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UN PASEO POR HISTORIA DE INCA KOLA

La historia de la Corporación José R. Lindley S.A. (CJRL) empieza en el


año 1910 cuando el matrimonio británico conformado por Don José R. Lindley y
Doña Martha Stoppanie de Lindley llega al Perú y se establece en el Distrito del
Rímac, en un pequeño terreno de 200 m 2 ubicado en el Jirón Cajamarca 371
fue donde la familia Lindley inició sus actividades en forma manual y con
una producción promedio de una botella por minuto. Posteriormente se fueron
introduciendo innovaciones dentro de la empresa que llevaron a engrandecer el
rubro de bebidas a través de cambios como el del antiguo sistema de tapa e
corcho o tapa de bola por la tapa corona. En este terreno fundan una
empresa para elaborar y procesar bebidas gasificadas a la cual
nombran Fábrica de Aguas Gasificadas Santa Rosa.

En 1928 la empresa familiar se transforma en la sociedad anónima José R.


Lindley e Hijos S.A. y en el año 1935 , con motivo del Cuarto Centenario de la
fundación de la ciudad de Lima, se lanza al mercado el producto INCA KOLA,
con la frase: "Inca Kola solo hay una y no se parece a ninguna"

Durante los siguientes 25 años la empresa continúa modernizándose e


incrementando su capacidad de producción. Además, lanza una nueva
presentación de Inca Kola, empleando botellas de vidrio con el logotipo y
la imagen del inca en alto relieve.
Eslóganes

Publicidad para Inca Kola de los años 1960.


 1935: Inca Kola
 1936-1950: Solo hay una y no se parece a ninguna
 1960-1980: La bebida del sabor nacional
 1980-1985: El sabor de la alegría
 1985-1989: La bebida del sabor nacional
 1990-1995: Es nuestra, La bebida del Perú
 1996-2000: Pide bien, que con todo combina
 2000-2001: El sabor de lo nuestro
 2001-2003: Hay una sola y el Perú sabe por qué
 2003-2005: El sabor del Perú
 2005: Destapa el sabor del Perú
 2005-2006: Celebra el Perú
 2006: Qué buena idea
 2007: El sabor de la creatividad
 2007-2016: Con creatividad todo es posible
 2015: Vamos por más
 2016: El sabor que nos hace únicos
INCA KOLA Y SUS PRESENTACIONES

Inca Kola es una bebida gaseosa originaria del Perú. Aunque es consumida,
principalmente en el Perú, también es comercializada en los Estados
Unidos, Ecuador, Chile y otras partes del mundo. Tiene un sabor dulce y un
color amarillo-dorado. El contenido principal es el aroma de la planta hierba
luisa (Cymbopogon citratus), una hierba originaria de Sudamérica, aunque su
fórmula se guarda en absoluta reserva industrial.

