Professional Documents
Culture Documents
¿Lo compensa?
¿Compensa ver sufrir a quien nos hizo sufrir? Hay que ver cómo corroe el alma el
sufrimiento…
No tenemos porqué sufrir más de lo que sufrimos la primera vez ni porqué cederle
nuestro valioso tiempo de vida al resentimiento. Guardar rencor es guardar dolor y hoy
atisbaremos el camino para liberarnos de él.
Veamos los 8 consejos para dejar de guardar rencor que aparecen en PsychCentral:
3. Empatía: En la medida de lo posible, intentar ponerse en el lugar de quien nos hirió. No para
justificarlo, sino para comprenderlo.
4. Aceptación: Uno ha de curarse. No importa si quien nos hirió ni se acuerda de que
lo hizo o si, por el contrario, vive con el remordimiento a cuestas. Importa lo que está
en nuestra mano, que es lo que sentimos nosotros. Tanto si nos piden disculpas como
si no; si nos dan una explicación como si se la guardan. Nuestra decisión de curarnos
no estará condicionada por lo que la otra persona haga al respecto..
5. Dejar de recrearse en el dolor: Una vez que se ha decidido seguir adelante y curarse,
no hay que remover la herida ni escarbar. (Lo mismo que con una herida física.) Si
aparece el asunto en una conversación, por ejemplo, lo sano es cambiar de tema.
6. Quedarse con lo positivo: Incluso de las experiencias más desgarradoras puede
sacarse algo bueno. Si se trata de un aprendizaje, ya ha habido un beneficio, que en
este caso nos ayudará a comprender mejor otras situaciones en un futuro. Esta
actitud también ayuda a liberarse del resentimiento, pudiendo llegar al siguiente
paso…
7. Dejar marchar el dolor: Cuanto más tiempo esté el rencor en nuestra alma, más
difícil es el perdón. El rencor nos priva de momentos de felicidad, de paz interior y, por
el contrario, puede generar un desasosiego que no le haga ningún bien a nuestra
salud. Si ya sufrimos en el pasado, ¿por qué tenemos que seguir haciéndolo? Ésa es
la mejor razón para abrirle definitivamente la puerta de salida al rencor.
8. Perdonar: Perdonar no es lo mismo que olvidar. Si llevamos a cuestas un dolor muy
intenso, no lo olvidaremos fácilmente pero el tiempo ayudará a que la herida cicatrice.
Perdonar consiste en dejar de pensar en el daño que nos hizo otro. Nadie es perfecto
y otras personas tendrán que hacer esto mismo por nosotros: olvidar la ofensa,
sanarse, caminar en paz.
Me quedo con la última fase: el perdón. Y sigo pensando que todos tenemos algo que
perdonar y por lo que ser perdonados. Dejar de pensar en el dolor para que, poco a
poco, la paz nos ilumine. Así es como el rencor desaparece.
En el caso de que el motivo de "faltarte el respeto a ti mismo" sea el trato que recibes
de otro y el que tú lo toleres… ¡PÁRATE TAMBIÉN! A pesar de que los procedentes
son difíciles de modificar, nunca es tarde. Sigue estas reglas sencillas:
Decide si la persona que te está haciendo daño en tu vida merece seguir teniendo tu
aprecio, tiempo o dedicación. Si es alguien de quien puedes prescindir… ya estás
tardando. No le debes ninguna explicación, simplemente sácalo de tu vida e ignóralo.
Si es alguien muy importante para ti, alguien que merece otra oportunidad, aplica las
siguientes reglas de comunicación.
Dile claramente lo que te está haciendo daño, haciendo referencia a lo que dice o hace
contigo. Y añade, por favor, cómo te hace sentir y cómo desearías que te tratase. Y para
finalizar, comenta cuáles serán las consecuencias si no cambia contigo. Mira el ejemplo:
"No me gusta que me levantes la voz, haces que me sienta ridícula y menospreciada. Me
encantaría que pudiéramos hablar de lo que no estamos de acuerdo en un tono de voz
conversacional. Así podría expresarme con naturalidad y sin miedo. Si no dejas de darme
voces, tendré que cortar nuestra comunicación y eso nos separará en nuestra relación".
Acompaña lo que dices con el contacto ocular, con seguridad en tus palabras, pero con un
tono y volumen de voz que no sean acusatorios. Estás informando, no regañando. No
ganas nada si te pones a su altura. Piensa que además estás actuando como ejemplo de lo
que necesitas del otro. No se le puede pedir a alguien que deje de gritarte si tú le estás
dando voces.
Sé coherente con lo que le has dicho. Si ves que te sigue gritando, sal de la habitación, o
dile que vas a colgar el teléfono y que no retomarás la conversación hasta que no cambie
en lo que le has pedido. No sigas repitiendo tu crítica y amenazando con que te vas si no lo
haces, porque perderás todo el valor si no lo haces.