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Eduardo Crespo Suárez

EDUARDO CRESPO SlJAREZ

INTRODUCCION
A LA PSICOLOGIA SOCIAL

;iJ7 EDITORIAL UNIVERSITAS, S. A.


t: l'DlTOIU.\J l.\l\"F¡¡'llAS.~ A,
NÚúc¡~. BaJ!>"'.ll ~ _ ¡SllfJ6 M \1 )¡(ID
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INDICE

lNTRonUCClÓ," .................... . 11

CAPlTuLO 1. SOBRE LA IJé.¡","K·JÓN DE I.A P;!COLO(,JA "X"IAL .. .... 15

CAPITL'LO 2. LA cON,rRUCCIÓ~ H'STÓRICA D> 'A P"COLOOJA SO·


C!AL ................................................................................. . 25
Algunas consideraciones previas ............ 25
Antecedentes histórico, de la p,icologia social: el pensamiento
moderno y el origen de las ciencia, wcialcs . ............... 2H
Planteamientos psicosociológicos en la naciente sociología .......... 38
Planteamientos psico"JCiológicos en la nacienle p;icologia 49
Lo~ inicios de la psicología social..................... ............ 53
La psicología social en la primera mitad de ,iglo ......... . ........... 65
La psicología social moderna. ............... .................. ............. 79
La crisis de la psicología >ocial .. ..................... ............... H7
La psicología Mlcial en la aClualidad . 96
Algunas reflexione' ,obre la hi,toria de la p,jcología social 103

CAPl¡ULO 3. LA '''TERAn"),, DESDE u. "l:~Tü DE VI'lA P;ICOSO·


CIAL 107
La acción social como conducta ........ .. ................. IOH
El concepto wcberiano de acci(¡n ............... ........... 111
La interacción simbólica: Gcorge H. Mead ......................... 114
El cOllcepto de actiVIdad en la psicología rusa ....... .... 116
La acción diseur,iva ............. ................ . ............ ............... 120
La acción comunicativa .................. .................. 125
Comentarios finales sobre el conccplo de interacción ;ocial 12H

9
CAPíTULO 4_ EL CONOUMI",nO DESDE eL .',N ro DE VISTA'()('lAL. 131

El modelo intraperwnal del conocimiento ,.",, __ ................. 132


La M)ciologización de lo, modelos intmpersonales: old proceso al
contenido ............... __ ".............. ___ ............... 136
Un enfoque interpersonal y social del conocimiento .............. 145
El conocimicnto desole el punto de ,i,ta pragmati,ta y del intcrac-
cioni;mo ~imbólieo _................... "........... 145

CWI[l;[O 5. COK'IIJ~_RA( [OKESSODRlLl M~roDO 163

El conocimiento posible: explicaciones de la a~ción social 164


La e"plicación eau,a]; la posición empirista heredada " ............ .. 167
Las expli~aciones intencionales ....... .. IR4
Entre el objetivismo y el subjelivi8mo 1%
e om~ntario final .. " _".. .......... .. ... ____ ............ .. ____ ........... . 200

R", ERE'ICIA, BJ HI IOGRAFIC-\S 203

!O
INTRODUCCION

Esta obra pretende ser una introducción a la psicología social, no


tanto porque en ella se pueda encontrar un compendio o resumen de lo
que se ha hecho en e._te ámbito del saber, cuanto por surgir como refle,
°
xión a partir de una pregunta introductoria primera. Esta pregunta ,e
refiere al sentido que hoy en día tiene hacer p._icología 8ocial.
La respue._la a esta pregunta puede obviarse y remitirse ,implemente
a la existencia de una serie de prácticas investigadoras y docente, yadmí-
tir que, pue8to que existen. dcben Ser racionale' y legítimas. Mi posición,
sin embargo, e, otra. Considero que la psicología ,ocial e8 una práctica
social que no es exterior a la realidad sobre la que se aplica. Por ello, e8
uu tipo de activIdad permanentemente necesitada de autorreflexión
como parle de su propio conocimiento.
En cierto modo el objeto de la psicología social es un ohjeto inventa-
do o, de modo más exacto, es un objdo coo8lruido. En el primer capítu-
lo, sobre la ddínición de la psicología sociaL pretendo poner de mani-
fie.\to, entre Olr,,-, COSa8. que la psicología social. cOmo actividad
científica que pretende ser, no _e define por un temtorio sino por un
punto de vi,ta y ese punto de Vl>la, tradicionalmente, ha sido caracteri.ú1-
do como el de la interacción social.
El resto de la obra se dirige, justamente, a plantear cómo la forma en
que Se entienda la acción social va caracteri7ando puntos de vIsta dife-
renles. con 1m cuale8 la realidad SOCIal que se e,tudia aparece con textu-
ras distintas. En el capítulo ,egundo he intentado situar la psicología so-
cial en el marco de preocupacione, ,,,ciale, y epi8témicas en el que se ha
ido históricamente configurando. Esta configuración es doble: por una
parte se ha Ido desarrollando un conjunto de saberes, tant" teúricos
como prácticos. sobre la con~titución _ocial de la i>ubjetividad, lo que ha
dado lugar a la progre8lva contiguración de varias psicologí¡¡s i>ociales, de
las cuales, la caracterizada como un estudio de las leyes prelendidamente

jj
universales que rigen el comportamiento 8Ocial, ha sido predominante.
Pero, a mi entender, han existido varias psicologías SOCIales y pueden
existir otras diferentes. El problema no puede ser de tipo burocrático y
gremial (estar o no adscrito a un área de conocimiento o a un colegio
profesional) sino teórico. Mi opinión es que para re'pondcr a muchas de
la.; prcguntas que nos ocupan (sobre la idcntidad, los valore~, la soctali-
zación etc.) hay quc huscar las respuestas allí donde se produzcan y con
frecuencia. hoy en día, encuentro más su.'tanllvidad y potencialidad ex-
plicallva en estudio~ que, formalmente, no 'e generan y publican cn el
área de la psicología social. En realidad, esto no tiene nada dc extraño.
ya que considero quc la psicologia social es una ciencia social -ciena-
mente COn ,us propias tradiciones y aportaciones- pero Ilunca ,eparable
de lo:, otros saberes cientifico-sociale.l.
El capitulo tercero lo he dedicado a una reflexión sobre el concepto
articulador del punto dc vista psicosoclal, el de acción e ¡nteracción so-
cial. No he pretendido hacer un trabajo exhaustivo sobre el mi,mo, en el
que se pasase revista a todas las principales teorias de la acción (hay au-
,eneias tan notables como la de ParSOIlS), sino intentar apuntar la proble-
mática del significado en la configuración de una serie de teorias. mnlo
psicológicas como sociológica', en las que podría fundamentarse la PSI-
cología social.
Si la configuración semiótica de la acción es un elemento importante
en el acercamiento p,icosocial de la acción, ~u lógico complemento es el
estudio de la actividad cognoscitiva que permite tal configuración. No cn
vano la mayor parte de las investigaciones en psicologia social son de ti,
po cognitivo, bien cn .'u temática (percepción :,ocial, actitudes etc.) o en
su enfoque. No podría ser de otra manera, ya que la constitución ,ocial
de la subjetividad cristaliza. fundamentalmente, como significatividad. A
ello he dedicado cl capítulo cuarto, ",bre e! conocimiento desde un pun-
tn de vista psicosocia].
Exilte un capítulo implíCIto en toda la obra} que hace referencia al
sujeto de la acción, al actor ,ocial. Según el conccpto que se tenga de la
acción y de! conocimiento. se tendrá un modelo (teórico y político) de!
sujeto. El concepto de sujeto es, tal como indico al hablar de la hi.,toria.
un concepto moderno que no puede considerarse como un hecho incon_
trovertible. Nuestra.1 teorías p,icosociales se manejan con muy distinto,
modelos de sujeto. Existe una teoría con un sujeto inexistente (el COIl-
duclismo, por ejemplo) y una tcoría con un sUJcto univen¡al (las teorías
sobre procesos cognitivos regidos por leyes universales y ahistóricas)
pero existen, igualmente, teorías interaccionistas, donde el sujeto :,e en-
tiende como identidad comunicacionalmente construida y teoría., no
identitaria." donde el sujeto se entiende dialógicamente situado/con,-

12
truido. A todas ellas ._e ha hecho referencia a lo largo de la ohra, pero tal
vez., en el futuro. convendría explicitarlas de modo más preciso, con un
apartado dedicado a este tema.
Conforme el punto de vi8ta que 8e adupte, ,e mantienen, cun8eCUen-
temente, diferente, pretensione\ de conocimiento. A una reflexión ,obre
estas pretensiones he dedicado el último capítulo. A mi entender. el pro-
blema de la psicología social no es un problema metódico-técnico, no se
trata de ,aber ,i el método experimental e._ hueno o malo, ha_amento de
la cientificidad o mstrumento de la banalidad. La cuestión estriba, más
bien, en qué se pretende saber y, posteriormente, cómo es posible ese sa-
ber. A lo largo de la ubra he pretendido poner de manifie"to la8 di;lÍnta,
concepcione._ 'lue de la tarea psicosociológica se tienen entre lo, científi-
cos. En mi opmión la psicología social es una ciencia socIal y, como tal.
vinculada -y partícipe- a la definición colectiva de su propio objeto de
preocupaciún} e._tudio. En ello estriba Su interés y también sus limite_o

13
Capítulo 1
SOBRE LA DEFINICION
DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Al intentar definir una disciplina, eOfiJO la p,icologia ~oeJal, la pnme-


ra cuestión que se plantea es la legitimidad misma de la tragmentaciún
del saber en a~ignaturas y disciplina" La posición que aqui se mantiene
es que la distinción entre di,ciplinas cs una eue8ti')fi permanentemente
abierta, es decir, no resoluhle de una vez por toda" y menos de un modo
previo, por medio del recurso a algún tipo ue criterio indiscutible, La de-
finición de una ciencia e:.tá vinculada al continuo proceso de autorrctlc·
xión erÍlica que el conocimiento elCntifico wpone.
Fl considerar la ddifilción de la p,icología social como una cue,tión
ahierta supone que esta definición no la cntendemo, en términos gcopo-
líticos sino epistemolúgi~o~. La ddinición de un determinado campo del
saber e8 entendiua en términos geopoliticos cuando sc plantea como in-
dependenCIa terntoria!. Esta es la opinión de quienes piensan que a cada
ciencia le corresponue como objeto de estudio una parcela o terntorio
de la realidad, Se considcra, así, que la realidad que sc estudia no e, pro-
blemática en su conslltución como tal realidad y, por tanto. se la supone
parcelab1c en términos territoriales o fenoménic08. El a~pcc!O político de
esta fragmentación territonal se manifie,ta más como un problema pro-
fe8ional que ciemífico, como un conflicto de poder para dirimir "ohre la
inclusión/exclusión de mnocimicntos y pel>ona., dentro dc gremios y
colegios profe,ionalc"
A mi entendcr, sin embargo, una cienCIa no se define y legitima por
la existencia de una parcela de la reahdad que 8ea 'u objeto cxclusivo de
estudio_ El objeto de una ciencia no el> tanto una cosa o parcela de la rea-
lidau sino un llPo de relación, En el ca~o dc la psicologia social ~u ohjeto
lo constituye u~ modo de relación, la interaccióo social. quc es un tipo
de vinculo con el que caracterizamos a los ,ere, humanos. Este tipo de

15
relación no con'tituye un objeto de estudio que sea excluycnte o exclusi-
vo respccto a otras ciencias sociales. La psicología social, tal como la cn-
tendemos. no es tanto quc sea intenlísciplinar, fruto de la conjunción dc
varias dí~ciplina" SlJlO Ijue cs más bien transdisciplinar, es decir. ajena a
la delimitación de disciplinas.
La caracterizaciún o definición de la psicología social se cntiendc.
por tanto, como fruto de un trabajo teórico y epistemológico Ijue. como
tal. siempre está abierto. Cuando una actividad científica se define y jus-
tifica por una reflcxiún sobre sus fundamentos cllo implica quc se consi-
dere la existcncia de diferente.~ formas posible:. dc concebir dicha activi_
dad científica. No eXIsten, pues. a nuestro entendcr. una sino varia,
psicologías sociales posibles, según los presupucstos con los que se tra-
baje.
Según el punto de vista quc aljuí se mantiene los limites cntre asigna-
turas son fluidos, cuando no, a vcces, arbitrarios. Admitir e:.ta fluidez ge·
nera. en cierto modo, la inseguridad propta de qUlcn no ticne una parcela
o rincón en que moverse con absoluto dominio, pero por otra parte, su-
pone una auténtica liberaciún, la liberación dc quien no tiene inconve·
niente en ir a bu~car la información y l'ds idea8 allí donde se generen, co-
rre~ponda o no COn la delimitación disciplinaria y académica en la que se
encuentra au,;crito. El conocimiento se bace entonces una aventura hbe-
radora de las prácticas reprcsivolS que impone la disciplina.
Definir es. en cierto modo, justificar. La reflexión sobre los funda-
mcntos dc una cicncia -cn este caso, dc la psicología social- constituye,
en cierto modo, un acto retórico, cn el scntido más auténtico y positivo
de la retórica, como proceso dc argumentación justificativa.
La legitimaCIón es un proceso retórico, de justificación pública de
una determinada actividad. Tiene que ver con la autoridad -la autoridad
con que se dice algo-, con la dominación <l posibilidad de haccr Ijue
algo sea aceptado, y en última instanCIa Con la racionalidad de tal hacer y
decir. La legitimidad de un determinado hacer científico y académtco.
como es el caso que aquí se trata. tiene su raí7 en una concreta concep-
ción de la vida pública y de la organización social. dentro de la cual el
hacer científico se desarrolla y cobra sentido. La legitimidad del hacer
p8icosociológico está directamente vinculada con la legitlmidad de la au-
toridad y el dominio en la .<;ociedad moderna.
El pensamiento moderno -y creo que la psicología social surge
como pllrte del proyecto de la modemidad- se caracteriza básicamente
por un intento de fundamentación racional de la vida. y por un intento
de compren~ión científica del mundo. La bistoria de la, ciencia, 80clales
-y cntre ellas la psicología social- va pareja al devenir de la confianza
en la razón.

16
El trabajo de legitimación ~ocial. cientifica y académica que esta obra
supone se remite a la racipnalidad de la tarea propuesta. Hacer psicolo-
gía social-o si se quiere, psicología social tal como aquí se entiende- es
legítimo porque es racional.
La acepción más habitual de nlcionalidad es la que la identifica con
la instrumentalidad. Un ,aher es racional porque es efica7, permite con-
seguir algo deseado o resolver algún tipo de dificultad. Sin embargo. el
concepto de racionalidad al que aquí se hace referencia es más amplio.
Al hablar de racionalidad nos podemos refenr a dos problemas o
cuestiones diferentes. El primer problema es el de la lcgitimación de la
accióu (o del decir). Toda acción es susceptible hipotéticamente de ser
puesta en cuestión y requerida su legitimidad. En tanto en cuanto se pue-
dan dar razone, aceptable~, se puede hablar de nlciouaJidad. La legitima-
ción se produce, al menos a veces, cn un proceso de comunicación. Las
razones son construidas como argumentos. Y un argumento solo es váli-
do si es aceptable. La razón se remite aquí a los criterio., de aceptabilidad
de argumentos en un contexto determinado.
El segundo nivel de problematicidad de la racionalidad se refiere a la
universalidad de la aceptabilidad hipotética de una acción. Entendido
esto de una forma radical lleva. como Habennas (1990) ha puesto de
marüficsto, a una postura metafi,ica que exige la tra8ceooenlalidad del su-
jeto (condiciones universales del conocimiento) y al historici,mo (racio-
nalidad en el devenir trascendental de la humanidad). Esta concepción
universalizante implica una idea de verdad y dc progreso que por su 1n1S-
cendentalidad nO son refutables en la práctica social y que. de8graciada-
mente sólo son evaluable, por sus c(>osecuencias a largo plazo. Las tira-
nías fundadas en una utopia racionalista y la;, catástrofes ecológicas
como consecuencia de una idea autolegitimada del progre~o técnico ">O
algunos de lo~ más c1aro~ exponentes del fracaso de un concepto totali-
zante y metafísico de la racionalidad.
En el plano del hacer clentifico y de su legitimación, en las ciencias
hnmanas y sociales. la noción radical de la universalidad del conocimien-
to cientifico se ha mamlestado como una Identificación de la lógica y la
epis!emología. Desde hacc años, sin emhargo, oh'ervamos cómo se pro-
duce un proceso de distanciamiento irónico respecto a la idea de una po-
sible razón ab,olu!a y respecto a lo~ sistemas -político., o clcntíficos-
que en ella se fundameman. E.'ta razón absoluta y universalizante es la
que fundamema la idea de que s"lo existe un tipo posiblc de nlcionali-
dad y actividad científica. La alternativa a csta concepción aUlOritaria de
la racionalidad no ha de llevar, sin emhargo, a la adopción de una posi-
ción relativista_ La legitimaCIón científica parecc exigir un concep!o plu-
ralista y no relativista de la racionalidad. Dejaremos para otro momento

17
un desarrollo más detenido de esta, cuestiones. Por ahora, quiero sim-
plemente poner de mamliesto el carácter polémico y abierto del funda-
mento racional de la pretenSIón de legitimación cientitiea de la psicolo-
gía ~ocial, dentro de la cual toma scntido esta obra.

El objeto de edudio como punto de vista y no como territorio

El objeto de estudio de la p,icología social no es un objeto en el sen-


tido habitual de este ténnino. como llna cosa, una parcela de la realidad,
acotada de modo más o menos preCISO, COn fronteras que supue,tamente
la separan de otras facetas de la realidad a cuyo estudio se dedicarian
otra, diseiplina8. Es muy discutible que haya algún tipo de ciencias cuya
delimitación se haga de este modo, con una espccie de criteno geopolíti-
co. Este es un criterio académico, para separar campo' de intluenci¡¡,
pero no es un criterio científico. El objeto dc una ciencia no e.' una cosa,
sino on tipo de relación (Bate,on. 1979). Por ello, la retlex¡ón ,obre el
objeto de la psicología socIal má~ que una tarea de cicrre y acotamiento,
de delimitación de tronteras con otras ciencIas ",ciales, e, una tarea de
apertura intelectual. ya que la reflcxión oojetual no es taxonómica, sino
epIstemológica, no está orientada a elasificar sino a indagar sobre la
constitución teórica de un punto ue vista sobre la realidad. Si todo saher
científico está afectado por la retlexión epistemolúgica, es decir, por la
reflexión ~obrc las posibilidad e.' de conocimiento. en el caso de las cien-
cias social e.' y, en concreto, dc la psicología social. esto es espeCialmente
importante, dado que la definición objetual está intrínsecamente vincula-
da al tipo de saber que se po.\tula y a la valide7 que se le confiere.
Es cierto quc el objeto de la p,icología >ocial es un objeto construido.
Todo objcto cientílico lo es, pero en el caso de la, ciencias sociales, y en
particular de la psicología ,ocial. lo e" en un doble sentido; primero,
como construcción teórico-conceptual de la realidad (e, el nivel de con-
ceptos como "materIa", «mentc», "c()ncieneia", «sociedad" etc.), dcspué,
como construcción de relaciones entre conceptos del nivel anterior. En
este sentido tiene razón Pctcr Winch (195R) cuando señala quc "muchas
de las cuestiones tcórica, más importantes que han surgido en estos estu-
dio, [ciencias sociales] perteneccn má, a ta lilosofía quc a la ciencia },
por ello, han de ser resueltos mediante un análisi~ conceptual a priori
más que por la investigación cmpírica. Por ejemplo, la cue,tión de qué
constituye la conducta social es una demanda para la eluciuación del
concepto de conducta social. Al tratar con cuestione., de cste tipo no
debcría "esperarse a ver" lo que la investigación empírica nos muc~tra: es
una cuestión ue trazar la8 implicaciones de h" conccptos que usamos"

18
(pp. 17-18). Esta opinión es muy similar a la quc ya había manifestado
Ortega y Oasset (1940), quien decía que "la p,icología, como toda ~ien­
cia particular, posee sólo jurisdicción subalterna. La verdad de sus con-
ceptos es relativa al punto dc vista particular que la constituye, y vale en
el horizontc que ese punto de vista crea y acota" (p. 20).
Entre los presupue~t", metateóricos, históricamente cstableeido~,
que posibilitan la constitución del objeto dc la psicología social, y que
toman, con frecuencia, el carácter de evidencias se encuentra, en pri-
mer lugar, la convicción de que es pOSIble un conocimiento eientifico
del ser humano, más agudo y efica7 que el conocimiento de sentido co-
mún. Este es un pre~upuesto fIrmemente asentado, pero problemático
en su concreción, ya que no hay acnerdo ,obre lo quc sean ra'gos defi-
nitorio, de un conocimiento científlco en el campo de las cicncia, so-
ciales.
Un scgundo pre,upuesto es que existen niveles analítico, relativa-
mente autónomos y que son fructiferos para la cumprenslón del compur-
tamiento humanu; en concrelo, el nivel del indlviduo (u psique) y el de la
sociedad (y jo cullllra). Se trata de objeto> constnndos analíticanlente y
no de realidades materialmenle delimitadas. La confuslón es grande en
este pllntu, ya que sc sobreponen a conccpto, de "entido común, e'pe-
cíalmente en el ~a;u del individllO, ,urgidos dc la expli~ación cotidiana y
ancestral de los proce,o" de la vida. El individuo qnc estudia la p,icolo-
gía es una abstracción al igual que lo es la sociedad que estudia la socio-
logía y la cullura de los antropólogos. Estos conceptos son problemáticos
en su propia constitución teónca, como puede obscrvarse a propó:;ito de
los conceptos dc concienda o mcnte. Como dice MOSCOVICi (1985)
«Todo re,ultaria muy scncillo si pudiésemos decir ,in dudar: existe el in-
dividuo y cxiste la 'odedad. Evidentemente esto sc no, repite innumera-
ble" veces y uno parece mmprender e incluso ver lo que SIgnifican e~ta~
palabra,,, (p. 17).
El tercer presupuesto sobre el que "e fundamenta la psicología so-
cial e" que la interacci"n social cs un procew articulador entre 1",; nive_
les psicológico y sociológico. Por medio de la interacción social se ge-
neran y modifican realidades, tanto a nivel pcrsonal como societa!. Este
presupuesto no e~ ,iempre mantenido por quienes sostienen el ante-
rior. De"de un punto de vi.,ta reduccionista, bien psicológico O ,ocioló-
gico, la interacción soclal es o irrelevante o slmplemente una coocu-
rrencia o concatenación de actividades, La posición mM extrema la
repre'entan aquellos alllore, para qUlcncs la psicología social no es una
ciencla autónoma.

19
Definiciones de la psicología social

Par" algunos, la psicología social es una subdisciplina de la psicolo-


gía general y experimental, cuya entidad viene dada por un tipo especial
de situaciones estimulares, aquellas en que están presentes otros seres
humanos. Probablemente la propuesta más clara en este sentido sea la de
Floyd Allport quien, en 'u manual de 1924. que posteriormente ha ,ido
punto de referencia obligado para muchos, decía que "la psicología en
todas sus ramas es una ciencia del indlViduo. (p. 4). En la misma linea va
la definición COn que Jone:. y Gerard (1967) inician su manual:.La psi·
cología social es una subdisciplina de la psicoklgía que implica especial-
mente el estudio científico de la conducta de lo, individuos C(lmo fun-
ción de estímulos sociales. (p. 1). Gordon Allport (1961\) da en el
llandbook una definición no muy diferente; él ve la psicología social
"como un intento por comprender cómo el pensamiento, los sentimien-
to, o la conducta de los individuos están influidos por la pre,encia ac-
tual, imaginada o implícita de los demás» (p. 3). A esta definición se ad-
hieren. posteriormcnte. diversos edilores de manuales. como por
ejemplo, Kaufmann (1917), Rodrigues (1976) o Lamberth (1982). Aun-
que con una concepción más compleja de lo que es la interacción social,
no muy diferente es, sin embargo, la definición que dan Sherif y Sherit
(1969) de la disciplina: "La psicología social es el estudio científico de la
experiencia y conducta del individuo en relación con las silUaciones de
estímulos sociales" (p. R). Proshansky y Seidenberg (I'!73). después de
revisar las definiciones más conocidas de la di,ciplina. concluyen que
.en casi todas las definiciones. o incluso en todas, se insiste ,ohre todo,
primero, en el individuo tal como se comporta (incluyendo también lo
que experimenta) y, en segundo lugar, en el contexto en que se produce
e,e comportamiento, es decir. el marco sociat otros grupo, () individuos ...
su nivel de análisis [de la p,icología social] ha de tener carácter psi",,¡';gi-
ro (p. 20 subr. orig.).
J .as anteriores definicioncs caracterizan una cierta psicologia :.ocial,
dominante durante años y hoy en día también muy influyente. desarrolla-
da especialmente en los E<;tados Unidos. Sin embargo, aunque este tipo
de concepcIón ha sido. como digo, dominante, no conviene tampoco ol-
vidar que en la propia psicología social americana hay. de.,de ,iempre.
una pluralidad teúrica y epi8temológica muy notable. Así es, por ejem-
plo.la concepción de Solomon Asch (1964), quien considera que "los
individuos son en gran parte el locus de los hecho, social e,. el e:.tudio
psicológico de los hechos :.ociales es el estudio de los individuos en so-
ciedad" (p. 12). Para Samp,on (19M), y de modo muy similar a lo que
posteriormente dirá Doise, el campo de la psicología social deberia ser el

20
de la interllC(:i ón entre el nivcll. que es el de la estructur¡¡ y proccsos in -
div iduales, y el nive l JI, que e~ el de los pnlcesos y estru ctula ~ociales;
enlre su~ fines c~ tá el estu dio de l(l~ nuevos feoom cllOS. surgid,);S como
ded a Newcomb dcl encuent ro e ntre _el pro to plasma y la $ocicd:wi •. Des-
de un punlu de vi~UI intem<,;d on iMa, ~"hihutllni ( 1911) cu n~idcra que b
psicología social !;f! ocupa de . Ias regubrid OOe~ de la cooo ucta humana
que surgen d~l hec h" de quc los hombres participan de gru pos $.OC ial es.
(p. 30) Esta conducta la explica "en funciún de las propiedades de ein<';(1
unidade!; fu ncio:l nales: el acto, el $ignifieado, el rol , la persona y el gru po.
tp. 35). Parecida po.<.ióón mantiene Kimball Youn~ (1974)
La p.~icología SQcial "'''To pea ha sido, por lo general, mas an.:alitia y
el i!-ente e n su~ plant eamienh l:! d efinieionale~ ll ue la norteamericana. Tal
ve~ le vaya en ell n, co mo he sei'i:tlado en algún ,)tr,} moment o .• u propia
legitimaci"n. La obra editada po r Ismel y Taj re l en 1972. por ejemplo, y
que es en ciert\) mod o un manifiesto programH tico de e:\ ta psicología so-
cial, ",s un bucn ejemplo dc e\te lipo d e prcocupaóo nc:s '! de la cal idad
de los análisis, En esa uh..-... Moscovici, en línea ron lo que y~ habia seña-
lad o anterionnent e {Mo '>C< >vici, 1%11, 1970) Y de mod o , im ila r a lo qUt
~igu", manteniendu (Moscov ici. 1985), define la visión psicosucial como
una relación ternaria, que p r<:t~ nde 'uperar la tlicotomía suj ela-objeto ,
ind i\'iduoj"...,:iedad. COO1iidera este auwr "Iue el ohjeto <.le la psicolo¡,:Íl'
.<;Ocial .\\C ("cntran!. en 105 fcnómenos global~~ 1jUt: result an de la interde-
pende ncia de \';IriOl; sujelos cn ~u ret.Jción con un "010<00 común, f!Sico
o soc ial. La re lació n cgo·o l>je¡O est á medi~d l} po r otro sujeto y ello. no de
["rma estática. cumo se eSludiaba en los proce' o~ de facilitación social.
si no dinámica. Lo _~oci¡¡l . se defin.:. pues, como la inte racción entre dos
su}etm '! un objeto. Según Moscoviei (1972). d a ~ieol o¡,:ía social es una
ciencia dc la ",nduCl a sólo ~i esto se entie nde e n el sc ntido <.le q ue su in -
tcré.- "" un modo muy espedlico de d kha ronducta - el modo ~imbólico.
(p. 62) y po r ¡anto, .el objeto ce ntral} exclusivo de la p ~icología ,'i()(;ial
deber ía ,cr el estudio de lodo lo que pcrten ~ce a la ideologiu y a la COmu -
nio'udón, desd e el punto de vi sta 0,1" 5U estru ctura. 'u génesis y ~u función.
(op. cit, p. 55, sub, . orig.). Dentro de la ~icO¡ORia soc;1I1 eu ropea, igual·
mente. TajM conside ra que c:I obje to de e\tu<.liQ de la psicologia social. la
irue"-dCCiólI social. hay q uc entende rlo en ct 6mhi w de la perte nencia ca-
lcgorial. es d~ c ir, se de,arrol l ~ en un mund o que e. orden¡¡do p~re"'ptiva­
mente por medir" de la inclu _¡Qn de todo "bjew so cial. ya ,~ ~ a n persona,
o e,,,...,,,, en una r~<.I de ,ategn ría~. Los ~i ~tc m a.\ d~ categorías p.:rceptivas
están dirc:t:ta merllC vinculados ~ los ~i"'.:mas de rclaciú n intragrupal e in-
l",rgrupal en Ic>~ que e~lamo~ implicados. I ~, identid ad Jk'rsonal. e n
t3nt" ",n cuanto) , uf'One un id ~n li ficarn os ro n algunos gru po!> y d ifert: n,
~i a rnos d~ otros, e,lá íntimament e ligada a la categorizaci ón y. por tanto.
a bs relaciones grupales. La psicología soci¡lI con,tituye ,~gúll Tajfel
(1972) un nivel de anicubción entre el análi,i, del cOlltlicto a nivel so·
cial e individu al: "el objeto de la psicología social se puede de8cribir
como la interacción entrc cambio (social) y elección (individual)_ (p.
116).
En una línea de pen$amierno muy ccrcana a las anteriores. Willem
Do;,e (1976) considera que lo psicosociológico constituy~ un nivd de
articulación entre la psicología y hl 80cinlogi~. que son niveles autóno-
mos de explicilción. El enfoque psicológico rcsu lla insuficien1~ par" en -
lender lo que denomina el tnlcrgrupo: «Nuestra tesis es. en declo. que un
estudio propiamcme psicológico d~l ínlergrupn e, imposible. Al nivel dc
lo psicológico S~ puede a lo más describir dIspositivos. forjados ya elley;
mi,mos en la interacc ión social. que permi ten a l ind ivid lHJ ins~rtar:se e"
"ueVM interaceioncs_ (p. 35). En el terreno 8üciolúgico el concepto ("en·
tml en la compren,ión de las rdacione, íntc rgrupos es el dc ideologia. L~
arti cula~ión p,ieosocial se fundamcnta cn el análisís de la inttrac~ión ,0-
eial. ya que ,lo colectivo evoluciona a travé~ de la interacción social c.
igualmente. 108 dt8arrollos del individuo son un resultado de csta inlt-
racción" (p. 92). Esta articulación no se traduce en ' leyes p,ico,ociológí-
~a~; «que sugiercn dcmasiado fáci lmente la e~Í>lencia de regularidades
obscrvables a nivel del cumporlamient(N (p. 91 ). La idea de Doise cs que
el objeto de tstud io d~ la psicologí3 social no son esas rcgula ri d"de~ del
comportamiemo sino "los procesos elementales y cst ilble~ que intervie·
nen en esos comportamitnto~" (ihid.). Y e 'p~cifica, . No es en nomb re de
una n"tur;'¡eza humana universal en el que reclamamos una cierta gtne -
ralidad para el proyeclo psicosociológico. La univtr8a lidad de la natura-
leza hllmana es, de modo dtma8iado evideme, un argumento ideológico
utilizado para deknder citrlos valores que eSlán. ellos mismos. muy con -
dicionados por una cierta forma de relaciones sociales '.
L3 definición de la psicología soci,,1 por la "rticulación de \0 psicoló-
gico y lo social es una afirmación rnantel,;da por muy d iversos autores y
qUt rt8ponde a 1M inq\lietudes quc dan ol"igen a eSla ciencia. E~t" pers-
ptcti,·a articu ladora no cs. sin emb~rgo. diferenciad"ra de modo exclu·
yente de la psicologí" 8ocial: e~. en realidad, una earacteríslica de todas
las cienci", 8oc i al ~s. Tal como señala Thompson (198 4) .• eI probkma d~
la relación emre individuo y sociedad. entre la acción y la estructura w -
cial, yaec cn el corazón de la teoria ~ocial y d" la filosofía dc la ciencia

1 I)(,¡", ( 19701 h"" ,uY' la ~",i ocio" de Althu"',, cn" o do""i, , .d,,"'OS". ll .. ,á,><lo>e '"
""o .oW . ,,; ,QmO en P;"l!". 1'1""0' . 1. w¡,¡~ad .·ie "oifi" corno un ,,,t>,,jo <k ,,,",fu,,",,,,;,",
de v«dooc> poro;, '" en ,·"""d.,, m" ge,,,,,,k.,._ (p ..\ I ~ Jon(\e la, ,"«dad« parei, I". i<lco\Ój;;·
,"'o'0"' ""J'O' reduccioni" .... :.h om;,ión O el '<""'00" ;, ..., "' ''''' ;' ")' un moo""",>o ¡mpo'.
"nO< , ,,,,.é> dd " ,.11" ;,l<,,'óg¡"'" ¡"nU)' '01", lo okn"tiro. (r. 53~

22
social. (p. 1.18). 1-1 objeto de la psiL"t)I"gm ",dal mI " ... P"T tantll. un oh-
jeto damment., delimitado. El fnfa.~is CXCCSI\O en la delimitación objc-
tual sólo obedece a requisitos formal es de ternlori:llidad academica. En
mi o pil11011 e~ perfCl:tamente ;leepmble. el1 pTll1l:lpio. I¡, ddimciun del
uhjelU de la p,jc"lllgUl -"lCial que se Imce en la corrie nte europea. y que.
en In ,·c rsioll dc Pá ... ~ y otros (19S12) s... eOlleibc. por eJcmplo. cOmO ~Ia
articulación entre lo social y 10 individual a panir (le 10' procews de in -
teracdón y de rcprc"",nlación imm e i!llergrupo" (1'.119). El prohlema
c.llribil. en r... al idad. en cómo se conciba cs~ ~1'1 I C\ll¡lci6n cmfC dos ámbi-
tos conccptun lmcntc construidos (in dividLlo y ,odetlad) y en el con cepto
de intcracci6n que la fundame llla.

23
Capítulo 2
LA CONSTRUCCION HISTORICA
DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

No existe una historia de la p,icología ,acial, como prohablemente


no exista una historia de nada. Existen varias historias posIbles de la p8i-
cología social, porque muy diversas son las [onnas de concebir una cien-
cia. En realidad, tampoco creo que exista una psicología sociaL El énfasis
en la unidad de la psicología social, la afinnación de una identidad cien-
tífica estable y coherente. imphca la imposiciún de un modo determina-
do de concebir la actividad científica. Esto no supone, ,in embargo. que
considere que cualquier historia es igualmente aceptable. Todo relato hi,_
tórico debe ser susceptible de critica, es decir, debe estar abieno a la ju,-
tilicación argumental. Lo que se rechaza. por tanto, son aquellas historias
que Se preseman como las únicas historias posibles, aquellas narraciones
que se proponen con el carácter absoluto de la evidencia y la verdad. En
este capítulo se expone, pues, uno de los relatos posihles acerca de una
institución científica plural que, convencionalmente, viene denominán-
dnse psicología sociaL
Este relato no pretende reflejar de modo exhaustivo toda la historia
de la psicología social. Es un relato complementarla a otros ya existente,
y, en concreto, a los tratados de historia de la sociología y psicología
donde se da cuenta pormenorizada de la obra de los principales autores.
Aquí se hará referencia parcial a alguno, autores (Marx. Durkheim, We-
ber-.) y a una faceta de la obra de éstos, aquella que considero más vin-
culada a la psicología sucial. Este relato es, Igualmente, complementario
a los tratados y manuales de psiculogía social en los que se exponen los
principale" estudios realizados sobre lo, diverws procesos psieosoóoló-
gicos. Mi objetivo no es hacer una exposición resumida de todo lo que se

25
ha hecho en la p.,icología socIal, sino má, bien exponer lo, momentos
que, ~ mi entender, Son más importante~ en la fundamentacIón de su his-
toria,

Sobre el concepto de historia

L~ concepción que se tiene de la hi,toria e'tá íntimamente vinculada


~ la po>¡ición epÍ>ternológica y al concepto de la ciencia que uno mantie-
ne. Decía Max Scheler (1978/1926). a e,te respecto, que el homhre se
coneihe a sí mismo de diferentes modo~, corre.'pondlendo a cada uno de
ellos un tipo de idea sohre la hi.,toria. A propósito de una de las cinco
concepciones de las que habla, denominada del "horno .Iapiens", dice
que «esta doctrina ... ha tomado en toda Europa el carácter ma.' peligroso
'lue una idea puede tomar: el carnera de ""',dellcia" (p. 30).
Creo que nO e, incorrecto pensar que la historia de la p.,icologia so·
cíal como, tal vez, la del resto de las ciencIa, M,cialcs, 'e enfrenta Igual-
mente a este carácter de evidenci~ respecto a su historia y a los supuestos
sohre el Ser humano que la sustentan. Esa evidcnci" es peligrosa, dice
Caro Baroja (19\10) porque tiene el carácter religioso de la fe, lo que da
lugar a "progre.listas de misa .v olla». a Hexegetas de ideas mostrencas .Vno
contrastadas sobre la evolución y el progre", •.
Una fe y evidencia similares son las que su,tentan unO dc los tipos de
historia, la dox"gmfía, que Rorty (1\1\10) anallza en relación COn la filo-
sofía. Este tipo de historia 'e caracteriza por la idea de que lo que Se con-
sidera como filosofía «es el nombre de una disciplina que. en todo, los
tiempo, y en todos los lugares, se ha propuesto ahondar en las mismas y
profunda., cuestiones» (p. 85).
En la historia doxográf¡ca la decisión sobre lo que se considera pro·
pío O no de una disciplina supone la construcción de una norma" CanOn.
E,te canoo o doxa regula ¡os límites entre la orto-doxia y la hetcro-doxia.
La razón principal de la exi'\lenóa de e8te canon es que con él se dirimen
no sólo cuestiones descriptivas .,ino. fundamentalmente, cuestiones "ho-
noríficas», es decir. reconocimiento y poder. El poder de la8 narraciones
históricas de tipo doxográfico viene dado ¡:.,r el carácter de prestigio y
de con,agración normativa que tiene el canon.
En una línea de pen'amicnto ~imilar a la de Rorty se maniüe'ta Ma·
clntyre (1990), para quien 108 relatos históricos que ,e construyen ,obre
una idea de continuidad tienen Un carácter constructivo y lcgitimatorio.
colaborando ocasionalmente "en la consolidación de lo' prejuicios del
pre.'entc. aislándolos de lo, elementos del pasado que má, podrían per-
turbarnOS" (p. 52). Para este autor, el sentimiento de continuidad que nos

26
proporcionan muchas hIstorias es ilusorin y ,.depende del uso erróneo,
aunque _,in duda ineon._ciente, de un conjunto de anificios destinados a
ocultar la diferencia, a llenar la discontinuidad y a diSImular la ininteligi-
bilidad" (op_ cit.. p. 51).
Si el concepto doxográflco de la historia no resulta accptable, tampo-
co parece serlo 'u contrario, una concepción meramente relativista de la
historia. según la cual las teorías v las formas de vida no sólo son distin·
las, sino que son totalmente incomparables_ Según una concepción de
elle upo carcce de sentido el recurso a los clásicos y al pasado, dado que
su tiempo y el nuestro resultan tan dispares que Se harían inconmensura·
bIes. Conforme a esta concepción relativista, la historia se termlOa con·
virtiendo en un puro agregado de narraciones.
La reflexión histórica sobre las ciencias sociales y, por tanto, 80brc la
psicología social, dehe concebirse, a mi cntendcr, como Un proceso quc
evite tanto la doxografía como el relativismo, la noción monolítlca v li_
neal de la historia de la ciencia social. asi como la concepción puramcnte
anecdótica de la misma. En cualquier caso, y como decía Descarte._ en el
Discurso dd método, "convcn;ar cOn los homhres de otras ép<lCas es casi
lo mismo que viajar. Es conveniente... para no pensar que todo lo que _e
opone a nuestros usos sea ridículo y contra razón, como ,uelen hacer los
que no han visto nada» (edlC. 1983, p. 47).

Sobre la historia de la psicología social

La historia de la psicología social se puede caracteri7ar por tres su-


puestos:
al Las ciencias ,ocialcs -y con ellas la p,>icologia social- están di-
rectameme vinculadas a los modelos de ,>er hl1mano vigentes en las so-
ciedades en la, que e,tos ,aheres -"e desarrollan. En toda socicdad hay
una (o ,arias) concepciones sohre el .Ier humano: qniénes son humanos y
quiénes no (el raci_mo supone la negaci"n del carácter de humano o se-
mejante a quienes tienen ciertas caracterí.,ticas fi,icas o culturales). qué
es lo que determina el comportamiento de la., personas (el deqino, la vo-
luntad.la hiologia, el amhientc ... ) y, en concordancia COn ello, qué es mo-
dificable y qué es inmutable respecto a las condiciones humanas de exis·
teneia.
La p,icologia social e'tá ímimamente vinculada al modelo de ser hu-
mano propio de la modernidad. Su evolución está ligada. consecuente-
meme, al desarrollo y crisis de esta Idea de modernidad.
b) L,I psicología soctal se construye h¡stúricamente no sólo como
una historia del saher sobre un ohjeto (la interacción social), sino tam·

27
oién como una biswria del propio objeto de estudio. El objeto de estudio
de las ciencias sociales no es algo que siempre estuvo "ahí fuera •. e~pe­
randa ser descubierto en sus misterios y en las leyes que lo determinan.
E, un objeto teóricamente eonstruído e históricamenlc cambiante.
e) Lo., límites entre la psícología social y otras disciplinas afines
son borrosos. Las actuales límites entre disciplinas son. en gran mcdida,
la resultante de Un proceso de institucionalIzación académica, no neCeSa-
riamente regido púr exigencias de racionalidad científica. Tal como se ha
indicado en la Introducción. la distinción entre disciplinas Se considera
una cuestión abierta Afirma Martindale (1968), en este sentido, que las
ciencias sociales surgieron como una gran familia de disciplinas, siendo
grande, los parecidos entre ellas. «Quizá por esta misma razón _dice_
muestran a veces una preocupación excesiva con respecto a su identidad,
produciendo la impresión en algunos momentos de que entre ellas solo
existen diferencias absolutamente irreconciliables" (p. 51). Inkeles
(1958) piensa, igualmente, que la deWroporcionada cantidad de tiempo
y energías que los científicos sociales dedican a la definición de lo., lími-
tes interdisciplinares puede ser entendida eomo expresión de una insegu-
ridad intelectual. "Esta necesidad -dice- de una c1anl identidad profe-
sional neva a una pugna por la pureza ideológica, y a menudo, desde los
primeros día.~ de estudiante, quienes cntran en el campo son cuidadosa-
mente inspeccionados en husca de indicios de pcligrosas creencias pan-
teístas" (cil en Archibald. 1976: 115). De un modo igualmente expresivo,
Manicas (1987) dice que «si. como científicos sociales. nos imagináse-
mos a nosotros mismos transportados a Oxford, la SOIbona o Harvanl,
pongamos, en 1870, no encontraríamos nada familiar. Np habria "depar-
tamentos" de ''>ociología~ o de ~psicología~ ... Pero encontraríamos muy
poro que no fuese familiar si hicié~emos tal viaje a cualquier "departa-
mento" de cualquier universidad americana en 1925" (p. 5). La idea de
este autor es que la configuración actual de área, del saber científico so-
cial se reahza en unos veinte o treinta aiios, en torno al fin de siglo. en los
&.tados Unidos.

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA PSICOLOGIA SOCIAL:


EL PENSAMIENTO MODERNO Y EL ORIGEN
DE LAS CIENCIAS SOCIALES

La constitución de un saoer autónomo. propio de las ciencias socia-


les, se caracteriza por la progresiva distinción, primero. entre ciencia y fi-
losofía, y después, entre ciencias «naturale,,, y "sociales», En este proce-
so, que es un proceso histórico de larga duración, se han ido perfilando y

28
legitimando unas determinadas maneras de pensar ,obre la vida humana
y sobre la explicación que de ella puede dar'e.
La civilización modema, en el campo de las ideas, nace, entre otras
COiSas, con la distinción entre naturaleza matcrial y espiritual. entre natu-
raleza y conciencia, por la dhtinción del pensamiento y de las cosa,. Se
instaura asi, progresivamente, una física que expulsa a lo maravilloso del
curso natural de las cosas. La idea medieval del mundo era esencialmen-
te religiosa, en la que el mundo se eon,ideraba regido por los designios
divinos. Justamente por ello, la modernización se manifiesta, en gran par-
te, como una crisis religiosa; la Reforma protestante y la subsiguiente
Contrarreforma católica son una clara expresión de la misma '.
Esta transformación es posible gracias a una nueva clase emergente,
la burguesía, que propicia una concepción del ser humano y de ,us rela-
ciones, tanto con Dios cOmO con la naturaleza, eminentemente práctica.
Tal como ,eñala Fevre (191l5), «a estos hombres, a estos burgueses que
se elevaban al primer puesto por sU esfuerLO personal, sus méritos y do-
tes, y conquiSlahan en dur.. lueha unas posiciones que eran con.,cientes
de que no las debían más que a sí mismos, a su virtud, en el 'cntido italia-
no de la palabra, a su energía guiada por su destreLa, toda mediación o
intercesión les irritaba» (p. 49)
El de,arrollo del comercio y los nuevos conocimientos geográficos
favorecieron la realización de viajes cada vez más aventurados hacia te·
rritorios ignoto,_ El descubrimiento de América y su posterior conquista
supondrá, por ejemplo, la aparición de nuevo, problemas acerca de la
relación entre los pueblos, tale. como lo, derechos de los indigenas, y la
legitimidad del derecho de conquhta,

La autonomización del.aber ~obre lo humano

Las ciencias sociales son posibles porque, con anterioridad, se ha


producido una autonomización del pen,amiento, cuya validez se ha he-
, loan W¡rth (1983) anali"" l. ,"oluoio", 0< Jo, eamp'" "mántoooó ",I",ivo. al ""nocim¡,nh)
d,,,", l. epoo, medlc,,1 a l. moderna El "'tcm. med,",'.1 ,e ,""<lem,, ",giln e"e .ulor, p"r l.
"'",nCLO d, Id nOOLon d, "",enOLa La.' ",I.cione, de ,onocirnJeftw ""\tente, '00 l. "ien"" Id fi",~
y la 0¡nmn. L. Me, ","""ui. a 1, vel un 1""" ,,,<,,.1 "",ne,a], l. 'fidelL",,' Jo! vas.lla!e, "i como
una oI:>ll!!aClóo <elig'"", Ion "lO'" <IUC mod" de conoe,m>ento " un "p" d< "bor, ,",'" l. ,cieoli, y
l. opinio. rela,,,o " l. pe,,,,!,,;ó" de la, '",., Iflvt<ihl« Frente a 1" "'enlta " d,,"oguc ro' el ,',-
,.;«.. p"""hlc, frente .1 n<ce.ario Je "'Iuell., del v;o""lo ,mee 1", "gno, y 1", ,,,,.s, La nec,",dad
del ,Io'ulo es lo que c"nhere '''r,;,'cr de e,iJ"nd,.1 objetn de ta ,eie.",. Frente a la opmlo <e
di'''ngue ro' d ~'<"tI1n1eol" 4"< en la Me; '0 d•• lo, 'igno.:; como ,olido.:; de una ",.Iidad_ La fi_
de, es uo, c"~idumbre 'ceeca de 1" pmoable.lo i"""ibk y no .-idente." la adne,ión" un, '0[-
dad probablo, de«on,,,id. en 1" An"giiooad_ L. r,de" que" • l. 'ez un. col.ción rellg"", y ,ccu_
lar, _,.luod.mentd <TI l. coo,'"'",,," dc que 1", c(>mpromL<", .dquLndo< ,. "umpliran

29
cho intramundan<l. Las cxplicuciones de lu ucción humana se hacen intra-
mundanas cuando se considera legítimo, tanto intelectual como moral-
mente, el recurrir a factores explicativos de este mundo. Estos factores in-
tramundanos están regidos, por tanto, por leyes ,usceptibles de ser
conocidas y desentrañadas por quienes vivimos en él, sin necesidad de re-
currir a la autoridad y el dictamen de quienes interpretan la vida como re-
sultante de factores y proce,os ajenos al mundo material de la cxi,tencia.
La autonomización del saher sobre lo humano tiene su ongen en el
mundo clásico. Emilio Lledó (1990) decía. a e>le respecto, que el Mito
dejó lugar al Logos, como modelo de conoclmiento propio de la polis y
la democracia griegas. El Logo" deja de hacerse rígido (inserto en el Mi-
to) y Se hace dia-logo, (es decir, entre todos sabemos) o Logos comparti-
do. repartido, refutable. Esta autonomi¡;¡¡Clón intramundana del pensa-
miento sc constituye, sin embargo, como fundamento ampliamente
aceptado de la vida intelectual a partir dcl Renacimiento.
Uno de los fundamentos del saher autónomo y empírico ,obre el ser
humano es el concepto de Íl1dividIW, que constituye uno de lo, rasgos
principales de la m(>dernidad. Según Maravall (1986), 'e puede encon-
trar una incipiente conciencia de individuo en la Baja Edad Media. con-
ciencia que va unida al gu,to por la novedad ("omnia nova placet .. ). Esta
búsqueda de la novedad implica una ruptura con las explicacione., con-
vencionales.lo que constituye el fundamento de la indagación científica.
La autnnomía del pensamiento ,obre lo humano es po.,ible, igual-
mente, gracias a la progresiva conflanz<I en la razón como lllstrumento
fiable de conocimiento verdadero y empírico no sólo de lu n'dturaleza eX-
terna sino del propio 'er humano. Uno de lo, ejemplos má, claros de
e,ta conflan¿a en la razón lo constituye la obra de Descartes. En f./ dis-
Cu",." del mélOdo, después de 'eiialar lo, preceptos lógicoS sobre lo.' que
piensa articular toda 'u reflcxión y argumcntación. señala que «todas la,
cosas que pueden caer hujo el conocimiento de lo; hombre.' se siguen
una., a otras de la misma manera [que lo", ra70namientos de los geóme-
tras], y que sólo con abstenerse de recibir como verdadera ninguna que
no lo sea, y con guardar siempre el orden que e, menester para deduclr-
las unas de otras, llO puede haber n¡ngulla flin alejada que fina/mente no se
alcalice, ni tan Oéulla que fUl se descubra» (edic. 198.3. p. 60). Allfique
Descarte.' manllcne una aClltud fnnnalmcnte religiosa. la ,ecularización
del pensamiento que propone -y que tan profunda acogida tuvo- supo-
ne legitimar el pensamiento ",obre bases diferentes a las de la mterpreta-
clón de las leyes divinas. übsérve,e, sin cmhargo. que permanecc el ca-
nicter absoluto y estable de la ley. Del absolutismo religioso se ha pasado
al ab;olutismo racionalista, en el que la nl7ón se identifica con la lógica y
ésta con la geometría.

30
La ciencia moderna

Probahlementc el motor fundamental d~ la idea moderna del mundo


sea la cicneia El dcsarrollo dc la ciencia moderna se caracteriza por el
desplazamiento del énfasis de conocimiento de_de la pru~ba raciona" fi-
losófica, a la prueha empínca'. La cIencia moderna supone una ¡mpor-
tante transformación de la idea lanto del mundo físico como humano, El
camhio desde el modelo geocéntrico y finito del mundo celestc al ~iste­
ma heliocéntrico y al concepto infmito de universo con~tituye. en e._te
sentido. el patrón de e._te cambio de perspecliva,
La conformación del pensamiento científico moderno tiene lugar en
los medios intelectuales renacentista~, en donde destacaron alguno~ pen-
~ores e~pañoles. Uno de los más mfluyenles y brillantc~ de éstos fue
Juan Luis Vives (1492-1540). a quien algunos aUlores han calificado
como "padre de la psicología empírica» ",
Para muchos el primer científico en el ~entido modernü de! término
fue Galileo (1564-1642)_ Así lo entendió. por ejemplo. Benrand Russell
(1931) y así lo consideró igualmente Kurt Lewin. que e, una de lo~ cíen·
tíficos '-lue más ha influido en e! dcsarrollo de la psicología 8Ocial. Para
Lewin la p8icología debería realizar la tran~ición desde un pen8amienlo
aristotélico, aún dominante en la psicología científica moderna, basta un
pensamiento galileano (ver cap. 5).
Junto con Gahleo y Newton, Francis Bacon (1561-1626) constituye
uno de los conformadore8 principales de la concepción moderna de la
ciencia_ Para Bacon las trahal> del ~aber cicntífico son la antigiiedad, la
autondad y la opinión popular. algunas de las cuales conslituían el fun-
damento del saber medieval (tal era el caso de] argllmento de autoridad,
por ejemplo). Bacon propone trcnle al "Organo" o Lógica arislotélica,
compendio del antiguo saber, U!l «Nuevo Organo", basado en la induc-
ción como método científico. y donde pre,enta un programa de desarro-
llo empírico ,i8temático <jue pcrmite recoger todos los datos pertinentes
y enunciar las leye8 gencrale8 que rigen los hecbol>. Aunque e! objeto 8i-
gue siendo concebido al modo esenclalisla. que Galileo cntitó, el méto-
do "e plantea ya como una búsqueda sistemática de evidencia. El sabcr

bte e, el ,.,0, po, 'Jemplo. de lo, /',;"npU!(1687) do ],aoc Newt"n, 101 ,'>tOOM ,olares ex_
plicadO 1"" un proc<_", "dumo de Jeduceión m.. ,,,"i,,,•.
"ooul .. n,lo,c la p,"eoa ~"eiol\al con 1,
prueba <'penmemal
, Ion 'u 'm,.do mas pn)("_p"OOlóg!Co (00])" ""irna " >'Ha. j, ~ ,'O, "pmdvco Hum",,,., idea,
,risto,éIoC" y "scolá"Ka\. ; -(al comO _,eñ.l" (Icme,'" (' 97 3)- 'u p,,"ología e< ,,,"m'adom. e" Id
d"ec"ú" Je l. PO"",,," cienCL' p"e"lúgLC', po, .( 1) 'u ént",,, <n 1", earae,emL,,", rncd;o<!_r"H)_
I"g;,", del <"<'1'" ; 1" m,"" hum""",,, (2) '" ",",,,buc,,,,, ti""nt,,'a al .ce" <le o"ud", p,;,,,IÓgL
<:0 conoClda como "'0'''<;''" de Lde" _(1) '" ¿nfa,,' en 1., pvISlo"'_<. ;mp"l,o,. e'"""""e, y afeo_
to, que ,uh)'Oeen al" mnti"'ClOH'_' 4u< dc!CrrnL""" l. '''"duo", ,,,J,,',du.1 y de g'"P'" lp, 22.1)

31
cientifico se cunslÍtuyc, asi pues, como un proceso autónomo y libre de
toda ligadura que no sea la que la evidencia empirica exige. Este saber
debe Hevar a una superación del dominio del hombre por el hombre para
ser sustituido por un dominio del hombre sobre la naturaleza. La idea de
la naturaleza como enemiga y como realidad que se ha de dominar, pro-
pla del pensamienl<l moderno, está ya claramente planteada.

La sospecha sobre elwntido común

El saber científico moderno se caracteriza tanto por un rechazo de la


dependencia respecto a la sabiduría divina como por la so,pecha sobre
el saber del hombre ingenuo y común, Esta sospecha nO es tanto relativa
a la posible ignorancia de éste, sino más bien a su método y a su, ideas
sobre la realidad. El saber ingenuo se caracteriza, según Gaos (1973),
por un realismo, asimismo ingenuo, cuyas características son la "objetlvi-
dad" de los objetos de nuestra percepción, «esto es, la idea de que lo que
vemos, tocamos, oímos, por lo menos, es tan independiente de nosotros
y de nuestro verlo, tocarlo u oírlo, que seguiría existiendo, la! como lo Ve-
mos, tocamos u oímo~, aún cuando deja"l de existir todo ser, o ~sujeto"
capaz de verlo, tocarlo u oírlo. (p. 344). Otra earaeterí.,tica. pareja de la
anteri<lT, es la independencia de los objetos respecto. no ya de nuestra
percepción, sino de nuestro pensamiento, .. la idea de que aquello en que
pensamos seguiría existiendo, aÚn cuando dejara de existir todo ~ujeto
capaz de pensarlo -con la sola excepción de aquellos seres o cosas de las
que el propio hombre ingenuo tiene la idea de que existen sólo en su
imaginación ... n en su pensamiento» (ibid.).
La ~uperación de este ingenuo reahsmo, inadecuado para la constitu·
ción de un saber científico, toma dos formas diferentes. según la caracte-
ristica de dicho realismo a la que se enfrenta. A la idea de la objetividad
se le "pone la idea de la subjetividad de la_ cualidades sensibles y, por
ende, la de los pcrceptos integrados cOn ellas. Esta es, según Gaos. la ca-
racterística definitona de lo que considenl incorrectamente denominado
"idealismo empirico" o «subjetivo», cuya expresión más extrema se en-
cuentnl en la obra del obispo Berkeley. A la :.egunda canlcterística del
realismo ingenuo -la independencia de los objetos respecto de nuestro
pensamiento- ~e opone la idea de que ~on nuestros conceptos los que
integran sus objeto~, lo cual caracteriza a lo que se ha denominado "idea-
lismo trascendental». El pensamiento y las ciencias contemporáneas SOn
deudoras de ambas corrientes de pensamiento, y la psicología social tam-
poco es ajena, tanto en su fundamentación epistemológica como en.>U te-
mática.

32
El ideali>mo empírico toma cuerpo en la obra de Galileo, en el cam-
po estrictamente cientifico, y a partir dc la obra de Descarte .. en la filoso-
fía. El idealismo trascendental, que tiene su fundamentación i¡!ualmente
en la obra de Descartes, se articula como teoria elaborada en la obra de
Kant y llega a SU expresión absoluta con la de Hegel. El idealismo tras-
cendental consiste en hacer de la razón la intcgrante ¡Ydrcial o tot.u de la
realidad. Kant fundamenta su pensamiento, y así lo indica en el Prólogo a
la segunda edición de la C,{¡jca de la razón pura, en lo que llama «revolu-
ción copernieana.. , ya que Copérnico había modificado radicalmente la
idea del mundo natural al considerar que los movimientos percibido, de
los a~tro, ,on apariencias engañosas, encubridoras de la realidad. que era
la de los mmimient'" contrarios de los mismos astros. E,ta idea, que fue
recogida por Galileo. es revolucionaria e instauradora de un nuevo tipo
de pensamiento. en tanto en cuanto lo vi,to y percibido es considerado
mera apariencia, mientra; que lo real y verdadero e, simplemente pensa-
do. La explicación del mundo se remite a una rcalidad meramente pensa-
da. Hegel llevará posteriormente a su extremo la concepción idealista
kantiana. de modo que el proceso de pensamiento y razón, que para
Kant era Un integrador parcial de la realidad. se convierte con Hegel en
un proceso tOlalilHnlC. en vlrtud del cual es posible afirmar que todo lo
real es racional y 'lue todo lo racional es real, o lo que es lo mismo. un ra-
cionalismo absoluto. El ideal ilustrado de libertad, publicidad y tuleran-
cia se cunvierte. así, en un lotalitari,mo, de cuyos resultantes aún no nO,
hemos recuperado.

Razón y rcalidad: el espíritu del barroco

Otra de las característica, del pensamiento moderno, y probable-


mente una de las mtÍs defimtorias de ble, ,ea el cuestiona mIento y pro-
blemalizaeión de la relaci(¡n entre la razón y la realidad. Este es, según
Gans, el tema del üuiJote, donde toma forma lileraria y magi,tral una
preocupación que cobra progresivo cuerpo durante el siglo XVll, eoovir-
tiéndose en el núcleo de la visión barroca de la vida.
La cultura del Barroco e~, pard José Antonio Maravall (19RO), la re ..,-
puesta de los grupos aCllVOS de la sociedad curopea a una protunda crisis
económica y sociaL Las grandes guerras y la, epidemias azotan a la po-
blación. que llega a reduciThe, en el caso de España, en una cuarta parte a
principios de siglo XVll. El pesimIsmo y el desconcierto caracterizao la
mentalidad de una época, muy lejana del pensamiento buman;"ta del Re-
nacimiento, que dará lugar a una de las creencIas que fundamentan las
ciencias sociales y la psicología: e/ser Iw.mallo y la SOCIedad son reforma-

33
bies. Como señala Maravall, "el pesImismo sobre el mundo y el hombre.
superable, o, mejor, compensable. en último término. por la religión, por
la educación, por la intervención oportuna y adccuada del propio hom·
bre, es la actitud mental de los europeos en el siglo xvn, en 10 cual los es-
pañoles no son excepción" ("p. cit., p. 321':).
La cllltura del barroco se earactcriza por una pedagogía ue los ,enti-
mientas, en la que, de forma espectacular, macabra y truculenta, a través
ue una "gran tarea puhlicitaria de los sentímientos .. , se pone de manífie;-
to la condición humana. con objeto de donunarla y dirigirla. En este
estado de espíritu es compren;ible que se agudice el interés por el estu-
dio de lo humano, que ya se había iniciado en el mundo renacentista:
"Cuando se llene conciencia, más O menos clara. de que las relaciones de
individuo a indivíduo y de cada uno de éstos con los grupos de diferente
naturaleza en que se in,ertan. han sufrido una ,eria tran,formación:
cuando. en conexión con lo anterior. se busca actuar sobre los hombres
para alcanzar en la sociedad de los mismos unos objetivos prácticos que
entrañan una novedad re~pecto al senlÍdo que se reConoce a la vida, re-
sulta entonces fácil comprender que el saber acerea del hombre inlerese
superlativamente y se presente bajo una forma distinta de la que asumía
en la filo,>ofía -andlla theologiae-. ",,¡ cOmo en la moral y en la politiea.
de los siglos medievales. bajo la cultura escolástica" (Maravall. 1980.
p.347).
La época del Barroco ve al homhre de una forma nueva, preocupado
por su propio conocimiento. cntendido ya de forma moderna, en el sen-
tido de cómo funciona o como se comporta. Esta idea, dcudora según
MafilVall (1980) de la p,>icologia de HU<lrte de S,lll Juan, lleva aparejada
un concepto dinámico de la vida, como un fieri y no un fac/um, como un
proceso susceptible, en definitiva, dc modificación. La idea moderna de
la pla,ticidad humana, nuclear para la concepción de la psicología -y de
la p,icologia ,ocial- aparece ya muy clara. por ejemplo, en Baltasar Gra-
eián, quien concibc su obra como un trabajo pcdagógico, como un arte
de la conducta y del pensar. Otro barroco, Blaise Pascal. utiliza por vez
primera la expresión «ciencia de la., coslumhres .. , que de~pué~ ~erá co-
mún entre lo, positivista, decimonónicos. La ohra de Pascal cumple,
dentro del clasicismo francés del XVII, una importante función en lo que
Bénichou (1948: 1984) acertada y bellamente llama la demolición de! hé-
roe. es decir, la ,u,tiluciún del modelo de ,er humano que configur,¡ el
pensamiento dominantc. Las cienCIas sociales y de la conducla ,ólo se
harán posibles, justamente, cuando desaparezca la figura del héroc aris-
tócrata como modelo de ser humano reaL La demolición del héroe supo-
ne, con frecuencia. el descubrimlcnto de la socialidad y, para mucho~. un
cierto pesimismo sobre la naturaleza humana.

34
Lasecularizadón de lo humano

Las ciencias soeiale, se fundamentan en el pensamiento modcr-


no burgués, que se caracteriza, entre otra, cosas, por una seculariza-
ción y democratización de la representación de lo humano. Nacen así
las modernas concepciones de la opinión pública y de la reprcsenta-
tividad política, en cuyo fundamento anida un concepto de raClOna-
lidad como ohjetivo posible de la acción dialógica (ver Habermas,
1981). Este proceso de transformación del concepto de scr humano,
que se hace progresivamente universal - y que derivará tanto en la dc-
claración universal de los derechos del hombre como en la creencia
en la posibilidad de fundamentar un saber de valor universal ,obre
el ser humano- es potenciado con la ohra de los moralistas dc la
época.
La sociología podríil considerarse. en cierto modo, una continuilción
de la filosofía moral con pretensión de fundamentación cientílica. El
prob!emil que la filosofía moral modcrna se plantea eS el de la fundamen-
tación de la virtud en criterios no necesariamente rcligiows. Como dice
Eduardo Nicol (1978) lo, fil"sofos racional istas consideraban a la virtud
como una adecuaCión de la conducta con la verdild y la verdad, a su vez,
era definida como adecuaClón entre nucstro pen,amiento y la realidad.
El problema principal para e.,te tipo de filósofos es de tipo epi,temol"gi-
co, estriba en la búsqueda de la certidumhre de nuestro conocimiento, en
la posibilidad de conocer la realidad. en dclinitiva. en la fundamentación
del conOCimiento. El interés progresivo por el conocinucnto y comport¡¡-
miento humano. explicado en virtud de b interacción de ekmcnto~ con
arreglo ~ leye>. destmyó la metatísiea e~colásticil, y fue dando lugar a las
ciencias empíricas del e>píriru. A fines del siglo XVII se con,tituye una fi-
losofía del conoclmicnto, en la que b" obra,> de Descartes, Spinoza. Loc-
ke, Leihni7. Herke1ey. Humc y Kant ocupan un lugar preeminentc. El
conjunto de esta reflexión filosófica y científica se orienta al discerni-
miento dcl problema. ya indicado. de la relación emrc racionalidad. co-
nocimiento y realidad. Este es el tipo de preocupaciones que darán lugar
a la p~icología científica. cuando se plantea analizar experimentalmeme
el eonocimicnto, bien como asociación de sensaciones elementales (este
es el caso. por ejemplo. de Fcehner y los primero,> psicólogos alemanes).
bien como totillidad e'>tructurada (psicología de la /?e;talt) ' .

• l., p",,,I"g,,' <",d\l""" pod".mo, oo"«d<"da h",Jem ",J;"e," <1<1 ~",e;~nal"mü carteo
,i,n" PI du,l"mo planteado p,,,. D",e",,", en", 1, "'.' C08i,"", Y l. 'es ",,,,,,,,, reouperad". en
"" caso. """',,",amenLe h lugo' de "e"poroe de las lel'es que oxphyoen ell",,,,m,ent". lO 'c·
doce ",da ",,;;;<1,,1 p",'ológiea, conduct'. c< d<o;j' "ot"',d,,d 1""1''' de l. '" fW",,, 'I"e como
""0,,1,, ,e ,dentifica con la meeaOKa. L:t p';ml"~,",, h.ce ,,¡ m"",nid,,,

35
La vinculación de la sociología con la filo~ofía moral e.' directa. El
prohlema de la virtud seculari7ada se transtorma en el dc la obedicncia a
la norma social, el de la aceptación/rechazo del orden social y, por talllO.
el de la fundamentación de dicho orden.
Una fuente importante de conceptos protosociologicos -especial-
meme en referencia al interaccioni:,mo simbólico- la constituye la filo·
sofía moral inglesa del siglo XVIII. Los moralista, ingleses como ~hafte8-
l)Ury, Hutche80n y Adam Smith tratan de vmcular el mundo de la teoría
-el del conocimiento y la verdad- con el mundo de la práctica -el de la
moral y la virtud. La experiencia vital humana, y no meramente la activi·
dad racional, se con8tituye en el fundamelllo de tal pretensión. Uno de
los conceptos que en este marco se de8arrollan y que, a mI entender, ocu-
pa luego un papel importante en la autocomprensión reflexiva de las
ciencias sociales en general y de la psicología social en particular, es el de
simpatia.
La SImpatía es, tal como la entiende Adam Smith en Su [eoda de los
sentimientos morales, la capaCIdad para ponerse en el lugar del otro. La
simpatía es un sentimiento moral más complejo quc el cOlllagio afeeti,o
o emocIOnal. No consiste en impresionanse por lo que otros siemen, SIllO
en la capacidad de colocarnos en la misma ,üuación que está el otro.
Pero e8te poner8e en su Jugar no es solamente ser capace, de captar lo
quc el otro, de hecho, ,íente o padece. La simpatia no es sólo -lll necesa-
riamellle- compasión, SIllO que es ver las cusas desde la 8ituación del
otro, aunque su compurtamiento no cOIncida con lo que no,otro, 'enti-
damos y entenderíamos si estuviésemos en su lugar. La sImpatía no es un
mero movimiento psicológico, un dejarse impresionar, sino que es un
concepto moral ya que imphca evaluación sohr~ la adecuación entre
comportamiento y situación. Esta idea de la simpatía es muy ,imilar a la
idca del descentramíento COmo fundamento de la socialidad y que en-
contramos, planteado de tormas distinta, tanto en el interaccionismo
pragmatista de George H. Mead como en la teoría de las relaciones inter-
personales de FrilZ Heider. En ambos casos la socialidad se explica justa-
mente por la constitución de una estructura ternaria (sujeto-sujeto-obje-
tu) como estructura mínima de una relación que tenga s~ntid". F:.te
sentido ternario, vinculado a la capacidad de ponerse en cllugar de otro,
será para G. H. Mead el fundamento de la capacidad de conocerse a uno
mi:.mo, ya que la posibilidad de ser objeto para .,í pa.,a por el punto de
vista o la actitud del otro.
Esta mundanización del pensamientu sobre la vida humana se mani-
fiesta en una reflexividad gencrahzada que es, ,egún Giddens (1990,
1995) una de las características de la modernidad: "La reflexividad de la
modernidad ,e refiere al hechu de que la mayoría de los aspectos de la

36
aelividad social y de las rdaclOncs materiales con la naturaleza están so-
metidos a rcvisión continua a la IU7 de nueva,> informaciones o conoci-
mient08' (Gidden8. 1995, p. 33). La sociología y las ciencia, wciales
son, ,egún el mismo autor, "elementos inherentes de la rdlexlVidad msti-
tucional de la modernidad,. (op. CII.. p. JO). Uno de los ámbitos en que se
plantea esta reflexividad es jU8tamente el de la ,ubjetividad, el de la inter-
conexión entre las in,titucione, y la personalidad. entre la, influencias
univer,ali¿adoras y las disposieioncs personaJes. En esc marco es. preci-
S3lIlentc. cn el quc cobra sentido la psicología social. como 8aber reflexi-
vo sobre la identidad y ,>ubjeti~idad ,ocialmente con,truidas.

Lacrisis de la modernidad

Para algunos, las clcncias SOCtales surgen al hilo de una primera crisis
de la idea de modernidad. Esta será, preci8amente. una cri,i8 de confian-
za en la razón como fundamento de la libertad y felicidad humanas. Una
sospecha sobre la llnivcrsalidad de la razón (la irracionalidad no será ya
más una caractcrística exciusiva de personas o culturas inferiores O infra-
desarrolladas), así corno 80bre la inevitabilidad de dicha razÓn (entendi-
da esta inevitahilidad bajo la idea de un progreso considerado como ine-
xorable). Es. en dctiniliva. una incapacidad para dar respuestas a los
problemas antropológico:. con los e'>quemas de la mzón cientifica. E,ta
pérdida de fe en la razÓn es, para Ortega (1971 [1935]l. 10 quc caracteri-
za la crisis de principios de siglo: "La generación que florecía hacia 1 \100
ha sido la última de un amplísimo ciclo. iniciado a fines del siglo xv, y
que se caracteri7Ó porque 'u, hombres vivieron de la fe en la ruón" (Or-
tega 1971, p. 13). La razón principal de csta cnsis es, según Ortega. la in-
capacldad para dar solución a los problemas humanos con la nl7ón fi>i-
eo-matemática. que e, la propia de la ciencia moderna '.
El pen,amiento ilustrado se caracterizaba por una confianza cn la
posibilidad de vincular. por medio de la razón. la objetividad científica.
la moralidad autónoma y la felicidad personal, por una unificación, en
definitiva, de las demandas del sistema social y del sujeto individual, del
orden y la felicidad. Esa pretensión de unidad. sin embargo, es difícil-
mente mantenible ante la evidencia de un conflicto entre racionalidad y
subjetividad (Touraine, 1993). "La sociología -dice Touraine- se desa-
rrolló sobre la, ruinas de las filosofía de la historia, cuando se puso clara-
mente de manifiesto que sistema y actores no se correspondían entre si"

, anega contrapone, " .. ,,,(m, fundamenLad. en Id ;J,,"(;J,J y e,,,,I,,I;Jad. b ""0"' "L<lor;_


ca. fuod,,", en la Ldeo de proceso.

37
(p. 5), En 108 avatare8 de csa mnfrontación entre la lógica racionaJimnte
del si<,tema sncial y el de8eo autnrealizante del individuo, sc sitúa la rcfle-
xión snhre la identidad del sujeto, Su acción y sU conocimiento, que son
lo,> conceptos articuladorcs de la psicología social. !::sto, conccptos :.e
desarrollan tanto en el marco de ona teoria sociológica intcre'ada por el
punto de vista del actor como en el de una p,icología interesada por los
procesos de significación de I'~ conducta. En e"e marco de 'Imcre'e:. y
prohlemas se irá delimitando progresivamente la p,icologia wClal -o
mejor, las pSlcologias sociales-, ComO accrcamiento académicameme
autónomo.

