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220 REVISTA EUROPEA. 1 6 DE AGOSTO DE 1 8 7 4 .

de la música dramática, tan umversalmente mento natural de la vida vegetal, y ésta purificaba
aplaudidos, como Mozart, Rossini, Weber, Me- el aire que las emanaciones animales habian alterado:
yerbeer y otros; los segundos, porque debian re- en fin, la función más continua del organismo, la
cordar las trasformaciones que, desde Cimarosa respiración, consistía en los animales en una absor-
hasta el dia, ha ido experimentando la música ción de oxígeno, seguida de una exhalación de ácido
dramática, y que tal vez no hemos llegado ni lle- carbónico, y en los vegetales se convertía en una ab-
garemos nunca á pronunciar la última palabra sorción de ácido carbónico seguida de una exhalación
en la materia, porque el arte de la composición de oxígeno; de modo que la respiración de las plan-
musical, más que otro alguno, sigue siempre la tas descomponía el ácido carbónico producido por la
corriente progresiva y caprichosa de las socieda- respiración de los animales, manteniendo así la cons-
des humanas, y sólo subsiste incólume el princi- tancia de la composición de la atmósfera. En todo se
pio generador del arte, es decir, la melodía popu- advertía esta oposición armónica de los dos reinos
lar, siempre bella y siempre joven , nacida de lo que se completaban mutuamente, para constituir el
más íntimo y puro de las almas sensibles. gran orden de la naturaleza.
Oréame V., amigo Piqué, y créanme los wagne- Los célebres experimentos de M. Claudio Bernard
ristas furibundos; la pasión desenfrenada quita sobre la glícogenia hepática, sorprendiendo en el hí-
el conocimiento, y por esta razón lo que conviene gado de los animales la formación de uno de los prin-
es tratar el asunto con la mayor calma , sin de- cipios inmediatos más importantes, el azúcar, dieron
jarse llevar de un espirita exageradamente con- á esta teoría, en apariencia tan filosófica y tan sólida,
servador, que tienda á paralizar el racional pro- un golpe decisivo, al que no ha podido sobreponerse.
greso del arte, ni, por el contrario, de un desme- Llegóse pronto á una teoría distinta, no menos filo-
surado afán reformista que lo desnaturalice , ha- sófica en su forma general, y demasiado relacionada
ciéndolo tal vez caer en el ridículo. con todas las tendencias de la ciencia y de la filosofía
Discútase en buen hora; analícense los medios modernas para que no le esté asegurado el porvenir.
de que se valió el artista para producir su obra; A la idea de la oposición armónica de los dos rei-
pero, al propio tiempo, téngase bien presente que nos sucede hoy la unidad funcional de la natura-
el talento no basta á dar celebridad legítima y leza viva. En las lecciones que desde hace muchos
sólida á un compositor de música, si no va acom- años dedica M. Claudio Bernard, en el Museo de
pañado de esa inspiración divina que llamamos historia natural de París, al desarrollo de esta
genio, y que ni es ni puede ser discutible, porque grande concepción, en vez de comparar los animales
las obras del genio al fin se imponen por su pro- y los vegetales como se hace ordinariamente, expo-
pia virtud y están por encima de toda discusión. niendo sus diferencias, enumera las semejanzas, dando
Ahora bien: ¿está patente el genio en las obras este simple cambio de punto de vista al conjunto de
de Wagner? ¿Sucederá al fla con ellas lo que con los hechos distinta significación.
Las soledades de D. Luis de Góngora?... Allá lo Parecía, sin embargo, que existían aún diferencias
veremos. fundamentales, especialmente bajo el punto de vista
FRANCISCO ASEKJO BARBIERI. de la respiración.
Desde los primeros trabajos que han reducido la
respiración de las plantas á una exhalación del oxíge-
LA VERDADERA RESPIRACIÓN DE LOS VEGETALES. no procedente de la descomposición del ácido carbó-
nico de la atmósfera, experiencias ya antiguas re-
EXPERIMENTOS DE M. CORENWINDER. dujeron á cierto límite las consecuencias de las afir-
maciones originales. Se ha probado daspues que
I. esta forma de respiración está subordinada á la ac-
La oposición funcional de los dos reinos orgánicos, ción de la luz solar y funciona sólo en las hojas olas
el reino animal y el reino vegetal en la organización partes verdes, que deben esta coloración á la presen-
general del mundo era, hasta hace pocos años, la cia de un principio particular llamado clorofila: esto
base de todas las especulaciones cientificas. Los tra- ha conducido á considerar la clorofila como el órga-
bajos de los sabios más ilustres habian confirmado no, el agente esencial de la respiración vegetal. Des-
esta teoría que parecía completamente de acuerdo pués se ha descubierto que las flores de otro color
con todos los hechos conocidos. que el verde, y aun las partes verdes, cuando están co-
Los vegetales crecían para proporcionar alimento á locadas en la oscuridad, no se limitan á absorber el
los animales, y hacer á estos posible la vida. Las ácido carbónico de la atmósfera para exhalar en se-
funciones de la vida vegetal creaban los principios guida el oxígeno de este ácido, sino que hacen lo con-
inmediatos; las de la vida animal los destruía; las trario; absorben el oxígeno y devuelven el ácido car-,
excreciones diversas de la vida animal eran el fer- bonico, como los animales.
