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Revisión enfoque asignatura Artes Visuales

Luisa Miranda
Rodrigo Yáñez

Una de las primeras consideraciones que debemos contemplar a la hora de hacer


una revisión de la evolución que ha experimentado la asignatura de artes visuales,
es sin duda, la evolución de la propia institución educativa.
En un primer período de constitución es posible evidenciar un incipiente proyecto
educativo, el cual tiene por objetivo establecer las bases fundacionales del sistema,
con un matiz preponderantemente europeo, enmarcado en la vorágine de la
modernidad, con miras hacia una sociedad fuertemente influenciada por dichos
principios intelectuales, al menos en lo que respecta a la elite gobernante. Como
podemos revisar en L. Miranda et al. (2015)

Los argumentos abogaron por independizar a las nuevas generaciones de la


influencia española y difundir los principios y valores de la nueva república. Pág 17

Los primeros antecedentes que podemos rastrear a inicios del siglo XIX, dan cuenta
de una educación firmemente elitista y discriminadora, en la cual solo se contempla
espacio para los hijos varones de los sectores más acomodados de la sociedad.
Dentro de este contexto es el Instituto Nacional el primer establecimiento que aboga
por cumplir esta labor. Es aquí donde podemos rastrear los primeros intentos por
establecer la asignatura de dibujo, la cual estaba fuertemente enfocada en una
función utilitaria del mismo, sirviendo para desarrollar competencias ligadas
netamente al quehacer de la industria. L. Errazuriz (1994) lo expone de la siguiente
manera:

La principal motivación para enseñar dibujo en el Instituto Nacional se fundamentó


en la necesidad de capacitar artesanos que pudieran responder a las múltiples
demandas en el campo de la arquitectura, la construcción de obras, la medición de
terrenos, el diseño; en fin, en todas aquellas labores que requieran del único medio
disponible en esa época para registrar y representar visualmente la realidad. Pág.
27-28

De este modo se retrata, prácticamente, un inicio de siglo en el cual el desarrollo


del sistema educativo es de carácter segregado, en tanto a la inclusión de sus
miembros, ya sea por género o recursos económicos. Desde medidos del siglo XIX
y, en la medida que vamos entrando en el siglo XX, se van abriendo distintos
establecimientos que van dando respuesta a la inclusión, socioeconómica y de
género, que, si bien mantiene el carácter utilitario en relación con la actividad
económica, poco a poco comienza a tomar un valor algo más intelectual, asociado
al medio artístico contemporáneo. Es así como al curso de dibujo se suman los de
danza y música como representaciones culturales con tildes patrióticos, según el
autor:

Las motivaciones para incluir “actividades artísticas” fueron de muy variado orden,
entre las cuales podemos mencionar: económicas, morales, patrióticas, religiosas y,
algunas veces también, intelectuales y estéticas. Sin embargo, al analizar las
próximas décadas, podremos observar que los esfuerzos realizados en la Escuela
Normal en dibujo lineal y música vocal, al parecer, no encontraron fácilmente su
implementación en el sistema educacional. Pág. 50

Posteriormente, a mediados del siglo XX, surge quizá la mayor revolución histórica
en torno a la educación artística con la transformación de la asignatura de Dibujo
por la de Artes Plásticas en 1949 (Errazuriz: 154). Sumando a la formación
instrumental, una dimensión cultural y actualizando los saberes en disputa, sin
embargo, la discusión sobre la pertinencia de la asignatura sigue ligada a las
necesidades del mercado, tal como encontramos en L. Miranda et al. (2015):

Ahora bien, la inclusión de estos contenidos disciplinares en el sistema escolar


obedece a las nuevas necesidades, económicas y técnicas, a las que el Chile de
nales de los años sesenta buscaba dar respuesta. De este modo, el sentido utilitario
con que se institucionalizó la asignatura de Dibujo, durante el siglo XIX y la primera
mitad del siglo XX, a través de la enseñanza del dibujo técnico, se reconfiguró con
un nuevo sentido, también utilitario, pero ahora a través de la enseñanza del diseño,
el urbanismo y la arquitectura. Según lo dicho, si en sus inicios la clase de dibujo
tuvo como finanalidad la preparación directa para el mundo laboral mediante la
formación de artesanos y geomensores, a nales de los años sesenta se la concibe
como medio de formación preuniversitaria vinculado a actividades que incentivarán
la formación de una fuerza laboral alineada al desarrollo industrial y tecnológico del
país. Pág. 22

Si bien el proceso anterior significó un profundo avance en la diversificación de la


educación artística, la dictadura fue retroceso mayor, al poner en marcha el decreto
300 en 1981, el cual le resta obligatoriedad a la asignatura de Arte. En 1984 bajo el
decreto Nº 3, pasa a ser optativa. Este proceso de marginalización de la asignatura
en definitiva significó disminuir las oportunidades a niños y jóvenes de educarse a
través del Arte (Errázuriz: 158). Esto a su vez sumado a la catástrofe que significa
vivir bajo el sesgo de la censura, y el utilitarismo ideológico con el que se implemento
la asignatura.

Con la vuelta al sistema de gobierno por sufragio, la instalación del modelo


neoliberal como régimen económico. Surge la necesidad de actualizar el enfoque
con el que se implementa la educación artística. Es así como en las bases
curriculares de 2015 se incluye el concepto de cultura visual como el eje sobre el
cual se modelará el documento base. Llevando el campo del saber tecnificado al
mundo digital, sirviendo nuevamente a las necesidades del mercado de contar con
sujetos alfabetizados en tanto a las tendencias globales vinculando áreas como el
diseño gráfico, la computación, la tecnología, etc.

La gran critica que podemos plantear frente al planteamiento que rige el enfoque
curricular de la asignatura, va de la mano con la marginalización que se ha dado a
ésta, donde por un lado reduce y segrega la disputa en el aula y por el otro se
persigue la construcción de un sujeto con un alto estándar de juicio estético, como
vemos en las bases curriculares:
Es relevante que las y los jóvenes logren la construcción de una postura personal
como resultado del desarrollo de las habilidades de apreciación, interpretación y
reflexión crítica acerca de su entorno, el legado artístico nacional y mundial, la
cultura visual, su propia creación y la de sus pares. Pág.315

El carácter pretensioso con el que esta diseñado el documento, pone en tensión


cuestiones fundamentales que han ejercido presión sobre la institución educativa
nacional desde sus inicios, donde existe una diferencia notable en la educación que
se recibe dependiendo del nivel de recursos con los que cuentan los miembros de
la comunidad educativa respectiva. Este punto anterior se conecta con mi
experiencia como observador de la asignatura en mi proceso de formación docente,
donde el profesor de aula debe ofrecer los materiales para la realización de las
clases, sin contar con un presupuesto concreto por parte de la institución, economía
de recursos, o precariedad, que finalmente va mermando la experiencia estética de
los sujetos que se busca formar bajo el régimen del currículo homologado;
Instrumentalizando el saber artístico y perdurando la condición de consumidor
cultural por sobre la de productor cultural.

Bibliografía

Miranda L., Espinoza M. (2015): “El currículo de Artes Visuales en la educación


chilena” en Polit́ ica Educativa. Docencia Nº 57, Diciembre 2015.

Errázuriz L. (1994): “Historia de un área marginal la enseñanza artistica en chile


1797-1993”. Ediciones universidad católica de chile, Agosto 1994 I.S.B.N.: 956-14-
0345-5

Bases Curriculares 2015: 7° básico a 2° medio Artes Visuales: Introducción.

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