprender
mejor el proceso.
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Lógica y Computabilidad
Paso 3. Hemos definido lo que parece ser una serie de predicados metateóricos que
tiene como punto final ConAP pero que puede remontarse por toda la cadena
definicional hasta alcanzar nociones realmente primitivas como la de fórmula o
inferencia inmediata. Lo que hemos hecho es simular el proceso definicional que
habitualmente se produce el lenguaje objeto en un una especie de metalenguaje por
ahora sólo imaginado. El siguiente paso consiste en localizar, primero, una teoría
formal que tenga capacidad expresiva suficiente como para formalizar en su seno
predicados y propiedades con carácter metateórico. Eso pasa por que esa teoría sea
capaz de asignar nombres a entidades lingüísticas que pertenezcan al rango sobre el
que operan sus variables. Pensemos por un momento en el tipo de entidades que
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Una época de convulsiones
Paso 4. Una vez comprobada la potencia expresiva de Ap hay que proceder a definir
la serie completa de todos los predicados metateóricos descritos en los pasos 1 y 2.
Se trata de establecer definiciones constructivas sometidas a severos controles. Es
decir, hay que garantizar que los recursos definicionales empleados en el interior de
AP para reproducir estos predicados metateóricos preservan el carácter constructivo
que estos poseen en la metateoría. Para ello hay que contar con algún modelo interno
a AP que permita expresar ese carácter efectivo que deseamos ver incorporado en
muchos de los predicados metateóricos que hemos de considerar. El modelo que
Gödel elige está formado por la clase de las funciones numéricas recursivas primitivas
–que entonces él sólo denomina recursivas.-
Parece ser que fue Dedekind, original y creativo matemático alemán activo a
finales del xix y principios del xx, uno de los primeros en analizar qué rasgo es ese que
permite afirmar que una función numérica resulta efectiva. Parece obvio, piensa
Dedekind, que aquello de que se trate deberá buscarse en la misma definición de esa
función. De hecho, es posible identificar un rasgo común en las definiciones de las
funciones efectivamente calculables que parece asociado a esa conducta. Dedekind
utiliza el término definición inductiva para referirse a ese rasgo. Más adelante, ya en el
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Lógica y Computabilidad
siglo xx, empieza a utilizarse en su lugar el término definición recursiva, que hace
fortuna hasta llegar a nuestros días. La idea es simple: la efectividad de una función
queda garantizada si fijamos el valor que asigna al “0” de forma explícita en su
definición y luego indicamos como obtener el valor siguiente a otro ya obtenido
mediante una operación elemental que es ella misma efectiva. De esta forma, los
valores de la función se van generando uno tras otro siguiendo el propio orden de los
números naturales mediante la aplicación recurrente –de ahí recursivo- de una
instrucción muy elemental.
A. Funciones iniciales:
F1) s(x)=x'
F2) c(x1,...xn)=k, donde k∈ù
F3) pni(x1,...xi,...xn)=xi.
B. Reglas:
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Una época de convulsiones
Paso 5. Las funciones recursivas primitivas poseen dos propiedades notables que se
siguen directamente a partir de la base [12] introducida para su definición: están
definidas para cada entero positivo, y el cálculo de sus valores resulta efectivo en un
sentido del término completamente inobjetable. No me entretendré ahora en ello. Las
funciones recusivas primitivas pueden emplearse para calcular si de un determinado
entero positivo se puede predicar esta o aquella propiedad –un ejemplo trivial pero
ilustrativo lo ofrece la propiedad de ser un número par, o un número primo, etc-. En
general, sirven para calcular de manera efectiva si una n-tupla de enteros positivos
satisface una cierta relación n-aria. Cuando un predicado o relación numérica está
asociado a una función recursiva primitiva de ese modo, él mismo recibe el nombre de
predicado (relación) recursivo primitivo. Este paso finaliza mostrando que buena parte
de la larga serie de predicados y relaciones metateóricas que llevan finalmente a la
definición de ConAp está formada por predicados y relaciones recursivos primitivos. De
hecho, Gödel muestra que todos lo son hasta llegar a Prov (y,x), éste incluido.