N.° 25 CORENWINDER. LA RESPIRACIÓN DE LOS VEGETALES. 221
De aquí el atribuir á las plantas una segunda forma racterística, sobre todo cuando la temperatura se
de respiración llamada respiración nocturna, por eleva.
oposición á la primera forma que recibe el nombre de Se pueden poner fácilmente en evidencia estos he-
respiración diurna. Pero, á pesar del descubrimiento chos, exponiendo plantas tiernas, cogidas en la pri-
de cierto número de hechos que han venido á exten- mera edad, bajo una campana tubulada y cerrada,
. der el círeulo de la respiración llamada nocturna, es- puesta en comunicación con un recipiente que con-
taba lejos de igualar en importancia á la respiración tenga el agua de barita concentrada, seguido de un
-diurna, considerada por todos los botánicos como la aspirador que haga correr lentamente, al través de
verdadera respiración vegetal, y que, comparándola á esta disolución, el aire que ha estado en contacto con
la otra, merecía evidentemente este honor, por el nú- las plantas. Hágase, por ejemplo, el experimento con
mero, la duración y la extensión de los fenómenos un botón de castaño recientemente abierto (1) ó ins-
que representaba. tantáneamente, ó al menos después de corto tiempo,
Podia causar admiración esta singular dualidad de se ve producir en el recipiente á la luz del dia un de-
respiraciones en el mismo ser, respiraciones opuestas pósito de carbonato de barita que aumenta con rapi-
una á otra en su esencia misma; podia, sobre todo, dez. Es preciso, por supuesto, cuidar de despojar el
preguntarse cómo los vegetales estaban privados la aire de su ácido carbónico antes de dejarle entrar en
mitad de su vida de la función fisiológica, cuya conti- la campana.
nuidad parece más necesaria, la función respiratoria, Fácil es probar por una experiencia muy sencilla
puesto que la respiración diurna estaba obligada á que, en el curso de este primer período, las hojas na-
representarla sola; se podia hasta notar que ciertas cientes absorben ostensiblemente el oxígeno del aire
plantas, criadas en la oscuridad, no gozan de ella ja- de dia y de noche. Basta para ello colocarlas en una
más. Pero hechas estas reservas, era preciso rendirse campana estrecha que tenga aire ordinario, cerrando
á la fuerza y á la generalidad de los hechos. la abertura de ésta por medio de una disolución de
Estas consideraciones preliminares harán compren- potasa cáustica, vertida en cantidad suficiente en un
der toda la importancia de los trabajos que, M. Co- platillo. Pronto se ve la disolución subir en la cam-
renwinder acaba do exponer ante la Sociedad de pana y detenerse á determinada altura, de la cual no
Ciencias de Lila, y que vamos á reasumir. pasa (2). Si se examina entonces el fluido elástico que
M. Corenwinder, que prosigue hace veinte años no es absorbido, se ve que en él sólo queda ázoe.
en la misma dirección sus investigaciones de fisio- En esta operación, el oxígeno ha sido inspirado por
logía vegetal, ha llegado á demostrar que la preten- las hojas, las que trasforman este gas en ácido car-
dida respiración nocturna excepcional de los vege- bónico que espiran en parte, variable según su edad,
tales es perfectamente continua, y que forma su única y éste ácido es absorbido por la disolución de la po-
y verdadera respiración. Lo que se ha llamado hasta tasa cáustica.
ahora respiración diurna, es decir, la absorción de Pero esta facultad de absorber el oxígeno y de es-
ácido carbónico por medio de la clorofila, lejos de ser pirar el ácido carbónico durante el dia, muy aparente
el verdadero fenómeno respiratorio, es un fenóme- en el momento de la apertura de los botones, dismi-
no de asimilación, de digestión, como lo indicaba nuye sensiblemente de carácter á medida que las ho-
f M. Claudio Bernard. Los vegetales y los animales jas crecen, y generalmente este fenómeno deja de
\ respiran de igual modo. Este es el gran hecho que ser ostensible cuando los referidos órganos llegan á
M. Corenwinder acaba de probar. su desarrollo normal.
Cierto es, pues, que los vegetales en su primera
II. edad respiran como los animales, absorbiendo oxi-
Los botones ó yemas, los jóvenes retoños, las ho- [\) He aquí un ejemplo. El 5 de Abril de 1863 M. Corenwinder
jas nacientes ejercen una función que hasta ahora colocó un bolón de castaño en un globo con tres aberturas, y puso éstas
no se ha tenido bastante en cuenta, cuya naturaleza en comunicación con los aparatos descritos anteriormente. Este botón
estaba aún cerrado y en la extremidad de una rama que permaneció fija
sirve para dilucidar las leyes más importantes de la
al árbol.
fisiología vegeta!. El primer dia, en una temperatura elevada para la estación (20 á 35
Fácil es hacer constar por medio de experiencias grados), el botón produjo una exhalación abundante de ácido carbónico,
sencillísimas que en este primer períoJo, y durante especialmente cuando el sol daba en el globo. (Cuidábase de atenuar la
acción de sus rayos rodeando el globo con una muselina blanca.)
citrtq tiempo, las plantas absorben gas oxígeno de
El desprendimiento del ácido carbónico í'uó disminuyendo en seguida
ana manera ostensible y sin interrupción, exhalando hasta el dia en que las hojas estaban completamente desarrolladas (9 de
si mismo tiempo ácido carbónico. Abril); entonces era poco sensible, sobre todo en tiempo sereno. M. Oo-
Esta función no se manifiesta sólo en la oscuridad; renwinder está seguro ile que es preciso atribuir una parte del ácido car-
bónico producido durante la elevación de la temperatura á la combustión
al contrario, es poco aparente durante la noche, de las materias resinosas contenidas en las escamas del botón.
cuando hace frió, lo cual sucede con frecuencia en la (2) Es preciso cuidar que los peciolos de las hojas no lleguen al li-
primavera; durante el día y á plena luz es más ca- quido alcalino.