Entrada al Salida del


Nombre Información
mercado mercado

Inca Kola
2005 2012 Fue reemplazada por la Inca Kola Zero.
Light

Antiguamente conocida como Inca Kola


Inca Kola Zero 2012 vigente Diet. Es la versión de Inca Kola sin
calorías.3

Tiene el sabor a chicha morada.5 Inca Kola


Inca Kola "La
2014 20154 retiró el producto, tras recibir numerosas
Moradita"
críticas.4
LOS GRANDES PROBLEMAS MORADOS DE INCA COLA
El gerente de marketing de Coca Cola, Alfredo Quiñones, confesó que la
batalla que perdieron con La Moradita, no significó que perdieran la guerra, por
el contrario les deja lecciones para innovar
El fracaso de La Moradita, la gaseosa de Inca Kola que fue descontinuada en
marzo, le enseñó a la empresa que no debe volver a cometer los siete errores
a los que se puede adjudicar su poca aceptación de los consumidores.
Estas lecciones fueron enumeradas por Alfredo Quiñones, gerente de
marketing de The Coca Cola Perú, en su exposición en la edición número 14
del Congreso Anual de Marketing Perú, CAMP 2015, que organizan
Seminarium y ANDA.
1. Respetar los sabores sagrados.
La primera lección que aprendió la empresa fue que existen sabores sagrados
como la chicha morada, que tocan fibras muy sensibles en el consumidor
peruano y por ende es muy arriesgado usarlas.
2. No perder de vista las expectativas
Antes de su salida al mercado, se formaron dos grupos, los que la rechazaban
y los que no. Las expectativas de los primeros les dictaban que La Moradita
jamás iba a superar una chicha morada casera hecha por una madre o abuela.
Los segundos, los que no la rechazaban, esperaban que La Moradita fuera
mejor que la chicha de sobre, es decir en polvo, por ser lanzada por una marca
reconocida como Inka Kola.
3. Ser claro en la comunicación
La imagen de una botella de chicha morada dentro de una jarra, utilizada al
comienzo de la campaña no fue clara, no se sabía si iba a tener gas o no, ni
cómo iba a ser el sabor del producto, lo cual generó confusión.
4. Su marca es fuerte
La gerencia de marketing sabía que si La Moradita fracasaba no iba a dañar la
marca de Inca Kola. Y así fue. Quiñones dijo que tras la salida de La Moradita,
el crecimiento del consumo de Inka Kola ha crecido.
5. Los estudios de mercado no bastan
Quiñones afirmó que los estudios de mercado que realizaron no garantizaban
el éxito, y ellos asumieron el riesgo de fracasar sin que la marca se vea
dañada.
6. Estar en la conversación digital
Ante la avalancha de las críticas en redes sociales, y los memes que atacan al
producto, la postura de Inca Kola fue honesta y transparente, además de no
quedarse callados y emprender una serie de automemes, en respuesta a las
burlas que surgían en las redes sociales.

7. Identificar al público objetivo


La Moradita se lanzó para todo el público, sin embargo Quiñonez reconoció
que la gaseosa morada se debió dirigir a los niños, en los cuales podría tener
una mejor llegada.

ESTRATEGIAS DE MARKETING UTILIZADOS POR INCA KOLA


La estrategia de Inca Kola para posicionarse en la mente de los
consumidores
A pesar de la compra de Inca Kola por The Coca Cola Company hace ya 15
años, esta marca no ha dejado de ser la preferida en el paladar de los
peruanos.
¿Cuál es el trasfondo de esto?
Según el estudio de Arellano Marketing sobre las lovemarks peruanas, Inca
Kola sigue vigente tanto en la mente de los consumidores como en su corazón
por ser una marca que nos ha acompañado desde siempre, una marca con ese
sabor diferente que no la cambiamos por ninguna otra.
Además de ser un buen acompañante de nuestra grandiosa comida, claro está.
Según los resultados del estudio de Arellano Marketing, Inca Kola está
presente en la mente de limeños, trujillanos, huancaínos y arequipeños en un
96,2%; con respecto a otra bebidas como Coca Cola y Pepsi, con un 95,4% y
62,8%, respectivamente.
Así mismo, Inca Kola ocupa el segundo lugar en ser la marca preferida por los
peruanos con un 16%, después de Gloria. Es necesario mencionar que en
años anteriores el panorama no fue tan favorable para Inca Kola, pues había
sido desplazada por su competencia en ser la marca más recordada; sin
embargo, en términos de preferencia Inca Kola siempre se hacía presente.
Pero, ¿cómo puede una marca llegar a ser una lovemark?
Este caso es el claro ejemplo de que los años sí valen para posicionarse en el
mercado y que la comunicación debe ir variando al igual que su consumidor.
Una adecuada comunicación debe ir conforme a las necesidades, hábitos y
forma de ser del target al que la marca se dirige.
Inca Kola entiende eso. Es por eso que tanto su publicidad como sus
promociones han sido muy variadas en estos dos últimos años, yendo desde
los “ñam ñam boys” y sus canciones dedicadas a los más ricos platos de
nuestra gastronomía, hasta llegar a las supermamás que con creatividad hacen
magia en la cocina.
En declaraciones Alfredo Quiñones, gerente de marca de Inca Kola, mencionó
que en estos últimos años buscaban establecer una conexión con dos públicos
importantes en cuanto a la compra del producto, quienes cumplen el rol tanto
de shopper como de consumidor directo.
Es así como su comunicación ahora está destinada específicamente a los
jóvenes y a las amas de casa, buscando que conformen un grueso en la
compra del producto.
“Nuestra lógica es que el consumidor joven es el que toma las decisiones
mañana. Logramos que ese consumidor del futuro les recomiende el producto
a sus hijos”, mencionó Quiñones.
Con respecto a las amas de casa, Inca Kola ha decidido darle más énfasis a su
relación con ellas, desarrollando estrategias que les permita establecer una
conexión más cercana con el target a través de su destreza culinaria, esto
último mediante la creación de un reality llamado “La sazón Inca Kola” en el
que 15 amas de casa competirán por ganarse el premio mayor.
Inca Kola destinará el 50% del presupuesto que pone en el rubro gastronómico.
LOVEMARK: Anglicismo que hace referencia al concepto creado por Kevin
Roberts que define la posición de una marca dentro de una cultura. La empresa
atrae al consumidor a través de los sentidos y logra mantener una relación leal
y estable gracias a que es capaz de introducir emoción en la forma de
relacionarse.