PLANTEAMIENTOS PSICOSOClOLOG1COS
EN LA NACIENTE SOCIOLOGIA

La psicología social se va progresivamentc configurando como una


ciencia vinculada tanto a la sociología como a la pSlcología, La sociologia
surge COmO un saher retlexivo de la sociedad sobre sí misma, Esta relle·
xión se hace cada vez más necesaria, a lo largo del siglo XIX, ante la
creciente complejidad de las condiciones de existencia en lo, países oc-
cidentales desarrollados. La industrialización y la transformaciún conse-
cuente de la:. relac;,>nes laborales y per..onalcs que ello conllevó, el des·
pl3.Lamiento de poblacioncs, la apcrtura de nuevos mercados, la
explotación colonial de otros pueblo., y cultura" hizo que en el ,iglo XIX
fuesen especialmente agudos los conflicto> sociales, tanto intercla,istas
como internacionales. La vida en sociedad se hizo especialmente proble-
mática y difícilmente comprenSIble. Si la reflexividad p,jcológlea. propia
del pensamiento raciona]¡sta ilustrado, ,e fundamentaba en gran medida
en la creencia en una nalllraleza humana universal. cuyas leye:. podrían
explicar el componamlento tanto indi.-idual como colectivo, la refJexi~i­
dad sociolúgica se planteará como problema} objeto de estudi" el oro
dcnjde>orden social. así como la naturalen de lo,> vínculo, interper-
sonalcs e intcrgrupalcs que mantienen unida:. o en conflicto a la,
s<lciedade,. este orden es expresión. no ya de 1,,-> leyes de la naturaleza
humana (la racionalidad individual), sino de las de una nueva enudad, la
sociedad, qne parece regirse por '0.' propia., leyes, Si la psicologia se ha-
bia aOlonomizado como objeto de estudio, al afianzarse la convicción de
que el comportamiento humano ~e nge por leyes y regularidades eientífi·
camente accesibles, la sociologia 'e autonomiza eom" ciencia al mde-
pendizarse la sociedad comp objeto legítimo de estudio. cuyas leyes y
regularidade, no se consideran reductihle" a las leye:. psieolúgicas indivi·
duale8,
La sociología surge, pues, por la naturalización de la socíedad y por
la conviccíón de que la, consecuencias no intencionales de la acción tie-
oen su propia dinámica y legalidad como in,titucione, ,ociales_ Tanto
MandeviJle como Adam Smith habían hablado de «una mano invisible»
que guía el curso de la sociedad, 10 que Gómcz Arbolcya car¡Jcterizó
como divinización dc11iberahsmo, y que Lamo (l990) consIdera como
fundamento de una sociología entcndida como <<lma teología seculari¿a-
da y positiva dc la ,ociedad burguesa •. Saint-Simon y Comtc ,eculariza-
rán ese providencialismo divino en la ley de lo.< tres estadios. que condu-
ce a la humanidad hacia la sahiduría y la paz perpetua.
El distanciamiento retlcxivo del ciudadano moderno respecto a la
sociedad, a la 'lue sc caracterizará como un 'er dotado de sus propias le-
yes, supone, asimismo. la aparición de una perplejidad ante el comporta-
miento de los colectivos humanos. que parecen contradecir las leye.\
universales de la razón y la psicología. La irracionalidad no es una carac-
terística de los enfermos y de los Sere, primllivo~. como antes sc pensa-
ba, sino que es tamhién una caracteristica de cierta, ~ituaeione, wcialc,.
Por otra parle. con la extensión del pensamiento romántico y nacionalis-
ta, cada vez se pone más en cuestión la univcr,alidad dc la psicología hu-
mana. En estc marco de preocupaClOne, es donde surgirá la psicología
social.
Saint-SlmOn (1760-1H25) es. como mucho, de los primeros científi-
cos sociales_ IIn reformador social scn,ihili7ado por los efectos negativos
que la primera induslriali7aclÓn tuvo sobre la sociedad de la época. Su
pretensión cra la de cstudiar clcnlÍfk<lmcnte e,tos problemas. para lo
que _ya en 1780- propuso un nuevo campo de e.,tudio al que denominó
psicopolÍlica y quc, según Munllé (1982. 19R6). es de indudable caráctcr
psicowcial.
La obrd de Saint-Simon, como la de Comle o Durkheim. pretcnde
contrarrc,lar el código de la economía ulilitaria dc la época que, centra-
da como cSlaba en el USO} producción de biene, y servicio8 para exclu8i-
vo beneficio privado, exaltaba la competencia individual Slll reslTiCClOnes
y despoiah~ a los homhres de lo.' vínculos grupales que limitaban su mo-
vilidad, transfonnándolos en recuc:<.", a emplear. lo que 10.' hada adapta-
bles a una tecnología en continuo camhio. Frente a este código de la mili-
dad individualista, Saint-Simon planteó lo, fundamentos y crÍlerios de
una utilidad social que ,ení el gcrmen de idca, posteriores de tipo !.Ocia-
lista y <¡ue, en alguno~ aspeclo~. han lI~gado haSla nosotros hajo el con-
cepto general del Estado del Bienestar. Con8idera tamhién que la cien-
cia, el conocimiento y la tecnología son dc especial utilidad social. En
1803, en su "Carta de un hahitantc de Ginebra» decía, dirigiéndose a lo.,
pobrcs, "aún no hahéh comprendido que hay un sólo intcré, común a

39
toda la humamdad, y éste es el pmceso de las ciencias" (citado por
Gouldner, 1973, p. 8\))
Augusto Comle (1798-1857) desarrolla de forma sistemática algunas
idea:. saimsimomanas, tales mmO la concepción de la wóedad como un
sistema. la ley de los tres estadios de la humanidad etc .. introduciendo lIn
sesgo epistemológico e ideológico en cI proyecto de :.u mentor, al basar
la nueva ciencia en el orden social y concebirla guiada por «un positivis-
mo re,ultante de la pura racionalidad y tendente a la abstracción .. (Mun-
né, 1986, p. 20). En realidad, el programa positiv;"ta ;aintsimoniano de
refonna social estaba anclado, como señala Martindale (1%8). en los
círculos reformistas y hberales. Lo que eomte realiza es una sínte,i.' con-
servadora entre el positivismo y el Idealismo organici>ta desarrollado por
elementos reacios al cambio -,(>cial planificado. El temor de este autor al
conflicto :.ocial ó le hizo soñar, indu.,o, con una sociedad de castas orga-
nizada de modo autoritario. Esta será la línea de pen8amiento que. según
Munné. dará lugar a la psicologia social dominante en occidente. La otra
línea po,t-saint:;imoniana será la que desarrollando las idea~ acerca de
totalidad, de antagonismo de clases y de la función del Estado, cobrará
cuerpo en la obra de Marx, como sociología del conflicto, teniendo sólo
un desarrollo marginal en la psicología ,>ocial.
La obra de Augusto Comtc es de especial relevancia para el po,te-
rior desarrollo de las ciencias ;ociales y dc la p~icología social. Su con·
cepto de la "filosofía positiva .. , a la que después denominaría sociología.
es el de llna ciencia nueva cuyo objeto es establecer las leyes del orden y
la regularidad de 10\ acontecimientos sociales, El conocimiento socioló'
gico no 10 considera disumo en principio de otras forma., de conoci-
micmo cientifico y así lo refleja la idea corntiana de la claSIficación de la.,
cienCiaS, con la ~()ciología en el vénice. Pero e,ta mi~ma jerarquización y
el explícito planteamiento de la sociología como una ciencia nueva indI-
ca c1ammente la relativa autonomía que enrnte considera que la, cien-
cias sociales tienen re,>pecto de las naturales '. Lo~ métodos posiuvos de
esta nueva ciencia son la observación, el experimcmo y la comparación.
, L..o ,,~'" do C"omte se dcsarrolla du""lt" l. Re"au,"o'on en tranc,a Ita' la J"m'" nap"leú-
m",. época qu< ,e oa,aN""" 1'''' un. """'P"~",c"ún dci dom;J\lú de ~,"nc;" p'" p"t< de la no~I,·
zo. b un [lempo Je rmfunda ";,,, ,oc,.t. en el que ge,m;""n ,en"m,cn'05 coleclivo, y ,e hace p'_
t"n', l. n""o,;<I.d oc "u","" ",en<", P<";"v .... ,,,1 OOmn manife".b. ~Im •. de :'",el, . EI "glo n''''
nn h;m m;' que n'1)IL E] .'p""u hu,n.no ,"vo de "" creme",. Adqu;r;d f< a "a,'';, <101 m","ni,-
°
"'0. de la 1<10.\0l<a ,i<tn.,," o ,;mplemontc oel cntum,mo. perú cce,J en dIgo, «n. en Gouldnef.
¡ Q73. P 96) En e"o ,mbiente de demanda de creen" .., 1"'''"'""'. c"o..,,, elabora su leo,¡, "m",
""a . ,d;g;ún de ta humamdad".
101 tórmono . po",,,,,.¡,, ",,¡',"ba enm« ",>mo slnómmo de "1,""1<,,, •. In 4"e ligoifie.o.l"
adqu",,,,," Je con,,,,,m,,n,o, por medio de toorias ~ ob«"·."nne, ompine ... bto< eonoon'''"''_
to, o;en"~"'" p"'mitc" ta prm"ón racJOn'] "El ""j.,Je", <,piri'" po,,",o _de", CM"< en d
.P"eur.;o <o~re el .'p..r,u po",,,,,. Je IR44-",m,;,,< ,obre todo en ,~, 1'"'" P"""". en <""di" lo

40
La ob,ervaciún se concibe necesariamente guiada por la teoría y la expe-
rimentación tiene sólo una aplicaciún incidental en el estudio dc la socie-
dad a. El método princIpal de la sociología es, para Comle, el de la com-
paración. En este sentido. conviene señalar que el positivismo comtiano
no es idenlificable con el reduccionismo naturalista ni con un moni,mo
metodológico.
La relación de la obra de Comtc con la po,lerior p,icología ,ocial no
se fundamenta en lo expuesto en el .Curso de filosofía posiuva" , en el
que excluye explícilamenle a una "psícología ilu~or¡a" del ámbito de las
ciencias. por consIderarla -debIdo al u,o de la inlro,peceiún- como una
fonna de teología. l.a vinculación con la posterior psicología social ha ,i-
do basada en ;u obra Si.,¡en¡a de pof(I/Ca positiva (185 1-1 íl54 l, en el que
postula una ciencia final -que promete de,arrollarla en una obra poste-
rior- a la que denominó moral positiva, y que debía ,inteti¿ar los puntos
de I'i,¡a fi,¡olúgico y sociológico. Esta ciencia -que no llegó a desarro-
llar- entre la sociología y la fi.\iologia podría ser, según algunos, la psico·
logía social. Así lo estimó, por ejemplo, G.W.AlIport (1954) en un artícu-
lo que ha lenido una gran influencia y en el que consideraba a Cnmle
como ¡undador de la psicología social.

Laconslrucción de un mito deorigen: el artículo de G. W. AlIpor!

El artLculo de Gnrdon W. Allport titulado ,·The ¡¡i,torical Background o[ Mo·


dern Soctal Psychology,. ha con,tituiJo. de,Jo 'u rrim~ra ~Jlci"'n. en el Ha"dbook
de l Q54. un referente pcrmancn!~ en la, ohra' y m"n¡",k; de psicología social. Su
ve"ión d~ la h,,!oria de la p,icologí" ,0c,"1 es repelida una y oUa vez. hab,éndo,c
oom'crtldo en \ma de esas evidencias rutinarias que pocos ,e mole,tan cn compro-
bar. La ausencia de nítica hace ljue elO 1" ,egunJ" cdiCl"'n del Handhook. edotado
po" Lindzey junto con Aron"m. ~n I w,~. ,c puhhyuc el m"mo artículo. con muy
poca, m"dificacionc,. En el Handhook do 1985 "uelve a ,er publicado por lo, eJi-
!"re,. con "algun", ligero; recortes» que incluyen la retirada de la referencia a Com_
te cnmo fundado] de la psicología ,ocial ~ la retirada de ,.moJern"" del t;tulo. A pe-
sar del carácter doxográfico del "rtículo de (;. Allpml c",!en, ,m embargo. algunos
trabajos que hall 'crvido para poner d. manlf,e;¡o no ,610 el error en que Allport
parece incurm en 'u intorpretocion de ciertos datos históricos, sino el carácter "le,,·
I(,glca y metodológ,camente sesgado de sus propue,tas.
Así. por ejemplo. llaine. l- Vaughan (1979) muc,!ran cÓmo el .'penmento de

q'" cm'c " no de conel"" de ello lo que """ta. "g"" <1 ti,,~m, g,n,,"1 ti, l. ,","n.h,hd.d d,' t.,
le)" "a'uralelo (O" ,,\ Ca",. 197.1. p 6,4)
, l." <xpenm,n'.,,{m"o el CltUO'O de loo rroccsos SOClale, <ólo la " ' , Com" po,;hl, en ,]
"'" J,' 1", o,,,do, patol~~LCO' de la <ooL<dad que ""," e<1ud"hl<l 'o",,, ">l •• ",pecie d, "P",,·
memo c>¡.onoaoeo

41
Triplel!, Oltado por Allpor!, además de eslar mal fechado, nO tu"" el ';grllllCado que
este au!or le dlO. y que despué' mimétieamente ,~le ha '.gu;do dando Pma G. W,
AlIpon el c'lUd;o de Triplen fue la primera re'puesla propiamente "'pelimen!'JI a
Un problema p,jco;odal, que de'pués se definlTía como .facili'adón ",,;al,,}' <obre
el que trabajaría. entrc 0lros. Su hel'mano l'Ioyd Allpnrt, Para G, W AUporl, lo, p"'.
blema, PSko",olale. a los quc sus contemporáneo., ,e dedican. paredan e,tar ya de-
finidos de,J. un princ,pio. I.a pSLcologia .",dal nace. 'egun eso, con Un", Imere'es y
prcocupaciones, ""n un ohjelo l' con un mélOdo, que no se han modificado h,,,ica-
mente a lo largo de la hi,tor",a. Lo que 'e modlficarí.n serian las rc'p"esta'. <"puc,.
lamenlc c-ada vcz má, a,',maJ"" a Jic-hos proble<na" Esta emica ,:; companida por
HJiIle, y V,ughan (1~79) quiene., conS!dcrJn, Lgu"lmente, que 01 exporimento de
Triplen ha ,ido i"'erprel"dn por Allporl de "",do ,ndJecuad". haciénd(\le cumplor
ld lunció,) de iniCIador en la psicnlogíti 'ocial del método expenmclllal. E,) re"l,ddd,
,cgún e,lO' aUlore; ponen de manir,c,jo, el objNo del e'[udlo de Triplell no tení~
mucho 'I\le ,,", con lo 4ue de'pues,~ llamar;" ,faeJlitación ;oci~j,,> ,ino mn la., idea,
de la época ",hfC la dln'mogene,i<, según las cuales la, 1M", faeHil"rí,," la aCC'lón
(en .'le ca"', el n:ndimiento allétlco d~ los cLdi<ta,). ,,<i COmo en la conViccl(m de
la funciún d;námic'a del "instinto comp.m;V(Jo que .,e aCI;YO"" al contemplar" olm
persona re,\li,ando ld misma ucdón. La iJe' defer-.:llda ror Tlalne, y V''''gh'n e;
que "d e,perimento d. T riplett n" 'e CüI""lel'ó p,icosocinlógi~o cuando <. reali7ó_
(1" -'26), Sin embargo, una "ez que AlIpon lo recuper. coma mito de o"gen. c, aeri-
l!e-, 'i CO¡lvenc,on'"lmenlC Jeproducido como tal. [.¡l "na r~,·i,j(\n de manual", ~ue
J¡" aU[orO' hd'Tn en el aJlo I ~76 ol"e"",, 'l(le la pract,ca IOlahd"J de dio; ¡,cp"'-
d"cen In "c""in de AIl pOr! ,obl'e el "'pcrimenlo de T npl.'l, dlgunos con llgera, "J-
I'i'nle; c¡)rn" el que Tripldl era "un ddi,l" "mu,i,,;td". ¡ a (ullcLnll ~uc. ,," cmh,ugu.
cumple e>la ,eprod(lcciún .s, segun lo' a"'Ore'.'. un i¡l[er.,"do "nwllcnl ""e(Jln d~ un
punlO (k ""ta ind(lcti", de 1, el.nÓd ~"e h',ioe qu~ d progrc;o d~ la p,icología ",-
e,"1 p"r07Ca a"umuldll\ ,\>, (up ('1/., p. 330 l. m,Nralldo que c""te un ;emido de Conll-
nuidad h;s[,'",ca "que Ilevc al lector a la cOnviccIón d~ 'I"e Id pSlColoel¡\ so,-ial h"
prowesado <le forma con'''tenle de,de .'u coneepdón" (nI' ell, p, 3.10).
El analL'" del anículo de U. ,\Ilp"r/ que hoce ""mel,on (1974) e; ;gu"lmenk de
inleré, par,\ comprellJe' el proceso de cor",,,,ccJ()n h"túriO de' J-.¡ psi, ,,1 ngia "'JO 1",1,
Lo que Sarnel;on "ene a dcnlO>lrares quo I~ 'e"'ón ~u" ,"Ilporl dio Jo la ohra de
Comte nO ,,',lo e, mexaCLa ;ino lcndenclt\sa, h inc,acla puc, le dlnh"ye" afirmd-
ci"ne; y t:Oocepto; que no '" corresponden con la ohra comllana D" e'pccial üllc·
,," es el "njli.'" 4ue h"~" de la lde,\ ~u" Comle tenía de la moral pO"';"", a la que ,e
aSlmila "on la pSlcologta ,oclal. Ld Idea ~ue Comle len1d de Idl mural. .,cgún Samel-
son, e;tá inllmamenlo ,inculada " su proyecto de rc!orma -"'cLal. a" COmo a su,
id~a, sol>rc la 'wm!rucc";n rehglosa' }' la 'sinlc;i, ,uhjetLv.'. lo que nn '" c",resp"n-
Je con l¡, ve"i,',n PO'lcrior dc "LeneJa ,acial nalurah;ta ) oxp"nm<nt'<lL De hecho,
C'omo Samel,on ;",Jica, Coml. no hi70 eH loda 'u "ida una ,ola ob,e,"'acion clcnllf,-
ca. en el sen[ldo que actudlmente .," le sude dar a .,tJ,
Según S·"mel.'on (1974) lo que AJlpor! reall7a, y pOMeriormenlc e, rep"'duciJ"
por qui~ne, recurren a él como hlStllri"dor incuestionable Jo la di.",iplina, e< valid"r
l' legilima! la, c,>ncepclOne, presenk; m",[r"ndo 4\'e Un gran pcn,ador y., la, h,b,a
descubieno hace cien a,l",. lo cual da una ;mpresióll de COIllmu;d,d )' ¡radiclón a

42
estra di,elplina Ion c,a larca de legilimación habría ignMauo a,p~C'lo, funuarncn_
Je, de la obra de 4uicn ha ,ido recupcrad" como 'milO dc ungen '_
En un trabajo ,"Cleme Robert (>1, Farr (1991) an"llla el SIgnificado que !lene
I8lUO el arlículo de Allport -con las ligeras mod,ficaciones que va sufriendo en su-
cesiva> cd,e\(>ne,- ""mo 1", lIundlm()k, cdilado, por Lm,_ey (1~5"))' Lmdzel'},
Aronson (l %8, 1985), Farr pone de manihe,to c,',mo ;on reblO' hlStóricos fundJ-
mentados en una f,losofía de la cienci" positLv¡sta, Este posillvismo no con",t. sólo
..JI recurrir a Comte como fundador de la psicología sodal sino en suscribir su con-
cepcitin evolutiva)' progre,j,'a dd c()¡)()cimicnt" Lo creencia en una difcrenci" n;l,-
da y progre,iv" enlr. mel"fí"c")' Clenc,," lIe\',,,;,, " ,n>na ob,e"ón con la ldentifica·
ción de lo, ongenes precisos de un campo pJrtlCUlar de estudlO" (p, 371), ya que la
filosofía posjth'ista de la ciencia engendra una l'Uptllra con el pasado. El punto de in-
ft",ión, quc e, el momenl" de l", fundad","" Allp"rt 1" "tua en ('"mle, ya que
conSlderJ" 1" p"c"logí" >ocLal com" un" ClflOCla sO('laL 1. md,ey (1954) Y L,ndzey y
Aronson ¡1%8, 1985) Sltúan, según Farr, el punt" de inflexion eu el H"ndbook de
Murchison de 1~ 35. bta caracterizadón. que queda consagrauci con el rda", histó-
rico de Jonc, en el Ilandbrmk d~ 1%5, ,upm,e Jj,tmguH entre un .Iargo pa,aJo" de
p,ic"log'" '''Clal preCl~nl;hea, cump~" y no cxporjmenl"l, de una "corla h"wr"" de
la psicologlO socJaI como cime/a rxperimenla¡ y americana,
La obra de Marx. que es probablemente el pensador y crítico social
más influyente del siglo XIX. ha tenido una repercusión relativamente es-
casa en la p~icología ,0ciaL al meno, en la p,icología 80cial dominante.
la que ha ,ido reconocIda como tal en los principales tratado, ,obre la
discIplina, Slll embargo, las Ideas marXJanas tienen hoy en dia una pre-
~enÓil notahle en unil psicología .social meno, convencional, a travé, de
°
la ohra de autore, ru,O" como Vygotskl Bajlin, que hicieron una lectu-
ra no dogmática del marxIsmo. y cuya obra está teniendo una gran in-
fluencia desde que empezó a conocerse en occidente,
El marxi,mo supone, jUnio con el dar"inismo y el freudismo, una ac-
litud de ,ospccha sobrc el carácter fundante de la razón humana, a la que
se había llegado a considerar como fundamento de toda la realidad, con-
siderando a dicha razón como un producto de l~ condidim humana.
Una de la, ideas marxianas que, de modo más bien genéneo e indi-
recto, ha llllluido en la psicología social es la concepción dialéctica de la
acción y la concienÓil. loa di;liécticil marxiana ,e caracteriza por una rel~­
ción entre el ,ujeto y el ohjeto en lérminos de actividad concreta La pri-
mera tesIs sobrc Fcuerbach explicita esta concepción: .,La falla funda-
mental de todo el materialhmo precedente __ re,ide en que ,,,lo capta la
co,a. la realidad, lo ,en,ihle, hajo la forma del objero o de la contempla-
CIÓI~ nO como aClividad humana sensoria~ como prácrinr, nO de un modo
subjetivo» (Marx, 1970, p_ 665). La relación dialéctica ,upone 8uperar la
contraposición entre ,ujeto y ohjeto, propia de una concepción materia-
lista no dialéctica: "la teoría materialista del cambio de las cIrcunstancias
} de la educación olvIda que la8 circunstancia, las hacen cambiar los
hombre, y que el educador necesita. a su vez. ,er educado» (op. cit..
p. 666).
E,ta idea, que después será desarrollada con éxito en la psicología
por Vygotski y Leontiev. entre otr<JS, supone la ~oncepción de la con·
ciencia y la naturaleza humana en general como un proceso, Este proee-
'0 de la conciencia se lleva a cabo en la~ condiciones concretas de exis-
tencia, en virtud de lo, modos y e,truclUras de producclón en lo, que el
8ujeto sc inserta: ,.EI "e"píritu" nace ya tarado con la maldielón de e,tar
~preñado" de materia, que aquí 8e mamliesta .. bajo la forma del lenguaje.
El lenguaje es tan viejo como la conciencia: el lenguaje es la conciencia
práctica, la conciencia real, que existe también para lo, otros hombre8 y
que, por tanto, comienza a existir también para mí mismo; y el lenguaje
nace, como la conciencia, dc la nece,idad, de los apremios del intelcam·
bio con los demás hombre,. /. .. ( La condencia, por tanto, es ya de ante-
mano un producto soc131, y lo 8eguirá siendo mientras existan sercs hu-
mano~» (Marx y Engel8. 1970, p. 31).
El scr humano no ~e concibc como "na mera rc,ultante de su medio,
como un organi,mo quc se modifica con la expericncia tal como ", le
entiende. por ejemplo, desdc el punto de vista de la psicologia condueti,-
ta. El ser humano no .,ólo produee la herramienta, ,ino que ésta, según
decía Engels, también produce al ser humano. Es eS13 concepción del ca-
rácter dialéctlco y ,ocial de la subjetividad humana la que vincula crcati-
vamentc al marxismo COn una pSlcolo¡úa social soeiolúgic;\, Tal como di-
ce Marx, en la ~exta teslS sohre FeueJbach, "L<1 esencia humana no es
algo ah,tracto c inmanente a cada individuo, Es, en realidad, el conjunto
de las rclacione8 SOCIales,,. (op, cit.. p. (67).
Otro cientifico social cuya obra ha innuido en el de,arrollo dc la p,i-
cología 80cial c~ Emi/e Durkh"im. Como es hien sabIdo, Durkheim e.'
uno de los fundadores de la sociología cientítiea. Para alguno, autores,
incluso, es el primer autor que, de forma ,i,temática, de,arrolla una '0-
clología totalmente autónoma en 'u, prclensione8 científlca." fundamen-
tada cn una actitud naturalista hacia 108 fenómeno_, ,ocialcs y en una
con8ideración de la sociedad y los heehos ,ocialcs como realidades ex-
plicativamente autónomas,
Desde el punto de vista de la f,mdamentaeión de la psicología social.
la obra de Durkheim can frecuenCIa ha 8ido marginada, en vmud de una
concepción superficial dc su antipsicologi~mo metodológico y tcónco.
En diversa8 ocasiones Durkhcim p",o de mamfie.,to su postura contraria
a la explicación del comportamiento social por medio de variable, psico-
lógica,. l,'! caso má, conocido e, su análisi, del suiCIdio. Para Ourkheim
no es po,ible comprender la práctica del suicidio como una ,'uestión pu-

44
ramente psicológica o blOlógiea. Las explicaciones clínicas o genéticas y
nlciales le parecían in,uficientes para dar cuenta de las rcgularidades oh-
servada, en la práctica del suicidio. Durkhelm explica esta, regularidades
cn virtud d~ la existencia de diferentes sistemas de integración social.
cuyos prototipo, ",n lo que él denomina egoísmo. altruismo, anomia y
fatalismo.
El r~cha7(, de una cxplicación psicológica rcduccioni,ta no tiene por
qué implicar. ,in embargo, una negación de la legitimidad científica de la
plicologia social. ya que é.,ta no se constituye -al menos a nuestro enten-
der- como una reduccIón de lo ,ocial a lo psicológico. sino como un in-
tento de comprender la construcción ,ocial de la subjetividad.
Durkhclm cs cada vez más consclcnte, a lo largo de su obra. de la ne-
ce,idad de explicar la inleriorización pcrsonal de los constreñimicntos
sociales, de modo que pueda entend~rse la estabilidad de la, sociedades,
en especIal aquella, c~racterizadas por la existencia de vinculos de -",li-
daridad orgánica. Para explicar 108 vinculos morale, que caracterizan a la
sociedad considera como punto de partida el análisis de la, repre8enta-
ciones colectiva, propia, de dicha sociedad. E8te análisis lo desarwll,,-
de mod" especial, en Sll ohra l.as formas elementales dI.' la vida religiosa
(1912). Lo característico del senlimiento religioso es, panl Durk heim, la
consideración del mundo como sagrado o profano. La repre.lenlaÓÓn
colectiva de lo sagrado es, ju.,tamente, la representación del propio gru-
po social. Al igu,1I que otros pen,mJore" Durkheim vincula la religión
con el sentlmienlO de ",Iidaridad social. La secularización moderna exi-
giria, ,egún ello. una rcfundación de los vinculo" ,,,lidarios en una insli-
tuclón qlle, a diferencia de la reli!!io'a"e construye inlencionalmente an-
tidogmática. E,la in.'litución seria la sociologia científIca, y no relulta por
lanto extralio que Durkheim considerasc su trahajo como el de un médi-
co social.
Las idcas de Durkheim, espcclalmente la, refel'idas a las repre"enta-
cione8 colectivas, han sido r~cureradas cn la p,icok'gía social contempo-
ránca, enlre otros, por Scrge Moscovici. Lo intere,ante que Moscovicl
( 19!!!!) pone de manifie,to es que, cuando la teoría sociológica de Durk-
heim se afronta a la explicación de la Interiorización de las reglas, nor-
ma, y creencia, que contorm~nla sociedad, ésta deja de definirse como
una Imütación, una C¡IUSa o fuerza ext~riOT. y se empicza a concehir a la
ve~ <;nmo deber y como atracción. como ~uma de reglas y dc valores. El
earácl~r moral de la presIón inlerior, cobra cada veL un mayor papel cn
la comprensión d~ la ~ociedad. Este tipo de preocupaclOnc~ ,on la, que
caracteri7an, Igualmenle. a quienes en la época e8tahan postulando una
psicología colectiva y de ma,a,.
El nacimiento de la pSlcologia ,oci,,1 está relacionado, igualmente.

45
según Jaspars (1983) con la polémlca Durkheim-Tarde y el estudio de la
relación enlTe el individuo y la sociedad. La relación imerdi.,ciplinar en-
tre la sociología y la psicología fue un problema explícito en las clcncias
,ociale.' de principio de sIglo. El 5." Congreso In\ernacional de Sociolo-
gía (Parí" 1905) fue escenario de una polémica, en este sentido. entre
De Roberty y Tarde, polémica que, .'egún Jaspars (1983), emró de lleno
en la psicología social en los años cincuenta.
A Gabriel Turde se le con,idera como uno dc los primero, científicos
sociales que tratan de dar cuerpo y .,i,tematizar una psicología social. De
hecho, uno de los primeros textos dedIcado, e,pecíficamente a la psico-
logía sociaL el de Edward Ros, (1 (08), se hllldamema de modo ca.,i ex-
clu,ivo en las Idcas de Tarde. El concepto de imitación es probablemen-
te aquel por el que la obra de Tarde es más conocida. La imitación
constituye, sin embargo, en la teoría de Tarde, uno de lo, tre~ procesos
fundamentales de manifestación y tmn,misión de las crcencias y deseo"
que constituyen el objeto de cstudio tanto de la psicología (relaciones in·
tramenlale;) como de la sociología o psicología social (relaciones inter-
mentales). Los otros dos proce,o, ,,'" la oposiCIón y la adaplación
(invención). Tanto la imitación como la invenci,," .,on formas de como
portamiento complementarias. La primera es el procedimiento psicológi-
co por el que las ideas se repiten y propagan en el mundo social. La, in-
venciones son todos aquellos nuevo, pen,amientos o aCClOlles quc
logran {) alcanzan expre,ión, y que surgen. emre Olra, razones, por el
conflicto u oposición enlre la imitaciún y las práclJcas existenles. Muchos
de estos procesos socio-cogmlivos eSlán conceptu~li7.ados de un modo
que Lubek (1981) con,idera muy cercano a lo que la moderna socio psi-
cología cogmtiva y dialéctica ,e plantea"' Martín López (19k3) con,ide-
ni. igualmente. que la obra de Tarde, asi como la de Dilthey. son funda-
mentale., en la constitución de la psicología wcial [,).

, Lube' 119~ j) '''''"uo," 4U< l. P'd"'" "',"P",''';'''' de la LnIlU'LlCLO de T "'UO ,n Id P"''''


f<O< p.,,,',,I,,!:," .."cml" d,ho. ""' ,",k de r,ctores que ,",h,a <>\ <e,,,,,,,,,, .. no"_kuh""n,,, .. ele
"p''''¡;gm./,jcmpl".) .p",di~m,/comu",d,d .. El pn"''' (;p" de p",do;~m,,, ",here a lo< orJ·
'OHOI de 1, IÓgLC' ,"'ema de los d.,cub""''''''m "en","c,,, (m"ddos. teorias. dato< etc.) ""e"_
tras que el "'gund" .,e ,01,,,,.1,,, mo,"n"mo\ "terno,)" de pode, qu, ,.,,,<en'd"' 1" ,","tu·
'nm" ",",if".,. El p,ogrc>o e,entifico lo con,;d"a fru,o de l. "I.,e,,,", .,mo",,,,, o oonnLCtlva
d, .mOo, p,,,digm ... Ion la epoca de ,omo", de "gl" " pmdn)(> "n cnf"n"m,onto de p""J,~.
"""/eJemplar,,, oojo l. r""", d<1 d<h." flu,khc;m·T.rde. c.te debate 'u,o lu~a, en U" mnmenW
d< "m'dl;,... ",," uo l. ",,,ol,,g,,,. 1, pSlcolügLa y 1, p",olo~LO '0"'1. El Cd'd'''' ¡>ol.""oor del dc·
h"" h;", q'<o 1" posieion" pro~"'",",<J\[e """ ;rt<e,.cu"n"La, y p"""ocioliogLC.s dc 1ard, ho·
y.n qued.do olvJdad .. b'J" U<ld ""que" Je p"",lng"m" ,"dh'ldu,IIIta Lubek c'oo,;J"a 4U< <1
debo," hao"a que co,""de",l" no "nto o01'c nos ,oClologi" ,uan'o en[t" u"., p,,,,,I"gi. '''Cl.I
".coe,"") un. ,0""I"gi. dogm'tlc, .
., Según Martín Lópe, (1 Y8Jl. Ta,d, el .. ,,,,,. u<la ",conl"pa '"ICndid. como p"col000 .,0c,.1
° p"colo~,a ,nte'p"quú. Segun "te .uto" l. nh,. 00 Taroe eon""uye uno ''''''<;0'' a la .""",I"gi,
,"(u,.h" •. n'port,óf".menoc desarrollad. en el ,,~Io m ~<1a ,0,,,,1,,~,, "aLm.I;". _1, de e omte.

46
El porvenir de las ideas de Tarde y Durkheim fue muy dIstinto. En
un momento en que la sociologia y la psicología Intentaban establecer
'u, límites específicos. existía eSCa,O margen para una interpsicología.
como la de "1 arde. 'lue concebía la interacción como fundamento dc la
vida colectiva. De hecho, nO sólo la obra de Tarde. sino todas las pro-
puestas interaccioms(as tuvieron escaso éxito en Un panorama intelectual
marcado pOl" el positivismo.
En la constitución de las CIencias sociales, la obra de Mm: Weber es
un punto crucial de rderencia. Tanto por la amplitud de sus intereses (d
derecho. la economía, la política etc.) como por la profundidad con que
t¡-ata esto" tema" Weber consti!uye uno de lo, pilare, más sólidos sobre
los que ,e asienta el pensamiento sociológico contemporáneo. Los vaive-
ne, de las modas intelectuale, han ,ido relativamente ajenos a la obra de
este autor y, en cualquier caso ..IU int1uencia ha ido afianLándo,e cada
Ve7 más mn el paso del !lempo.
Por lo que respecta a la p,icologm locia! hay que reconocer que. en
general. ést¡¡ .<e ha mantenido al margen de cualquier referencia intelec-
tUid al pensamiento no sólo de Weber. sino también de aquellos otros au-
t"re, cuyo, intel"eses superasen lo" de una disclphna entendida de modo
muy cspccializado. Aum¡ue la ,inculación explicita a Weber ,ea e,ca,a
en la p,icologia ,,,cial. ello no signifICa -al igual 'lue "curre con Marx o
Durkheim- que ,ca un referente carente de imponancla.
De entre las euestíone, anali¿adas por Weber y 'lue mayor relevancia
tienen para la p,icología SOCIal se encuentran. en mi opinión. la conccp·
tualización dc la aCCIón social, la explicación sobrc el papel que las ideas
juegan en la vida ,ocial. a,i corno ,us rcllcxiones metodológicas. Má,
adelante me releriré algo más a estas cuestiones. Qui,iera ahora ,imple-
mente .,eñalar cómo Max Weber con,idera la acción social como la uni-
dad de anállsls propia de la ,ociologia. La característica propía de la ac-
ción ,ocial. a diferencia de otras actividades igualmente humanas, como
pudieran ,er los Icnómenos psicofí,icos. e, el ,ignificado: "Debe enten-
derse por sociologia (en el ,entido aquí aceptado de esta palabr<l, em-
pleada con tan diver,,,, ,ignificados) una ciencia 'lue pretende entender.
interpretándola, la accIón soelal para de esta manera explicarla causal-
mente en su de>arrollo y efecto'. Por "acción'" debe entenderse una con-
ducta humana (bien con,i~ta en un hacer externo o interno, ya en un

Spcn,,, y. en "'pec,,1 1, de Duckll<,m_ llabri, c'"",,<lo '" atonc,,,n <n 1" <x«,,,,,·m.,,,,.I·N'''C·
turol de la ",d, ""',.J. c"n""""nd"" """,,,m, al modelo y mct,,(lo "" 1", "O"""' nAluc"I".
"",,,,,d,.,,.,ul p««mloncs) lu"d,me""" c"n h d< la """dad ,,,du,,,,,1 De una lo,m, ti otm.
",. ,oc",I"gla h.h,," ll"ado a la eOIl<LdefOe'On de lo p""""I, d< 1, "",,,"dad) la o<lJ\duc"ta IJhrc
como mero' cp,konmen",
omitir o penni¡ir) siempre que el sujeto O lo.' sujetos de la acción enlacen
a ella un sentidosubjctivo)' (Weher, 1964, p, 5).
El sentido de la acción, siendn subJctivo, no es sin emhargo una cues-
tión psicológica y mentaL En estc sentido ,eñala "cuán cquivocado es
pcnsar en una ciena ~psicologia" como ~base" en última instancia de la
'>Üciologia imerpretallva. Hoy en día cada uno entiendc algo distinto por
"p.,icologia". Hay ventajas metodológicas claras en separar lo "fisieo" de
lo "mental" si han de estudIarse cierto., proee,os con lo; métodos dc las
ciencias naturales, Mas tal separación e, extraña a aquellas disciplinas
que estudian la acción. Una ~iencia de la psicología que en la práCllca es-
tudia sólo lo que se clasifica como "mentar' en término, de la metodolo-
gía de las ciencias naturale, usa ,,,lo los método.1 de ellas y, por lo tanto,
se absticne de interpretar la conducta humana sCf!un 8U significado inten-
cional. / ... ( Pero en general. la wciología no e,t,; más relac¡onada con esa
cienCia que con cualquier otra di,ciplina. l .. / Cuando un hombre delibc·
ni de modo racionaL. su acción no se hace ni un adarmc má; inteligible
si traemos a colación ~onsideracione, "psicológicas". Y es precisamente
,obre esta base de supuestos racipnale, sobre la '-jue la ,ociología (inclu·
yendo a la economía) con,>lruye I'd mayoría de 'us "leyes"" (Webcr,
19k4, pp. 33-34).
Una de las prillcipale; aportaciones de Weher en el estudw de la a<'-
ción social fue vincular su anáhsi, al estudio dc la racionalidad. Par,! cllo
cstableció una tipología que permitía diterel1ciar cntre moda!idade., de
accIón en virtud de la, relaclOneS el1lre medio, y tine". Esta caractenLa-
ción permite vincular el estudio ,le la acci(¡n social a los .Ii,tema~ colec¡i·
vos de legItimación y poder. La racionalidad no constituye, para Weher,
un criterio dc evaluación psicológica ,ino, más bien, de aceptabilidad y
legitimación sociales,
La vinculación al1alíllca de la acción ,ocia! a ltl.' mecani,mos "lcialc,
de legitimación del poder, a través de una con,ideración social dc la ra-
ciunalidad, ha penniudo a Max Weber desarrollar algunos estudios 'o-
bre el desarrollo de la mcntalidad mudcrna en el Occidcnte económica-
mcme desarrollado.
Para una p,icologia .,ocial 'lue no .Ie considere como una mera ex-
pansión de la psicologia general, ~ino como una ciencia social imere;ada
por la construcción ,ocial de la subjetividad, la obra de Max Webcr -y la
de pm¡teriorcs autorcs de inspiración weberiana, como pueda 'er Nor-
bert Elía,l- constiluye un refercme de crucial importancIa.

48
PLANTEAMIENTOS PSICOSOClOLOGlCOS
EN LA NACIENTE PSICOLOGIA

La p~icología social está muy vinculada hi,tóricamente a la psicolo-


gía general. En el caw de muchos de los pnmerO\ p,icólugos se da un
planteamiento cxplícito de una psicología soclal, Tal es el caso, por ejem-
plo, de Wundt o rreud, así como ole los primeros conductistas, Por ello,
trmaré esta, propuesta,_ más adelante. como de,arrollo, propiamente
psicosociaJcs. En e,te momento. ,in embargo, quisiera hacer referencia a
alguno,> psicólogos cuya intluencia en la psicología soelal no consistió en
la configuración de una escoela o grupo de inve"tigación explícitamente
psieosoeiaL .,ino que consistió más bien en el planteamiento de una serie
de cuestiones que. con el tiempo, han cobrado nuevo interés. En e,te
,entido_ ,>e ha producido un movimiento de recuperación contemporá-
nea de 'u pemamiento, en un fructífero dIálogo COn lo, d,isicos, Al igual
que con algunos de los ,ociólo!!o, ante, mencionados, no se trata ole bu,-
Car ole'arrollos histól'icos hneaJcs. ,ino má, bien, como al'queólogos, son-
dear en la herenci" de pensamIento que hoy en dia nos e, pertinente,
Uno de los mejores ejemplos de esta recuperación histórica de pen-
sadores del pasado dentro de la psicología social es Le" V:,gOl.,ki (1 R9ri-
1934). Por ra70nes diversas, en especial por el aislamiento a que ha sido
sometida la Unión Soviética durante muchos afias, y que afectó no sólo a
la vida política sino también a la cultural y cientítica,la obra de Vygot,ki
ha ,ido conocida muy tardíamente en occidente"_
La influencia de VygOlski, sin embargo, se ha acrecentado en los últi-
mos afios. tanto en la p,imlogia como en la psicolog.ía ~ocial, debido a la
ri'luen de sus propuestas teórica, y metodológicas. Vyg.otski, que
conoce bien a lo, psicólogos de su época que e,t,in intentando tunda-
melllar una psicología científica, considera un error tran,formar el objeto
de e'tudio de la psicologia de moolo que 'e adecue a la metodologia pre-
viamente definida como clentítica. La conciencia humana sigue constitu·

" \')-g,,"k,. ,,1 i~u.1 que Ha)"" "' un "mb"l" d, 1" an"m,I", ) 'ltOrmontoda, deo'"" del pe,,·
"mknw ro;., en "" "glo. a" como Jd d"on,·",·ntro <lel p<manlieotü "",,den'al "'PO"'''. 1"
que OC",',,, en 1, en","ce, Ilmún >o"kliC' en ,mb", ,a"" <e d, u,'"' d,," mto,-f"",nCJa del púdcr
p"h""n ""alm,,'. ,"'P('C!(> ,1 pcn,amiCil{{) p"«"",,,I) en amh", '""" no, eneontmmú' CO" u"
"""",iI" (j",kctlcu) or",,'o ó<1 "'."""", ~"" ",ul,,, inacoptable, los ,d,ol"~,,, ""nun;"., Jd
momentú, es ,"n"", mm!,,,,"a, como d penl"miOnW nlO""lO d,al"",m '"V" mm" pnn'·'p,1
,n,mogu d ma""m" me",m<"" ) (\ü~m.ticu L<l '0' pJ'enden .. " 4ue. ""00" el pcn>amiCn'o.
"n'" d, B"I';n como de V~go"k,,, c'<>o""do en "cc;J,"Ie ,"",It" de \ina ,ot¡¡,Mad 10,.1. ",,,,.
'¡"od",c '" mlloen<.a ha_l" ou"""" d,,,-,, 1, p"",I"giO ,,,,,.1 de,orrollada p'" V"l<"h;n", IB'I""
°
en '" 00'" ti """'M'" )' 1" jil""'F" d,llmguu/< en 1"24 pOl V)·gohk; en "hea, como P,",um",,'
1<) "_lo""."
¡'·"Y""'" ,,'" d, '01<>1\"" pe,,,",",,, a 10< ,,,e,,,, ,ñm de l\i publlcaclón, lo que no,
,;", , <kmo"",. entre Oit" <o,a~ que el J,.,lo~" mn el p".oü "O " "CCe"",ameme "iI d,.I,,~o
eon 1" ".do,'o_

49
yendo para él el objeto principal de e;tudio de la psicologia cientifica
Fue Vygotski (1979/1925) quien dijo (.eehad la concIencia por la puerta
que ,c os meterá por la ventanw>_ Pero frente al análisis basado en lo que
él llama elementos. es decir, en fragmentos que han perdido la, propieda-
de, del propio objeto investigado, propone un análisis por unidades, que
,í las mantiene. La unidad de análisis del pensamiento verbal es, para
Vygotski, el significado, al que entiende como una eom,trucción dialéctica
e hi,tórica_
Vygotski es un psicólogo intere,ado principalmente por el desarrollo
del pensamiento y las habilidades intelectuales a lo largo de la vida del
'ujeto. La explicación que desarrolla es claramente materialista, que es el
úmeo terreno en el que en definitiva e, posible un trahajo coherentemen-
te científico. pero sin embargo se alela del mecanicIsmo, tanto biologici,-
ta como ambientali;ta. La psicología de Vygotski se fundamenta, vincu-
lándolas entre sí. en la dialéctica mani'.ta y en la ,emiútica de Sapir.
t _a originalidad de Vygotskl es que logra vincular truetífemmente di-
ver,a, lineas de pen,amiento_ Por una parte, es consciente del papel cru-
cial que el lenguaje tiene en la formación del pensamiento_ Esta eS una
idea que habían planteado algunos filósofos alemanes como Herder y
Humholdt, pero en lugar de desarrollar una teoría cultural y nacionalista,
como harán lo, [iló,o[o, romántico, y alguno, de 1", primero> psicólo-
gos, se sitúa más cerca de la antropolof!.ía lingüística de Sapir. que '" inte-
re,a por la estructura de conceptos de una cultura determlllada l',
Para Vygotski el lenguaje e, principalmente acción cuyas principales
caracteristicas sonIa comunicación y la representación, La relación acti-
va con el medio e, una relación caracteri7ada por tener sentido, que es
una cualidad específicamente humana y prototípi<;amente ,>ociaL "Una
característica especial de la percepción humana -que emerge en un~
edad muy tempran¡¡- e,> la percepción de Ob¡elOS reales, No existe analogía
alguna de este ra'g() en la percepción animal. Con ello quiero decir quc
yo no veo el mundo simplemente con colores y torma~, sino que también
percibo el mundo con sentido y significado» (Vygotski. 1'J7'Jb, p, 60)
La relación entre pen,amiento y lengu~je no e, ,imple ni directa, e,tá
mediada por la práctica, y por tanto tiene la complejidad que la propi~
acción humana implica y que va desde los movimientos reactivos ele-
mentales a los complejo, proce'os de planificación científica. La conSI-
deración del pensamiento de~de el punto de vi,ta de la prál,tica supone

-, ~oh", el "';g'" 1""""",>-",,,,1 de 1, p"4"e) 1, ,el,""," del p"mam"",,, de V)g"I>.' con 1,


I"I'0'N' de S'p,,_Whmf, v", [ ,m" (' "~('), I , ,,'¡gon,',d,J de v)gQts"' eoo,,,<O ro quc no oon,,]),
de "" mooo e"',"eo 1, "I,c,,," e","" len¡~"aje~' p,""m;en,o "'''' qu, al ,,","ldd .. d 1, p'.'"'"'
peomllo wmprendel' qu, la, palal"" n",u,¡,~ue" '" "~";Ii,,Jo '.n", d lo la,!:" ,k l. "d, del oii",
COITO" d, la, ,,,","<1,,10>

50
-romo en el caso del pragmaUsmo de Dewey o G. H. Mead "- vin~ular
el desarrollo cognitivo a las vicisitudes de las relaciones sociales, A dife-
rencia de quiene,; adoptaban una posición biologici>ta 14, desde cuya
perspectiva las diferencia; lIIdividuales y sociales son, en última instan-
cia, diferencias biológica" Vygotski considera al lenguaje como herra-
mienta, como elemento de tnlOsformación de! medio que diaJécticamen-
te confonoa al propio usuario. Tanto el signo como la herramienta tienen
una función mediadora de la actividad humana" y como tales activida-
des tienen una evolución socio-histórica.
La actividad humana. para VygOtskl, modifica no sólo la realidad ex-
terior, SlJlO también la conciencia. La tcanslonnación de la actiVidad ins-
trumental cn significauva e~tá mediada por la acción de ldS demás (el
movimiento dc asir se convierte, de cste modo, en acto de señalar), Los
signos son utensilios que median la rclación del homhre con 1m demás.
Considera cltrabajo como actividad. Según Wertsch (1 91l1l) "Una de las
caracteristicas más importante, de una actividad Ipara Vygotski1 es que
no se halla determmada ni especialmente circunscrita por el contexto fí-
sico o perceptivo en el 'lue se dc~envuelvcn los ,eres humanos, Es m';"
es una interpretación o creación socÍl)cultural impuesta por lo, partici-
pantes en el contexto» (p. 211).
Vygotski recoge la idea de unin de la conciencia como reneJo activo
y generalizado de jo real. Refleja lo redl a través de categorías y conccp"
tos (forma, de unidad). Estas categorías no ,>on "a priori," kantianos. si-
no construcciones genéticas. La génesis pcrsonal obedece a la ley de la
doble formación, ,egún la cual toda función aparece dos vece" "pnmcro
como lOterpsicologia, despué~ como intrapsicologia» (Riviere, 1()!l5.
p. 43). El de'arrollo no consiste, panl Vygot,ki, en la progresiva sociali-
zación de un sujeto autista sino en la internahLación e indi,iduaclón de
un sUjeto social. La vinculación de este tipo de plameamlento, COn las

., l)e hect,,,, \'}'~o"k, (19J%) setiald "plkL",m"", 1, ,inlllLtuó de '" co"cep'o del ,igno
como hecrdmicno, con l. de f)cwo~, qu"n <lefi"e la I,ng", como l. "e",""onta de la, "",,,,m""-
~
" JoII"uh,~",,",o, wmo "pb",c'oo "du,",", ""Uo J, 1, 'o"IL~<J\u. mmü do 10\ dem., ,as-
go. pSJwlo8""'_" ele,,,,,,,,,, hiülóg'"'' ""O, uo" d, 'u, (lInda",""L'" en c,ertO "1''' ,k pe",a-
,,<
",i,n'" .,,,I,,Clo""',, como el de ~'.,"<lS Galh'" guie" derenM, 1, ideo de que 1" ",oJlidad.,
""",,le, emn "ered,d", al L_'Udl ~"" 1" '.'''Lo'''''C05 !J.,,,-a,, y 'I"e coo"d.mO. 'I"e la ell'"'''
numan, f'"J". m"Jor" meó""," n" pLug,.mA "uge"""-" ('"""ino por <1 m,<n,.do¡ de oopc"dllc.
"ón ",1,,,,,,, ,imil" , la c",I"ada coo 1m "oimal" ,_",hul.do, El ",mmo. com" nJeolngi. que
"pli,a 1" <iilcre"c;a, ""i.le, po, 001"'''," , dJ[<O<n""" hl0lú~,c", ,io",pte "d ¡J" uoido , U" ",,-
,,, ''»O dc ~,ol"g,,,,mo, como lo ¡,,'""O do ",,",10""0 10< p«m,"'o'c> L",""'", dc v,"c"l" w" o
intclL.!'"".
,. V;'~,,,,i ","Culd "'A ,onc,pc¡o" d, la ,o"",d.d "lcd"to. lo pl"mcodo P'" H<gcl cuaodo
habl. ,k 1, '''"Cm de l. '"'700, g"' cnnsi", <n I"g'.u lo, pmp"" objwv<" ha,,"o"o actu"., 1m
ot.¡cto, ,eAU" 'lO' p'op'" ley"

51
aet':"al~, reflexiones sobre el sujeto de la psicología social son, ciertamen-
te. consIderables.
Otro psicólogo. en este caso nort~americano, cuyos planteamiento,
rcsultan de interé, en la actual pSIcología social es Wil/iam James. Entre
sus aportaciones má., relevantes para el desarrollo de la p,icología social
se encuentran su concepto de hábito, su ideas sobrc la conciencia y su
concepción pragmatista. Con el concepto de háhito W. James intenta ex-
phcar la plasticidad del comportarniento humano, a,í Como la simplifica-
ción del movimlcnto de respuesta, mediante la reducción de la nece,idad
dc atención con,ciente (una idca dcspués central en lo, estudios dc per-
cepción social). El háhito constituiría para el autor una ,egunda naturale-
za. Según Martmdalc (1968), "Jame, dewuhrió en el ~hábj¡o" un princi-
pio que exigiría la exphcación del comportamiento en sus propio,
términos más que acudiendo a fuerzas extcrnas. De este modo. podría
operar lo mismo que la imitación operaha para Tarde y ~>U, seguidores.
(p. 398). El hábito -dice Jamcs- «nos mantiene dentro de los límite, de
lo ordenado".
Otra de las aportaciones de W. Jame, a la psicología y a la configura-
ción del pensamiento psicosoclal es Su concepción de la conciencia
como proceso. con lo que pretendió superar el concepto metafísico de
conciencia. que es con el que ,iempre se ha estrellado la psicología. La
conciencia se caracteriza. para James, como relación con y presencia an-
te los objetos. Como señala Graumann (1988) la concepción relaCIOnal y
procesual de la conciencia y la cognición que Jamcs tcnía hace cien anos
es de una notable acmahdad, «Lo que be intentado mostrar es que la cog-
nición, cuando se introdujo en la psicología hace cien "nos se refería aún
a los procesos y produCID' del conocimiento. La mente, cuy" naturaleza
e, estar preseme a todo con lo que estamo" relacionados se c()n~irtió en
un término relacional, trascendcnte. La realidad en ,us diferentes grados
y modalidades de ~realidad (rel1/ness)" y susceptihilidad de pnleba era
parte integral dcl concepto de conocimiento. en lugar de que el conoci-
miento (cognición) sea el estado dc un sistema y 1" realidad un sistema
opuesto y ,eparado () mero ambiente del SlSlema" (CmlUmann lYIlIl,
p.22).
E,te carácter relacional y procc,ual del conocimiento implica, igual-
mente, y por propia definición, IIn conccpto con,truccionista de la pro-
pia rcalidad o. para ser exacto,. pnlgmatista (ver cap. 4). Pam el raciona-
li,ta, según William James (1985/1902) exhte la "noc¡ón de una realidad
que no, exige adecuarnos a ella, y por lllnguna OInl ra7ón sino simple-
mente porquc su propó,iw e\> ~incondicionado" o "tra5cendente~" (op.
ell., p. 148). Como seJ1a1a Shalin e,ta indeterminación de la realidad im-
plica que 'u concreción cn la intcracción ,ocial súlo sea posible por un

52
«agente pen'ante,._ Esta idea, tan fructífera, polémi~a y actual, de la reali-
dad como pro~e,o de construcción ,upone. según James. que: "Todo
pen.'amiento humano e., discursIvo: cambiamos ideas: pre~tamos y pedi-
mos pre,tadas venticaeion~~, obteniéndo1a~ unos de otros por medio de
intercambio sociaL Todas ]a, verdades llegan a ser a,í construcci"nes
verbales quc se almacenan y se hallan disponibles para todos, (op. cÚ.,
pp. 137-8)
Ragnar Rommetveit (191l3), en un intcrc,ante artículo sobre el lugar
teórico quc el lenguaje juega en una psicología social con,tructivista, ha-
sa 'u., puntos de v"ta, entre otros autore" ~n Wi!líam Jame, y en su con-
cepto pragmatista dc ~erdad, según el cual Id verdad no es con,iderada
una propiedad estancada e inherente a una idea. ,ino una cualidad ins-
trumental de la misma. Para Jame.', como para C. S. Peirce, la pregunta
pragmatista se reliere a cuál es, en término, de expenencia, el valor efcc-
tivo de la verdad. Para W. James Jo que el pragmatista debe preguntarse
e; qué experiencias diferentes se tendrían si las creencias dadas por ver-
dadera, fuesen falsa" «Nuestra obhgaeión de buscar la verdad es parte
de nue,tra obligación general de hacer lo que vale la pena. La retribución
que aportan las ideas verdadera, es la única razón para seguirlas. Idénti-
Ca., ra70nes existen con respecto a la riqueza y a la salud.,. (James, 19115,
p.1411).
Esta concepción de los "mundos privados" y de la multiplicidad de
perspectivas, similar 'egún R6mmel~eit (1983) a la que mantiene Fritz
HClder, c, la que lundamenta una conccpción de la mtersuh.ietividad en
la construcción del sigmlicado: "La moneda par l'Xcellence en nue,tro co-
mercio de las verdades de unos y otros es, por supuesto, el lenguaje ordi-
nano, y una caracterí.,tica muy Importante del comercio e, la adopción
respecti ,a de roles» (p. 911).
La obra de W. James ha ~ido releída desde un punto de vIsta cons-
truccioni,ta actual a propósito de un t~rcer elemento de su teoria, el de
'self. Según Harré (1992), en una interprctación poco habuual de la obra
de James, cuando éste se plantea, en los primcros momentos dc la p,im-
logia, la caraetcrí,tica central de la identidad personal, la entíende de
modo gramatical. como una propiedad indexical y moral. y no de modo
identitario, como una entidad e,table.

LOS INICIOS DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

La p,icología social no tiene un claro momento fundacional. Proba-


blemente no exista tal cosa en ninguna cienCIa, pero en el caso de nuestra
disciplina es evidente que su eon,titución no depcnde ni del estableei-

53
,

miento de un nuevo ohjelo O problema ciemífico ni de un gIro explicati-


vo. Amba>¡ cosas se producen, pero de un modo paulatino y, en ocasio-
nes. nO parecen requerir una nueva ciencia autúnoma re~pect() a la psico-
logía o sociología_ El ca,o e, que en la primera mitad de nuestro siglo la
psicología ,ocial va siendo reconocida como denominación legitima por
parte de [as instltuciones académicas y editoriales_ Tal vez esta au~encia
de grandes fundadores y de explícito, planteamiento, programáticos sea
una de ¡as razones por las que los límites. e incluso el objeto y ra7ón, de
la psicología social han sido siempre tan problemáticos_

La psicología social como psicología colectiva.

La psicología social se con,tiluye a finales del si~lo XIX y principios


del xx como una cicncla intcrcsada en el comportamiento colectivo E,te
interés se deriva directamente de 108 acontecimientos sociales de la épo-
ca. El nacionalismo, el colonialismo, la revolución industrial. así como
las revoluciones burgucsas constituyen el marco social en el que se plan-
tean los problemas sobre el comportamiento colectivo. Los cienlifieos
sociales del momento que. como hemos señalado, ,on igualmente refor-
madore' ,ociale,. creen posible la comprensión del orden social -perci·
bido frecuentemente como dcsorden- mediante el estudio del compor·
tamiemo colectivo.
La p,ieologia colectiva lienc dos vertiemcs o focos de interés, la psi·
cologill de los pueblos y la psicología de las masas. J.a primera 'e orienta
más a la elucidación de la; posihle' cardcteri'lic3s p,icol<igicas de lo, co-
lectivos, entendid", hahitualmente como unidade, estables. bIen sean
pueblo, o naciones, mientras que la scgunda se interesa por los proceso;
de transtormación de los sujetos individuales cuando parlicipan en aCli-
vidades grupale;_

La psicología de los pueblo~

La psicología de los pueblos tiene su ongen, según tllanco (1988) en


las ideas de Kant sobre la metafísíca de las costumhre, a,¡ como en las
posteriore; de8arrollo, idealislas de Fichle ~ Hegel: "El espíritu subjetivo
(Eínzelgeisl) sólo adquiere sentido en relacIón con un Espíritu Objetivo
que se materializa en rasgos, características, disposicione, y ha,la mani·
festaciones psicológicas propia, de puehlos, naeione, y comumdadcs, el
Volkgeist que, a su vez, no es sino un eslabón, un momento, un grado de
un espiritu eternamente umversal, el Wellge/Si» (Blanco, 1988, p. 27)_

54
La psicología de los pueblos e" en la práetíca, .,egún Graumann
(1YYO). una psicología comparativa, bi~túrieo-social ~ cultural. Según
este autor, la p.,icologia de lo, pueblos está intimamentc vinculada con
una tradición de pen:.amiento. típicamente alemana para la cual "la for-
ma primaria dc a,ociación humana es la comunidad cultural (Gemein.\'·
cha]I). el Volk, en el cual transcurre la lormación y educación de la perso-
nalidad indi,idual., (op, ch. p, 26). La comunidad popular, el pueblo. lo
con,lderaban como el grupo social fundamental, Este pueblo se entiende
no de forma abstracta ,ino como comunidad cultural y, más en concreto,
nacionaL E, la idea de eoleeuvo, comunidad o pueblo. más que la de so-
ciedad, la que articula e:.ta psicologia que, comprensihlemente. se vincula
al estudio del lenguaje, o mejor diebo, de la lengua.
La lengua se consldcra como un elemento clave en la conformaCIón
del mundo y e"presión del espíritu del pueblo, Herder había critÍ<:ado la
concepción kanllana de la:. categoría, tra'cendentalc.\ del conocimiento
por su ol,ido del papel que el lenguaje Juega en el proee,o de conoci-
miento. El pa", deci,ivo, en la dirección de una p,icotogía del lengu<lje,
lo dari~ Humboldt 'luicn consIderaba que el lenguaje enl el órgano for-
msdor del conocImiento. El mundo y la verdad sólo son <:omprensiblcs V
asequible" ,egún él. a travé, de la lengua. El lenguaje ~e con,tituye comó
elemento conformador de la psicología colectiva, pero entendido de.,de
un punto de vista eulturalista y nacionali,ta. muy en el sentir del romanti-
cismo germano. f..s la lengua nacion¡tI, el Idioma, la 'lile posee una "forma
verbal interna". un modo caracterí,tico de construcciún de los conteni-
dos del conocuniento. La, categorías tra.,cendelltales del conocimiento
de Kant, univer8alcs coma tale~ categoría~, ,e tra:.forman en <:ategorí~s
idiomáticas. Del nlCionalismo ilustr~do. universali,ta. ,e ha pasado a un
relativi~mo cultural y lingüístico: "L1' cu~lidades espirituale:. y la confi-
guración del lenguaje de un puehlo están tan íntimamente tundid,,~. 'lue,
si se nos dic,e un~ de ellas. se podría deducir la otra. Pues el llltelecto y
el lenguaje permiten y re'luieren lorma, que se adapten entre si. El Icn-
guaje e, igu"lmente la lorma exterior del e,píritu de los pllehlo,; su len-
guaje es su e'píritu y su espíritu e., su lenguaje. y nunca se lo, conc~birá
demasiado idéntico.,,, (Humboldt. 11122; cít. en Hormann. 1973. p. 4(4).
E\t~ concepción de una interrelacIón entre el pensamiento y el len-
guaje, entre la lengua y el ~spíritu de tos pueblo, es la 'lue anima la obra
de w.ams y Steinth~l y 'e desarrolla ~mpliamcllle con Wilhetm WundL
Re'ulta ya un tópico académico decir 'lue la IUlldaciún. por W.
Wundt. dellahor~torio de p,ieologi~ en la Univer,idad de Leipzig, seña-
la el inicio de la modern~ pSICología cientifica. Así, por ejemplo. se dice
en uno de los manuale, m<Í~ conOCIdo, de historia de la psicología que
.Wundt e_\ el psicólogo má, imponante de la hi,tori" de la pSleologi~. Es

55
el pnmer" que sin re,ervas podem<ls llamar propiamente psicólogo. An-
tes de él sc hiw mucha psicología, pero nO había psicólogos» (Boring.
197R, p. 338). Esta opinión, bastante extcndida. adolcce obviamentc del
defceto hi.toriográfico, }a comentado, dc fundamentación en un mito de
origen generador de ortodoxia cientítica '''.
La obra experimental de Wundt es la que má, ha incidido, hien por
'u seguimiento o por ,>u rechazo, en la posterior psicotogía. Aunque n(}
cs evidente que fuese el de l.eip¿ig el primer laboratorio dc psicología
(Stanley Hall y William James habían montado lo, suyos por la misma
<110el1) ni. como cs comprensible. ,us idcas fuesen totalmente originale,
(el interé, por la ob,ervaelón empírica de los proce;os psicológicos ele·
mentales era común a diverso, psicólogos. especialmente alemanes. de la
época), su ohra tiene. sin embargo, una importancia considerable en la
época. Vi,itantes del laboratorio de Leipzig o alumnos de Wundt fueron.
entre otros. Stanley Hall. Jame., M. Callell, George Herbert Mead y el
propio Durkheim. que Pil'>Ó por Leipzig en el invierno de I RR5jR6 Y. pa-
rece ser, quedó impresionado por lo que allí ,e hacía (I.ukes, 1<)73).
W. Wundt e; el prototipo del intelectual y erudito decimonónico. m·
tere'mdo por muy diver,>a, eucstione, y conocedor enciclopédIco de
ellas. Publicó dívcrsas obras de fik"ofía. etnología. así C"m<l .~us más co-
nocido, trabajos ,>ohre psicología experimental y psicología de 1", pue_
hlos.
Los trabajos de Wundt sobre p,ieología de los pueblos ~on los que
más directamente entroncan con los imere,e, de la p,ieología s"ciaL Se_
gún algunos (Farr. 1<180, 191\1, 1990) la p,icolog,'a de los pueblo, es para
Wundt olra p,icología, diferente de la pSIcología experimental. Para Farr.
Wundt era consciente de los límites de la p,>icología experimental y de su
incapacidad para abordar I"s fenómen'" mentale; colectivos. t"le, como
el lenguaje.las rehgione, y los mito,>. E,tas re"erv3S epistemológIcas de
Wundt re'pecto a la posibIlidad de tratamiento experimental de lo,> pro_
ce,o, mell1ales superiores fueron ignomda,. según Danziger (1979), por
la sigUIente generación de psicólogos experimentales (Cattell, Tltchener,
EbbingtJau~.".) quienes hiCIeron un «repudio positivi:,"' .. de Wundt y ex_
tendieron cl método experimental al estudio de tod", lo, proceso8 p,ieo_
I"'gico,.
Independientemente de que se considere a la pSlwlogía de los pue-
blos como parte de una mi8ma ciencia que la psicología experimental
-co,a que defiende, por ejemplo. Hlanco (1988)- lo que parece cierto
es que el conccpto que Wundt tenia, tanto de lo, proceso, psicológicos

" OV<Jom (1 "94) pone en ,u""";n. ,io cmb"fO el m"" <le W,ndt wmn m'fen de 1, p",nlo_
~i, «penmc",,1

56
como de la mi,ma ciencia experimental, 00 se eorre.'ponde con el con·
cepto que, con posterioridad, ~e ha hecho dominante. Para Wundt la
causalidad tenía un senudo diferente en lus prucesos físico-naturales y
en los procesus psíquicos. La causahdad psíquica la c<.lOcibe indepen-
diente de la física, dado que entre ambos ámbllos se da más bien un pa-
ralelismo. Estas ideas, como es lógico. no resultaban aceptables en un
mundo po~itivísta, uno de cuyos dogma, era la unidad de todas las cien-
cias. La vida mental, para Wundt. es creauva y supone la transfonnación
de [os simples hechos de experiencia. La vida psíquica se caracteriza por
la capacidad de una sintesis creadora. La percep<:ión, má, que una suma
de sellsacione~ como ,e concebía en la tradición empirico-materialista.
es concebIda como sínte~i, creadora, como "aperccpeión»,
Mayor influencia que las concepciones ideali,tas acerca de la psique,
tuvieron, en la posterior psicología social, las ideas wundtianas acerca
del lenguaje, Consideraba Wundt (1912) que "nnido al lenguaje va el
pen:.amiento" (p. 50). Su idea, ~ill embargo, implicaba una concepción
evolutiva tanto del lenguaje como de la psicología de lo, pueblos. Wundt.
de hecho. era un lector y ,eguidor de la obra dc Darwin. Con,ideraha
que los principios de evoluClón de las especies eran aplicables a la evolu-
ción de la mente humana, entendida como psicología colectiva o de los
pueblos, Esta psicologia evolucionaba a través dc una serie de período, o
fa:.es (la edad primiuva, la tOlémica o mágica y la edad de los héroes y los
diose~) que desembocan en la época moderna a la que caracterin como
humanidad. Refiriéndo~e a la pérdida del propio lenguaje por parte de
tribu, que han sido invadidas por otrdS. dice "parece que haya ocurrido
aqui lo que ,lCo,tumbra a sucedcr si aplieamo, el conocido principio de
la lucha por la existencia al dominio psíq\llco: la raza má, p"dero,a ha
desplamdo con su más fuerte ereaciún e:.piritual. el lenguaje, a los débi-
le," (op. ci/., p. 51) lO.
Wundl consideraba que el lenguaje de gestos era una especie de len-
guaje primitivo, a partlr del cual ~, po,ible comprender el origen de la
comunicación y del pensamiento. En origen, tal lenguaje pantomímico
procede de movimientos ~xpresivos coneonutantes a los estados afecti-
vos, aunque S1ll linahdad comunicativa. 1:,[ inicio de una comunicación
supone que oda representación afccti,a no 'ea sólo mera expresión indI-
VIduaL ~ino que despierte análogos movimicntos afectivos e iguales re-

" h"ando una l<L'mLoolog" """di", ",l<. "n "mh"go. \lna Idea muy .rraif'.'lda en 1, "poo,.
LUClen Le\')'·lJrunl. po, e¡,mpln. l,uol"" ,hc, ,¡¡os mas ta,d,. en 1n2. 'u ob", .La ",o",.lile pn·
m""",, ,,' Id yue I',,"ulaoa l. ""'ten,i. de una m,""hd,d pmnco,v •. ~ue fu""n".oa "n" \In pcn·
"m"nW prc·IÓgKO ~",an fl<CelaflO' 10.\ '.,'uJi,,, de r.'an,·PnlChard (l9(,j) con lo, zande para
mostrar, post'[jormeo". que "" '" " .... h, ,k Ji!cren,i" ló~kas. ,mo !Jmplememe d, Me"'"'e'
,i<tema. "phCdL"''''

57
presentaciones en otms individuos, lo, cuale" a su vez, mediante la in-
fluencia de los afectos en cllos suscitados, respondan con movimiento,
expre;ivos iguales o modificados. Así se desenvuelve un pensamiemo
común en el cual lo, actos impulsivos van gradualmente pasando a ser
voluntarios y. al propio tiempo. los eontellldos representativos entran en
relación con los gestos más expresivos correspondiemes» (op. ci!..
pp. 56-7). E,te primer lenguaje es altamente intuitivo y, por ello. inme-
diatamemc inteligible. Le correspondería un tipo de pensamiento primi-
tivo al que Wundt canlcleri?a como objetivo. un pensamiento ajeno a la
abstracción y adherido a las cosa, particulare,: es, igualmente. una pen-
samiento asociativo. ajeno a «la más perfecta forma de conexión de lo,
concepto", la aperceptiva, que comprende los pensamiemos en un todo»
(op. cit., p. (iR) Le. E,te concepto del lenguaje como pmce.,O comunicativo
y elememo de la psicología de los pueblos más qlle como propiedad
comprensible en términos de inteligencia individua! es lo que ha atraído
el interés de alguno., p,ieosociólogos por 'u ohra.
Aunque no existe un desarrollo de la psicología de los pueblos que
permita trazar un lineamiento directo con la actual psicología social. no
sería correcto con;iderar esta p,icologia colectiva como un empeño falli-
do. ajeno a nuestras preocupaciones e intereses. Como señala Graumann
(1990). los estudios de la psicología de los pueblos plamean algunos pro-
blemas que ,on comune, a 10, que la moderna p,icología ;ocial se plan-
tea. tales como la relación cmre mdividuo y comunidad o Mlciedad, el
carácter >ocial del individuo. y de forma más específica. el carácter histó·
rico y lingüistico de los proce,o, psicosociológico,.

