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¿Cómo llego a la filosofía?

(Wilmer Fernández Ramírez sj)

Los estudios humanísticos en la Escuela Superior Antonio Ruiz de


Montoya han significado para mí una gran experiencia académica y espiritual. El
paso por la literatura, la historia, la apreciación artística, etc. me han permitido
descubrir en mí un gran interés por alcanzar un conocimiento más profundo del
sentido de ser seres humanos en este mundo. El hecho de adquirir una mayor
sensibilidad a problemas sociales que la humanidad ha tenido a lo largo de su
historia y que, poco a poco, se han ido abriendo canales de expresión a dichas
cuestiones, han abierto en mí una gran expectativa en lo que puede traerme la
filosofía a mi propia vida y desde mi posición donde actualmente me encuentro.

La pregunta inicial es ¿de dónde estoy partiendo? Las humanidades, de


alguna u otra manera, han abierto y han hecho descubrir en mí sensibilidades
nuevas, las mismas que están permitiendo plantearme preguntas respecto al
sentido de la vida. En esta línea, pienso que mis principales presupuestos para
iniciar la filosofía son la historia, la literatura y el arte (pintura y música) como
maneras de entrar a entender el pensamiento histórico del hombre. La
consecuencia de la primera, es que gracias a la historia puedo tener una visión
general del paso de las diferentes generaciones de hombres por la vida; una
visión de sus maneras de afrontar a aquello que la vida les ha planteado en su
debido momento. Además de ello, pienso que la historia me ha permitido
ubicarme en mi propio momento y contexto histórico. Por consiguiente, la
consideración que tengo de mi ser humano es pensarme como "consecuencia y
causa" dentro de un proceso humano en el mundo que me acoge. Por otro lado,
la literatura me ha descubierto aquella dimensión del hombre capaz de expresar
su visión respecto a la vida. Es evidente que todos los seres humanos son
llamados hacia la trascendencia de sí mismos. En este sentido, la literatura
expresa una apertura del espíritu humano hacia los otros. Ella, pues, manifiesta
la capacidad de crear sentidos en la vida de las personas. Es decir, la literatura en
la Escuela..., desde el primer año, aunque no muy explícitamente, me ha
planteando cuestiones sobre el sentido de la vida del hombre que, al igual que la
historia, responde a un determinado momento. Sin embargo, a diferencia de la
historia, la literatura tiene la virtud de trascender a su propio tiempo, volviéndose
de esta manera clásica para responder con una palabra a diversas generaciones en
diferentes momentos históricos. Finalmente, creo que la apreciación artística deja
también la misma experiencia que la literatura. Por lo tanto, las expectativas que
traigo para mis estudios filosóficos surgen de las humanidades y pienso que están
muy relacionadas con la vida del ser humano, con mi propia vida.

Puede uno pensar que mis intereses por conocer la vida de los seres
humanos son bastaste generales. Creo que lo son. Sin embargo, tengo la
impresión de que es será la perspectiva que va a guiarme a lo largo de los
estudios filosóficos. Afirmando esto no quiere decir que esté cerrándome
posibilidades, sino estoy reconociendo un momento actual.

La filosofía es una nueva etapa en mi formación. Las expectativas que


tengo de ella son variadas y bastante entusiasmantes. Quisiera por tanto que este
tiempo sea una gran experiencia no sólo en el sentido de crecimiento intelectual,
sino en un crecimiento espiritual-afectivo. Es decir, encontrar una propia manera
de pensar en la que esté integrada toda mi persona. Mi pretensión es pues entrar
con fuerza y a fondo en este proceso, para ir ganando mi estilo propio de decir
las cosas de la vida.

Pero reconozco que en un primer momento este camino no va ser fácil.


Pues considero que la manera de estudiar la filosofía es muy diferente a la de los
estudios humanísticos. Es por eso que a esta primera etapa de la filosofía la estoy
concibiendo como un tiempo de reacomodo en una metodología nueva de entrar
a los textos filosóficos. Además, el deseo de disponerme es grande. Quiero
enfrentar todas las preguntas que surjan en este proceso. Afirmo esto porque sé
que este camino va a implicar rupturas de prejuicios, estructuras de pensar,
conceptos, etc. Es decir, me dispongo a una apertura a la ruptura misma de
seguridades que, por supuesto, la reflexión filosófica me ayudará a identificarlas
en el camino.

El reto está en adquirir mi propia manera de pensar. Ese es el proyecto de


la filosofía en esta etapa de mi formación. En este sentido, quiero asumir todos
los medios y posibilidades que tengo para entregarme de lleno a la reflexión.
Además, siento que hay muchas cosas de la filosofía que me causan mucha
curiosidad y no quisiera dejarlas pasar sin, por lo menos, admirarme un poco
ante ellos.

Una de las grandes cosas que me entusiasma en los estudios filosóficos es


pensar que ella va a permitirme tener una base sólida para comunicar mi fe con
más convicción y seguridad. Digo esto pensando en los estudios posteriores que
me gustaría hacer como por ejemplo, espiritualidad de la Iglesia y de la
Compañía de Jesús. Esta es la razón fundamental que me anima a entrar a fondo
al estudio de la reflexión filosófica. Por eso considero que el estudio de la
filosofía es y será muy importante en mi formación como religioso. Por lo tanto,
deseo que este tiempo sea de estudio profundo y no superficial de la filosofía que
me toca reflexionar.

Han pasado ya algunos meses de iniciados los estudios. Me pregunto


ahora ¿dónde estoy? Aún no siento la fluidez en la lectura de los textos ni en el
pensamiento filosófico. Sin embargo, han ido apareciendo ya algunos temas que
han causado movimientos internos de sorpresa y admiración en mí. Muchos de
estos movimientos están muy relacionados con el misterio humano de la vida.
Sí, es el ser humano como tal y ubicado en el universo que me causa admiración.
Estamos encarnados en ese ser humano, sin embargo, nos es imposible decir de
él algo Terminado. Queda siempre algo más por decir. En otras palabras, lo que
la filosofía está haciendo en por ahora en mí es sacarme de mi costumbre de ser
un ser humano para llevarme a la pregunta de ¿quién soy en este inmenso
universo?

Quiero concluir diciendo que lo más importante de esta etapa para mí, es
profundizar todo aquello que vaya recibiendo en la Escuela... para que sea más
provechoso. En este sentido pienso que la tutoría va a jugar un papel importante.
Pues, hay una necesidad manifiesta de trabajar la integración de conocimientos
que cada curso va ofreciéndome en sus clases. Que esta integración sea también
con mi proceso espiritual de ser jesuita. Por otro lado, soy consciente que no
traigo una estructura metódica de pensamiento. Este es otro punto por trabajar.
Reconozco que esto es una ventaja para mí en mi formación académica, ya que
surgirá una manera de pensar propia y que se organizará desde la filosofía
misma. Eso se dará poco a poco. Pero si es claro de la necesidad de una
metodología de pensamiento propio. Y la cuestión no es crear un pensamiento
original, sino ordenar aquello que ya se manifiesta fragmentariamente.
Finalmente, me parece que los estudios de filosofía deben integrarse con mi
experiencia de fe. ¡Quiero hacerlo con atrevimiento!

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