DATOS CURIOSOS (EL IMPERIO DE LA INCA)


En el cólico de la desesperación, la transnacional desmanteló dos veces su
equipo de márketing en Lima, y un grupo de empresas coreanas encabezado
por Hyundai anunciaba su interés por embotellar la "gaseosa color orina"
(Maria Johnson, e-mail desde Canadá) en su país. 1997 fue el año en que
Coca-Cola empezó a negociar la compra de su vencedor. Tenía que apurarse.
La familia Lindley, dueña de Inca Kola, ya coqueteaba con Cervecerías Unidas
S.A., la mayor cervecera de Chile, y con el grupo Polar de Venezuela.
En la última década del siglo XX, la frase publicitaria "Inca Kola con todo
combina" sonaba más en la radio que cualquier hit de Ricky Martin. Los dueños
de la marca, la familia Lindley, arriesgaron entonces cinco millones de dólares
para aumentar la distribución y el márketing de su gaseosa. Pusieron un vaso
de la Inca en manos de Carlos Santana y de Fito Páez. Nadie supo si les gustó.
La única estrella que opinó en público fue Celia Cruz, la reina del guaguancó.
"¡Azúcar!", gritó con suma honestidad.
Cifras de consumo en 1995. La amarilla: 32,9 por ciento. La negra: 32 por
ciento.
33

32.8

32.6

32.4

32.2

32

31.8

31.6

31.4
1 2

¿Hierbaluisa? Planta aromática originaria del Perú, Puede medir hasta dos
metros de altura.
Inca Kola logro convertirse en la bebida gaseosa más famosa y exitosa del
Perú. Compitiendo con las grandes empresas como Coca Cola y no logrando
superar sus ganancias al frente de esta gaseosa Peruana. Una de las
estrategias de mayor impacto de esta gaseosa fue atar la publicidad de la
gaseosa con la comida y costumbre peruanas. Para lograr de alguna forma
competir contra esta gaseosa, Coca Cola se ve presionada a comprar
inicialmente parte de esta empresa y finalmente toda.

"Sí, pues, la Inca va bien con las comidas"


En el clímax de la efervescencia mediática, incluso las lenguas más
sabihondas sucumbían ante la idea de su sabor. "Inca Kola no sólo es buena
con la comida peruana, sino que cae bien con todo", se relame el
chef CuchoLa Rosa, uno de los mentores de la cocina novoandina. Humberto
Sato, artífice de la comida peruano-japonesa y dueño del Costanera 700, dice
que no hay nada mejor que una bebida clara como Inca Kola para digerir los
sabores extremos de su menú.
Inca Kola comienza a ser bastante popular cuando arranca la televisión