La p,iculngía dc las masas

Si la psicología de los pueblos se caracleflza por imemar captar los


aspectos ,uhjetivos de la vida colectiva estahle. la p~icología de las masas
pretende comprender la función que los proceMl, p,icológico" y más en
concreto, emocionales, tienen en el desarrollo de las agrupaclOnes huma-
°
na., lran"itoria". como :,on la¡, ma~a~ muchedumbres. Esta complemen·
tariedad es destacada por Gustave Le Bon (1973jl::\95) justo al inicio
de su obra «PSICología de las multitudes". considerada por mucho, como
el primer de8arrollo 8i8temático 80bre el tema: «:-Iuestra obra anterior cs·
tuvo dedicada a descrihir el alma de la, raLa,. Ahora vamo:, a e8tudiar el
alma de las muchedumbres. El cOIlJunto de eamctere, eomune, que im-

" George H. Mead" basará en "" c,plicación w"ndtlan., para t"Lldame",a, '" «pILe,cL""
ace¡ca de la fen,,;, de la comu",,:oc;oo «mbul;".
pone la herencia a todos los individuos de una raza constituye el alma de
esta raza. Pero cuando un determinado número de indivIduos se eneuen·
tran reunidos en multitud para obrar, la observación demue;tra que, por
el "010 hecho de 'u aproximación, resultan ciertos camctere, p,icológi-
cos nuevo, que, ,obreponiénd08e a [os cameteres de raza, los haee dife·
rir, a veces, de una manem profunda» (p_ 7)_
No es Le Bon. cienamcntc. el primero que habló de la psicología de
la, ma,as, pero _,í el primero que planteó el eSlUdlO de esta pSIcología
como una tarea cicntitiea especifica ya que consideraba que en [as multi·
tude~ 8e producian proccsos pSlcolólúeos ,ingulares, no reductible~ a la
palologia o la criminalidad. como habían defcndido cntre otros Lombro·
so y Sighele. La inferioridad mental que, en su opinión, caractenza a las
multitudcs, no es truto de mentes inferiores, sino "inclu~o [de] las asam·
blea, de notable," (01'. cil.. p. ll), Es la propiedad de un proee,o y no de
nllas per,onas.
El interés ideológico de Le Bon e, francamente con~ervador V reac·
cionario. aunque arropado en un neutralismo positivista. a lo eomle, que
explicita en el prefacio de 'u obra: "~i queremos, pues. quedarnos en los
límites estrechos, pero seguro" de la, co,as que la ciencia puede
conocer, y no vagar perdIdos entre vana, eon¡elura, y vanas hipúte,i" es
nece,ario limÍlarnn, a la comprobación de aquellos fenómenos que nos
son accesibles, sm Ir más allá de e.llo, limite,,, (01'_ ár, p. 10).
La idea general de Le Bon es que «en ciertas circun,taneia,,,. una
aglomeración de bomhre, po,ee caracteres nuevos muy diferentes dc los
indIviduos que eomponcn esta aglomeración» (01'_ ('iI_, p. 19) Yque "POCO
apta; para el razonamiento, las multitude, ,,,n, por el contrario, muy ap-
tas para la acciún_H (01', m., p_ 13)
La multitud sc caracteriLa por una unidad mental o psicológ.iea. lo
que imptica un desvanecimlcnto dc la personalidad de 1,,, individuo~ que
la componen, el rebajamiento intelectual de éstos y el cstablecimiento de
un predominio dc los sentimiento" que pueden ser tanto heroicos como
criminales. l:.n cualquler caso, las muchedumhre, ,nn primarias. impul~i­
vas, conservadora.\' y ;uge8tionables. No es de extrañar quc ti! concepción
se identifique, en el conjunto de una ideología reaccionaria, con lo feme·
nino: "Las muchedumbres son femenina" a vece~: pero la~ m¡Í; femeni-
na, de todas. ,on la~ muchedumbres latinas, (op. di" p. 30)
El rcbajamiento intelectual lleva a que las masas, según Le llon, no
sean influibles por el razonamiento, el cual e, en ella, ,iempre de orden
muy inferior, ba,ado en la asociación en virtud de lazos aparentes de
analogía o succsión. La, ma,a, admiten o rechazan las ideas en bloque.
no soportan diSCUSIón o contradicción y "m impre~ionable~ por la ima-
ginación. lo que le8 hace que earczcan dc sentido de la verosimililud y

59
que les atraiga lo maravillo~" y legendario. Las convicciones de las multi-
tude, tienen el cardcter de lo religioso por -"1 sumisión a una voluntad
exterior.
Fundado ~n tal concepción de la vida psíquica de la8 multitude,_ Le
80n desarrolla un minucioso tratado sobre la génesis v dinámica de las
opiniones y creencias de éstas. La nl7a, la tradición y el tiempo son 1m,
factores r~m"tos más potentes en el mantemmiento de un sist~ma de
creencias que, ya he indicado, considera con8ervador. La.< institucione,
políticas y socIales, a8i como la ilu8tración y educación, e~pecialmcnte
la latina, tienen una escasa influencia en el cambio de opimone,. Con
frecuencia, según Le Bon. su efecto cs negativo: «La ad'luisición de co-
nocimientos para lo, cuales na hay medio de encontrar un empleo, es
un medio 8eguro de hacer del hombre un perturbador y un rebelde"
(op. cit.. p. 69). Entre los factores inmediatos que influyen cn la forma-
ción de las opinione:. de las muchednmbres e8tán el poder de las pala-
bras cuando son capace:. de eVOCar imágenes, lo que les da un c~rácter
mágico, la~ ilu.,iones y la repetición. E,I~s multitudes sugesllonable, es·
tán a merced de personas dOladas de prestigio, más homhres de acciún
que de pen:.amiento, f~,cinados por una creencia, que rccurriendo a la
afirmación dogmática y ,in fisuras, a la repctieión y el contagio .'e con·
vierten en agitadores de una, masas que les siguen COn fe, aun a co"ta
de grandes sacrificio,. el límite de esta suge.,tibilidad y v~riabilidad de
las opiniones de las muchedumbres '" encuentra, según Le 80n, en "las
grandes creencias permanente, que duran siglos y ~obre las cuales de8-
can~a una civilización entera, como, por ejemplo, en otra ;'pOC"d, el con-
cepto lelldaL las ideas cristianas, la, de la Rctorm~, y en nuestro, días,
el prillciplO de la:. nacionalidadcs, la, ideas democráticas y ~ociales,.
(op. dr..p. 102).
La, ideas de Le Bon son cue~tionablcs, tanto en el campo estncta·
mente clcntífico como en el ideológico y políllco. Como diccn Adorno y
H orkh eimer (1969): "Ratificando las declaraciones de impotencIa del in-
dlviduo frente a las masas. Ilos cultores de la psicología de la, masasl
abandonan una tradición ideaL quc arranca de la Po/¡{ica dc Platón y lle·
ga hasta Bacon y Nietzsche, 'lue señalaba, ,í, en las ma,<,ws, en la multitud,
en el pueblo, al enemigo dc la verdad, pero afirmando el poder del indi-
viduo y 'u capacidad de sustraerse a los ídolm colectivos. En lugar de
e,ta oposición racional entre masa e l1ldividuo, la psicología dc la, ma8ai>
pone otra, entre dos entidades colectivas. Una, la masa, de carácter nega-
tivo, y olra, el pucblo o nación, a la que se asignan los atributos positivos;
este doctor Jekyll-Mistcr Hyde de la p,icología de la8 masas loma el
nombre de alma de clase y alma de la raza en J.e Bon. j ... j De esta mane-
ra.ta psicología de las masas, al po~tular a priori el carácter maléfico de la

60
masa y proclamar la necesidad de un poder que sirva para mantcnerla
frenada. se hace instrumento de la corrupción totalitaria" (p_ 81).
La obra de Sigmund Frcud supuso un cambio sustancial en la com-
prcnsión p,ico,ociológica de la dmámica de las muchedumbres. En su
trabajo utulado P,im!og[a de las masas y análisi~ del)VJ (1921) se hace eco
de las teorías, tanto de Le Bon como de McDougall. y resuelve la para-
doja que supone postular la existcncia de ~aracterísticas psieológi~a, res-
pecto a entidades colectivas, y que era la que su,tentaba una pSIcología
"ocial entendida como psicologia colectiva, Carecen de ,entído para
Freud tanto los conceptos de alma de grupo, de masas o de los pueblos.
como el de instinto wcial. Las sltuacioncs colectivas no suponen la apa-
rición de algo nuevo, lo que conlleva una especie de mhtica de las multi-
ludes -sea esta mística divina o diabólica. Lo que en realidad heud
planlea e" el carácter sooal de la psicología individual. Independienle-
mentc de que uno e,té o no de acuerdo con las explicaciones que Frcud
ofrece sobre la psicología de las masas, la cultura, la guerra etc., es inne-
gable que desarrolla una psicología propiamente social y no una p,icolo-
gía colectiva (aunque él utiliza ambos término, como sinónimos) '". Lo
que caracteriza a e,ta p,icologia es la comprcn~ión de que lo social no es
una faceta de la vida humana o de un tipo de situaCIón, aquella en la que
sc reúnen mucha, personas, sino una caraderistica constituyente de la
misma. Como dice FrelId, al inicio de la obra mencionada. "la psicología
indi~idual es al mismo ucmpo y de,de lIn prinCIpio psicología social, en
nn sentid" amplio, pero plenamcnte ju~lificad(", (p. 1 l27), Lo social,
como después diria Moscovici (1972), no sc caracleriza por la numerosi-
dad, "Nos resulta difícil -dice Freud- atribuir al tactor numérico impor-
tancia suficiente para provocar por si sol" en el alma humana el desper-
tar de un nuevo in"tinto» (ihüi),
La pSlcolo¡úa de las masas ha tenido una mllnencia con~iderable en
la vida política de este siglo, y en e,te ,enlido dice Moscoviei (19111): "la
pSlcologia de la., masas es, con la cconomía polilica, una de las dos cien·
cias del hombre cuyas ideas han hecho historia .. (p. 13). E,ta influencia
el d~bida a que los problemas que la p:.icología dc las ma.<,as ha pue:.to
de manirie,t" ,on reales y de notable imporlancia. La manipulación de la
opimón pública, la movilización demagógIca, cl encumbramiento de cau-
dill", de mny dIstinta ralea y la p",ibilidad del fanatismo fundamentalis-
ta son, entre otros. algunos eJcmplos de prohlemas sociales de nue~lro

-" A" lo ,,,te,,,b,,, pm <pnplo. Jonc]¡ ]-romm e" '" '""")" Je I '!Jl .S .. brc mélodo, y obj""""
de "Oa p''''''''g;. ,oclal analílKa", al Jgu,1 que 1m O,",, m,cmbTos de " denom,,,,da E"'uel. d,
h.nHurt

61
tiempo que ponen de manifiesto la importancia de los lactores psicológi-
co~ que los posibilJtan y potencian.
Pero la influencia de la p~icología de la, masa~ la encontramos tam-
bién en la propia psicología social y en alguna, de sus teorías y modelos_
Adorno y Horkhcimer (1969), por e,iemplo. señalan la simililud de la
distinción entre masa organizada y desorganinda de MeDougall. y la dc
masa y púhlico de AlIport y Lippman, con la de multitud y puebto de Le
Bon. Ambas son cntidades colecliva<;, una supuestamente racional y la
otra no. Las variables anali¿adas en algunos estudio~ sobre intloeneia so-
cial en el cambio de opmión, tales como los del grupo de Yale, tienen.
igualmente. un cierto parentesco con las caracteristica'> que Le Bon con-
SIdera susceptible, de manipulacIón eficaz. La diferencia estriba. tal vez.
en que el formato conductista resulta académicamente más aceptable que
el de Le Bon. Micntras que la exclusión de la racionalidad en la explica-
ción conductista de la comunicación de mas"" "', a,unto metodológIco.
en la obra de Le Bon aparece claramente como una toma de postura
ideológica. En ambos caso;, sin embargo, se considera que la, personas
somos irracionales, o lo que es lo mIsmo. pasivo, receptores de influen-
cias proveniente, de una tuente prestigiosa_

Psicología colectiva y psicología social

Caracterinr a la p,icologia de los pueblos de Wundl o a la pSIcología


de la, masas de Le Bon como incipientes psicologías sociales es ba,tante
arhitrario. De hecho ya he seiialado cómo el concepto de 1" social con el
qne se manejan es, a vece" muy discutible. Lo que me intere,a resaltar es
que ambos \ip"-' de p,ieologias son intento' de re,puesta a nna proble-
mática ,ocial que si que está en el tra,fonelo de preocupacione, ele la psi-
colo¡úa sociaL Como tale, respuestas puede que no no~ ,ean aceptables
desde un punto de ,ista científlco y/o político e ideológico, La obra de
Le Bon es casi más un panfleto que una obra de pensamiento social. La
psicología socia! actual no tiene por qué hacerse heredera de tales opi-
niones, pero no e' ajena a los problemas que las ~u~citaron. Tal como an-
te; he indicado estos problemas están relacionados con la crisis de algu-
nas de las ideas que caracterizan el pensamiento moderno. en concreto,
de la confiann en la razón como hllldamento de la libertad y Iclicidad.
tanto de I"s individuos como de los puehlos.
Un buen ejemplo de e;ta nueva actitnd de sospecha ante la ra¿ón la
cncontranlOs en la ohm de Sigmund Freud. Lo que Freud plantea y de-
fiende(como modelo terapéutico, por ejemplo) no es una legitimación de
la irracionalidad. sino una concepóún eomplela, contradictoria, frágil y

62
penosa de la razón. La nlziH1 no es una cualidad humana supuestamente
superior. por encima de la pa,ión y el sentimiento. sino que está preñada
de de,eo. de deseo erótico y de destrucción. 1.0 8ublime e~[¡í asi inextri-
cablcmcnte vinculado a lo pen:er,>o, la lihertad va paradójicamente unida
a la represión. y el progre,o al sufrimiento. instalándose de este modo
una p,ico,ociologia dc la sospecha acerca del carácter liberddor de la ra-
zón.

Los primeros tratados de psicología sodal

Edward A Ross publicó Sociall'syrhology. An out/me and .,ourceb""k


en 1908. dando cuerpo cOn ello, como indica en el Prefacio, a lreee años
de docencia >obre el lema. En el mismo Prefacio señala explícitamente
su gratilud a Gahriel Tarde. de quien se considera deudor inteledual. es-
pecialmente de su obra Lois de {'iml/mion. Este reconocimiento. así como
la fundamentación teórica de la ohra. nOS ohliga a remuir a la sociología
europea el origen y fundamentación de la que ha sido considerada pri-
mera obra de la pSIcología sociaL
La psicología social, ,>egún Ros~, «esludia los planos y corrientes psí-
quica,> 'lue surgen entre los hombres como consecuencia de 8U asocia-
ción. Pretende comprender y dar cuenta de las unifonnidade, en el senti-
miento. creencia (} volición -y por ende en la acción- quc son debidas a
la interacción de los seres humanos. Le.. a causas sociales_ (p. 1). E,ta,
causas wciales las caracteriza posteriormente como "contactos mentales
o interacciones mentales_ (p. 3). como inlerp,ieología, cntendida como
juego de influencia, perwnale,. Las pOSIbles unilormidades del compor-
tamiento y creencias, dcbidas a influencias del medio físico y a la, condi-
cioncs de eXlstencia, no ~on consideradas como sociales.
Ros~ estudia. de hecho, el desarrollo de sentlmientos y creencia,> co-
lecliva" con,iderándolos fruto de la inlluencia de grupo,> o per,ona, con
ascendenCIa. Esta influencia. ba,>ándose en Baldwin y Tarde, la caracteri-
za como suge,tiÓn.
La ohra de Ro% se articula como un tratado sobre el comporlamien·
10 de las masas. la moda, las costumbre,>; el convencionalismo y la opi-
nión pública. Su p,,,ición es la del inleleclualliberal que identifica la li-
bertad con la di,cu~ión abicrta y con la ruptura de la pri,ión de la
eO,\lumbre y el convencionalismo. Sus fuente, de datos las eOnStltuyen
numerosas de8cripciones etnográficas, que haccn rcalmente atractiva la
obnl.
En el mismo aúo en que se publica la p,>icología social de Edward
Ross. ,ale a la IU7 AI1 ;mroducr;"" 10 sodal pi>ychology de William

63
McDougall. El hecho de que Ro~, fue,e un sociólogo y McDougall un
p,icólogo ,e ha interpretado como cxpreSlón de la dualidad constitutiva
de la p~icologia ,acial. Al margen de cuestiones simbólicas, que na dejan
de ser importantes, el hecho es que la dualidad RossjMcDougall tienc
hoy en día poca aceptabilidad como fundamento de una distinción so-
cio logis mo j ps icol< 19i s mo.
Tanto el libro dc McDougall de 1905 como el de 1no (The group
mi",!) tuvieron una notable repercusIón. por la conlrover,ia que suscita-
ron cn los medios científico, de la época. La vida social cra entendida
de,de el punto de vista evolucionista e instinlua!. lo cual le supuso al au-
tor el recha.lO de los psicólogos conduetistas. Los in,linlo, .,on, para
MeDougall, "tcndencia, innatas o heredadas que son las fuenles princi-
pales o las potencias motivaelOnales de ludo pensamiento y toda acción,
lanto individual como colectiva» (McDougall, 1905, p. 20). l.os instintos
nO son sólo los moviliLadores de la acción. sino que también ,eñalan las
metas de ésta. MeDougall señaló una ,erie de instintos básicos. a los que
consideraba a'ociada una emocIón. Así, asociaba la emoción de miedo al
instinto de huida, la de di'gu,to al de repulsión, la de sorpre,a al de cu-
riosidad. la emoción de rabIa al in,tinlo de belicosidad. la de sujeción al
de autohumillaciÓn. la de orgollo al de autoafirmación y la emoción de
ternura al inslinto paternal. McOougall consideró. igualmente, ciertos
instintos básicos a los que no corre'pondían emociones. Estos inSlint",
eran los de reproducción, gregarismo. adqui,ición y c{)n~trucción, que te-
nían una directa relación con la conducta SOClal. En Su obra de 1920.
McDougall avanza en una pSIcología ,ocial orientada a los procesos gru-
pales. McDougall considera que la activIdad en grupo no tiene que supo-
ner automáticamente la degradación de los sujetos que participan. El
grupo organizado, a dilcrencia de la muchedumbre desorganizada, e.' un
elemento po,itivo en la vida humana.
Aunque los manuales de Ro,s y McDougall son con frecuencia cita-
dos como las primeras obras de la psicología social, sin embargo, no pa-
reec adecuado mantener tal cosa. Si atendemos al planteamiento de pro-
blemas pSlCosoclalcs. éSIOS ,"rgen sobre un tras/ondo de preocupaciones
sociaks, y se plasman en obras muy diver:,<l,. algunas anteriores a 1908.
Si, por el contrario. lo que nos interesa es la existencia de enloques qlIe
abran nuevas vías de investigación, los manuales de Ros; V McDougall
son más bien el final de una etapa que el inicio de otra, expresi,m de mo-
dos caducos de explicar (la sugesllón, el inslinto) que posteriormenle lu-
vieron poca acogida
LA PSICOLOGIA SOCIAL
EN LA PRIMERA MITAD DE SIGLO

El período comprendido entre la primera y segunda guerra mundial


es una época especialm~nt~ atracliva en el de,arrollo de! pensamiento y
el artc. Es un momcnto de gran vitahsmo y creatividad. Para la psicología
social también fue una época interesante. Es en este tiempo cuando se
in,litucionali¿a la di,ciplina y ,e d~,arrollan la., principale, teoría" que
postenormcnte tundamentarán los programas de invesugaclón. Las preo-
cupaciones y pregunta, fundacionales siguen vivas. La legitimación del
hacer p,ic,,",o~ial se encuentra en la sociedad, fllera de los muros de la
academia. Scrá al final de e,te período, tra, lo~ avatare, de la guerra,
cuando la pSIcología social se irá progresivamente convirucndo en una
actividad intramuros. en una disciplina más orientada a la vida académi-
ca que a la, prcocupaci()ne~ ,ociale,.
La pSlcología social de la época se desarrolla tanto en Nortcaménca
como en Europa. En los f..stados Unidos se con;tituyen dos lineas de
teoriL.ación e investigación, que serán de gran importancia: el conductis-
mo y el interacclOnismo ~imbóhco. Ambas se fundamentan en e! ¡nteré.>
práctico O pragmático del saber y en nn rechazo dc la metafísica ontolo-
gizante 'l"e cara~terifa el ;aber europeo. Junto a estos de~arrollos acadé-
micos se produce Igualmente lln notable progreso en la inve~ligación
aplicada. fundamentalmente en el terreno de la medición de actitudcs.
inve,ligaciún que liene una directa vinculación prácti~a_ En Europa la
psicología social del momento tiene una orientación teórica ge,táltica, fe-
nomenológica y psicoanalíuea. Será a mitad de siglo. como eonseenencia
de la guerra y el exilio. al injertarse esta psicosociología en la cultura
científica nort~"meri~ana. cuando ,~ pmdu.l~a la institu~ionalización de
lo que ha venido siendo - y en gran parte sigue siendo- la pSIcología ~o­
cial dominante.

Desarrollos americanos en la psicología social: el conductismo

Con cllérmino de eondllcli,mo ~e viene a denominar un movimiento


epistemológico que ha ocupado un lugar prepondcramc en la psicología
moderna. Aun'llle se han diferenciado épocas y p("icione~ (Koch. 1964.
por ejemplo. habla de eonducti~mo clásico, neocondllelismo y neo·neo-
eonductismo), sin embargo hay un conjunto de rasgos de lo que Skinner
(1977) llama «fil",ofía eonduetisla» que han marcad" notablemente el
desarrollo de la psicología general y de la p,icología ,0cia1.
El conductismo cs. en cierto modo, heredero del dnalismo cartesia-

6S
no. Así lo señalan, por ejemplo, Rachlin (1974) y Yela (1974). I.a inte-
gración teórica de la conducta voluntaria e involuntaria. de la conciencia
y el movimiento. constituye. como es bien sabido. uno de los princlpale,
problemas para la constitución de la psicología como ciencia empírica.
Los primero; psicólogos mantienen como objeto dc su ciencia el estudio
de los proce,o, mentales. Su intcrés se eentr<lrá en el estudlO cmpírico de
esos procesos. La psicología experimcntal se orientará. por ejemplo. al
e,tudio de las sensacioncs (Weber. Fechner. Mullcr. Ebbinghaus etc,).
rccumendo al método introspeccionista. L08 fisiólogos. por su parte,
irán progresivamcnte dewelando algunos mceanismo, p8icofisiológicos.
como ,On 1<J8 procesos dc cstablecimiento de respucstas rcfleja,. La inte-
gración. sin embargo. entre ambos sistema" el mental y el fisiológico,
queda sin resolvcrse de modo 8atisfactono. La ,alida que Watson y Pav-
lov darán a esta concepción dual de la existencia humana 'eni la de re-
nunciar a uno de 8U8 polos y rcstringir lo" procesos psicológIco" a fines
de análisis científico. al movimiento. Desde entonces la psicología qucda
definida como el estudio de la conducta, entendIendo por conducta el
comportamiento observable y medible (y la psicología social lo ,crá
como ciencia de la conducta social). La siguiente manifestación progra-
mática de Watson (1913) e, hien expresiva al respecto: "l." psicología.
como la ve un conductista es una rama experimental. puramente ohjetiva
de la ciencia naturaL Su objetivo teórico es 1" predicción y el control de
la conducta. La mtro,pecciún no forma parte e,enci"l de ;us métodos. 111
el valor científico de sus datos depende de su interpretación en térmínos
de concicncia .. » (p. 158).
La psicolojúa queda explícitamente dcfinida cOmo una cienCia natu-
raL entendida al modo empírico-po&itivo, cuyo objetivo e, la predicción
y el control. En cierto modo, y así lo manifiesta Skinncr, el conducti,mo
es ateórico, El interé, de los lllvestigadore" se centrará en el descubri-
miento de leyes cam,ales, o funcionales según Skinner, <¡ue pongan en re-
lación ,i,tcm,itica las condIcione, "mhientales y la conducta <¡ue en ell""
se produce, lo, e,¡ímul08 y las respue,tas, con,idenldos éstos como va-
ri"ble8 independientes y dependientes, respeetivamente_ El método pro-
pio de e.,te tipo de enfoque es el experimental.
Desde un punto de vista eondueti,ta la psicología social e, ,ólo una
rama de la psicología general, aquella que ,e ocupa del comportamiento
«socíal». entendIendo por tal el que se da cn un determinado tipo de am-
biente, el medio «social". Esta es la opinión. por ejemplo, de Floyd H.
AUpor!, quien en 'u manual de 1924 indica <¡ue .. la psicología social no
puede oponerse en absoluto" la psicología individu"l, al contrario. es
una parte de ella, (p. 4). Para Allport la unidad de análi,i, propi" de la
psicología social, como la de toda la p,icología. es el indiVIduo y 'u con-
ducta Frente a la concepción determini,ta instintual, Allport elabora su
teoria fundándo,e en el concepto de reflejo, lo cual permite comprender
a la naturaleza humana de Un modo más flexible, ya que desde el punto
de vista eonductista, el organismo se modifica cOn la experiencia, es mol-
deable por d ambiente. De aqui, d inter¿, por los procesos de aprendi-
zaje y el optimi~mo pedagógico que caractcriza al movimiento conducti,-
ta, del que cs bucn cJemplo la sIguiente manifestacIón dc Watson (1924,
p. 109): "Dadme doce niíios recién nacidos. que estén sanos y bien for-
mado, y tamhién la, condicione, que pida para criarlo" y os garantizo
que formaré a cualqUlera dc ellos, tomado al azar. hasta quc llegue a con-
vertirle en la clase de especiali;ta que yo elija. sea médico, abogado, ar-
tista, comerciante o. por '-jué no decirlo, mendigo O ladrón, sin que im-
porte MI talento, inclinacione,. tendencias, actitude" vocación y raza de
sus antcpasados» ,,)
Allport considera cientificamente inaceptable; lo; conceptos al uso,
en la época, ,ohre mente grupal o colectiva. Con~iderJ. que la caracteri-
zaCIÓn de la pSIcología ,ocial como una rama de la sociología -que era el
planteamiento habitnal en la época- se fundamenta en lo que denomina
"falacia grupal", a la que define como "el error '-jue se da al ~ustituir como
principio explicativo el grupo como un todo en lugar de lo, individuos
en el grupO" (AlIpon, 1923:6')1). Para Allp0l1. por talllo.la pSIcología
social tiene como objeto la conducta del individuo. en tanto en cuanto
«dicha conducta e~timula a otros individuos o e, en si mi,ma una reac-
ción ame la conducta de dios" (Allport, IY24, p. J). Pafa AllpoIl (1939)
lo; nlllceptos ,>ociolúgico,> de norma 'oci"l, costumbre, convención etc.
deben ,er entendido.' como variaciones de la conducta individual a lo
largo dc Un continuum dc conforml,mo. El comrol socIal. en definitiva,
es para Allport una cuestión de conformismo individual. I:.nlógica cohe-
rencia con su concepciún conducti,t3 de la p,icologia social. ésta dehe
concebirse como una ciencia experimental. Los estudios sobre facilita-
ción social que Allport realiza constituyen una buena ejemplificación de
su concepto de lo que puede ser tal psicologia social experimental.
La p,icologia social condllcti,ta, como hien seíiala Munné (191l9),
no es pOSIble como una mera extrapolación de los conecptos generales
del programa conducti;ta. En realidad, la psicología ,>ocial que explicita-
mente se reclama conductista lo es de lln modo heterodoxo, recurriéndo·
se con trecuenCla a conceptos difícllmente compatibles con la filosofía
conductista. Probablemente la importanCÍ¡l de una r~icología social con-
ducti~ta no e,tribe tanto en el de,arrollo de programas ,i,temático~ de
lnVesllgaelón y en la conformaCIón de grupos o cseuelas COnduellstas,

'.. e" ",,\lunne(19M)p In<!.


cuanto en el reforzamiento de una concepción individuahsta de la psico-
logía social, fundamentada en una idea naturalista y a,>ocial del compor-
tamiento social. El proceso de causación unidireccional E-R (estímu·
lo-respuesta o, en término,> funcionales R~t(E)). concebido como
esquema analítico Vi-Vd (variable independiente-vari"blc dependien-
te), ha fundamentado una psicosociología mecanicista fuertemente armi·
gada como úmco paradigma de actividad científica. Probablemente sea
en este sentido, como modelo de investigación, en el que el conductismo
ha sido más influvente en la psicología sociaL

D""arrollo~ 1lIIIericanos de la psicología social:


el interaccionismo simbólico

El interaceionismo surge en Norteamérica a principios de siglo cn el


marco de una incipieme sociología carJ.eterizada, según Hayes y Petras
(1974), por un enfoque individualista, lo que la diferenciaba de I~ socio-
logía europea de la época. La polémica principal del momento, en la que
tambIén pamciparon los primeros psicowciólogos. sc refería al papel
que el instinto juega en la determinación de la conducta. No hay que olvi-
dar que el funeionalismo darwinista tuvo en aquel tiempo un especial
arraigo en el pensamiento americano. El interacciomsmo simbólico va
conformándose progrc,ivamente como una escuela científico-,>ocial que
pone de manifiesto el carácter socialmente con,>truido de la realidad y el
individuo.

W James ye/ praf?mausmo

Uno de los precursores del interaccionismo simhólico fue W.Jame"


al que ya mc he referido. En su obra Principies of Psychology desarrolla
alg.ullos conceptos que parecen impoMantes pam la comprensión de la
vida en sociedad. La conducta social era explicada por mucho, autore\
recurriendo, como antes indicaba, al concepto de in\t1Oto. James elaboró
cl concepto de hábiro, con el que modificó la explicacIón puramente ins·
tintua!. "La mayoría de los instintos -dice James (1890)- .,on implanta-
do, con ohjeto de dar lugar a hábitos y... una vez logrado e;te propósito.
los propios instintos, como tales. no tienen mison d'i!lre en la economía
física y. con:,ecuentemente. de,aparecen" ". La filosofía prdgmatista que
Jame~ y Peirce elaboran tendrá una influencia muy impoMante en el pos·

68
terior desarrollo de la psicosociología interacdonista. A sus ideas me re-
feriré algo más adelante (cfr. cap. 3 y 4).

El gmpo y el i"dividuo

Uno de los orígenes del pen,amiento interaccionista se sitúa, según


autoras como Su'an Shot (1976), en los filó,ofos morales escoceses del
siglo XVIIJ (Adam Smith, Adam Ferguson cte.,.). La genealogía tiene una
sólida fundamentación, ya que cOmo es bien sabido, es en esta época
cuando la filo,ofía social delimita lo~ principios articoladores de la vida
colectiva en torno a lo, conceptos modernos de democracia y opinión
pública. La distinción entre Estado y 'sociedad civil' será, según Haye.s y
Petra, (1974), una de las euestione~ desarrolladas en la posterior socio-
logía americana. La sociedad civil era eoneehida como una institución
intermedia, entre los ciudadano, y el Estado, y era el lllgar de creación,
entre otra, cosas. de la opinión púhlica. E.,ta sociedad civil era conside-
rada de modo unitario, fundamentada en la idea de con;enso como ga-
rantía de una verdad cuyo paradigma es el univcrsa1i~mo lógico. A esta
idea unitaria de sociedad opondrá Marx su consideración del carácter
conflictivo de la sociedad de clases. propia de un ,istema económico ca-
pitalista ".
En el ámbito de la soe1010gía americana se desarrollará una visión
igualmente critica al concepto uOltario de ,ociedad, pero desde un punto
de vista liberal y no revolucionario. La sociedad, desde e~te punto de vis-
ta e~tá grupalmente diferenciada. La vinculación solidaria y social impli-
cada en el concepto de clase social e~ entendida como vinculación psico-
lógica con los miemhro, del propio grupo (in-group). Esta vinculación
psicológica constituye un proce~o de determinación dcl comportamien-
to, superpuesto a la determinación instintuaL La superación de las expli-
caciones instintuales es llevada a cabo. eo este ca~o. por la introducción
del concepto de grupo primario, Como dicen Haycs y Petras (1974)
.aunque todo, lo" individuos pueden ~er motivados por los mismos ins-
tintos. hacen una diferenciación psicológica entre ~u propio grupo y los
otro,,, (p. 393).
La ohm de C. H. Cooley supone, en e~te sentido. un momento im-
portante en la integración del grupo primario en la explicación del com-
portamiento social humano. El papel que desempeñaban los instintos, en
dicha explicaci(¡n pasará a jugarlo la familia, el grupo de iguaics y otro ti-

" Par" Ma". 1, "";<1,,1 ",d,1 e, una IkCJón Jdeül"g" •. ",,",«,,<"d. M 1, ,mpo>!cion de lo.'
el""
Cnte,;", e '"""~O' de '"' dom,n,n!e

69
po de grupos a los 'lue el individuo está físicamente vinculado. Este eOIl-
c~pto de la sociedad como grupalidad cOllstituirá la seiia de identidad ole
una parte importante de la posterior psicología social americana.

La imeracción simbólica

De todo, e~ conocido el fundamental papel que G. H. Mead ha juga-


do en la constitución de la psicologia social. No voy a exponer ahora h"
principales ra"gos de la teoria de Mead, cosa que se deja para otro mo-
mento, ~ino que señalaré lo que, a mi entender, era la idea que el propio
Mead tenía de lo que debia ;er la psicología social. Me hWiaré para ello.
principalmente, en un artículo que Mead publicó en el PS.H·holo¡;lcal Bu-
llefin en 1909 con el expresivo título de Soc/all'sychology as roumerpllrl
o] physlOlogica/ psychofogy.
Mead considera claramente a la psicología social como una ciencia
social dedicada al estudio de los procesos sociales que hacen po,ible la
conciencia humana. Mead, al igual 'lue James o Vygot,ki, se enfrenta di-
rectamente al tema de la conciencia como nuclear en la comprensión de
la conducla humana '-'. El concepto de ,cr humano con el que trabaja es
plenamente social. Olee, por ejemplo, a este respecto: «cualquiera que
sean las posibilidade, o impo,ihilidadel metafí~ica~ del ,,,Iip,i,mo, p~i­
colúgicamente e~ inexi,tente. Ticne que haber otras personas (se/ves)
para que eXIsta ellse/Jl de uno» (Mead 1909. p. 407). El yo 'ólo exi,te
como contraparte de otro, yoe" lo cual le lleva a afirmar que "el grupo
,ocial e.' una implicación de la estructura de la única eonclcncia que co-
nocemos" (ibid). Es este análisis de la construcción social de la concien-
cia humana el que le lleva a decir 'lue: "Dehemo~ e~tar agradecidos a la
ciencia >ocial por prelenlar y analizar el grupo socIal con sus objetos. in-
terrelaciones y personas (se/ves) como precondición de nuestra retlexíón
y auto-conciencia. asi como lo e,tamo, a la ciencia fisiológica por pre-
sentar y analizar el complejo físico que es la pre-condieión de nuestra
conciencia tísica. En otras palabras. una psicología social debería :.er la
contraparte de la psicología fisiológica" (Mead. 1909. pp. 407-8).
Mead considera a la psicología ~ocial como una ciencia social en tan·
to en cuanto la ~ocialidad se constituye como perspectiva propia. Lo ca-
racterístico de la socialidad no es la presencia estimulante ole otros, como
en el caso del conductismo, ,ino la existencia de procesos que sólo son
concehihle, como interacción socIal. Es, Justamente. una insuficiente

" ,,,1>« la "eo«idad o,eotollc, de coo"derar l. concicnci. como demento centr.1 de 1, P"c,,'
I"gi, ",.," P,mllm (1 '!R.\) Y R"·",,, \ 1991 l.

70
comprensión de la soeiahdad lo que Mead achaca a los primeros trata-
dos de psicología social, a los que pa,a revista. Del libro de Ross (1908)
coment" -con argumentos similares a los que :,e utilil.arán, por ejemplo,
en hrael y TaJfcl (1972)- el carácter :,ecundario que la socialidad juega
en la explicacIón que se da de la conciencia humana. La definición del
objeto de la psicología ,,}~ial, que hace Ross. como "la:. uniformidade,
en el ,entimiento, creencia o volición -y por ello, en la acción- que son
debidas a la ulleracción de lo:. :.eres humano~" es inadecuada. Si el obje-
to de la psicologia social son 1a.~ unilormldades de comportamiento debi-
das a la interacción, ello Implicaría. según Mead. con"iderar ese objeto
como Un campo delimitado de la experiencia humana. separado del res-
to, cOn 10 cual la psicología ,ocial tendría una entidad similar -dice
Mead con íronía- a una p,ieología de las tribus de la montaña, por ejem-
plo, ya que en éstas scrían también observahles uniformidades de com-
portamIento debidas a la influencia de la altitud y el escarpado paisaje.
Lo propio de la p,icología ,ocial es una perspectiva, la de la soeialidad, y
no un conjunto de fenómenos o parcela.' de la realidad.
La pSIcología social de McOougall (190H) adolece, según Mead, de
una similar inadecuaciún en la comprensión de la conciencia humana, ya
que:,e mn,idera "determinada por los instintos ,>ociale" cuyo estudio re-
vela la soclalidad no como resultado de la interaCCIón sino como un me-
dio en el que la inteligen~ia y la emoción humanas pueden aparecen. ("p.
dt., p. 40 1).
La pSIcología social la articulará, por tanto. G. H. Mcad en torno a un
análisis dialógico de la mnciencia y la Idcnudad, en el que b interacción
simbólica es considerada el mecanismo fundamental. Su ohra póstuma
Bpiritu, persona y sociedad constituye. tal ~e~. la más sistemállca exposi-
ción de su pensamiento. En ella Mead desarrolla un concepto semiótico
y consen,>uado de lo ~()cial. scgún el cual "el origen prohahle de la comu-
nicación humana se dio en la cooperaciún y no en la imItación" (Mead
1909. p. 4(7). A diferencia de ()tro~ tratados de psicología social, en los
que el orden ,,)~ial ~ el comportamiento humano ,>e entendian de modo
con,er,ador. como expresión de instinto,> o mnseeuencia de la imita-
ción, es denr. determinado,> por elementos difícilmente modificables de
la naturalen. George Herhert Mead hace una propuesta políticamente li-
beral.

La inw.\Ii"ación aclilUdina/: ,d::l campesino polum»

El interés por el e,tudio de las actitudes como concepto que no, per-
mita comprender los eamblOS sociales tiene un daro y logrado exponen-

71
te en el e,tudio del (ampesmo polaco quc un americano y un polaco, Wi-
lliam Thomas y Florian Znaniecki, llevaron a cabo en el segundo dece-
nio del siglo.
Thoma.> y Znaniecki pretendlcron tundamentar llna teoría empirica
no dCICrmini,ta hwmda en la acción propositiva y subjctiva. EllrabaJo de
'1 homas y Znanieckl responde a los pre,upuestos e ideas de una sene dc
reform,ldores urbanos quc se dieron en la época
W. Thomas, en la sociología y psicología social. v Fran¿ Boas, en an-
tropología. intentaron reemplazar los conceptos biológicos de la evolu-
ción, propios de la sociología spenceriana por mecanismo; de cambio
específicamente ,ociológicos o culturales. Thomas y Dewey recha¿aron
la.ídea de que las sociedades enm ordenables de más primitivas a más
avanzadas (una idea muy v1ctoriana, y mantenida por Spencer). Thomas
tomó de Dewey y de Mead la idea de diseonlinuidad histórica: las wcie-
dadcs evolucionan nonnalmente por medio del "hábito". pero la "cri,i,,,
erosiona el hábito e imensifica la "atención,.. Thomas. dice su edItor Za-
rebky (19il4) "inició :;u carrera como '"psicólogo de 1o, pueblo, ~. miem-
bro dc la escuela alemana de etnología (idenuticada principalmente con
Wilhelm Wundt) que imentaba explicar el lenguaje, la religión y otros as-
pecto, de la cultura como producto de un tipo de mente de grupo: un
coneeplO e,encialmente racial y soclo-darwini~ta. El Campe.,in" Polaco,
por contra, postula un deseo humano uníversal por una respuesta semida
y directa a uno mismo. con frecllcncia -pero no necesaríamente- sexual.
y un de,eo concomitante de reconocimlento. Esto, de,eo.', argumentab,l
Thomas, sólo se podían sali,facer en los grupos primarios. lales como la
familia, el vecíndario y el pueblo. En M,ciedade, relativamente estables el
control social ,e mantenía mediante la generación y sati,facción de di-
chos deseos. En tiempos de crisis. sin embargo, dos nuevos de.,em Co-
braban cuerpo: uno de dominio (mu"/ery) y otro de seguridad. ESlos de-
,eo, no requieren grupos pnmarios sino 'lue ,on característicos de
mdividuos que pueden posponer o mirar a sí mismos para sati,facerlos:
de todos modos, los primero~ de,eos permanecen" (p. 11).
Segón W. Thomas y 1'. Znaniecki la, Mlciedadc' de8arrolladas cum-
plen los fine, de la regulación social promov1endo en lo, individuos l~
habdidad para controlar e'pon\áneamente sus propias aellvidadcs por
medio de retlexión consciente. e, de~ir por medio de urrüudes racionales
má, que por forma; personales y cmoliva, de control grupal" familÍ¡lr.
En El CamfJe,ino polac" e,tudian el proecso de cambio que ,;ufren
los emigrantes polacos provenientes de zonas rorale:; cuando llegan a los
E,lad", Unid08. un país industrializado y culturalmente plural Lo> d08
conecplos clave en la explicación son los de valor y acti1ud, con los qlle
pretenden exphcar la interacción y dependencia entre la estructura social

72
y cultural por una parte y la, canlcterístiea!, morales y mentales de los in-
dividuos por otnl..
Por valor social entienden "cualquier dato que tenga un contenido
empírico accesible a 1m miembros de algún grupo social y Un sigmfieado
en rclaciún con el cual sca () pueda ser objeto "de actividad, .. el significa-
do de estos valore' se IJace explícilo cuando los con.<ideramos en cone-
xiún con las accione, humanas, .. El valor ,ocial cs, pue,. opuesto al obje-
to natural que tiene un contenido pero que, como parte de la naturaleza.
no ticne ,ignificado para la actividad humana. e, tratado como ",in va-
lor"; cuando el ohjeto natural asume un significado ,e convierte en un "a-
lor .,ocial" (op, ell.. p. 5R).
Por ~ctitud entienden "un proceso de conciencia individual que dc-
termina la actividad real o pm,ihle del individuo en el mundo social" (op.
ól., p. 58). Lo ejemplifican con el hamhre, la decisión de usar una hcrra-
miellla, lo, sentimiclllO, e idea, de un poema, la simpatía y la admira-
ción. las nece.,idades quc la in,tilución trata de ,atisfacer y la reacción
que provoca, el miedo y la devoción, el interés cn Crear y elllcnder la
ciencia, 'd~i como lo, modos de pensamiento implicados en ello. Estos.
reconocen, ,on término; relativos a procc,o, psicológicos; lo que los ha-
<:e actitud,,, e, la relación con procesos SOCiales, su vinculación directa a
una actividad:
"La actitud se distingue de un estado p,iquico por su referencia a la
actividad y. por ende. al mundo 'ocial.. el proce,,, p,icológico es siem-
pre y fundamentalmente un estado de ulguiel1; la actitud es ,iempre y fun-
damentalmente una actÍlud hacia algo» (op. "'1, p. 59).
La p,icología social tal COmO la concebían Thornas y Znaniecki era
una ciencia ,ocial '-l, en la quc el c()n~epto de actÍlud permitía captar el
" L, p"""I"g'" ,n<l""du"l, dIC"O lo, ,u",,<, "'o ordeo , lug'" g,n"~,I",clO"es coeo"rK"
ochc "ab"l" con "o mé'odo que ",hdl< Od!" el pTC>UpUO"o d, 1, p",,",ncocia, ,d,""dA<I ,,",'cr-
,,1 ti" la 0",,, .. 107' hum .. "",I ,1 P,,,, 1, p"colo~" "n", "du''''"mente p,,,,,I,,~i, ondi,'idll'l, ~"_
",n'~'mo, numer,,'.' m""ng',,¡',,, c.lLfLcad" ""n" P"""IÓgLCas pe", qu< Id" he<hol «[Ud,ao f<_
nomcoo, "'o."",,,,,'. '1'" ,,, ,upon, O" "e,,<n '" fuenle en la "oa'u,.k,. humana" en geoe,,1 "no
,n "1',,,,,10, ,0noKI00", ",c,al,,-'lue pueden varJal' '"O 1" """«000. de e;a, mnd,,, one, J '.!Un
"" ,nmun" a <od,l< 1m ",<1;,,,1,,,,, en laI m;"''', ",n<l""""c,, ",ndo 1"'" ,11" , .. todo, no com"
mero, estad", Je ,e,., iod,,,dualos, ""O como d."" .",o·,uh",ol"' P"" 'CT WUdl,d", ,," n;n_
°
,un p,,,,ul'u",',, o,ec,,", '0 awc. de l. ",,,,ituelon p;,wlugoc •. ¡"'O,og". hwlog'" J" 1", ,nd,·
1',Ju,,' ~"" cnmponc'n el g'"l"'- A""" ",fcra de 1, 1"""lné" pertenecon "oda, la> m',,"gaCIOne<
,el"""" lo, ¡,"o,"e"", ",",deo,,, particula"', a,",." n""ooalidaJe, gmp'" ,cI,g,,,,o< p"li"_
eo, y 1'l'<)[""""lo" '''''c>pond"",,, a ')cuP'"""'C' O IO'ere"" "'po",I". pro"ocad,,, IX'" "pO-
eoal" ",flu""c,"" ~el med,,, ,o"al ) d<,,,,,,II.oo, po, ,,,,,',d.J,, "d\"."ooal.')' ""d,d" legale'.
,le ~I ",m;o" "p",,,I"g" "",al. '" h, hecho co'''''''" P"" "te "po de ;)\'"'''!é",,'m L, d,,""·
mm de l. plJwlugm "",.1 d, 1, iodov,du,l) la umd.d mctodologKa Je l. p,,«,lo~ta '0,,0] c,'",n
"n, C;<1'''a "Jurdd" no se ha d,<C'u¡,J" ,uf,,"·'<cmemo. peru ""e,,,,,"mo, momar que la I'''cnl".
~,a ,oml ,., pccolSamenk la u<nm d, 1,,, ""'ud,, )' ~U". m,"o'~", "" me",d", ,,,n O'""<'.lmoo<o
d,k"ntc, de 1", de 1, p,;colngi, iodmdu,l. 'u e.mp" "' ton amplH' mmn 1, "ida eo"""o', ..
(Inom,,)' Zn,m",h, 1%", p 6)).

73
momento subjetivo del proceso de camhio social. Progresivamente, ,in
embargo. el concepto de actitud fue transformánd",e en un concepto pu·
ramente psicológico '-'. E, en este sentido en el que cabria sillmr la crítica
de un ínkraccionista como Blumer (19112) al uso del concepto de acti-
rud.

El desarrollo de la p.icologia social europea

El de,arrollo europeo de la psicología social en la primcra milad de


siglo tiene, prohahlemente, 'u princIpal foco cn el mundo germánico.
Una de las figuras más ínnuyente, e, Sigmund reeud, Su influencia. tanto
directa como indirecta, ha impregnado l"da la sociedad y. ciertamenle la
psicología social. El propio !'reud considcraha en un articulo de 1913 ti-
tulado "Múltiple lllterés del psicoanálisis", que el pSlcoanálisi, aporta a la
sociología el estudio de los tundamentos akctivos de la relación del indí-
viduo con la sociedad. su carácter erótico, así como la comprenSIón de
los procesos de lIltcriorización de la represión externa,
Prohahlemente la primera pregunta que lo, científicos socIales ,e han
hccho es cómo es posible la soclcdad. cómo puede explicarse que
vivamos juntos a pesar de la peno;a expericncia quc ,upone ~oportar a
los demá" cónlo es posible no que exista la guerra, sino quc cxi,ta a ~e­
ces la concordia. Una explicacIón posible es decir que existe algún instin-
jo () fuerza lIlnma a nuestra propia naturaleza que nos impuha a 1,1 convi-

.' lomo d,,, Za,.',k)' 119~41 "conforme lo, ,oon,l<lg'" dó,,,,,,,II,,,,," mH-'''''' má, ,oh",,"_
do, m<dú Je ,n,I"~r y medir 1" ,<,,,ud,,. el "'''''p''' do ,e"",d (IUedó rCd"CLd() a "I'"""n"
,uh)"",,,,, pm¡'cndo laoto 1, pmfun""bd mmo 1, (",,"'acLon, 1, aCCLO" qu, a"L,,, le hAO" e"roc-
°
lcci""do, 101 estue"o p'" ,apL"' la I{'g,,', ,,<cma "~mf".d,, de 1" ""'''''; el "-,,ido do que lu,
,oe,olog'" " ..1,," .mpl,,',do, en al~'¡n tJpo de d,alug" m" ,,',," ACO""" 'oCJaM lu, p"'~""""'_
m,,,,, p",l<"odolo on lIna bú,queda ""-,, f""lm" pm 1" ,u,",i .. ""," (p, ni
P'"o, '"0\ dc<pue; de la pobh,a"ón do 11 ,,,mp,,mo ¡>oh,,'v. '1 hu"""," PUb"'A un ¡,",o,o ",.
,"culo (AW",,¡'·, '"o 1",m,'",,,"'''In~) en el que plantoa 1" p""IHI,""d de moM Je mooo <<Cdl"
1" .ct;'uJ,,_ al 'gu,1 g'" 'o c,taoa h.",od<l cua b, 'I''''ud" Pm 1m mi'mo, .ñO' JJuga'JU') 1 ,_
ke" "'grdO do""oll,, 'u, L"pen,"" t",",,", d, med,,,,,", El eooeep'o de a"",,ud 4ue on pnnCl'
p'" fue mlroduCldo p'''' J" "e"'A do lo, proce,o, de camb,o "",,1 ) ,,, ","e",,'" lo, proe"""
de ,ntoHu';""""" " m"m.li"ción de lo< "1"",, ,,,,,,,1,,,_ fue pmg''''''"m"nte "ao,lo, m""J",e
,onlmme lA '","ülüg"'dC m,d]C.oo Iu< "a",,,do," m.. , "f'o,d" lal como ah.m" e W <;hcrof
, 19N), 1" "cnologí, actHod",ul fue pmg"'''',,ncnte dl'ore,"odo-e d, 1, «mOd, ",1 <I,,'ooe,o " de·
""0110 a lo lat~" Jd "eml'" en ,,"a sOCIedad 'o la que b med""," de "",I'I"'cr "po se ,< ",,,,o
pre,t'g;"'" La m<<I"-,,," dc .emude, cumplo" el "~U"'l<' ,,,<km,,,, ,!c ,eT "",otoli", .. , 1'''''''''
'gualm"," dc ¡,,,, p,ra uoa "'alu",,,,,, '"puo,"monlC <,entille, de ,mpre,", "en", , lA "aJem,a,
oncl,,)codo 1", .,,,",,,,,, mme""al" ,k opinión p'¡~I"," (p. 1111 Lm "'ud,,,, 010 mcdic.Ón de oc·
,"'ud" tu"""n. d, bech", "na mlly o"e"a acog.d, p'" 1'""" d, 1", ,""'''''L""e,, tan", pobl"",
mm" 1";,",1.,, quc pod,ao Im"ncm" lo, e""""" 'roo"I'" "O (',mpo Ion I ~J6 G'llup J,m","ú 1,
r",,~,Jid.d de u",r mue",,, "p,.""'A'''" p,," predecir lo, r"ultad", ,1""".,le" )' en I ~.'~ Ll·
kert t"b'pb, ya pa,., ,1 g"h,,,nn kderol de lo; btad", l'n;J,,-,

74
vcncia, Esa fue, por ejemplo, la posición de lo~ morali,tas escoceses y
que, indirectamente, llega ha,ta la psicología social interaccionista (re-
cllérde,e lo que Mead decía de la fundamentación de la comunicación
en la cooperación y no en el conflicto). En cierto modo, fue también la
posición de Kant ("la insociahle ~ociabilidad de los hombres») "', Para
Rernard de Mandeville (1982), y en cierto modo los conductista', es el
egoí,mo el que hmdamcma paradójicamente la wlidaridad. Al igual que
las abejas que en la húsqueda de su interé, individual constituyen una co-
munidad. la .'ociedad de los hombres es poslble gracias a que los vicio,
privados son públicas virtudes,
Si na se considera aceptable una explicación in,tintual o innatista, la
alternativa e.<triba en con~iderar la represión como un hccho central en
la constitución de la sociedad, Para Durkheim (Las formas dementa/e" de
la vida religiosa), por ejemplo, la8 regla, morak., "con~triii.en" la conduc-
ta, no t,mto por coerci"n externa, cuanto por autoridad moral. pero ¡,de
dónde proviene esta autondad mora!'! La respuesta que da Freud a esta
euesllón es muy interesante. ya que. <11 igual que M<lndeville, consldera
quc la sociedad ,>e fundamenta en in,tinto", que en este caso san ¡ibidi·
no,>os. pero a diferencia de todos los optlmistas liberales e ilU8trados,
Freud considera que la vida en sociedad no es el marco natural de de"a-
trollo de los interese8 per"onale,. "Tal comO nos ha sido impuesta, la vi-
da no, reslllta dema"iado pc,ada, nos depara excesivos sufrimiento,>, de-
cepciones, empresas imposibles» (I:J m(1/est(1r en 1(1 ""Itura. 1930, edic,
1967, v, lIt, p. 9).l.a sociedad e, necesaria como defensa y no como rea-
liz<lciún. Aquello de lo que el hombre neceslta defenderse es, en primer
lugar, del propio cuerpo y del sufrimiento que éste engendra, tanto por la
enlcrmedad como por degeneración y la muerte; en ,egundo lugar, de la
naturale7a exterior, a la que en conwnaneia con el sentir moderno consi-
dera una entidad amenazadora y susceptible de explotación, y finalmente
_y como pnncipal fuente de sufrimiento- están lo" otros humanos, con
su c¡¡pacid,,,l de fru,tración} agresión de nuestros propios deseos, r.a :'0-
ciedad v la cultura se fundamentan, según esto, en la represión de lo~ ins-
tintos, dándose así la pesimista paradoja de que la única posibihdad de
supervive~cia y re,tli/.ación in,tintllal, que ""lo c" posible en sociedad,
tiene ~omo precio la reprc"ión de los proplOS mstintos, El resultado e, el
male,tar en la cultura, La autoridad moral que es interiori¿ada en el su-
peryo, no es nad" racional, e~ la resllltante de la interiorización del mie-
do. El motor de la civilización es, en definiliva, para Freud, la coacción
externa, la represión interna y el miedo resultante".

ll[.cnH,~éJar(IW1)r '1
¡;", "'" "m,l" , 1, de !-rcud,) derivad" d,· elL" c, ¡, '1"" m,nh"n" K",h,,, Eb", '" 10/

75
9L

(6-~¡:> 'dd '"'" da) ."'u\,!,


-."J0l1"lit"1 B,o,"od",d ,~'""'1 un, '''p><m '0"' "P",' O[ ."",1' "'""'''''"1 "",m "P"'" ,>]
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o,,,, ,,"OrJooo, """,(o ,ou''''''4 ,,,,, "'1 ,nb"" ,[ql>Od" ""O""IO'OJ "l<O 01' """'u," ),np'"
-'PUl OlU'[W"uoduw' 1'1' "",un, ,n,u "0,,"1"'" "un uf' '''I"''P!'!PU' '.'"""""" '"1" '"'lnJu"
""1 ""1""'" ti" ""'''In, .p,nd p'p'''o, '""'"'N" '"p''''' 1> rn,,~ '"'' ",,'''""0'"0' \lJ'SO u9!'
-~"l''''' "1 'P ''I"d,,"ud '''UO"I '"1 'P '"Ll -(r,t -<1) "."""""1''''" """nu 'p """?""1'01 '1 '1' "
-u,w,,",!puod,pul '"P!\"''' " " 'PP""IOAOO p"pmo, '1 "O 'OII"P< '01 'p 'O,!qr~ "'1 '1' """;>"0'
_"" '1 "P""U, '14",,,1 " ou" -P""_~ Ol.d ,ni, I'''~' 1" '{¡;~61) \~Jld P~"cl ''''''"''1'-'''"1 'po=o,d

'IlSlllU el ~p leUlp!q!l P.!WOUOJ;I III Jp OJIU~P 'eJ;;op!SUOJ 01 pn;;o~,{ "U;I!ljllU


-'!-lP.~ ;lrlluoSJ;ld un 'uofJ ;;0'1 ,um¡ UUIOJ '~;I OU IlSUlU U] Jp ~pr o J~P!] 13
'¡euosl;;od Á IP.!~{" u<;>pUJt1pUlU ~p os;;oJold ];;oP sa~0!-l;¡IU" ~O!PlllSJ UO;l 'J1J
-;lP SJ 'BlJUU}U! P.I uO:l Á "A!l!Wpd UpJoq U] UOJ esew P.I P. p.~nd!nh~ pn~JcI
-()P!n~lSUOJ;lJ Á opBwe ol~rqo 1;;0 U~ o,{ F'P SIlJ!I~)JJPBJIl:l Jp U<;>IJ:l~ÁOld El
Jod IU!l;;oPIUP ~nb ]U 0PUIS;} 'r.:H1<;>ud!4 UO!~"nl!' 1J] Il ~ OlU;llWUJOW8U;;o
¡B JUI!W¡S s;;o Jap!1 I~ UOJ U~"JUpl e'1 'BS8W ;;op u<;>!JP.n¡!~ u~ UBJ~q!l JS ;lnb
A OPUJoqlllJ opow un ap u""Hdx~ ~s s;I]ewJou S;lUOl;J~nllS ua ;;onb 'WJ
-!1\";¡ "'I'PU!A lOd sepmn U!!ISa sp.~p.w ''', 'P~P!1O!JJ1UU UOJ S~IU;;o)S!X;;o
OJ;Jd 'SoP!UI!~da~ """;lP ~OUJ'~ S;I)u;¡s~Jd U~;JP.4 ~s ;;onh OU!' 'IlAJnu pep
-!lIlJJ uun uJZ;¡ludE ;¡nb sa OU "'''UI Jp u9'~lln¡¡s IlIm U~ U!!)S;;O sp.umu;;od 'P.]
opup.n" ~Jm;l() ;Inb o, 'OMI:l;;oI0;J al11;;o!;J~UO~U! ~p o ]UUOSl;lduJdns ~lU;;olli
~p ;;op;;ods;;o p.un ~p JBlqllq OPl)U;lS Jp ~;J;;oJP';J (¡.rodllV H 'c:I p.JBd OlliOJ)
pn;lJ,{ UJEd 'illOpEAOUU! I1\,!"p.J!ldxJ uun J;¡UOdOld u.lEd 'lI~jjn()U;JW;¡p Á
uOf] ~'1;¡P SUJqo SU] ~p ;;o).lP.d pn;;oJ,{ "'''lllU SU] Jp U)jjo]o;¡lsd U] ~lqOS
'(Le: ¡ I -<1 '¡-¡OA) «opuJ!l!lsnf J1U;¡lU
-uu;I]d ü.1~d 'OlldUIE 0p!lU~' un U;¡ ']IlIJOS uJ'ii'o]o~lsd Old!:lU!ld un ;¡PS;¡P
,{ OdW;I!l OlliS¡W ]e S;¡ lp.np!.~!pU! P'!jjoIO~!,d U] 'OpOUI ;I1S;I:JP Á '01J~SJ~ApP.
o lp.!I!Xnp. 'Ol~rqo 'ol;¡POW owo~ "<Ol10 la" ';;olUaWnA!l";¡p ';¡~dW;¡lS OpUJ'ii'
'J1Ul ;}J;;oJEde lp.np!A!pu! P.~!W)UU UplA uI U;¡ 's;¡)uer~W~s sns uOJ Onp!A!pU!
IJP SJUOlJUjJJ SB[ ~p Jlpu!J~aJd OpBP ~J J[ S~IIlUOlJd:JJx:J s;:OUOP!PUO;J ~P.p
-nU!W~~Hr oruq IÍ ,;:OJ;:O,~ SEJod Ánw 01<;>' OJ~d 'SOlUP'U! sns Jp U<;>TJ;JqSU
-~s el lV.~ur.JIP. P.¡U;¡lU! OUISllU p ;¡nb SOllOd SOU!U1P.J Sal P'jj!l""'U! ;¡ OPU[
-SlIl :JJqwoq [E ·;;oIU~WP.¡.r;;oD 'BH~~UOJ as ]unp'Alpur uJ'ii'o[o~lsd E, ·u;;owP.x;;o
0p!U~l;;oP '1¡lw Il SOIU;llJIUOS E[ o¡ur.nJ ua UO!:lllJ!J!ujj!, n~ ;Ir Jllud UUJ'ii'
:Jpl,,¡d 'EpunJo~d Ánw "'UJ~JJJud Jp:Jnd e)SlA 8l;¡U1!ld r. anh <P.A!P~IOJ
o ]UPOS UJ'ii'0IOJ1Sd Á lp.np!A!pu! ")íio],,,,!,d ;¡lIUJ u<;>p¡sodo e," :[BlJOS E!jj
-o[m!sd Jod JpTlJllUJ ;:onb O[ ;;oJqos u<;>.<Jp'~p.pP. P.un ~~P.I.l BJ<.jO IlqJlp U U<;>lJ
-Jnpo~)u! P.] u3 ']P.po~OJ!sd J1U;¡WEJHP~ds~ ew;;o¡ un a~qo~ '( 1e:6 [) ,\7J,\"
-PUl SO! Jp mf!Ojo::m¿ 'BJqo p.un 'ofu:uqUlJ UlS '9'qlJ:JS:J pn~l.':¡ 'UOD1l7!]!A!J
"] , ~UU IJ 'u9T'ii'!]JJ E[ ~lqOS S;;oUODID!ldx;¡ ,n, "llOJJllqp opUunJ '(Oe:ó 1)
.IJ~mjd pp O!d',1U!.Id PP 9lJO spW ;¡P Jl)Jed e [E!J~ds~ U~ 'O;J!jj<;>]O!J,"',J!sd
UISlA ;¡P olUnd un ;;op~ap ;¡1'-lBJ;¡dn~;¡l q pnJJ,{ Jp UJqo U] UPOI U;;o¡q !S
un narciso, en realidad, un personaje incompleto que no neee~ita de la
ma,a como objeto del de.,eo, La obra de Freud era ya premonitoria en
una Europa prcfaselsta.
La obra de Freud ha tenido Un eco muy importante en toda, las cien-
cias sociales. Esta influencia es muy directa en el caso de la llamada Es-
cuela de Frankfurt (Adorno. Horkheimcr, Mareuse, Fromm ... ), algunos
de cuyos mIembros intentaron establecer una vinculación entre las expli-
caciones psicoanalítica., y marx;"tas. Tal fue el caso, por ejemplo de
Erich Fromm, al menO.\ en sus primeros trabajos, quien postula una psi-
cología social, quc se fundamenta tanto en Freud como en Marx. Según
esta psicología social analítica. hay que "entender la estructura instintiva,
la ilctitud libidinal -en gran pilrte inconsciente- de un grupo. en funcIón
de ~u e~tructura ~()ci()ec()nómiea" (Fromm, 1932, p. 119).
En la Viena de los años veinte, en la que Freud tnlbajabil, convivian,
o mejor coexistian, distinto~ grupo, de p,icosociólogos. tal como narra
Marie Jahoda (19IU). El compromiso político y la investigación social
estaban, con frecuencIa. directamente vinculados. como era el caso, por
ejemplo. de Qtto Neurath. eminente positivi,ta del Círculo de Viena. En
un terreno men", ~omprnmetido políticamente pero igualmente intere·
sado en la apbcac¡ón de los conocimientos de las ciencias sociales :.e
mueve, en la época, Paul Lanrsfeld, 'lue al igual 'lue la mayoria de 'u,
colega, judíos tendrá 'lue exiliar~e en América. Lazarsfdd se caracterizó
por un lflterés especial cn el rigor metodológico. De especial influencia
fue el Instituto de investigación en p.,icologia social y estudio., de merCa-
do, que fundú en 1926, y que de~pué~ reprodlleiría dc modo muy ,¡milar
en la Umversidad de Columbia.
Una fIgura de la Viena de los años veinte a la que Jahoda ha~e igual-
mente referencia e, Gustav Ichhei,er, 'luien dirigía el Centro de Orienta-
ción Vocacional ,''. Iehheiser desarrolló una psicología social fenomeno-
lóg¡ea que, en muchas eue,tiones, se anticipilba a de,arroll", posteriore'>
tanto ep;"temoIÓgic", como empírico" Ichheiser consideraba que la PSI-
cología wcial experimental era de dudoso valor y ello tanto por el sesgo
que suponcn los prcsupuestos ideológico~ y culturales del experimenta-

." ~l,[]e J,hoda d. una ,",eTC""" "'pl""""n ,k 1" ",wn<> ~ue., 'u "'. wn'"hu)'on", al
""'u,"e,m,,,uo de un ,n'N'gador lao '"terclante cümo lehilmcc: '" re"m"mo 'OlpO"O' 1, ,,,n_
d""", bum,,,,,,. el 1""" "", "r", lO" ~"e hae," '" 'u< ;Ilforme, "",tos de d,"" empinco, y '" o,·
"¡",, re""n.l. "J,n" " gmpo, y c"""I,,, M,me Jal",d, """eluje. coo ~,." ""O) <.''';0 que .. la
dLf,,"ón de 1", ,de", dcpcnJc de algo "'Úl 'f"" ,,, ",1"1,,," 'r J44) La b"'geaha de !chh",,, e,. en
mu,h,,, a'pecto.. mu)' ;]\[e1".000. ~a que, al ma,~c" de 'u, pcculMrid.dc; P<'-';O""I<->,,, m" b'cn
,mpl",ndo" en e",,, (fue InL,,,n,J,, el> u" p"y"a,noo. d,~oo<tJc.do de '<lquJZOtf<noa paralloL'
<le'), \" m"gin"fid"d ",1"".1 «'nm" -,,,,¡¡,,) y op"tem"l"lpca (e"ef"'co n"I"'''''''' l. e'pe"",e",,_
eI"o) ,,,b,,, cu"p" drama",,, en >u prop'. ""ten,,",

77
dor como por la interpretación suhjetiva que los participantes en los ex-
perimento~ hacen de esto.'_
Jchhelser inició en VIena s"', e8tudios sohre la ideología del éxito,
que le llevarían posterionneme a indagar sobre un a8peeto tan funda-
mental de la p8icología social como son la, convlecione, mtidianas que
funcionan como evidencias incue8tionable~. Estas convIcciones, a las que
caracteriza como ideologías, constituyen un clemento clave de la percep-
ción y la "ceión SOClal (dI. cap. 4), Su form"ción y actilud fenomenológi-
cas comnbuirá al estudlO de la psicología de >entido común. L08 proce,
;m de 8esgo, talsa atribución y crrore8 perceptivo~ no son para lchheÍ<,er
proceso, individuales, como lo serán después para mucho, teóricos de la
atribución, sino procesos psicosociales.
En el panorama intelectual europeo y germánico de entreguerrds se
desarrolla una teoría psicológica, la de la escucla de la forma o GeMult,
que tendrá una notable repercusión en la p~icología sociaL Tal como lo
plantea Yela (1974), la psicolo¡!Ía de la (Jes¡alre8 una respuesta a la in-
sostenible dualidad carte,>iana, de la 'lue la primera psic(llogía científica
nO logró de~hacerse 'o. De fonna más concreta, la psicología de la gestall
~upone una reaeciún frente al a,>ociacionismo, propio de la, primeras
psicología8 científica" asi como del positivismo. Frente a la concepción
fragmentaria y molecular de la realidad psíquica, los ge'taltistas ponen
de mamliesto el carácter estructural y molar de la experiencia p8íquica,
Esta experienCIa no e,> una mera re'puesta pasiva, sino una verdadera ex-
periencia activa y constructiva, Los e,ludios sobre percepción, que ,on
lo, que más se de,arrollan COn e8te tipo de enfoques, ponen el énfasis en
el c~rácter constructivo de este procew. Emre lo~ po~tulados que car¡lC-
tenzan, por ejemplo, esta escuela. está la idea de que lo, fenómenos p,i·
'-juicos OCUrren no de modo ai81ado sino en una estructura campo de °
elemenlos lmerdependientes, La percepción, ,egún ello, no e, la resul-
tame de la adición de elementos de la ~ituaeión, ,ino que se caracleriza
como un todo que es captado como lal.
Aunque el interé, primero de 108 invesljgadore~ de la Ge.\tult se cen-
tra en el e8tudio de los procesos perceptivos, la influencia de los plantea-
miemos ge,tálticos es con,id~rable en la p,icología social I.os esmdio,
de percepción social, de lo que vino a denominarse new look, a,i como

,. s; la ""pue". conductL", rue 1, de prese;"",, "e uno de lo, "J'm",,,, "e 1, dualldad. el de la
,on,",n,,.. 1, re'pues'a d, 1", go".lU"" tue Me",n,": ,Own año a"te, de 1913. en que """,,,,,,,,
,,,¡,,,I. contra la «"."en,," ¡ntro,peoe,,)n"'" ,k 1¡teheoe,.. 1" na," W,nhctmer <-"O"a 1, ,,,nelen·
ei. "od"",o;". de WundL We,-,h<>m«, on 01 COO""" de 1, fcnomeoúl,,~;, eu"'pe" o"~,,,a 1,
p"coloS" de 1, (j",al" qu, ."ud" no los elem",,,,,, '" l. eooc«"e,a ,;n" 1", fenómeno, ",," 1,
,""<'ooe,a." (Yela 1974. p_ 11l.
lo, estudios de atribución causal y de Categorización ,ncial Iienen una
fundamentación en la, explicaciones gestálucas.
La e,cuela de la (ieslIllr no constituye un movimiento unitario y, por
tanto, no e, tácil sintetizar sus propue'ta" uno de los filósofos que más
influyen en este movimiento es Brentano quien, contra Wundt, mantiene
quc lo propiamente psicológico e, intencional, ya '-Iue los ¡enómenos psi·
quicos dehen entcnder,e como actos y no como sensacione,. E,ta~ son el
ohjeto de estudio de las ciencias físicas. Otro de los filó,ofos que influ-
yen en la gestaciún de este movimiento es Mach, de qllicn es el conocido
ejemplo de la melodia como forma independiente del tono o malidad.
Lo, principales inve5tigadores, Wertheimer, Kóhler y Koffka. se traslada-
ron a los Estado" Unidos en los año, vemte y treinta, aunqne sn desarro-
llo en este país fue escaso.
La influencia de algunas ideas ge,táltica, es eV1dente en uno de los
cientíticos más significados de la historia de la psicología social, Kurt Le-
win. Dad" ,ti ,igniticación en el desatTollo de la psieosociología nortea·
mericana me referiré" 'u ohra posteriormente.

LA I'SICOLOGIA SOCIAL :-'¡ODEHNA

Tras la 'Segunda guerra mundial la psicología ,>ocial,;c mstllucionali.la


de modo de!imtivo, en e'peeia!. en los E,tados Umdos, convírtiéndose
en una dISciplina académica reconocida como tal. 1:,1 objeti~{) de la l[}Ves-
tif!.ación ~e dt'>plaLa progre,ivam~ntc del exterior. de las demanda~ y
preocup,lCiones soeiale" hacia el interior de 1<" centros univen.itario"
en" fi¡!lIra clave en e,>te proceso múltiple de transICIón e, Kurt Lewlll
(lH90·1947).