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Lógica y Computabilidad
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Una época de convulsiones
problema que suscitaría un cierto enunciado G –por Gödel- del que pudiera
establecerse en Ap lo siguiente:
Es decir el enunciado G de Gödel resulta ser equivalente a aquel otro que dice
que G no es derivable en AP –ya que Bew(x) representa el predicado de prueba en
AP-.
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Lógica y Computabilidad
1. AP es consistente Hipótesis
2. |AP G Hipótesis
3. |AP G↔¬Bew([G]) teorema previamente establecido
4. |AP ¬Bew([G]) lógica elemental entre 2 y 3
5. |AP Bew([G]) por la regla enunciada en [14]
6. |AP ¬G lógica elemental entre 5 y 3
7. |APG&¬G lógica elemental entre 2 y 6
8. AP G absurdo 2-7
9. si AP es consistente, entonces AP G.
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Una época de convulsiones
Tras mostrar que este resultado es realmente obtenible en AP, es fácil darse
cuenta de que el enunciado ConAp no puede ser demostrado en AP, si es que esta
teoría es realmente consistente. El argumento se asemeja mucho al anterior:
1. AP es consistente Hipótesis
2. |APConAP Hipótesis
3. |AP ConAP→¬Bew([G]) teorema establecido en [17]
4. |AP ¬Bew([G]) lógica elemental entre 2 y 3
5. |AP G↔¬Bew([G]) teorema [15]
6. |AP G lógica elemental 4,5
7. |AP Bew([G]) regla [14]
8. |AP Bew([G])& ¬Bew([G]) lógica elemental 4,7
9. AP ConAP absurdo 2-8
10. Si AP es consistente, entonces AP ConAP
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Para que las conclusiones del razonamiento anterior queden claras voy a
formular con total rigor los enunciados de los dos teoremas de Gödel junto con alguna
de sus consecuencias más obvias.
En la medida en que AP expresa lo que muy bien podría ser considerado como
un mínimo de contenido aritmético, el teorema anterior conduce a lo siguiente:
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Finalmente llegamos al segundo teorema que debe ser formulado como sigue:
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Lo que queda tras los resultados de Gödel es, a parte de la quiebra del
Programa formalista, la entrada en escena de un nuevo entorno privilegiado de
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análisis. Si antes se pensaba que la Lógica Formal, la Lógica de los Principia, podía
brindar el marco único en el que expresar todo el conocimiento matemático existente,
ahora empieza a cuajar la idea de que el conocimiento matemático constructivo, aquel
que se refiere a la ejecución de tareas efectivas, encuentra en el entorno de las
funciones numéricas su contexto natural de análisis. En la medida en que cualquier
tarea efectiva puede ser representada como una tarea relativa a números, nos
encontramos con la aparición de un nuevo dominio de carácter fundamental: el de las
funciones numéricas efectivamente calculables.
Se ha dicho muchas veces que los resultados de Gödel ponen fin a una época
de optimismo en cuanto a la posibilidad de fundamentar por completo el conocimiento
matemático. Supone el fin de un sueño fundamentista y muestra la imposibilidad de
imaginar un único entorno formal en el que analizar clases enteras de problemas. Sin
embargo, lo que tiene lugar es un cambio de contexto, y no una merma del énfasis o
intensidad con que se pretende unificar en un dominio genérico todo un dominio
formal. La Lógica de Primer Orden no es ese dominio ideal en el que verter todo el
conocimiento matemático existente. Pero en su lugar aparece otro de carácter
universal que se postula como lugar en el que expresar toda tarea efectiva que quepa
imaginar. A diferencia de lo que sucediera con la Lógica, este nuevo terreno, ocupado
ahora por la Teoría de la Computación, no ha encontrado obstáculos que invaliden su
vigencia.
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Orientación bibliográfica.
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