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geno y exhalando ácido carbónico. M. Corenwinder Difícil era darse cuenta á priori del motivo por el
ha confirmado esto3 hechos fisiológicos en una Me- cual esta propiedad manifiesta de las plantas nacien-
moria que apareció en 1866 en las publicaciones de tes de exhalar de continuo ácido carbónico disminuye
la Sociedad de Ciencias de Lila. en intensidad á medida que crecen y cesa por fin de
presentarse.
III. Experiencias de otra naturaleza, de que M. Co-
renwinder ha dado también cuenta hace ocho años,
Pero no son sólo las plantas jóvenes que nacen de le pusieron en el camino de este fenómeno, pudiendo
las semillas ó de los botones en la primavera las que explicarlo de un modo plausible.
presentan los enunciados caracteres. Todos los órga- Operando por los mismos procedimientos que han
nos foliáceos jóvenes, tiernos, inyectados de materias permitido á Bonnet, Ingenhousz y Sennebier fijar los
azoadas que empiezan solamente á nutrirse del car- fundamentos de la fisiología de las plantas, introdujo
bono de la atmósfera, exhalan sensiblemente ácido botones y tallos provistos de hojas recientes en campa-
carbónico durante el dia. nas llenas de agua de fuente, conteniendo bicarbonato
Obsérvense las ramas jóvenes que se desarrollan calizo, ó en agua cargada de ácido carbónico y los ex-
durante el verano en un árbol de hojas persistentes, puso al sol. Como podía esperarse, las hojas se cubrie-
como el Laurocerasus, por ejemplo, y se verá que, en ron de burbujas al poco tiempo y desprendieron oxíge-
estos tallos nacientes, predomina el fenómeno de la no. Este fenómeno se verifica aun cuando se exami-
respiración, y que exhalan sensiblemente el ácido car- nen hojas cuya evolución no es completa. Cierto e3 que
bónico á la luz del dia. desde los primeros momentos de su vida las plantas
Pero si se coloca debajo de una campana una rama descomponen el ácido carbónico de la atmósfera, asi-
entera llena de hojas jóvenes del año y al mismo milándose al carbono.
tiempo de las del año precedente, y se recoge el aire Las experiencias precedentes demuestran también
que ha estado en contacto con ellas en un recipiente dos hechos que parecen contradictorios, y que, sin
que contenga agua de barita seguido de un aspirador, embargo, son simultáneos. Primero, la inspiración del
se ve que los resultados varían, siguiendo las cantida- oxígeno acompañada de un desprendimiento de ácido
des relativas de hojns nuevas y de hojas antiguas. Si carbónico. Segundo, la absorción del ácido carbónico,
estas últimas están en mayor número, absorben el dando lugar á un desprendimiento de oxígeno. Esta
ácido carbónico espirado por las primeras, y el agua es la concordancia absoluta, en los vegetales todavía
de barita permanece clara. Esta se enturbia en el jóvenes, de los dos modos de respiración atribuidos á
caso contrario, es decir, si el número y la acción de los vegetales adultos, pero que se presentan en condi-
las hojas nuevas son predominantes. ciones ó en órganos distintos para unos y otros.
Cuando la observación se hace en época en que Este punto de partida era importantísimo ponerlo
todas las hojas del año han llegado á su estado adulto, en claro para hacer investigaciones exactas.
la rama entera del laurel no da ácido carbónico du-
rante su exposición á la luz, á menos que ésta no se IV.
encuentre muy debilitada.
Los límites en que las plantas cesan de esparcir Sabemos ya que la planta empieza en los primeros
ostensiblemente ácido carbónico durante el dia, son períodos de su vida á respirar como el animal, ab-
muy variables, según las especies. M. Corenwinder ha sorbiendo oxígeno y exhalando ácido carbónico. Pero
encontrado que unas manifiestan esta propiedad largo falta saber por qué la exhalación de ácido carbónico
tiempo y otras la pierden rápidamente. Se puede disminuye gradualmente, á medida que las hojas cre-
clasificar en la primera categoría una planta vivaz, cen. Este es el punto decisivo. Aumentando en vitali-
común en nuestros jardines en la primavera, el Dicli- dad y en dimensión el órgano respiratorio, parece que
tra spectabilis, y en la segunda las hojas jóvenes de la respiración debe también ser más activa, y por con-
la remolacha. secuencia acrecer la exhalación de ácido carbónico,
Actualmente se puede d?r razón de esta particula- si consiste en ello.
ridad. Cierto es, sin embargo, que depende mucho de Para resolver este problema, M. Corenwinder ha
circunstancias exteriores, del calor, por ejemplo, que creído que debía seguir rigurosamente las variaciones
exalta todas las acciones químicas del oxígeno, de la de la composición química de las hojas durante su
intensidad de la luz que favorece el acto de la asimi- vegetación. Ha hecho con este objeto numerosas in-
lación del carbono, como de la misma naturaleza de vestigaciones, entre las cuales escogeremos dos expe-
los vegetales. Por ello no conviene apresurarse á sen- riencias metódicamente seguidas durante todo el ve-
tar principios cuando se hace alguna de estas expe- rano de 1873, la una en una lila de flores blancas y
riencias, si no se quiere uno exponer á crear leyes la otra en un arce de hojas perfectamente verdes.
facticias, llenas de excepciones. Ambos árboles ocupan en el jardín del autor, situado
25 COHÉNWINDER.— LA RESPIRACIÓN DE LOS VEGETALES.

á una de las extremidades de la ciudad de Lila, ÁCIDO FOSFÓRICO DE LAS CEÑIDAS.