Sobre Kurt Le ... in

Kurt Lewin es con,iderado por mucho, como la tigura más relevante


de la p"eología _ociaL E,ta relevancia ~ in!luencia es tanto epi,teInológi-
ca como teórica y metodológica. La innuencia de Lewin también se hizo
pre,ente en una vital izaciún de la psicología ",cia!.
Lewin COmen?" trabajando en Alemama y po"teriormente. como
consecuencia de la persecuciún nazi. tuvo que exiliarse a los F~tado,
Unido,. De,de \)11 principio cltrabajo de Le"in se caracteri?a por una
actitud episrefl1o/óg;nl' ante un prohlema definido en términos conven-
cionales y descriptivos (hábito'> y volición. por ejemplo) hace una e'pe-
ele de pue,ta en pal'éntesi, fenomenológica. de manera que el mod" con·

79
vencional dc entender el prolllema no le impidól captar la e,tructura all,-
tracta y relacional sullyacentc al fenómellO que e'tudia. E,a e'tructura
all:.tracm no e.' una característica COmún de tipo /cnotípico. sino genética
o genotípica. Por su carácter allstracto y no de:.cripllvo. recurrirá siste-
mállcamente a conceptos construidos teóncamente o con.ltructos para
expresar la, pmpiedade, del sistema. tal como el constructo de ",¡stema
en tensión,). que tiene una cierta ,imihtud con el de gesrah A diferencia.
s;n cmhargo. dc otro tipo de /corí ..., psicológica" 'lue intentan, igualmen-
te, dar razón de la complejidad de la conducta humana. I.ewin considera
que ,da psicologia no pucdc intentar explicarlo todo con un constructo,
tal como la a;ociación, el instUllO O la Ge>mlt. Dehe emplcar~e una varie·
dad de constructos. aunque interrelacionado, de ulla manera lógicamen-
te precisa» (op. cir., p. 20). E~to es. justamente, lo que hace difícIlmente
cJasificallle a Lcwin en una escuela. Su actitud epistemológica le hiZO ,er
radicalmente original en sus planteamientos. así como intclectualmente
amllicioso: (.la unificación del campo total de la psicología de una mane-
ra lógicamente coherente podría por cierto considerarse COmo uno de
lo, propósito, básicos dc nue'tro cnfoque» (¡hid.).
Una de las cxpre,ioncs má, cumplida, de la aCl1lud cpi,temológica y
meta·teÓrica dc Lcwin e:. su artkulo de llj31 '<Jllre «El conflicto elllre
las perspccliva, aristotélicas y galilea nas en la p,icologí,l c()ntemporá·
nea". l.ewin considera que la psicología delle llevar a cabo una r~,()lu­
ción en su, planteamientos. similar a la quc ,e produjo cn la, "ieneia, fi-
.,ico-naturales al inicio de la modernid¡¡d. con Galiteo. La ciencia
moderna supuso. en su opinión, un abandono de la concepción ari,tOlé-
lica del mundo. Esta concepción aristotélica se caracterizaría u) por el re-
cun;o a clasificacioncs ba,adas en esquemas de valor, corno hl de nor·
mal/anormal. errore> perceptivos, Ilusione> óptica~ etc .. que ,on
frecucntes en pSIcología, b) por una definición e'encia]¡;ta de ta da,~ "
categoría de da:.itlcación~ esta esencia 'e supone, explicita O implíCita-
mente, 'lue cs la que determina la conducta; e,tal dcflllicionel suelen ,el'
dícotÓmicas. Ejemplos en pSIcología serán lo, conccpto' de impubo.
motivacIón, temperamento etc. El pen'amiento galileano plantear~ una
alternativa funcional ~ esta concepción 'ullancial. con ello será po,ible
utilizar conceptos graduales. no dicotómIco,. () En el pcn.,amieIllO ari,-
totélico la da'e se define por la SUma de las caracterí,llC~s comunes de
los objetos o lenúmenos que la compon~n. Según C,IO. son Icgalc" e:. dc·
cir cxplicables por una ley científic¡¡. los acontecim iClllo~ que OCUrrCn si n
excepción. aunque ¡amllién sc con,ideran ordenados lo, qlle ocurren
con frecuencia. El aTar y 101 casos único~ quedan exclllidllS de la explíca-
ción científica. La regularidad que fundamenta una clase o conccpto !Se
entiende, 'egún esto. de modo hi,túrico (lo que ,iemprc ha ocurrido)}

HO
estadístico (lo que le OCUrre a todos). Esta caracterización de la legalidad
como frecuencia está. según Lewin, ampliamente extendida en la psico-
logía: ejemplo de ello serian las explicaciones del desarrollo mfantil, en-
tendido como progreso a travé~ de etapas que todos los niito, (normales)
pasan o las explieaciolleS de la psicología de la emoción, La matemati~a_
eión propia de esta concepción ari~totéHea y precientífiea es la estadísti-
ca del promedio. Frente a ello. Lewin postula la legalidad del caso único.
El pensamiento gaJileano, por contra. se caracteriLaría por a) la ho-
mogenei7aelón, es decir, por la unidad comprensiva de todo el mundo fi-
sico. lo que se opone a la8 divisiones dicotómicas y rígida~: h) el recurso
a conceptos genéticos, que expresen la identidad genética de fenómenos
y no la similitud tcnotípica de suce,os: e) la concreción y el énfa.,is en lo,
proceso, cuantitativo~. La ley científica se refiere. en realidad, a casos
ideales que no se han dado nunca (pocos cuerpos han caído alguna Vel
en el espacio de modo estrictamente conforme a la ley de la gravedad:
siempre hay cJemento~ 'lue interticren o moditican la caída de lo~ cuer-
pO.I. La ley de la gravedad es una abstracción y no un promedio o e,ta-
dística sobre la aceleración empíricamente constatada COn la que puedan
caer diversos euerpo~). I-.n "te sentido. Lewin con.,idera 'lue la ley cien-
tífica es ajena a la historia. porque lo que la define no es la histOria de los
fenómenos 'lue se pretenden explicar. sino su ah,tracción J".
Para la reali7.¡¡clón de cIte trahajo científico, J .ewin consld"ra im-
prescindible la teoria (a diferencia, por ~jemplo. de los conductistas radi-
eale~ como Skinner). 1-.11 palabra~ del autor: "Sin teoría, es imposible en
psicología, como en cualquier otra cienCia, avanZar más allil de la mera
recolección y de~cripción de hechos que no tienen valor predictivo" (Le-
wln, 1971l, p_ 224).
La leoría cientítica se car;lcteriza por el método constructivo, «cuyo
desarrollo tUVO ~u origen en la matemática. El 'ecreto de e,te método ha
:;Ido, desde la época de lo, griego,_ con.,iderar desde el punto de vi,ta
cuahtativo entidade~ geométricas diferentes (tal"s como el círculo, el
cuadrado, la parábola) como productos de la eomhinación de ciertos
«elemelllo, de con'trucei"n» (tales como puntos y movimientos)" (opo
cil.. p. 43). Según Lewin. <da e,encia del método constructivo es la repre-
sentación de un c;¡;o individual con el aUXilio de UlHl' poeo.1 «elementos»
de construcdón." (op. cit., p_ 69). Los re'luisi1o, deseahles de una teoria
científica es que esto~ elementos de construcción o constructos estén vin-
culados con hechos ohservable __ (síntomas) mediante la llamada defini_

Oc' heotc. Na p""UJO 1"'1 "na ",ti"·,,," de PO"""'''"''' (Iue_ mmo 'eJ"","'. pOne el C"t,,,,
'" el ""etCI '"";,,",,com,,o<c h"tun", , ,o~"i,'o del "hic'o de """diO de 1" OJen"" $0",1"
{v,a,". por <rempl". 1, uh'" "O O"e~ y U",," Hm,,,," "''''0 ',,"ma)

81
ción operacional y tengan propiedades conccptuales claramente defini-
da". La ley eientifica es «la relación entre la conducta, por una parte, y el
campo caracterizado por cierto,> con.,trueto" por la olra, o entre los dI'
ver,08 factore, '-jue determinan el campo» (¡bid), La ley ciemifica «8e ex-
presa en una ecuación que relaciona ciertas variable," (op. cit., p. 225) Y
debe verificarse experimentalmente. Una le} es, ,egún esto, siempre ge-
neral.
Lewin elabora su propia teoria psicológica, la teoría de campo. Ca-
racteriza a esta teoría. en primer lugar, por el recurso al mélodo cons-
tructivo. ya indicado, a~í como su entoquc dinámico. El enfoque dinámi-
co se refierc, como antes he indicado. al inten;, por lo, procew,
genotípicos o gener..dore" de los cambios psicológIcos. La leoría de cam-
po se caracteriza, igualmente. por su cntoque sistemático: la explicación
de la conducta. como la de cualquier sistema, debe hacen;e, según Lewin.
en virtud del si,tema de fuerzas} ten,iones pre,ente~ y actuanlCS sobre el
sujeto y no en relación a los anleecdentcs h¡stórieos del sujeto. No se tra-
ta de que la historia no sea un elemento. con frecuencia importante en la
determinación del comportamienlo, pero Lewin considera que debe en-
lenderse la ini1uencia hislóriea como tal influencia en el presente estado
del sistema, En este semido, no sólo el pa"ado, sino también el futuro sOn
elementos de! sistema actual, en tanto en cuanto elementos de tensIón
(háhito o intenciún) presentes en el momento en que se analiza e! siste-
ma. El enfoquc genético lewiniano e" por tanto. y corno ante' indica-
ba.todo lo contrario a un enfo'-jue hi,tórieo: "De acuerdo con la teoría de
campo -dice Lewin, (1978)-la conducta no depende del pasado ni del
fUluro, sino del campo presente. (E,>te campo tiene una cierta profundi-
dad temporaL Incluye el "pa,ado p,icológico" y el "Iuturo psicológico"
que con~tituyen las dimensiones del cspaclO v!lal existente en un mo·
mento dado),) (p, 39).
ütra caracteristica de la teoria de campo e, ,\1 enfoque p,icológieo,
Por tal entiende Lewin la de,cripción del campo no cn términos extcrno,
al ,ujelo cuya conducta 'c pretende explicar. 8ino tal como la per,ona ()
grupo analizados la percibe".
Junto a la, anteri()re~ características de la tcoría de campo. Lcwin

" bta toma ,le PO""" I"b.l",i,. el ,nten<hJa,l",mamenl< "",,,,oh!,,,,',dad _la oh)<,,,,,J,,,/
en p,,,,,I"f" ,,,se "p""otar corrW.men," el "mp<> 'al rom" ,.",,,. P,"" d "<I",du,, "n cu"_
",;n en "" mDm,,,'" J"'e,"""ado" ILeW;1l I"OH, p 223\, Aunquc Le"ln c'oOlide", 'In"1" p""-
pcct,,,,'''*';'''; p"",I'WH'" el ,,,mbe;,,,, de Id "h"t;,¡J,d."o quedo dd"" ,'"al" el '''''"'0 de
Na L., ambL~u,dad, en mi <>pLni{>n. """h .. "n un.' ,mpoce;", ' ..."'e,,,,,,,,m del '"le", Una "'".
'"pe;,,,, Je la ,uhl"",d,d que l\ü ,ca la de la mera p""pc!{m P""", "no '1'" '" d,f", p'" 1, ,e_
'1<,""d"l, h.. " <bf,",lmen" ",,,,,te,,,],I" Ulld pu>!uJa un¡"e",I,,,, ,obre 1, explLCaeLóll. ~ conll'
gULOnoclllcnOC ,bltract •. lo ",,1 ,,',1,,", p""hle "m U"" eI"a ,el"'.""'" <1uce '"1"" ~ ""1"" de
""'"'''''''"''' ~ "'''' U" ,,"amtel\{O opcro"onali"",, de la "",I,d"l

82
con~;dera igualmente que ésta debe dirigirse al anáhsi, de la ,;tuación
global y no de elementos aislado, dentro de una situación
La teoria de campo hace recurso a un conjunto de conceptos o cons-
tructos. con los que Lewin pretende explicar una gran variedad de fenó-
meno,. El princIpal con,lfllcto es el de campo, entendiendo por tal el
conjunto de hechos coexlstcntes y mutuamente interdependiente~. El
concepto de campo es aplicable a distintos ni,eles de articulación del
comportamiento: mental, per,on¡ll o grupal.
Lewin ,e exilió en los Estado, Unido, en el año 1',133, SIendo prime-
ro contratado por la Universidad de Comell y. pO'kriormente. en 1935.
por la Universidad de I"wa E8 aquí donde su interés y dedicación a la
p~icología wcial se van progre~ivamente impomendo. aunque sin aban-
donar 'iu" intere,e~ teóricos y metodológicos. A partir de 193R publica.
junto con Llppitl. White y Ravelas, sus estudIOS sobre autoritarismo y de-
mocracÍ¡l. A partir de 1',13',1 Lewin comenzó a trabajar para la industria
sob re eue~(l()ne, d e adiestramiento grupal, lidera7go y resistencia al cam-
bio, A la vez. trabajó panl el ejércJlo norteamericano durante la 2:' guerra
mundi,ll, f<.n el año 1945 se trasladó al MIT. al centro de Investigación
en Dinámica de Grupos. En lo, tres últimos años de su vida Lewin desa-
n'olló un trabajo intenw en cuestiones. fundamentalmente. de dinámica
de grupos.
Entre los temas de investigación p,icowcial que Lewin de'arrolló.
destacan los r,tUl]ios 80bre el conflicto. sobre el cambio de actitude~ y
.,obre la dinámica de grupos. Entre los temas de psicología ,ocial aplica-
da al cambio :.ocial a los que Lewin se dedicó están los prejuicios raciales
y religio!.Os, a,í como la discrimmación de la' minorías.

La in~titu"ionalización académica de la psicología social

A mitad de los año~ treinta la psicología social había conseguido ya


un notable de,~rf{lllo. tanto eientifico comO institucional. En esa ¿poca
se publican alguno' de lo:. mejores trabaJO' tle Asch. Sherif. Newcomb,
F. Allport o Lewin. Cuando lo~ Estados Unidos se implicaron en la con-
flagración mundial recurneron a lo, científicos sociales para que colabo-
rasen en las tareas bélica:.. l:.sta colaboración se dio. sobre todo, en los
campos del cambio de actitud y en el mantenimicnto del espiritu de gru-
po y la moral de combate. Cuando acabó la guerra, la psicología social
había prácticamente desapareCIdo en la Europa que había sufrido la gue-
rra No era así. sin cmbar[!O. en los l:.stados Unidos. Dorwin Cartwright
(1',17',1) hace una expresiva de,cripción de la época: "Cuando acabó la
guerra. la di,ciplina era incomparablemente diferente a lo que había ,ido

83
sólo tres o cuatro aii.o~ antes. Las perspectivas eran brillante', la moral al-
ta y los p~icólogos sociales se enfrentaban a la tarea de hacer rcalidad su
nucva visión de lo que la psicologia social podia llegar a sen> (pp. 84-8:;).
Como re,ultado dc csta situación, en muy pocos años se produjo una
~xpansión notabilísima de la psicologia social, ha,ta el punto dc que si la
entidad de una ciencia se midie'e por el número de sus miembros. no se-
ría desacertado afirmar lJue la psicología social nace en los r>;t"do.' Uni-
do, despué~ de la segunda guerra mundial. Cartwright (1979) manif,esta
sobre este asunto: "Como un resultado de 1" ~xplosión de población en
la disciplina en los último~ treinta años, algo así como el 90 % de lo' psi-
cú]ogos sociales que han existido están vivos en el momento presente"
(p.85),
Esta poblaciún d~ p,ieosoeió]ogos. además, «es el producto de un"
sol" g~neración de personas que fueron entrenadas por un número muy
redlleido de profesores con unos antecedente, comunes y lIn punto de
vista bastante homogéneo» (ibid.).
Entr~ los grupos dc investigadores que desarrollaron la psicología
,ocia! ameneana después de la segunda guerra mundial ,c encuentran,
por una parte. lo .. di,cipulos de Lewin, y por otra, el grupo de investiga-
dores ligado, al programa de investigación de la Universidad de Yale.
Junto a ello~, hay que señalar el trabajo de Heider y, aunlJue con mucha
menor repercusión. aunque no importancia, el tle !chheiser: igualmente
fue muy importante la inve,ligaeión del grupo de Berkcley. asi como 1",
trabajo, de lJuicnes seguían una orientación psieo,malilica o interaccio-
nista,

El grupo de Yale

Durante la ,eguntla g.uerra mundial el goblel'llo núl1eamericano en-


cargó a un grupo de investigadores que estudia,en la, actitude, y la mo-
ral de combate de los sold"do' americano,. cuyo~ re~ultados se publica·
ron en 1949 con el titulo Sludie, in ~ocial psychology in world w"r JI. l.o,
do> primero, volúmenes. dirigIdos por Stouffer y col"boratlor~" ,on más
conocidos con el titulo 'Ihe AmerIcan Soldier. Elt~rcero, pubheado por
Hovland, Lumsdaine y Sheffieltl, neva el título Experimems 011 maS5 (,Orll-
mumml;on El objelivo global dc la obra fue. como antes he indicatlo. el
e,tudio de las actitudes y la moral de combate de lo, soldado~ america-
nos movilizados por la guerra. El ejército americano pasó del año 1<.140
al 1945 de tener 200.000 a tener 7.000.000 de soldados. F.,te crecimien-
to produjo, lógicamente, serios problemas de aju .. te personal. Los inves-
tigadores obtUVIeron datos de más de SOO.OOO per;<,()na~, Consideraban

84
que la actitud e, un factor quc subyace a la mor.. l de combate, a,í corno a
una «moral" mi, cotidiana y que es consecuencia de la adaptación a una
in'tÍlución jerárquica como e, d ejército. Las aetitude~, ,egún los investi-
gadores, ,irven para relacionar la!. meta8 del yo con las meta, del entorno
institucionaL Estudiaron cuatro áreas de actitud, en relación con la adap-
tación personal: el espíritu personal o estado de ánimo general, el eom-
promi,o personal o interiorización de las obligaciones y di8posición al
sacrificio, l~ ,ati,facción con el e,tatus y la, tareas aSIgnadas y, finalmen-
te, el grado de aprobación o crítica del ejército. Midieron Igualmente I~
conducta no verbal de adaptación y el nivel educativo. Uno de los descu-
brimiento' a los que llegaron e, que la8 actitudes tienen un valor instru-
mental, lJue I~ actitud conformIsta era el precio para la movilidad ~wen­
dente dentro del ejército.
El volumen dingido por Carl Hovland se dedicó a un tema que preo-
cupaha mucho en la época. el efecto de la,> campañas de indoctrinación a
través de los medio8 ma>;vos de eomunieaciún. Son los años de expan-
,ión de la radlO y el cine, a lo,> que los nazis hahian recurrido de modo
si~lemático para apoyar su politic~ autoritaria y raei,ta. El grupo ame!'i-
cano llevó a cabo un programa ole inve,tigación cOn vIstas a promover
actitudes po~itiva, para lo> fines del CJéreito americano. Se empleó una
pauta experimental «ante,-despué8» para ob,ervar h" efectos de la pro-
yección de una película ("La bmalla de Inglaterra,,) (ver diseño y re,>ulta·
dos en Hovlanol ~ otro." 194'), pp. 240-244).
Solo cuatro ai'io~ má, tarde. en 1953. Hovland, Janis y KelIey publi-
can ,ormnufHealion and peról/u,,¡on Siendo el objeto ele investigación el
mismo que en la investigación anterior, lo, efectos de la comunicación
de masas, sin embargo se ha producido un cambio fundamental en el ab-
jetivo de la misma; "Inve~tigamo, problemas práctico" sólo en la medida
en que hay una clara indlcación de que contribuirán a la formul~ción de
importantes temas teúric08" (lIovJand y otros, 1953, p. 2).
Ll transición es bien import~nte. rras la normalizaciún de la vIda eo-
Ildiana en lo> Estados Ullldos, el ohjeti~o de la investigación se de~plaza
de la ,ociedad exterior a la academia. AunlJue :.eguirán existiendo grupo~
de psicosoeiólogos intere~adOi> por los problemas de la sociedad. el pres-
tigio ,e atribuye cad~ vez má~ altrab~jo académICO.
El grupo de Hovland. Instalado en la universidad de Yak, fundamen-
ta 8U trabajo Cn la teoria del aprendizaje y su enf0'llle es conducllsta. La
comunic,lCión es entendIda como e,tímulo que genera una re,puesta en
la audicneia. La opinión pública, quc en la ~poca clásica se consideró
una ÍljstituClón ~oeial, e8 tratada ahora como la ,urna de opiniones indl-
viduale>. Estas opiniO!lc.\ individuale8 son entendidas, al modo conduc-
Ilsta, Corno háhitos verbales, como respuesta> verbales detcrminad~, por

85
las condicione, amblCmales. L~ ~ceptación de una nuev" opimón depen·
derá de los incentivos de la nueva conducta. de modo que se llaga supe-
rior al anterior hábito verbal. La acción ,ohre los incentivos se puede
ejercer en tres ámbitos diferentes: la fuente de la comunicación, cl con·
texto dc la misma y los elementos del contenido, El contenido de la co-
municación sc convierte, así, en una variahle independiente, supuesta-
mente ortogonal respecto ~ la fuente y el contexto. Todos los elementos
de la comunicación se abstraen analíticamente eomo e,timulos. La re.
ducción psicológica no ,ólo de la comunieaciún interpersonal, sino de [a
institución social de la opiniún pública. es bien expre,iva del erhos de la
epoca,
En el programa de Yale trabajarán. además de Hovland, Jani~> Ke-
IIcy, y Kelm"n, entre otro" cuyo papel en la psicología social posterior
ha sido muy importante,

Los discípulos de Le ...;n

Probablemente el grupo más intluyente en la historia de la psicología


soci~1 sea el de aquellos lJue trabajaron con Kurt Le ... in y que. de un mo-
do más o menos directo, se in'pir¡¡ron en las Ideas de é,te. Según Perl-
man (lYIl4), ocho de [os diez psicólogos ,ociales más citados ,on des·
cendientes directos de e,t¡¡ línea de investigaciún. Ello nos puede dar
idea de I~ importancia quc la ohm de los discípulos de Lewin ha tenido.
aunque como ,eñal" White (19711) «son poc", hoy en día los que h,m se-
guido de cerca los pa.\o\ teóricos de Lewin, incluso entre los que trahaja-
ron de modo más cercano o \e ~en ¡¡ sí mismos más influenciados por él"
E:.ntre las personas que trabalaron en el Re,\'eurch ('elller lor Group Pina-
mi", se encuentran figuras de la talla de Leon Fe,tinger. Stanley Sclla-
chter, ElIiot Aronson, Judson Mili:., Dorwin Cart",right, Kurt tlack, Mor·
ton Dcut~ch. Harold Kellcy _quien tamhién trabajó con Hovl~nd. Albert
Pepitone y Jolln Tbihaut, entre otros-, En el manifiesto programático
del Re,w:ur('/¡ Cemer !or Gmup f)irwmics, Lcwm ~eñabh", en un mundo
que aeahaha de salír dc la guerra, que :.i bien la humanidad hahía logrado
dommar alguna, fuerzas de la naturaleza, aún era incapaz de controlar
las fuerzas sociales. Lewin conSIderaba que \u ohjetivo era contrihuir al
conocimiento de la dinámica social. de modo que contrihuyese a la me-
jora ,oci~1. Lewin fue un refonnador ,ocial en la psicología ,ocia!' La
psicología social que hicieron la mayoria de ,us ,eguidores fuco en gran
medida, exclusivamente académica, La legitimidad, aqui también, pasó
de la sociedad exterior a la academia.
Desde l"s año:. cuarenta hasta los setenta la p,icología social ~e e,ta-


biliza como una di.,ciplina académica reconocida. En gran medida, la p,i-
cología social quc entonces se desarrolla es la quc hoy en día sigue practi-
cándose. Desde el punto de vista de la fundamentación teórica de la in-
vestigación p"icosoci,ll, lo; referente, fundamentales ,on los ya ~eñalado"
e,pecialmente la teoria de campo y el enfoque conducti,ta, produeiéndo-
sc un notable desarrollo de teorías de alcance medio (disonancia, compa-
ración ,ocial, reactancia, atribución etc J. Lo" e~tudim ,obre influencia
locia! (cambio de actitude~, percepción ,ociaL), y sobre dinámica de gru-
lOS son los más frecuentes. De un modo prácticamente paralelo al desa-
,Tollo ,lCadémico de 1" p"icologia ;ocial y el de 8US principale8 medio., de
expresión (Jollrnal of Personality IIml SOCw.! Psycho!ogy, Jo¡¡rnal of Experi-
menla! Sociall'sychololiY. Journal oi Socia! Psychology, Advallces in Experi-
memal Social/~\yclwlogy... ) se mantiene una investigación psicosociológi-
ca vinculada a 10' deparlamento, de ,ociología y 'lue, aunque minorilaria
y poeo iníluyente en la pSIcología social dontlllante del momento. tendrá
una mayor presencia en el de,arrollo ulterior de la di,ciplina. Lo" traba-
jOl, por ejemplo. de Goffman, Slryker o Berger y Luckmann lienen una
eahdad científica que los ,lgue haCIendo aetuaks. Junto a ello. en Europa
occidental comien7a a rev;tal;7ar'e la investigación psicosocial: en un
principio, en lo, ano, posleriore, a la 2' guerra mundial, con una gran de-
pendencia de lo que ,e hada en 1m, ESlados Unidos. Poslenormentc, a
partir de los ano; setenta, con la creación de la Asociación Europe¡¡ de
P,ieologia Social Experimenlal. con una autonomia cada ve¿ mayor.

LA CRISIS DE LA PSICOLOGIA SOCIAl.

A pal1ir de los a~08 setenta se empezó a hablar de la exi>tencia de


una Hcri,i,,, en la p,icologia ",ciaL El origen de lal ni,i, e, un eonjunto
de pubhcacioncs en las que, dc un modo u Olro, se ponen cn cuestión no
tanto una teoria o metodología concretas cuanto el Illodo dominante de
hacer p,ko]ogia ,ociaL No lOdo el mundo comidera 'lue ha habido lal
crili,~, cuando,e con,idcra que ha exi'lido. ,on muy difcremes las valo-
raciones que de ella se hacen. Pam algunos se trata de una "pelturbación
menor" (jemes. 191\5). para oln" 'e trat" de una crisis ya .,uperada (Páez
<'1 al.• 1l192). mientra, hay qUlcn~, con~ideran que los efectos de la misma
son profundos e irrcver,iblc, (Ib,Íliez, ¡liSIO) "~o

Clll,'oho do '''''''[0'''"' 1.. o"tK.\ eom<\ "",."" .. pooe ,la,amoo" de m"ütie<to el "ro,tcr
,·,1""""'0 )' ,e[oneo del 1''''''.''' de n.cm,,,,,, h;"",,,,, ¡ I,hl", de cm" '"J'''''' ~"< "<la "PUL". "
"ab,) quc ap •• oc,,"c ,I!" """,n" <IUC In 'l\Oc ha "cnido 'Kndo ,,'cpoablc h. dcpJo '''" ,",In Al h,·
hlOl'p", 1.\1\"'. d, 1, efLm do la p",ol,,~í, 'omll<l que" ""n, a pl,oteaJ "01 ,coMo de 1, pmo·
"" ,,,,"wIJe"',,, de ",. """".
~.Il mi opllliólI, la cnsis ha sido, y cs. un fenómeno de importallcia.
que afecta de modo decisivo a la con¡,titución actual dc la pSIcología so·
clal. Ello no quiere decir que la~ práctica., l'ientifica,> 'e hayan transfor·
mado radicalmente. pero sin embargo. se ha producido una ruptura, al
menos en ciertos ~ectores importantes de la disciplina. en la direccIón de
una mayor conciencia reflexiva y de una mayor tolerallcia de la plumli-
dad,
Esta crisis se plantea en dos marcos de dilcrentc amplilud: el marco
de las instilueinne, estrictamente p,ico'>ocíológicas y. el más amplio. de
la reflexión social. A mI cntender. los a,pecto, má, radicales y producti-
v,,, de e,>ta crisis no son los vinculados a las prácticas concrela~ de la p,i-
cología social, ,ino que tienen 'lue ver, de modo más gelleraL COIl una
llueva crisis del pensamiento moderno '1 ue,inevÍlanlemente. afecta a la psi-
cología social, ya que las transformaciones socialc.l e ideológica_, que ca-
racterizan a e"ta crisi,> "fectan direcwmellte a las crcencias e intere!.c,
fundantes de 1m, cicncia~ sociale~ y, por lanlo. de la p,>icología social.

Algunas con~ideracione~ sobre la cri.i. de la modernidad

La p,icología >ocial. al igual que las demás cienclU~ ,ociale" resulta


históricamente posihle en virlud no t,lIlto de un conjunto de cvidencias
empíricas como de una sene dc crecneia~ y actÍlude, sonre la realidad
humana_ Estas creencia; y actitudes han sido caracterizada, como moda-
nidalL} es iustamenle e,la l'llllcepción moderna det mundo la quc entra
en crisis en los últimos anos, La erÍlica a la modernidad no e_<, en estricto
sentido, una novedad. En realidad. acompaña dialéctieamenle al propio
pensamiento moderno_ Lo novedoso, en cualquier caso. es que en lo~ úl-
timos años la crítica a la modernidad loma una especial amplitud, carac-
terinndo illc1uso UII movimiento intclcctual.la poslmodernidad_
La época moderna ,>upu-'o. entre otras cosa,. un camblO en la per~­
pectiva temporal de la, per.lOna" de modo 'lue el futuro liberador. que
anteriormente se concebía cn virtud dc los ,i,tema, religioso, de creen-
cia" de modo tra,mundallO (el último día. la resurrección), le empieLa a
haccr intraml1ndano. El preseole se orienla h,lCia el futuro mUlldallo. am-
parado por la certidumbre predic¡iva que la nueva ciencia. la cienci" mo-
derna. posihitira 13,

" (Dmo dICe H,~"m" (19~") ,e, """"<el ,'o""d" '" """"Huye l.... ]e, de h",,,,,, mmo 00
proc"o o"i',,,o g,""aóo. ó< p"'hl"n", , Id '" ~U, ,1 "emp"" ",",Jn e(>mo recurso eseoso
p"'" la ,,,I"",,,".Je pm]'lcm" ~n" "p"m"n," nwc. ,omo r">lon del ",mpo" (p 17). b[. "",,_
,epe'ón de 1, """"La) del futuro que para lo, moderno, e<a uo eleo",,[o J, 'r"~U'A y l,he;A"{"
"O lo" ,,"'o pa".~ 0"'" Cah" (19~~), .. 1, Ili"",,, _" .d~" guc n,,·c "mhién como mltru-

HH
Los pensadores ilustrados consideraban que había una relación in-
trínseca entre racionalidad, progreso y libertad, La critica postmodcrna
lo 'lue pone en cue.,tiún es, preci"am~nle, e'a vinculaciún y 1"" eviden-
cias que la fundamenlan. Enlre e,la, evidencia, deslaea la creencia en la
inexorab¡]ldad y positivldad del progreso, así como la creencia en una re-
laciún direCtil, y no conflictiva, entre racionalidad y libertad. La creencia
en el progre,o e, una convicciún y d~ci,ión ética: ,e fundamenta en un
optimismo ontológico que tiene su raíz en la lucha contra la opresión y el
sufrimiento, y de hecho ha caracterilado -y ,igue caracterizando- una
po,tura política, el progresi,mo. La confianza en la bondad intrín,eca del
progreso, sin embargo, ha ,ido cuestionada ¡anto por el propio de,arro-
110 tecnológico y económIco como por la experiencia política. La sen,ibi-
lidad contemporánea por los proce,o, de preservación ecológica es fruto
de la aplicación de programa, económic()" } lecnológieo, de,~rrolli"tas
que. en el fondo, están sustentados en ulla vIsión de la natllralcla como
objdo extrafio, enajenado del sujelo 'lue la conoce, objeto a "desentra-
fiar", a,í como re~ur:<.o ilimilado. Las rec()m~ndaciones, y~ en lo, añ08
sesenta, sobre el desarrollo cero, y las más actuales sobre el "de,~rrollo
sostenible .. son expresión de esta nueva mentalidad. Por Oll'a parte, las
idea, ilustr~d>l.' y de cierto tipo de m¡¡rx;"mo sobre el de,arrollo históri-
co, entendido de modo optimista, como progreso inexorable -", ban teni-
do fatates consecuencias en aquellos paises en los que no tuvieron el
conlrapeso dialógico de I~ crítica democrática.
Fundamentando la creencia absoluta en el progres() ,e encuenlra I~
confian7J en la victoria de la razón sobre la sinrazón, de la cienCia sobre
l~ ,uper.;lici')Jl y del conocimiento sobre la ignorancia. El problema se ba
planteado cuando ,e equipara la nuón c()n I~ dem""lración lógica, lo 'lue
lleva a la absolutización de las creencIas y, en última lOstaneia, al dogma-
lismo y fanatismo. No entraré "'luí en detalle en cuestión tan prolija, se-
ñalaré úmcamente una cuestión muy inleresanle y que inteligentemente
analiza Zakia Lahlou Alaolli (1991), Tal como seúala e,ta aUlora marro-
quí el di8cur,>o de la colonilación francesa en Marruecos es el discurso

momo do"m"k>, 1, IJ"""im dd tiempo,. l. C""",,j(," del d""",, OTU'" de las ",das. "emp"
pclig'o,ü ,le Imrr"'l'lon" v s"rpr"",, de es,"p" a lo, "Jo< do DIO', en un ,mOL<" dad" de '"1<_
mano) miNe como"" "PdOlO <u"lqu¡e;, 1"" "'", "J"~ P,,,, e," ""'v"""," ",,"e 4"e h.,e,,,
p"m,,,, '"'peeL" d 1" yu, '" 1I'",d fuL"", p,,,~,"e no h,)' nmg"" "omp" "ro"l" '"'eno', 1, ero,-
unn del r"o"", 1) ,,,i U"" de 1", '''''"'1'''' <k 1, H 1'1m'" <," en ("1 loog"'lc de los pro[c'a, de 1<,
mol)" Ip, ~(»
" Cnndol cel <J\ fui""" J, un ,"",1m h""m,,, <1<'1 <'.'1""'" I",,""nu ( I 794) d<Ud 4"" d. '.pa,,_
J.J Je p",[ec"",mml""'" J,I e,p""u ""ma""" ""Imen'o mr,"", •• ), 'lO m,,,", ""u"a "ra re·
"og .. d, . S,m,lar eoncep'o del rrogrc<o Hene el conde de '>aLnt,SLmon)' el pWpLO Au~u"o C",me
~ .. "t·~Lmon decta qu, "La edad de nro del gen,,,, huma .. o "" «la del"" de "0\"""'. """ .d,'.n·
te."w '" Id p"h""" lid ",J"" ,,,,mi .. (e,,- en Seh,d¡. 199 l. pp 74_7').
universaJista y progresista, con lo cual se da la paradoja dc que el di8cur-
so liberdl!OL anticolonial, se fundamente en la legitimidad Islámica del
sultán, como califa e imám. En los bordes del podcr (la, colonias. los
loco", los dlSldente" los homosexuales ... ) haec cri,,;; la eVldcncia dd bi-
nomio razón-libertad,
La mouerni7ación cs ddinida por Gor~ (1 Y¡H,q como «una difcren-
ciación cultural de las esfera, de la vida y una secularización de la8 activi-
dade, que les corresponden, (p. 13). Según Haberma~ (In9) e, Hegel
quicn primen> desarrolló un conccpto daro de modernidad. quicn por
primera vcz plante" la interna relación cntre modernidad y racionalidad.
La característica propia de la modernidad es un mod" de relación del ,u-
jeto consigo m;;mo al que Hegel denomina subjetiVIdad. Esta subJctlvi-
dad moderna re.'ulta del autoeercioramiento libre y reflexivo, de la auto-
legitimación en ausenci" de model", y criteno, externos dc auloridad.
l:.sta subjelÍvidad está vmeulada a la ciencia objetivante} a una moral au-
l(moma, Esta ,ubjetividad raei"nal había ,ido fundamentada por Kant.
quien ,dn,taura la ra¿"n como tribunal supremo anle el que ha de justifi-
carsc todo 1" que en general 8e presenle con la preten,i"n de >er válido»
(Habermas, 19H9, p. 31), La propia teoría habermasiana de la acción co-
municativa será un de'arrollo de la racionalidad d~ la el'Íuca de preten-
sioncs de validez del conocimiento objetivo, dc la illle!ección moral y de
la evaluaCIón e'lética. Un desarrollo en el 'lue la filosotía del ,ujeto auto-
;uficiente que ,e enfrenta al mundo-objcto e, ,u8tituída por el análisis
comunicalivo en un mllndo de la vida simbólicam~nle estructurado; la
ra7ón absoluta ,e convierte a,i, para Haberma" en razón ,iluada.
Según lIabcrma, hay dos aCliludes postmodernas, una neocon,erva_
dora. y otra a la quc llama de modo genérico. y tal vez no ddlOdo acerta-
do, anarquista. El neocon,ervadurismo po,tmoderno ,e caracterizaría. a
'u entender, por una negacIón de la pOSIbilidad de racionalización más
allá de lo> ámbito, e'lructurales de la empresa y el E,tado. de la emno-
mia y del poder. Cualquier pretensión de racionalización de las relacio-
ne, >ociales, culturales y polílica8. carecería, por tanto. de sentido. En
cIerto modo. estc recham del pensamiento moderno ilustrado e., el pro-
pio de 10' científicos ,oeia!es que plante<Jron en lo, año~ cillcucllla el
concepto de modernización para referirse a un proceso exclusivamelllc
económico, independiente del si.'lema de eomicciones socio-políticas y
fIlosófIca, que fundamentaron dicho proceso en la Europa moderoa. La
modernidad. 'egún este tipo de pensamienlo. habría mllerlo a manos de
la modernización. El fill de las ideologías -y de la historia- es, por tanto,
una lógica consecuencia de la convicción de la inulilidad dc los movi-
mientos sociale~ ante el empuje arrollador de la tecnología y la eficacia
empresarial. La política deja de ~er una actividad totalizante de la vida

90
social y se convierte en un suh,istema altamente uependientc de la aeuvi-
dad empresarial (entre otra, cosas, por la dependencia de la recaudaciún
de impue~to, re,peeto a la actividad económica privada)_ La economía
se autonomiza como proceso auto regulado, compren,ible y pretendlda-
mente predictible en virtud de le~e, propiaS, con lo cual el viejo sueño
marxiano del sometimiento de la economía a la política, a la ra7ón colec-
tiva, .,e convierte en su contrario. La r..cionalidad instrumental de la qne
hablaba Webcr como característica del pensamiento europco se abstrae
y universalin, haciéndo~e autoevidente e mevllable.
E"te tipo de pensamiento neoconservador Se ajusta bien a un tipo de
sociologia funeional-estructurali:.ta y a una psicología -y p,ieolo~ía so-
cial- mccanici,ta. Ambos 'ahere, prelentan una posibilidad de ap[¡cación
técnica y de ingenieria ~oeiaL Tal vez por ello, este tipo de s<lberes han co-
hrado tan notable ange en los años postcoloniales_ Pouriamo" tal ,e¿, pen-
sar que la psicología social dominante. a la que se ha caracterizado como
"moderna" eS. en realiuad neoconservadoramente postmoderna.
La critica no conservadora de la modernidad, anar'lui'la ,egLÍn la de-
nominacIón habermasiana. se canlClerÍLaría no por llna ,eparaeión entre
modcl'llidad y racionalidad, como baeen los críticos neoconservadores,
sino por una profundi¿aeión en la íntima vinculación entre amhm, en un
intento eJe desvelar el carácter represor 'lue la racionalidad moderna
conlleva. ~inteti7ando mucho -y ,implificando, inevitablemente- pu-
dríamo, decir que la crítica de la modernidad es una puesta en cue,tión
de la alltoridad de un sistema de legitim<lciún racional CllYO, imperativos
se hacen absolutos. l-'st,l crítica no e, nueva ni orif!inal; desde el relativis-
mo linguístico y romántico de Herder hasta el perspectivismo orteguia-
no, por ejemplo, ,c han cuestionado en el pensami~nto occiu~nlal mu-
cho, de los presupuestos de la ra7ún ah,oluta.
Junto a una cri,i.' de]a, creencIas caraetcl'ÍZadoras de la modernidad,
y en íntima relación con ella, se ha producido un cambio en alguno, de
10' presupuestos dcl hacer científico_ Para Toulmin (1977), tanto Des-
cartes como Locke dieron por ,entaeJos tres lugare, comunes. propios de
la época, y 'lue, aun'l"e dejaron de se!' coherentes con la evidencia obte-
niua en épocas posteriores, si[] embargo, >ohrevivieron. De este tipo de
supuestos implícito> podem"-' encontrar ve;tigios, creo, cn algunos desa-
rrollos de la psicología Mleial. Los lugares comunes a los 'lue ,e refier~
Toulmin ,OIl:

l. El orden de la natnraleza es fIjo y estable. Los principio, del en-


t~ndimiento ,on, if!ualmente. fijos y estables_ E,to ,upone una VIsión
ahistórica del mundo. La Naturaleza Humana es, análogamente, concebi-
da como una entidad fija y permanentc.

91
2. La materia es esencialmente inerte y la fuente ilctiva O sede inter-
na de la actividad racional y aUlomotivada es una Mente o Conciencia.
Al ser inerte la materia 'u, propiedildes esenciales son geométneas o me-
cánicas. Las actividades de la mente son inconmensurables con las de la
materia
3. El conocimiento geométrico proporciona un vasto palrÓn de
certeza absoluta (el modelo euclideo). Esta e, una idea que tiene su ori-
gen en Platón. y que. como hemos visto, desarrolla Lewin pilm la psico-
logía social. Como dice Toulmin " la mayoría de los cpistemólogo, filo-
sóficos han seguido contemplando la nece,idad matemática como el
epitome del conocimiento y la certeza" (op. ell .. p. 34).
Estos lres principios han definido el ideal de rilcionalidad propio del
:.aber científico. Esta racionalidad hi,¡óricamente in,ariante ;e basaba en
la creencia sobre la e~i8tencia de pnnelpios umversale, del entendimien-
to humano.
Pero en los últimos años, según Toulmin (1977) la po;ición en las
ciencia, naturale~ y hutllanas ha cambiado drásticamente. La física ha
roto sus lazos con la teología, de modo que todo a8pecto de la naturalet.a
8e con:.idera en evolución. desde el ,i,tema planetariu a la moralidad. La
idea hegeliana de un bpiritu humano en desarrollo hi,ttÍrico >obre el
fondo de lIna Naturaleza e,t,itica nu tiene ya vigencJa. Por otra parte, la
física ha despojado a la materia de 'u, ~amcleres «esenciales", que la se-
parahan de la mente, y finalmente, las geomelría, no eudidiana8 :.e han
hecho tan aceptable, COtllO aquella. E8to es lo mismo que señalaba Je,ús
Tbáñez (1992) cuando decía que el pem¡amiento objdivi~ta e8 sustit\lldo,
despué~ de H~i8enberg y Giidel, por el principio de reflexividad. Según
Toulmin, muchos de e,t", cambio, wn coincidentes con las propue,tas
de Giambatlista Vico cn el siglo XV]]], para quien "sólo se puede com-
prender totalmente lo que uno mismo ha hecho". La recuperación que
psicosoeiólogos como Sbotter bacen de la obra de Vico, en esta época de
cri~i8 de la psicología social, no es una mera curio:.idad histórica. VICO
eue~tion" la certe7a geométrica y la pretensión de COnOCer norma:. in-
lemporales al margen de SU8 coO!ext08 prácticos.

La crisis en el marco institucional de la psicología .ocial

La crisis de 1" psicología social se manifiesta como una ruptura d~


cienas convencíone, sobre el "bjetu propio de investigación. el modo de
hacer científico y los métodos considerados aeeptable8. En definitiva, se
trata de un cue~tionamiento de los presupue,los epistemológicos de l~

92
misma dhciplina. Tal como antes he señalado, e,ta situación es debida,
en última instancia. a una puesta en ,'uestión de los principios de objeti-
vidad, realismo y racionalidad que constituyen el pensamiento científico
modefllo. Sin embargo, hay algunas earacteristicas peculiares en el caso
de la psicología sociaL
Existe una crisis metodológíea, debida fundamentalmente a que la
metodología experimental se ha mostrado claramente insuficiente tanto
para re'ponder a cuestiones empíricas JI COmo para vincularla producti-
vamente a una teoría no reduccionista sobre la acción sodal. Una crisis
de tipo metodológico no habría tenido mayor importancia ,i no se hubie-
se puesto tanto énfasis cn la psicología social por el método experimental
como garantía dc cientificidad. La' cuestiones metodológicas (cómo ~e
puede saber) Se convierten, con frecuencia, cn asunto, epistemológicos
(qué se puede saber) y estos, en definitiva. "On pmhlemas ideológicos y
políticos (qué se puede hacer y con qué legitimidad).
Se ha hablado. en e,te sentido, de una crisis de confian¿a (Elms,
1975), de una pérdida de scguridad en el propio trabajo, así como de
una necesidad de dedicarse a temas ,ocialmente rclcvallles. Con esta cri-
sis de confianza y la bú'queda de relevancia 10 que se pone de manifies_
to, a mi entender, e, una crisis más básica, sobre los criterios de legitima_
ción y validación social del trabajo de h), científicos sociales y, en
concreto, de los psicólogo, ,ociales.
Lo; posihle, sentimientos de incomodidad o malestar de los Científi_
co, podemos entendcrlos no como proceso" individuales y psicológicos,
sino como problemas .';ociales, originado... por las modificaciones opera-
das cn los últimos años en el sistema de rclacione~ intra y extra académi_
cas lO. En un excelente anÍtulo, Kat7 (1978), plantea que la bifurcación
de la psicología social entre una rama p,icológica y experimental y otra
más sociológica re'ponderia al Jucgo de dos tipo,> de fuerzas: políticas,
desde el ,istema social, que proveen de legitimación en el mundo social
exterior, y científicas, desde la más estrecha base de las ciencia" natura_
les, que proveen de legitimación en el ámbito de este ,u¡',i,tema. La his-
toria de la p,icología social mostraría, según Kat¿, cómo las crisis socia-
les (guerras ctc.) influyen en el predominio del primer sistema de
validaCIón, externo y político, mientras que en époc¡~., menOS convulsas
Se hacen dominantes los criterios de legitimación más académicos.

" E,O<) fu, LlOtOrlO en el """ d, 1" polém,," ,,,,<ce la teu'" d, 1, d"o","ci,) 1, "mi. de la
,utoP"'"PC;o". qu' '"'O un, ~ran Lmport,nci, cn 1m añ", ,",""lO. Ambas teoria< [""UTrí'n" l.
experlmen",,";n p'" m."Le"" 'u, hLP0(e,,,, >J" embargo, "cmp'" e,. I",,,bl< <eLoterpre"r lo,
d.. ,,,, "p,,,meo"lc> de ",,,J,, '1"0 cn"r"ma,"" cualqu;e", de las do, lupótc,i, "'''''''pue''"'
'" S",,, ",",,,a"" c"o""de,ar 1, '"ciden,·" de 1,,, d"'u,h",, ,,,e,ale,. y en e,p"",.1 c"u,h.",,·
les, de hn,l" <le 1,,, M) e" el ,'ambLO y "males'or" c,ent;I"·,, d, "" m,,,';g.dn«,, ,oc,ales.
Los tundamentos politico~ e ideológicos, ~ubyacentcs a la, concep-
ClOnes más habituales de la psicología ,ocíal, han sido objeto de algunas
criticas. Para Hogan y Emler (1978), por ejemplo. «la p,icologia social
ha reflejado y promovido formas de individualismo y racionali,mo, pers-
pectí,as 'lue a un nivel má., profundo ,urgen de y proveen de apoyo ~ la
filosofía política liberal de lo.' cientiticos ~oci~les americano,," (p. 479).
P""ición muy similar es la que defiende Phihp Wexler (1983) p~ra qUien
la psicología social refleja una ideología liberal, y cuyo papel histórico ha
;ido la ocultación de los problemas má~ profundos de la ;oeiedad en
nombre de la ciencia. Para Wcxler, en la linea de la sociología del cono-
clmicnto y la sociología crítica, " la psicología social debería ofrecer una
comprenSIón de la expcriencia 'lue vaya má., allá de la formalización de
la comprensión de sentido común" (p. 2), Y que fuera más allá de la psi·
cología .,ocial convencional que ,<Jlieg~ ;islemátlcamente el papel de la
represión y de .,u representación en el inconsciente y la forma en que los
significados socialmente conslruido,> constituyen la formación de la iden·
tidad personal y de la interacción social Pero la negación más importan-
te y pcnetrante es la eliminación de la eSlructura de relaciones sociale"
de la teoría psieoM,ciológica" (p. 4). P;¡ra estos autores. la p,icologia so·
clal ha cumplido una función ideológica, de justificación de una, posicio-
nes políticas liberales, por medio de la aceptación como nalUrale.' y no
cuestionable, de lo; valores individualistas } nlcionalisla~ que caracteri-
zan la concepción del ser humano propia de la burguesía hbera!. l.a psi·
cología ,ocial se hace ideología, precisamente por esa aceptación acrítica
de la visión del mundo compartida por la comunidad científica. dándole
a C!.a visión carla de naturaleza y constmyendo sobre ella el propio arma-
7.ón tcónco y metodológico. 1.0 socialmente conslruido ;e transtonna ;u-
lilmente en nalural y obvio, haciéndose a~i opacas las determinacione~
sociales de nuestro ohjeto de e,ludio. contrIbuyendo con ello al mantcni·
miemo de los valore, y creenCiaS dominantes y dcl.,istema de relaciones
sociales a la que éstos sirven de apoyo y cemento. La cri,;;" de confianza
e" pues, una ensi, .,ocial quc en los últimos años han sufrido los ideales
liberale" de cuyos cfeclo~ nO han quedado libres lo~ medios académico:;.
lntimamente ligada a la crisis idcológica se cncuentra el cucsliona-
miento de 10' modelos de ciencia y de explicación quc durante años se
han considerado Como corrcclOS. La construcción de una ciencia pSleo-
sociológica exigía su fundamentación .Iohre una explicación maleriali.,ta
del ,er humano y sU accIón. Pero la conccpción materiali,la a la que, e,lO
trecuencia, se ha recurrido es una concepción determimsta, mecanicista
y reduccionista ". El determinismo supone la presunción de que li cono·

Po". Vale"";a y r ~h,oorrí" (1 YY21. b."n oose en 0"",'", 'ooal," la ,,,,,(,n,,, de dlVeJ"Sas

94
cemos tooa, las condicione, ante~edemcs de un ,uces". podremos pre-
decir dicho suceso: la imletermmación re,ult,,- pues, de nuestra igno-
rancia y no oe la exi,tencla objetiva de hechos azarosos, libre8 e impre-
dictible,_ El objetivo determinista es la explicación, fundada en leyes
causales universales, de todo ,uceso, en todo momento. El mecanIcismo
implica la con.,ideraciún de que los hombre, MlO mecanismos, en lo, que
los acontecimientos memales y de conciencia son puro" epifenómenos,
comprensibles si se conoce el funcionamiento de la máljuina.
Para Harré y Secord (1972) la psicologia social dcbe abandonar el
modelo mecanicista sobre el ser humano, que la ha caracterú,ado dllrante
década,. y remitase a un modelo amropomórfico: "A fines científicos,
trata a la gente como si fueran seres humanos" (p. 84). El modclo meca-
nicista exige que la conducta sea explicable en términos de estimulo, ex-
terno" inmediatos o latentes, ljue ,e mmimice la compren,ión de los fac-
tores internos al organi,mo y que se considere que ,lempre que se de una
causa del mi,mo tipo se producirá el mismo clecto. El modelo mecani-
cista es cI modclo subyacente al detcrminismo cau,al, ,egún el cual,
como dIce Melden (191) 1). "no sólo la elección, ,ino todos los otros fac-
tores psicológico, que aparecen cn la acción. e,tán ecrcados por 108 lími-
tes de la nece,idad causal: mis percepcioncs, deseos, intere8e" motivos,
nece,idades, no menos '-jue mi, rasgos de carácter, ljue ,é que tengo o he
tenido en otro momento del pasado. Mi, eleccioncs pasadas, como mi
carácter pre,enlc. tenían que ,>er lo que fueron: dadas mi, ~ondieiones
causales antecedente, no podían ,er otras que lo que fueron dc hecho ...
Sea cualquier cOsa lo que ocurra, ocurre ne~e,ariamente como tal, dada8
las condicione, de 'u ocnrrencia, el hecho O ,1lCCSO es cau,alment~ neCe-
sario_" (pp. 4-5). Harré (1983) considera qne el trat,lm;ento de los seres
humanos COtUO autúmata" e~phcablcs en 8U acciún por medio de leyes
univer.sale', es una cucsuón empiric,l y política: empínca, porque hahria
que verificar cuándo las pen;ona, ,e comportan sólo como mecanismos,
y política porque d,IS per,onas se inclinan a tratar de ser lo que las mejo-
res aU1oridade8Ie, dicen quc son,. (p. 297).
En una línea coincidente ,e ,itúa un polémico articulo de Gergen
(1973), quien scñalaba que la, teorías PSlcosociolúgicas ,on un reIJejo de
la Justoría contemporánea, y enono por un defecto superable sino por el
carácter intrínseco del saber p.,icolúgico. que es un ,aher histórico. Los
procesos que son objeto de nuestro saber son procesos culturalmente

.hipó",,, del ,,,"odo ... "Ll' de la> 0",10,", el m<CaJUCL<mo. ~"" h,pó"", Jd muodo conllevan
U"' mct"ro,,' O",,,,, "4"< p'''p,,,c,on, el m..,,' p"" el "<1,,1>,,,)" comprcn"on d, 1", I<nún"<lm
""umle, ) humano,,, (p ·'1 J h,,,, """"< ""'Oleó", '" ,k 1, ;m'<'''f'L,,,íLl_ a lo, que Gcnom,""n
.. p""hgm,,, ... ,,~u;ondo, o.-«,on) Reo" (,,_,,_c J_ "no están IUI'"'''' ",·"Iuo,;oo ompin<,. Sólo
pueden ,<,",1,", m.," m""o< utll" pora "'p,",en'a, " ","\prender lo, knt,m,nm .. (p 42)_

95
mediador,. que no pueden ser concebidos eomo estables, y 'lue por tanto
no responden a hipótesi, atemporale, y aeuHurale" "la pSlcololúa >oeial
es básicamente una investigación liistóric,,- A diferencia de las elenóa~
naturale,. trata con hechos que en gran parle no son repetibles y que
fluctúan marcadamente con el tiempo. No se pueden desarrollar princi-
pios de interacción humana al margen del tiempo, porque los hecho, en
que están basados por lo general, no permanecen eSlahles, El eon"ci-
miento no es acumulable en el sentido científico u~ual, porque tal cono·
cimiento no lra~ciende generalmcnte sus [ímlles hhtóricos" (p. Jl0),
Ademá" las tcorías e interpretaciones están sometldas a un sesgo p""s-
criptivo. ya que la asimilación que de estc saher hace el público, cuyo
comportamiento se supone que se explica. modifica dicho comporta-
miento. Los sujetos no sólo son activos en la situación de observación, ,i-
no tamhién en la rceep<:Íón de iJllerpretaeione,. Las ideas de Gergen han
.,ido objeto de una intensa polémica en la qne han intervenido Schlenker
(1974). Manis (1975) YStryker (I9IU), enlre otros.
Hoy en dia se hahla mucho menos de la "crisis. de la psicología M'-
cia!. Para alguno" autore, se trata de una etapa ya superada en el desarro-
llo científico de la psicología s"cial, En mi opinión, ,in embargo, nO se
trata tant" de una clapa de la historia como de una earacterí->tica del w-
nOCllnienlO científico, la autocrítica y la retlexividad que nos hacen estar
en permanente estado de crish.

LA PSICOLOGIA SOCIAL EN LA AcrUALlDAJ)

Algunas estadísticas sohrc la psicología social actual

Entre los erilerios dc definición eSladi"tica del universo de la p.,ico-


10gb soci<tl se han uti1indo. al menos, los siguientes: arliculos de ohm,
de referencia como son lo> manuales. artículo., publicado~ en revista;
con,ideradas como órgano, de expresión habitual de lo> pSlcólol!<J' so-
ciales, opiniones de los mlcmhms de las a'()CiaClOne~ profesionale' y
opi niones de inveSllgadores promineotes.
Las estadÍ>licas a partir de manual e.' tienen la ventaja de no referirse
a lo que es (la p~icol"gía social) cuanto a lo que se recibe. Si los manuules
es la fuente habitual de infOl'maeiún para mucho> estudlantes, podemos
~uponer que la de"cnpeión que estos dan es la que los estudiantes reci-
bcn. Dudo que en nuestro paí, $e han hecho buena~ revisioncs e~ladísti­
ca, de e,le tipo me referiré a ellas prinCIpalmente. En concreto, sobre el
contenido de lo; Handb""ks 01 Sociu/ Plychology editados por Lindzcy y
Aron~<.Hl en lo~ año> I <J6¡; Y 1985, lbái'iez (19')0) ha realizado una esta-
dística muy ilu>trativa, Como e, sabido el Handbook e.' una de las pnnci·
pale:;, si no la principal, obra de refercncia en la psicología social. Del
análi:.is de lbáiie¿ 'e pueden sacar, como conclusiones más interesantes,
el hecho de que entre los autores má, citados del Handbook no figure
ningún autor europeo. Dado que la mayor parte dc e,tm trabajos son de
tipo soeio·eognitivo resulta alarmante esta ausencia de referencias. no ya
por la injustiCIa cuanto por la ignorancia de la que se hace gala, lo que re-
fuerza la idea de que la psieología social contemporánea se ha articulado
en torno a unos pocos grupo" de invesugaciún (como el de lewin y sus
colaboradores), COn un marcado etnocentrismo anglosajón. Por otra par·
te., entre las revistas má., citadas no hay ni una sola que tenga una onema-
ción sociolúgica y varias de ellas son revi.,tas de psicología general. El
predom¡nio de I~ psicología ,ohre la soeiologí~ es muy claro en esta obra
de la psicologia social norteameric~na.
Este rechalO de lo europeo no es, sin embargo, recíproco. En una re-
visión quc re~licé :,obre la nacionalidad de los miembros de EAESP (Eu-
ropean Associalion of }<.:{penmenlal So("iall'sychology), a,í como de los au-
tore; que publicarun en el órgano de expresión de dicha asociación, el
Europeu" .fournal oi Social Psychology, en el alio 1990, aparece que el
grupo principal de autores de e..,ta asociación europea son norteamerica-
nos. Siendo el 7,57 % de los mlemhros de la Asociación (en calidad de
asociado" ya quc al no trabajar en Europa no pucden ,er miemhro~ de
pleno derecho), constituyen, sin embargo. el29 % de los autore, quc pu·
blican en la revi,ta. Por contraste, lo~ e,pañole.'., que somos el 5,52 % de
los miembros de pleno derecho (y plena cuota) no publicamos (o 'e nos
publicó) ningún trabajo en dicha revista. La diferencia entre países del
sur de Europa (Francia. España. Portugal, Ilalia y Grecia) y paises angló·
fonos (Oran Bretaña. USA, Canad,;, Allstralia y l'>ueva Zelanda) es
igualmente llamativa. En el primer cm;o constituyen el 21,47 % de lo:,
miembros y el 83"U % de los autores. mientra.> que, en el 'egundo caso
son el 19.63 % de lo~ miembro, y el 49.47 % de los autore.'. Aunque
estos dato~ son muy variables dc un ~ño a otro y, por tanto, no deben
sacarse consecuencias insuficientemente fundadas, lo cierto es que -al
menos en el año 19\.1U- los científicos de paí~es anglófon(v, tenían una
desproporClonadu presencia en el EJSP respecto ~ "us coicgas de otros
paí:;es, Ko se trata. como con frecuencia se dice. de que haya más cientí-
ficos en estos pai8es, lo cual e, probablemente cierto, es que ~u presencia
es superior a lo que le~ correspondería por su magnitud, dejando abierta
la duda de ~i e, debido a ,>u calidad. El papel que está jugando la lengua
en toda esta ,üuación parece ~vidente y por ello crco que 'on necesarias
en nuestro pai, políticas cientifica~ intehgentes que no sc redu7can a un
puro dientelismo,

97
En la revisión del contenido de los principales manuale, de psicolo-
gía social realizada por liméne7 Burillo, Sangrador, Barrón y Paul (1992)
se llega a una conclusión ,imilar respecto al prcdominio de la orienta-
ción p,icológiea en la en la actual psicología ;ociaL ht" disciplin" -,e-
gún aparece en tales manuale;- no par~ce tampoco habenc hecho eco
de la reflexión epistemológica} ,ociológica quc supuso la crisis dc la PSI-
cología social en los años setenta y ochenta, a la que ante, se ha hecho
mención. La conclusión a la que llegan e,>to, autores e, má, bien e,cépti-
ca: .. en conjunto, y con lo, matice, a que hubiera lugar, la pSIcología so-
cial .. nonnal". en tanto quc rcllejada en los textos de la mue,>tm. no pare-
ce haber acusado el impacto que ,>upuestamente debería haber generado
en ella 1" ni,i,,, (p. 35).
Como antes indicaba cxistcn. igualmente, estadi,>tica' relativa,> a las
opmiones de los científicos. Me referiré" contifll13ción a do, de ellas.
una a lo; miembro,> de la APA (American Psychological Assoriarion) y
otra a los de la ASA (American Sociological Assonarion)_ La opinión de
los miembros de la APA fue compuls"da por Rosenberg y Gara (19R3) Y
de ella hacen extensa referencia Páez y otros (1992). Seguiré cl análisis
que hacen estos autores. Las personas consultadas con,tituí,m una mues-
tra aleatoria y estratificada de los miembro, de la divi,ión R de la APA
que es la dedicada a psicologia social y per,onalidad. A estas personas se
les pidiú ,>u opinión ,obre un conjunto de 61 amores «considerados más
represcntativos de la disciplina,) (y que incluye tanto a psiquiatra, como
Kraepelin, psicoanali~ta, corno Adler, p,ieólogos como Terman o Binet
así como p~icosociólogos). Los autores hleron evaluados en un conjunto
de 19 características. Los datos fueron 8ome¡ido,> a análi,i_, multidimen-
sional, obteniéndose la agrupación que aparece en la página sigUlente
(cuadro 1)_
Del análisis realizado por Páez y otros (1992) 80bre el e,>tudio de
Rosenberg y Gara (1983) concluyen que «se "precia que la psicología so-
cial dominante no C'>, en modo alguno monolítica" (p. 104). Mc gustaría,
sin embargo. señalar que el citado estudio de Rosenberg y Gara parte de
una defimnón adrmmslrallva del univer:s" científico. Al considerar como
sujeto; de "pínión a 1", miembros de la divi,lón ~ de la APA incluyen,
lógic"mente, a lo, psicólogos de la personalidad. De lodos modos es in-
ieresante observar que la muestra de autores a eV31uar se extiende haeia
la psiquiatría y el psicoanálisi:. pero no lo hace de igual modo hacia la so-
ciologÍ<' y ni ,iquiera hacia la psicología social soclOlógica (de la que sólo
,e considera a Mcad). No es de extrañar. por tanto, que lo, re,>ultados
confirmen las hipótesis sobre la existencia de una psicología social domi-
nante de orient3ciún psicológica. Dos estudios recIentes sobre la opinión
de 1", miembros de la ASA (Ennis. 1'-)92: Cappell y Guterbock. 1992)

98
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(Tom,da do P.e, e1." 1992, p 105¡.

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lOO
no, dan, ,in "mb~rgo, un panorama de la p,icologia social bastant~ dife-
¡en\<' 'd\ antc~ ac,cnto, Ennis (\991) toma como punto oc partlaa \a~
ár"as de cspceialización en sociologia (una definición diferente a la de
sección -que "ra el caso del estudio antcrior- y que pone el accnto en el
conknido', de hecho"e trahaia con 54 e~pecia\idade, que no ,e coo,ide-
Tan exduyen[e~ cn[re ,í). El universo de la población entrevistada son
todos lo~ sociólogos ole la ASA a los 'lue se pidió que eligiesen hasta cua-
[ro especi<didade&, Sc'recog¡ó opinión de 13.265 soeiúlogos y los dalo~
fueron sometidos al análisis de e/listen. cuya expresión gráfica figura en
la página anterior.
Lo más interesante de e,tos d~tos es que la p~icologia social es la es,
pecialidad más elegida por 1,,> soci"logo~ de la ASA. La psicología socÍ¡ll
re,ulta evidentementc nuclear en la "xiologia, como se muestra en el si-
guiente cuadro:

D•• " •• <'6n

I
El estudio de Cappell y Guterbock (\ 992) trabaja con la ad~cripción
a las distintas seccione., de la ASA (24 en total). Se trala de un análisis
multivanado del solapamiento de e~recializacione., a panir de la mem-
brecía múltiple (las diversa~ ~eccione~ a las que un mismo investigador
penenece). De lo~ análi~is realizados se obtiene el siguiente agrllpamien-
10 de especialidaole,>:

101
COLEGIOS VISIBLES

SOdolo9" de los conflictos mundiale,


Conducto colectiva y movimiento ,oolat ••
co
Soclologia leÓnc. "
SOClologi. ma"ist.·
Economi. pollt,oa y Sistema mundoal
SOClQlogiB h"tó"oa oompac.d.
5OClologl0 pol",ca
5ociologl0 de t. pobtacion
'V
elu", r 2
Comumdad
Sociolú9ia .mbientol -
Soclologi. de '. educación
Mino,,", etnica. y ,,,,,i.I •• Cluster7
Asio y ASla-America
EducaCión, L",encIBtu"
~J 1-
5ociologlo visuol
Organi,",ió" y ocupaclone,
C"minologi.
M.todologia
CI~I
PSloologi. ,oci.t .
Sociologo. de la fam,lo. Cluster 4
5OClOlogo. del ,e<Q y.1 géMr"
p,.ctoco 50ciot09ica
Soo,olog;a médica
Sooiotog;. <Je la .eje, e-J-
" " •
, , , ,
De Ia~ descripciones estadísucas ante rime, ,ohre el
.'"
~'tado ~ctual dc
la psieolog.ia ,ocial podem08 sacar algunas ('O'" ¡usione"
l. No puede remitirsc la definiciún ,k la p:.icología social a un eri·
leJÍo admin;"trativo. La existencia dc muy diferent~, de'cripcione;. se·
gún el unive,-"o definido como relevantc, tal como ponen de manifie8to
las encuestas a los miembro, de la ASA y la APA. hacc cVldcnte la nece-
,idad de mantener los problemas definicionales a nivel teórico.
2. Parece evidente que hay muy poca relación entre los sociólogos
y los psicólogos que sc dedican a la p;icologí~ 8Ocial.
J. F.8ta ~usencJa de relación se da tamhién. aunque en menO!' mcdi·
da, enlre 1", p,icólogo8 sociales amcrieanos ~ europeos, E,ta ignorancia
es unidireccional (de 1", americanos hacia los curopeos) y se da princi-
palmente en el ámbito de la p,icologia wcial psicológica (los lIandbuoks
por ejemplo).
4. La p,icologia ,>ocial dominantc se ha orientado en lo~ últim08
años hacia el sociocognilivismo. A pe8ar del aparentc psicologi,mo
'-Iue este hecho parece indicar, con,idero, como má8 adelante seña-
laré, que e,te ~ociocognitivismo está permitiendo una vinculación de

>02
las orientaciones soclOlógicas y pSlcológicas en la psicología social
actual.

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA HISTORIA


DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Desde un punto de vi~ta genérico la historia de la psicología social


como la de! resto de las cíencias sociales, va unida a la historia de la
modernidad. Lo que constituye la trama o urdimbre de csta historia no
es un progre,ivo desvelamiento de los secrdos dc la naturaleza -una
supuesta naturaleza psicológica y social- y de las leye, que la rigen
cuanto una evolución de las creencia, y ccrtidumbres que fundamen-
tan la vida colectiva. La modernidad es un término, como ya he indica-
do, muy laxo pero que de un modo u otro vienc a referir,e a un con-
junto de cambios en la e~tructura política y de pensamiento que se dan
en e! occidente europco a partir del Rcnacimiento y que hacen refe-
rencia a la creencia cn el triunfo dc la ra7.lm sobre la tradición, del uni-
versalismo sobre cl p"rticularismo y de la producción sobre la repro-
ducci(m.
L1 sociologia Se desarrolla ,egún "Iouraine (199U). ju~tamente,
cuando comicnza a hacer crisis la idea de modernidad. Constitutivo ,,1
pensamiento moderno e ilustrado era la convicción de que el desarro-
llo económico y científICo van parejos con el desarrollo político demo-
cráuco así como con la liberaCIón del sujeto humano. En el pensa-
miento moderno se da lIna coincidencia entre progreso social y
personal. Esta convicción cs la que empieza a h"cer crisis a finales del
siglo XIX, cu"ndo ~c pone cada vcz más de manifiesto que 1" utopía del
progreso ,,~ puede tr;lII,formal" en ideologia opresiva de aqucHos gru-
pos y pcrsou!ls que son considerados "irracionale,,,, dc aquellos suje-
tos destruido, en ,<,U subjetividad por la racionalizaCIÓIL tales como los
enfermos menlales, los trabajadores indu,triales. las mujeres, los niños
y los paises colonindm.
Las ciencia., .",ciales se plantean justamente eSle problema, e! de la
articulación enlrc las demandas dcl sistema y la motiv"ciún de! indivi-
duo.
Las ciencias sociales y, má, en concreto. la psicología soLial están
vinculad", en su origen a e,ta crisls del pensamiento moderno. Lo que se
plantean como problema cs. justamente, la supue,ta irracionalidad del
comportamiento colectivo humano, así como los procesos de conforma-
ción supraper"mal de las características p,icológicas person"les. La irra-
elonalid",j no es ya má, la expresión de un ddicit. bien sea psicológico

103
(la locura, la infancia, la Icminidad " o cultural (el priminvismo). sino
una característica de todo lo humano.
No es extnulo quc sca entonces cuando se realicen los primeros estu-
di"s de psicología social: La psicología soclal nace ~ se desarrolla, justa-
mcnte, en el centro de la crisis dcl pen,amiento modcrno, en el confliclo
enlrc sociedad y subjctividad: la psicología de las masas. la p,icología dc
lo, pueblos y los estudios de ,ociali7ación son lln huen cJcmplo de esta
prohlemáliea. Solo posleriormcnte, con la adopción ca,i gencmhzada de
una fílosofia social posilivhta, la psicología ,ocial aband"nará este !ipo
de reflexiones que le caracterizaron en su micio.
En los último, años ha hecho edo,ión un nucvo fenómeno de cri,i,
de la modernidad. la llamada poslnwdemidlld Si la pSIcología social no
e& ajena en ahwluto, sino que más blcn e, frulo, del pnmer cuestiona-
miento de la modernidad. crco que tampoco debe permanecer ajena a un
conjunlo de rellcxiones que se manifie,lan como de,ánimo producido
por la quiehra de los ideale' "progreSllta, .. que. de un modo u otro. atir-
maban la fe en el sujeto como e,tructura de rCl"tlnciliación entre el si,le_
ma ,ocial y la motivación. Lo que .,e ha puesto en clle,tiún es, entre olra,
cosas, ese concepto de sujeto. que aUlore, como Foucaull con,ideran la
más refinada expresión de la opresión racion<lli7adora. E,e discurso
"progre,isra" es con,iderado e~céplicamentc por Lyotard (1986) como
una "m"¡<lnarrallva.. má,.
La situación actual ue la psicología ,ocial <lUnque desde un punto de
vista estadísticamente mayoritario ,ea ajcna, en gran medIda, a lodo este
tipo de preocupacione&, no lo es ,in embargo desde un punto de ,i,ta
sustantivo. La psicología sociaL al igual que otras ciencia" sociales. eSlá
en un momento de «salida» de la crisis. Esta Silllación se caracteriya. a mI
entender, por una bú,queda dc nueva, fundamentaciones al proyecto de
la modernidad, entendida ya de un modo no absoluto. E,t<l salida se ca-
racteriza. entre otras co~a,. por una superaciún de la identificaciún entre
modernidad e intrumentalidad y en la búsqueda de una nueva relación
enlre subjetivización y racionalización. En este proceso de búsqueda de
nuevas allern<ltivas intelectuales ocupa un lugar importante el giro desde
una filosotía de la conClcncia a una filosotia del lenguaje. Este e~ el giro
que, en mi opinión. e8tá dando, enlre otras. la psicologi<l social del cono-
cimiento y la psicosociologia de las explic<lciones cotidiana" cuyo objeti-
vo, como el de las ciencias reconstruCllva, de las que babIa Hahermas, es
proveer de un conocimiento teórico explícito re.\pecto a un saber preteó-
rico implícito.

" He"ti e,. p'cd"mente. qmen 'p""a,,na "pl,ca"ún do 1" histeria ,\<) d,,","mcoOC ","cula·
d. "l. oondlClón lem,","" lr.,imoló~lCame"te h,,,",;, ,"ene de 'hi"emm' ("te"').]

104
Una historia de tensiones

Si a grande, rasgos la historia de la psicología social es inseparable


de la histona del pensamiento social moderno. la historia concreta de la
insutución psicosocial tiene sus peculiaridad." y características propias.
Mo:.covici (1970) hahla a e,te respecto dc tcnsiones. término que ha si-
do recogido por Ibáñez (1990. 1992) YPáez y otros (1992). Para Mosco-
vici (1970) la historia de la psicología social se caracteri.la por tres tipos
de tensione:.: el conniclo entre experimentación y cneuesta. la contra-
puesta orientación de las generalizaciones hacia la psicología o la socio-
logía y la definición de umdades específicas al enfoque p,icosnciológicn.
En realidad. las tre:. lineas de ten:.iÓn son tre, faceta, dci mismo proble-
ma: la Cllll,titución ana1íti~a del campo dc lo social que tiene una vertien-
te teórica (el campo dc las generalizaciones) y otra metodol"gica.
La resolución de todas e:.las dificultades y la ,upcraclón de las ten-
siones ante:. men~ionada, nige la dilllcidaeión sobre el carácter sodalde
la p,i~ología !.Ocial, a lo cual pareec pretender dedicanse la naciente psi-
eosoeiología europea. !:on el relato hÍ>tórico que ,e hace en el reciente
manual de psicología soci,,1 editado por la A,o~iación Europca de Psico-
logía Social Experimental (Hew,tone y otros 1990) no parece con:.ide-
mrse. ,in embargo, que la nueva psicosociología europea haya ,uperado
las antigua:. ten:.iones. La evaluaó"n de la hi,toria es la de un cerramien-
to más que el de la apertura promellda y la superación de la ten:.iÓn pa-
rece de;plazarse nuevamente al fmuro: "dado que la p,icología social,
como hemos intentado mo:.trar, de'peg" con un enfoque y agenda mu-
cho más amplio pero ~ha ido e,trechando ;u tarea para obtener acepta-
ci"n científica mediante el empleo de los métodos experimentale," (la,-
paN, 19116, p. 13). podría :.er que "hora ohtuviera aceptacIón como
ciencia social volviéndo,e a dirigir a la; eueSllones sociales reales»
(Gmumann. 1990. p. 34).
La histona de la psicología social se caraCleri.ta por un casi perma-
nente estado de insati;facción por parte de quienes han reflexionado so·
bre su propia fundamentación. Esta insatislaeclón no e:. la propia de loda
empresa eientíflca que, como tal. se considenl siempre in,atisfecha y
abierta a la crítica. En el caso de la p,i~ología ,ocial es una insallsfacción
con el conjunto de 'u historia. de modo que slcmpre se está proponiendo
una especIe de rclundación. La insatisfacción 'e manifiesta bajo la forma
de tensiones entre lo americano y lo europeo. lo pSIcológICO y lo socioló-
gico, lo experimental y lo no experimental. rodas ellas. :.in embargo.
apuntan. como antes he sClialado. a una m;,ma dirección: la definición
de lo socIal. Dc un modo U otro ,,'" toda, ella, reflexlO11es sobre el ser
social y e:. en este sentído en el quc yo crco quc no se trata dt> una historia

!Os
que esté siempre empezando, sino de una reflexión que mmm/ermina. Ello
supone considerar que no hay una ,ola hi,toria de la psicología ,ocial
como no hay una ,ola psicología social. El prejuicio que el concepto de
dhciplína impone al pensamiento nOS hace que adoptemos una actitud
descalificadora de lo que sImplemente es ° ha sido una forma diferente
de entender la realidad social, en defmitiva, de todo aquello que no con-
cuerda con nuestro pensamiento. La psicología sociaL comO ciencia so-
cial, forma parte del proceso de renexión de una sociedad sobre ,i mis-
ma; por eso no es de extrañar que esté siempre cue;lionándose. Este
cuestionamiento sólo es emharazo;0 para quien mantiene una idea cosi-
flcada de lo 'ocial y. concomimntemente, una pretensión de acumulación
de certidumbres.

