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El estudio confirma que los jóvenes entran en contacto con las nuevas tecnologías a
edades cada vez más tempranas y que el acceso a las TIC es generalizado. Según datos
del JOITIC, el 98% de los estudiantes de ESO tienen ordenador y el 90% posee un
teléfono móvil. Además, el uso del ordenador aumenta con la edad y, por el contrario, el
control paterno disminuye. De esta manera, se asocia el uso de ordenador durante más
de tres horas al día con un bajo rendimiento escolar (28’8%) y, paradójicamente, resulta
que los jóvenes que no hacen uso del mismo (15’6%) presentan también malos
resultados académicos.
A pesar de que es imprescindible continuar los estudios sobre este tema, las
investigaciones realizadas hasta el momento mencionan la existencia de ciertos riesgos
relacionados con el uso desmesurado de las TIC, los cuales no sólo suponen un bajo
rendimiento escolar, sino que se relacionan con el consumo de alcohol y otras drogas
por parte de los adolescentes. Así lo confirma el JOITIC y apunta que las cifras se
multiplican si se asocia a la falta de control paternal.
Otro aspecto a tener en cuenta, objeto de múltiple estudios, es la adicción que se crea
hacia las NNTT y redes sociales, llegando a la pérdida de control y la dependencia, de
las personas afectadas. En este sentido, la adicción, el acceso a contenidos
inapropiados, el acoso o la pérdida de la intimidad, dan lugar a una interferencia
negativa en la vida cotidiana (Estallo, 2010). En el caso de los adolescente un gran
riesgo es llegar al analfabetismo relacional que suponen la pérdida de habilidades en el
intercambio personal, las relaciones sociales en la vida real se descuidan dejando de ser
prioritarios , ocupando su lugar las relaciones a través de redes sociales, mediante una
construcción de relaciones sociales ficticias.
Así pues, es imprescindible, en primer lugar, atender a la importancia que tienen las
nuevas tecnologías en nuestra vida diaria, y al hecho de que los jóvenes de hoy en día
han crecido envueltos en las TIC, por ello, es irremediable que no las utilicen; no
obstante, a pesar de que sí deben hacer uso de las mismas y que todo el alumnado debe
poder emplearlas, lo importante es educarles para que sean capaces de hacer un buen
uso de ellas, tanto en el ámbito educativo como en cualquier otro. De forma que toda la
comunidad educativa juega un papel muy importante para la prevención de conductas de
riesgo relacionadas con malos hábitos en el uso de las NTIC.
Evidentemente, no es lo mismo hacer uso del ordenador y/o del teléfono móvil con fines
sociales o lúdicos, que con una finalidad educativa. En ese último caso, deberíamos
saber diferenciar entre el buen uso y mal uso de las TiC, ya que estas, en realidad,
tendrían que potenciarse más desde los diferentes ámbitos educativos para fomentar el
aprendizaje significativo del alumnado.
Sin embargo, estas no están siendo aplicadas en consonancia con la realidad que
vivimos, por lo que nuestros jóvenes se encuentran ante dos realidades muy diferentes,
es decir, las relaciones sociales de los adolescentes están totalmente inmersas en las
nuevas tecnologías, mientras que en la mayoría de los centros escolares estas se
resumen en el uso del moodle, pizarra digital, entre otros.
Por tanto, es completamente necesario que la educación se ponga a la par de las nuevas
tecnologías, ya que pueden ofrecer múltiples oportunidades de aprendizaje, desarrollo de
habilidades, creatividad y mejora de la motivación especialmente en adolescentes y que
las aulas de los centros docentes se conviertan en un lugar idóneo para que los
estudiantes puedan desarrollar todo su potencial, en cuanto a los estudios, favoreciendo
así todo aprendizaje
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En los últimos años el uso y abuso de las nuevas tecnologías y redes sociales, internet,
telefonía móvil, videojuegos y televisión se han instalado de forma rápida en nuestras
vidas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (2013), el 91,8 % de los niños y
niñas entre 10 y 15 años son usuarios habituales de la red.
Las nuevas tecnologías pueden tener un gran potencial educativo y comunicativo pero
su uso inadecuado o abusivopuede acarrear importantes consecuencias negativas para
jóvenes y adultos. Las personas afectadas por esta “adicción sin sustancia química”, se
caracterizan por mostrar una incapacidad de controlar su uso. Los recursos tecnológicos
se convierten en un fin y no en un medio, dando lugar a la aparición de importantes
consecuencias negativas que interfieren en la vida diaria. Aislamiento social,
dificultades para mantener el puesto de trabajo, bajo rendimiento escolar, relaciones
sociales insatisfactorias son algunas de estas posibles consecuencias negativas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que 1 de cada 4 personas
sufre algún trastorno de conducta relacionado con adicciones sin sustancias.
