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Indicó que es útil para EEUU ver una juventud descontenta, desmovilizada,
ajena a sus realidades, que se convierte en terreno fértil para la desvinculación
de esa generación con las pasadas e insistió en que en las cuestiones de la
hegemonía cultural las nuevas tecnologías y los medios de comunicación
juegan un papel vital, como «herramientas de dominación o herramientas para
la liberación y descolonización. El objetivo es saber cómo utilizarlas».
La batalla cultural
Criticó que se intente poner un signo negativo a los cambios llevados a cabo
en América Latina en los últimos años y mostrarlos como “experiencias
frustradas”. “Tenemos que reivindicarlos, aprender de las experiencias, tener
una mirada crítica, pero saber que hemos avanzado en esta etapa como hemos
avanzado en pocos momentos de nuestra historia”, dijo.
Los intelectuales
«Es momento de darnos cuenta de que el enemigo es uno, no hay otro: el gran
imperio, encabezado por Estados Unidos. Debemos que tener conciencia de
clase. El sistema (burgués) sí tiene conciencia de clase y sabe defender sus
miles de millones. Nosotros, no. Es un problema muy grave. No sabemos
hablarle a la gente.
El contexto comunicacional
Entre los principales rasgos y tendencias que definen hoy el poder simbólico,
Garcés mencionó la norteamericanización, la personalización, la
comercialización e incluso lo que algunos han llamado la
norteamericanización de segundo grado, ya que la dominación no es solo de
Norte a Sur, sino también dentro del propio Sur.
Garcés dijo que otro de los rasgos es la tendencia a personalizar los procesos
políticos con un objetivo: dar a entender que desapareciendo las personas
desaparece el problema, como lo hicieron con Fidel Castro, con Hugo Chávez,
con Rafael Correa…” Es la idea de presentar al líder, y promover la idea de
desaparecerlo, como si no fuera parte conductora de proceso mucho más
complejo que nace desde abajo”, señaló.
Colonialismo 2.0
La izquierda en la UE y en Latinoamérica
Los delegados de los Partido de la Izquierda Europea y los miembros del Foro
de Sao Paulo abogaron por un frente común para enfrentar las amenazas a uno
y otro lado del Atlántico que sufren los movimientos progresistas y contrarios
al estatus quo. Pablo González, del Frente Amplio de Uruguay, dijo que
existen desafíos nuevos y que es necesario construir respuestas efectivas.
“Nuestra incapacidad de discutir estos temas es una ventaja para la derecha”,
dijo,
La delegada italiana Ana Campos Silveiro explicó que, del lado europeo, el
problema mayor es una integración bajo presupuestos económicos, militares y
comerciales, y no sobre la base de la justicia y la democracia. Denunció que
su país cuenta con más de 300 bases militares de Estados Unidos y la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que implica un tipo
nuevo de colonización y subordinación.
“Hay que tener más coraje para proponer modelos diferentes”, dijo Campos,
quien criticó a la socialdemocracia europea por plegarse a los intereses
económicos del gran capital, mientras la diputada alemana Heike Haense,
vicepresidenta del Partido de la Izquierda (Die Linke), criticó la injerencia de
EEUU y la Unión Europea (UE) en asuntos internos de diferentes países, así
como el distanciamiento de gobiernos progresistas con algunos sectores de la
población y de los movimientos de base.