106
Capítulo 3
LA INTERACCION
DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOSOCIAL

Mucho, de los tralados de psicología ,ocial definen a la interacción so-


cial como el objeto propio de estudio de esta disciplina. Esta earactenza-
ción puede eon~iderar"e adecuada. de modo general, ya que es en torno a
la interacción ,ocial dond~ ,~ articulan los nivele, de análisi, p,icológioo y
sociológlco. El problema principal estriba. sin embargo, en qué se entienda
por interacción social. l.a interacción social no es un objeto. no es algo que
encontremos «ahi fuera», en la realidad. como algo no problemático, que
espera que descntrañemos su dinámIca. La interacción SOCIal no es un obje-
to en et ,entido habitual del término. como una cosa, una parcela de la rea-
lidad. acotada de modo má" o meno, preci,o, con fronteras que supuesta-
mente la separan de otras facelas de la realidad a cuyo estudio se
dedicarían otras disciplinas. En realidad. la interacción social es un con-
cepto que utilizamo" tanto en la, ciencia, 'ociale; como en la vida cotidia-
na, para entender algunas facetas de la vida social y, como tal concepto, es
una herramienta susceptible de ser entendida de muy dIversas formas. La
interacción .,,,cial es, pues. un objeto de estudio teóricamente construido.
El concepto de inleraeción social que tenga el cientifico delimitará su
objeto. tanto desde un punto de vIsta ontológico. como epistemológico y
metodológico_ Desde un punto de vista ontológico en tanto en cuallto toda
teoría de la acción implica un modelo del actor, una idea sobre lo que ~e
considera más característico del ser humallo. El cOllecpto de ser humano y
de acción con el que se trabaje implica una propuesta, bien sea explícita o
implícita, de lo que se considera posible conOcer (epistemologia) y de la
mallera o modo en que se supolle que es posible cOllocerlo (metodolo-
gía) '.

, E, '" «te ,coMo eo el que HaoorJ\la! (l 987) ",ñala que .. al elef'r "" d<t,,",,"ado concepto

107
La principal dllcreneia entre los distinto, modos de entender el con-
cepto de acción e interacción social estriba en la concepción quc se tenga
de los proceso, de dotación de scnudo. Una distincIón fundamental con·
siste en que se considere o no relevante. para la explicaClón científica de
la accIón. el hecho de quc ésta tenga -o pueda tcncr- un :.entido para 1a.1
personas implicadas. Si se considcra que la acción humana está básica·
mente determinada por la, condicioncs ambientales en las que ,e produ·
ce.la acción se equipara al movimiento y el sentido que pueda tcner para
los actores rcsulta irrelevante a cfect,,, de 'u análisis cientifico. La acción
se entiende, entonces, como conducta o actividad indivIduaL Si se consi·
dera, por el contrario. que resulta científicamcnte imposible explicar la
actividad humana .Iin lener en consideración el sentido lJue los actorcs le
dan a la misma, el modelo se hace socIaL ya que la explicación de la acti·
vidad humana. aunquc sólo .Iea la de un individuo, requiere cl remrso a
procesos cxtraper:sonales. Cada tcoría social de la acción dífierc en la ex-
plicación que aporta de lo~ procesos de producción de ~entido y en el
papel que se considera que é,tos ocupan en la vida 80ciaL Aquí haremos
referenela _de modo muy sucinto- .. algunos modelos o conceptos de la
interacción quc rcsultan m,;~ cercanos a lo lJue :.ería una p~icología social
intcresada por la consllluciún s"cial de la subjetividad.

LA ACCJON SOClAL COMO CONDUCTA

El primer nivel de canlcterizaCIÓn cientifica de la actividad humana


es el de la conduela. El concepto de conducta se refierc a la actividad hu·
mana en tanto e~ comprensible de modo objctivo, bajo parámetro., bien
definidos dc medida. La objel1vidad que implica la con,ideración de la
acción como conducta lupone igualmcllle la exterioridad. El observador
(cicntífico) es ajeno y ocupa Una posición cxterna al i>ujeto cllya conduc·
la se analiza. Entre el sujelo de conocimiento y el objeto conocido se
considera que es posihle establecer una di,tancía y ruptura lJue permite
la observación y medición objetivas. La acción humana cs entendida.
pue~. como movimiento.
En principio, y como ya se comentó al estudlar la hi.,toría de la psi·
cología social, la reducci"n metodológica de la actividad humana a con·
duela observable. es dccir, a movimiento, surge como ímento de funda·
mentar una psicología científica. que ~upere las adherenci¡¡s metafísicas y

""ioló~LCO de oC""n nm comprollleteo"" e',,,, ,Ie'e,m;nada> p'''UpmK'O"e, on,olog".' D,I",


rcl,<;oo", mn el mundo. que al <I<g" 'di "'""cr'O' suponeo"" di """r. depend,"' '" '" lo, ".
P""'" ,1< 1, pOSlble roc;ooahJad de ". ,cción" (p 122).

108
los métodos no contra,tables que caractenzan a la pnmera psicología. El
concepto de conducta está íntimamente vinculado a una concepción po-
sitivista de la p~ícología, caracterizada por el indivíduali~mo metodológi-
co, quc hace que un enfoque psicosoclal sea, como tal, innece~ario. Este
ha sido el modo dominante durante muchos años en la pSIcología ,ociaL
La conducta, en el sentido restringído con que los conductistas Ulilizan el
concepto, e, <da reaCCIón a un estimulo f. .. ( Los elementos de la conducta
son dos fenómeno, físicos: el e~tímulo y la reaccIón. La conducta e~ la
conexión entre ambos" (Yela, 1974, p. lO). El modelo watsomano de
conducta, que tanta influenem ha tcnido, surge de un legitimo interés por
superar la dicotomía cartesiana entre conciencia y movimíento. Para
Watson, al igual que para lo, positívi~ta~, la conciencia no es objeto eien-
tifico; por tanto, sólo queda el movimiento. La actitud conductlsta es pre-
dominantemente metodológica y cscasamente tcórica. La definición de
conducta vienc dada por lo, método& de conocimiento que se admiten
como cientifico> y no por una eonceptualiL.aciÓn teóricamente funda-
mentada.
El atconClsmo y el predominio metodológico es explicito en Skinner
(1977), quien considera que "pue~t() que la conducta humana es enOrme-
mente compleja y nuestro organismo tiene dimensione, limitadas. mu-
chos actos pueden invohlcrar procesos a los que se aplique el Principio
de Indeterminación. Ello no significa que la conducta sea libre, sino sólo
que es posible que e~té fuera del aleancc de una ciencia que prediga o
controle. No obstante, la mayoría de los estudiosos de la conducta esta-
rian dispuestos a cOlOcidir en el grado de predicción y control alcan.lado
por la, ciencias fisicas a pesar de esta limitaciún. Una respuesta final al
problema de la, leyes que gobiernan la conducta tiene que bu~carse, no
en los límites de algún mecani,mo hipotético dentro del organi,mo, sino
en nue,tra cap,lCidad para demostrar c,te sometimiento a las leyes en la
conducta dd organi,mo como un todo,. (p. 48).
Fl tratamiento de la aclÍvidad humana en térmlOos de conducta im-
plica la caracterimción de los proceso, ,imbólicos como procesos exclu-
sivamente ment,Ile, e internos. Si la ciencia ,e consider<l, por prinCIpio.
reducida al mundo de lo observable, ello conlleva, lógicamente, pre~cin­
dir li.,a y llanamente de los proce,o, ,imbúlico& en la explicación de la
accIón humana. "En conjunto. -dice Skinncr (1977)- resulta obvio quc
b mente y las ldca~. junto con 'u, c<Iracteristicas especIales, han .,ido im-
pro~i,ad,,& sobre la marcha para proporcionar ~explicaciones". Una
clcncia ele la l'tlOducta no puede esperar mucho de un método tan super-
ficial. SI además se afirma que lo~ hechos mentales o p,íquico~ carecen
de la.,> caracteristlCas de una ciencia física. tenemos otra razón adicional
para recha.lar!os" (p. (0). Un poco más adelante manifie~ta con clandad:

109
"No negamos la existencia de estados mtemos, sino que afirmamos que
no ,on importantcs en un análisis funcional" (p. 64) '.
En pSlcología social y, en concreto, en las leorias del intcrcambio, el
cOnCeplo de eonducla e, tomado con Una mayor amplitud. fllau (1982)
es quien probablemente ha mantenido ona idea más elaborada y comple-
ja sobre la conducta. En su opinión" No toda conducta humana está
guiada por consideraciones dc intercambio. aunque si gran partc de elJa.
más de lo que creemos habitualmente. Para que una conducta desembo-
que en intercambio ,ocial ha de sati,facer do; condiciones. TIene que
estar orientada hacia metas que 'ólo se pueden satisfacer por mcdio de la
inleracción con Olra8 personas y tiene que proveer 11>8 mcdio, para la ob-
tención dc lales mcta,,, (p. 4). lIlau admitc la existencia dc conducta,
irracionales. a la, quc identifica con Iw; emociones, que no son analiza-
bles en términos de intcrcamblO; admitc. ,in embargo, tanto la conducta
inslrumental como la exprc,iva, así como la, conductas wertrationa/(ra-
donal con objeto a valores) y lWfrhatiollal (racional Con objcto a flllCS)
en la terminología wcberi¡¡na. Como dice llIau "el mtercamblO .,ocial
puede reflejar cualquier conducta orientada a mcta' 'ocialmente media-
das" (ihid).
Ahora bicn, para cvÍlur la tautología de cquiparar inlercambio con
inleracción, Blau limita el conceplo de intercambio: d:J mtercambio so-
ciaL lal como se lo concibe aqui, se limita a la" acciones qne '<'" contin-
gentes a las reaccionc, recompensantes de los Olros y que ,e CC,an cuan-
do estas reaccione' espcradas no se producen" (op. di., p. 6).
Para Yela (1974), la fórmula E~R es correcta pero insuflCientc. La
insuficiencia es, ,in embargo, notoria: "Le falta un término absolutamcn·
te esencial: el sujeto. La rcucción e~ del sujeto: cl e,lÍmulo e,ümula al ,u-
Jelo. (op. cit., p. 12).
La redocción conductual implica tres presupuesto, que Harré y Se-
cord (1972) scñalan como propios dc loda psicología experimcntal: "a)
que sólo un modelo mecanicista del hombre ,atisface los requerimientos
nece.'arios para hacer ciencla; h) qne el concepto más científlco de cau'a
es el que se ecnlnl en la e,timulación cxlerior y que excluye de conside·
ración cualquier tralamiento dcl modo dc conexión entrc causa y efecto
y. e) que una metodología ba,ada en el positi~Í'>mo lúgico cs el mejor ca
mino para una ciencia conduetual. (p. 5>-
La solución Ctlnducti,la al vlejo problema dc la conciliación entre un
lenguaje intencional y un lenguaje causal con~istió, pues, en la operacio-
, Me me'<n," <lco' ~ue un c,e"" cogn,,;';,mo ."u.l. ~"O h, ,e",do. despb,", ,1 CO"du,_
Lo.,m" con", ,,,,,,lclo d,,"un,nIC. m.,,';OOC una wnccpc;o<o ,,",ilar de ,,,, pro,""" "rubob",,'. con·
"dcrn"dolm proceso, ,>elu","""n,c md;,;d""lc,. Ld aport'c,,,u pnnCJpal Je O. H '>1,.d Yde
vygoL,b fu<.lu"a"'<nt<. po,,", de m.n,r,e."0 el ca<a"or so,,"1 de lo, p'''''"'''' "mbobm,.

110
nalizaClón, en la ;u.,titución del lenguaje intencional por lenguaje openl·
cionali7ado_

EL CONCEPTO WEBERIANO DE ACCION

Weber aborda el conflicto entre lenguaje intencional y lenguaje cau-


sal en la fundam~ntación de las ciencia:. sociales, baciendo frente a una
concepdún positivIsta de la ciencia ",cial, denvada en última in8tancia
de J. S. MIl!, y que e8 la 'lue adoptan los conducti:.ta,. Según Giner
(1983) Max Weber elaboró su soclOlogía como fruto de un malestar con
el positivi"mo dominante que ,<suponía (y ,igue slIponiendo) que la vida
social puede cxphearse en términos cuantificables y experimentales
como los que reinan supremos en las ciencia:. naturale8 (o a<,j lo parece a
los men08 per,picaces), al Igual que mediante la formlllación de leyes so-
bre la' regularidades observadas empíricamente" (Giner. 1983, p, 6). La
conveniencia de considerar la slIbjctividad humana como un elemento
crucial para la con,titución de una epi>temologia de las ciencias sociales
no le lleva, sin embargo, a una p8icologi~ación de la explicación sociaL A
e:.te re,peeto Weber señala. en un escrito de 1Y04, de su primera época:
"en la actualidad toda~ía no ha dcsaparecido dd lodo la opinión de que
es tarea de la p,icología desempeñar, para la, distintas "ciencias del e8pí-
ritu", un papel comparable con el de las matemáticas. Para ello habría de
descomponer la8 complicadas manifesmeione8 de la vida ,ocial según sus
condiciones y efectos psíquicos, y reducirlos a unos factores psíquicos lo
má, ~encillo" posibles, cla:.ificar e,to, ultimos por géneros y analizarlos
según sus relaClone8 funcionales. Con ello se habría logrado crear, si no
una "mecánica". sí en camblO una especie de «química" de la vida social"
(Weber 1971, pp. 3Y-40).
Según Turner (1983) la e>.plicaelÓn weberiana de la a~ci(¡n evo!uelO-
nó 3 lo largo de ;U ohra, desde una per8pectiva en la que el éntasis en la
interpretación e, aún escaso, ha~ta un pen,amiento más coherente y ela-
borado ~ que toma expre8ión en la Introducción a su obra Economía y
;ociedad. En esta obra define la acción como "aquella conducta humana
que su propio agente o agclllcs entienden como subictivamcnte significa-
tiva, y en la medIda en que lo e,,, (Weber, 19~3. p. 11) '. Por acción so-
cial cnllende "aquella conducta en la que el :.ignificado que a ella atribu-
ye el agente o agentes entraña una relación con respecto a la conducta de
otra U otras personas y en la que tal relación determina el modo en que

, P,dL"" la traduc<ooo~" S_fimo, di d, la ,dK,on de ho/",",,'" -' """daddd ~,,"d,) de Cul.


tu" r_,,,,,,,m,,"_ qu' "' muy hoerol e incomp«""hle 0" ",,«llano

111
procede dicha acción,) (ibid). El sIgnificado dc la acción no e8 un hecho
trasccndente a los actores: "Por "sentido~ entendemo, el sclUido menta-
do y subjclivo de los sujetos de la acción ... En modo alguno se trala de un
sClUido ~obJelivameme ju,to" o de un 8entido "verdadcro" metatísica-
mentc fundado» (Weher. 1964, p. ó).
En eSla ,ubjetividad del significado fundamenta Weber la diferencia
emre las ciencias empírica, de la acci"n y las disciplinas o ciencias dog-
málicas y II priori. Martindale (197'1) equip"ra el concepto weberiano de
significado al de "definición dc la ,iluaclón» de W. Thom,,; y a la función
que «l"s ideas que las pCr!.onas tienen unas de otra," lenía para Cooley.
Es eSle común imeré, por el significado como elemenlo causal del com-
pürtamiento el que lleva a eSle autor a caraderi7ar la obra dc Weber
como "behavlOrismo social".
Aunque Weber reconoce la dificultad 'lue cn la práctica existe para
diferenciar la acción social de la conducta puramentc reacliva, aquella se
caracteriza principalmclUe por su ,ignificalividad: las acciones son, a;;-
mismo, proposiliva., y obedecen a motivo8, emcndiendo por éstos "el
complejo de significado8 quc parece conferir al agelUe o al ob,ervador
razone, signilicativas para comportar:'<e de una cierta manera" (op. cil., p.
22). La acción social puede ~er. para Weber. externa () intcrna, e incluye
nO sólo la actividad, sino también la omisIón.
La conducta reactiva -la conducta de los conducti,tw;- na e, una
actlvidad ,ocial para Wcber, ya quc para este aUlor el comacto humano
«e, social sólo cuando la conducta de una per80na se relaCIona en 'u sig·
nificadn al comportamiento de los demás ... la acción social no debe de
identificar.,e ni a) Con varias personas que se comportan de modo scme·
jante. ni b) COn una per,ona que actúa bajo el inflUjO de la conducta ajc-
na» (op. al.. p. 39).
La vinculaCIÓn de la acci"n social al ,igniflcado no implica pam We-
her la renuncia al carácter cientif,co de la, ciencias sociales y a la bú,·
queda de explicaciones causales. La solución que Wcber aporta a la dIS-
yuntiva planteada entre idealistas y positivistas consistc en considerar
como objetivo de la cienela la búsqueda de evidencia o ceITldumbre y el
de la, ciencia, ,oelales, "la certidumbre en la comprcn,iún de la acción»
(Weber 1987, p. 12). Esta comprensión (que es comn S. Giner traduce el
término alemlÍn de verstehen) adquicre diversos grados dc certidumbre
según el tipo de racionalidad que caracteriza a l,l acción.
El ,ignilicado ;ubjctivamentc intencionado e, considerado por We-
ber como un elemento causal de la acción 8Ocial. Aun'lUC Weber con,i·
dera quc "es posible que la indagación tutura 'a'lue a relucir leye, no Slg-
nifleativas que ,ubyazcan en la conducta significativa,) (W~ber. 1987, p.
(6), aunque "por ahora poco es lo conseguido en ese tcrreno" (ibid.).

112
_Empero, el reconocimiento de la importancia causal de tales factores no
alteraría en lo más mínimo las tarea~ de la sociología y de las ciencias. de
la acción en general. Su objetivo serio siempre el de interpretar los SIgnifica-
dos que 105 hombres conJle!en a .'us aclOS y osi el de comprender los acciones
mismas>' (op, cir., p. 17), Y algo más adelantc manifie,ta: «Dar una inter-
pretación causal correcta de una acción panicular e~ concebir como
apropiado el curso extcrno de esa accIón y su monvo altiempp que am-
bos se enticnden como relacionado, entre sí de una manera cuyo signifi-
cado sea comprcnsible .. (op. cu., p, 23).
Es esta fundamcntaeión de la explicación cientítica en criterios de
significación, que son en definitiva enlldades ,ociale, ideale" la que per-
mite una metodología ba,ada en tipos ideales.
La, definiciones conceptuales de Weber tienen ql1e ver con dos cues-
tiones centrales a la razón de ser de las ciencias sociales y de la psicolo-
gía social: la racionalidad, comp característica de un modo de Ser en el
mundo, y la metodolpgia que un saber refleXlVo ,obre esa realidad exi-
ge '. El mod" de ,er en el mundo al que e, aplicable el concepto de ra-
cinnalidad. que e, un concepto crítico, es el del hombre libre, o mejor el
del ,er humano para el que la libertad tiene scntid". El comportamiento
de tale, persona, no es compren,lble, exclusiva ni tundamentalmcnte, en
términos meeanici8tas o reactivo.,. La propo,itividad es inherente a la li-
bertad. Laín Entralgo lo explica de un modo muy bello. Recurriendo a
una definición de Zubiri, dice que el hombre es un animal de realidades,
a diferenCIa del re8to de los animales, que vivirían entre estimulos. El
medio humano, dice l,aín (1989) e8 un conjunw de cosas que s"'~ y no
°
sólo un conjunto de cosa8 que solicitan atacan. Una nota característica
de la accIón humana es la inconclusión. Al hablar de incnnclusión Laín
se refiere al carácter novedoso y variable del hacer humano, que supone
el que no ,e replla lnvariablemcnte el modo de ejecución de las accione".
Como dice de modo muy expresivo, "el bombre es un animal desbocado
a la desmesura .. (p. 117), asi como a 10 novedo,o. El ser humano es,
igualmente, un ser capa7 de ensimismamiento. El ensimismamiento e,
una activa reclusión cn uno mismo y cOn uno mismo. En realidad, es un
acto social sin interacción. "Un animal-dice Laín- puede quedar inmó-
vil, mas no ensimismar:se. (p. 305).

113
LA INTERACCION SIMBOUCA: GEORGE H. MEAD

George Herbcrt Mead intentó explicar la <:onduda illlenclon~1, cs


decir, aquella actividad humana dc la quc damos cuenta con Un vocahu-
lario de razones, voluntades y pretensiones, y que el conductismo habia
reducido analíticamente a componanmiento oh8ervahle y cmmtific<lble.
Para dar cuenta de la actividad intencional y dotada de 'entidu, que e.' lo
que c<lracten7.aría la acción humana, Mead fundamenta su teoría en el e,-
tudio de la estructura de la <:omunicación humana y de los signos con los
que se con8IÍtuye tal comunicación,
Mead califica Su propia posición cOmO .. cunducti.,mo socia!>" Sin em-
bargo,la., diferencias con el condudismo, tal como se ha descrito Con an-
terioridad, 80n muy notables, Mead utilizó el término de coudUClÍsmo,
dado que compartía con 108 primeros conduclistas la convicción de que
la experiencia del individuo debía .'er explicada desde el punto de vista
de _'u conducta y no de,de ámhitos p.,icológicos tales como la concicncia
o la sensación. Sm embargo, el condueti'illo social de Mead supone, a di-
ferenCia del condUCli,mo psicológico y metodológicamentc individuahs-
ta, consldenlr a la experiencia desde el punto de vi,ta de la sociedad y la
comunicación y no desde la mera ~ituación individual de respuesta a los
e.,tímulu.\ amhientale.'_ En palabra., del propio Mead: "La p,icologia 50-
elal es eonducti,ta en el 8entido de que parte de una actividad observable
-el proceso ;ocial dinámico en ejecución, y los actos sociale, que son
,u, elementos componente,- que debe ,er estudiada y analizada científi-
camente. Pero Ilo es eonductista en el sentido de pasar por aHo la expe-
riencia interna del indivIduo, la fase interior de ese proce.,o o actividad,
Por el c(mtrario, se oé'Upa c'pecialmeme del surgimiento de dicha expe-
rienda dentro del proceso como un todo» (Mead, 1965/1934, p. 55).
El conductisIno soelul de Mead es claramente diferente al conductis_
mo psicolóJÚc<! en Olro punto fundamental: el análisi., de la actividad hu-
mana no ,e acaha en el individuo cuya conducta :.e e,ludia ,ino que re-
quiere su inclusión en lo, procesos sOl'iales en los que Se de,arro!Ia. En
este sentido es también muy explícito: ,En psicología soctaL imentamos
explicar la conducta del indIviduo en términos de la conducla organizada
del grupo ,ocia!. en lugar de explicar la conducta organi7ada del grupo
,ocial en términos de la conduct~ de los distintos individuos que perte-
necen a él" (Me~d, 1965/ 1934, p. 54),
La unidad de análisi<, del eonduclismo ,ocial tle Mead -o interaccio-
nismo ,imhólico. como es posleriormente denominado- es el acto. El
acto -a diferencia de la eondueta- se canlcteri~a por la proposllividad,
es una aClividad que tiende a un fin. Frente a la Idea simple de conducta,
como respuesta a un estimulo, el acto es concebido por G. H. Mead

114
romo un proceso complejo, como un tipo de actividad recursiva, en la
que las ctapas posteriores del acto están ya presentes desde el comienzo
del acto, controlando el proceso en su totalidad: "Las etapas posteriores
del acto están presentes en la, primeras etapa;, nO simplemente en el
sentido de que están preparadas para poner,e en funcionamiento, sino
en el de que sirven para controlar el proceso mismo ;'.-1 El acto, como
conjunto, puede estar presente determinando el proceso" (Mead 1965/
1934, p. 58). A ese inicio del acto, que controla el curso posterior de la
acción, es a lo qUe denomina actitud.
La interacción social es equivalente, cn cl interacciunismo simbólico,
a comunicación. Mead cun8idera que existe un primer nivel de interac·
ción, común con 108 animales, que es el nivel de comunicación de gestos.
Contrariamente a Darwin. quien en su obra La expresión de las emociones
en los animales y el hombre considera que los gesto, son expresión de
emociones, Mead adopta la idea planteada por Wundt de que los ge;tos
no son tanto la expre,ión de algo anterior o prcvlO, sino el inicio de algo,
el inicio de la acción. El gesto e, el inicio de un acto ,ocial que es estimu·
lo para otros. El gesto lleva mnsigo la actitud a la l/ue rcsponde el obser-
vador. adaptando su acciún v constituyendo, a,i, una auténtica conversa-
ción de gestos. Cuando un perro en,ena los dientes no e, que esté
expresando un estado emocional previo. su ge:.to e, el inicio de un acto
potencial de agre,iún que cstá presente en ,>u totahdad. corno actitud,
controlando el curso de la acción. A e,e gesto se le responde con otro
°
gesto de agrcsión, de sometimiento de huida, de modo que el conflicto
se resuelve. con frecuencia, .,in llegar a desarrollar el acto de agresión en
su totalidad. La <'onver,ación de gesto' hace pOSIble que no ;e muerdan,
por medio de un proceso de mutua adaptación. Estos ge,>tos no son, sin
embargo. significantes. Tal como dice expre,ivamentc Mead: «No supo-
nemos que el perro ,e diga: "Si el animal viene desde esa dirección, me
saltará a la garganta, y entonce, yo me volveré hacia e.,e otro lado"" (op.
dl_, p. li6).
Un gesto se bace signiÍlcante. tiene la caractcrística de un simbolo
significante, cuando la reacción del otro e, conocida por anticipado, es
decir, cuando CXlste una idea de lo que el gesto ,ignifiea para el otro.
Este conocimiento ole lo que nuestros ,,'mbolos ,ignifican es un elemento
del control d~ la accIón. Ya no necesitamos experimentar, en una con·
versación de gestos. la re,puesta a nuestro, gestos d~ amenaza. El cono-
cimIento de su significado puede hacerno, controlar el curso de nuestra
interacciún ,imhólica de modo que consideremos inadecuada ,>u expre·
sión, dado que sabemos lo que significa tanto para los otros como para
nosotros. La concepdún pragmatista del significado. tal como la entien-
de Mead. ;upone vincular el significado a la acción y a los efectos que

115
esta produce, El significado nO es algo individual, consecuencia por
ejemplo de nue8tro aprendizajc -que e~ mmo lo entienden los conduc-
tistas-. el significado e~ ~ocial y está dlrectamenle vinculado a la acción.
es "la reacción común a la propia persona y a la otra persona. que ,e con-
vierle. a Su vez, en estimulo para la propia per80na" (op. en. p. 112),
La interacción social corno comunicación ~imhólica implica la capa-
cidad de ponersc en el lugar dd otro. de adoptar el rol de nue,lm" inte-
raCluantes, Es en esta aCllvidad de de'centramiento _similar al proce"l
de simpatía del que hablaba Adam Smilh- en la que se fundamenta la
comunidad de siglllficados. E,ta caracteristica de la inleracción simbóli-
ca que no, po;ibilita para ponemos en el lugar del otro es lo que la hace
reflexiva. La reflexividad inherente a la comunicación .,imbólica se mani·
fiesta en la posibIlidad de suspender el curso de la acción, por medio de
la., auto-indicaciones quc el ~igni[icado aporta al actor, La idea, por tan-
to, es acción demorada, fruto de la reflexividad inherente al símbolo. La
accIón social. en tanto en cuanto es conSIderada COmo acción con senti-
do, e" reflexiva y se caracteri¿a por la presencia del futuro en término" de
ideas.
Para Mcad. pue" la comunicación simbólica ,e cardcteri7a por la an-
ticipación de la reacción de lo, demás actuantes y. por lanlo. por el do-
minio de un saber simbólico. cuya caracteristica central cs el ~er eompar-
lido por la comunidad de personas con la, que se interactúa, La
intencionalidad. que ~ólo es po,ible mcdianle la parlicipación en un uni-
ver", ,imbólico -que ya no eSlimular <) gestual-. es lflstrUmenlal par.. el
individuo. E,ta in8trumentalidad para un conductista era consecuencia
de la adaptación a un mundo estimular. que nos solicita y que nos recomo
pen,a y ca,tiga, La transformación pragmatista de Mead consiste, jU8ta-
mente, en considerar a la sociahdad como interacción simbólica. ESla .10-
ciabilidad no es un epifenómeno SlflO la condición de su ;upervivencla y
felicidad en una sociedad que liene como horizonte po,ible el entendi-
mienlo y la convivencia democrática.

EL CONCEP'(O DE ACTIViDAD
EN LA PSICOLOGIA RUSA

Una solución dlaIéelica a la articulación entre el individuo y la socie-


dad es la que de~arrolla Vygolski, tamhién a principios de sif!lo, y en una
SOCIedad en tran~formaeión revolucionaria. La preten..,iÓn de VygOtskl es
fundamentar la psicolog.ia ComO ciencia unilana. lo cual implica plan-
tear:se la vieja dicotomia cspírilujp.,ique vs materia/biología. inlentando
superarla. Según e,ccibe Luria (1984) "la principal tesis de Vygotski sue-

116
na paradójica: para explicar las formas má, complejas dc la vida eons-
cienle del hombre es imprescindible salir de 1", limites del organismo,
buscar los origene, de e,ta vida consciente y del comportamiento «cate-
goria],. no en las profundidades del alma, sino en las condiciones exter-
nas de la vida y, en primer lugar, de la vida social, en las formas hislóri-
ca-sociales de la existencia del hombrc" (p. 23).
La propuesta vygotskiana consiste en consldcrar tanto los aspectos
psicológicos como blOlógicos de la vida personal como procesos que se
vinculan dialéctica mente no dcntro del individuo, ,ino fuera dc él. El in-
dividuo se realiza como unidad personal dialécticamente. a través de la
actividad social, especialmente de la actividad linguistica. Como dice A.
Riviére (19!15), (,La csclsión cntre el idealismo de los fenomenológicos y
el PO,ilivismo naturalista de los objetivislas era la consecuencia dc la
pérdida del eslahún fundamental de conexión entre la~ funciones fisioló-
gicas y las creaciones más eomplejas y libres de la mcnte, y ese e~labón
no residiria en el propio indivIduo. sino fuem de ~I, en las formas colecti-
vas e hi,tórieamente determinadas de la vida social" (p. 32). Esta es para
Luria (llj!l4) la caracleri,lica principal de una psicología marxista, cuyo
objeto es la actividad conscienle, y 'lue con,idera que (,los orígenes del
pen~amiento abstracto y del comportamienlo "categorial", que provocan
el salto dc lo ,en,mial a lo racional, hay que buscarlos, en consecuencia,
no dentro de la concIencia humana ni dentro del cerebro, sino afuera, en
la~ fonnas ,ociale; de la existencia histórica del hombre" (p. 24).
Siguicndo ~n ello a Engel> (1 <)7<)). Vygotski eon~idera 'lue la activi-
dad inslrumcOlal no <,úl" modifica al medio sobre el que se aplica, ,ino
que modifica al sujeto quc la realiL.a, convirtiéndolo en humano. La origi-
nalidad de Vygot;ki estriba en habcr eoncehido la C<Jmunicación simbó-
lica como aclividad instrumental. y al signo como herramienta. La activi·
dad modifica no sólo la rcalidad exlerim, ,ino también la concIencia. Los
signo, ,on utensilios, que median la relación dd hombre con los demás.
La actividad in,trumental se hace significativa en lo, ,ere.' humanos,
merced a la mcdiación de la aclivid"d de los demás. (el movimienlo de
a"ir -pura actividad instrumental de relación con el medio- se convier-
te. a,i, en ad" de señalar, cuando una persona re,p()nd~ significativa-
mente ante tal acción).
Los ,ignos son herramientas q ue permit~n ",ealizar transformaciones
en los olro,. () hien en el mundo material a travé~ de los otr08" (Riviére.
)lj85. p. 41). Signos} herramientas cumplen una función mediadord,
pero la herramicnta está externamenle orientada, hacia la modilicación
del medio exterior, mientras quc el signo está inlernamente orientado,
constituyc la herramienta constructora de los procesos psicológicos
supeTlores. Ahora bieo, ante, de ser medio de actividad mterna, el signo

117
e~ mediación externa, La conciencia, e, entendida como contacto
social con uno mi,mo. siendo concebida, por tanto. como una estructura
~emiótica,
Frente a las aproximaeione~ naturali~tas. propias del esquema E-R,
que reducen la causalidad a una dirección, la que va del medio al orga·
n;'mo. Vygotski mtenta dar cuenta de la propia función tran~formadof3
del hombre. tanto de la naturaleza como de la historia, La actividad hu-
mana no es mera adaptación al medio. sino también adaptación de é,te.
Esta actividad agente e, comprendida no de forma idealista, consecuen-
cia de una no explicada capacidad interior. sino de forma social, como
consecuencia de la interiorizaCIón progresiva, en función de las condi-
ciones materiales de exi,tencia, del sistema semiótico del propio grupo
social y que, como tal, cs una instituci,," o proceso público, no privado.
Vygotski reconoce su simpatía por el pensamiento de W, Jame" en
lo que éste supone de anti~ustclncialismo, así como del de Spinoza, para
quien, igualmente. el pen,amiento no era entendido como una ,u,tancia.
sino como un atributo, E. V. llenkov analin este aspecto dc la obra
vygotskiana y seiíala que para Vygotski -al igual que para ~pinoza- «el
pen,amiento no es el producto de una acción, sino la acción en ú nusma.
considerada en el momento de su realización, como caminar, por ejem-
plo. es la forma de acción de las piernas, el "producto" de lo cual. se de·
duce, es el espacio recorrido" (cit. por Wertsch, 19lili, p. 209).
Para Wertsch (19~~) el amirreduccionismo mecanicista y el ant;"us_
tancialismo idealista, propios del pensamiento de Vygotski toman cum·
plida expresión en una teoria de 1,1 actividad humana, que ,i hien el atilor
no desarrolló en extenso. sí ciertamente ",taha en germcn. El de,arrollo
más elaborado de una teoría de la actividad corre.'ponde a A. N. Leon·
tiev.
El concepto de actividad. según Leontiev (197S), configura junto
con los de conciencia y personalidad, las principales categorías analítica"
de la psicología. entendida ésta como el estudIO del ren"jo p"iquico de la
realidad. La actividad cs entendida, de acuerdo con la primera te,is so·
bre fcuerbach de Marx, como proceso constructor del objeto de conoci-
miento, como mediador dialéctico entrc el sujeto y el objeto. La primera
actividad es la actividad ,en~orial práctica, y esta práctica humana, para
Marx. c~ la base del conOCImiento humano, Como tal práctica, conlleva
los criterios de verdad y adecuación del conocimiento.
La actividad es un sistema, nO una reacción aislahle; como tal siste-
ma. tiene una estructura y un de,arrollo. y esta estructura no puede ser
considerada de forma desgajada dc las relaciones sociales del sujeto.
Como tal sistema social. «está determinado por las forma, y modos de la
comunicación material y espiritual» (p. (7).

118
Toda actividad está constitutivamente objetivada, está referida a un
objeto, el cual aparece dos veces, primero como objeto externo, y se,
gundo como imagen del objeto, que se efectúa como resultado de la ac-
tividad. I:.sto significa, Igualmente. que de~apareee la distinción de la
actividad en dos partes o aspect",; totalmente dIStintos, el externo y el
interno. el referido al mundo extcriory el relativo a los fenómenos in-
ternos y de conciencia. Lcontiev considera '-Iue eXlstc una continua
transición entre ambos proce80;_ y ambos ticnen una e>tructura co-
mún. Los objetos. ademá,_ adquiercn la cualidad de impulsos, fines
o instrumentos, en función del lugar que ocupan en la actividad hu-
mana.
Leontiev (1978) distingue tre, niveles analíticos, a cada uno de los
cuales corresponde una unidau dllcrcnte de análi~i" en virtud de los mo-
tivos, las finalidades v condiciones de la actividad del sujeto en el mundo
objetivo: "En el torrente general de la actiVIdad que configura la VIda hu-
mana en sus manife"taciones superiores, mediatizadas por el reflejo psí-
quico, et análi.,i, delimlla. primero. alguna, actividades (especiak,), se-
gún el criterio de los motivo" que la, impulsan. Luego se delimitan las
accione, o procesos '-Iue ohedeeen a /ines conscientes. Por último están
las operaciones que dependen directamente de las condicione; requeri-
das para el logro del fm concreto" (p. ,';7).
El primer nivel de análisis, el de actividad. Wert,ch (1988) lo consi-
dera equivalente al concepto goffmaniano de jmme. Entre este tipo de
actividaue, ,e encontrarían, por ejemplo, el juego. el trahajo, ~ la educa-
ción o instrucción. El concepto dc actividad está íntimamente vinculado
al de motivo, y uad" que. en la concepción de Leonllev. fundamentada
como ante' he indIcado en una explicación marxista, se com;iuera que el
objeto -mateflal o ideal- de una actividad es su veruadero motivo, lo
quc dllcrenci" a un~ actividad dc otra es, en definitiva, su objeto. dial;;c·
ucamente concebido.
A difercncia del concepto de actiVIdad, Leontiev (197,';) denomina
acción «al proceso ,uhordinado a la repre8entaci<'m que se tiene del re-
sulmdo que debe lograrsc. es decir, al proceso ,ubol'dinado a un fin cons-
ciente" (p. 82). La acción se caracleriLa por su fin. l.a actividad, que se
caractcnza pOI' ¡,-U mOlivo, "ílo <..-OS factible bajo forma de [¡eción o cadena
de acciones
La, operaciones. que e' el tercer I!¡vcl del análísis ue la actividad hu-
mana, sc definen como "los medios con los cuale" se ejceuta una acción"
(Leontiev, 197,';, p. 8S). Las operacíone, están correlacionada, con las
condicione, de la actividad. Es en eMe senudo, de con"titución lOstro·
mental, en el que toma sentido la afirmación de Leontiev dc que «el des-
tino de las operacione, cn general es el de convertirse. tarde o temprano

11 9
en función de una máquina» (p. Rti). La, accione" sin embargo, siempre
serán acciones del sujeto, nunca de una máquina.

LA ACerON DISCURSIVA

En la psicologia social contemporánea ocupan Un lugar importante


un conjunto de teorías que, aunque di,pares en ~u desarrollo, mantienen
como caractcrística común la vinculación de la accIón allenguaie. Para la
p;icosociología discursiva y construccionista 'el lenguaje. en lugar de ser
entendido como un vehículo del pensamiento y una herramienta de la
acción, se convierte más bien en su matriz generadora. La psicología so-
cial que de aquí se deriva, aunque a veces roza un cierto idealismo de u-
po lingüístico, e,tú aportando, ,in embargo, una interesante visión del ca-
rácter construido de los objeto, de estudio de la p,icología sociaL asi
como de sus propios conccptos.
El concepto discursivo de acción podemo; caracterimrlo por dos
notas distintivas, la considcración del di>euf';o como ac~iún y la de-p,i-
cologizaCIÓn del sigmtieado.
La concepción de la acción como actividad significada es común.
como hemo, vi,to, ~on todo, lo~ enfoque, que pretenden explicar la
complejIdad rcllcxiva del hacer humano (Mead, Weber, SChulz, Vygot,-
ki, Bajtín ... ). Lo caracteristico de este enfoque es el éntasis en el carácter
con,tructivo del propio hacer di~cursiv() y lingüí;tico: decir es hacer.
La de-psIcologización del significado supone ,ituar a é,te en el terre-
no de la práctica pública en lugar de la expcriencla privada. Para muchos
autores lo que define el significado de la acción :,on la:. intenciones y mo-
tivos del actor. Este es el modo en que ]a, per;<,ona" con frecuencia. en-
tendemos el sig,nificado cn la vida cotidiana y éste es el modo en que ~e
entiende el significado en algunas teorias sociales, como podría ser la de
Weber '. En la ~"ncepción di,cuL,iva de la acción, la motivación e inten-
CIón, fundamcnto del signifIcado. no son tratados como hecho, psicohí-
gico:" sino como recursos sociales y públicos. Es cn este sentido en el
que la, Ohr.l' de Wittgen.,tein, en especial sus lnvesligaciones filosóficas
han mtluido. junto con las de filósofos como Au,tin (19R2, 19R9), en el

, Auny"e 1m l<,m""" de 1'"",1,'1:'" ti,,"",-,,,·., ",n"mec",,",,") ","gen,," '" "I'<"'n, 'ro-


,ü, _) ,,,,me;- dife'cntc> .•q"ó ,or"n c,,",klc,,~o\ C""Ju".mcntc. en "nlld de la <lm,l;tud de al·
~uno, plante,nuento, ,obre 1, ,cClón.
" Para Weo« el "",,do. ,a"""o.;',;,,. di",,,,,,, de la .. "u",, ¡",nLe, la ","do". me,.m<""
""e'"" e' un "0",,,1,, mo""ü,,)' ><'~J"'"'' do 1", "'Jeto, do 1, ."ión" ("",bor. I ~ó4:"). La "CO""
'11',"".
,ión dc ,enlldo .. , que po,ioil"" t, comprcnSlón, se da. ,c~¡jn por 1, ,;n,ul,e.oo de 1" aCCión
coo lo, mot,VQ, e '''''0'''00"' d,1 acto,

120
de~arrollo de este ti po de p,icología social. El desplazamiento que esto8
autore.' hacen del ,ignificado desde la referencia intra,ubjetiva al uso in-
tersubjctivo es. para la p,icología 8ocial. de notable interé,.
La obra de Wiugen.,tein ha supuesto la apertura de un nuevo plan-
teamiento en el pensamiento contempuráneo. Tal como seii.ula Gareia
Selgas (1992) la moderrudad fllosóf¡ca se ocupó. primero, de la relación
entre pensamiento y realidad. para de8plazar 'u interés de'pués a la rela-
ción entre lenguaje y realidad. Lo que Wingenstein habría hecho es ini-
ciar un tercer momento en el 'lue la aten~ión se desplv,a a las relaciones
entre lcnguaje y acción.
De entre la, ideas de Witlgen,tein más influyentes en la conforma_
ción de un enfoque dlscur.>ivu de la acción sc encuentran la vinculación
del significado con el uso. la crítica de 10>; lenguajes privados y el carácter
convencionalmente regulado de la intemceión di;cursiva cUmO "juego de
lenguaje.,. El significado no e, algo ankrior a la comunicación, qoe se ex-
prese a través del knguaJe; el ,ignificado de una palabra es el uw que de
ella se hace. 'Ial eomu señala Wittgenstein (1953) "para una "'ampJia~
clase de caso, -aunque no para lodus- en lo, que podemo, emplear la
palahra "slgnificado" se puede definir ,."í, el significado de una palabra e8
su uso en ellcnguaje" (p. 20). En este mi,mo sentido, en otro momento
señala que el hecho de 'lue distinlas frases tengan el mismo sentido de-
pende de que «lengan el mi~mo "uso'"., (p. 10). L", conceplo~ son, pues.
entendido8 como herramlentas cuyo significado depende del u~o para el
que se le, de,tine: "Piénsese en la, herramientas de una caja de herra-
mienlas: hay un marllHo. alicates. una ,ierra. un d e,tornillad or. ulla regla.
Ull bole de pegamento, clavo8 y tornillo~. Las funciones de las palabras
80n tan diversas eomo las funciones de esto, objetos. (Yen ambos casos
ha~ ,imilaritlades) .. (p. fi). El signific~do es, según esto. diferente a la hi-
potética imagcn mental de la persona que habla. E,las imágenes y proce-
sos menlales son tralad"s no como acontecimientos privados, como un
territorio exdu,ivo e inaccesible a la observación exterior. sino como
una faceta de la acción social y pública: «La silencio,a habla "interna"' no
es un fenómeno medio escondido que 'eria. como si dijéramos, visto a
lravés de Un velo. No está escondido '"en ab'oluto~ .... La intima relación
entre '"declfSe a uno mismo~ y "decir" 8e manifie.'la en la po,ibilidad de
declf en V07 alta lo que uno se dice a si mi.,mo ... uno ,ólo puede aprender
lo que es "calcular en la cabe¿a"' aprendiendo lo que es ,.calcular"»
(p. 220). La ae~ión diseun;iva es un elemento de la acción total. regida
por su, reglas especificas. Wittgenstein denomina .juego de lenguaje .. a
.Ia totalidad, conslstente del lenguaje y las acciones en la~ que está entre-
lazad<.J» (p. 5). En otro momento. Wiltgenstein (1 953) señala que "el tér-
mino "juego de lenguaje" pretende poner de manifiesto el hecho de que

121
el "hahlar" del lenguaje es parte de una actividad, de una forma de vida»
(p, 11),
Las ideas de Wmgenstein han tenido una lectura -y Un llSO- muy di.
,erSo.>. Garda Selgas (1992) ha reali¿ado un interesante análisis de la,
principales eoncepciune; de la acción social que de ella se han def1vado.
Este aUlor Intenta -y CreO ljue consiguc- hacer un u,o con,tructivo de
la, idea8 de Wittgenstein que permitan vincularlas a ulla teoría social ljue
IlO sea tan rdativÍ<,ta como la que desarrolla, por ejemplo, Wineh (195H),
quien llega a manifestar que "las relaciones sociale, de un hombre con
.,u~ ,emejantes están permeadas por sus ideas sobre la realidad; "pennea·
da~ no es una palabnl suficientemente fuerte: la, relaciones sociales son
expresiones de sus ideas s"hre la realidad,. (p, 23). E,ta prim<lóa idealís-
t<l del 8ignificado sobre las relaciones 8Uciales es la que permanentemen·
te ~obrevuela la teuría psieosocial de la aCl'ión discursiva, Este relativis-
mo nO es necesariamente inherente a una teoria 'ucial de la acciór.
di8cursiva. Garda Selgas considera, igualmente. que este rel<ltivismo nO
.le desprende nece:.ariamente de la~ idea, de Wittgenstein, "A donde nm
conduce su obra/senda es a la necesIdad de admitir la b,,'e matenal. acti-
V" y 8Ucial de lo simbólico (del lenguaje. de la intención, dC),)' el com·
ponente simbólico de la acción y de 1" urganización ,ocial" (op cit.,
pp,117-11).

El punto de vista etogénico y construeciuni~ta

Muy próxima a la nocIón wittgen,teiniana de Juego de lenguaje ,e en·


cuentra el concepto de gramaticalidad que utiliza Rom Harré (1989,
1(92). Ya en ,us primeros trabajos sobre p,icojogi" s"cial Barré habia
destacado la necesIdad de contar con una adecuada teoria de 1" accióll.
"La conduct" M>cial -dIcen Harré y Secord (1972)- es una conducta
cargada de ,entido. Implic" un agente con cierta, "c<:iones y expectativas,
un agente capaz de deliberar y elegir entre una variedad de curW8 de ac·
ción, ~ cuya, palabras y acciones ,on comprendidas por su' semejantes.
(p. 35), La, aceione8 ,un susceptibles de Ser explicadas si el caso lo re-
ljuiere.Harré (1979) considera que hay que pasar de los conceptos de
conduda e interacción, entendido, en sentido indIVidual. al de episo·
dios. como unidad ,malitica de la psicologia 'oeí"l: «U[\ episodio social es
un producto mutuo ,,1 ljue tudos aquellos que lo integr.m deben hacer sus
prupias contribuClOneS en el tiempo y lugar socialmente correctos» (p.
70). Los episodios requieren competencia por parte de los actores, v ,on
el ámbito de aparición del orden expresivo. "Un orden wcial -dIce Ha-
rré (1983)- SIgnifica un ,i~tema de relacione, sociiles en el que las per-

122
sanas están en relación con un modo particular de interacción social jun·
to con las pericias y creencias, convenciones interpretativas por las que
estas relaciones "e mantienen» (p. 299). El orden expresivo está orienta·
do hacia el mantcnimlCnto de la valía y dignidad personal, constituyendo
-según Harré- una de las características singulares del ser humano y :,u
acción. En sus última,> ohras Harré ha ido poniendo cada vez más énfasis
en el caráctcr gramalical de esta r~gula~iún '>ocia!. Harré (198\/) utiliza el
concepto de gramaticalidad para refcnrse a una realidad procesual, la in·
teracciún comunicativa. captada no por referencia a un sujeto estable,
permanente y ajeno, sino en virtud de la adecuación o uso adecuado de
una acción lingüística en una silllación determioada. Harré diferencia en-
tre un punto de vista empírico y uno gramaticaL La prdensión del inves_
tigador que adopta el punto de vista que Harré denomina empírico e.'
que «mirando más de CerCa a lo que la gente hace, se revelará la prcscn·
cía de reglas y costumbres, al igual quc mirando más de cerca a la fiebre
de la gente;e revelan virus y bacterias» (Harré, 1989, p. 28). El puoto de
vista es gramatical -y adecuado, según Harré, para una psicología de la
idenudad personal- cuando "dcpeode de ob,ervacione; acerca de las
condiciones en las que las estructuras conceptuale, ... ,on aplicadas co·
rrectam~nte» (ibid). E;ta es una di¡,tinción muy sim¡]ar a la quc Wittgens-
tein (1 \/53) hizo cntre síntoma y criterio. El ;íntoma sería on fenómeno
que por experiencia sabemos que coincide con cl fenómeno que es nue;·
tro criterio ddinicional (ejemplo: los gritos cuando se cuela un gol); el
entena cs una regla con,,~n~i(}nal, intrínsecamente social y es la que nge
los juegos de lenguaje. Hané (1989) considera que hay ciertas creencias
comunes en nuestra cultura, tales como el que tcnemo, autonomia, agen·
eia e historia, my" mantenimiento hace po,ible cieno tipo de VIdas.
Estas (.creencias" son aSlIlnída; con el aprendizaje de la gramática de
cierto tipo de discursos. Según liarré hay quc scr cauto, en la, ciencia.,
sociales y no r~ifi~ar estas creencia; e insertarlas en un discurso explica-
llVO propio dc las CIencia, naturale"
Shotter (1980) señala. pOI' su panc, que la p,icología social se debe
{)~upar del mundo social considerado como un mundo llltencional, a di-
ferencia de un mundo m~~anicista de objeto; físicamente aislablcs. que
caractet'ÍZaria a un entoque conduc(ual. La<, unidades de análi,,;; propias
de ese mundo intencional son la acción. acción conjunta c intencionali·
dad. Al igual que Blumer (19R2), considera que la interacción se da entre
actores y no entre roles; CS(OS actores no son s"l" .'eguidores de reglas
(rnle'¡ollowen,) ;ino creadores de reglas (rule·makers). Para Shotter la~ ac·
cionc, Mlll iniciada, y/o guiadas por actore~. l.a autoría o agencia impli-
ca la pOSIbilidad de evaluar ,ocialmente la acei"n como un error, un éxi·
10 o fracaso. La acción. así concebIda. implica un comprumi,o del actor.

123
La comprensión de la acció~ se logra cuando se accede a la, intenciones:
esta comprensión se logrd con,truyendo el contexto en el que la acción
se prodllce. Esta construcción O illterprdación cs lograda por negocia"
ción '. Aunque esta lIlterpretaciún negociada, considera Sholter, tiene un
limile en cl ejercicio del poder, no resulta fácil. ,in embargo, vincular una
explicación extradi,cursiva a UII pla~teamiento tan idealista como e, el
de este tipo de eonstrueeiOllismo.
La sociologia actual se ha sensibilizado hacia los problemas de ne-
gociación cotidiana del orden social debido, en gran pane, a la influe~cia
de un pensamiento psicosocial e inleraeelOllista. Como seiiala Fielding
(191l1l) "las implicaciones {de considerar los niveles microl son de largo
alcalice, afectando a nucstra eompren.,ión de las relaciolle8 de poder, la
manera en que las lIlstituciones tienen, y logran, estructum y los modelos
de organizaciones a larga e,cala construidas por los miembros y los
clientes» (p. 1). La ,ociología de Anthony Giddens trata, ell gran medida,
sobre e,te problema de la relación enlre eSlructura e i~teracción -lo que
él llama estructuración- y de la relación entre el ,ignificado y el poder
que en ella se da. Tal como seilala, y muy en la línea de lo que 8e e,tá
pla~teando en la psicología social, "cada interacción e8 una relación mo-
ral y de pode,,) (Oiddens. 1976, p, 118). Muy cercana, igualmente, a los
nuevos intere,e, y planleamicntos de la p"icnlogía ,ocial. está la obra de
Habermas, y en especial su teoría de la acción comunicativa, ya que al
vincular signiflcatividad y racionalidad, permite, a mi entender, una ex·
plicación menos marcada por el idealismo lingüíslico que la que cardcte-
rin a algunos eonstnlceionista,.

El concepto de aeción en la psicología discur..i"9

l:lajo el rótulo de psicología discursiva o de enfoques discursivos 8e


8itúa~ una serie de obras que en, 1", últimos años, vienen planteando una
psicología social crítica (Crespo, 1991), En realidad, el térmlllo análisis
de discurso e8 común a planteamiento8 muy diferentes, que van de8de la
lingüística a la amropología. En el casn de la psicología "ocial su interés
e,triba, fundamentalmente, en que permite reconstruir este tipo de saber
como una ciencia social. Por ello, desde el punto de vista del concepto
de acción con el que se lrabaja e~ la p,icnlogía discursiva. lo má, carae"
ten,tien es la consideración del discurso como una práctica social. Micn·
Iras que en la p8icolugia social dominante la actividad discurSiva se con-

Este c";o,,, n<g,,,iado d, la roahd,d que el ,,<ntihu) ,,)o,al anal,,, c< lo que lb" SI",,,",
(19~O 19~9,. b) a oo",i<l"",, la p,iml<>g,a ~ p,ioolo~i, ,0c,,1 mm" ci""'i,, _",o,.,le,",

124
sidera no problemática, en este tipo de enfoque' ,e constituye en el foco
central de interés. El discurso es una práctica wcial, comprensible no
por relación a los mdividuos sino por su regulación pública.
La regulación pública de la acuvidad discur:.iva se caracteriza como
un proceso de legitimación cuya fundamentación estriba en la aceptabili-
dad de las explicaciones que se ofrecen y no cn la corre'lIondencia con
supuestos estados interno, y p\icológicos. Cuando decimoi>. por ejemplo.
que tenemos Una determinada actitud hacia algo o alguien, no se entien-
de, desde una psicología discursiva. como una expresión -sincera o fal-
la, errónea o adecuada- de algo que tenemos dentro. un aconteclmiento
privado o psicológico (creencia, opinión o actitud). Desde un punto de
vista discur,ivo se entiende y explica como una actividad pública, de
toma de posición ante un ohjeto de actitud. que es ,u,ceplible de ser
cuestionada y requerida de expheaeiones.
La acción discurslva es entendida como una acción retórica (Billig,
1987, 1988a, 1988b). La retórica se entiende en su sentido más clásico y
positivo, como actividad argumentativa y es, en e,te senudo. en el que es
posible caracterizar la acción discursiva en términos de racionalidad (Pe-
relman y Olbrechts-Tyteca. 198R: Crespo. 1992a). Los procesos cogniti-
vos ,on conslderado,. asi pues, no tanto como realidades psicológica:;, :;i-
no como modo, de hablar acerca de uno mismo cn un contexto público
de argumentación y legitimación.
La acción discursiva es considerada, igualmente, como una actividad
constructiva La producclón de sentido, comO práctica discunsiva, supo-
ne má, que la expresión de realidade, la creación de las mismas. La psi-
cologia social, en tanto en cuanto es igualmente una práctica social de
dotación de sentido, se considera como una ciencia constructora y cons-
truida, cuyo ohjeto es definido por su práctica y cuya validez viene dcter-
minada por las funciones ,ociales que desempeña (y no por el descubri-
°
miento de leye, de la naturaleza -psicológica social-).

LA ACCION COMUNICATIVA

Para Habermas la categoria. de acción comunicativa le permite acce-


der a tres complejo, temáticos cnsamblad,,,, un concepto de racionali-
dad, un concepto de sociedad y una teoria de la modernidad. El proble-
ma de la racionalidad se le plantea a toda sociologia..,egún este autor, a
tre, niveles: metateórico (implicaciones de lo, conceptos de acción por
los que se guia), metodológico (comprensión dc su ámbito objetual) y
empírico (posibilidad de de,cribir la modernización como racionaliza-
ción).

125
La racionalidad puede entenderse, .'egún Habermas (19R7) como
"una disposición de los sujetos capaces de lenguaje y de acción. Se mani·
tie,ta en tormas de comportamiento para las que existen en cada caso
buena, razones. Esto significa que las emisiones o manifestaciones racio·
nales son accesibles a un enjuiciamiento objetivo. Lo cual es válido para
todas las manifestaewne, simbólica., que, a lo menos implícitamente,
vayan vinculadas a preten,jones de valide7 o a pretensione, que guarden
una relación interna COn una pretensión de validez ~uscepl!ble de críti·
ca)>> (pp. 422·3 l.
No sólo son mcionalc, las mamtc,taciones ,usceptible, de crítica o
fundamentación en relación con el mundo objetivo, lo que permite ca·
racteri~arlas comO verdaderas y a las acciones como dicaces. EX1Sle ade·
más una "racionalidad inmanente a la práctica eomunicallva que abarca
un espectro más amplio», La reducción al primer sentido es propio de
una posIción realista. que :.e limita a analizar 1",; "condiciones que un su·
jeto agente tiene que cumplir para poder proponer:.e fines y reahzarlos".
La posición amplia corresponde a una postura {.fenomenológica", en la
cual "el mundo sólo cobra objetividad por el hecho de .'er reconocido y
considerado como uno y el mismo mundo por una comunidad de sujetos
capaccs de lenguaje y de acción" (op. dL. p. JO).
El concepto de racionalidad ,e concIbe habitualmente de un modo
un tanto individualista y ahistórico, Sin embargo, Haberma, considera
que podemos hablar también de la racionalidad de los modos de vida
(Leheflsjührnng) y de la racionalidad de las imágcne, del mundo o siste·
ma, culturales de interprel<!ción, "que retlcjan el sabcr de fondo de los
gmpos sociales y que garantiLan la coherenCIa en la diversidad de sus
orientaciones de acción» (op, cit.• p. 70). Es en este sentido en el que en·
garLa 'U tcoría de la acción comunicativa. con el concepw de racionali·
dad comulllcalÍva que le eS inherente, epn una teoría dc la modernidad
<jue. en ningún caso ~ntiendc al modo lógico (etr, Haberma" 1990). La
teoría habermasiana "sen,ibiliza" (en el sentido en que Moscovici habla
de la función de una teoría) a analizar la función de oncntaeión de la ac·
ción que tienen las imágenes del mundo, a 'u carácter histórico, y -lo
que es más original e importantc- «a inquirir la, estructuras de racionali·
dad ,imbó]¡camente materiali~ada en las imágenes del mundo" (Haber·
mas, 19S7, p. 71).
En las Chrisllan GllUSS Lectures Habermas (1 Y!!9) distingue entre dos
form,ls de comunicación, la acción comunicativa (interacción). donde se
presupone ingenuamente la validez de 1a~ emision~s o manifestaclOnes, y
el discur,o. en el que "se convierten en tema las pret~nsiones de validez
problematil.ada~, pero no se intercambian informaciones» (p. IOR). Los
discur~05 resultantes se conforman como interpretacione' (¡,qué quiere
decir?), afirmaciones y explicaclOnes (¿es eso tal corno lo dices'!) o justi-
ficaciones (¿por qué ha>; hecho eso'.').
Lo propio de la actividad humana, en general, tanto instrumental
como estratégica o expresiva, e, ser .una forma de habérsela con las ;i-
tuacione~ y de dominarlas ... El concepto dc acción comunicativa de,taca
según Habermas (19R7) cn este habérselas con las situaciones especial-
mente do:; a~pecto>, "el a~pecro teleológIco de realización de fines (o de
ejecución de un plan de acción) y el aspecto comunicativo de interpreta-
ción de la situación y de obtención de un acuerdo. En la acción comuni-
cativa los participantcs persiguen de común acucrdo :;Ui> respectivos pla-
nes de acción ,obre la ba~e ue una definición común de la situación. f. .. /
el éxiro conseguido a través de la acción telcológica y el consenso alcanza-
do a través de aclOS dc cntendimiento constituyen. pues. en todo caso los
criterios del huen o mal ~uceso en los esfuerzos por dominar la situa-
ción" (01' ";t., vol. 11. pIRO. subr. orig.)
Habermas vincula su teoría a la de lo, actos del habla de Austin .
•Cuento, pue'. como acción comunicativa aquellas interacciones media-
das lingüi,ticamente en que todos lo; parUclpante; per~igucn con sus ac-
tos de habla fmes íl<lcucionanos y .>"/0 fines ¡/oc!lc'j"narios>, (01'. cit., vol. 1,
p. 378, subr.orig.). El propósito de esta acciún comunicativa sería llegar a
un acuerdo que sirva de ha" para una coordinaciúll concertada de los
plane, de acción individuales.
Los acto' ilocuclOllarios puedcn expre"ar Ulla preten,ión dc poder
(manifesta~i()ncs de voluntad a las que re~palda la po,ihilidad de sanción
empíri~a como amena¿a dc violencia o prome,a ue bienes: motivación
empírica) o bien una prctensiún ue valide7 (ha,ada en la aplicaCIón de
una nOl"ma. cuyo rccham ,úlo" posible por la crítica: motIVación racio-
nal propia de la garantia quc acompaña a las pretensiones de validez) .
•Sólo los acto~ de habla a lo; que el hablante vincula una pretensión de
validcz susceptihle de critíca tiencn. por a,i dccirlo, por 'u propia fuerza,
esto es, merced a la ba,e de vali deT. de una comunicación lingüistica ten-
dente de por sí al entendimiento, la capacídau de mover al oyentc a la
aceptación de la oferta que un acto de comunicación entraña, pudiendo
con ello re,ullar cficace; como mecani,mos de coordinación de accio-
nes" (Habermas. 19R7, p. 390). Habermas está tratando de funuamcntar,
en mi opinión. una cxplicad,," coherente de la fuern) ue ~onvleción, ba-
se de toda racionalidad no instrumental o cstratégica, quc no sea una de-
rivación de la asimetría f!eneradora de poder '.
" ~ ", "Hef€S por 1, [u"Jdmeo,ae,on '.""001 de l• .oe,on ",mUfilC."" o, muy '''miar al quo
"man,,,"" ¿"d, la Mónc,. donue l. ,H'gumo""m"," ,0n",lo ... d. ",""O un. ,Itcm"". ,..,,0'
.. I""",e legot"'''" la uemo""e,on lo!,,"a lo, orgurno"tm ,nclman _P'''' n" "blJ~a"-, " •• cep·
""O" 1'''' pa~c de r"" .. n .., , .. zon.ol". m"''''as que 1" ",.,".,,,,;,, ,,,,g,d,, d, l. d,mostración '"

127
Propone considerar a la ,ociedad bajo lma doble faceta de sistema y
de mundo de la vida, Con sus re:.pectivos sistemas de integración, SISlé-
mica y social. En el estudio de la~ relaciones entre la progresiva diferen-
Claci"n siSlémica (que Durkheim entendía como re,ullanle de un proce-
80 o "fenómeno dc biología general .. , y que hoy en día podríamos
enlender como neganlropia) y la, forma, de integración ,ocial (que posi-
bilitan la existencla de lal si,tema), considera Hahermas (1987) que «el
anáhsi, de esas relaciones sólo es po,ible si se dislingue entre los meca-
nismos de coordinación de la acción que armonizan entre sí la, orien/a-
óones de UéÓÓn de los participante, y aquellos olros mecanismos que a
través de un entrelazamiento funcional de la;, comecucncia, agregadas
de la acción eSlabilizan plexos de acción no-pretendidos_ La integración
de un sistema de acción e, producida en el primer caso por medio de un
COnSen8O asegurado normativamente o alcan7.ado comunicativa mente. y,
en el segundo, mediante una regulación no-normativa de deci,iones par-
ticulares que se sitúa allende la conciencia de 108 aClore" (p. 167). La
perspectiva del mundo de la vida" sislémica depende de que se adopte
el punto de vi,ta de los sujctos agente_, o la de un no-implicado. Haher_
ma8 considera que. en nuestra ,ociedad, se da una dlsociación crecicnte
entre la lógica social del Sl,lema y la lógicu personal. lo que se lraduciría
en una espccie de colonización del mundo de la vida por la I"gica del sis-
lema ".

COMENTARlOS fiNALES SOBRE EL CO"lCEPTO


DE INTERACClON SOCIAL

Lo, distintos modo., de concebir la i[J¡er~cción ,ocial implican dis-


¡intas concepciones sobre el Ser humano y ",bre lo que se considera
clentíficamente po,ible saher sobre su acción. La principal di~tinción,
entre las que se han realizado, es la que refiere a la diferenciación entre
conducta y acción. El punto de vista más propiamente psicosociológico,
creo, es el de la acción. ya que lo más nuclear de este concepto es la sig-
nificatividad. L~ interacción SOCIal, como concepto artlculador de los ni-
veles de análisis psicológico y sociológico. se caracteriza -de.,de mi pun-
10 de vi~ta- por tres cllalidades o cualificaciones: (a) la cualidad más
nuclear de la (inter)acción 'ociaJ e, el slgnificado, (b) el significado no es

lo" p"nen COm" "mca "P''''" fa'''''"'1. ~1 1'","lema '"'ge c",,,d,, " ""'"de el 0'"'[>0 de la <Vi-
Jone," log,"a a l. ,mor"eeIO" ,,,,,,I.legH,m.ndo de " .. rO,ma -eo oom",< d' la ,,«ooal;,",o-l.
impo;,u,;n auto",a,,. de u", de las p""O¡CI concope,oo", del mund"
" PI eo"fi",,, ,""e la lógica de l' 1Cj!1t"""ión so""I) la de Id 'cal"",,,,;" pcrso<lat" poned<
,<\""'
"'""'lfLc~o. [>O, ejemplo. en lo, <"ud',o, el Slg,,,r""dO del "'"'lO ) el "mblo cultu"L
una propiedad psicológica e individual y (e) el significado es convencio-
nal pcro no arbitrario.
Lo que el concepto de acción, como actividad significada, pone de
manifi~sto e, el carácter con:.tructivo de los procesos psicosociales, la
constitución ~ocial de los proce,o, per,onale~. Una faceta fundamental
de este proceso constructivo lo constituycn los modos cotidianos con los
que darnos sentido a la acción, tanto propia corno ajena, y que la hacen
sU.lceptihle de ,er explicada y justificada, tanto por el actor corno por los
observadorcs. incluidos entrc éstos a los psicólogo, ,ociale.l.
Si la vida humana se mira desde el punto de vista de la acción es
posible '1u~ c"ptemo,. ~omo psicólogo; ;ociales, algunas de las textu-
ras qllc componen la trama social. Esta trama tiene qu~ v~r C(ln la do-
tación de sentido, la negociación de la propia dignidad, la lcgitimación
o deslegitimación de 1", fuente.' de influencia y poder y cosas por el
estilo.
Considerar quc el objcto de estudio dc la pSicología social es la
(inter)acción social wpone, como digo, no tanto delimitar un territorio
cuanto mantener un punto de vi.,ta. Este punto de vista, sin embargo,
no es cxclu,ivo dc la p,icología social. Ello implica que admitamos una
frontera borrosa entre disciplinas similares y, aun cuando nos manten-
gamos honestamente afincados en lo que más conocemos y domina-
mos, eon~ideremo, no tanto una interdisciplinariedad, entendida
como conjunción de diseiplinassuperespecializadas, sino una cierta
perme<tbilübd de los limites. Ello nos permite. por ejemplo, vincular
la~ inve,tigacion~, p,icosociológica, a algunas d~ las lineas de investi-
gación más actuales y productivas cn las Clcncias ,ociale,. como son la
antropología cognitiva y los estudios sociológicos sobre la estructura-
ción mino-macro,ocial.
El énfasis en la acción significada nos permite acceder a la psicología
cotidiana. de sentido común. con una visión diferellle. En lugar de ser
",la ~on,iderad<t como un lug<tr de ignorancia. puede entenderse como
un mecani~mo articulador entre lo p,icológico y lo -",cial o, como ,eiíala-
ba Ichheiscr y Heidcr, elllre lo privado y lo público l(). Para desarrollar
t,,1 psicología ;ocial podernos dialogar fructiferamente con el pasado. En
mi opinión, e!.la p,icología Mlcial introduce com" camd~rí,tiea de 'u oh-
jeto -la Interacción social- la multiplicidad de perspcctivas. La vida so-
ó,,1 .<e C<lracterinl, según esto, por una teorí" sohre las otras mentes, por
un interé, por la comunicación y la ideología 0, ,i se quiere en ténnin",
,. khh<"" (1949) ",,;ala ,"el",,, '0"'0 la d",,"o,"" ",<,,"/ou<rpo podnd <""udee", en ",.
menm pn"<ln/p,',hl,,n. I " ""'"J" '1"e "e"< """ 'O~U"<I" <"n,<p,u,I,,~,;(," p""kno. «'",o le po.
drá im.~inar. de '" carácter ,ocLológ,co -dc hecho" un concepto ecn, ...1 cn la sOCLoloBia poi";·
c,· ) '" .Ielam,e,,'o de Lodo m<"fLIJca J"ellLcao"

'29
habennasianos. la acción ~pmunicativa y el mundo de la vida. Tal como
dice Rommcheit (19R3 J. "dotar de .'entido al mundo por mcdio dcllen·
guaje ordinario e~ una actividad inherentemente orientada hacla el otro"
(p. 101). Esta es una concepción 8ímilar a la '1ue Ulili7D Martín B~ró
(1983) cuando definió como objclo de la p:.icología soci,,] a «la acción
humana en cuanto idcológica" (p. 19).

130
Capítulo 4
EL CONOCIMIENTO
DESDE UN PUNTO DE VISTA SOCIAL I

1:.1 problema del conocimiento intere.la a la psicología social en tanto


en cuanto en él se articulan lo, niveles dc análi,i, individual y social. El
conocimiento, en cuanto proceso m~ntal. es habItualmente caracterizado
como una cualidad p,icológica, euya dinámica está vinculada a la activi-
dad pública delllldividuo. E,ta vinculación enlre el pensamiento y la vi-
da social es posible emendcrla, ,in embargo. dc di,tinlas ronna:.. Estas
formas o modo, de entender la relación entre pensamiento v sociedad
e,lán íntimamentc relacionada, cOlllas distinla, manera, de COnCCblr la
acción e int~racci<Ín social. así COmo con los criterios epistemológicos.
de cienllticidad, ljue ,e consideran propio, de las ciencias soeiale;.
La forma más elcmenlal de entender esta relación es considerar que
lo que vincula al conocimienlo con el mundo social e, una cuestión dc
reeepllvidad. El mundo social. en esle ca,o. es exterior al individuo y,
mmo tal. objeto pnoritario de conocimlento. Como tal mundo exterior
no el nece,urio concebirlo como una realidad social. ,iendo ,uficientc
entenderlo como medio ambiemc e.ltimular. f..ste es el nivel de análisis
de la epistemología clásica. preocupada por cuestiones como la COrre~­
pondencia entre el pensamiento y la realidad, y lamhién e, el terreno de
la psicología cognitiva expenmcmal, interesada por los mecanismos psi-
cofi>icos de percepción y procesamiento eSlimular.
Lm procesos de pensamienlo interesan a la psicología ,ocial. sin em-
bargo, cuando se considera la exiSlencia de otros tipos de vínculos. El
primero de ellos ,upone la existenCIa de un ,ujeto de conocImiento afec-
tado en sus procesos cogniliv", por las condieionel s"ciale8 de existen-
cia. Desde e,te punto de vIsta interesa saber cómo y hasta qué punto. por

131
ejemplo, la, relacione, de amistad/enemistad, cooperación/competición
etc. afectan a procesos dc pen,amiento tale, como opiniones,aelitudes o
creencias, Una segunda manera de concebir la vincolación del pensa-
miento con la vida ,oóal con8i8te, no tanto en entender el pen,¡¡miento
como algo indivldual, su>eeptible de ,er afpc/rldo por la actividad .\ocial,
sino en con,iderar que el conocimiento e, ('(m.l'rruido en la práctica so-
cial. Dcsdc e,te punto de v;"ta lo social y lo personal no ,e consideran
contrapuestos, SlOO dos taceta, de un mismo proceso de acuvidad. Igual-
mente, la contrapo,ición entre objeto dc conocimiento y sujeto dc cono-
cimlento se tran,[orma en una relación dialógica de mutua conforma-
eHlfi.
Coincidente C(lfi estos dos modos de cntender la vinculación entre el
pensamiento y la práctica ,ocial, existen dos modos de acercamiento psi-
cowcial a los problemas del conocimiento, uno que llamaré inlraper.l'onal
y otro, al que denominaré imerpusonal. De,de el primer punto de vista,
el intrapersonaL lo, proce'()~ cognitivos son considerado., como proce-
"" que ocurren dcntro del ,ujeto, como procesos intramcntale" ,uscep-
tibie, de ser provocados o producldos por factores ambientales o por
cienas caracterislica~ del individuo. tales como valore, o pertenencias
gropales. que son consceuencia de su situación social. La psicología ,,0-
clal cognitiva tiene como obJcto. desde e,ta perspectiva, dilucidar la~
condlClOnc, sociales que mediatizan o determinan lo, procesos cognih-
vos. 1.0 social Vlcne, así, caracterizado como contexto social de produc-
ción de lo" procesos cognitivos. Lo que caracteri7a a csta psicología '0-
clal es Un interé, pur la, variables SOClales que detenninan los procesos
intrapersonales de conocimiento.
El ~egundo punto de vista. elmterper,onal, implica una teoría .\ocial
del conocimiento y tiene que ver con una de las transformaciones princi-
pales que se han dado en el pen,amiento contcmporáneo, eual es el des-
plazamiento del foco de interés de,de la conciencia al lenguaje. Una de
las características de esta nueva situación con,i,te en lo que se ha deno-
minado giro hngüístieo, según el cual la relaclón con el mundo y las ope-
racione, constituidoras del mismo "pa,an de la subjetividad tra,cenden-
tal a e,tructura, gramaticales" (Habermas. 1990, p. 17).