ana situación muy aérea.
M. Corenwinder ha cogido hojas de estos árboles
EN 100 í>. EN 100 P.
en épocas convenientemente espaciadas, desde el Ib FECHAS.
HOJAS SECAS. CENIZAS.
de Abril hasta el 31 de Octubre, y en seguida las ha
sometido al análisis, determinando cada vez el agua, 15 de Abril 1.400 31.67
las sustancias azoadas; las cenizas y los compuestos 0.770 n.ie
ternarios por diferencia: en muchos casos, en las 1 i de Octubre 0.460 8.61
épocas más características, la proporción del ácido ! 31 Id 0.256 3.2Í
fosfórico contenido en las cenizas ha sido exacta-
mente apreciada.
Sabido es que el agua forma una parte importante HOJAS DÉ AftCE.
de la constitución de las hojas, representando hasta
las cuatro quintas partes. Esta proporción disminuye
de un modo general á medida que la estación avanza Materias Materias Ceni-
FECHAS. IMFOaiWES Y 0BSBRVA610NES. carbo-
y que las hojas envejecen; pero el decrecimiento no azoadas. O l d l l . zas.
es regular. Bastan, como hace constar M. Corenwin-
der, lluvias un poco persistentes para que suba de un 1 Mayo... Hojas pequeña , (separadas
40.94 53 06 6 00
modo muy sensible la proporción de agua contenida 7 íd Id. desplegadas 38.56 54.54 6.90
20 Id Id. más grande s 26.25 65.86 7.89
eñ las hojas. Estas variaciones del agua de vegetación 13 Junio... Id normales... 22.87 67.73 9.40
de las hojas hacen difícil la comparación de otros 12 J u l i o . . . Id. id 20.19 68 17 11 64
Id. id 19.59 68 13 12 28
elementos que contienen y disimulan el crecimiento ó 3 Seliem. Id. id 20.64 65 8s 13 50
20.00 65 25 14 75
decrecimiento relativo de cada uno de estos elemen- 14 Id Id. caídas del Irbol 14.S0 69.00 16.20
tos. De Ssussure evita este inconveniente reduciendo
las hojas por el cálculo al estado seco, y determinando
entonces cuáles sean las proporciones relativas por
ACIDO FOSFÓRICO DE LAS CENIZAS.
ciento de los diversos elementos en cada hoja, si la
hoja estuviera realmente despojada de toda su agua.
M. Corenwinder sigue este ejemplo. Después de ha- EN 100 P. EN 100 P.
FECHAS.
J)er dado los resultados brutos de sus dos series de HOJAS SECAS. CENIZAS.
experiencias, los condensa en los siguientes cua-
dros (1) que permiten seguir cómodamente la evolu- 1 de Mayo 2 797 49.62
0.957 10.18
ción de cada uno de los grupos de elementos de la
3 de Octubre 0.119 0.73
hoja.

HOJAS DE LILA COMÚN. Notaráse primeramente que las cantidades absolutas


de las sustancias azoadas son muy distintas en las
hojns de los dos árboles. Lo son mucho más al princi-
FECHAS. Materias Materias Ceni- pio en las (le arce que en las de las lilas, y esta supe-
INFORMES Y OBSERVACIOHES. carbo-
1873. azoadas. nadas. zas. rioridad se sostiene durante todo el curso de la vege-
tación.
1» Abril... H )jas pequeñas (separadas las Es probable que. si se examinaran bajo este punto
27.87 67 71 4.42
18 Id Id más grandes, botones de flo de vista gran número de plantas, se encontrarían cons-
23.36 71 15 5.19 tantemente estas distancias tan pronunciadas. Ade-
SI Id Id más grandes, botones de flo-
18 00 77 04 4 9fi mas, se advierten también en árboles de la misma
12 Mayo ., Id . normales, flores abiertas... 17.86 77.68 4.46
6 Junio... Id 14.75 78 3f> 6.90 especie, según la edad y el vigor del que se somete al
I Julio... Id 12 62 71 0* 3 34 experimento, y sobre todo en razón del medio en que
i Agosto. Id 10.81 «0 79 8.40
3 Soliera.. Id 10.31 81 77 8 52 vive. Asi, pues, el 12 de Julio de 1873 M. Co-
1 Octubre Id 11 19 80 (51 8 20
SI Id Id 8.87 83.13 8.00 renwinder cogia las hojas de lila ordinarias en un jar-
din siluado en pleno campo, en las inmediaciones de
San Quintín, y encontraba en ollas:
(1) Las sustancias azoadas han sido determinadas por la dosis de Materias azoadas 18,86
ieoe de las hojas secas á 100 grados, y la cifra bailada ha sido multipli-
cada por 6,25. Esta operación aritmélici no da con certeza la proporción
Materias carbonadas 72,90
absoluta de dichas sustancias; pero como el factores invariable, resulta Cenizas 8,84
necesariamente que los productos de la multiplicación están en las mis-
mas relaciones, y, por tanto, son comparables. 100,00
224 REVISTA EUROPEA. 1 6 DE AGOSTO DE 1 8 7 4 . N.°25
Si se compara esto análisis con el de las hojas no de su existencia una ligera disminución, acaso acci-
de lila sujetas á las experiencias principales, cogi- dental, en sales minerales. Estas hojas, más tiernas
das en la misma época, pero en un jardín de la que las del arce, pierden probablemente algo de las
ciudad, se ve que las que han gozado del aire libre en sales solubles por la acción de las lluvias.