Así, mientras la amarilla husmeaba en fondas y chiringuitos, Washington


enviaba al Tercer Mundo al hermano del presidente, Ted Kennedy, para repartir
cocacolas. Inca Kola tanteaba la mesa exhibiéndose junto a un plato de
cebiche con música criolla de fondo

Inca Kola se crea en 1934, pero se lanza un año después. 1935: primera
estrategia. La familia aprovecha los bombos y platillos del cuarto centenario de
Lima para presentar en sociedad su gaseosa amarilla. Botella verde
transparente con un inca de perfil en la etiqueta. Sabor dulce, demasiado dulce.
No fue amor a primera lengua: la ciudad estaba acostumbrada a la tradicional
chicha de maíz morado.
Coca tuvo que pagar doscientos millones de dólares para adueñarse del
cincuenta por ciento de Inca Kola y celebrar su propia derrota.

Coca-Cola les quitó la cuenta en 1999. Hay una herida que no cierra. Los
artífices del fenómeno fueron desplazados cuando la receta ya estaba bien
definida: mesa-comida-Inca Kola. La amarilla era la invitada de honor. La otra,
la negra, no tenía lugar en ese banquete.
La Inca Kola reemplazó al té en el chifa peruano

Ahora tras la búsqueda de la Inga Kola, invento de un peruano en España que,


según los enfermos de nostalgia, no es la misma, pero sabe igual. Ya lo dijo un
psicólogo en el exilio: Inca Kola, afuera, duplica su valor emocional.
1910: la familia Lindley muda su vida de la Inglaterra industrial a un Perú en
pañales. En un terreno de doscientos metros cuadrados fundan la Fábrica de
Aguas Gasificadas Santa Rosa, de José R. Lindley e Hijos. El Rímac era
entonces un barrio apacible de calles quietas. Buen lugar para vivir. De vez en
cuando, el rumor del río se alteraba por el trote de las mulas cargadas de
alimentos.
Las primeras criaturas de Santa Rosa fueron Orange Squash, Lemon Squash,
Kola Rosada.

