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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Instituto Universitario de Tecnología del Estado Bolívar
Cuidad Bolívar-Estado Bolívar
Sección: XI-MTTO-1M/2M

Perdida De La
Biodiversidad
Profesora: Integrantes C.I.:
Morellys Lozano Amanda Quijada 26.692.208
José Sabia 26.097.089
Marielys Farfán 24.038.300

Ciudad Bolívar, Junio de 2018


Marielys

Perdida de la biodiversidad
La exploración y extracción de minerales en el Arco Minero del Orinoco
El cual está ubicado al norte del Estado Bolívar, comprende una extensión de 111.845
Km2, se trata de una amplia zona de gran biodiversidad que abarca gran cantidad de
bosques, selvas, monumentos naturales, parques Nacionales como el Canaima, cuencas
como la Cuenca del Caroní de 96 mil kilómetros cuadrados, que provee de las reservas
de agua dulce más importantes del país y generadora de 60% de la energía
hidroeléctrica que alimenta la represa del Guri y el complejo hidroeléctrico.
Las consecuencias negativas de la minería ilegal para el ambiente son cuantiosas, entre
ellas se encuentra la pérdida de ecosistemas y de habitas de especies animales y de
plantas, así como erosión de los suelos, contaminación de las aguas y deforestación.
Asimismo, es importante destacar los efectos que, para la salud de las poblaciones
indígenas y los mineros ilegales, tiene el entrar en contacto con las sustancias usadas
para la extracción de los minerales del suelo.
La actividad minera fragmenta los ecosistemas de la zona, en su mayoría bosques,
provocarán una importante pérdida de especies tanto de flora como de fauna, algunas
de las cuales ya se encuentran amenazadas. Es de destacar que muchas de las especies
no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
Los bosques continuos que queden en pie correrán riesgo de degradarse
progresivamente dada las severas condiciones que tendrán las áreas deforestadas, las
cuales propician sequias locales, mayor efecto del viento que favorecerá la continua
caída y muerte de árboles que queden expuestos.
La zona del sur del Orinoco representa el área con mayor biodiversidad del país. Se
estima que más de la mitad de especies de la fauna del país habita en esta zona del
territorio nacional, entre las que se incluyen especies emblemáticas como el manatí, la
tonina rosada, el caimán del Orinoco y la tortuga Arrau. Especies que ya se encuentran
amenazadas.
Amanda
Entre sus impactos negativos ambientales podemos encontrar: aumento de la
deforestación, pérdida de biodiversidad, deterioro de la calidad del agua proveniente
del escurrimiento superficial y el agua de los ríos, eliminación y contaminación del
suelo, incorporación de contaminantes, principalmente de metales pesados en las
comunidades aledañas o que laboran en la región, y afectación en la salud por
contaminación del aire, por nombrar algunos.
Entre los impactos ambientales potenciales que pudieran generar algunas de las
actividades como la extracción, proceso de eliminación de impurezas de los minerales,
se pudieran mencionar los siguientes:
 Eliminación y alteración de ecosistemas terrestres y acuáticos; disminución de
la biodiversidad.
 Contribución a la contaminación de los ríos Cuchivero, Aro, Cuyuní y Orinoco.
 Contaminación y gran aporte de sedimentos del río Icabarú al río Caroní y de
este al embalse el Gurí reduciendo la vida útil de las turbinas generadoras de
energía eléctrica.
 Aumento de la retención de agua superficial que servirá de criaderos de
mosquitos con la consiguiente proliferación de enfermedades especialmente la
malaria.
 Distorsión de valores que inducen a crear conflictos sociales sólo por el interés
de ganar dinero rápido que luego conlleva a provocar otros problemas sociales
como el incremento de la prostitución, consumo de drogas y otros.
 Reducción de abastecimiento de agua potable a las futuras generaciones.
Jose
La minería también puede ocasionar otros desastres. Los sedimentos disueltos que se
mezclan en las actividades mineras tienen efectos nocivos sobre la flora y la fauna
acuática, interfieren con la navegación en los ríos y representan riesgos para los
procesos hidroeléctricos, como la presa Guri, la segunda hidroeléctrica más grande del
mundo, ubicada en la cuenca del Río Caroní. En el terreno, el suelo dañado del bosque
desmontado puede impedir su recuperación y las zonas previamente forestadas pueden
transformarse en sabanas propensas a los incendios a medida que los árboles ya no
pueden recolonizar el área una vez que los pastos se han establecido.
El daño en los ecosistemas acuáticos de la región, debido a la tala de bosques, erosión
de los suelos, sedimentación en los cursos de agua y alteración del régimen fluvial por
embalses y distritos de riegos afectará irremediablemente la biodiversidad acuática y
los recursos pesqueros continentales del país.
Todos los sedimentos y químicos producidos por la minería desembocarían en el
Océano Atlántico y el Mar Caribe a través del Delta del Orinoco, lo que ocasionará
importantes implicaciones en otros ecosistemas marino costero y oceánico, dentro y
fuera de nuestras fronteras.
El resguardo y manejo responsable de las riquezas de la Guayana venezolana le
permitiría no solo a Venezuela sino al planeta el equilibrio y la posibilidad de tener un
desarrollo sostenible que le garantice a las generaciones futuras un ambiente sano y la
posibilidad de vivir en una sociedad en equilibrio, en paz y con igualdad de
oportunidades.

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