un campo apartado de toda aglomeración de habitan- Basta, por lo demás, comparar las hojas maduras del
tes son más ricas que las otras en materias azoadas. arce con la de las lilas para presentir que las primeras
Además eran más gruesas y más grandes. La activi- deben contener más sales fijas que las segundas. Están
dad de la respiración habia desarrollado su vitalidad atravesadas por fibras más gruesas, más rígidas y más
y favorecido el crecimiento dd los órganos que ejer- numerosas que las de las lilas, y por tanto son más
cen esta función. Esto prueba que para los vegetales, ricas en sílice y en sales de cal (1).
lo mismo que para los animales, una abundante ab- La composición de la ceniza de las hojas de estos
sorción de aire puro, rico en exígeno, es la condición dos árboles es muy diferente. Verdad es que se modi-
esencial de una organización potents y vigorosa. fica dentro de la misma especie, como la de las mate-
Pero estas diferencias individuales ó específicas no rias azoadas, según el medio en que ésta vegeta, su
tienen importancia bajo el punto de vista del proble- edad, la humedad del suelo, el calor que exalta la
ma que nos ocupa. La única cosa que debe conside- traspirecion cuya actividad depende sobre todo de cir-
rarse no es la proporción absoluta de tal elemento, cunstancias exteriores.
sino las modificaciones relativas que la proporción 4.° De Saussure ha probado hace ya largo tiempo
inicial experimenta durante la vida de la hoja. Vea- que hay en las cenizas de los botones y de las hojas
mos, pues, lo que nos indican los cuadros sobre este nacientes más ácido fosfórico que en ninguna época
punto. posterior de la vegetación. Este hecho ha sido con-
I.» Durante el crecimiento de las hojas de los firmado después por M. Garreau (de Lila) y M. Coren-
árboles, la proporción relativa de las materias azoadas winder. Las experiencias actuales dan una nueva de-
dismuye rápidamente en su tejido. Está en su máxi- mostración de este importante fenómeno natural.
mum en el momento en que estos órganos salen del Nótase en los pequeños cuadros precedentes, que
botón. Se desvia enseguida rápidamente hasta prin- la proporción del ácido fosfórico, considerable en
cipios de Julio, época en las lilas en que los frutos un principio, especialmente en las hojas de arce, dis-
están formados. Posteriormente la cantidad de mate- minuye rápidamente en seguida, y que sólo queda
rias azoadas es poco variable. Parece experimentar corta cantidad cuando la vegetación ha llegado á su
algún aumento, sin embargo, en las hojas que se término. Así, pues, estas mismas hojas, saliendo de
aproximan á la madurez, y llega á su mínimum cuando su botón y suponiéndolas secas, contienen unos 28
la vegetación está completamente desarrollada. por 1000 de ácido fosfórico, y al final sólo se en-
En el momento de su caida no se encuentra en las cuentra aproximadamente 1 por 1000 (2).
hojas de las lilas más que una tercera parte do la can- M. Corenwinder ha demostrado hace ya largo
tidad do ázoe que contenia en su origen. En las del tiempo que el fósforo en las plantas es un elemento
arce habia relativamente un poco más, pero la dife- esencialmente móvil. Desaparece casi completamente
rencia no es muy importante. del tejido de los vegetales anuales, al final de su exis-
•¿.° Si se examinan ahora estos análisis bajo el tencia, para condensarse en las semillas y contribuir
punto de vista de las materias carbonadas, se ve que ulteriormente á la perpetuidad de la especie. En las
éstas aumentan rápidamente desde el momento que plantas vivaces el fósforo no está sólo en las semi-
las hojas salen de sus escamas hasta el dia en que llas, sino que se esparce también por el tronco y por
llegan á su tamaño natural, es decir, cuando han lle- las ramas, y va á invernar en los botones que engen-
gado á su edad adulta. En las lilas, esta época es
cuando las flores van á abrirse. Las materias carbona- {I) He aqui, para darse cuenta de esta diferencia, dos análisis com-
parativos completos de las hojas de lila y de arce, cogidas en el mismo
das experimentan en seguida un acrecentamiento
mes de Julio.
menos pronunciado hasta el mes de Setiembre. En-
tonces se nota, al contrario, una depresión sensible, DE LILA. DB ARCK.
sobre todo en las del arce, y, en fin, llegan á su
máximum en el momento de la caida, á consecuencia Sulfato de potasa , 6,157 12,718
Cloruro de potasio 7,040 10,683
de la desaparición de una parte notable do las sustan- Carbonato de potasa 45,185 4,296
cias azoadas. Carbonato de cal, fosfato de cal y de magnesia,
3." Las cenizas aumentan también con rapidez sílice, etc 41,798 72,186

hasta el mes de Junio. Su acrecentamiento desde en- 100,180 99,820


tonces es menos pronunciado. Hay relativamente más
(2) Este ácido se encuentra entonces en cantidad tan débil, que no
materias minerales en las hojas marchitas del arce que se puede apreciar sino c©n ayuda de un reactivo muy sensible para IOÍ
en las de la lila. Estas últimas experimentan al térmi- fosfatos, el nitro-raolibdato de amoniaco.