Por la década de 1930, sería ideal una Coca-Cola con cafeína para despertar
al auditorio. Coca-Cola. La negra ya vendía más de treinta millones de galones
al año y empezaba a rebalsar su imperio desde Estados Unidos. Honduras,
Guatemala, México y Colombia sucumbían en el Tercer Mundo.
Inca Kola llamaba al almuerzo con el estribillo musical "La hora Inca Kola".
Coca-Cola, aún puntera absoluta, decía en ochenta idiomas ser "parte de tu
vida".
Inca Kola para probar sus posibilidades de expansión. M. Douglas Ivester lo
había prometido: el imperio de la Inca ya estaba listo para conquistar otros
territorios. Botellas en guardia. Se dispara el sabor. El noventa y dos por ciento
del planeta se resiste. Color de orina y sabor a chicle. Sólo el norte de Chile y
un pedazo de Ecuador sucumbieron a la seducción amarilla. Es decir, en un
mapa de conquistas, el imperio de la Inca es algo así como el antiguo
Tahuantinsuyo. No más. Los mismos límites que los incas jamás pudieron
atravesar. Inca Kola tampoco. La negra, sin embargo, ha convertido el mundo
en su rayuela. Salta de un país a otro y se apodera de él. Desde México hasta
Islandia, mil millones de vasos al día. El mundo bebe Coca-Cola y se embota
del American Way of Life. Ahora sí, nos entregan el premio consuelo: la única
gaseosa que en todo el planeta ha podido derrotar a la negra es peruana y
amarilla.
Lo cierto es que la compañía que había hecho añicos a la Pepsi en Estados
Unidos, y que en menos de una semana desbarato el imperio de esta bebida
en Venezuela, que facturaba más de diez mil millones de dólares al año, que
pudo conquistar el enorme mercado asiático, que auspiciaba en exclusiva los
mundiales de futbol y las olimpiadas, que distribuía botellas etiquetadas en más
de 80 idiomas, que alguna... es decir, la coka, nunca logro convencer del todo
el paladar de un país tercermundista llamado Perú.
El ex parlamentario inglés Matthew Parris vino al Perú, tomó Inca Kola, conoció
los Andes y escribió un libro sobre su viaje que ahora es un best seller: Inca-
Kola: Traveler's tale of Peru. Fue publicado en Inglaterra y ya va por su
undécima edición.
En los predios del chifa, la Coca-Cola es una forastera. Forasteros. Gonzalo
Alfano, e-mailde Buenos Aires: "Yo la probé con su chifa, y ni así me gustó".
Liliana Com señala entonces la mesa que ocupó uno de sus visitantes más
famosos. "Allí estuvo Joaquín Sabina. Claro, él no quiso Inca Kola. Prefirió una
cerveza". Quién los entiende. "Yo los entiendo: los extranjeros no están
acostumbrados a su sabor", dice la publicista de la agencia Properú que
manejó la cuenta de la gaseosa durante veinte años. La construcción de la
época dorada.
Nunca se había puesto a pensar en ello. ¿Identidad nacional?, Lucha contra el
imperialismo yanqui.
En 1918 compran una máquina semiautomática. Quince botellas por minuto.
Asume la conducción José R. Lindley hijo.La empresa familiar se transforma en
sociedad anónima.
"Inca Kola ok" fue el eslogan más primitivo. Mínimo, olvidado, gringo, sin
personalidad. Insuficiente para resistir la oleada negra de 1939. Ese año, Coca-
Cola llegó al Perú y se encontró con una empresa familiar que distribuía su
exótica gaseosa amarilla en un camioncito Ford. Insignificante. La Coca llegó
con la frase "La bebida que todos conocen". Con Greta Garbo y el Hombre
Mono. El cine bebía Coca-Cola. Los peruanos llenaban los cines. La negra
sepultaría a la amarilla hasta la llegada de la televisión.
En la última década del siglo 20, la frase publicitaria "Inca Kola con todo
combina" sonaba más en la radio que cualquier hit de Ricky Martin. Los dueños
de la marca, la familia Lindley, arriesgaron entonces 5 millones de dólares para
aumentar la distribución y mejorar el marketing de su gaseosa

En el Perú, las familias, los amigos, siguen siendo tribus reunidas alrededor de
una mesa. Y en la mesa, la comida. Y con la comida, la amarilla (Inca Kola) .Un
ingrediente de nuestra forma de ser gregarios. Frase para la despedida, en el
Perú, Inca Kola te reune.Afuera te regresa.
Creo que la identidad peruana que posee Inca Kola es equivalente a la que
tiene la comida. La mesa ha estado siempre servida y la amarilla solo se
aprovechó de ella. Si la comida ha formado siempre nuestra identidad, a Inca
Kola solo se le ocurrió acompañarla. La publicidad dio en el plato.

La única gaseosa que en todo el planeta ha podido derrotar a la negra (Coca


Cola (es peruana y amarilla.
Inca Kola no solo es buena con la comida peruana, sino que cae bien con
todo. La Inca Kola reemplazo al te en el chifa peruano. Hasta se diría que es
buena para la digestión. Dorada, dulce y con cierto sabor a hierbaluisa. Esta
planta aromática es digestiva y antiespasmódica. Bajativo perfecto para la
comida peruana: picante, pesada, ácida, deliciosa.
¿Podría el Perú sobrevivir sin la Inca Kola?
Le quedaría Machu Picchu, el cebiche, el pisco. Beberíamos más limonada,
comeríamos más caramelos. Inca Kola va con todas las comidas, y seríamos
menos tolerantes después de cada almuerzo. Y más flacos y quizá más tristes.
Orinaríamos menos en las calles.
Conclusión

Es muy interesante ver como una de las empresas de bebidas gaseosas más
tradicionales y representativa del Perú logra hacer que el gigante mundial de
las bebidas gaseosas tenga que arrodillarse ante la tradición y el gusto de un
país

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