Son muchos los beneficios que ofrece la utilización de las nuevas tecnologías por parte
de los adolescentes, entre las que señalamos:
conducta
Tendencia al consumismo
Internet permite a los adolescentes estar en contacto con su grupo de iguales sin estar
físicamente juntos.
expresarse y hablar de temas que cara a cara les resultaría imposible de realizar.
En definitiva el uso de internet y las redes sociales posibilitan en el adolescente obtener
una respuesta y recompensa inmediata, así como la participación en diferentes
actividades, lo que le hace ser un recurso de un gran atractivo y con fuerte carga
emocional para el adolescente.
CLAVES PARA QUE LAS FAMILIAS PUEDAN PREVENIR FUTURAS CONDUCTAS
INAPROPIADAS EN EL USO DE LAS TIC POR SUS HIJOS
al aire libre, …)
Tener en cuenta que para nuestros hijos somos modelos y tienden a imitar nuestras
en ti mismo.
Ayudarles a desarrollar una adecuada autoestima y unas buenas habilidades sociales
Romper con las rutinas de conexión: si el adolescente enciende el ordenador nada más
levantarse para comprobar su correo electrónico, debemos intentar que lo haga después
debe de desconectarse.
del cual se contemple no solo el tiempo dedicado a navegar, sino también otras
Instalar filtros de contenido que impidan a los menores el acceso a páginas con
contenido no adecuado
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Las últimas generaciones son los llamados "nativos digitales". No hay nada más natural
para ellos que andar pegados al celular y al computador. ¿Podría la tecnologia
convertirse en un elemento negativo para los adolescentes?
Hoy en día la tecnología hace parte fundamental en la vida de los jóvenes, lo cual es
reflejo de las transformaciones por las que ha atravesado el mundo moderno. Es un
hecho que se ha vuelto parte importante de las dinámicas sociales, de las posibilidades
de entretenimiento y de los recursos académicos.
Dentro de los posibles peligros a los que pueden estar expuestos los adolescentes está
el impacto negativo que puede tener el acceso a contenidos pornográficos. Aunque esta
es una conducta que podría esperarse en dicha etapa de la vida, es necesario tener en
cuenta que la gran facilidad con la que se accede a estos contenidos puede generar un
uso excesivo.
El cerebro adolescente está en proceso de maduración, en este proceso las aéreas que
regulan la búsqueda de placer están disparadas y las que se encargan del autocontrol, el
razonamiento, la toma de perspectiva y la planeación, están en formación. Por esto el
cerebro adolescente es mucho más vulnerable que el cerebro adulto a desarrollar una
adicción a la pornografía.
Adicionalmente en esta etapa, no está preparado para asimilar todos los mensajes que
mas allá de lo evidente son transmitidos.
Cuando un joven está expuesto a este tipo de estímulos genera una falsa idea y aprende
que lo que ve es una representación real de lo que es la sexualidad, las relaciones y la
intimidad. Como en un ciclo, estas creencias equivocadas, a su vez provocan actitudes y
comportamientos poco sanos.
Hay otro elemento bastante importante a nivel psicológico y tiene que ver con la forma
como la tecnología puede afectar un sano desarrollo emocional y social en los jóvenes.
Puede entorpecer la posibilidad de aprender a enfrentar lo propio de una relación con
otro ser humano; habilidades como la resolución de conflictos y la expresión directa de
sentimientos e ideas se pueden ver en riesgo cuando un adolescente se siente capaz de
lograrlas únicamente si cuenta con un medio tecnológico que le de la seguridad para
hacerlo.
Otro ejemplo de un uso bastante inadecuado de la tecnología es el llamado sexting -el
compartir imágenes intimas por medios digitales- del cual se ha hablado recientemente
en algunos medios. El sexting no se puede explicar por una natural curiosidad
adolescente, implica mucho más que esto. Cuando uno una adolescente incurre en esta
práctica está arriesgando su autoestima, le está poniendo un alto costo al querer ser
aceptado por otro u otros y esta exponiéndose a que su reputación se vea afectada lo
cual por obvias razones tiene consecuencias muy dolorosas a nivel psicológico. Así
mismo esto implica que las nociones tan importantes de privacidad e intimidad se
pongan en tela de juicio.
Sea lo que sea, vale la pena reflexionar sobre como en algunos casos la tecnología ha
generado que la esencia, el valor y la complejidad de las relaciones humanas se
desdibuje. Por tal razón se debe ser un tema que los padres incluyan en sus
conversaciones con sus hijos. Ojala de estas conversaciones salieran guías que con
naturalidad les mostraran a los jóvenes los daños que puede causar la tecnología, si se
usa de maneras inapropiadas.