N,° 25 CORENWINDER.—>LA RESPIRACIÓN DE LOS VEGETALES. 225
dran los elementos constitutivos de ia semilla, y carbonadas parece aumentar, y se ve que esto de-
ejerce las mismas funciones cuando se verifica la pende de que en dicha época hay una desaparición
evolución de las hojas primordiales. brusca de materias azoadas.
Los hechos comprobados en las experiencias fisio-
V. lógicas y químicas que acabamos de describir, per-
Después de haber hecho hablar, por decirlo así, á miten dar una explicación muy plausible de dos fe-
las experiencias y descrito la evolución relativa de nómenos cuya simultaneidad no parecía posible á
los diversos elementos de las hojas durante su vida primera vista, una exhalación de oxígeno y una exha-
anual, veamos si estas variaciones de constitución lación de ácido carbónico. El segundo reside en las
química no pueden relacionarse por medio de una materias azoadas y constituye la respiración de las
teoría quo explique las modificaciones de las exhala- plantas, conocida ya por ser de la misma naturaleza
ciones gaseosas de las plantas, durante las diversas que la de los animales. El asiento del primero es la
fases de su existencia. clorofila, considerado equivocadamente como acto
Examinando atentamente las cifras encontradas respiratorio, y en realidad constituye una verdadera
respecto al arce, por ejemplo, se ve que, en el pri- digestión del carbono.
mer período, las materias azoadas son muy abundan- Esta teoría había sido presentida ya por De Saus-
tes. Organizadas probablemente y doladas de una sure. Hace treinta años que M. Garreau, de la Socie-
existencia independiente de las células vegetales, dad de Ciencias de Lila, la apoyó con descubrimien-
ejercen sin duda funciones que se pueden llamar tos muy ingeniosos. M. Corenwinder la funda de-
animales; ellas respiran, y en este momento el acto finitivamente en consideraciones demostrativas que
de la respiración es preponderante. El ácido carbó- vienen á confirmar nuevas razones experimentales.
nico que resulta de esta operación no es retenido al
pronto, sino en parte, por la acción reductora de la VI.
clorofila. Por ello la planta joven, expuesta á la luz y De lo que precede debe deducirse sin titubear, que
colocada en el aire atmosférico, exhala un exceso de las hojas en su primera juventud ejercen simultánea-
ácido carbónico. mente dos funciones fisiológicas: 1.° respiran por sus
En el segundo período la proporción relativa de partes azoadas: 2." asimilan carbono con ayuda de
las materias azoadas disminuye, y por el contrario las materias carbonadas que se organizan en sus te-
aumentan las materias carbonadas. La planta no exhala jidos, es decir, por el intermediario de la clorofila.
más que una débil cantidad de ácido carbónico. Este ¿Es preciso admitir, sin embargo, que este acto de
se encuentra retenido casi en su totalidad por la clo- la respiración, que disminuye en apariencia, á pro-
rofila, que le descompone, fijando en ella el carbono. porción que la planta asimila carbono, pero que en
Posteriormente cesa de aparecer el desprendi- realidad sólo está disimulado cada vez má3 por el
miento del ácido carbónico. Este gas es absorbido acrecentamiento de esta función; es preciso admitir,
instantáneamente por la clorofila á medida que lo en- repito, qu^desaparece por completo cuando cesa de
gendra la respiración. La planta ha entrado en el manifestarse, es decir, en la época en que las hojas
período adulto é inspira abundantemente el ácido han llegado á su desarrollo normal?
carbónico del aire bajo la influencia de los rayos so- La lógica indica que este acto debe persistir mien-
lares y espira el oxigeno. En esta época el fenómeno tras dure la vida de las p'.antaa. Pero como, en las
déla respiración está completamente disimulado, y ciencias positivas, la inducción sólo tiene un valor se-
no se puede poner en evidencia sino por procedimien- cundario, es preciso buscar en la experiencia los ele-
tos indirectos, como se verá después. mentos de la solución de este importante problema.
Prosiguiendo el examen de las cifras inscritas en la Sabemos ya que los vegetales no pueden vivir en
" columna de las materias carbonadas, se nota que en un elemento privado de oxígeno, y que necesitan el
el mes de Setiembre éstas disminuyen sensiblemen- aire lo mismo que los animales. Cuando se les en-
te. Ha demostrado M. Corenwinder, quo, hacia prin- cierra en frascos cerrados conteniendo hidrógeno ó
cipios de Octubre, las hojas exhalan durante el dia una ázoe, sostienen su existencia durante cierto tiempo
débil cantidad de ácido carbónico. Aquí el fanómeno con ayuda de la pequeña cantidad de aire contenida
no es de la misma naturaleza que al principio de la en sus células; pero, aunque la apariencia exterior
vegetación; las hojas amarillentas perecen perdiendo no anuncie en ellos ninguna alteración profunda, se
carbono, como todas las materias alteradas ó muer- advierte, al sacarlos del frasco, que están privados
tas que están expuestas al airo. Además, este hecho de vida.
es general; las hojas caidas de los árboles experimen- El desarrollo de los botones ó yemas se detiene
tan una combustión lenta, que se manifiesta por un completamente en un elemento que no contiene oxí-
desprendimiento de ácido carbónico. geno.