EL MODFLO INTRAPERSONAL DEL CONOCIMIENTO

En este modelo lo central, como antes se ha indicado, e., lo indivi-


dual y lo secundarlo es lo social. Desde este punto de vista el conoci-
mieIllo es considerado como Un fcnómeno que ocurre dentro del sujeto
y, por tanto, compren.,ihle en función de leyes dc carácter universal. Esta

132
universali<lad se remite a la propIa idea de naturaleza humana '. Corres-
ponde muy e,trechamente al coneeplo dominante de psicología social,
lal como e' ,intetizado, por ejemplo. por Pro~hanski y Seidenberg
(l973)(cfr, cap, 1).

lIn ejemplo: la teoria de la di~onanci9

Un ejemplo prololíplCO de e,te lipo dc cnfoque e~ la Icoda de la di-


sonancia cognitiva que, como e, sabido, es una de las tcorías que mi, in-
ve"tigacioncs ha generado en la hisloria de la psicología social.
Fcstinger (1957) fundamenta su teoria en una idea de la menle como
eampo (en el sentido de la teoría de campo de Lewin), en el que se con-
frontan la, ulStintas cognicione, que tiene un individuo. Estas cognicio-
ne, las dcfllle fe"tinger como (,lo que una persona sabe sohre sí misma.
sobre su conduda y sobre su entorno" (op. cil., p. 24). Festinger conside-
ra que la diwnancia es un tipo de relación enlre uos cogniciones en la
que «el opuesto de una ue ellas puede seguin,e de la otra" (1957. p. 13),
defimc¡ón impreci,a donde las haya, pero que apunta a llna contradic-
ción p"ico-Iúg:ica, es decir de una lógica psíquica () ,ubjctiva, entre cogni-
came,_
U na situación cognitlva de disonancia ~c considera que e~ dcsagrada_
ble pan' d individuo Vle genera un cambio -generalmente un cambio de
ilctituu- y cs en este· sentido en el que la di,onan~,a se considera moti-
vantc, en tanto en CUilnto sc vincula a una ~upuesta necesidad bá~ica del
scr humano. la nece'>tdad de evitar la incongruencia cognitiva.
El núcleo del proceso de la di\onancia es un e,lado procesuill y for-
mal de incoherencia () in~onsisICncia. E"k forma]¡smo ,e constiluye por
absll'acción de 1", conlcmdos o tema, 'luc provoquen lal incongruencia.
ya que lil di~onancia se carilcteriza como proce'o y no como contenido.
El acercamiento formal ), ahstracto al proce'" pO~lulado permit~ equipa-
rar situacione, t,\n diver,as en su génesi, y ,ignificación ,ocial como pue-
dan ser la manifestaCIón públicil de opimones contrarias a las propias
creencia~, la aceptación de comer alimento, 'lue dcsagradan. engañar a
un colega sobre el inleré; de una tarea" ddmud.'l.f a unu, e.,tudiantcs a
los que se le, ofrccc un intere,anle senunario que de~pués resulta ser
ahurrido. Todas esta, situaciones sodale, -el engaño, la condes~enden­
cia, el soborno d~_- "m abordada, mediante un procedimienlo opera-

P""
• E,,,, es una ,,,e',,,,n enLe,-,,,,",". ,1 ,i",,, 1, p,;ml,,~ca socwl en el 'OITono del """,,lL,·
mn. d;liculLd _o",,,do no o,ul,.- 1" ~"e ",Im,o," e, '" pmp'" "hielO no la ,guald,d n"ucul;,-"n_
lO, ,,,,n'o l. ,bfe.-enc;a )' el <ambLO,

133
cional que impllea el que sean eon,iderada, como situaciones equivalen"
tes, como manifestaei(}ne~ de una variable: la disonancia cognitiva.
Muchos son ciertamente los problemas que se presentaron a esta teo-
ría. pero me referiré ahora sólo a alguno, de ellos y que ,on los qlle me
parecen má, ilustrati,o, del tipo de cuestione' que sc le plantean a llna
¡y>i cosociologia cognitiva intr<lpersonaL
La primcra cue.,tión. a la que ya hIcieron re/erencia Rosenblatt y Mi-
Iler (1 Y72) en su momento. es la inevitable equiparación entre equivalen-
cia de tratamiento y eqllivalencia psicológica: la caractcrúación de lo'
grupo, experimentale, se rcaliza en términos de eqllivalencia p,imlógica
(alta di>tmancia. baja disonancia} no disonancia. por lo general). pero 1"
constitución de tales grupos ,e lleva a cabo mediante el eontrot dc la'
condi~i(lnes estim111ares a la.1 que están expuestos tale~ ,ujeto,. que reci-
ben, en cada grupo experimental. Un tratamiento equivalente. A,¡ por
ejemplo, en el experimento de Cohen (1962) lo, sujetos a 1,,, que se ,u-
pone en una situación disonante ,on aquellos que han realizado un esen-
to contrario a lo que .,e supone ,on sus actitudes y la opinión dominante
(oposición al comportamiento de la policía en el campu,): si por produ-
cir e,te escrito ,e les pagan 50 centavo, lesuponeque la dIsonancia e5 al-
ta. mientras que SI le les pagan 10 dólares .w supone que es baja. La equi-
valencia de trdtamlenlo, el hecho de que la, persona, de cada grupo
experimental hayan pm,ado por una ,ituaClón ,imilar se supone que le'
coloca en una situación cognitiva sinular (<lita o baja disonancia). En rea·
lidad, el di.'eño experimental e, del tipo E-R (btímulo-Respuc'la). re"
lación que ,e ,>upone mediatizada por un proce,o. el de la disonancia
cognitiva. del que no se tiene evidencia empírica ni directa ni indirecta
(directa. p<Jrqlle como tal proeeMl intmper,onal se supone inob,ervable.
e indirecta porque no exi8te -ni p"ede eXlstir. en los términos en que ,e
plantea la tcoría- una operacionalización que permita una cardcteriza-
ción no ambigua de lo~ suceso, cogllit lVO,)_
Esta imposibihdad estriba, a mi parecer. en que se produce una ina-
de~uada -e inju,tificada- redUCCIÓn de un procew socIal, el de signifi-
cación y contradicción, a un procedImiento indiVIdual (disonan~ia). Una
persona se encontraría en una sit"'lCión dison¡mte SI 'u comportamiento
le re,ulta inju.,tificablc o incompremible. Pcro para comprender el signi-
lieado no hay que mirar dentro del sujeto (la incongruencIa de l"ogmclO-
nes aisladas) SinO fuera del mismo, en el conjunto de convencione, y
acuerdos ;ociales que permiten una interacción comunicativa. es decir,
social. que sca efica7. y lograda.
Fe,tinger e, consciente de esta dependenCia slgnific¡¡tiva del proceso
de disonancia; sin embargo. incapaz de superar el modelo de individuo
ai.,lado. caracteri7a como p,ico_lógica a la disonancia: se consideran di-

134
sonantes aquellas eogmelOnes que re,ultan ilógica, al individuo, con lo
cual ,e impide de hecho cualquier contrastación objetiva. puesto que se
termina cayendo en un suhjetivismo y en una circularidad explicativa: es
disonante aquello que produce los efectos que creemo, ,on debidos a la
diMmancia,
En realidad. lo que una leoría como la de la disonancia produce es
una disolución de la frontera entre el sujeto y el ohjeto de conOClm1ento
donde la psico-Iógica o lógica suhjetiva se convierte. en la práctica, en
una socio-lógica no reconocida ni expheltada y. por tanto. no analizahle,
Lo que en la práctica ocurre es que el investigador \'up(me que la situa-
ción tiene para los sujctos del experimento el mbmo sen/ido que tiene
para él. ,in plantearse justamente el prohlema del sentido, que se caracte-
riza por su lógica" dinámica sociaL
No es. por tanto. de extrañar que en este tipo de teorías los resulta-
d"s experimentales sean ohjeto de interpretaciones alternativas, y que
-lo que es más importante- no haya sido posible la realínción de un ex-
perimento crucial que pernuta dirimir entre e.,a., explicaciones y teorías
alternaliva" El caso de la polémica entre la tenría de la disonancia y la
de la autopereepción, propuesta por Daryl J. Bem, es ejemplar en e .. te
sentido. Tras múltiples intentos de refutar la explicación opuesta. los
datos eran .. iemprc reínterpretables. de modo que. en un momcnto deter-
minado. Bem y McConnell (1970l llegan a afirmar algo muy sensato
pero radicalmente antiempirista: (.en el momento actu,lI ... la elección de
una de la .. teoría, en áreas en que se 8ol,Ipan ,e reduce a una cuestión de
fiddidade~ o de estéllca" (p. JO). De hecho. la teoría de la disonancia no
ha sido superada o recha",d~ por la cX1stencia de una evidencia empírica
que la desc¡¡lifique () [abec. sino que más bien ha id" perdiendo el favor
de los cienlíficos. que han encontrad" Olro, paradigmas más atractivo,
de legllimaClón académica.
Esta situ,lCiún de ineongruencla con las propia" preten,ioncs episte-
mológica ... de ohjctlVidad experimental. no crCO que sea una exclusiva de
la lenría de la disonancia. Teorías pO\leriores a la de la disonancia. como
puedan ser algunas de la~ teorías de la atribución causal o inc1u,o la teo-
ría de la categoriLaeión sOClal no son, en este senlido muy dltcrentes. En
e,tos casos lo nuclear sigue siendo un proceso psicológico (categorÍLa-
eión. procesamiento d~ la información ... ) que, como tal, es comprensible
bajo las leyes univcrsales que rigen el comporlamiento humano. Lo va-
riahle ,e consídera que son las situaciones en que se desarrollan tales
procesos, tratada8, igualmente. dc modo abstracto (cooperación vs con-
flicto. individuali,mo vs colectivismo etc·l·
Lo, conceptos explicativos tienen. en este tipo de teorías, el carácter
de variables. es decir. de propiedades susceptibles de medición y mani-

D5
pulaciún variable. El tnltamiento extensional de esta,> variables ~e realiza
por medio de la llamada operacionalización, que como he seiialado, en
muchos estudio~ no es, realmente. fruto de una operación de tr<lC!ucción
de lo cualitativo en cuantitativo..,ino simplemente una intuición del ex-
perimentador: la intuición, por cjemphl, basada en un conocimiento de
sentido común de que el pago can dinero, en nuestra sociedad, hacc ha-
jar a muchos la di~onancia. Mediante esta opcracionalización lo que se
produce es una hom<lgenei7ación de las condicione, de producción y de
acción que posibilita tratar lo,> procesos sociales en término, abstracto, y
universales. Esta universalidad Se expresa mediante leyes e hipúte~is aje-
nas a la situación, En realidad, son leye,> de Carie naturalista. referida,> a
procesos supuestamente básicos de la naturaleza human3,con,iderada de
modo a-social. De hecho, dc modo explicito o implícito hay en todas
estas teorías Un supue~to de carácter axiomático aCerca de una tcndencia
o necesidad hásica. de carácter no-social, del ser humano. de modo que
"si se producen cambios cn la conducta manifie~ta, y éstos no ~on pura-
mcnte reactivos a la ,ituación estimular, se infiere la existenCIa de un
"motivo" provocador de dichos cambio~" (Crespo, 19/;2, p. 328), En
otro, casos, como en los modelos de atribución y categorización, la idea
subyacente :.uele ser la de una necesidad de sImplificación del medi" es·
timular, que :.ea funcional en la facilitación de una re'>puesta adaptativa
rápida,

LA SOClOLOGlZAClON DE LOS MODELOS


INTRAPFRSONALES: DEL PROCE~O AL CONTENIDO

Algunos de lo~ modelo, cognitivos de e~te primcr grupo, el quc he


dcnominado intrapersonaL han evolucionado bacia planteamiento:. cada
vez má, sociológicos. E,ta evolución e' muy intcresante y es la que ca-
racteriza. a grandes rasgos, el acercamicnto propio dc mucbm de los ac-
tuale~ psicosociólogo~ europeos.
El punto crucial de e8ta evolucIón ba consistido en la inclusión de los
contenidos del conocimIento en los modelo, y teorías cognitivas. La ab.'-
tracción formili,[a de las teorías cognitivas intramentales. lfi!ere'adas cx-
clusivamente en el e.,tudio de proce,os cogmtivos al margen dc lo.' con-
tenidos, es .'ustitUlda o complemcntada por la con,ideración de las
categorizacione." e:.qucmas cOlwitivos, tcoría, implicltas O representa·
ciones '>ociales que los sujetos se slIpone que mantienen,
La inclusión de los contenidos cn la, teorías puede entenderse de
di'>tintas forma" según la tcoría de la acción y del significado cOn quc se
trabaje. Si el significado se considera una característica subjctiva e indivi-

136
dual, las teorías sociocognitivas tenderán, en ese caso, a plantear hipóte-
sis sobre los diferentes cantinas que los procesos cognitivos (universales)
toman en los di,tintos grupos humanos, ca.'!cterizados ésto:. por sus ex-
periencias (subjetivas) comunes. 1:.1 :.ignifieado puede entenderse, sin
embargo, como un proceso social, según el cual la realidad se considera
permanentemente (re)eonstruida en su significatividad en virtud de las
relaciones que mantienen la, personas y grupos humanos.
En la psicologia .,ocial cognitiva tenemos una serie de teorías que se
mueven, principalmente, con la primera de esta;, concepciones. Esta es la
idea. por ejemplo, de Bar-Tal y Bar-Tal (19RR), cuando hahlan de lo que
consideran una nueva perspectiva en la psicología social cognitiva. Esta
nueva perspectiva 'e earacteri1."" según eSIOS autore.', por lo que denomi-
nan subjetivi,mo. es decir por la conslder.lciÓn de que la realidad tiene
un significado diferente según sean las perspectívas de los distintos acto-
re:.: "En base a :,u, propias experiencias, los individuos perciben ~su pro-
pio mundo~ y aphcan a él su propio significado" (p. 91). Es interesante,
sin embargo, seiialar que el carácter social de esta subjetividad y signifi-
catividad lo fundamentan en el hecho de que "los individuos que tienen
similares experiencias. por ser miembros del mi'mo grupo social, forman
también perccpelOnes y comprensione:. comunes, en adición a las suyas
propi"-,,, (p. 92). E, decir, el subjetivi;mo que se plantea al introducir los
con(ellldos d~ conciencia y los procesos de significaCIón de la realidad
toma una dimensión exclusivamente individual y la socialidad es enten-
dida mmo agregación o suma de individuos.
La eonsecu~ncia de (al planteamiento es que: "el modo en que una
persona rea~ciona a los e:.timulos sociales depende de cómo percibe, in-
terpreta 'i evalúa la información conteni<.la en ese estimulo o situación.
(lbiJ.). La acó"n ,ocial es entendida, así pues. como conducta reactiva a
los es(ímulo; del medio, aunque mediatinda por los proces{)~ subjetivos
de tipo cogniuvo. El ,upuesto social con e! que se trabaja es que los con-
tenidos cognitivo, <.leben ser comunes, o al menos similares, para aque-
llas personas que se han expuesto a similare' condicione:. ambientales.
Cualquier cOllsideraei"n, por ejemplo, de! poder y e! conflicto en la
comlÍtUClóll de tales repertorios o ideologías queda, ,in embargo, ajena a
tal pSlCología ,acial. El cono~imien!O sigue :.iendo Ulla propi~dad intra-
personal, ,ólo que compartida por un grupo de personas. Como tales
peT>nnas son comprenSIbles en virtud de leye:, universales.: todo el que
,ea las cosas <.le cierta manera actuará de un modo determina<.lo.
Este tipo de planteamientos socio~ogniuvos podemos enmarcarl,,,
d~ntro del movimiento que se inició a finales de los años setenta y que se
ha denominado como paradigma de la "cognición social •. Según Forgas
(¡9Sla) "el paradigma de la cognición ,ocial emergió como un intento

J37
de rectificar muchas de la:, defIciencias del periodo anterior. (p. 3). Su
objeto es. según Bar-Tal y Kruglanski (198::;) e,ludiar (.cómo la geme
percibe su mundo ,ocial y sus relaciones .. (p. 1) Y. cn realidad. podemos
considerar que bajo el r"tulo gcnérico de cognición social se sitúan un
conjunto muy plural de trabajo:.. que lienen en COmÚn el recurrir a con-
ceptos mentalistas y a considerar al sujeto como una cnlidad activa.
I:J movimiento de cognición social está muy inflUldo por la psicolo-
gía cognitiva que se desarrolla en el momento, y de modo muy especial
por el recurso a la metáfora del procesamiento de lllformación, que se
constituye como modelo dominante del funcionamiento de los proce,o~
humanos de conocimiento. A,i, por eJcmplo. y ya en el campo especifico
de la psicología social, para Elser (1980), los presupue,tos de una psico-
logía social cognitiva son: a) el individuo es Un procesador activo dc in-
/onnaciÓn. Ello supone que el efecto de 1In estímulo depende de cómo es
categori¿ado e interpretado por el perceptor; h) La imerpretaClón del e:.-
lÍmulo se con:.idera que depende tanto de lo, atributo> del estínllllo
cuanto de las expectallvas anleriores del perceptor y :.us estándares de
comparación: cj el individuo inlenla organizar ,>u experiencia; tal organJ'
Lación implica típícamente ~eleeción y simphJicaciÓn. y d) la fUllelón de
tal organización el> la de proveer una guia para la a<:ción v una ha:.e para
la predicción. La eonéepción de la psicología social cognitiva de Eiser
refleja bien lo que ha ,ido la evolución de la p.,icologia ,,,cia!' desde un
modelo mecánico a un modelo intormático del ,cr humano. Este nucv(J
modelo nO logra ,uperar, a mi enlendcr, la concepción inmanenlista del
pensamicnlo. concebido como propiedad individual del >ujeto.
D~>de el punto de \,l,la que caraeterin a la p'Í<:ülogía ,ocial. como
ciencia 'ocial. lo que interesa no el> tanto ,aber 8i la relación del ,ujeto de
conOCllllÍento con el objeto conocido e,tá o n" medlada por procc'"" de
Una u otra índoJe. Lo propio. en mi opiniÓIl. de la p:.icosociología cogni-
tiva e, intentar dar cuenta del pensamiento en cuanto proce,,, ,>ocial.
donde la sociahdad del pensamiento estriba en la po,ibilidad de enten-
derlo, al meno, en una de 'u:. faceta\, como acción y, por lanto. regulado
por normas de adecuación lflterpersona!.

De las explicaciones intl'llpcrsonale~ a las interper~onaJes:


la teoría de la atribución causal

Un caso ml1y interesant~ de la evolución de lo:. model", cognihvo'


intrap,iquicos lo <:on:.tituye la leo ría de la atribuCión causal. La primera
cuesllón interesante re'pecto a e,ta teoría es 'u propio objeto de e,tudio.
la, explicaciones ordinaria., o cotidiana8 de la al'ción, los modos en que

'3<
damo, razón de las acciones propia, y ajena, en la vida cotidiana. el su-
je!O humilno es considerado como Un actor que no ,,,lo percibe el mun-
do, sino que lo interpreta y explica, en virtud de una pSICología cotidiana.
Para Heider (l95R), que es quien pnmero expone esta teoría, la atribu-
ción de causas a la acción e, un elemento de la interacción social.
Un a,peeto fundamental de las relaciones interpersonales es, para
Heider. la perrep,.;'¡n que los interactuantes tienen de la persona y de la
accíón a la que se enfrentan. Esta percepción tiene como característka
pnncipalla atribución de un fundamento causal, la identificación de una
fuente u ori~cn de dicha acción, de forma que é,ta se haga comprensible
y. con ello, se posibilite la respuesta adecuada Al situar lo, mecanismos
de atribución causal dentro de los proce~os pcrceptiv"" Heider es con-
secuente con sus pre~upuestos gestálticos y con sus anteriores investiga-
óone, (Hcider y Simmel. 1944; Heidcr. 1944) en las que había puesto
experimentalmentc de manifie,to que ciertas situacione, relativamente
abstract," (movimiento de figuras geométricas) er"n interprctadas en tér-
mino~ de causalidad e intencionalidad. Esta caracterización de la a1ribu-
ciún como percepción ha propiciado. a mi entendcr, que mllchos dc los
postcriores e,tudios sobre atribución se fundamcnten en llna concepción
cognitiva e individu,ll de los procedimientos de dotación de sentido a la
ace;"m.
La obra de Hcider. sin embargo. abre otro upo de posiblhdades. En
primer lugar. mantiene una Clcna vinculación con una concepción feno-
menológica de \¡¡ perccpciÓn. y en '''gundo lugar HCldcr con,idera quc la
atribución e' parlc de una p,icología cotidiana o de sentido común. una
de cuyas princlpales características e, la inclusión del punto de vi:.ta del
otro como parte de nue,tro propio punto de vista, es dccir.la posibilidad
de un descentramicnto pereepti,,) que no, permite ver las co,as desde la
perspectiva aicna.
El plantcamiento de la psicología dc sentido común como objeto de
e,tudío supone que el científico debc adoptar el punto de vi,ta del actor.
a quien eon,idera poseedor de un saber sobrc las relilciones interperso-
nales. una tcoría de lo, otros mundos, una tcoría o una hipótesis sobre lo
'lue ocurre en la mentc dc los demá,.
Esta p,icología de sentido común, a diferencia por ejemplo de la fí;i-
ca o la químIca de sentido común, e, bastante apropiada para dar razón
de lo quc pasa en nuestro medio y actuar de forma adecuadil y eficaz. Si
con ll\lestnl física de sentido común no, re,ulla difícil entender y por su-
puesto intervclllr eficazmente en un mundo tecnológicamente desarrolla-
do (desde arreglar un coche a una computadora: todo ello reqllicrc co-
nocimientos y entrenamiento cspccífico): no ocurre lo mismo en el
mundo de la, relaciones interpersonale~: desde muy pequcños sabemos

139
OH
~IUJJJJIP o U\llUO;) OU 11;)!I'pJlJUJBJ u][JnbB \O[E'lP..l) ~p 'U)JJJO SBU8A JJl
-u~ u<}!JJa[J U[ 'O[dlUJ[J Jod) SOlJ~jJ SJlUJJJJ1P UOJ ·U\)!~~U ~p SJUOlJdO
seU?A ÁP.'l "puunJ ')SV 'SJUOlJ)sods!p "'1 ap UAllUJl]dxJ JAE]J e[ ua oal
-J,,[AOOJ as Jnb SO] uns "'1'" 'SOlJJp SOJod ~Oun oa uaJJ!JIp o]9s Á SJJP.[
-!lU!' 'u)JUJ!lJJSOOJ UJOJ!1 "\'!~~U "p WMI8UlJI]e sJlq!sml 'u1 opuunJ Jnb
Jp 04JJ4 [" "pUalll1J JS s::>unlUOJ 011 SOlJJp JOd ·(sopp.Jfp--'1 I1P.A SOpOI
JpUOp ]ElOqq mp"w un UJ lIISJ" Jp opP.p\lJu"SJp 01[ISJ U[\ 'O[dlliJfJ lOd)
ol"f[\~ JJP SJUOlJ1Sod~!p SU] ""qOS SOA1)8lUJOJU! ~\llU UO~ ]01 Jp S8A[)81
-;)Jdx~ 'U[ ap UllJudJS JS J!lb SOIl1J!lUU]JodlUOJ SO] "OUP.ljUO;) [" JOd "JOIJll
]Jp s::>uo!J!wd,"!p ,( qUOlJUJ1Ul SelJpp.pJ"A SU] JJqos llAl)lllUlOjl1! OJod q
U<})JJll U1 'SU"~!lP.UJJI[U S"U"!JJB ~llJIO Jp SOP1!A!J"p "'[ anb SJ[qu::>SJp S!!Ul
o [m;1) UO, UO;>l:>JU P.[ Jp sopa!" "'1 !' :>nb s::> 8;)IPU! anh O] 'IHJlUpd El
"SJUnlUOJ OU '"OPJjJ SO].\ [mJos pEP!l!'lE"'ap ll[ 's:>JOP1lJ sop Jp apu"d<lp
SUIJJ:>UOJ SJuo!J!sod,!p "p Jou:>lsod UpUJJJJU! U] ,!,\UQ II SJUO[ UJP.d
"u,?)Jnqplu U[ <lJuq "nb op[ns
IJP smA"Jd \"U!JU<lJ:>IUI OUlS SJlq!uods!p <lIUJlUc:>l[q\ld SJUODP.WJOjO! uos
ou mJua!J~UO,l K pUP!JuduJ 'p1l)lJ'l![ <lp '''UO!J[PUOJ SUISJ Jnb IU]U,,'"
"U"!/lUO J "(1lUJJ1)(J u')!Jnq!llll) lUZU ]:>p O SJuo!'''ld "p OHUJ OluO:> eje)
-JJW,,]U! J' :>nb :>uodns JS u,?!JJI1 U] -lap!:>H lod sepe]n)~od ,u1 U saJ1ljlru
-IS llnru uos ;mb- qUO)JlpUO:> SU)SJ I1Ep JS OU [S "U,?l:>JU ns Jp sop;,p ~(l[
ap )J[JUJ1JSUO:> el OUlO;) !SB '"uodns :>] ~s JlIb JJpod o pUp]J1ld8:> e1 'lOpP.
]"P PUlJ"q[] Jp OpUl~ ]~ SJ lP'uo""d u~)[JnqTJl1l UUlI E mí/;¡n u;ud alUJUfI
-JJd ",?!JP.UUOjO! W1 "U,?IJUlUJOJU\ Jp O]U"!ruuS:>JOJd o 1l!JU;¡lJJ"! Jp oq:>
-oJd un OWOJ !U~P!'UOJ <l~ U,?IJ[\qul1l Jp o,,,:>oJd 13 'sOJI]q[\d SOI1lp uD>"
anb 'sOIJ:>I:> sns Á SOIJP. SO] uo, up!].l1ld :>p ojulId [3 "~"ruap sor <lp 0IU:>lru
-E).1odw"J [ap U\ll:>BAJ:>SqO el ap ,,!n1 ~ S<I]uUOSJ:>d S~uo!J!sod,!p SOlUp
-J.lU[ OlUOJ "I)JJp '" '[uuoSJJd u,?IJllqujp.oJaP4 B[ JU7.11UUU (~96 T) S[AP.O K
QUO[:>p "Plualpuod~;'110:> <U!:>UJJ<lIU\' S1l! Jp PopOJ) U[ "p O¡;¡(qo El
"( 'l "1lZL61 . L96 Il ,(Jll:>)! Á (~96 ¡ ) S!AEQ K ,"uo I ap
sol uOs ~U!J""I ;,p odp JIS:> Jp SOJ[S!!P ~!,w SO]<lpOlU Sop so, 'UODEWJOj
-Uf :>p O)UJ[lUESJJ(HU oruOJ OplpUJjUJ elj J~ u,,!:>nqp¡u ll] :>nb Sor UJ 's;'1
-uUINadeJ1U\ J SOJ1J,?10J!sd ~O["poru UOJ ':»UJlU;'IUV.U!UlOp;ud 'llp1l[[OJl
-p.sap 0p!' I'lj U\'!Jnqulu U1 Jp 1l"llOJ) E] '1"p!aH u p1lpUOUJ)sod uOJ
"( OIJCJlsqu O O)JlJU()~) oHfns opuml:>s un ~p
u{j!J:>u u1 Jod 1lplllpJW !!)SJ O)~rqo un ,{ opfns un ~ljl1J U\']JB[;u 1'] anb 501
uJ ""Jll[n)lUU!JI 'O¡JpOlU e (OlJ[qo '~/l o)"rn~) sJ[1lnp SOAlI1lJ![dxJ SO["POW
Jp 1esv.d Ju¡)dn~ 'OA!pnl]SUOJ OSJ:>old un owo:> 'ulUlO] UISJ Jp ¡mJOS p~p
-¡[UJJ U] J<lpUJ)U'OI 'P.lUS!W U[ "p <llualinlllSUOJ J)Jp.d SJ 'PUP!1U;U UruSlru 1lSJ
~p ;,pud sa [B[~OS p1lPI[UJJ El JJqm Jaql's Olls:>nu Jllb OU)S ·SOJ!~!J 'O[uru
.\nru ,{ ,,)ílO]9~!,d wuanq ,\nru SOW1l;;)S Jnb 's"nd 'sa ou u,?I)SJn:> B,
"lll!)U"lU 1l\ o "JUOJ[ "1 JJS uup"nd OlUOJ "sofJ[druoJ
linru SOlU:>llUCllOdlUOJ Á SJUO!J\ll\I!' ~IUJlUUAlP:>P lP.1nd!UllW ,{ lp"pa1d
de la opción elegIda es la que resulta más informativa (si ;e tiene, por
eJempl(~ parecido ~a1ario, horario y otras condiciones, pero ditcrente ni-
vel de autonomía organizativa -jerarquindo o libre-, ésta será la ~arae­
krístiea má; informativa sobre los motivos y característica de quien
elige),
En el modelo de lones y Davis estos procesos de inferencia se con,i-
deran univer:.ales -como reglas de procesamiento de información que
son- aunque pueden ser modificado, por sesg<l, tales como la relevancia
hedónica y el personalismo, que vendrían a indicar una tendencia a inter-
pretar la acción ajena en ténninos que gralifiquen nue,tra propia imagen,
El problema que se plantea cOn este tipo de modelos imraper'onales es
que dificultan la comprensión de lo~ fenómenos estudiados, al carateri-
zar las diferencias como sesgo, o excepciones a una regla supuestamente
uni~ersal, con lo cual se imposibilita la comprensión de su propía razón
de ser. Estos sesg.os, además, se planlcan en términos individualistas, lo
cual. si hien es cierto que ocurre con frecuencia, no con~tituye ninguna
regb universal de naturdleza cognitiva, Podemos pensar que no se trata
de sesg.os, ,ino de nonnas sociales dominames en una situac;(m dada, las
cuales, bien es cierto, ,uelen orientarse en nu~,tra cultura hacia el indivi-
dualismo,
En el modelo de atribución de Kelley la atribución es enlendlda,
igual que en el caso anterior, en términos de procesamiento de informa-
ción. En este ca,o se parte del presupue'to de que la acción la enjuicia-
mo, preferentemente de fonna diacrómca, ob~ervando O\rd8 acciones
del actor y de otras per:sonas,y no de modo puntual (acción más efecto,)
como en el modelo de Jones y Davls, La pregunta implícita que todo su-
jeto-intérprete se hace, ,egún KeHey, ~, ¿varía la acción conjuntamcnte
cOn el actor?, que es la pregunta que caracterizaba el quehacer científico
según John Stuart Mili y que, en la estadi,tica, fUndamenta el análisis de
V¡¡riaIlLa, Para re'ponder " e,ta pregunta se recurriría a tres tipos de in-
formación: información de consistencia, tanto espacial como temporal.
es decir, información sobre el comportamiento del actor en otras oca,in-
nes y lugares respeclo al mi8mo objeto, El segundo tipo de información
seria el de dislintividad, acerca del comportamiento del actor respecto a
otros objeto" El tercer tipo, finalmente, es la información de COnsen80 o
información acerca del comportamiento de otros actore, respecto al mIS-
mo objeto. Las caracterí,ticas estruduralcs y formales de la información
determinan la explicación o atribución resultante (atribución de la cau,a
de la acción al propio actor. al objeto o per:sona con la que actúa" a la si-
tuación en que se prodllce la acción) "

'"
Tanto l¡¡ teoría de Jones y Davis como la de Kelley son teorías p,icn-
lógicas, sohre proceso' intraperwnales dc proce,amlentt> de intor-
mación, En ellos, la dotación de sentido a la acción, que es lo que en
detimtiva e; la atrihución causal, se entiende como un prohlema exclusi-
~amente inoli~idual de q'lÍen hace tal atribución, El.,ignificad" es eqmpa-
rado, por tanto, al pereepto, a la resultante del proceso perceptivo, quc
es una cualidad psicológica, Exi,ten, sin emhargo, cierta, lineas de inves-
tigación que entienden e~te proecso de un modo má, interpcr.lonal,
El modelo de procesamiento de información que subyace en las ver-
;iones anteriormente expuestas de b teoría de la atribución ha sldo pues-
to en cuestión desde distintos punto, de vista, En algunos ea,os, lo que ,le
pone en cuestión es la racionalidad. la forma excesIvamente lógica de los
procesos propuestO.1 ole manejo de la información, Así. por ejemplo, Ha-
IT;" y Harvey (1981). aunque mantienen la idea general de que los sere,
humanos procesan información en la vida cotidiana ~ en las toma, ole de-
cisione, 'lue en clla ocurrcn, consideran que en determinadas circuns_
tancias los ,eres humano~ no hacen un u,o sistemático y razonable dc la
información que poseen y hacen sus inferencias ba,ándose en la infor-
mación más !lamativa y disponihle, ignorando sÍ>temáticamente ciertas
informaeJOnes, tales como las del con'enso, que en el modelo de Kclley
son centrales par.;! establecer una adecuada atribuclón causal. Estos auto-
res con~iderall que en la vida cotidiana exi,ten mctodologias diferentes
al puro análisis estadi,tico de variann, Existen, igualmcnte. estudios
como los dc Kahneman y Tversky (1973). los de Ni,hett y su., coleg.a~ °
(Nisbctt y Borg,¡da, 1975~ Nisbett y otlOS, 1976, etc,) en lo, que se pone
de manifie~to que la información potencialmcnte útil para explicar Sltua-
cione, y hacer prediceione.1 no es utilÍL~da por los ~ujetos, Existen, aSl-
mlsmo, estudios que ponen de manifiesto la existencia de conOCImientos
e~tnlCturados en torma de gUlOnc~, por ejemplo, sobre la forma apropia-
da de actuar en distintas situaciones (Schank: y Ahelson, 1987). lo que
haría que. en determinadas ocasiones, las per,onas no tomen en conside_
ración el contenido de la información 'lue rccihen sino simplemente su
adecuación estructural a un guión O ,ecuencia de conducta estandarizada
y bien aprendIda, como pueda ;er, por ej~mplo_ el comportamiento
apropiado para pedir un favor a un desconocido (Langer y Abchon,
1972),
La investigaciún sobre atrihución se ha dirigido, en otros caso" a po-
ner de manifiesto la innuencia que la pertenencia grupal y la, creencia; o
repre;entaciones sociale, del actor tienen sobre la; atnbu~i()nes que

rJao,,,,, '" 'C( urna, "gun K,llc~, a ,"~uem., ca""l" (cr.. Kcllcy 1~72b, {"'OIPO, 1%2 H"""'on,,
l<)91J

142
realiza. En este caso. la" atribuciones -aunque siguen considerándose
como una característica pSIcológica y cogmtiva- ~on e,tudiada" en vir-
tud de la función interpcrsonal o intergrupal que de,empeñan. Así, por
ejemplo, ,e ha ob,ervado que cuando existen grupos en confliclO, la atri_
huelón del éxito y lracaso, tanto del propio grupo como del grupo ajeno,
tiende a rcfor¿ar la imagen positiva del endogrupo y la negativa del ex<)-
grupo (Taylor y Jagg.í. 1974, p. e.). Esta tendencia ,>ociocéntrica, sin em_
hargo, puede 'lurdar modificada por el diferente poder percibido de la
persona cuya acción se interpreta (Thihaut y Riecken, 195 5), por la pro-
pia posición de depcndeneia interiorizada respecto a otros grupos
(Deaux y Emswil\eL 1974) o por la existencia de crcencias cOmpartida"
o ideología" acerca de las características de los distintos grupos socia-
le, ".
Exi"te, Imalmcnte. una línea de inve,tigaeión en la que las atrihucio-
nes, en lugar de ser entendida, como proceso' cognitivo~ susceptible de
8er nlcdi"ti¿ados o determinados por las relaciones ,ociate'>, son consl'
derada' en sí como relaciones $(Jciales. f\ta transformación !.C produce al
lral"r las atrihuelOne" no como acontecimiento, privados, como explica-
ciones que las personas "e dan a ~í m,sma, ,ino comt) aconteCImientos
pú.blicos. como explicaciones que nos damo, uno, a otros ,>obre la'> razo_
ncs o causa, de la acción. r.ste desarrollo lo encontramo,. por ejemplo.
en LlllJee (19S2) y. muy especialmente. en Antaki (19!\ 1. 19.'\.'\, 1994).
La cuestión que entonces se plantea no es ya L~')mO se hacen infercn_
cia~ atributiva" SlllO cuándo o para qué!.C dan explicaciones. Tomaré en
e~te caso, como un eJcmplo, el trabajo de Slugllski. I.alliee. l.amb y Gins-
hurg (1993). en el que la atribuóón se sitúa en un contexto conversacio_
nal. La atrlbución se entiende. en este ca,o, COmo una explicación que se
da en uml conver,ación anle un interrogante, un porqué. La forma de
e,ta cxplicaciÓn. que es una explicaCIón cau'31, tal como muestra~ 10<' lO·
v~stigauore", ,e nge por criterio, funcionales. por la función que eumple
en la eonver'aciÓn. ~ cs. por tanto, diferente 'egún el conocimiento quc
lo, sujeto, teng,ln acerca de lo que los interaetuante, ~a dehen saber. Así,
,i con,ideran que la persona a la que ,e dirigen tienc suficiente informa-
CIón acerca de las caracterí,ticas personales de la persona cuya aCCIón e,
interpretada. entonccs b explicaciún cau8al que 8e ofrcce e', preferente-
mente, de tipo ",tuacional. dirigida a poner de manitíesto las condieiolle~
amhientale, que h,ln podido inCIdir en la conuucta y que se "upone que
el interlocutor ue,conoce: por el contrario. ,i la in[ormaciún que la otra
persona llcne es de tipo situacional. la exp~caL'¡ón atrihutiva 'lue se le
ofrece acentú.a la' características per")]\3!es (atribución interna). La atri-

143
bución, en este caso, no es una percepción o inferencia cognihva sino
una actuación pública que pretende ,er informativa, conform~ al princi-
pio de cooperación conversacional del que hablaba Grice (1975).
El cstudio de las atribuclone, como cxplicaciones cotidianas de la
acción ha dado lugar a algunas investigacioncs muy intercsant~s sobre el
papel justificatorio y legitimalOrio quc pueden jugar en las relaciones in-
terpersonales, vinculándose de esta forma a una corriente de trabaio muy
interesantc de la micfOsoeiologia sobre el vocabulario de motivos (Milb,
1940) y los accounl,' o explicaciones (Scott y Lyman, 1968; Goffman,
1959) 5, En este tipo de e,>tudios se considcra que las relaciones lnlerper_
sonales tienen un componente ritual y dr.lmállco, según lo cual una de
las funciones dc la interacción sería la producción y mamenimiento de
una imagen pública aceptable y legitima por parte dc lo, interaetuantes,
Los ~istemas atributivos -y las teoría, de senlldo común en que se su,-
tentan- serian, según esto, UIl elemento crucial cn la negOClaci(¡n de la
propia imagen, actuando como pieza clave cn los mceanhmos dc jw,tifi-
caeión y eXCUSa de accione, que podrian ser interpretadas de modo ne-
gativo. La aceptación de una ven;ión o interpretación determinada de la
conducta sude conllevar un proee.'o de negociación, en el quc el poder
de lo, interaetuantes sc hace presentc ".
Las investigaciones sobre la, explicaciones coud ianas d e la acción nOS
,itúan ya en lo que seria característica del segundo entoque pSjcoso~ial de
los procesos cognitivos, al que antes he hecho rcf~renCla como entoque in-
terpcrsonal. Lo propio de e,te enfoque e, entendcr el conOClmi~nto como
una práctica social, como una propiedad de la intemcciún y llO ya como
Ulla característica individuaL Aunque s(¡lo se pueda hablnr de un enfOllue
común en un sentido muy genérico, lo que me intcre,a resaltnr no es tanto
lo adecuado de una cla,ificaclón como la cxi,tencia de ciertas pr~ocupa­
ciones e interese" así como de posiciones epistemológica,_ que hacen que
podamos pensar en una psicología social entendida como Clcncia social.

UN ENFOQUE rNTERPERSONAL y SOCIAL


DeL CONOCIMIENTO

El conOCimiento puede 'er estudiado y comprendido no ya como un


eSlado mental SlllO como un modo de relación; un modo peculi<Jr dc re-

< p", "na «po,,,,,," "mplca Je "" "po de '"'''''1,00[<)''0', "('"e, p'" 0J"mplo Se",,,, )
M,n>tc,d (1 n-,) )' Anta., (j Y81, I ~~.¡ l,
A >ece' ,""e roder '" h",c prC<elue medIO"" la ""I""kión de 1" ,'er",," d,1 dg'''''' 'O""
'a do Id """m" co"' 1" yue 'c prod,,'< el po.-vmu _) ",<1, i"trOc'",,,'e- prü«'" Je V"""\J;:"",,,,"
"";0"",,", ",~ÚJl el ",,1 la 'LCtlma" "'nvi,ne '" "",, culpable J, '" d<,,,oc'm

'"
[ación que caracterin a lo~ vínculos que los humanos establecemos con
los objetos: el sentido y la inteligencia. El hacer humano está cargado de
sentido, así como el sentido y el conocimiento está cargado de acción. El
sentido no es algo añadido a la acción humana es lo que la constituye
como tal acción, La dotación de sentido a la acción, la comprensión de
su significado, no es algo ajena a la misma, es su fundamento, y ese senti-
do:;e da y negocia en el marco de las relaciones interpersonales, reales o
implícita" E:; en este ,>entido en que podemos hablar del conocimiento
social, en un :,entido en el que ambos términos (conocimiento y social)
se definen mutuamente. Este e', en mi opinión, el marco más apropiado
para una psicosociologia del conocimiento.
El punto de vista social del conocimiento supone, pues, entender el
conocimiento como (intcr)acción, In cual implica desplazar el interés
de:;de lo, procesos cognitivo' de tipo psicológico a los procedimientos
di,cursivos. Desde e"t~ punto de vista, re~ulla analíticamente inadecuada
la separación entre procesos y contenidos, así como entre sujetoy objeto
de conocimiento,

EL CONOCIMIENTO DeSDE
EL PU?'<TO DE VISTA PRAGMATISTA
Y DEL INTERACClONISMO SIMBOLlCO

El imeraecionismo simbólico está íntimamente vinculado a la co-


rriente filosófica conocida como pragmati~mo, una de cuya, caractcristi-
ca~ es el recha7.0 de la mcmfisica racionalismo Desde el punto de vísta de
lo:; pragmati~la~ la idea motril. de! racionalismo e,tá mal planteada, dado
que con~idcran que :.e parte de una concepciún errónea de la naturaleza
y del conocimiento de dicha naturaleza. Para los pragmatistas carece de
sentido c(m,iderar que la naturaleza es descriptible por medio de entida-
des e8encialc" de características inmutable, " escncias, que COn!.tituirian
!a ,erdadera identidad ue los objetos de conocimiento. Según esa metafí-
sica racionali"ta e! conocimiento seria el descubrimiento de la verdadera
esenda o realidad de las c<"a" y la tarea de la filosofía -así como de la
ciencia- scría, en con,ecucncia, la de desentrañar y denunciar los sesgos,
errores y prejuicio~ que impiden un conocimiento verdadero de [a reali-
dad ¡¡ la 'lue nos enfrentamos como objeto. Lo, pragmatistas. sin embar-
go. consideran el conocimiento como acción y no como contemplación.
Conocer no e,. de,de el punto de vi,ta pragmati,ta, reflejar dentro de
UllO (en la mentc o en cua!'luier otro «Iug<lr" p,ieológico) algo 'lue está
fuera: el conocimiento es una taceta de la acción del sujeto con dicho ob-
jeto. es, por tanlO. nO un reflejo pa,>ivo sino una relación activa.

1<5
Considerar el conocimiento mmo accIón Impli~a modificar la clá,ica
diferenciación dual entre el sujeto yel objeto, Desde un punto de vista
racionalista y eiemifista la po,ibi!idad de un conocimiento cierlo y ver-
dadero exi!!e el desarrollo de un método que nos mrrija de nuestro.\ po-
;ibles errareS y engaños y que no; enfrente neutralmente al objeto (en
ese sentid" de estar "en frente"): snjeto y objeto de eonocimienlo ;on dos
entidades claramente diferenciada; e independiente;, Esta rclaeión se
enliende, sin embargo, de otra forma ,i la \'emos desde el punto de la vis-
ta de la adividad y la aeeión.l.a relaCIón sujet%~~bjeto se transforma en
una relación (}rgani~mo/medio. E,te es elupo de relación que con,idera_
ba Darv.'in como fundamento de la evolución. Los pragmatistas hacen su·
ya la Idea funcionalista propia del evolucioni,mo y conSIderan '-lue el co·
nocimiento e, funcional paril la adaptación humana al medlO. La acción
que implica conocer no e; comprensible en término, de una dicotomía
sujet%bjeto. sino que ,upone una eSlructura de rclación a !Te,> bandas,
'-lue para James (1907) es la de 'ujeto. oblelo y consecuencia, de la ac-
l'ión. La estruClnra lernaria de la ~ignificacióll -en e,lo, o en otros lérmi·
nos- e, una de las caracleri,tieas definitorias del concepto de lo socIal.
La con,ideraciún interactiva del conocimiento imphea, enlre otras
c<l,a~, una modilicaciún del coneeplo mismo de realidad. Tal como plan·
tea William Jamcs (.EI Contr¡l;te esencial (entre el raclOnali,mo y el prag-
matismo] ~''lue para cl racionali.,mo la realidad está ya hecha y comple-
la de,de la eternidad, en tanlo que para el pragmatismo e,lá aún
haciéndo"e y espera del futuro parle de 'u estructura" ("r. <'II.. p. 163). La
realidad no ~e entiende COm() una emidad en \í. absuaída de 101 sujetos,
.,ino como una realidad práctica~, por tamo, pf()~e,ual. cuyas caraeterís-
lica, vienen determinada, por el upo de vínculos que en ella se eSl3ble-
cen, La realidad, por tamo, nO 8e concibc como úmca (la realid,lO .. real.)
sino como una pluralidad de relaciones y de SIgnificado"
El conceblr a la realidad desde el punto de ~i,ta de 1,1 aCClón, como
una realidad prácuca. implica una tran,lorm'lción. asimi,mo, de las ideas
'>obre el SIgnificado y la verdad. Según CHarle.' S, Peirce, imciador del
movimiento pragmali,ta, nuestras creencias son regla, para la acción. El
signilicado de un oblelo, ,egún W. Jame" se caracleril.li por .dos efectos
concebIble, de orden práctico que puedc implicar el objeto" ("p. di, p.
47),1.0 que con ello 8e '-luiere señalar es que d ,ignificado de la~ cosas
está directJmeme v1lleulado a la imeracciún que la, Implica, o como dice
Dewev (1929) que .,Ia comunicación es una condición de la conciencia.
(p. 187).
Má, problemático re,ulta el concepto de verdad que 'e deriva de la
idea pragmati'ta de realidad. En palabra, de William Jame..: "La verdad
de una idea no e8 una propIedad estancada inherente a ella. La verdad

146
umme('C" una idea. Llega a sereiel1a, se haceciena por los acontecimien-
tos. Su verdad es, en efecto. un proce;o. un ,u~e,o, a saber: el proceso de
verificarse, su veri-fica"¡ón, Su valide¿ es el proceso de valid-ació/Il' (op.
di.. p. 131 l. Lo 'lue ,e pone en cuestión es la existencia de un criterio que
pennila una distinción absoluta entre objetividad y subjetividad. con in-
dependencia de los proceso; de interacción ,oeial en los que se desarro-
lla el conocimiento. La objetividad -y la verdad- no es, para los prag-
mat;"las, una característica del conocimiento que sea independiente de la
enmunidad en que se produce.
1:,1 concepto pragmati8la de verdad ha sido duramente criticado por
Max Horkheimer (1967), quicn desde un pumo de vista marxista crítico
considera inaceptable la identificación de éxito y verdad. Para Horkhei-
mer los pragmal1stas &u8tituyen la I"gica de la verdad por la de la proba
bilidad: "La probabilidad 0, mejor dicho, la caleulabilidad sustituye a la
verdad, y el proceso hIstórico que dentro de la :.ociedad tiende a conver-
l1r la verdad en una frase huera recoge, por asi decirlo, la bendición del
pragmatísmo que hace de ella una frase huera dentro de la filosofía»
(p. 55). Basándose en algunas afamaciones tanto de Peirce como de De-
",ey, Horkheimcr llega a la conclusión de 'lue «el pragmatismo trata de
retraduClr toda compren,i"n a mero comportamiento» (p. 59). Esta con-
cepción instrumenlal de la razón. dIrectamente vinculada al cálculo de
la~ con,ecuencias del comportamiento. 8upone un" neutmlizadón de la
misma y, en definitiva, su tran,fonnación en estupidez: «La neutraliza-
ción de 1" r¡ll.Ón, 'lu~ la priva dc loda relacIón con los contenidos objetí-
vo, y tl~ la fuera de Juzgarlos y la degrada a una cap,lCidad ejecutiv" que
se ocupa más del cómo que del qu¿, va transformándola en medida siem-
pre creciente en un m~ro ap~ralo ellóhdo, dcsunado a registrar hechos»
(pp. 65-(16).
La erítica de Horkbeimer e:.. a mi enlender. "d~euada ~i la~ propues-
tas pragmatista:. se entienden en un ,enlido meramente comportantental.
El conocimiento ,e reduce y se hace equivalente. en ese caso, a la astucia
de la rala en un laberinto cxperimeotal que aprende cuál es la hipólesis
más «verdadera), para evitar 108 c,,,tigo' y lograr la recompensa Sin em-
bargo, como ya hemo, vi,IO, el concepto de acción se refiere a un tipo de
relación diferente a la relación comportameotal. L" vinculación pragma-
tista del conocimiento a la acción .,igue siendo [ruelifera, a mi entender, y
en cualquier caso no r~duetible a un mero eonductismo, si se trabaja con
un concepto de acción que implique una reflexividad :.ocialmente con,-
trUlda. que va más allá de l0' puros determinanle~ eSlimulares de la situa-
ción. tal como lo planlea. por ejemplo, un neopragmatista como Rorty.
La cue,tión está en cuál sea el modelo de ser humano que 8ubyaee a
nuestra Idea de conocimiento. El modelo clásico, uno de cuyos mejores

147
exponente., e, el Discurso del método de Descarte" ,e fundamenta en una
angu8tia que, en definitiva, e~ de origen religioso: la "angustia de la certi-
dumhre», como muy bien la ha caracterizado Bernstcin (1993). Es la
idea de un ,er humano enfrentado en ,oledad a su propia duda ,obre la
natunlleza intrin8eca dc las cosas y a la verdad de sus creencias. La meta-
física racionalista que subyace a este modelo es la critlcada por W. James
y, hoy en día, por Rorty: la de suponer que «lo, ,eres human", desean
por naturaleza conocer (entendiendo el] conocimiento como una rela-
ción entre los sere.1 humanos y la "realidad~" (Rorty. 1991, p. 93). El giro
pragmatista e interaecionista lo que hace ei; cambiar este tipo de suposi-
eione8 de base y partir de un modelo de Ser humano más concorde con
lo que no, ocupa cotidianamente: la vida humana sólo se da en interac-
ción y esta interacción e" fundamentalmente, simhólica y significativa.
Nue<;tro problema no es la certidumbrc ,ino la comprensión, no es tanto
cómo estamos seguro, de que lo que vemos y creemos -en un supuesto
aislamiento trágico re,pecto a los demá,- es e¡erto sino cómo es posible
que nos entendamos entre l0' ,eres humanp, y hasta dónde nos pode-
mos entender. Este es un problema práctico y no metalÍsico, pero pnicti-
co no cn el ,enlÍdo de útil. sino en el sentido de problema de la práctica,
de la acción.
Uno de los pioneros en e,te planteamiento fuco precisamente, el
pragmatista George H. Mead, iniciador de la teoría psicosociológica co-
nocida posteriormente como interaecionismo simbólico.

El concepto dc mente }' conncimiento en Gcnrge Herbcrt Mead

Mead vincula el concepto de mente y conocimiento a una teoría de


la acción de la '-jue se deriva, igualmcnte, una teoria de la identid"d per-
sonaL Su obra Elpimu, personu y sociedud es el mejor exponente de su
pensamiento ps¡eosociológieo a elte respecto. En elJa Mead señala cómo
la acción significativa se caracteriza por la rcllexi~idad (ver cap. 3). La
rcflexividad supone la capacid~d para tener una reacei"n implícita, para
suspender el curso de la acelón mediante auto-indicaciones. La ¡dca es,
,egún CSlo, acción demorada, fruto de la reflexi~idad inherente al símbo-
lo. No cs. pues, una cualidad trascendental 8ino una propiedad de la ac-
ción significativa. E~ta peculiar canlcterístiea del símbolo de hacer pre-
sente el CUD50 posterior de la acción en término, de signifiéado, permite
decir que el penSamlento supone la pre,encia de! futuro en términos de
idea., '.

148
La ,ocialidad propla de la acc,on .,ignificativa sc constituye en fun-
ciún de la presencia (simbúlica) de los potenciales inter.;lctuantes y de
sus posibles reacciones. La socialidad implica siempre terceridad, donde
lo:; tres elemento, de la relación el actor, el objeto de la acción y un al/er,
un otro -concreto o genera[izado-, cuya perspectiva. al ser asumida por
el actor como significado, permite la reflexividad. es decir, la posibilidad
de ver reflejada la propia acción en los demás_ El pensamiento es cOnce-
bido por Mead como una internalización de la interacción social, es de·
cir. como una conversación simbólica consigo mismo. Al igual que
Vygotski. Mead considera que el pensamiento y la inteligencia surge
en la matriz social de interaccione;. ,iendo su resullantc y nO su antece-
dente ".

La conciencia dialógica: Mijail Hajtín

Existe una notabie coincidencia entre el pragmatismo C interaccio-


nismo de George Herbert Mead y la semiótica de Ba]lín. I:lajtin es un lin-
güi,ta ruso de la primera mitad de siglo, cllnterés de cuya, ideas excede
con mucho el marcO de la hngüíslica y la crítica literaria. Sus propuestas
sobre la construcción social del significado, configuradas como una teo-
ria semiótica, constituyen un ,Mido fundamento para una psieosociolo-
gía del conocimiento '.
Bajtin es antipsicologlsta. en el sentido de que considera inadmi;ihle
"la prioridad metodológica de la psicología sobre la ideología" (Voloshi-
nov, 1992, p. 53). como un rechazo a que se explique la ideología, el

gUdJ'. "peCJalmentc el ,nnonln "go,r""",,, h, tO'''ado po"ble. e, ,impkm<o," Id u'corporaCLón


de e" '"Ud''''''' "tern, a la cono"",. J<1 ",d,v,dun m;""" D< ello ,e "guc el enO,,"e d<,"'rullo
dc 1, ",..,<<1,,1 numana. la pOll¡';lLdad de prcv;,i{" d,' 1" ~"e Lenu .. 'u~a, en la reacc;ón de OIro>
",dJ\'Jduo,}' un. ,d,p"<'''" rrd""",". dio por el H\d"Lduo .. (P, ! 13)
, 1:" "" ,cntJdo, ) "1I"""d,,,",, 1, ,Je. ~ue D.'wIO tonia ,obre l. fun,,"" ud g'''o, d;ce
Mead (19M) "t:""",,,amente. D.rv.'In. "" cmo.",,,. 0" eum"r"mO! prueba algo"" de 1, e"'-
tenc," pre,i, de 1, <"0''"0'" "omo "I~o que pro,oqu, un. con<l,«," ! _! Mas olen "O! vemo.s ooti-
g.d'" a sacar en cond"",'," ~ue 1" coo"e"".", u" emer~cntc d< ,,1 ,oo<lu<,", que, 1<10' de ,er
unu p,-,,,,,,,J,,',o,, del acto '00.'1. el ,c,n "",,1 "' UUd p,emndICJOn de ell.> (p. ~4),
, Me "reme d BdJ"". como au,or ondi,id",1, d.d" ~"e. ,egun 'o, e"ud,o,m de 'u o~'a, p''''_
ce «r el pnncip"1 ,"'pn",uh'e Je ol>,a, que fueron publicad., «m "nmh.e, de otro, compañeros
,uy"'_ En ,-on<fC(O, much"' J< 1" ajHmac"m" para "na pSleologia '00,,1 '" e",,",""a" en una
ü~" 4u< <". ed''''Ja ,n «pañQI a nomo" do R.Jlio (Eu;",,;a' Nue" VISIón, 1976)}' do V"",,",_
no' (AI"n'~ rd".",,1 1~92) Elta ambL~u,dad d< 1, ,,,,mi, e' deh.d,. la, ",,,,o,as condic;o"<'
de '" p,oduce'ón y oo,,;(m on 1, Ru"a e"all""". donde llegaron, '0' pmh;h,da<_ pero "mbión.
,,,m,, ,e,'odld In'),\ Za,,'a e" 1, 1",,-od,,,",,," • l. <u;c;,," Je Vúlo,hLnOv ('992), de l., ,,,,,detna.
aprüp,"ckm" "e"c",,,,,,,.dor,, de 'u P<mam,e"W_ En <""'~u;"' "'0. la ambLgucoaJ Jo l. ,ul,,_
I,a no " 'len. , l. "ka h'J"";.". de la d;alo~,cidad de 1, ,,,ncieno,"_

149
pen~amiento ~ocialmente construido, a panir de la p~icología. en lugar
de hacerlo a la inversa.
La posición de Hajtín es dialéctica y parte de la negación de la dico-
tomia individuojwciedad, considerándola engaiio~a, ya que ,upone si·
tuar la pSlqUC y la conciencia en d polo del individuo. con lo cual, .,i no
~e quiere tratarla en términos idealistas y metafísic08, tiene que ser eOnsl-
dcrada como un objeto de estudio cientifleo-nalura!. ajeno a la ;ociali-
dad. BajlÍn com,itlera que lanto el indivíduo como la socicdad Mln ,ocia-
le,. La contraposición analíticamenle acep¡;¡hle no es entre indIviduo y
sociedad. sino entre natural y social. cntrc cl sujeto Como organi;mo bio-
lógico y el individuo corno persona, idea muy similar a la defendida por
Mead (1909) cuando contrapone la psicología ,,,cial a la psicología fisio-
lógica "'. El organismo y el mundo exterior se encuenlran en la wbjetivi-
dad psicológica. cuya realidad no e, indívidual sino social y semiótic,,"
"De acuerdo can su modo de cxislencia la p,ique ;ubjetiva sc loeahza en-
tre el organi,mo y el mundo exterior. como ~i e~luvie'e en fa froruera cn-
tre estas dos esfera~ de la realidad. E, ahí donde se verifica el encuentro
entre el organismo y el mundo exterior, pero no se trata dc un encuentro
físico: el organismo y el mundo exterior se encuentran ,.n el ,wgnoo (V oloshl-
nov. 1992. p. 52). La dicotomia individuojsocicdad ~e tmn,forma, en el
ámbito del conOCImIento. en la dicolomia conciencia jidcología, que "m
do~ expre.,iones (personal y colectiva) de un proce,o social. El proceso
social quc configura la mnciencia y la idcología c, la interacción di>cur-
,iva 1 f, I:.n el aclo dlscur,ivo se realim 1" ,ime,is dialéellca entre psique e
ideología, entre lo interno y extcrno de la práctica ,ocial. Las condlclO-
nes materiale~ de exis¡enci" determinan tanto las forma, (género, discur-
8ivos) como los cOlllenid", de la comunicación discurm'a. Esta determi-
nación no tiene, sin cmbargo, las earaclerística, del reflcjo sino la, de la
refracción ". Cada época tiene un repcnorio de formas de comunicación
discurSIva. manife,tándo~e el conflicto 80cial como conflicto entre géne-
ros discursivos,

" F>1o antlp"coIOA;,n", "e) 'UP""" "OH ,","mb, l. ncgloc,on do la ,oh",'",,,," uen"f", d,
una p'Kologoa "" ,,,,,"l. ,mcul.d,. l., n"umqonOLaS,) que heoe un ,"'Laol< p""en" T, "«0'1>On
elt" «n"..Ja en el ,""eno de la (lntcr)a,,,on <o"al) ''''',.cu<ntemeote."n el de la pr~duo"o" ;
neg""'w"n ; rcp,c<Lón del "nlLdú .
. ' L. ,de" de qu, ,11,u~uaJ' ennfmm. d pc"",m,ento" una Ld," y")" roe ptm'""t" po,
Humb"IJ," p"nc,pu" dol "glo XI>)' que tlaeen su)a lo, ,,""""""m al,m,no, l .• onglnal,dad de
1", nUeV'" plantcam,,",o, e, que ellonguaJ'" ""ü.",]e mm" d"cu"o,,, dem. como ,"'""dad.
,Iq,odo>c OSL de c",lq"'" ,"t"P"'l";'''' ;,10.1",", ,nmn '. de e'pL"'u col,e",'" 1'" "1' '1
.' ~oh", la ;Je, J" la enn,,"",," como «flOJO de 1, "aMad 'e;, l ",he" <1 e',"ceplO de .",,',.
dad e" la p"",log;. n,,,, loIajtín u,a ¡,1 meno, en 1" "aduce,,,u", ",pa""I"" ingl"as y r"oc",,, de
'" oh,,) el térmmo ret",oc,ún pa'. ""R"' .'U ",,'ane," do "n, conccpoLoO de la ","'''",,' ¡",mI>
renejo meca""" d, 1,,-, m"d,,,,,,,", ,k ""tenci,) a la que «taba den"ndo la """'''' 10"'";>1" del
",,"',,"',
150
Construcción ,,,cia! del signo y!u. comUnI('ación discursiva

El ,i¡tno tiene un carácter internamente dialéctico y conflictivo. No es


una e~truelUra e,tátiea (como pueda ser el referente denotativo que apa-
rece en un diccionario). Para BaJtín, al igual que para Peiree, el signo es
una cosa que remite a otra cosa. pero estc proceso de remisión no es uní-
voco. El sig.no no e, un reflejo univoco y e"table de algo -'u referente-,
ya que nO exi_ten signifi<.:"uo" fIjos sino ._igmficado~ en liSO. En el 8igno
se materializa el conflicto de grupo" y clase:. sociales, cruzándo~e en el
mismo los acento_ y valol"es de orientacione' ~ociales muy diversas, que
pugnan por un reconocimiento ~oclal.

Lu inhereme dia/ogú."ldad de la "igni/icatión Y !tI wnClfnáa

l.a ~oncienciJ hahlante, aun cuando hable con una sola voz, la del ac-
tor, ,Iólo c:. comprenSIble como un momento dentro de un proceso más
amplio de interaCCIón comunicativa. Cada persona que (se)habla con 'u
V07 tiene ~n ella presente a otras v()~e~, a otl"OS di_cursos. Para Bajtín, al
igual '1ue para Mead, un cnunciado es una re'p"CSta. pero en ~entido am-
plio. no en el ,cntido conductlsta: «¡oda compren,ión real e integral e~
activamenle respondenle. y no es olra cosa que el estadio preparatorio
inicial de una re_pueSla (en cual'luicr forma '1ue se pueda llevar a cabo).
y el pl"Opio hahlantc está orienlado preci,amcnte hilcia lal comprensíún
activamente respondenle. No cspera una compren,íón pasiva que, por
decirlo dc alg.una forma. duplÍ<'¡u~ _implemente '" propia jd~a en la men-
te uc ouo. Má_ hicn espera re_puesta. acuerdo, simpatía. ohjeción. ejecu-
cIón y cosa, por el estilo (los diver"" géneros di,cursivos pre~up()nen
div~r,a_ ()rientacion~, llltcgl"ale" y plancs de hahla por parle de los ha-
hlanlcs y e,crítore,) 1... ; Es má_, cada hahlanle es él mismo cn mayor o
menor mediua un l"espondenle" (llajtín. 1'!li6. p. 69).
Rajtín ,ociologi,a el concepto de incon,cienlC freudiano. Para él la
di,tinción entre con~clcnte e in~onsclente ,e refiere no a una diferencia
de nalUl'alel.a "no ideológi~a. El incon_ciente Ireudiano sería una «con-
ciencia nu-olicial". una coneienci" de lo socialmenle reprimido, cuya lor-
ma y contenido no es concorde con los mmlo, dc la conciencia «oficial"
domlllante. E_ta conciencia no olicial ~_ la que se ~xpre.~a, por ejemplo,
en los mouos carllilVale,cos frenk a la rígida conciencia oficial del me-
die~() lal'dio. Esta conclcncia no-oflClal ,e exprcsa igual '1ue la concien-
cia oficial, tanto en ellenguajc interior mffiO cxterior (Voloshinov 1927
(llajtin, 19liO), Voloshinov,IY2S (Rajlin 11193a).
La eonsidera~ión discursiva de la conciencia es extensiva a la identi-

151
°
dad personal conciencia de sí, Al i)!ual que para Mead e,ta conciencia
e,tá vinculada al rdlejo de lo, demás a travé, de la intcracción comuni-
cativa. Pen) lo que para Mcad SOn "otros significativo,,, u "otros generali-
7.ados •. , es decir, referemes no caraeterindos socialmente, ,on para BaJ-
tín grupos sociales a los que identifica como da,e social.
La conciencia personal e.,tá directamcme vinculada a las condiciones
socio-económicas de existencia y a las ideologías que la, caracterizan; de
hecho, Bajtín considera que «cada UnO de nuestros enunciado, es, en
efccto, una pequeña eon,trucción ideológica" (Rajtín 1980, p. 1114), Al
lenguaje interior lo caracteriza en algún momemo como "ideología de In
cotidiano». que ,cría el lugar en el que \e desarrolla un conflicto entre di-
ferentes corrientes idcolúgic<ls, entre conciencia oficial V no oficial.
Bajtín (1993h) entiendc por ideología cotidiana "todo ei"eonjun!o de
,en,acioncs cotidiana, -las que reflejan y refractan la realidad social ob-
jetiva- y a las exprcsione, exteriores lflmediatamente ligada.\ a ella~. ;' ..1
La ideología ,ocial. los sistemas ideológico~ ya formados, no sOn ,ino
una ¡dcología cotidiana sistcmati¿ada y fijada con ,igno, externos-"psi-
co]ogía ,odar'» (pp. 2311 Y 243).

{)ia/og¡á y alteridad: E\,tmcwra lernaria del proceso de significación

Para Bajtín no es posible entender un emmeiado de modo aislado,


Siempre está vinculado a otros enunciados, bien directamente, en el eur·
so concreto de la mteraeci',". bien de merlo ind ¡recto. cn tanto en cuanto
un enunciado e, la expresIón de una voz o po~ición en un dIálogo polifó-
nico de otras voe",,, "Cualquier enunciado es un vínculo en una cadcna
de comunión hablante" ( Rajtín. 1911ó, p_ 114), Las palabra, que usamos
las tomamo, de otros enunciados. de modo 'lue e,tán siempre cargadas
cOn el sentido que tienen. tanto en la lengua cn que hablamos. como en
el sentido más específico que le dan la, pensonas con quienes interactua-
mos: "Nuestnl habla ... e~tá llen~ de las palahras de los otro, ... E,las pala-
bras de 10>; otro, llevan con,igo .,u propia expresión, 'u propio tono eva-
luativo, que nosotro, a~imllamo" reh,lCemos y rc-acentllamo,,, (Bajtín,
1911ó, p_ 89). • Cada pa[ahra wntiene VOce,,· que a veecs son infinitamente
distante_" innombradas, casi imperceptiblc\ (voces de sombra, léxicas,
de estilos y a~i). casi indetectables. y voces quc re~uenan cerca y simultá-
neamente» (BaJtín. 1911fl, p. 124).
Por e,o. 00 existc tampo~o un enunciado ah,olutamcnte ncutral:"La
actitud evaluativa del hablante hacia el sujeto de 'u habla ... dctermina la
elección de los medios léxicos, gramaticales y composicionale, del enun-
ciado" (Bajtío.1986 p.1l4)

152
Todo discurso tiene un autor y destinatario. cuya vo~ es supuesta por
el autor. pero tiene tamhién lo que Bajtín (J 986) en sus últimos escritos
denomina un ">uperdestinmario>l. cuya comprensión. en una cierta dis-
tancia metafhica o hIstórica. se pre,upone como fundamento de adecua-
ción del ,enlldo, Ese superdestinatario toma diversa> fonnas en las dis-
tintas <-'pocas y asume diversas <---xpresiones ido:ol<igica, (dios. la verdad
absoluta. el tribunal de la conciencia humana desapasionada. el pueblo,
el tribunal de la historia, la ciencia etc.).

Las ditcrentes áreas de la actiVIdad humana, con 'u, específicas con-


diciones y fin¡¡lidade,. encuentran reflejo en los enunciados discursivos
no y¡¡ sólo en el contcnido temátim ,ino también en el estilo lingüístico y
por encima de todo en la eslfllctura compositiva. Cada e,fera particular
de comunicación desarrolla sus propios tipo,. relativamente estables. de
enunciados, a lo, quc BaJtín caracterúa como «géneros discursivo"" (Baj-
tino 19116).
Existe una extremada heterogeneidad de géneros discursivos. En
opinión de Bajtín «en cada época ciertos géneros dIscursivos establecen
el tono para el desarrollo del lenguaje literario» (l:lajtín. 1986, p. 65). Da-
do que ellcnguaje literario es discursivo. supone ,iempre un destinatario;
cada época y cada e,¡ilo literario tienen su concepto del destinatario del
trabajo literario.

Discuno autoritario (monolog{il) y di.l'""rso inherentemente perSUil,"ivo

Todo enunciado e, parte de un discurso o proce,o comunicativo. es


en ese sentido. dialógico. La monología -a diferencia de la dialogia- im-
plica llna relaCIón sujetojohjeto considerada de modo ¡lÍslado respecto a
lo, dcmás sujetos. pero e,O eS imposible ya que "por mlly monológico
quc un enunciado pucda ser (por ejemplo, un tratado científico o filosó-
fico). por mucho que se concentre en 'u objeto. no puede dejar de ser. en
cierta medIda una respuesta a lo que ya se ha dicho sobre ese tema ... El
enunciado e,tá cargado dc SODretorws diillógicos>, (Bajtín. 1986. p. 92). La
actitud hacia la palabra de otros acompaña siempre a nue~tra actitud ha-
cia un objeto,
Las ciencias humanas son textos aCerca de tcxtos. Los intentos por
tratar lo, texto, cn términos conductualcs. como respuestas, supone una
dificultad de entenderlos como un acto humano: «un acto humano es un

153
texto potencial y ,{,jo puede ser entendido (como un acto humano y no
como una acción física) cn el conlcxto dialógico de su tiempo» (Bajtín,
191'\fI. p. 107). I.a comprensión de un enunciado es siempre dialógica,
mmca monológica, de modo que la per:sona lJue comprende (incluido el
invesngador en ciencias humanas) se constituyc incvitablcmcll!c en una
tercera pane en el diálogo. En el caso del investigador de procesos socia-
les resulta imposible ~u di~tanciamiento objetivi~ta. En di,tintos momen-
tos de su obra l3ajtín haee rclcrencia a la teoría cuántica y a la Imposibili-
dad de mantener una posición ob,ervadora que no interfiera con los
procesos analilado~, En el ca,o de la~ ciencias humanas e~a interferencia
del investigador y lo investigado se caracteriza como una segunda con-
ciencia que mantiene una relación no especular o monológica, ,ino dia-
lógica. con la conciencia que analila: "L1~ cuestiones (cue~ti"nari()s) lJue
cambian la conciencia del lIldividuo que es cuestionado" (l3ajlín. 1986,
p. 136).
La palabra autoritaria y ~agrada ~e caracteriLa por ,er indiscutible,
incondicional e inequívoca. Es una palabra que (.retrasa y congela el pen-
samienl<,.> (Bajtín, 191'\6. p. 133). Frente a la palahra autoritaria y dogmá-
lica se levanta la cultura multit"nal y la ironía, La ironía, a~í como la risa,
son una forma de trascender la situación. Lo contrario de CSla dialo~ici­
dad ahien" es la ,eriedad monológica del pensamiento autoritario.
Como dice Bajtín en 1a~ notas que e~cribe a final de su vida, en lo, años
1<J70_71. "la violencia no conoce la risa". Frente al discurso autoritario
Bajtin considera el discurso dialógico como una «palabra internamente
persuasiva, El habla retórica implica una argumentación de,de el punto
de vista del tercer elemento de la comulllcación" (Bajtín. 1<)86, p. 150).
En e,te ,entido es muy intere,ante la coincidencia entre el pensamiento
dIalógico, lal como lo analiza Bajtín, y la acti,idad retórica, tal como es
analizada. entre otros por la escuela de la nueva retórica de Bruselas, así
como por algunos filósofos del derecho como Aaulis Aarnio 1-'.

Dialogicidad. identidad y libertad' eI/es/igo yel¡uez

La aparición de la conciencia supone un cambio tundamental en el


orden de la natunlleza. La existencia reflexiva supone que el orden de las
cosas ~ea susceptible de tener sentido, que en lugar de simplemente ser,
sea en sí y para sí. puesto que es reflejado en la conciencia de alguien.

