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10 de Septiembre de 2017

Huracanes, terremotos y sensacionalismo escatológico

Mi teléfono sonó. Había llegado un mensaje. Era un amigo que me enviaba un comentario que se
está viralizando: “El eclipse solar fue el 21 de agosto, el 25 de agosto el Huracán Harvey y el 26 de
agosto son las inundaciones en Houston en el estado de Texas, en los Estados Unidos.” El mensaje
siguió diciendo: “Haz la prueba y coloca en Google la secuencia de números de las fechas de estos
acontecimientos y mira lo que sucede…”

No tenía tiempo de hacer lo que mi amigo me sugería en ese momento, así que dejé el asunto por
unas horas. Confieso que mi curiosidad pudo más y fui a Google e hice la prueba escribiendo los
números: 21 25 26. Para mi sorpresa los primeros diez resultados de búsqueda que aparecieron en
mi buscador fue la referencia bíblica de Lucas 21:25-26. A primera vista la coincidencia sorprende.
Mira lo que dice:

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y
la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán
conmovidas.” (Lucas 21:25-26 – RVR)

No puedo negar que después de haber hecho la búsqueda que mi amigo sugirió en Google, y
haber encontrado una relación entre esos tres números y el texto bíblico de Lucas, donde Jesús
habla de las señales previas de su venida, y concretamente hablando sobre eventos climáticos, me
dejó pensando. Antes de seguir, sólo un paréntesis para aclarar algo. El huracán Harvey comenzó
el 18 de agosto. Las inundaciones en Houston comenzaron el 25 y siguieron el 26 de agosto.
Entonces, no sé cuál es el criterio que usaron quienes comenzaron con esta búsqueda en Google
que intenta encontrar coincidencias entre los últimos acontecimientos relevantes y textos de la
Biblia. Pero sin lugar a dudas hay alguien que trabajó para hacerlo.

Mientras eso, estoy escribiendo este artículo, son las 6:30 de la mañana del domingo 10 de
septiembre de 2017. Estoy acompañando la cobertura especial de varios canales de noticias y
diarios digitales que reportan el minuto a minuto de los desastres causados por el paso del
Huracán Irma en las islas del Caribe, y como los Estados Unidos se prepara para recibir la fuerza
del que dicen, es el Huracán más poderoso de la historia. Además, están informando sobre Katia
que ya perdió fuerza, y el huracán José que sigue cobrando fuerza. Por otro lado, están en mi
memoria las imágenes de esta semana que pasó, donde vimos como un terremoto de 8.4 grados
en México devastó varias regiones.

Ahora bien, confieso que fui motivado a escribir sobre este asunto porque veo en las redes
sociales dos reacciones que me preocupan. La primera es que están apareciendo todo tipo de
“charlatanes escatológicos” (esto va por mi cuenta), que usan las noticias e intentan “encajarlas”
en textos de la Biblia haciendo conjeturas “sensacionalistas”. Las mismas no siguen el método
correcto de interpretación bíblica. Esto genera en muchos, expectativa, y en otros, miedos. Por
otro lado, veo una segunda reacción que también es preocupante: indiferencia. Aquellos que
dicen, todo sigue igual. “Esto es un desastre natural más. Ojalá no nos toque a nosotros. Todo
sigue igual”. Los dos pensamientos son complicados.

Antes que me critiques y digas que estoy restando importancia a los acontecimientos que están
delante de nuestros ojos, hago una aclaración y posteriormente digo mi pensamiento personal.
Primero, no soy teólogo, soy un pastor que estudia la Biblia. Segundo, creo firmemente que
estamos a las puertas de la segunda venida de Cristo. Realmente creo que Jesús vendrá en nuestra
generación. Por otro lado, creo que necesitamos tener cuidado y no intentar encajar cada noticia
“específica” que aparece en un cumplimiento bíblico-profético. Por otro lado, creo que no
podemos minimizar o ser indiferentes.

Pienso que todos estos eventos catastróficos, además de los rumores de guerra, las crisis sociales,
las reuniones ecuménicas y tantos otras eventos que están sucediendo ante nuestros ojos, en su
conjunto, nos dan la seguridad de que estamos yendo en el camino correcto del cumplimiento
profético final, que estamos esperando: la segunda venida de Cristo. Más allá de que no podemos
encajar cada noticia en un cumplimiento profético específico, cada evento es un “cartel” al
costado del camino, que en su conjuntos nos indica que estamos en el camino y la dirección
correcta.

Re-leyendo el libro Eventos de los últimos días de la escritora Elena de White, me hizo reflexionar
en lo que vengo diciendo y me gustaría que leas con atención las siguientes citas:

“El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los
estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres
pensadores de todas las clases, tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en
derredor nuestro… Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y
reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en víspera
de una crisis espectacular.—La Historia de Profetas y Reyes, 394 (1914). (EUD – 14)

“No estamos ahora en condiciones de describir con exactitud las escenas que ocurrirán en nuestro
mundo en el futuro, pero sí sabemos que este es un tiempo cuando debemos velar y orar, porque
el gran día del Señor está cercano.—Mensajes Selectos 2:40 (1901). (EUD-18)

“¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción
producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente
estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la
naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el
propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar
en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren”.—La Historia de Profetas y Reyes, 207
(1914) – (EUD-31)

“Nos estamos acercando al gran día de Dios. Las señales se están cumpliendo. Y sin embargo, no
tenemos un mensaje que nos diga el día y la hora de la aparición de Cristo. El Señor nos ha
encubierto sabiamente este asunto para que siempre podamos estar en un estado de expectación
y preparación para la segunda aparición de nuestro Señor Jesucristo en las nubes del cielo”.—
Carta 28, 1897.

“El tiempo exacto de la segunda venida del Hijo del hombre es un misterio de Dios”.—El Deseado
de Todas las Gentes, 586 (1898). (EUD34)

Las citas son contundentes. Me gustaría resumir lo que vengo diciendo de la siguiente manera:

Creo que Jesús viene. No sabemos cuándo será, pero sé que su venida es inminente. Necesitamos
estar alertas, en oración y estudiando la Biblia. Nuestra espera no puede ser estática, las
calamidades son las oportunidades que Dios nos da de llamar la atención de las personas a Cristo.

Sin ser alarmistas o sensacionalistas, debemos ser claros y comunicar el mensaje de que Jesús
vuelve de manera equilibrada, bíblica y contundente. Es nuestra responsabilidad ser equilibrados
sin ser condescendientes. El Espíritu Santo acompañará nuestra obra y veremos como muchas
personas que eran indiferentes aceptarán la verdad para este tiempo.

Me gustaría que leas los versículos que siguen de Lucas 21: “Entonces verán al Hijo del Hombre
viniendo en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, miren y
levanten su cabeza porque su redención está cerca”. (Lucas 21:27-28 – TLA)

Levanta tus ojos, porque Él VIENE PRONTO. Te propongo hoy hacer una re consagración de
nuestras vidas a Jesús, para estar firmes en este tiempo y ser instrumentos en sus manos para
proclamar la última advertencia a este mundo.

Finalmente, te desafío para que juntos oremos por las víctimas de las catástrofes de estos últimos
días.

Un súper abrazo cibernético para ti

Pastor Jorge

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