Al fin de la vegetación la proporción de materias El 29 de Marzo de 1872 M. Corenwinder puso un
EUltOPEA.-'^i 6 DE AGOSTO DE 1 8 7 4 . N.°25

botón de castaño, todavía cerrado, en una probeta ó do un acto respiratorio semejante al de los animales,
campanita llena de aire, y la colocó sobre una diso- es decir, consistente en una absorción de oxigeno.
lución de potasa cáustica. Lo que se llama en los tratados clásicos la respira-
El bolón formó rápidamente ácido carbónico, aspi- ción diurna de las plantas, es la asimilación del car-'
rando el oxígeno del aire contenido en la campana. bono, es decir, el acto por el cual los órganos foliá-
Absorbido este ácido por la disolución alcalina á me- ceos descomponen el ácido carbónico del aire y es-
dida que se iba formando, la disolución fue subiendo piran el oxígeno. Este acto depende esencialmente de
en la campana hasta el momento de no quedaren ella la influencia de la luz. Se ejerce con un máximum de
"taás que ázoe. intensidad cuando la planta está sometida á la acción
M. Corenwinder mantuvo el botón en este último directa de los rayos solares, y disminuye gradual-
gas hasta el 2 de Mayo. Entonces empezaba á alte- mente en importancia á medida que la luz se debilita,
rarse. como por ejemplo, cuando el cielo está velado por nu-
Durante dicho intervalo, este apéndice no experi- bes y el tiempo es sombrío y lluvioso. M. Corenwin-
mentó el menor crecimiento, consarvando la forma der lia probado este hecho en una Memoria publicada
que tenia desde un principio. Debe, pues, deducirse en 18SS (Aúnales de physique et de chimie.)
que el desarrollo de un botón no puede verificarse Es raro, sin embargo, cuando las hojas adultas
eti nñ elemento privado de oxigeno. están colocadas en pleno aire y rodeadas de luz, Verlas
Se sabe, después de las experiencias hechas por exhalar una proporción aun sumamente mínima de
De Sailssilre, que la germinación es imposible tam- ácido carbónico; pero según lo ha demostrado M. Co-
bién cuando el embrión en vias de crecimiento no renwinder hace ya diez años, si se las trasporta á urta
encuentra en 61 medio en quo nace la dosis de oxí- habitación iluminada sólo por las ventanas laterales, y
geno que le es necesaria para respirar. La experien- en la cual los rayo3 del sol no penetran, se advierte
cia de M. Corenwinder presenta, pues, un nuevo generalmente que, en estas condiciones, espiran du-
ejemplo de la semejanza de la germinación y de la rante el dia ácido carbónico en proporciones variables
evolución de los ejes foliados. según su naturaleza, la debilidad de la luz difusa y la
Pe SausSure há examinado también gran número acción de la temperatura. De todas las plantas con las
de plantas colocadas en gas ázoe. Según su modo de que M. Corenwinder ha hecho este experimento, la
vivir én esta situación, las ha dividido en dos cate- ortiga común es la que ha parecido dar más ácido
gorías; una comprende las que sólo vegetan pocos carbónico cuando se la tiene en una habitación.
dias, otra las que viven y hasta prosperan durante M. Corenwinder habia anunciado ya estos hechos
cierto tiempo. Estas son principalmejita los vegetales hace diez años, pero no se atrevía entonces á inter-
de los pantanos, tales como el Lythrum salicaria, el pretarlos como lo hace hoy. Una experiencia ingeniosa
Epilobiutn hirsutum, el Polygonnm ámphibium, etc., de M. Boussingault le ha puesto en el verdadero éa-
que se encuentran en este caso. En virtud de ello ha mino, disipando sus vacilaciones.
omitido la opinión dé que las plantas que gozan de M. Boussingault ha demostrado que, cuando las
esta última propiedad consumen menos oxígeno, ve- hojas colocadas en una campana conteniendo hidróge-
getando en el aire atmosférico y en la oscuridad. no puro mezclado con un poco de ácido carbónico, se
Conviene notar qué, si en las experiencias de mantienen en una habitación poco iluminada, espar-
M. Corenwinder, las plantas se mustian rápidamente, cen, sin embargo, rastros de oxígeno en la campana,
es porque les quita por la mañana el ácido carbó- lo que demuestra que, aun en estas condiciones ex-
nico formado duratitela noche, con ayuda del oxígeno tremas, el acto de asimilación del carbono no cesa
contenido en las células. Si no se hace esta sustrac- completamente de producirse. Sólo en la oscuridad
ción, las hojas pueden descomponer dicho ácido du- total es cuando se suspende por completo este acto.
rante el dia, expirar el oxígeno y prolongar así su vida Ahora bien: siendo cierto también que, en tales
mayor tiempo, con ayuda de este último gas, que ex- condiciones de luz, las hojas tenidas dentro de una
perimenta inspiraciones y expiraciones sucesivas. campana llena de aire esparcen ácido carbónico, aspi-
Finalmente, si las hojas se mantienen en una oscu- rando oxígeno, resulta necesariamente, de estas dos
ridad completa, el acto reductor es nulo, y entonces clases de observaciones, que las funciones inherentes
el de la respiración, que necesariamente nunca se in- á la planta, la de la respiración y la de la asimilación
terrumpe por completo, se manifiesta sólo, y la planta del carbono, son simultáneas, pero que la última
únicamente desprende ácido carbónico. En este aeío está atenuada hasta el punto que no disimula
influye singularmente la temperatura hasta el punto completamente el efecto de la primera, es decir, que
de que, hacia el cero del termómetro, las hojas exha- la clorofila no puede absorber todo el ácido carbónico
lan ordinariamente poco ácido carbónico. emanado de la respiración.