" b" m"m, ,de. de "'Id "p"."u",' ""ce el J",""",,, """""";,, ) el ce"",,,, "' """g'(!, por
Wert,d, { 1991), """" 4"' h, ,",upo,.d" ""''''''am''nto 1, n~" ,k R,gin ; Jc VY~O"kl p'" l. psi.
<nl"j¡;. ,<",,1,

154
La reflexividad quc supone la conciencia nO es simplemente una
cue,tión dc reflejo de la exi:.tencia. El carácter dialógico, de testigo y juez
y, por tanto abierto, de dicho proccso reflexivo hace que emerja 10 que
Bajtín (1986) llama una supra-existencia, un super-yo, pero muy diferen-
te del ,uperyo freudiano. La conciencia de ~i no es un hecho solitario e~,
como toda conciencia. un proceso dialógico, abierto potencialmente a
todas las voce,. El carácter superior de este yo le viene dado por ser tes-
tigo y juez no sólo de su existencia ,ino de «todo el ser humano, del yo
tOlal, y consecuentemente alguien que no es ya más la per:.ona, no más el
yo, sino el otn", (BajlÍn, 1986, p. 137).
La apertura dialógica de la conciencia de ,í e, la que permite enten-
der la absoluta libertad del yo. «pero e,ta libertad no puede cambiar la
existencia, por decirlo a,í, materialmellle (ni puede pretenderlo), puede
cambiar ,ólo el sen/ido de la existencia (reconocerlo, jusliticarlo etc.);
e,la e, la hbcrtad del te8tigo y el jue¿. Se expresa en la palabra. Autentici-
dad y verdad SOn inherente, no a la cXlstencia en :,í, ,ino sólo a la exis-
tencia que e, cO!lOclda y enunciada" (Haj¡ín, 19'<;6, p. 135-6). La capaci-
dad y poder para cambiar la' condicione, de existencia material e,
libertad, pcro una libertad relativa, en tanto cn cuanto e,té desvinculada
del sentid". La libertad en sentido pleno y 1" creativiliad cstán siempre
relacionada, con el cambio de sentido.
Podríamos encontnlr una cierta vinculación intelectual enlre este
planteamiento ,,,bre la libcrtad, como una c"racteristica dc la dotación
di"lógica del senudo y lo que, en lo, tiempo, má, recientes se está pl"n-
leando sobre una nuev" teoría wcial y política (Gidden" 1995: Rorty,
1991; Taylor, 1993). Aunque existen diferencia~ entre e,tos autores. que
no ~e dehen simplilicar, Sln embargo puede afirman,e que comparten una
cierta psicología social en la que la concienCIa reflexiva e, entendida
como un moment" de llI1 proceso social y no un mero reflejo de mnguna
e,tructura tanlO SOCIal como psicológica. La conclCncia, desde el mo-
mento que se vincula a la práctica comumeativa, es posible entenderla
como un proce,o, su,ceptible -bien es cierto, y así lo padecemos con
frecuencia- de ,cr dogmáticamente con8truido como monólogo autori-
tario, pero lamblén como proceM' abierto V helcroglósico, e8 decir como
un proceso >ocial. .

El punto de vista construccionista ~' di,cur,ivo

Un enloque coherentemente p,ic(,,;()eial del conocimiento supone


entenderlo bajo el punto de vista de la acción social, analizando los pro-
cesos interactivo, (sanción. negociación, compren,ión etc.) que lo consti-

155
tuyen, así como lo,> sistemas de accIón en lo~ 'lue ,e de,>arrolla (legitima-
ción. mllucncia ,ocial, ,educción etc.). Este planteamiento e, companido
por 'luienes están propugnando una nueva p;icología social cognitiva_
Esta nueva p"icu80ciología del conocimiento va en la dirección de una
modilieación del interé" de,de a'luello que nos representamo~ (y 'u gra-
do de adecuacIón eon la realidad exterior). a aquello que deeim",} que,
como tal, e, parte de la realidad social que ,,, anaIi7-i1. Así. más que mtc·
resarse por buscar referente; intrapersonales. como cualidades de algún
tipu que están dentro de las peThonas (las cuales se supone qlle tiene" aC-
tilllde~, creencias etc.), el interés sc ha de,pla¿ado hacia el eSllldio de
aquello quc hacemos cuando hablamos cn término~ actitudinates. dc
creencias u otros térmmos parecido'. Este hablar ya no intere,a tanlu
como expre,ión de una posesión o proec~o interiur cuanto en su luncio-
namicnto y luncionalidad pública. Esto es lo que caracteriz<l, de un modo
genérieu. a los enfoqucs eon~truccioni,ta y discursivo - o ,implemente
crítieo- de la nueva psicología social. En e,ta dirección se sItúa la obra
de Graumann (191111). Gergen (1 988). Bruner ( 1991) o Bi llig ( I 9íl7) cn·
tre otrus, quiencs han puesto de manifie,to la dificultad de m<lnlener co-
herentemente un concepto inmanenti,ta y repre:.entacional del pen,a-
miento.
Graumann (1988), por ejemplo, vincula -al igual que h<lce Riviére
(1992)- el euncepto de cogmc¡ón a una teoría de la mente. Contra,ta
Graumann la concepción inmanenllsta de la co!wición con la que deno-
mina trascendental. El inmanenti,m(l, que rennte a Locke, entiende la
cognición como algo interno al sujeto, como un suceso intra-.\istémico,
según el cual "la, ideas. pensamientos. sentimientos. motivos son conce-
bidos como entidades y proce,,,, {'ontenidos en una mente de tipo conte-
nedor>. (p_ 20, énfasis orig.). Este modelo inmanentista es el que predu-
mina, según Graumann, en el moderno eognitivi,mo: He:. cierto que E y R
h<ln sido sustituido, por i"pUl y OlllpUl de información, pero la realidad
ole más allá, Le. fuera del sistema. tiene exi8tencia teónca sólo en 'u pro-
pia rcpre~entación dentro del sistem3. (p. 23). El modelo alternativo de
mente, el trascendental, lo fundamenta Graumann en los PrincipIOS de
hic%gia de WiUiam James. Para este <lutor "no es en nue,tra mente o
conciencia donde "representamos.. objeto, 'lue pueden o no existir fuera
de nuestra mente. La mente misma es esta relaciún y presencia o. para
U~<lr el embarazoso término. tra,cendencia que va más allá. (iNdo). La rc-
lación del sujeto con el mundo que define al conocimiento imp¡i~a, se-
gún Graumann, el lenguaje y la comunicación. E,te autor considera que
la psicología cognitiva moderna adolece de «una privación ,ocial a la que
normalmente se le denomina ;ndividuah\mo. (p. 26). Para Graumann
(1988) la psicología social del conocimiento liene que ser algo más que

156
una mera extensión de la p,icología cognitiva experimental, ya que «con-
siderar algo como c<lflocimicnto pre,uponc que yo _,e cuáles son lo" cri-
terios O norm¡¡.' de conocimiento en. mc apre,uro a añadir, nue,tra cultu-
ra y sociedad contemporánea~» (p. 27).
Gergen (1988) diferencia un concepto del conocimiento como con~­
lruceión social frente a la concep~ión del mi"mo como repre~entación
mental. P,ta úllima, que es la má~ habitual en la psicologi¡¡ ~ognitiva, ya
sea social o no. "mantiene que el conocimiento es la po,esión de indivi-
duos aislados (ha~ta que se comparte), y se fundamenta en algún tipo de
dualismo mente-matena (un mnocedor y un objeto de conocimiento)"
(p. 31). La postura construecionista, que Gergen mantiene, parte de la
consideración de la, expresiones lingüi,tieas, que en el otro modelo ,e
consideran expre,ión de pensamiento, como di"curso público y, por tan-
to, como un acontecimiento ,ocial El con~lrueclOnismo que detiende
Gergen hace equivalente toda manife"taeión discursiv¡¡ con una conven-
ción lingüística. con lo que resulta radicalmente relativista en "u posi-
cIón. A,i, por ejemplo, afirma qlle «las propo,iciones acerc¡¡ del mundo
(incluyendo a las per,ona) no son (yen principio no pueden ser) cons-
truidas inductivamente a partir de I¡¡ observación_ Má, bien, tales propo-
siCIOnes repre,entan en gran medida convenciones históricamente con-
tingente, de intchgibilidad» (p. 35).
Una opinión ,imilar cs la mantenida por tlruner (1991), para quien
se ha producido un cambio de én[a~is en la psicDlogía cognitiva desde el
interé, primero por lo, procesos de con,trucción del "ignifieado a los
m;i., recientes intere,e~ por el proce,amiento de la información. Este
eamblO es negativo en opinión del autor, ya 'Iu", «1a inlonnaóón ~s indi-
!creme con re~pccto al ~ignificado" (p. 21). Considera Bruner que ha ha-
bido una auténtica "revolllción cognitiva», cuyo objetivo cra "recuperar
la "mente" en la, ücnclas humana, después de Un prolongado y frío in-
vierno de ohjetivismo» (p_ 19). Esa revolución no la sitúa en lo~ años se-
lenta, como quienes la identifican con lo, modelos de procesamiento de
la información. ,ino en los cincuenta, cuando intentaron «lllstaurar el ,ig-
nifieado como el concepto fundamcntal de la psicología .. (p_ 20). Bruner
considera que una psicología cognitiva de este tipo, a la que caracteri7a
como psicologia cultural, "no se puede preocupar de la «conducta .. sino
de la "acción». quc es su equivalentc intencional; v, más concretamente,
se preocupa de la a(r'ión liluada (situada en un escenario cultural y en lo~
e~tado~ llllencionales mutuamente interaetuante~ de los participantes)"
(p. 34). Para ,uperar el relati~i,mo cultural, de modo que se puedan con-
cebir cierto~ uJllversale~ humanos, recurre a una explicación causal, en la
que "las verdadera' callsas de la acción humana ~on la cultura y la hú,-
queda de significado dentro de la cultura. (p_ 35). Adopta Bruner (1991)

157
una postura con,truclivi,ta 'lue vincula explícitamente almterpretallvls-
mo. "La tesis básIca del constructivismo -dice Rruner (1991)- es sim-
plemente 'lue el conocimiento es "correcto" o "mcorrecto" dependiendo
dc la perspectiva que hay¡¡mo> decidido tomar j .. '; lesl una huida del
"significado autoritano~"(p. 39). Su pmición la a8imila explícitamente al
concepto de pragmatismo quc Rorty analúa, "Según él. el pragmati8mo
-y el punto de vi.,la 'lue he presentado cac dentro dc esta categoria- no
cs "más quc antiesencmli,mo aplicado a nocione; como '·verdad'·. "cono-
cimiento". ~lenguaje'". "morahdad~ y otro, ohjet,,-, "emej,lOte" de la teori-
Lación filosófica» (ihid.). El constructivlsmo cs para Bruner -al igual que
cra el interaccioni~mo para G. H. Mead- «una expresión profunda de la
cultura democrática» (pp. 43·4).
La psicologia popular. 'lue es para Bruncr el obieto de estudio de la
pSIcología cultural (podriam,,-, legítimamente llamarla, igualmcnte. psi-
cología :,ocial). se caraetcriza por Ser "de naturale7a narrativa en lugar de
lúgica o categórica" (p. 55). La narratividad permite ~tender ~ lo, proce-
sos de eon;trueeiún de los "ignificados cOmO objeto de la pSlcologia culo
tural; construcción que es de ,entido normativo y canónico.
Las relacione; sociales se establecen discu,."ivamente por medio de
un lenguaje ment~li'la. E,te lenguaje se caracteriza por un vocahulario
dc actitudcs proposieionale, (d~,eo", creencias. propósitos etc.) y resulta
impre8cindible para comprender ~ prevenir el comportamiento de las
demá, personas.
Este enloque narrativo es central en una linea de Invcsllgaelón que
está tomando notable desarrollo en la actualidad, la denominada psicolo·
gía di,cursiva.
El anáhsls del di~eur.,() se plantea como el estudio de las tormas con·
vencionales de prodUCCIón de sentido (PoUer. Stringer y Wetherell,
19R4), siendo considerado el discurso lingü¡,tico como parte de un pro-
ce>o ~oeial y como una práctica social. Como dicen Wetherell y Potter
(1 \J!l!I), «el discurso ha llegado a ,er con8iderado en si mismo cOmO una
práctica .w("i(1~ con sus propias notas características y eon;ecuencias
prácticas, en oposición a la concepclón del mIsmo cOmO transmisor neu-
trah (p. 16~, subr. original). El cue8tionamielllo de la pasiva neutralidad
del tenguaje como vehículo tran,misor de contenido; mentales o cogniti-
vo, tiene, lógicamente. cOnsecuenCIas sobre alguno, de lo, planteamien-
tos teóricos y metouolúgico8 de la psieosociología cogmtiva, donde la ex-
presión verbal de los sUleto, aCerca de 'u; propias actitudes y crecncias
~,con8ídenlda como no problemática. Tratar el di,cur,o como una prác-
tica ~oeial ~upone reconocer su naturaleza constructIVa.
El pensanuento no Milo es analínhle como discurso SinO también
como discusión. es deCIr como dehate. La idea del debate argumentativo

158
como prototipo del pensamiento humano es una idea muy sugerente}
que implica un punto de vi8ta e,trictamente interpersonal y ,oeial. puesto
que la argumentaciún "ílo cobra ,entido en la interacción social. La psi-
cología ,ocial, y ole modo espeCIal la psicologia social cognitiva, es '>0'-
eepublc de scr tralada desde un punto de vista relÓrico. El supue,to qlle
subyace a esta consideración retórica del pensamiento cs el mIsmo que
vengo planteanolo: la ,uperaeión del concepto dualista sujet%bjeto ole
conocimiento. así como una nueva cualidad del pen8amiento que la retó-
rica. ya desde sus primera:. formulaciones por los filósofos griegos y hcle-
nistas. pU80 de manifie,to: el pcnsanucnto lógico no es necesariamente el
prototipo del pensamiento racional. Gran parte de los problemas prácti-
cos que ocupan y preocupan a lo, humano, y ,obre lo, cuales piensan y
debaten no ,on resoluhle, mediante procesos de demostración lógica y
matemática, 'lue permita llegar a una solución del problema. La mayor
parte de los problemas a los que nos enfrentamos son controvertidos, es
decir. existen ramne, para fundamentar racionalmente posiciones dife-
rentes y la aceptación de una de las posiciones no es fruto de un esclare-
cimiento racional hmdado en la refutación ole las po,iciones contrarias.
sino quc es el resultado de una argumentación, e, oleeir de un trabajO re-
tórico, de pre,entación ole lo que se considera que son la mejores -que
no la, únieas- razoncs.
Esta es una cuestión 'lue ya plantearon algunos fllósofos clásicos,
pero 'lue na vuelto a cohrar actualidad eon los dcsarrollos de la nueva re-
túrica ole la c,cuela de Bruselas. así como, en general, con t"ola la di,eu-
slón en torno a la racionalid,ld 'lue caraclni.m la polémica sobre la crisis
de la modernidad y muy en e,pecial con la aportacIón dc Jürgen Haber-
mas y 'u idea ole! pen,amiento poslmetafísico. este tipo de pensamiento
ha dado trulo en campos muy diversos, entre "tro" por ejemplo. en cl de
la ¡¡[osofía del derecho, en el que reslllta de sumo intcrés para los psico-
sociólogo, la ohra del finlandés Aulis Aarnio, una de cuyas obra.~ lleva
un tÍllllo hien expresivo para lo que aquí eSloy planteando: "Lo racional
como razonable."
La retórica es una filosofía sin mctatisica, especialmente ajena a la
metafi,ica earte,iana marcada por la bÚ:''lueda de idea, elara., y distin-
tas que fundamcnten una epistemología lógica e incontrovertible (no
en vano et prototipo ole pen,amiento lógico. claro y distinto será e!
pen,amiento geométrico). La nueva -o vieja, según .,e mire- filosofía
,e fllndamenta en una superación de la "angu,tia de la certidumbre,).
Esta superación de la angllstia de la certidumbre no sólo afecta al pen-
samiento filo,Mico y científiCO social, sino también, lógicamente, al
moole1o de ser humano con el que .'e trahaja. En este sentido, un enfo-
que retórico en psicología social implica un cambio de modelo del ac-

159
tor social y, por tanto. de la epi~temologi¡¡ pertinente pam 'u conoci-
miento.
Desde un punto de vi,ta retórico el lenguaje e' central en la constitu-
ción del debate argumentativo y de la razón: ahora bien, e,te lenguaje tie-
ne una consideración similar a la que he venido planteando como propia
de la p8ico,ociologia interpersonal, es considerado como una actividad
constructiva. Ello ,uponc la apertura a lo múltiple (frente a 1" unívoco) y,
por tanto, a lo no constriñente, a lo no forzado, La retórica no obliga sino
que inclina, puesto que el pensamiento retórico se opone a la necesidad
de la evidencia,
La cuestión me parece interesante pue, al trasladar al sujeto ordina-
rio la angu,tia de la certidumbre que caractenza al cienlÍtico social, e'pe-
cialmentc cuando considel'3 que 'u trabajo e'tú regido por 1", supuestos
de la epistemología racionali~ta y positivi,ta, trabaja con un modelo al
que con,truye ideológicamente, el modelo, por ejemplo, del homhre or-
dinario como científico (frcnte «1 modelo de Heider dcl cientifico InSPI-
rado cn el s«ber cotidiano). E,te sujeto humano. cIentífico incompleto, e'
una construcción ideológica del propio cIentífico, quien supone. por
ejemplo. que es un sujeto que aborreL'L' -o dehería aborrecer..,i no es un
sujeto anómalo- la inconsistencia cognitiv¡¡, Dcsde un punto de vista re-
tórico, el ser humano no e~ un organismo motivado a la evitación de la
incongruencia sino má~ bien IIn .,ujeto reflexivo -en el sentido interac-
cionista- susceptible de argumentar sus propias creencia, y, en su caso,
susceptible de modificarla\. Este modelo es perfectamente coherente con
una consideración de las múltiple, lógIcas y e'quemas soc;ocogn;tivo,
~on los que el pensamiento cotidiano puede fundamentarse: algunas de
estas lógica,; explicativas. como la lógica de la circularidad causal. propia
del pensamiento fanático y dogmático. se caracterizan precisamente por
~u hlindaje ante cualquier intento de persua,iún, Los e8tudi", empíricos
de Windi~ch (ln2. 1985) me parecen, en este sentido. un lllteresame
de,arrollo de esta idea de la multiplicidad de lógica~ (o de sistem¡¡, argu-
mentativos, para ser más exacto,) que pueden caracterizar el pensamIen-
to humano ~isto desde uml perspectiva p,ieosoclal imerpersonal.
La legitimación de un pensamient() entendido al modo retórico y no
necesariamente lógico implica. entrc otras co,a" una descripción o pro-
puesta de entendimiento de la vida social, o de una de la, faceta, de ésta,
de 1« que ~e ocupa la psicología social cognitiva, como intrínsecamente
plural. A dIferencia de un enfoque lógico y unívoco, el enfoque retórico
pone de manifie~to el carácter plural. bá,icamente dual. pro y contra. de
toda manifestacIón de pen~amiento. y por tanto 'u inherente carácter
«mbiguo y analógico. Si volvemos a los modelo" intrapersonale' del co-
nocimiento de 1m que antes h¡¡hlaba. la coherencia y la consonancia no

160
hay por qué con,idemrlas una característica esencial del pensamIento
humano, como parecc plantean<e en la teoría de la disonancia (ahor.. e'
comprensible por qué Festinger hablaba no de lógica, sino de psico-Iógi-
ca; e,ta psico-lógica, que antcs caracterizaba como socio-lógica, es justa-
mentc analil<lble como retórica, como proceso social de argumentación)_
ESle paso de la lógica a la retórica podemos entenderlo, igualmente
como consccuencia de la inclusión de lo, procesos de significado en las
explicacione, ~ociocognitivas, pero, ahom nos aparece con más claridad,
CSIC proce,o de significación tiene una cstnlctura abierta, de semiosis ex-
pan,iva, tal como en 'u momento analizaba Umberto Eco y, en la actuali-
dad, resalta Richard RorlV, y no de equivalencia unívoca entre significan-
te y significado.
lina de las pcrsona8 que ha dcsarrollado e,te tiPD de planteamientos
en la p;ieología ,ocial e, Blllig (1987)_ Este autor ha pue8to de manifies-
to el CaráCler intrínsecamente retórico, CS decir argumentativo y contro-
vertido, de los proceso; p,ieo<¡ociológicos bá,¡cos, principalmente los de
tipo cognitivo, tale, como la categori7ación o las actitudes. Para BiIlig el
modelo de nue,tm pensamiento es el debutc público, .'u sustcnto es la ar-
gumentaciún y su arte. la retúrica. Scgún este autor, la psicología cogniti-
va se ha discñado m"s en términos de lógica que dc argumentación. En la
retónca, a diferencia dc la lógica, e, muy importante la crítica y la justifi-
cación. La argumcntación ,e fundamcnta no en silogismos sino en enti-
mem~" los cuale; tienen que vcr con la pmbablhdad. El énfasis cn el
contexto argumentativo del di'>CuTSo implica un concepto retórico del
significado, ,egún el cual el 8ignificado de una pieLa uc discurso no que-
da claro li sc ignora '>u c()ntexto argumentativo. Supone, a8imi,mo, con-
cebir que los argumentos contrario; ~"n rawnables.
I::n conc\u,ión. lo que he pretendldo poner de manifIesto es la legiti-
midad} oponunidad de una psicología ~ocial cogniuva que 8e constituya
como clcncia soci~1 y no como ,aber naturalista O naturalizante. Este giro
socIal lo he pl~ntcado en el de'pla¿amicn!O desde un modelo intnlpen<o,
nal del mnoeimiento -ohviamentc legítimo y ~pmpiado para otros sabe-
r~.' cognillvos- h¡¡cia un modelo interpnsonal. en el que los procesos
cognitivos ;~ ~bordan Cn su facd¡¡ relacional, como actividad social. E~ta
aClivíd¡¡d ,ocial e,. en re¡¡lidad, interacción símhólíca. cs decir actividad
cargada dc sentido, en la que e,le sentido ,e constituye como proceso so-
cial y reflexivo. Una determinada psicología social ha ido poniendo de
manifieSIO el papel central que el lenguaje cumple en este proceso de
con,tTllCCIÓn interpersonal del significado. En este proceso ha seguido,
en gran medida. los pasos del pensamicnto filosófico y social más con-
temporáneo, pcro también, como he indicado en dIversos momentos,
por la rccuperación de algunos de nue8tnlS clásicos. El trán,ito funda-

161
mental de tipo teóriCo lo ha constituido. a mi entender. el paso de la Con-
cepción del lenguaje como portador -más O mCnos [iej- de contenidos.
del lenguaje como portador de representaciones mentale, al lenguaje
como actividad. El discur,o cognitivo interesa a este tipo de pSleologia
social como un discurso necesario para establecer relaciones sociales, así
como para negociarlas y modificarlas. Este tipo de enfoque permite, a mi
entender. ,ituar los proce~(}, de conocimIento en una práctica social de
producción del orden social. entendiéndolos como construcciones SOCla-
le, e históricas y no como procesos de una naturaleza asocial: suscepti_
bles por tanto de análisi, como procesos morale" e, decir como proce-
sos susceptibles de evaluación y legitimación. él éntasis no 'e pone ya en
la identidad y uni\'er~alidad sino en el cambio y en la dIversidad. Lo que
interesa a este tipo de psicologia social. cntcndid~ como clcncia social,
nO cs tamo ,i lo que decimos que pen,amos reprcsenta adecuadamentc
algo interno. 10 que ,upuestamentc pcmmmo" ,ino qué tipo de acciones
sc justifican con csc tipo de di,curso. qué situaeione.' quedan le¡:dtimada,
o descalificada" qué requisitos debe tener una propue,ta ,obre la rcal!-
dad que sea aceptable y, en definitiva, qué cambio resulta po,ible y a
quién le resulta posible. La psicología social cognitiva se hace así ,"scep-
tible a un anál;,;;, en términos de poder y de crítica. interesada [lO tanto
en conocer lo que siempre fue, sino en averiguar cómo hacer para que las
co~a, sean de otra manera.

162
Capítulo 5
CONSIDERACIONES SOBRE EL METODO

La definición del punto de vista y objeto de una ciencia está estrecha-


mente vinculada a la delimitación dd tipo de eonoclmicnto que se consi-
dera posible y al modo o método para lograr dicho objetivo. En mi opi-
ni(¡n. coe>.i,ten en la psicología social actual div~r"" paradigmas así
como di1crentes familias de leoria8, vinculada, a di1crentes prelensiones
de cDrlOnmienlo. E"ta pluralidad de objetivos se traduce en una plurali-
dad de método.,.
En su sentido originario. etimológico, el concepto de método (quc
ticne su raíl. en el vocablo gri~go odó,: camino) haec referencia al modo
de llegar a un fin, a la~ "reglas ciertas y fáciles, -lo contrario de azaro-
,a,- para llegar, como dccía Descarte8 (19R3/1629), a un "verdadero
conocimIento de todo lo que ,ea capaz de conocer,. (p. 157).
Si ,e analinn 1,,, manua!c, clásicos de pSIcología social se observará
que, por lo general. ldellutican método con ttcnica, de obtención de
datos y. en algunos casos, re,tringen é,ta~ a la expenmentación '. En la
situación adual. ;in embargo, creo quc no es aventurado decir que se ha
roto el mono!iti,mo epistemológico y metodológico que en décadas pa-
sadas caracterizó a la disciplina. La pluralidad metódica y la fundamenta-
ción metateórica e, una caracteri,lÍea de algunos de los más recientes
trabajo, españole, (Páez, Valencia, Morale:. y Ursua, 1992; Clemente,
1992). Esta ruptura creo que se ha dado en do~ frentes principales: en la
definición de los objetivo, del quehacer cielllífico y metodológico y en la

, Ion 01 'rab")o de limén", AunU". 'a"geoJ",. Ha""o)" Paul( '~92) se pooe ",,, ""0'0 dara·
m"". de ",,,ü)¡o"o. 1\\<00' de 1, m",d de lo> '""<,, ~ue _n.I"",, d.n u" t,,<aJll;.,lto ,ndep,odLeo.
" .. h "p""" me",J"h,~",,, <""a"do lo t1aceo. "la t1ctcrogeneid .. d y dl>p,,;<!,,1 <lo "''"'"00,10»
de térmioo' ",II""lm roe h d,,,,",,,, aU'o,,," (p. 32)" lO" no'or;a que ha ,mpedido Ilev", .. ,.,.
1)<, un U,<aJll;eo," ,;"cm,"co del ,,,,,,

163
definición del propio objeto del conocimiento. Estc último ya ha siolo
analizadu, aunque somerdmcnte, cn los apartados anteriore'; al primero
me dedicaré en lo que sigue.
El estudio de la interacción social, ohjeto traolicional de la psicologia
'ociaL cobra sentido, desde el punto de vi~ta psico.,ociológico aqllÍ man-
tenido, en virtud ole una determinada concepción teórica de la acción hu-
mana, aquella qne permite comprender el carácter socialmente construi-
do y simbólico de la sllbjetividad. E,ta caractel'izacitÍn de la acción como
Un proccso social lleva consigo una cierta ontología, una CIerta tcoria im·
plícita sobre qué e, lo que constituyen 108 aspectos esenciales ole! proce-
S" que se pretende c,tudiar y, por ¡Unto, los métodos panl saberlu. Tal
como señala Hahermas (19l!7), «los conecptos bá;ico, de la acción so-
cial y la metudologia de la comprensiún dc las acciones socia1c~ ,on
asuntm¡ intcrdependientes. Los distintos modelos de acciún presuponen
cada uno de ello, distintas rclaciones del actor eOn el mundo; y cstas re-
laciones COn el mundo no solamente sOn determinantes dc 10' aspectos
de la racionalidad de la acciún. sino tamhién de la racionalidad de la in-
terpretación de e'as acciones por un intérprete (por ejemplo, un ;ociólo-
go)"(p.147).
Si como dice Fcrrater Mora (1976), en un ,enlÍdo similar a la allle-
rior afirmación ole Hahermas, «el tipo de rcalidad que se a,pira a ConOeCr
determtna el método ~ ,eguin> (p. 2~ 1), podemos comprender que la re-
flexión sobre el ohjeto de la psicología .,ocial. llevada a cabo en ciertos
.'ectore' de la di~clplina, haya propiciado una actitud metodológica plu-
ral.

EL CONOCIMIENTO POSIBI.E.
EXPLICACIONES PE LA ACClON SOCIAL

I:.n una obra ya clásica. pero que ,igue siendo de notahle actualidad,
Peters (1958) plantea 10., diferentes tipos po,ihles de exp]¡cación que se
pueden dar sohre la conducta humana: a) las explicaciones quc remiten a
"'us m,wnes •.. b) las explicaciones en término, dc "las raZones». [) las cx-
plicaciones causales y <1) las explicaciones hasada' en estados finales.
Como tipologia me parece hastante acertada y puedc constituir el punto
de partida de nuestra reflexión. Mc intere,a destacar, en linea Con lo an-
teriormente apuntado, cómo cada tipo de explicación conlk\'a una ,enc
de presupuestos ,obre la actividad humana y sobre el tipo de conoci-
miento que se considera posible sohre ella.
El primer tipo dc exphcación. la explicación por ',ll, razones", es
una exp]¡cación intencional y ,e logra, según Peters, deserihiendo la ae-

104
ciún por mcdio de la indIcación de un fin o intención ql1e se supone el
actor llene. E8te tipo de explicación. que es el má, habitual en la vida co-
tidiana. implica ciertos pre<;upuestos, entre los quc destaca la idea de que
el 8er humano actúa de forma racional, en el sentido in~trumcntal, es de-
~ir, que sucle actuar dc modo adecuado y eficaz con arrcglo al fin que
prctcllde. Ahora bien. esta explicación por ",us fincs» no solo imphca
norma,> de eficicncia y consistencia, sino también norma~ o estándares
de adecuación social Con esto, lo que Petcrs plantea e<; que nuestra8 ex-
plicaCIOnes intencionales no se limitan a señalar los objetivos de la ac-
ción, sino que indican igualmente "el tipo de reglas que un hombrc debe
seguir para perseguirl",,, (p. 5), Cuando atribuimos a una persona rasgo8
tale, como honestidad, puntualidad, groseria, c<lnsideración y demás
-señala Peter8. en un sentido similar a los recientes desarrollo; socioló-
gicos de la teoría de la alribución- no estamos expbcando, en realidad,
108 ohjetivos que la persona persigue sino más bien el grado de adecua-
ción en el 8eguimiento de la8 reglas sociales pertinentes para la ohtención
del fin que ,e pretenda_ Así, por cjemplo, cuando consideramos quc al-
guien e, "corrupto" e.,tamos dando una explicación de ",us razones», que
puede quc sean adecuadas instrumentalmente para ,u propio enriqueci-
mlcnto. pero que consideramn, inadecuadas en el seguimiento de las re-
glas pertinentes al ejercicio dc la función pública en una 80ciedad demo-
crática. El concepto dc ser humano qne suhy¡¡ce, en este tipu de
cxplicación, e' el dc (,animal seguidor de regla,,,, La predicción y adecna-
ción interpersonal del comportamiento. en una Iglesia, un restaurante o
una partida de ajedre¿, por ejemplu, no rcquiere ningún conocimientu de
la, causas del comportamiento ajeno, sino de las reglas pertinente" Lo
que po;teriormcnte Schank y Abclson (1 9R7) plantearon como esque-
mas y guioncs cognitivo" Pcters lo entiendc como norma, rcgulativas, en
el ,cntido que le da Searle a e,>te término. Según esto. das peticione, dc
cxpltcación ,on habitualmente renejo de nue,tra ignorancia acerca de la
regl,1 particular o finalidad que es relevante para la conducta en cuestión,.
(Peters. 1958. p. 7)_
La preeminencia de la regulaCIón social de! comportamiento le lleva
a decir que "la antropologia o soctologia dehen ser las ciencias básicas de
la a~ción humaml, ya quc ponen de maniflcsto el marCO sistemático de
normas y fines quc ~on nece,arias para cla8ificar las acciones como pcr-
tcnecientes a un tipo determinado. Amba~ -como la economía clásica-
pre,uponen cl modelo propositivo, de ,eguimiemo de reglas; en e;te ,en·
tido son muy diferentes de la' ciencias que implican un modelo mccáni-
ca de explicación" (¡bid)_
Un ~egundo tipo posible de explicación de la actividad hnmana es la
explicaCIón por "la, razones" del actor; "mientra~ decir que él tiene una

165
razón para hacer algo es má, o menos desechar una explicación causal,
dar la razón por la que hizo algo es, a veces, ,ubsumirla bajo una propo·
,ición de tipo ley de una dase causal" (op. cit., p. 9)_ La; eXplieaclOne,
causales -el tercer tipo dc explicaciones de las que habla Peters- son
una clase de explicación sobre "la" ruón' y, por ello. las con_,iderare·
mos conjuntamente, La explicación causal ~e ,u",;ta cuando se produce
una de.wiaciÓn respecto al modelo proposiuvo c Intencional, cuando la
explicación por "su, .. razones resulta in,uficiente. Puedc. por ejemplo.
'-Iue no nos convenza la explicación del comportamiento de una per"l!la
que maltrata a sus hijos ni por "SU," ra700es "pedagógicas» ( .. lo hago por
;u bien,,)!l1 por 'u., inadecuaciones normaliva, (es un «mal padreH), sino
que consideremos que ,da» razón es un desequilibrio mental. algo que le
IIcva a aCluar a>í. Entre las explicaciones intenclOnalcs y cau,ale~ hay, sc·
gún Pelcrs, una incumpatibilidad: "adscribir un ubjetivo a la acción es Ip·
so fu('1O negar que pncda ,er ,'""fiC/enlfmfnte üplicadu ~n términos de cau·
sas" (op_ cit., p. 12).
La explicación causal imphca una linealidad enlt'c cau,a y efecto:
.. dar una explicación causal de un suceso Implica al menos mostrar que.
prcsnmiendo que otras condiciones permanecen sin cambiar. un cambIo
en una vanable e, condición SUflClcnle par... un cambio en la olra_ En la
concepción mecánica de "cau;a" se pide también que haya contigüidad
espacial y temporal entrc lo .. movimientos implicado,,, (ihul). Para Pe-
ters esta e~ una explicación poco adecuada para dar razón de los com-
portamientos inteligenles y cUllvenclOnalc,. E,la es una cucslión imere-
sante ~, a vece,. con implicacione' prácticas importanle,_ l.,. a,unclón,
por parte del científico ;ocial, de un ,i'lema explicativo cau,al puede llc-
var a una disolución -lal ve7, muy bIen intencionada-de la capacidad de
acción y de responsablhdad de lo; actores sociales (pién'ese, por ejem-
plo, en la de~int(}XÍl'ación dc las di~linlas adicciones o la concesión dc la
custodia de los hijos). E,to no supone. a mi entender, negar la p,,,ible
adccuaci"n de algunas explicaciones causales, sino poner de malllfie,lo
'-Iue el método no ,u8tituye a la polílica}, por tanto. que no bay un.a !Ce-
nologia 80cial ncutra. Para Peters, las explicaciones causales son nece,a-
rias cllando se trala de a) plamear las condICIones ne('e\urias para que
ocurra la acci"n, h) explicar algunas diferencias indIviduales en esas con-
diciones necesaria, y e) dar una explicación ,obre las condicione, 51/)1-
eíemes para que se de una mptura en la cjccuci"n (le8iones cerebrales
etc,).
1:,1 ú!timo tipo de explicacióll del comportamiento, ,egún Petees

, PI «',mino "razón. " "'il""oI,, pm PC!m en un 0,1Iuo"" de ",pl""clón )' nO de iu_"if"."ón


FSl. dL"'noLón " muy d,[,,,,I. ,io cmbar~o m,n¡e" .. l, en ,1 "'" co!ldJano

166
(19~R). es el que se remite a estados finales. !ale, como la reducci6n de
una necesidad. E,tos estados finales no son fines u objetivos, en el senti-
do en que se utilizan en la explicación intcncional. sino más bien -asi lo
entiendo yo- funcione,. Las explicaciones de e,te lipo pretenden, según
Peters dar ra7ón de /oda la conducta. tal como ocurre por ejemplo, con el
treudiano principio del placer o con klS modelos conductistas de reduc-
ciún del impulso. l->;te tipo de explicación tiene, ,egúo Pcters, un" utili-
dad restringid"" ""lgunas cuestiones rel"ciooadas con el cuerpo, como la
reducción de necesidad" (01'. <"ir.. p. 23), dado que. par" explicar la mayor
p"rte de los comport"miento, resultan «principi", que lo incluyen tudo»
("1). di.. p. 2(».
Los tipo, de explicación del comportamiento que ,eñala Peters
(19~R) ,,,n muy Slmibres 3 los que indican Páez. Valencia. Morale, y
U,..,ua (1992) para b p,icología social, "unque el énfasis es diferenle.
Para esto' autores eXIsten tres tipo, há,icos de explicaciún: causal, fun-
cional y teleológico. I.a p,,,iciún que denominan heredada Se caracteri-
zaría por un modelo causal "tuertemente impregnado por el empiri,mo y
el po,itivismo j¡;gico. [y que] es el 'lue ha predomlllado tanto en la psico-
logí" en general como en 1" psicología >ocial" (p. 38).
A mi entender. podemo<; agrupar los di~tinto, entoques metodológi-
cos en p,iC(llngía ,ocial cn dos mndo, principales, el modelo de explica-
ción cau,al. que es el modelo domínante. y un segundo modelo. al 'lue
podemos denomin<tr intencional. y 'lue ti~ne también una importancia
considerable en la constitución de la, pretenslOnes de conocimiento
científico en la psicología ,ociaL Esto, dos modelos de exp]¡cación son,
en la práctica. muy plumle,. pero vienen. en ci~rto modo. a coincidir C()n
los dos paradigma~ O tradiciones científica, a los que hacen referencia
distinto' cientíticos sociale" (Pourtoi~ y Desmet. 1992; Bourdieu. 1991:
Lamo tlc Espll10sa. 1990; llbáiiez, 1983 etc.).

l.A EXPLlCACION CAUSAL


LA POSIC10N EMPIRISTA HEREDADA

Hace algunos año,,_ no más de Vell11e. la mayoría de los textos y ma-


nuales proponÍ¡m al lector. como objetivo de la psicología social cientíti-
ca la explil'ación causal del comportamíemo social. E,te ohjetivo no era.
por lo general. eonsidenldo prohlemático. sino ,implemente un camino
prometedor, en el que si tal vez no se hahían conseguido muchos logros
ello era dehido a la "Juventud .. de la ciencia. Conform~ pa,anlos años es
cada vez más cvident~ la complejidad de tal propuesta y alguna, de la,
implicaciones. tanto teóricas como ideológicas, que conlleva.

167
Como ejemplo de la postura que comento podríamos considerar el
mam".1 de Tedcsehi} Lindskold (1976). Dado que es uno de los poco,
textos clá,ico" en los que Se ah"nlan con delenimiento los fundamentos
epi~temológieos } metodológico, de la psicología social seguiré 'u pr,,-
pia explicación. Para e,t,,~ autores la ConSeCUCIÓn de un conocimienlo
que sea aceptable como cientifico es una cue,tiún de tormalizaóón pro-
~edimental, de riguroso segUlmienlo de normas y procedimIento, "dicta-
dos por la lógica de la i~vestigaclón científica" (p. 39). La investigaciún
científica no e" por tanto, problemática, el ,implemente lógic¡¡ y. como
lal, no admite pen'ar en una pluralidad (dc paradigma; o de programas
dc investigación. por ejemplo) sino. a lo más. en grado, mayores o meno-
res de acercamiento a esa lógica. El ciclo de desarrollo de la l"gica cicn-
tífica es el SIguiente:

METODOS DE PSICOLOGIA SOCIAL

~., .. ,< . . . _p,OC"~U


deduct,vO·· /

."P"",cclones'"
, Hlpó'o'" l. susceptlbles.1
'. de p,ueb,/'
,
\"
,
". _.'
/ "" /

I,
P'oceso '., P,oce,o
;"Juotovo \ \ ;' de VO"IIC o c;6n

~;'O"";-j'
<exp"r.men1al
,"'
exper;mon,al)

El ciclo dd método científico comienza y lermina en la ohervación


y liene como prelensión de conocimiento la obtención de una explica-
ción cau.'al. Remitiéndose explícitamenle a Nagel, considenm los aUlore,
que "una explicación causal puede ser establecida cuando ,e satisfacen
cuatro condIciones: (1) La relación e, invanable: cuando la cau,a e,tiÍ
prcsente, el efecto siempre ocurre; (2) los dos succsos SOn e~pacialmcnle
contiguos: no puede haber a~ción a distancia; (3) la causa debe precedcr
al efecto y los dos sucesos deben ,er temporalmente contiguos: 1m suce-

168
;0, deben ocurrir secuencialmente y deben ser próximos el uno al otm
en el tiempo: y (4) la relación no es reversible: si la causa X caUl,a Y, en-
lunces Y no puede caUl,ar X" (p. 41). Tedesehi y Lind,kold (1 <)76) con-
sideran que e,lo,> requiSItos se dan rara vez en p;icologia soelal, donde lo
que tenemo,>. en lugar de relaciones eausalel>. ~on relaciones funcionales,
que "'" re_~ularidade'> (}b~ervadas entre dos variables. Esta diferencia-
ción e;, sin embargo. dibeil de entender. dada su fundamentación en un
concepto empiri,ta de tipu humeano, donde la causa se entiende como
conjunción constante entre dos fcnómeno~ '. Para los autores una rela-
ción funcional e" con,>iderada ley experimental cuando "ha sido demos-
trada mucha'> vece;, preferiblemente por mucho,> investigadores diferen-
tes» (p_ 42). Este proceso de indUCCIón empirica se complet" con otro
pmce,>o de deducción nomológica ,egún el cual, la tarea cientítiea se
mienta hacia la construcción de teorías "que organicen sistemáticamente
un grupo de leycs experimentale,>. ena teoría ,irve para un fin explicati-
vo- Pm explicaClón,e entiende que de lo~ conceptos y relacione.~ básicos
."pecihcado; por 1" teoría. se pueden deducir la' leye, e~perimentales"
(ibid). t---J cid" del método científico se completa con «una articulación
entre ¡,,, conceptos teóricos y las medidas llevadas a cabo para probar
las predicciones. L" metlielón que se realiza cs considerada como deJini-
,iólI operl1cümu{ del concepto teórico» (p. 43). El problema de la compk-
Jidad de ,>igniflcado de un concepto es re,uelw. según esto, mediante ;u
traducción operacional. recurriendo a «mú.ltiples operacione, qlle pue-
dan medir parte, del significado» (ibid.). La pue~ta "prueba de la exis-
tencia de relaelOnes funcionale, ellue suce,,", postuladas en hipótesis
deri~atla<, deductivamente de la teoría, ~e realiza mediante la experimen-
¡aci,'m. El conjunlo ,e caracteriza corno un proceso I;n~al de adquisición
dc conocimiento, que los aUlme, expresall con el gráfico de la página ,i-
guiente.
La concepción POSilivista de 1" ciencia que mantiellen Tedeschi y
Lindskold (1976) vienc a coincidir con lo que Páe¿, Valencia, Mor"le' y
lIrsUil (1992) denominan la "posición her~dada" Cll psicologi" ~ocial y
que enuenden corno «una subsunción de un hccho en una ley general: si
la teoría el> correcta. entonces A~B. en eOlldicion~,> dadas (D y 1:::). Lue-
go, si ocurre A~ entonce~ debe ocurrir Bi" (p. 38) Estos mismo,> autores
con,>ideran, desde un punto de vista reali,ta que recogen de Bhaskar, que
"la VISIón estándar de la CIencia confunde el mundo, pues éste es radical-
mente "hierto. Los sistem", cerrados raram~nte ocurren. y solamente en
, Pard 11,,,,,,. una ,dca " ",nc"I"" .. celea del mu",l" exLeoLur '010 re'ul'A "I"'Le",,,,,,,,,noc
acoptahlc" '" demd de algun, ImpT""'" de h "Iludo, (d, ,~ui ~ue el empLfi,mo hume""" ,eo
""",del .,do corn" un ,d,"I"mu lenomen,H",,)_ 1 " u,üe, exrlLcac;{,n CA"-,al qu, re,ul". 'egún di"
,,"prAhl, e, Id que ,e lun(l,men" '" la expemnci, (1, '''''1"'''';00 com"n"_

169
el ámbito limitado del laboratorio. Esta vi,iún estándar de la ciencia Con-
tunde la> regularidade8 observahle:. con la, entidades ahSlnlcht; dc la
ciencia. (p. 43). !:,sta cs, ,in duda, una de las principale8 dificulLade8 con
la~ que sc cncuentra el modelo positivisla de ciencia Mlcial. El énfa,i.' en
lo, hechos como fundamClllO de la argumentación eienLífica, aunque
aparentemente cs un .Ieguro punlo de partida, Se ~onvierlC, sin embargo,

Teo,,",

e,"
d. I"Y.>

Le"", expeClrnentale,

!
Ved1icac;ones //
«petioa.

,
Hlpot.".

1",., '.'ocion od o, /
//
Hecho,

Definiclone5
operacional."

en un frágil ba,amento. ya lJl1t el illductivi~mo IlO putdt garami¿ar nin-


guna cenen!, com" algunos mi,mo> neopositivi,ms han pue,to de mani"
fiesto (<<Tendríamos que e"perar, por decirlo así, ha,>ta el tin del mundo,
y tendríamos lJue reunir todos los hceho, dados ha,ta ahora. pucsto lJue
éslOS son infmitos lanto en número como Cn ~ariedad", Hempel. I <¡,sO, p_
27). El problema sc pbntea, sin embargo. cn olro, térmmo~. No:.e trala
de :.abcr si ,t puedcn verificar teoría., en término, inductivos, ~ino sim-
plemente si tiene sentido hablar de vcri-ficación (hacer verdad) O si Con-
vicne abandonar un racionalismo ab8ú[uto que tenga tale~ pretenSIOneS
de fundamentación. Como gráficamente dice Lcnk (1988): "Lo~ raciona-
listas absolulOS confiaban en que las ciencias, tirándose de sus propio,
cabello" podían salir del pantano y establecerse en sucio firme» (p. 23).
Lo que se ha producido, de:.dc hace ya tiempo, e, un desplazamiento en

170
el ra~ionalismo proplO de la epIstemología Clcntífica. que ha pa.,ado des-
de un racionalismo de fundamentación o justificación, en el quc tiene
selllid" hablar de verificación de hipótesi8, a un racionalismo crítico se-
gún d cual las teoría, dejan de considerarse fundamentadas en la confir-
mación y sí en MI lalsación O refutabilidad, Con Popper el énfasis se des-
plaza de los hechos a la, tcoria.', que ya no ,,,n entendida, al modo en
que Tedeschi y Lind,kold (1976) lo hacen, como explicaciones de un
haz de leyes experimentales, confirmadas por los hechos, 8ino como
cOnstnleciones hbrcs dd espíritu humano, tal como decía Einstelll, que
SOl1 sometidas a un proceso de selección mediante la exclusión de la,
hípóte~i~ que se demuestran falsas, Las korías son, según esto, y por usar
el ,ímil que utilila Popper. redes con las que prelendemos apresar el
mUndo.
1-:1 nueVO paso que se ha dado en la reflexión epi.,temológÍca eslri-
ba_ juslamente, en considerar hasta qué punto el mundo y la8 redes con
Ia~ que lo atrapamos 80n independientes, No me extenderé aquí sobre
ello; sólo quisiera senalar que, en mi opinión, uno de lo~ avances más
interesantcs se ha producido con la historización de lo quc Tede,chi y
Lindskold (1976) trataban como una "lógica •. (de la investigación cien-
lÍtica). De hecho, ya se había introducido la historia al dislinguir entre
contexlo de descuhrimiento y contexto de verificación, Lo que Kuhn
plantea es que los mismos ,i,temas de vcrificación son instituciones so-
ciales hi8tórieas, a las que califica como paradigmas, Indepcndiente-
mente de lo aceptahlc de alguna, de su, propuestas (la de la inconmen-
surahilidad de paradIgmas, por ejempl", que el pr"pio autor corregiría
en edIciones posteriores dc su ohra Teoría de las revolu.ciones clentifi-
cas), lo que me mtere,a resaltar eS que, de,de hace tiempo, en el campo
de la filosotía y la sociologi" de la ciencia, se eon8idera legítima una si-
tuación de pluralidad p"radigmática, a,í como la inaeeptabilidad de un
argumento "lógico"_ e., decir, incontrovertible, para fundamentar una
determinada epistemología frente a otras. Hoy en día. y desde hace ya
ano~, sc habl" más bien de familias de leo rías, de programas de investi-
gación (Lablo,), de pragmatismo metodológico etc, En el caso de las
ciencias ';oclales y. en concreto, de la p~icología 8ocial, este cambio
creo que es liberador, entre otras rawnes porque nOS permite trabajar
,in esa especie de complejo de e,tar haciendo ciencia de menOr cuantia
que aparece. por ejemplo, en el texto de Tedeschi y Lindskold que he
utili.wdo como prototipo; ni la explicación cientifica se identifica ya en
exclusiva con la explicación causal, ni ésta se entiende necesariamenle
al modo hl1meano_
A contllluadón haré refercncia a una línea de pensamiento, muy in-
tere,ante, que ha tenido un notable ecO en psicología social y en la que ,e

171
plantea la cxplic¡¡ción cau_,al de un modo difercnte al que aqui be carac-
terizado como propio de la po,ición bercdada en la psicologia social.

El pode. cauSlll y la explicación naturalista

El concepto de poder causal ba sido plantcado, entre otros, por Ryle


(1949), y desarrollado sistemáticamente por Harré y Madden (1975).
Gilbert Ryle, en una obrll que ba tenido una innuencia muy notable en la
po~terior psicología. sc plantea la superación del mito cartesiano que, en
su opinión, está Impidiendo una adecuada comprensión de la psicología
bumana, Según este mito, el ser bumano vive a través de do.\ bi~torias co-
laterdle~, la de su cuerpo y la de su mente; el cucrpo está en el e.'paclO y
está sujeto a las leye,> mecánica, que, se supone. goblernan todo~ 1", de-
más cucrpo, e~paciale" ,iendo como tales observables por los observa-
dores externos; la mente, ~in embargo, no está en el e'>pacio y ~ólo es ase-
quible al propio sujeto: el cuerpo es externo, la mente interna. Según
Ryle, subyace en este mito la pre,unción de que hay dos tipo, diferentes
de existencia, la física y la mental: la primera se da en el e~pacio y el
tiempo. la segunda '>ólo en el tiempo. Esta concepción du¡¡l da lugar a un
absurdo dogma del "fantasma en la máquina" (the ghosl in ¡he machine).
Esta teoría de la dobic vida es debida, según Ryle, a un error categorial.
Cuando Galileo fundó los principios de la nueva ciencia mecánica mo-
derna, De,cllrtes se encontró ante la dificultad de aceplar, como científi-
co consecuente, los nuno' principlO' y dar. a la vez, como bombre mo-
ral y religioso. una explicación de la mente distinta a la quc darían los
materiahsta, mecanici,tu.> 4. Para re801ver la dificultad que se le pre'enta
de dar razón mecánica de lo, proce,os mentales, plantea la ex;"tenc¡a de
otro tipo de leyes, diferente~ a las que rigen en el mundo de lo extenso y
(*,servable, que den cuenta de dichos proceso~ mentales. El error, para
Ryle, consiste no tanto en considerar que existen procesos mentales, sino
en la oposición polar entre mente y materia como si fue~en dos términos
del mismo tipo lógico. El carácter de "existencia" tiene un senudo dife_
rente en cada uno de h» dos ámbitos. Cuando describimo$ a alguien
como ejercitando una cualidad mental no nos estamo, refIriendo a algo
oculto e inasible. ,ino a una explicaclón en térmlOo~ de disposiciones:
"La teoría tradicional de la mcnte ba construido de modo erróneo el tipo
de distinción entre disposición y ejercicio en su mí~tica bifurcación de
causas mentales no observable, y sus clectos fí~icos observablcs" (p. 34).

, Véa.\e lek'""k) (19M) P'~"' una d<t,o;d, <'po"",," "'0'< 1" coo'epCH,nc' ma",;"¡,, .. ,.
lanto mee"";';sta, oon", d,,¡éwc>,. de h p,occ,o' <01"'''''0',

172
Para Ryle, la adscripción de cualidades mentales a las personas no signi-
fic" que ,e les considere portadoras de una realidad oculta, ,ino que más
hien es una fonna de descrihir 10 que ocurre en la conducta pública. E~ta
es susceptihle de diver,as explicaciones. Tal como senala el autor: "pue-
de que no haya diferencias física, o fisiológicas necesarias para describir
a un hombre que farfulla y a otro que habla con sentido, aunque [as dife-
rencias lógi~as y retórica, son enormes" (p. SO). Toda explicación supo-
ne. lcígicamente. plantear algo má., allá de [o que se observa; lo que ocu-
rre con las explicaciones mentales cs que e_e más allá no se reíiere a algo
que csté detrás o por dehajo. «cs ir más allá en el 'entido de considerar.
en primer lugar, los poderes y propen~iones de la~ que la accíón es ejer-
cício" (p, 50). La explicación en términos de poderes" propensione,
(poWt'fS and propensilws) e_. pues. el tipo de explicación que resulta rele-
vante en la descripción de las actividades menta les.
Para Harré y Secord ([')72), así como Han.': y Madden (1975). la
idea dc poder causal (cau,,,,1 power) es indi'pensable para superar el im-
pilSseal que la tcoria humeana de la causalidad lleva a toda la cxplicación
cientifka. Para estos autores el concepto de poder causal se aplica a todo
tipo de saber cientifico. Según llarré y Maddcn (1975) "no hay duda de
que la concep~ión humeana de causalidad y su de~eendlcnte [íneal. la
teoría de la regulafldad, dehe ser errónea. Aceptar cualquiera de esas
doctrinas es forzar,e a la larga a admitir la irracionalldad de la ciencia y
reconocer la imposibilidad de dar cuenta de la visión del mundo de sen-
tido común" (p. 1). La idea de necesidad cau,aL ajena por completo al
pen_amiento humeano. ,enala que "hay una relación nece,aria entre la
naturaleza de un _er particular y lo, poderes, capacidades y tendencias
que su naturaleLa ayuda a explicar" (op, di" p. 47). En la explicación de
la acdún < ,o!cmos recurrir a explicacione, referidas a agente' exlernos
al aClor, así como a explicaciones que ,e remiten a factores intrínsecos,
tales como 1" propia constituciún. La diflculmd para a~eptar como cienti-
tica' e'le _egundo tipo de explieaclOneS, que son explicaciones de agen-
cia. reside -según lo_ autores- en "una errÓnea epistemologia que confi-
na los dalo, y. por tanto. el contenido de la ciencia a verdades simples
sobre cualidades sensibles que se manifiestan a un observador en condi-
cione, particulares" (op. di.. p. ~4). es decir, a la cmpíri" en senudo hu-
mcano. 1 lam, y Maddcn (1975) con,ideran que la naturaleza a la que ,e
refiere el concepto de poderes causales es una naturaleza entendida no
como e,encia (como en el caso de "la natllralez3 humana»), ~ino como

Lo, •• ulm", ,d",," el "m,,·p'o d, a~enc;a a 10001 l0' "hl''''' en tanto en c"an1" ."", 'o,·
'"I",hlo< de c.mow y no ",lamente a 1, ",""m hu",,,,,,

173
eon~titueión. E~ta nalUraleLa nO es de tipo metafí~ieo. sino 'lue se descu-
bre con la investigaci"n empírica.
El modelo de explicación cau,al mecanici,ta es igualmentc criticado
por Popper (1988). Según e,te autor, y coincidiendo con lo que decían
tanto Ryle como Harré y Madden, la idea dominante de explicación cau-
sal en las ciencias. hasta finales de lo, años veinte, era la idea cartesiana.
según la cual el mundo era un inmenso mecanismo. en el que toda Cau,a
era impuho. y cn el que <<llue!.tras sensaciones de estar actuando, pla·
neando y entendiéndono~ mutuamente. eran ilusonas» (p. 3). Lo ql1e en
un principio sc entendía exclusivamente como impulso mecánico fue, a
partir de principios de ,iglo, entendido igualmente como impulso eléctn-
co. La clave de esta explicación causal, bien mecánica o eléctrica, em que
"sc pensaba en un mecani.\mo ideafmeme preci~o" (ibid.). Con Werner
Heisenberg se plante" que hasta el mínimo proceso de observación po·
día hacer Impreciso cste mecanismo, de modo 'lue aun la teoría fí,ica te·
nía que trabajar con probabilidades. Mientras que para Heisenberg ()
Einstein la probabilidad era resultado de la falta de eonocuniento. conse-
cuencia de un estado mental, una cuestión subjetiva por tanto, para Pop-
pcr. sin embargo. la probabilid¡¡d cra una cuesllón teónca ohjetiva. La ~a­
lida que da Popper al problema de la prohabilidad consiste en sustituir el
concepto de posibilidad por el de propensión Mientras 'lue la' posibih-
dade.\ en una teoría de la probllbihdad (por ejemplo. que ,alga un núme-
ro determinado cuando se tir~ un dado) ,on posihilidades iguales. las
propensione, no lo SOn (la probabilidad de ql1e salga un número, con un
dado que está eargddo). Estas posibilidades cargadas o propensionc, son
abordables por medio de la estadística. donde «utilizamos el promedio
estadístico para estimar el peso de las diferentes po,ibilidade,,, (ibld).
Esta e~ una po,ición explícitamente anti-pOSllivista, ya que recurre a pro"
piedades invisible.' y, por tanto, ocultas, 'lue es lo que, tamo el obispo
Berke1cy como Ern,t Macll. rceha7aban de plano en su pretensión de
fundar una ciencia basada en lo observable. posición ésta similar a la 'lue
mantienen WalSOn y Skinner en la pSIcología y que, de un modo directo
o indirecto, ha afectado profundamente a la psicología socIal. Las pro-
pensiones no Mm. manifiesta Popper. características ('lllherentes a un ob-
jeto, sino inherentes a una 'ÍluaciólM, con lo que se distancia de una in-
terpretaei"n metalísica que pudiese identificar propensión con esencia.
Una ciencia que trabaja con propensiones y probabilidades es Una cien-
cia abierta -concepto tan caro a Popper-o "la teoría de las propensiones
nos permite trabajar con una teoría objetiva de la probabllidad. Apane
del hecho de que no conocemos el futuro. éste e~ objetivamentc !1O cierto.
El futuro está abierto: objetivameme abier((N (01'. cit., p. 5).
En el caso de la psicología la superación de un naturalismo esencia-

174
lista no re~ulta nada fácil. Kurt Lewin (1969(1931) intentó i>uperar este
modelo y optó decidIdamente por el concepto galileano de ciencIa. Se-
gún Lewin la psicologia debía superar el enfoque aristotélico, que la ca-
racteri7aha en Sil conjunto, adoptando un enfoque científico moderno, el
que Galileo habia segUIdo para la fisica. El enfoque aristotélico recurre a
explicaciones e,enciali>ta" fluenlras que el galileano se fundamenta en
explicaciones luncionales. La explicación causal aristotélica se caracteri-
za por el recurso a clasificaciones basada~ en esquemas de valor, como
pueden ser. en p~icologia.los conceptos de "normal" y "patológleo,. o las
"ilusiones" o ,.sesgos" perceptivos (lo que implica que hay una percep-
CIón ,,~orrcc\a,,). Las categoría~ o clases en las que se fundamenta esta
clasificacIón definen la esencia (lo que se considera "normal ... por ejem-
plo), considerándose la conducta determInada por csa esencia (quien sea
{,norm"l,. ,e comportará como lo hemos definido). Conceptos tales como
instinto, temperamento. etc. son, para Lewin. conceptos esencialistas (si
ohscr\'am(~" por ejemplo, que las personas tendemos a asociarnos, se
postula -y así se ha hecho en alguna oca,iún- la existencia de un instin-
10 gregarlo en el ,er human". y que. por ,u propia escncia, hace quc la
mayoría de la.<, pcrsona> -las .. normales,,_ tiendan a asociar,e con sus
congénere,). Frente a e~IOS conceplOS aristolélicos Lewin conslderd que
deben desarrollarse concepto, construido, (constructos) que sean fun-
cionales, graduales y no dicotómIcos. Lewin (1939) piensa que lo propio
Jc un ,máli,is basado en «COllstructOS .. CS "la caractcri7ación de los suce-
sos y ohielOs por su intcrdependencla má, que por .,u similaridad o disi-
milaridad de apariencias» (p. 884). La clase, en la explicación aristotélí·
ca, se define como la ,urna de la~ caracteri,tieas comune" es decir. ,e
reCUrre a una definición estadi,tiea de 1", concepto~ clasificatorio." así
como de las leye, que con ello~ se explican. Scgún e,te enfoque. 'on lega-
les (explicahles por una ley) las co,a, que ocurren sin excepción, consi-
der¡¡ndo~e asimi.,mo ordenada' la, cosas que ocurren con frecuencia. La
regularidad es el fllndamentl> de la ley y es entendida de modo histórico
y eSladístico. Frente a ello. Lewin propone una psicología que no se fun-
danlente en la h;"toria. Una ley científica, como pueda ,er la ley de la
gravedad. es ajena a la historia y se refiere a caso, 'lue no :;e han dado
nunca. La ley científica, según Lewin. ,e construye con conceptos genéti-
cos. I.a realidad h;"tórica debe ser entendida, por tanto, como aplicación
conaeta, corno expresión fenotípica " de un proce,o universal yahstrac-
lO en condiciones hislúricas de existencia. La ley científica se fundamen-
ta en la idea de homogeneidad, de unidad comprensiva de lodo el mun-

, 1... d,<1mClón '""e fenoupo }" gen""I'" e<tá lom.d. Je la ~e"é,k •. y h.<e ,ekrendo. l. d;f,·
,e"Ola en"e cual,dade, m,nofie<1a, (teno';p") ) "ual;dadc> generadoras (gen,,"!,").

175
do fíSICO y, por tamo, '''~gún Lewin e, ajena a las cxplicaclOne> en térm¡·
no, estadj~ticos de frecuencia y promcdios. Aunque Lewin (1978. p. 15)
con~idera que la teoria científica debe ade~uarsc al grado de madurez del
material que se estudia, 8Ín embargo, debe 'er predictiva (op. di.. p. 33).
La teoría de campo que propone adopta los principim de la explicación
galileana que ante, había defendido. Según Lcwin la tcoría dc campo re·
~urre al método con,tructivo, ,egún d cual 8ituaeiones diver;as tenotipi·
camemc son explicable, por medio de unos pocos elemcnto,> dc cons·
trucción o constructo; (Lewin 197R. pp. 43. 68 '~.): igllalmeme, la teoria
de campo adopta un enfoque dinámico. genotípico. pretendiendo expli·
Car las tuenas suhyJCCllle' al componamieJl!o.
Las idea, de Lewin han temdo una gran innuencia. mmo}a he sena·
lado. en el cun;o de la psicología social. De hecho, l.ewin indepcndiza la
p,icología >ocial del pantdigma conduclÍsta, cuyo concepto de estimulo
utiliza sólo proplcdades c'Calare.1 -magnitud-o frente al concepto le"i·
niano de vector. que conlleva magnitud} dirección. Sw embargo, ellilo,
ddo dc teoria de campo dc Lewin no ha permitido un de,arrollo de la
investigación, tal como correspondería a una revolución galilem¡a en el
estudio de la conducta. Los propio., estudios dc Lewin. que han ,ido una
fuentc impol1ante de investigacione, ulteriore:. -en dinámica dc grupos,
en estudio' de mercado elc.- no :.c ajustan. tampoco, en cstricto scnlidü,
a su, demandas tonnales de cicnlificidad: muchos de 'u,> COllceptos (el
de «guardabarreras". por ejcmplo) tienen un fucne componente metafó·
rico y SOn escasamente constructivo~. Un caso intere:.ante. en mí opio
nión, de la dificultad de explicaóún cau.'al galilea na. lo constituye el re·
curso a conceptos lewiniallo> que Heider (l95R) !leva a cabo para
mtentar fundar .IU pSlcología de las relaclOne> interperson~les. Heidet
plantea como objeto de c,tudio la ps¡c"logía de sentido comun. imcian·
do asi una linea dc invcStlgación muy tructifera y actu~L Sm embargo.
adopta Un enfoque lewiniano, que sólo dcsarrolla formalmente, llevando
a la práctica más bien una minuciosa y aguda de;cripciú" fenoménica de
los principale, elementos de una psicología popular. ingenua o de scnti·
do COmún. 1feider (l95S) manifiesta .'u asombro ante la dlferen~ia de ca·
pacidad cxplicativa y predictiva que lienen la fislca y la p,icologia de
sentido comun. y manifie,ta que' nuestro mundo actual 'ería inconcebi·
ble sin la aportación de las ciencias físico· natural e.'. mientras que «si su·
primiéscmos de nuestro mundo todo el cOnocimIento de la psicología
clen!ifica, lo., problemas en las relacíones interpersonales podrían 'er
abordados y resuelto~ con la misma facihdad quc antes" (p. 2). Para llci·
der esta diferencia estriba en el primilivismo de nuc.,tra física de sentido
común frcnte a la profunda comprensión de sí mismo y los demás que la
gente tiene. aunquc no lo formule de modo coherente' } :.istcmático. en

176
,u p,icología de :.entido común. El lenguaje cotidiano, y los relatos tanto
comune, como literario,. wn modos de expre,iún de e'e ,aber no ,i,te-
mático. Heider mIenta buscar la estructura «cicmífica» subyacente a lo
expre,ado en el lenguaje ordinario, estructura que considera cxprcsable
por medio de ~on,tru~to, al e,tílo lewiniano. El resultado es una descrip·
ción pscudo·formalizada, que sólo cobra vida cuando, en el re~to de la
obra, describe con precisión las características de una psicología cotidia-
na fundada en el realismo ingenuo y en lus conceptos de «ambiente mu-
lUameme compartido" que toma de A,eh y de Schutz (véase el cap. 3), A
mi emender, Hcider contundc, cn su atán dc tormalización científico-ga-
lileana, la psicología de sentido común y la psicología clemítica; el eo·
mún de lo, mOr1a!e, es capaz de predecir adecuadamente una interac-
ción ,oeial o de resolver un conflicto interper:sonal no porque sepa
mucha psicología, aunque no logrc formularla sistemáticamente, sino
porque e.' un ador social competente: lu que sabernos no es psicología
científica incompleta ,ino un ,aber completo y adecuado para comunicar
en nuestro mcdio social. La psicología social ( o poptilar como la llama
Broncr,l <)<) 1) debería estudiar esa habilidad comunicativa intcligente, y
lo.' pre,upue,tos '-lue la conforman, y no ,e si me e'-luivuco, pero creo
que la mayor parte de la obra de Heider (195H) se dedica ju'tamente a
elto, y por eso creo que Ileider es más actual e mteresantc que el propio
Le"in. a '-luien emula.

La explicación naturalis!.il en p~icologia social

En los últimos aiios se ha desarrollado en la pSIcología social euro-


pea un punto de vista naturali,ta, con et que se pretende salvar la cesura
'-lue alguno, autore" siguiendo a Dilthey. plantearon entre la" ciencias
naturales y las ciencias sociales. El punto de partida del naturali,mo e, la
convicción de que existe una unidad de método entrc las ciencias natura-
les y ",ciale,.
El natl1ralismo ,e ha caractcnzado en la, ciencias .Iociale.' por una
po,tura pOSttivlsta que, en última instanCIa, sc tundamentaba en un mo-
delo mecanicista del comport¡¡miento. Frente a este modelo, algunos au-
tore, como Bha,br (197H) vienen defendiendo la po,ihilidad de un mo-
delo de explicaCIón naturalista fundado en la Idea de "poderes causales ...
desarroll"da por Harré. El naturalismo '-lue propugna Bhaskar tiene que
ser dbtinguido, en su opinión, del redueeionismo (identidad de ohjeto
entre las cienCIas natumles y socIales) y del cienti/ismo (no hay ditcren-
cia, importante> entre ;endo, métodos). 1.0 que Bhaskar (1978) preten-
de e, dar una \nsión de la ciencia en la que tengan lugar amll", tip", de

l77
métodos (el de las ciencias naturales y el de las sociales). La te,i, de par-
tida es la de una teoría realista de la ciencia. según la cual: .,Es una eondi·
ción de la inteligibilidad del establecimiento experimental y de la aplica-
ción práctica de nuestro conoclmicnto el que sus objetos scan e.\tmctura,
reales que existen y actúan independientemente de las estnlcturas dc su-
cesos que gcneran. Se sigue de ello lJue la, leyes cau,ale' deben analizar-
se como tendencias. que sólo se manitiestan neccsariamente en invarian-
zas empíricas bajo relativas condiciones especialmente cerradas" (p. 3).
Según ello una ley puede ser aplicable y ,erdadera aunque sus efectos o
con,ecuentes no se hayan materializado. La adsenpclón de realidad e,
poslble tanto por un criterio perceptivo como cau,al. ¡'.n éste, la entidad
supuesta como real es capaz de reali¿ar cambio, en el mundo milterial.
p. e.: lo, campo" gravitacionales O magnéticos. aunque éstos no ,ean di-
rectamente observables. Cierto, posible, objetos de las ciencias soclales
son, en este senndo, reales c irreductibles a la.\ peThona, (frente a lo que
plantea. por ejemplo. el individualismo metodológico).
El carácter relacional de la acciún se opone tanto a una visión indivi-
dualista como colectivista, a lo Durkbeim. La po,ición de Bhalkar es re-
alista y relacional, igual que la que atnbuyc a Marx. Frentc a la idea de
que los hombre, Crean la ,ocied<ld, defiende Rhaskar la idea de quc la re-
producen o la transforman. ya que la ,ociedad exi.,te con prioridad a [os
,ujelo.>, pero ésta no se conSidera independiente dc la actividad con,-
ciente (a difcrencia de la reificación durkheimiana). t,a sociedad cs real
de una forma 5ui gmeris.
L<l acción humana ,e caracteriza. según Bbaskar (1978), por la inten-
cionahdad, es decir, por la po,ihilidad d~ controlar el control (control de
,egundo orden. que permite un comentario retrospectivo ,obre la, accio-
ne.>: il,"cou.nls): ",i la acción intenclOnal cs una condición ncce,aria p<lra
detcrminados e,tauos del munuo físico. entonces tas propiedadcs y po_
tencias (powers) que poseen la, perwna" en virtud de lal cuales se les
atribuye correctamente la intencionalidad. son reales" (p. 16). La acciún
y la sociedad son co,a, diferentel (b intencionalidad es una cameterbti-
ca de la acción pero no tiene por qué concebir,e Como una característica
del c<lmbio wcial; e, el caso de la recogida dc la basura: las razone, de
qnienes la recogen y la ra7ilO por la que se recoge no tiencn por qué
coincidlr).
La wciedad es un objeto teórico de estudlO, como lo puedan ler los
campo, magnéticos. l.a diferencia entre ambos tipos de objetos estriha
en que la sociedad no exi,te independientemente de SU8 efectos. Ellíml1c
del naturalisnlO estriba. según Bbaskar. cn que los objeto, de estudio de
las ciencia, ,oci<llel lólo se manifiestan en «sistemas abienos". es decir
en slstemas donde no ,e ohtienen regularidades empíricas invanantcs. La

17R
consecuencia metodológica de la imposibilidad de crear sistema~ Cerra-
do, en el campo de las clcncias .lociales e, que éstas ven negado. por
principio, una prueba decisiva de sus teorías; «esto significa que lo; crite-
nos para la confirmación y el rechazo racional dc teorías en la ciencia '0-
cial '10 pueden ser prediaivos, y por tanto tienen que ser exclusivameme <!t-
plica/im,\» (op_ ell" p. 19). Esto no afecta al tipo de leye8, que también en
las ciencia.l naturales deben ser ana]¡zadas como tendencias, sino en
nuestra forma de conoccrla.l. En este punto coincide, en panc _y curio-
,amente-_ con los sociólogos de orientación fenomenológica, para quie-
nes la crisis -como ruptura del curso habitual de la vida .'ocial- es una
posición avemajada para la observación de las reglas que constituyen el
mundo cotidiano: .Puedc conjeturarse que en períodos de transición o
crisis la, e.,tructuras generativas. anteriormente opaca;, 'e hacen más vi-
slbles a los hombres, Y que esto. aunque nunca provce de las posihilida-
de.' epistémicas de un cierre, provee de un análogo parcial al papel quc la
actividad nperimental juega en la ciencia natural .. (Bha.,kar 1978, p. 20).
En las cienCIas SOCIales ,e puede tnlbajar con hlpótcsis sobre mecanis-
mo,> generativos, que pueden ser puesta, a prueba empíricamente. aun-
que en referencia exclusiva a su poder cxplicativo y no predictivo.