Estas primeras observaciones bastarían para hacer Se realiza, pues, aquí un hecho análogo al que se
aceptar la existencia en los vegetales de todas edades produce en el primer tiempo de la vegetación, «ólo
25 EL COMETA «COGGIA. 227
que, en esta época, la acción reductora es insuficiente del arce empenachado, que, decora tan agradablemente
por la inferioridad relativa de las materias carbona- nuestros jardines en el verano.
das, mientras que, en el caso actual, la insuficiencia En Agosto de 1868 M. Gorenwinder cogió de un
resulta de la atenuación de su potencia virtual. mismo arce, hojas blancas y otras completamente
Estos hechos son, incontestablemente, muy favora- verdes, que analizó bajo el punto de vista del ázoe, y
bles á la teoría de las dos funciones simultáneas de encontró los resultados siguientes:
las hojas. M. Corenwinder apoya ésta en otras nume- HOJAS BLANCAS.
rosas observaciones fáciles de repetir. Materias azoadas en 100 gramos secados á 100°...
Pónganse hojas adultas de maiz, perfectamente ver- 17 gramos 06;
des, bajo la campana del aparato antes descrito, y se HOJAS VERDES.
comprobará que, durante el dia y en pleno aire, no Materias azoadas en 100 gramos secados á 100o...
expiran la menor cantidad de ácido carbónico. 13,78.
¿Si se pudiera quitar á estas hojas la materia verde, Resulta, pues, que se encuentran muchos más ele-
que ejerce esencialmente la función asimiladora, se mentos azoados en las hojas blancas que en las que
evidenciaría acaso la otra función disimulada, la res- contiene la clorofila. Recíprocamente los últimos
piración? son más ricos en sustancias carbonadas. Estas dos
La misma naturaleza se encarga de facilitarnos esta observaciones confirman de un modo evidente la
operación. Todo el mundo sabe que existe una varie- teoría de M. Corenwinder.
dad de maiz de hojas empenachadas, que tiene con En resumen, se puede deducir de todos los análi-
frecuencia hojas blancas, desprovistas de todo rastro sis y de las experiencias que acabamos de analizar,
de sustancias verdes. que existen en los vegetales, en todas las edades de
Examinando con atención las hojas empenachadas, su vida, dos funciones distintas que tienen dos centros
se advierte que sus partes blancas están completa- de acción diferentes; una es la respiración que de-
mente desprovistas de clorofila en su interior. No pende de los cuerpos organizados azoados, y otra es
suoede lo mismo con las hojas coloreadas en púrpura la asimilación del carbono que tiene su asiento en
ó en negro. Estas, además de la materia colorante organismos especiales formados principal, sino ex-
que las caracteriza, contienen siempre, en mayor ó clusivamente, de elementos ternarios.
menor cantidad, la materia verde disimulada. Por ello Esta teoría da una explicación natural de todas las
gozan de la propiedad, que no tienen las hojas blancas, observaciones hechas sobre la fisiología de las hojas.
de absorber el ácido carbónico y de exhalar sensible- M. Corenwinder espera aplicarla pronto y mostrar
mente el oxígeno cuando se le expone al sol. Convie- su fuerza, explicando con ella el origen del carbono en
ne insistir en estos fenómenos, pues, por no haberlos los vegetales.
observado con detenimiento, autores modernos pre-
sentan en sus obras las hojas coloreadas en general
como privadas de la función de asimilación. COMETA COGOIA.
Haciendo el precedente experimento con hojas
blancas, se comprueba que expiran durante el dia Ya no vivimos en tiempos en que la aparición de un
cantidades sensibles de ácido carbónico. cometa anuncie la caida de los imperios ó la venida
Senebier habia observado que los penachos amari- de peste ó de otras plagas. Tampoco tememos ya que
llos y rojos del amaranto tricolor no dan oxigeno tropiecen con la tierra; pero si la vista de éstos astros
durante su exposición al sol; pero que las hojas del errantes no despiertan ningún sentimiento de terror,
amaranto rojo tienen al contrario esta propiedad. De fáltanos mucho para conocer de un modo preciso su
igual modo las hojas naturalmente verdes, que cam- origen y su constitución física.
bian de color al fin de su vida, como las de la viña En su conjunto, la materia de un cometa obedece á
del Canadá, por ejemplo, cesan completamente de las leyes déla atracción universal. Newton lo demos-
absorber el ácido carbónico y de exhalar el oxígeno. tró respecto al gran cometa de 1680; poro una fuerza
M. Corenwinder ha demostrado precedentemente de esta especie no da cuenta, sino con gran dificultad,
que las hojas mustias, que están á punto de caer, es- de la formación de la cabellera en el momento en que
parcen constantemente ácido carbónico. El hecho el astro se aproxima al sol, y de las singulares tras-
parece general, pero entonces no es un fenómeno de formaciones que á vece3 exporimenta el núcleo en el
vitalidad lo que se manifiesta, sino un acto de decre- intervalo de algunas horas. ¿Cuál es la naturaleza
pitud que persevera y aumenta después de la caida física de un cometa? Tal es la pregunta que se hacen
de las hojas. los astrónomos y á la que procuran responder por to-
Los mismos fenómenos se observan respecto á dos los medios posibles.
otras plantas, en las cuales ciertas hojas no contienen Se sabe hace muchos años que la luz de los co-
completamente la materia verde, especialmente las metas es, en parte, tomada al sol. Si se examinan, en

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