Unu propuelü¡ de psie%g{a socia! nawralis/a: Greenwood

Un intento espedlico de dC!.arrollar los principios de una psicologia


,ocial naturali,>ta es el llevado a cabo por Green"ood (1989, 1991). Este
autor considera que el natural;"mo permite superar las deficiencia., de la;
dos perspectivas tundamcntale, en la epistemología PSlcosoeial: el empi-
ri,m" positivi;ta que. para explicar la acción humana en térmínos causa-
les. Ignora su propia identidad como actiVIdad significativa. y el ,ubjeti-
\'ismo hermenéutico y constru~cion;"ta que. para mantener el carácter
,ignifi~ativo de la acción renuncIa a la p",ihilidad de una explicación
causal de la misma. Según Greenwood las tormas lógica, de la explica-
ción causal, así como de la evaluación experimental de hipótesis, pueden
empleanse con eficacia en el análisb científico de la accíón humana, man-
teniendo a la vez [m concepto no reductivo de ésta, e, decir, entendién-
dola como aCcIón dotada de sentido. Desde el punto de vista realista y
con,>titucionista (vs. construccionista) que Greenwood defiende se consi-
dera posible d~,arrollar una ciencia que no implique compromiso, teóri-
cos, morales o pOlíllCOS. E,ta parece ser la condición, según este autor,
par,! el mantenimíento de la objetividad enn re'>pecto a la identificación y
explieaci,)fl d~ la acción humana. ya quc .. una p,icnlogía 80cial que no
preservc la objetividad no merece la pena de ser preservada» (Green-

179
wood, 1989, p. x). A mi entend~r, e.,ta identificación de la racionahdad
científica con la objetividad dcscomprometida constituye uno de los pro-
blemas de e8te enfoque. Tal como se verá un poco más adelante, las cien-
cias sociales no pueden ,u,tentar 'u ',aber en una posición dc observa-
ción sino de participación. Lo quc mcrece ,er pr~~~rvado. en mi opinión.
no es una supue:.ta objetividad, sino la racionahdad que posibilita la re-
flexión y la crÍlica.
Para desarrollar su punto dc vista naturali,ta Greenwood partc de
una di,tinciún que le parece fundamental y quc cs la exi~tente entre re-
glas consutulivas (con.\/it¡lIive rulel) y la8 reglas o normas rcguladoras (re-
gula(ive rules). Las reglas conslitutivas definen lo que cuenta como una si-
tuación o práctica detenninada (por ejemplo. scrian regla~ constitutivas
dc lo quc se considera un partido de campeonato de fútbol las que ,e re-
fieren al número dc jugadorcs. a lo que se mn,idera que es un gol, tucra
de juego etc.). Si ,e violan las reglas conslituuvas el fenómeno deja de
cxistir como tal (se puede jugar a la pelota con doce jugadore, por equi-
po e incluso sin porterías. pero nunca seria un partido de campeonato dc
fúlbol, mientra, ,igan las actuales reglas constilutiva,). La, r~gla8 regula-
tivas. sin embargo, prescriben la.' acciones oportunas cn las situaciones
definidas por las regla, con,titutivas Uuego en equipo o exclusión dc la
violen(."Ía, en el caso del fúlbol) pcro, a dllcrencia de la, reglas comtimti-
va" su violación no ~up"ne la de,aparición de la ldcnudad del fenómeno
(se puede tcncr un jucgo violento () de puro lucimiento ifldlvidual y ,c-
guir siendo un partido de fútbol aqucllo que ,e jue[!a).
Greenwood (19S9) parte, a~imismo, dc una definición n() reduccio-
nista de la acción: "La acción humana es significativa porque c,lá consti-
ruida sodalmente., (p. ix). Las rcglas constitutiva, que la definen como tal
acción ,ocial hacen referencia a las relaciones soclale, y a la., repre:.enta-
cioncs: "Las conductas humanas ~e constituyen como accione, ,ignifica-
tivas por sus rclaclOncs sociales y por la~ repre'entaciones de cllas lamo
del agenle participanle como colectivas" (ibiti).
Al igual que la realidad fi.,ica ~e constituye conceptualmcnte con di-
mensiones físicas, mies como forma. ,olidez etc., la caracterización con-
ceptual de la acción humana y las práclica, ,ociale, ,e hace en virtud de
las dimen,ione, ,ociale, (rdacional y represenmclOnal) que la, con,titu-
yen: ,<sin esas dimcn,ione.\ de relación ,oci¡tI y represemación, no habria
acciones humanas y práclicas sociales: la conducta humana nO tendría
sentido o significado" (Greenwood, 1989. p. 128). La dimen~ión relacio-
nal se rdiere a la inlerdependencia con:.titutiva de los hcchos social e" lal
como ocurre, por ejemplo. para caraclerizar un hecho como entrevIsta
de selección de personal, lo cual es sólo posible ,i ~e c()n,tituye dentro
de un marco ,ocial determinado. el de la organización laboral. La, repre-

IRO
,entaciones ,on represen/l/done" .\Odl//e,\, "es decir, S(ln representaciones
compartidas. socialmente aprendidas y negociadas por los participante;
en una forma de vida social. En cste sentido, las dimensiones rcprcscnta-
cionale8 de la, acciones bumana8 y prácticas sociales son también di-
mensinne, ,ociale,,, (ibid.) '.
La psicología social rcalista propucsta por Grccnwood considera po-
:.ible una explicación causal que nO sea entendida como conjunción
constante o regularidad, 'lue es el concepto humeano, ,ino como una
cxplicitaeión dc los poderes generativo, de los agentes humanos, así
como de las condiciones quc los eSllmulan. los facilitan o los dIficultan.
Este tipo de condiciones suficientes y posibilitadoras de la acción pue-
den ,er - y de hecho ;uelen ,er- de muy diferentes lipos ontológicos
(sociales, psicolóllicos. neurofisiológicos o biológicos). Según el reali,mo
naturalista de Greenwood las condiciones constitutivas de la accIón (re-
lacionale, y repre,entacionale,) no tienen por qué ,er siempre conside-
radas como las condicione.\ causales necesarias y suficiente,. Para ciertas
explicaciones causales de la acción la respucsta adecuada puede ser de
tipo no sociaL
Greenwood es consciente del carácter contingente y situado de las
cxplicacioncs pSlcosociológlcas. Si las cxplicaciones de tipo biológico,
por ejemplo, se fundamentan en una idea de la naturaleza humana uni-
,'ersal y pueden. por lanto, ser ,imilares para distint", actores y situacio-
nes. no ocurrc lo mismo con las situaclOncs sociales: «aunque lo, seres
bum¡mos forman un tipo biológico naturaL.. no puede suponerse qne los
agente, bumano, formen un tipo unitario p,icosociolúgic'''' (op. ("ir., p.
170). Esta característica hace que nueslro conocimiento de las condicio-
nes o poderes cansalcs qnc generan una acción se cnllcndan como in-
fluencias y no como dl'lermifll/mes de dicha acción y que, desde el punto
de vista de una psicología ,ocial aplicada a la inlervención ,ocial, ,úlo
tenga sentido hablar dc promoción de comportamientos y no dc control
de lo, mismos. Esta conciencia del carácter situado de la acción no le lle-
va, ,in embargo, como veremO, en el ca,o de la psicología social orienta-
da a la cxplicación intcnClOnal, a una conSideración del carácter históri-
co de las propias explicaciones científicas. Por el contrario, Greenwood
mantiene 'u idea del ohjetivi.,mo y de la neutralidad de la¡; explicaciones
científicas.

, Al, '"', "" om~..go, 'I"C <ün"dc," nceesa"" ,mo" d,men"one'.la rda"o"al y reprc,,",
',c,o"al. Uree""ood u([llZ' la e'pre,ion ,,1, ma)ona de la, ,ecJOn". " y. má, adelanle. afirma que
,,00" n,da "b"" que [Ud" la, p,"e"c", 1 "cc",,,", hu"'.,,", long." d,"'''L''<>n'' ter'"'''''''''''''"'-
b" lop ,¡e, p 119), pomood" ,,,mo 'J<mplo 1, ."ovod,J ,<",,1 y n,",1 "'1"< ,"'«ed'n' no,","
c.p,e,d,d <ogOl'¡" de rcpresen'arla>" {,bid ), con lo cual se llega. la paradól,ca co"clo"on de que
lo que", ,m ddJll"ndo como ooo,,,'u)"l\[e \1. ><p""",",,on) a <u ,'eL, 00" coosid,,, oe,e",,,,,.

'"
Para intentar preservar la posibilidad de un conocimiento ohjetivo
de los hecho' sociales, dentro de una c"ncepción nalurahsta y caw,alista,
Greenwood establece una serie de distinciones que. en mi opimón. no
logra fundamentar. Me referiré a la que creo quc es más importante. a la
dIstinción que hace entre clasificación y representación. Mientra, que la
clasificación sería lln acto público. cxpre~ivo, de categorización. la repre-
,enlacíón es, al parecer, una cualidad l!lterna al actor. Pone para aclarar-
lo el ejempl" de la agresión y la conducta deshonesta: mientra, que no es
necesario que una persona clasifique Sll acción como agresiva o desho-
nesta para que ésta pueda ser considerada como tal, sin embarg.o, «una
conducta no ~:. agresiva a /lO ser que el agmle se represeme su co"dur/a d¡-
rigida hacia ti da"o o mal de airo. Una conducta no es deshonesta a"o ser
que el ageme se represente!m hienes que se apropia o 10,\ servirlOs que recibe
COmO pertenec¡emeS a OIfo" (op. cit.. p_ 130). Ahora bien, e,ta conceptuali-
zación parece ,u,tentarse en una diferenciación radical entre descripción
y representación. Según ello, la reprcsentaciún social sería una especie
de contenido de conciencia independiente dc su expresión lingüistica.
Esta distinción no es baladi para Greenwood: en reahdad. aqui e'triba la
da\'e de su pretensión de objetividad y la posibilidad. dadas las premi,a,
definicionales de 10 que con,idera como acción social, de una explica-
ción cau.,aL Ese contenido repre.'entacional ajeno a 'u verbali7ación es
10 que caraderiLa el "poder causal". En su intento de construir llna psico-
logía social quc duda el relativismo linf!uís!ico y cultural. Greenwood no
concibe olnl :.alida que un obje!ivismo intemporal.
Lo que está planteando. a mi entender, es que la dclinición de ciertos
comportamientos por parte del cientítico s,,~ial como e]emenlOs de una
determinada dasc no exige que lo, actores la da,jfiquen de ig.ual modo '.
Pcro esto e" en realidad. algo ob~io: que las accione, no son interpreta-
das de la misma manera por todos los actores y que el cienllfico s"dal
puede -y de hecho. ,uele- interpretarlas de modo diferente al dc los ac-

, La ,,~ui<"Le ,,,.,"' "p"''''' en "" 1<"'iJ,, d',o", correcto cOolsid"a, ~u" 1m I,m,,,, dc 1"
"""¡,," ,,,e¡al e" U" dctermmado 1""¡<lJn h,,,,,neo puedan Jde,,'i[Kd'" con el ""pcr1ürlO do de<_
cnp",one, ex,"ente< en"", ,uad" (~!"cln'y", 1~64. p_ 1>0, ,r W,n"h, 1%4) Lo, [,m,'" de la oc_
e,on ,o",1 '" (:ualyu¡e< momento e~án solo dOOe<m,",do, por 1" torm", d"p",,,¡'Ie> d, ,"p""n-
tacio" de 1, ,,,nducta humana ()' 1" ,el"",,"", ,0ci,lcS). El m,,@, 1""'" '" ,pi", i~""lmcn\e ,
o""' culturo< Hta reHe"ó" "," pe;m"" 'esponder dL<eda , mm,'¡,,,,,mc",, a ,I~"na de lal J"J"
accrca de la O",etmJ,J d" 1" dRli!".CLo"" de 1,,-' "won", y practica< <n la "><rtud Je 1, p''''"ln_
gLa ",c,al y, ~"" un" conducta por,,,,la, men" como un caso d, d~,,,,,,,n,, ,k,none'tldad de
""'U" muy indcpcndLCno< de y"' el .",,,,, el ob<CIvad,,, '"p,"",nten 1, "'<10n como 'Are"""
dcshone"., en el "'''''''' !"e"", ",n,ido en que uo fe"omeno 1"'00 cuen" como U" CN, Je un A"_
do de mooo m"; ,ou"p<ndicntc de que alg"" "¡"",,,,,Io, e,"",ítJeo lo rep««me mm" un ,,,'o dc
""d" Lo "mea dilerc"CLa, ame, ¡nd"adA.", un, dJterenclO e" 1." J¡me"",,"", co""i,,,,,vas d< 1",
f,nómonos fí"eo'}' la< '«<On", hum,",,: entre rod"'" edu .... b y ,eI,e,oncs Lntnn,e,,,,) ,d""",_
nes so",l" "",,",e", y "p,<sen"cion,!e<" (,,1' ,,, ,pp ! 30-1 j.

IR2
lores. Lo 'lue no está, sin emhargo, nada daro es lo 'lue Greenwood en-
ticnde por rcprc,cntación. Slguicndo con su ejemplo de la agre,ividad,
podemos considerar que el castigo utilizado con pretensiones pedagógi-
ca,. por ejemplo, no ,~ría con.\iderahk ohjer;vamente como un acto agre-
,ivo, ya qlle no e, repre,entado "con la intención de hacer daño», con lo
cual sc llcga a una cxtraña situación. en la que parece que sc postula una
representación del actor, diferente de la cla;ificación y teorización que
é_te ha~e, a la 'lue d científico tendría acce._o seguro como para decir
quc el actor «representa su conducta dirigida haCIa el daño de otro" y así
mantener una de,cripción objetiva.
A mi modo de ver, Greenwood define ade~uadamente el carácter so-
cial de la acciún, en virtud de ,u~ determinante, relacionales y represen-
taClonales. El problema estnba en el concepto dc representación soclal
'lile explícitamente lo diferencia de la cla,ificaciÚn. la teorización, el dis-
Cur,o y el pen_amiento (cf. op. cÍI.. p. 134), Y que. tal como lo utiliza,
como una especie de slgnilicado subjetlvo pcro objetivable. indepcn-
diente de su expre;iÚn. re;ulta poco esclarecedor. '1 al vez la explicación
fue_e má_ fá~il ,i en ve¿ de repre,entaciún ,e hahla,e de ,ignificado,
pue,. como ante, he analizado. el significado no se caracteriza como una
propiedad psicológica, sino como una propiedad pública y, como tal, ac-
~e"ihle al inve,tigador. El prohlema e._triha en 'lue re,ulta dificil mante-
ner un concepto natura]¡sta de obJctivldad respecto al significado, ya que
la comprensIón del sentido de una acción requlere siempre un proceso
de interpretación, aun'lue e.,to no ,ignifi'lue optar por un concepto rela-
lÍvi,ta tle la ciencia.
La caracterización de la aCCIón humana que hace Grecnwood es muy
,imilar a la que hiciese. en su día. Max Weber. pero las respectivas epis-
temología, son diferente_o Weher adopta, al igual 'l"e Bba,kar y Green-
wood, una posición anti-positivista. lllsisticndo «en la Idea de que la sub-
jerividad humana y la tendencia del hombre a valorar su propio mundo
hadan ne~~_ari" otro enfoque de conocimiento, es decir, una ~pistemo­
logía espccíflca para entcnder los asuntos humanos" (Uiner, 1984, p. 6).
Esta comprellsión (versrehen) no es ajena a la pretensión de certidumbre
(Weber, 1984. p. 12). Sin embargo, con_idera que e_ta certidumhre tiene
diver,o, grados, tlesde la lorma racional propia dc la lógica y la matemá-
tica hasta la comprensión de los «"fines" o "valores" últimos hacia los
cuales pueden orientarse las ac~ione, empíri~amente reale_ del hombre,
y a lo, euale, nO podemoi> entender con total certeza, aunque en algunos
casos podamos captar su significado de un modo intelectual. En tales
caso" empero, cuanto más difieren e_os valore, último._ de lo, nue_tros,
má, dificil no, c, entenderlos rcvivíéndolos mediante un acto de imagi-
naCIón empáuea. Es más, según el caso, tendremos que contentarnos con
una mera comprenSIón intelectual o, cuando cllo ,ea imp<J~ible, con una
accptación ,imple de ellos como hecho~ hruto>" (Webcr, 1984, p. 13, én-
fasis orig.)".

LAS EXPLICAC10Nl--.S INTENCIONALES

Aunque e~ cierto que la p,icologi" ,>ocial sc ha sustentado de forma


mayoritana en un modelo empIrista de ciencia. tal como antes ,e h" ana-
liLado, no es, sin embargo, meno> cierto que, de,de 'u propia constitll-
ción como ciencia, ha habido propue,ta; diferentcs sobre lo que debería
ser el haccr cientifico de la p>lcología ,ociaL Por su incidcncla en la aC-
tual recoosideraeión de lo, presupuestOS cpi,temolúgico> de la dIscipli-
na, me referiré a algunas de e,t", corriente;.

El enfoque fenomenológico

La fenomcnología ha tenído un notable papel en la constitución del


pen,amiento europco de principios de siglo, y de modo particular, cn la
constítueión de la psicología alemana. En el caso de la psicología ;ocial.
1" ;ituación es ml1y peculiar, porque como ya he indicado, se con~tiluye
de modo mayoritario en 1m Estados Unidos y en torno a alguno> auto·
res, cspecialmente LewlIl, pero también Heider, cuyo origen e, germáni-
co y en cuya form"ción estuvo pl"csentc la fenomenologia. Aunque lo,
plante"mientos cxplícitamente fenomenológicos tuvieron muy CSCa,a
aceptación en un país como lo~ E,tado, Unidos, domlllado por la filoso-
fía pO>itivlsta, sin embargo, algunos de los planteamientos Icnomenológi-
co, terminaron arraigando, aunque transformados en ,>u tratamiento em-
pínco.
El caso mú, intere,>ante dc psicólogo ,ocial que mantcnga una po,i-
eión explícitamentc fenomenológica es el de Gu~tav Ichheiser. La ohra y
la VIda de Ichheiser se entremeLdan de forma fascinante, de modo que el
lector queda apa,ionado y, en cierto modo, atrapado por una ,o'pecha,
la misma sospecha que llevó a nuestro autor al manicomio, la dc que el
quehacer del científico social e,>[¡í íntimamente ligado con la política, la

"' l'or" \\"eo«. el "'O"'p'O <le 10) >< ,.,fie,e " .. ,k,c,mln"d., p.obuMld",¡'·, "1""". ",o(l'mada,
p'" 1, "I"en·o"'m. ,1< que. dada, d<t«mm"<I,,, \1'\1'0'000< de hecho '"""-"",,n '" la fa''''","In'-
,"da "en" ,cClon" ,o".b ~"e ,,'" """p"""bles por 'u, ",,",,'" "p".", )" por el ,,,U'Ó<l "I"e<>
",entado po,]o, 'Ujeto, d, 1, ",'Clón" 1'1'101><, 1%4.1' ló) 1 (>\ ,(-rnuno, que" ,,1";""0" '" un"~
PLOPO'''''''' le!!,,1 pcnCOCCiCLUO a la ,,,,;,,I"é" ",mp"'o"va Ion tolultod,,-, J" ,w"o" comproo,,·
ob "u"'I'''' ,,"', ,clultodo, "" ,e wIT"p"n""" con 01 ,o,",do ~"e ]o, '''''''e' p""cr"o 'o ,11"
que le provocaba según él una «neurosis política" y ,-!ue, según sus cole-
gas. era una «vena paranoide", La ignorancia de la obra de Iehhei,er apa-
rece entonces bajo la sospecha de un explicito rechazo de quien fue criti-
co con la epistemología dominante y con la ideología biellpensante, En
cualquier ~a,o, y al margen de e,te tipo de atraccIón, mucha" de las ideas
de Ichhciser anteceden alo que sería de,pués la teoría de la atrihueión
~ausal, y otras anticipan alguno, planteamiento, ,-!ue actualmente se eali-
tican de p",tmodernos, como e, la crítica del concepto unifonni7lldor de
igualdad y 'u reivindícación de la diferencia_ La obra de Ichheiser es un
huen ejemplo de la fecundidad de escntos e inve~tigaciones que no son
totalmente contemporáneos. No es mi pretensión aquí dar ra7ón del con·
junto de 'u obra (d_ p. e., Rudmin el al 1987): en concordancia con el
objetivo de esta obra ,eñalaré simplemente 'u posición epis!Cmológica.
En opinión de lehheiser (1949) la sociología y psicología quc han
tratado habitualmente de las relaeione~ interpersonales suelen e,tar vi-
dadas por trcs sc'gos diferentes: el primero es un sesgo mctodológico,
según el cual, y en virtud de un rígido concepto de la ciencia, sólo se in-
vestigan aquello, hechos que se supone ,on susceptiblcs de tratamiento
cuantitativo, E,to ,upone una inadccuad.. selección dc los prohlemas
,-!ue no, pueden ser relevante,_ I.os otros do~ ,e'g'" se fundamentan en
el lnteré, fenomenológico por ,do dado por descontado ... Este proceso
de construcción cotidiana de la reahdad lo vincula explícitamente con la
ideologia. El segundo se~g() de la invesl1gaclón habitual, ,egún esto, estri-
ba en la aceptación irreflcxlva, por parte del cicntífico social, de los su-
puestos ideológicos del grupo social en el que trabaja. Esta es una ~ue,­
tión que muy posteriormente desarrollarán Samp~()n (1977), Wcxler
(1 9H 3), A rmÍ>tead ( 1'IS3) y otro~.
El tercer ,e'1?o se refiere a la posibilidad de ignorar ciertos hecho~ y
problemas SOCIales por .Ier obvios. A dllcrencia de una psicología social
que e,t~ de"cubriendo científicamente lo obvio. que pone en juego una
paralcrnalia de garantías procedimentale, para poner a prueba bip"te,i,
que pertenecen al ,entido común. lchhelser plantea que se debc evitar la
p~eudo-verificación, que se produce cllando se trala empíricamente una
realidad no probl~matizada como con,trucción social. y en lugar d~ ello
propone que se prohlematice lo obvio y se estudie científicamente, de
modo que se pueda entender 'u estructura. Aquello que e, dado por des-
contado e, ímportante para la psicología ,ocia!' en Sil opinión, porque
suele quedar "invlsihle.. y, por tanto, no prohlemati7lldo hasta quc sc pro-
duce una cri,is o es tratado por un extraño lO. Estas e~tructura, de "cOn-

len'-

1115
cepto, en nue:.tra mente.) dcterminan nuestra pereepei"n y experiencia.
Ichhelser se remit~. en e<;te sentido. a la moderna sociolo¡úa del conoci-
miento, que conocía bien, ~ntre otras cosas. por su relación con Mann-
heim. Lo que, en definitiva. plan lea Jchhei,er es similar a lo que poste-
riormentc tratará Heider y. en cierto modo. ha llegado a configurar un
a,pecto importame de la actu<tl investigación en p,icologia social'. la p,i-
cología de ,~ntido común (Heider, ¡9'iS) o pSIcología popular (llruncr,
1991).
La po,>mra epistcmolúgica de lchhclser se lraduce en una dltcrencia-
ción entre conol"Ímiento por cxperiencia ínmcdlata y conol"Ílllíento por
"penetraCIón conceptual ... I.a tarea del cienlifico consistiría, en 'u opi-
nión, en logr,1f este último: "la diferencIa entre el conocimlcnto ole los
hechos en términos de expericncia inmediata y el conocimiento de lo,
mismos hechos en términos de una completa penetraCión conceptual cs
la diferenl"Ía entrc la ignorancia y el saber .. (Ichh~iser. 1949. p. 3). E,ta
penetración conceptual la entiende como una tarea hermenéutica. scgún
la cual consldera po,ible c<lptar los aspectos internos del significaolo y de
la per'onalidad. Ichheiser habla. por ejemplo. de una personalidad int~r­
na que se "expresa" frente a un inleractuante que int~rpreta ~u «impre-
sión ... Ambos ,on procesos socIales y simbólicos. aunque el inleré,> de la
psicologi¡¡ social se centra más. en la construcción ,ocial de la impr~,ión:
«Lo que realm~nte confrontamos en 1"" relaciones humanas nO son tor-
ma, naturales de expre,ión, de un lado. y respuestas naturales ~ las im-
presiones simbólicas. de la Olra. Más bicn. de un lado hay proec<,(" de
expresión lransformados y eomrolad", por factores ,ocioculturales y. del
otro, mecanlsmo, ,imil"rmeme condicionados de percepción social.
Son, ole hecho. estos último, los 'lue delermman el ,ignificado de los sim-
bolos impre,ivos y resultan en formación de imagen soóoculturalmenle
condiClOnada" (op. ch. p. ti).
La obra de lchheiser es re,lImente inllovaolorJ. y. en mi opinión, muy
interesanle olesde la actual Siluación de la psicología ,ocial. Sus análisis
sobre la ¡dcología ~n teoria e Ideología en la práctica conlrihuyen a en-
tend~r, por ejemplo. el nacionalismo irracional 11: ,>u; análiSIS de la ideo-
logía del éxito anteceden y, a vece,. :.on superiore\, a los ulteriores e,tu-
L'.
olio> atribucional"", ~obre el desempleo y así en otros campos.
El planteamienlo ole Ichheiser es sumamente interesante. Sin embar-

,. IJenlng" en Ecor;, " .quella ~ue m,n<CnemOS expbo;(,men" '" noc<!f, "da h.],;'ual
Ideología en la p,ád;O'", aguell, ~u(' ,< hace P'''"'''' en momentos de c,,,,,. 'u.n~o '" da un,
I"ene ,mpl;oao;QOl 1',,""on,1
" L" ,d",l"gí, del é'LlO e< O" "po de ulcnlng'" eOHdLana _",mm l., '1ue "n,¡'" kilh";,,,_
"'~un l. ,",1 p"'''",l
el exno/lr,ca,,, ,,, wn,;<I", una o\l,,"on y. ,n JdLnLH>a. <e p;eo"" ~ue "Ja
uno ,icoe lo que 1< "'",,, I'"gun el "Iu" lO qu, il')" ""h,,<1o).

ISO
go, su posicIón hermenéutica, que le Ueva a plantear la existencia de un
contenido "interno.. al que pretende acceder (y por ello habla de .falsas,
percepciones), le conduce, en mi opinión, al impasse que, tal como Gergen
(19~9) ha señalado, está implícito en este tipo de planteamientos. Al man-
tener de algún modo la dualidad interno/externo. la 'auténtica' interpreta-
ción del significado de la acción se hace imposible. pue' nunca tendrá el
científico garantías de veracidad. El tratamiento que hace lchhei,er, ,in
embargo. de lo interno/externo en términos de privado/público" permi-
tirá una r~cuperación de gran parte de :.u~ análisi~ de~de una más actual
psicología discursiva.

Má, allá de lafenomenologia

Heider (1958) se mueve explícitamente entre una posicIón tcnomc-


nológica y ~mpiric,,-cau'al. La dualidad ~pistemológica que caracteriza a
esta obra creo que ha producido. ulteriormente. una doble línea d~ in-
vestigación; por una partc un desarrollo de modelos de procesamiento
de infonnaciún d~dic"do:. al e:.tudio de la atribución causal: de otra. un
conlunto de investigaciones sohre ]a, explicacione, c"lidi"na~ de 1" ac-
ción que. progresivamente. van adoptando un enfoque discurSIvo.
La posición de Heider (1944, 1(58) ya la he comentado con anteno-
ridad. Simplemcnl~ ,eiíalar~ ahora esa dualitbd a la que hago referencia.
Heider (1<)58) conSIdera que el estudio dc las rclaclOnes mtcrpersonale,
se vincula doblemente a la psicología ingenua o de sentido común. como
ohjelo de e,tudio y como fuent~ teórica. E,ta p~icol"gía de sentido co-
mún. que progresivamenle ha ido ocupando un lugar más cenlral en el
¡nteré:. de los p:.icólogos sociales es eOllceptualmente similar al mundo
.dado por desconlado» de lchhei,er. Heider, al igual que lchheiser. trata
esa psicología mgenua en términos perceptivos.
l.a percepción social es posible entenderla, según Heider (195S),
tanto d~,de un punto de ~i.,t" fenomenológico como de:.de Uf] punto de
vista causal: "Por descripción fenoménica se enliende la naturale.l3 del
contacto entre la persona y su medlO tal como es directamente experi-
mentado por la per"ma. Por descripción causal se entiende el análisis de
las condIciones ~ubyacente, que dan lugar" la experiencia perceptiva»
(p. 22). Ambos tipos de exphcaClon, sin embargo. Heider no los conside-
ra contrapu~,t(W "A pe~ar de estas diferencia:.. ~in embargo. posteriores
n p..,., I,hll",e, Id Me,en". en"e púhhm) p""dd,,", un, me"",n dc ."c""",I,,I,,1 P""'P·
"". "n",I,d. ,,1 COO1<ol pwnci,,1 quc clI,lquicr "b",,.do[ ticnc 'OOTC lo qllc observa Así ~'or
ejemplo. cuando ,e ¡\Occ puNJCa], ",formaCión 101", "Ll' pmoLla e< ,",eep"hle de ,e, u.lada '"
su CDO"a.
eonsideraclOne~ nos hicieron darnos tutnla de que la dIsparidad enlre
las descripciones fenoménica y causal no es jan completa como parecía
al prinCIpio» (p. 25). Dc hecho, podcmos considerar el resto de la obra
ComO una minueio~ descripción de los proceso& de construcción de la
rcalidad, desde un punto de vista cognitivo_social. Será con posteriori-
dad, de,pués de un largo periodo de más de diez año" cuando las idea,
de Heider Sean desarrolladas por quicnes la, van a entender exclusiva-
mente como hipóte,i, experimentales, ajenas a !<lda la psicología ,ocia]
heideriana, que situaba la atribución como un elemento de las relaclOne,
interpersonale,. La investlgaeión sobre los proce;os de atribución causal
cobrará, sin embargo, en los años ochenta y manteniéndose cn la actuali-
dad con notable vigor, llna nueva dimensión al recuperar>e el aspecto in-
teractivo de la cognición social; la pcreepciún social se entiende, desde
e,ta posición, como explicación cotid i'cina de 1a acción (d. cap. 4 ).
Ha} en día una po~ición fenomenológica como la de Jcbhciser re,ul-
t,1 difícilmente aceptablc en la psicología social, tal como he indicado,
por .,u excesivo suhjetivismo, Sin embargo. la necesidad de considerar al
actor social como un ,ujeto quc actúa en un mundo cotidiano dotado de
..,entido es cada vez más nidente en la~ ciencias sociales. De espeCIal re-
lev<lncia me parece, en este sentido, la obra de Habermas, dado que se
plasma en una teoría de la acción comunicativa, íntimamentc vinculada a
la psicologia wcial.
A dilcrencia de anllgua, po,iciones hennenéuticas, para Habermas
el significado de la acción no puede reducirse a la intención de 1,,-, parti-
cipantes ~ino que, apoyándose en lo~ análisis de G. H. Mead y en la filo-
,ofía del segundo Wittgenstein, considera que la comprensión imphca
participación en la forma de vida en la que se encuentra situada dicha ac-
ción, La comprensión y la valoración van, según e,to, de la mano. El aná-
lisis haberma,iano de la comunicación rompe con In e,tructura dual in-
terno/externo. "1jd%bjeto que carac!eriza a gr.1n parte de la filosofía y
psicología de la conciencia. y parte ole la concepeiún del mundo de la vi-
da socialmente estructurado.
Habermas mantiene la distifi(:ión entre observación y comprensión
como dos modos diferentes de conocimiento, a la., que corresponden di-
ferellles actitudes por parte del cicnlÍfico respectO al mundo quc inve ..,ti-
ga. En su opinión, "las ob~ervacioncs las hace cada uno por sí solo y lo,
enllnciados observacionalcs de otro observador también puede compro-
barlos cada uno por ~í ,,,lo (recurriendo "i es menester a operacione, de
medida) ... Por el contrario, la cOnJpren~i{¡n de un significado es una ex-
periencia impo~ible de hacer ,olipsíslicamente, por tratarse de una expe-
riencia comunicativa". (Haberma~, 1987. p, 159). Estas dos situaciones
(observación y compren~iún, son Imto d~ dos actitudes básicas diferen-

188
tes: la actitud ohjelÍvanle y la actitud realizativa. La alternancia entre acti-
tud ohjelÍvanle y actitud realizativa marca una intrinseca amblgücdad de
las cicncias sociales. La di'lÍnción, en realidad. cntre ambas actitude~ y
sus respectivos m~lodo, de rclación con el mundo objeto de ,,"studio. la
ob~ervación y la ohjct!vación. no estriba estrictamente en considcrar o
no ellenguajc como constitutivo del ohjeto: lo que el otro dice puede ser
tratado como Un hecho. ,i entendemos su significado (sería el caso de la
re:.puesta a un cue'lionario. por ejemplo). La compren,ión supone, entrc
otra, cosas, y en línea con lo planteado por Witlgcnstcin. la evaluación
dc la aceptabilidad de lo 'lue ,e dice: "Sólo entendemos un acto de habla
si sabemos 'lu~ lo hace aceptable" (op. CII.. p. 163). E<.te proceso de en-
tendimienlo, en el que la comprensión del ~entido ~a vinculada a la cva-
luación reflexiva y crítica de la propia acción es mny similar a la idea que
Mead había desarrollado al re,peclo (vcr cap. 4). En palabras de Haber-
ma,: "La, mi,ma, e,lructuras que posibilitan el enlendimiento snmims-
tmn lambién la posibilidad de un alltomnlml reflexivo del proceso de
cntcndim1ento» (op. cit.. p. 170).
En el t[¡,bajo cienlífico dc comprensión de la acción ,ocial "el cientí-
fico social lÍene que hacer nso ... de una mmpetencia y dc un saber del
que ya dispone intuitivamente como lego" (Habermas, 1987, p. 160)
para poder acceder a lo, nexos intcrnos del sentido del objeto de Su in-
vestigación. El cientítico social tiene un papel de participanle virtual, que
no 101al, en los procesos que e.,tudia, haeiéndo;c nccesario el abandono
de una concepción neulralmenlC valorallva de la ciencia social. La ohje-
tividad del científico cs una cuestión abierta 'lue. ciertamenle, no se la re-
suelve 'u método. corno pien,an lo, po,ilivi'la!.: "El cicntífico social no
puedc asegurar la objetividad de 'u conocimiento recurriendo furtiva-
mente al ficticio papel de un «obscrvador de;intere;ado" y huyendo así a
un lugar ulópico tuera del contexto vital 'lue no, resulta comunicativa-
mentc accesible. Antes bien, lendrá que buscar en las eSlrncturl1s generale.,
de los procesos de entendimiento. cn los que no tiene más remedio que in-
trodu~ir,e, la.' condiciones de objnil'idl1d de /11 mmprcmión para averiguar
,i el conocimiento de e,a, condiciones le pcrmilc cerciorarse reflexiva-
mente de las implicacione, de su partlClpación" (op. cü., p. 173). Esas
condicione, de objelividad sc refieren al acervo cullllral de componemes
~ognilivos, morales yexpre,ivos.
La posibilidad de racionalidad y obJctividad, como pretensiún de un
;aber 'lue se c()n"dcra cicntífico, no la entknde Habermas como algo
ah,oluIO, pero tampoco la con,idera imposible. Habermas (1990) habla
dc una razón situada, propia dc un pcnsamiento post-melafí,ieo, cn la
que ,e han ahandonado las prctensione; metafí,ica, e idealistas de uni-
~ersalidad. supratemporalidad y nece,idad.
Habermas prctend~ mantener, a su ve¿, y frente a quien"s defienden
una posición relativista. la posibilidad de un saber científico en el que
tenga sentido una idea de racionalidad no absoluta y dogmática. La dis-
puta, en ",>te caso. se plantea acerca de la unidad de la razón en la plura-
lidad de sus voces. La opinión de Habermas (1990) e, que: "Hoy predo-
mina en muchos ámbitos un contextualismo que restringe todas la,
preten,iones de verdad al radio de alcance de juegos de lenguaje locale,
y reglas de di~curso que fácticamente se han logrado imponer. ql1C asimi-
la todo estándar de racionalidad a uso, y costumhres, a convenciones
sólo válidas en el lugar en 'lue se C516 (op. cit., p. 60). Este e'cepticismo
radical es dehido -según Hahermas- al mantenimiento de una ,ola de
la, dimensiones de la filosolía. el logo,. la capacidad de representane y
manipular objetos. o el habla constatadora de hechos: "La insi,tencia de
la filosofía o~ciden!al en ell"go' reduce la razón a lo que son los rendl'
miento, del lenguaje en una de 'u, dimensiones,en la de exposIción de
estados de cosas. Al eab" ,ólo se considera ya raclonal la eI,lboración
metódica ole cuestiones de verdad -las cuestiones de justicia y 1>" cues-
tiones de g.usto, también las cuestione, relativas a la veracidad O a la au-
tenticidad de las pre,entaciones que lo., ,ujeto' hacen de ,í 'luedan ex-
cluidas de la e,fera de lo racional-o Como irracional per .,e aparece
entonces todo aquello que rodea y delimita a la esfera de la ciencia, e'pe-
ciaJizada en cuestione" de verdad ... El contextuahsmo sólo e, el reverso
del logoeenlrismo.
Pero una lilosofia._. que lllvierla lal perspectiva y vuelva la mirada h¡¡-
na atrás, hacia la espe,unl del mundo de la vida. se hbera ole! logocen-
trismo. De,cllhre una razón 'lue opera ya en la práctica comunicativa
misma. Pues aquí la~ pretensiones de verdad propo,icional, de reclitud
normaliva y de veracidad subjetiva se enlrelazan dentro de un horizonle
mundano concreto y lingüi,licamellle alumbrado: pero cn tanlO que pre-
tensiones dc valide7 susceptible, de critica. ¡rm,cienden a la vez 1"" con-
texto, en que en cada caw han SIdo formuladas y sc han hecho valer ... se
hace patenle una racionalidaol comunicaliva .. _ F_;ta otrecc al tiempo un
criterio a la hora de enjuIcIar la, comunicaclOne, ,i_,temáticamenle dis-
tor"i"nadas y las defonnaciones de la, formas de vida, que vienen marC~­
das por una utihzación sólo selecllva del polencial de razón que se tornó
accesible con el tránslto a la modernidad,. (op. cit., pp. Ó l -2).

Explicaciones normativas

Frente a la concepción nomológico-ueductiva de la ciencia social y a


la identificación del hacer científico con la bú,queda de explicaciones

190
causales, alguno, autores han planteado la po,ihilidad de un saber cienti-
fico ,ocial que se legitime por la producción de un tipo de conocimiento
no cansal. Una de 1,,, ohm!' má~ influyentes en el esclar~cimiento de esta
opción cientifica para las cienclas sociales es la de PeLer Winch (1958).
Winch ~e propone combatir lo 'lue considcra pretensione" extra·
científicas de alguno, dentíficm. En su opinión. la reflexión filosófica no
debe entender>e como una especie de trabajo suhordinado al de la cien-
cia, 'lue ,eria la Idea de Locke, ni tampoco, en la posición contraria,
como una especie de m¡¡gi,teTÍo del científico, que seria la idea de Hegel,
y que le parece inadmisible y ridícula. Lo que reivindica es la legitimidad
-y nece,idad- de un análisis conceptual, y no sólo empírico, para con,·
(ruir determinado tipo de "ahere,.
La tesis que Winch defiende a lo largo de la ohra e, que" Las rela-
cione, ,ociale, de un hombre con sus semejantes están permeadas con
'u, ideas sobre la realidad" (p. 23) Yello hace que la inteligibilidad que el
clentítico social logra de su objeto de estudio sea diferente a la de otros
científico" ya que la constitución analítica del objeto no depende exdu-
,ivamente del científico, sino tamhién de los propios objeto, analiLados.
Que una sustanci" se eon~idere, por ejemplo, un ácido depende exclusi-
vamente de la definición y la teoría del científico que la relaciona con
otra, ,u~tanelas; que una acd"n, por e.iemplo, sea un castigo "pedagógi_
co,. o una plegaria depende de las ideas educativas y religiosas de los ac-
tores. El punto de partida es un análi,i, de la inteligibilidad de la conduc-
ta ,ocial y del papel que el lenguaje .iuega en la constitución de la mi'ma.
El concepto de acción que Wineh utiliza eS,como con anterioridad
he señalado, inherelllemente social, en tanto en cuanto se constituye
como comportamiento con significado.
En este sentido, la posición de Wineh es explícitamente weberiana.
Para entender, ,in embargo, lo que conceptualmente es el SIgnificado, re-
curre a Wittgenstein. especialmente a la, Investigaciones filosóficas. La no-
ei"n de significado viene vinculada a la de similitud e igualdad, ya que,
en realidad comunicar supone abstraer y equiparar, de modo que se pue-
da tra8cender la situación singular y dotarla de sentido. La comprensión
de la~ elllidades que 80n comunicativamenlc similares viene dada por las
reglas de U8O; el ,ignífieado lo vmeula al seguimiento de una regla. en un
sentido explícitamente wittgensteiniano, como norma contextualmente
,ituada. Lo que a mi parecer ~, interesallle de un análi,i, de este tipo es
que el significado, en tanto que seguimiento de una regla, es inseparable
de la, nocione~ de eompromi8O y ruptura, de error y evaluación. La no-
ci"n de regla supone la existencia de un eompromi8O. E,ta es una Idea
webenana, que el propio Weber aplicaba al intercambio, según este au-
tor el intercambio de objetos se convierte en illlercambio econ"mico

'"
cuando tienc scntido, y ese scntido estriba en una regulación y compro-
miso de futuras conducla,_ Para Winch la idea de compromiso, concomi-
t~nte con la de ~eguimicnto de un~ regla en un contexto sociaL e8 aplica-
ble incluso a lo, actos más privado~, con tal de que estos tengan
significado. Ahora bien, si existe una regb y un comprom;"o. eXiste tam-
hién la posibilidad de romperlo; esta es una de las razone~ por las que la
predicción dc acontecimientos Mlciales puede fallar (y no por un~ 8U-
pucsta in,uficienci~ de 1", d'dtos del cientifico). La otra car~cteris¡jca del
significado como ;eglllmiento de reglas es la p08ibilidad de error, lo que
hace que el significado 8ea un proceso ;ocial evaluable por su grado de
correceión_
El saber científico social e, un saber, por t~nto> quc supone un doblc
proceso de compren,ión. Como tal 'aber cientifico se caracteriza por
una comprensión rcflexiva que debc nece.,uriamente presuponcr la com-
prensión Irreflexiva dc los participantes. La comprensión científica de
acontecimientos 'acial e;, la posibilid~d de consider"rlos Slmilare, o difc-
rentes. requiere la comprensión de los criterios de lo, actores, «su cone-
xi/m interna Con un modo de vida.> (Winch 195~, p. 109).
Según yo ve(llas co;as. este e~ el punto donde diverge la posición de
Greenwood respecto a la de Winch. Amhos autore, mantienen un punto
de partida similar. la caracterización de la conducta social como conduc-
ta ,ignificada: la, c<Jn~ecueneias, ,in embargo. que de ello sac~n ,on muy
difcrente~_ Greenwood, de hecho. habla más de repre~entación que de
.,ignificado. y ya he señalado cúmo éste c; un concepto que utiliza con un
sentido poco preciso (cogniuvo pero no discur,ivo. indivldu~l y colecti-
vo. etc.). Lo que sí e,[á daro es que Greenwood diferenCia claramente
entre repre,entaciolles sociale8 y relaciones sociales como dimensione,
del acto social. En realidad. el concepto clave es el de relación, que con-
sidera como una estructura abstracta; de la dimcn-',iún de repre,entación
dice inclu_,o, como ante, ,eñalaba. que puede faltar. L~ explicación c~u­
"al e, entonces posible pues la, idea8 de los actores no son condición ne·
cesaria para definir un hecho social, aunque sí Sean un factor cau,al en su
dinámiCa. Par" Wineh, ~in embargo, el concepto central e8 e! de significa-
do. al que considera intrínsecamente vinculado con el de rel,lCión sociaL
Mientras que en la, ciencias naturales es el conocimiento teúrico del
científico el que permite explicar lo> hechos quc ante, no se conocían, en
la; cicncias ,odales cse conocimiento ICórico y generaliLado es subsidia-
rio del conocimiento de! sentido que los actore~ le dan a la situación, La
consecuencia que de ello saca W1l1ch e, que "la intemcción social puede
ser comparada de modo má, provechoso con e! intercambio de ideas en
un~ convcrsación que con la interacción de fuenas en un shtema fíSICO ..
(p. 12R),I:J modo má8 próximo de explicación que encuentra es el de la

192
f6¡

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U\1;¡lu~(d Á 'OJ)íi<;>(OPOPill OUlSl(U11P!"!PU) lap <»II\1UlillOp ]U JIU"'lj ·P.1~!A)1
-::>J(OJ lJl'!A ~p olund U11 uCldoplJ '~lOln" sol '¡1JlJOS U!i!O(03),d El ap OJHP
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aAanw ~s Jnb 01" JlJu0!J"laJ ¡~ O)UunJ '~<>¡qlJ1nwul saÁ<>1 \1 ,\ SOU1~P "']q
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u\,!,uaPJd e] p, lUDunU::>J '-'P uO!JJaJlp ~(UJ u,~ u<>UOU'IlU ~aJo)nc SO( Jnb
uopn(os c l "UN 'd) «lP'JOjllU opunill p u<> s<»ua!puods<>JJoJ SdOPlllEd ,el
Job SOA11lJJ!1dxa ~o~<>JOJd ;¡P up,-,nbsnq 11¡ u<> CUEJdUlJl ~"w "'pow <>m¡
lJun ua UP.J1U<>lIJU;:' '-'s SJ¡qlJJ<>pUOUW! SOlUJUlJI'-' SOl'" :1"m)jIlJ OUlSM'IU[
-al la Á CpU~lJUOJ U] 'u\'!~Jala <>Jqlj C¡ Jp pUp!l"al "l ap '<»UJUl u1 ~p \lZ~1
-CJn)BU 111 Jp SUill~l'l"Jd S01"<>lJ!J.lJdn~ lJ] ~p o!l1q<>p.lOd O/m! UllllU~OJU<>
JS s~(~n¡d<>Ju,J:) SCZ)P~AOill suu~m '"l aob ;JJqnJs::>p '-'s "A)1llJ.'ldx<> JSBq
uuo P.FlC,\ J"lIlCAI! Jp 01U'-'IU! un l!(llJ;Jp JS OWOJ o)uOJd UU) OJJd "::>IU~ill
'\1A!P~IOJ o ]UnplA!pU! <>~J!qllJS::>p u<>p,-,nd ~<>IC!J!p~dos sou<>w9uaj '0"1
'SBJ1)llill~1'I01d '"W u<>J<>Jcd s<>1lJ)JO' ~P.DII<>lJ SBl '-U<;>lW~lUWO" r.J)SJOU
<>p "'pda]ll s~w SOlUlillOp 'O( ua UCJ1U~OJUJ JS ('-'3!lUllnJ c"mpaw) u<;>p
-C~OEJ Á ((1ll,,~ds~ plJP!"!lP.¡aJ) OdUl~lI pp ~UrOpP.lllU w¡ 'O]dillJrJ Jod- '''L
-lp'-'AOW SUU::>lU SlJ1 uOJ .lcl<>doll Jp S<>lUP. pEplpUlljOJd JIUlJlSlJq P. .l1'.J)<>U
-,-,d '-'panu u<;»Jtf.i!)S<>AUl B1 SJ]lJn3 '01 u'-' 'S<>¡qCIUJl ~ qllj"l~a SOAIl1lJ1ldxJ
~md!Ju!Jd Á SOWSlUU~Jill '-'lqOS JI1SIICJSJp u'-'J'-'l,-,d IP.J01P.II opunUl l<>P '~I
-1lp!p,-,dns sou<>wouaj ~ol <>nb SBJ)II'-'!W" :!mZ!p<>AOUl SCUJJU lJ[ '-'P ual!cwl
lJ1 lJ oA!s'-'Jdxa opow '-'P UJJlnJ~'M -'~IC)JOS SBlJUJp '>1l1 ua uO!J\1Jl]dxJ
111 C u<>!q UllpOWO:lIl;JS <>ldill'-'!~ OU S<>jEJOlCU-OJ!Jl1U'-'D uODe"ljdx;¡::>p sop
-OlU sor Oill<;>J ''-'luaW1cníi! 'lIc<»uc]d (6861) "[lP.;) ap Á <>¡¡Jul.) 'ilJJlJH
"ep JS Jnb U[ ua llJU<;>lslq
u<;>!JlJnl!' "l Á O¡U~!wlJsu,-,d '-'P opnw un ~(qn10s1pu' opow ~p sopc1nJu'~
P.J<>pl~UO" uJmb 'P(l(lNlU!l{0J <>p JI! ow!x<;>Jd Ánw "ppu<>s un UJ 'UllOl'!lj
determinadas por causas» (p. 21), es!e planteamiento lleva a considerar
un objetlvo diferente para la actividad científica, ya qlle micntra, "la anti-
gua p,icología intentaba estudiar la acción humana dentro de un orden
causaL la nucva p,icología intenta obtener una comprcn~íón científi~a
de la vida bumana dentro de lln ordcn moral o unos órdenes moralcs"
(pp.21_22).

El construccionismo social

El con,trucciouismo social, o el socioracionali~mo. que scria la meta-


teoria que seglin Gergcn (1982) lo fundamenta. es un a~ercamiento al es-
tudio de la psieologia social que parte del cuc;tionamiento de la búsljue-
da de lo incorregible, en expresión de Austin, como objetivo del saber
científico 14. La regularidad y estabilidad de los fenómenos, que e, el fun-
damento de las explicaciones causal e.' y las prediccioncs científicas, que-
da, seglin Gergen, radicalmente alterada cuando ,e trata de la conducta
humana. Si partimos. como anteriormente ,e ha planteado, dc la posibili-
dad de explicar el comportamiento ,ocial. o al menos ciertas facetas del
mismo, en virtud de las normas y regla, que lo c()n~tituycn, no puede ob-
viarse que el ser humano es un "transgre.'l,r de leye.,,, (Gergen, 1982. p.
13). Ello quiere decir, según este autor. que la, regularidades que la cien-
cia >ocial estudia Mm históricamente contingentes, bsta contingencia in-
cluye el prupio trabajo del científico social que, en virtud de la difusión
social de sus interpretaciones, modifica. mediante lo que denomina efec-
to de ilustración, la realidad que investiga 15,
La constatación del carácter históricamente con:.tituido del conoci-
miento social llevó a Gergen a plantear qlle la teoría tiene una relación
negociable COn la reahdad y que, por tamo, la invesllgación ciemífica es
más Una vivificación de la teoriól que unól venlicación dc la m;"ma: Idea,
por otra parte, similar a la dc Icnneiser sobre el carácter "scnsibili7ador,'
de lo; concepto; científicos o a la de Moseovi~i :.obre el ~aráctcr genera-
tivo de la teoría.
Gergen (1 \lll5a) ;intellza lo~ presupuestos principól[es de b orienta-
ción construccionista en: 1) Una actitud fenomenológica, de puesta en
cue,tión del mundo que nos es dado como real, bien en la experiencia

-' La hÚ"lued' de 1" ,"corre~¡bl, .,e ",flere a 1, p"'tcn"on d, en"Un"ar d''''''p''"nc, o<tabl.-
del munOo. que"", ci'gan jo que" y ,eró (Y. P'" '.",0, lo que "U puede s« 0< "'la mao«_). 1",
",nei" ,o",.b '" rnteresa" m;'1 por j' lm'yueda del ,"mO.o, de ,,,ro,, 1" <0'" pueJ," "r do
"t", ma,,",'.
" Fn cierto mn,J .. , o,to e, lo que dc>cubrLO M","O"CL cua<ld" o,tudJÓ la "p,,,cntac;oo «"".1
Jo! psrcoofi'l"¡,

194
cotidiana o en la teorización científica. 2) Lo, términos en los que el
mundo es entendido son artefactos sociales, productos de intercambios
históricamente "ituados entre per,onas. 3) El grado de predominio social
de un tipo de explicación no depende de su validez empírica ,ino de
ciertas viciSItudes wciales tales como conflictos, negociaciones ..., y 4)
Estas formas de comprensión negoóada ,nn de crucial importancia en la
VIda social, ya que están íntimamente vinculadas a todas las actividades
sociales. El lenguaje juega un papel fundamental en este proceso de cons-
trucción social de la realidad, desde el punto de vista construccionista, y
tal como Shotter (1989a) señala, "la función primordial del habla no es la
de repre.,emar el Inundo, sino /a de coordmar las diversas acciones socia/es"
(p_ 143, subr. orig.).
En una obra más recIente Oergen (1989b) se autocalifiea como
"postmoderm"" "Desde la perspectiva postmodernista -dice- el conoci-
miento no es una posesión de la mente, las palahra.~ no son reflejos de la
mente, y tampoco e,tán limItadas por la naturaleza ... la fuente principal
de las palabra.~ ... radica en la relación ,ocial,. (p. 169). El eonstruccionis-
mo social ,e interesa, por tanto, de modo especial por las prácticas socia-
le' de producción del conocimicnto, incluido de modo autorreflexivo el
propio conocimiento científico (Gergen y otros, 19í16). La ohjetividad se
vincula no a una relación verosimil entre palabra y objeto sino a la habili-
dad retórica. El problema retórico es. en 'u opinión, el de transformar
"los misterios teóricos en un léxico de lo real" (Gergen. 19R9h, p. 181).
En mi opinión, el interés por la' prácticas sociales de producción del co-
nocimiento y por las práctica.~ sociales de tipo argumentativo y retúrico
con el que se validan en la vida cotidiana no tiene por qué suponer una
disolución lingüistica de las relaciones sociales y objetales. Creo quc la
teoría de los actos de comunicación de Habermas, por ejemplo. o cierto'
desarrollos del interaccionismo sImbólico, a,i como una psico,>ociología
del conocimiento de corte discursivo, penniten entender lo~ procesos de
construcción social de la realidad desde un punto de vista eomunicacio-
nal y no exclusivamente lingüístico.

Enfoque interaccloni~ta

!-rente a la posición dominante en la psicologia ,>ocial, el intcraccio-


ni.,mo ~imbóhco supuso ,iempre una alternativa epistemológica y meto-
dológica. La teoria interaccionista ,upone un análisis del comportamien-
to en términos de acción ,imh<ilica. Tal como dice Giddens (1988),
Mead "realizó la tran,ición que va desde una filo"lfía de la conciencia a
una filosofía del lenguaje, centrada en una interacción simbólica" (p. 169).

195
Concorde con la concepción procesual y constructiva de la ~ociedad
y la pcn,ona, que el enfoque intcraccionista implica, Blumer (1982)
considera que una gran parte de la metodologia que se utili7a en las cien-
cias sociales es .errónea e inadecuada" para abordar los problemas que
éstas se plantean. La metodologia alternativa que propone sc su,tenta en
un examen directo del mundo wcial empírico. al cual debe adapla"e la
mve,tigación y no a la inversa, sometiéndose dicha investigación a un
protocolo cientitico ajeno a la realidad estudiada. Según esta visión. los
conceptos científicos deben 'er "sensibilizadores" y no operaeionalmen-
te definidos, de modo que nO restrinjan de modo innecesario la realidad
que se pretende observar.
Conforme con el espírilu pragmatista que anima el interaccionismo
simbólico, Blumer sitúa el criterio de cientificidad en la utilidad del co-
nocimiento que se genera. El conocimiento posible depende, panl J31u-
mer, no de una decisión del investigador ,obre lo que considera que e, la
realidad y el mndr> cientítieo de estudiarla, sino que viene determmad"
por el objeto de estudio y los problemas concreto' que plantea al inveStl-
gador, de modo que -señala- en algunos casos .la mera mformación
descriptiva obtenida por medio de la investigación exploratoria, puede
ser suficiente por si misma para aportar las re,puestas a la, preguntas
teoréticas '-lue el especialista pueda estar formulándose respecto al objeto
de su estudio" (01' ciL, p. 31). La investigación puede que. sin embargo.
requiera ir más allá de la descripción y pasar a una inspección analítica.
Según Blumer "la in~pección, como sistema de investigación. es la antíte-
sÍ> de la investigación científica tal y como se concibe en la metodologia
actual de la psicologia y la soeiologia. La mspección nO se aju.'ta a ningún
entoque o procedimiento rígido: no cuenta de,d~ el prinCIpio con ele-
mentos analíticos cuya natur,¡]eza haya sido determinada de antemano y
nunca revisada o verificada en el curso de 'u utilización. sino que desa-
rrolla la naturaleza de dichos elementos por medio del eXamen del mun-
do empírico propiamente dicho,) (op. cil., p. 33).
La libertad epistemológica de la que hace gala Blumer es. creo. bas-
tante fecunda. OtnJs ínvesllgadores interaccionistas, sin embargo. man·
tlcnen una mayor proximidad a "los procesos ·'normales" por los 'lue las
teorías en ciencias sociale, sOn ideada,. examinada, y reformuladas»
(Stryker y Stalham, 19í15, p. 321l).

ENTRE EL ORJETlVISMO y EL SUBJETIVISMO

La, ciencias sociales - y la psicología social COn ellas- se caracteri-


zan por una permanente tensión entre la pretensión de objetivldad (obje-

196
tivo de todo saber científico) y el rigor en la construcción teórica. que
permita captar la estructura social y subjetiva de su objeto (condición ne-
cesaria de todo saber científico). Esta dmámica se manifiesta en una po-
lémica entre objeti:,mo y subjetivismo. En :,u:, momentos álgidos -lo 'lue
se ha llamado la época de la «crisi:,» en p,icología soeial- esa polémica
se ha manifestado. con frecuencia como un enfrenÚlmiento de posicio-
ne~ irreductibles. En mi opinión la situación actual es diferente a la de
hace años y asi he intentado mostrarlo. Esta difercncia no estriha en la
transformación masiva de las práctica~ científicas dentro de la disciplina.
Lo, datos existentes muestran que no se ha producido tal cambio en la
cultura cientifica y que las prácticas investigadoras son muy similares a
las de hace veinte aiios. Sin embargo, creo que se han producido avances
importantes en los planteamientos epistemológicos y metodológIcos de
muchos psicólogos ,ociales y que van en la dirección de la superación de
una falsa antinomia entre objetividad y snbietivldad. Estos camhio~ los
veo, desdc el punto de vi,ta nhjetivista, en un abandono de los modelos
m...--camcistas y neoposilivistas como únicoi> modelos de actividad cientí-
tica. El desarrollo de un modelo reali,ta no mecanieista. como pueda ser
el de Greenwood, aun con todas las dificultades que presenta, me parece
un avance importante en el desarrollo de un estudio experimental de los
procesos i>ociale,; junto a ello. hay una receptividad cada vez mayor a los
de"arrollos de la lilosofía y 'ociologia de la clenda. donde ,e plantea la
pluralidad de paradigmas y dc programas de inve,tigación como una ca-
racterística del propio desarrollo científico y no como una debilidad de
éste. E,te progresivo abandono de la ansiedad cartesiana de la funda-
menlación hace, igualmente, que desde la psicología sncial más orienÚlda
a la compren.,iÓn de lo, procesos de construcción ~ocial dc la realidad se
desplace el énfasis desde un subjetivi~mo fenomenológico a un inteTac-
cíoni,mo. Aunque en este campo las posiciones son muy diversas -y yo
no hc pretendido vincularlas en lo que sería más una sincresis que sínte-
sis-, creo ,in embargo. que una p.,icología social de corte neopragmalisla
e interaccionista. que .,epa vincularse a los actuales desarrollos de la teo-
ría social. con:.tituye una vía lllteresante de progreso en la psicología so-
ciaL
E,ta antinomia entre ohjetivismo y subjetivismo no es una cucsuón
exclusiva de los psicólogos sociales. Creo que e" esta una cuestión que se
plantea en todas las ciencias humana.' y ,ociales "'. En el campo de la so-

" En un, confocenc;a, P'" "J,mplo qu< Kich"d 110m""," d,,, "" el nlC Oj3N3) in"",,"o
]",", Mugu",.. par. >e".l., cúm" la """0" partl<ul.nsmoj"niv" .... h,mo q"' oara<l<"UI 1, oc·
,",1 pokm,," "'" 1" I<lo<oli. Imodcmid.djpo>1mnJerrndad. eto l. podIi. cn'cndc,,< <n '",m;fio, de
",,~,d,.". COn 01 ,"""Jo que Unamuno le d.oo en "Fl ,"Ohm;""'" ''''~LCO de l. vid.". ,nmo ""a
,,,,,,,," ,"heleniO' 1, exl',,,,<n,,a <,.,''',"0.,1 de la contlngenci. Rom""m. d<,de 1, PQ"CLÓn prag·

197
eiologia, por ejemplo, la polémica entre objeLivi~mo y subjetivismo es
una de la, cuesliones clásicas, Picrre Bourdieu (19lllla, 19lilib, 1991) ha
hecho, en este sentido, alguna, aportaciones que creo que ~on de inleré~
para la psicologia ~ocial. Califica Bourdieu Su propia po.,ición como
construd;vismo estructura!ista o estructura/ismo con5lruClivistu, preten-
diendo renejar con ello la necesaria vinculación de la doble oricntación.
objetivista y subjetivi~ta, que caracterir.a a la eLnol(,gía y a la, demás eicn·
cias socialeS.l:.sta doble orientación viene dada por las caractcrí,ticas del
propio objeto de estudio, El e~tructuralism() lo enliende Bourdlcu no al
modo de los eSlructuralistas objeliv;,tas como Levi-Strauss o Allhusser,
sino como expresión del hecho no obviable de que «existen eSlrueluras
objetivas, lfldependientes de la conciencia y de la volllntad de los a)!en-
tes, que son capaces de orientar o de coaccionar 'us práelica~ o sus re·
presentaciones» (Bourdieu, 1988b, p. 127), Por constructivismo se refie-
re al hecho de que "hay una génesis social de una parte de los csquema,
dc percepción, de pen,amicnto y de acción que son constitutivos de lo
que denomino habitus" (ibid). Este con~tructivismo e~tructural pretende
superar la di.'yunliva entre mecanicismo y finalismo que, corno hemo~
ViSIO, también afecta a la psicologia .,ocial. Para B<,lurdieu (1991) la regu·
landad empírica puede entenderse redUClivamenle, tanto desde un punto
de vista de la fhica social corno de la fenomenología: "Pasar de la regula-
,idm~ es declr, de lo que se produce con eiena frecuencia estadística-
mente mensurable, y de la fórmula qu~ permite explicarlo, al 'eg/amemo
conscientemente revelado y conSClentemente respelado o a la re/iu!a,.;ón
incon,cieme de una misteriosa mec,iniea cerebral o social, tales son la,
dos maneras más comunes de des]úarse del modelo de la realidad a la
realidad del modelo» (p. 70). Una de las co,as que ocupa a Bourdieu es
la comprensIón científica (teórica y obJetivante) de la comprensión co-
mún, regida por el fUJbitus y los principios (schémes) práctico, que cons-
tituyen la lógica práclica de la vida cOlidiana. Esta prá"tica supone, par¡¡-
dójicamente, la exclusión del dominio de la I"gica que en ella se expresa;
concepción que veo similar a la de Heider sobre la psieologia de sentido
común o a la de Windisch ,>obre las lógicUlS cotidianas. El científico "ocial
prdende comprender esta comprensión práctica. Desde un puntO de vi~­
ta fenomenológico "se propone reflejar una experiencia que, por defini-
ción, no se reflexiona, la relación primera de familiaridad con el entorno
familiar, y sacar así a la lu¿ la verdad de esta experiencia_o, pero no puede
ir má~ allá de una descripción de 1(> que caraeleri7a propiamente la expe-
mat",. gu, lo o.ra«,,;.o>, le <O"te"ó que _le p,~ln" acepta, e>4 ,ntorpr<t,e;o" ,"" tal de que el
,enl;mlcntO """1\;"'" no Ilev." a ""a .ol"ud de ¡mpote"c;. y. l. JOa"",," r" nuestro ""'""
,"",ClOn pOd". o"teod<r<e, ",1 ,e-, COffiü"" estaoc.m;"",,, en d"P"'~' ",cota",,", ,"o" el me,
'000

198
riencia «vivida" del mundo _ocial ... y excluye de esta experiencia. al mis-
mo tiempo, cualquier interrogación sobre sus propias condiciones de po-
siblhdad" (Bourdieu, 1YY l. p. 48). El objctivismo, por otra parte. "que:.e
propone establecer regularidades objetivas (e_tructuras, leyes, 8i~temas
de relaciones etc.) independientes de la:. consciencias y las voluntades in-
dividuales j. .. ! dehido a que ignora la relacIón entre el sen/ido vivido que
explicita la f~nomcnologia social y el sen/ido ohjetivo que construye la fi-
sica social o la semiología objetivista. se impide analizar las condiciones
de la producción y del funcionamiento del sen/ido del juego social que
permite vivir como evidente el ~entido objetivado en las institucione8"
(pp. 48-50). Este sentido del juego lo entiende Bonrdieu como concepto
vinculado al de hahitus: "Este "sens du jeu'· como decimos en francés es
lo que permite engendrar una infinidad de golpeS adaptados a la infini-
dad de ,ituacioncs posible, que mnguna regla, por compleja que sea,
puede prever,) (Bourdieu, 1988b, p. 22).
Según el mi_mo autor "sólo se puede superar la aparente antinomia
de lo:. dos modos de conocimiento e integrar 8US lugros SI se subordina la
práctica CIentífica a un conocimiento del «sujeto dc conocimiento.. , co-
nocimlcnto e,encialmentc crlÍico de lo, límitcs inherente8 a todo conoci-
miento teórico. subjctivista tanto como objetívista. .... (Bourdicu, 1991, p.
50). Esta posición crítica y dialéctica de Bourdieu cs la que hacen propia
J. P. PourtoÍ> y H. Desmet (1992) en 'u tratado sobre la epistemología y
la in,trumentación Cn ciencias humanas. quiene8 manifiestan - y mi opi-
nión es cn csto coincidente con la suya- que el momemo ,ubjetivista
debe articular,e con el objetivista de modo quc "las infonnaciones pri-
marias procedentes de uno u otro momento puedan ,er "leídas» por una
o varia, teorías. Una lectura teórica plural tiene la ventaja de aumentar la
riqlleza dc las condu,iones al proporcionar iluminacione' diversas»
(p. 74).

La metodologíllY lo> métodos

Las rdlcxione8 anteriores sc han dirigido a una consideración sobre


las dlferente8 preten,>iones de conocimiento que se manifiestan en la psi-
cologia ,,,cial. Crco que e8 ahí donde se dan lo, problemas realmente
_u.,tantlVos respecto al diseno dc una actividad que se pretende científi-
ca. Los problemas ~obrc los método' o técmcas de investigación sólo tie-
nen 8entido dentro del contexto concreto de investigación en el que _e
plantecn. Cuando 8e admitc como legítima una pluralidad de intereses dc
conocimíento, vinculados a diferente, paradIgmas o familias de tcorías,
lógicamente ~e deriva lo absurdo de las descalificaciones gcnerales sobre

lOO
el uso de unu u otra técnica metódica. Por di" creo que la polénuca ~o­
brc el método experimental, por ejemplo, sólo tiene sentido cuando Se
plantea como el únicu método científico. No es el métodu, en ese ca:,o, lo
que realmente se puede poner en cuestlón cuanto la ontolugía suhya-
ccnte.

COMENTARIO tINAL

Parece legitimo y fundado considerar que nu hay una realidad histó·


rica '-lue unifique a la psicología social. Desde un principio. los intew,es
soc!ale, e intcleetuales que ,e plasmaron en la investigación PSicusoclal
fueron ml1y diverso" cuando no contradictorios. La exi,tencia de al me·
no., dos psicol"gias sociales cs una afirmación ampliamente mantenida.
Aunque existc Una concepción de la psicología social a la que :,e ha ca-
nlcterizado como dominante, ello no quiere decir ni necesita ,er inter·
pretado de f<lfma doxognifica. eom" establecimiento de un canon >ohre
lo correcto. De hecho, y desde puntos de vista muy diferentes. ,iemprc ,e
manifestó una cierta tensión interior en el pwpio campo de la p,ic"logía
social dominante. Por ell", considero quc es más productivo intelectual-
mente abandonar dicotomías como la de psicología social psicológica/
socIOlógica y con,iderar la psicología ,,,cial como un territorio plural
tant" desde el punto de vista teórico como metodológico. Ello no' per·
mite, por ejemplo, considerd' algunos de los de.,arrollos cxperimentales
de la p,iculogía social europea (los estudios sobre el grupo minimo y la
identidad grupal, por ejemplo, O los estudios sobrc influencia de mino-
rías y convcrsión) como mucho má, cercanos a los desarrollos sociolúgi-
cos que lu que pudieran estar otras lnve,tigaclOncs experimcntales que ,e
fundamcntan en modelos estrictamellle cognitivos.
En este panorama, ~e han ido plantcando voces di,identes que, con
desIgual rigor} fortuna. han reclamado la conveniencia de un trabajo
metatcórico y epIstemológico '-lue pcrmilie'e reconsiderar lo que parccía
que ~ran rutinas de pcn,amicnto. La idea de la criSIS de la cicncia y. en
concreto, de la, ciencias SOÓ'dleS, no e~ exclusiva de la psicología social
ni limitada a un período, aun'-lue mucho, de nuestro, historiadores así lo
considcrcn. Ya Vygot,ki hablaha de la cri;is de la psicología a principios
de -'.iglo, cuando su cxistencia era muy corta y, en el campo de la ;oeiolo-
gía, e~ 'abido el cuestionamielllo que en los año, .,e,enta y .,etenta, cspe-
cialmcntc,'e hizo de las tcoría~ explicativa, dominantes, en cspecial el
estructural-funciOllalismo. En realidad, como dice Lamo de Espinosa
(1990, p. 9) "cl sentimiento de "vivir una crisis" '-lue nunca acaba dc re-
>olverse e:, uno de los indicadores má, daros de la modernidad". Y e,

200
que el pen,amiento moderno es un pensamiento erílico. En mi opinión,
como ya he indicado, la psicología social se hace eco, junto a ese senti-
miento gcneral y moderno de crisis. de un movimiento más cspecífico de
estos último' años. lo que se ha dado en llamar po~tmodcrnidad, y que
cn cicrto modo podemos decir que ha cumplido su ciclo. Bien es cicrto
que la e,tructura temática de lo, principale' manualcs de psicología 80-
cial hace esca80 eco, O mejor, modifica en escasa medida los rótulos y te-
mas que 'e ofrecen a los alumn08, tal como ponen de evidencia Surillo,
Sangrador, Barrón y Paul (1992). Sin embargo, y a pesardc que tal como
he ,eiialado, la psicología 80cial curopca tiene csca,a presencia en los
manualc8 y re,istas americanas, con~idero que e,ta linea o grupo de in-
veslJgadore" que na ~on un calco de sus colegas amcricanos, se nutre
-por ~inculación directa o contrapuesta- de numerosas ideas crítica,.
porque, cntre otras cosas. fueron los psico,ociólogos europcos los princi-
palcs promotorcs de la crisis de la psícología sodaL L:l que desde distin-
tos lugares se ha cue,tionado e; la legitimidad de una visión totalizadora
dd objcto del conocimiento social por parte dc un supuesto observador
privilegiado, ya sca científico, filósofo u otra cosa. (cf. p. e., Habermas
1990; Rorty, 1979). Creo que la actual polémica epistemolúgica cn la
psicología social ;e plamea como una confrontación entre conccpcione~
diferentcs acerca del conocimiento po,íhle y no totalizante. Lo quc en mi
oplOión no debe perderse cn esc debate es el objetivo dc aumento de la
racionalidad que la cicncla moderna se planteó. L:l que el concepto de
racionalidad 8igue manteniendo, a pe,ar de los variable; modos de en-
tenderlo, e' la rClvindicación de un modo de legitimación de las afirma-
ciones que sc plantean como cienlíficas mcdiante recursos diferentes a la
imposición dogmática dc una autoridad. E"la racionalidad cicntífica cstá
íntimamente vinculada, como ya he ~eñalado, a la publicidad dcmocráti-
ca y a la legitimidad que de ella se deriva.
Que cxistc una pluralidad de enfoques y un escaso consenso sobre lo
que e, _y pueda scr- la p~icología social yo creo que es elcno. En cual-
qUlcr caso mi pretcll';ión no e:; la de con,eguir una unificación de dichos
enfoque,. La p:.icología social e,tá desgarrada constitucionalmente por
8U doble referenle (clllldividuo y la sociedad) y los procesos de articula-
ción son 8iemprc de segundo nivel: 80n articulaciones tcóricas de entida-
des. a su vez, teóricamente articuladas. Sin embargo. no creO que dcba
admilirsc sin más una inconmen,urabilidad dc perspectivas. En este ,en-
lido, mi pen,amicnto no es cn absoluto relativ;"ta Yo creo que CXlste
una cierta conmen,urabllidad de paradigma,. Esta conmensurabilidad,
~in embargo, no la vco como somctimiento a un supuesto arbitraje por
partc de criterios metodológicos formales, a una confrontación mediante
cxperimentos cruciales o cosas por el cstilo. La confrontación y/o cola-

201
horadón la veo más en el terreno de la pragmática en la coir1Cldencia de
enfoques plurales en el esdarecimientP de problemas ,oeiales concretos.
Es aqui cuando las teorías y hl' método, funcionan como hcrramienta'
de la reflexión más que como garantías procedimentalcs para el acceso a
estadios superiores de certidumbre.
Partiendo de la bu,e de un~ pluralidad de acercamientos posibles a l,l
psicologia socIaL creo que es teúricamente legítimo e intelectualmente
productivo considerar a la p,"icolo¡;ia soda! ComO um, cimda \OClal La le-
gitimidad de e,t~ enfoque viene dada tanto por una posible lectura de 1..
hi..toria de l¡¡ misma, así como por la reflexión sobre el objeto de la pro-
pia psicología wClaL
La legitimidad histórica de una comprensión de la p,icolngia social
como ciencia social viene d¡¡da por vanas r.i7one,. En primer lugar, por
la eonsidera~ión de las preocupaciones que dieron origen a e,ta discipli-
na. Tal como he señalado con anterioridad. la psicologia ;oclal nace en
gran medida marcada por las preOcupael<lnes sociológica, de la época y
muy en especial por las referidas a la interiori7aeión del orden social.
que loma cuerpo en los estudios sobre socialización. ¡nfluencia ,ocial y
formación y cambio de actitude,. Estas preoenpaciones ,iguen ,iendo
centrales a la labor de los científicos sociales. Desde un primer momento
ha habido una respuesta a esw, problemas de,de una perspectiva socio-
lógica (lo que ha dado en llamar,e psicología social sociológica), pero a
mi entender la principal raúm histórica que legitima una con,ideración
de la psicología wcial como ciencia socia] es la centralidad de l~ refle-
xión sobre el estatuto de lo social. que caracteriza la, mejores rcllexiones
sobre l¡¡ disciplina. En ello. han dcsempcimdo un papel fundamental los
científicos europeos. tanto anteriores como posteriores a la segunda gue-
rra mundial (lchheiser, Lewin. Heider. Moscovici, Tajfcl. Riimmetveit...).
Si tomamos como punto de partida la renexión sobre el objeto habi-
tualmente con.,iderado como propio de la disciplina, la interacción '0-
cial, hemo, visto igualmente la solidez de un punto de vista propio de la,
ciencias sociales y que se constituye dentro de la psicología social.
Ambas línea, de pensamiento, la referida a la estructura de lo social
y la relativa al carácler de la interacción, llevan a una consideración del
carácter simbQ/¡camen/e cam/ruido de la realidad que se estudia y que es
lo que caracteri7a el punlO de vista psie",ociológico.

202
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