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Entrevista exclusiva

Papa Francisco: «Busquemos entrevist


ser una Iglesia que encuentra a
Papa
caminos nuevos»
Francisco
P. Antonio Spadaro, SJ
1

Director de La Civiltà Cattolica

Es el lunes 19 de agosto. El papa butaca. Sus problemas de espalda


Francisco me ha dado una cita pa- hacen que él deba ocupar una silla
ra las diez de la mañana en Santa más alta y rígida que la mía. El
Marta. Yo, sin embargo, quizá por ambiente es simple y austero. So-
herencia paterna, siento la necesi- bre el escritorio, el espacio de tra-
dad de llegar siempre con alguna bajo es pequeño. Me impresiona
anticipación. Las personas que me lo esencial de los muebles y las de-
acogen me hacen esperar en una más cosas. Los libros son pocos,
salita. La espera es breve y, tras un son pocos los papeles, pocos los
momento, alguien me acompaña a objetos. Entre éstos, una imagen
subir al ascensor. En dos minutos de san Francisco, una estatua de
me ha venido a la memoria la pro- Nuestra Señora de Luján, patrona
puesta que surgió en Lisboa, du- de Argentina, un crucifijo y una
rante una reunión de directores estatua de san José sorprendido en
de algunas revistas de la Compa- el sueño, muy parecida a la que vi
ñía de Jesús. Allí surgió la idea de en su despacho de rector y supe-
publicar todos a la vez una entre- rior provincial en el Colegio Máxi-
vista al Papa. Hablando con los mo de San Miguel. La espirituali-
demás directores, formulamos al- dad de Bergoglio no está hecha de
gunas preguntas que pudiesen ex- «energías en armonía», como las
presar intereses comunes. Salgo llamaría él, sino de rostros huma-
del ascensor y veo al Papa, que me nos: Cristo, san Francisco, san Jo-
espera ya junto a la puerta. En rea- sé, María.
lidad tengo la curiosa impresión
de no haber atravesado puerta al-
guna.

El Papa me acoge con esa sonrisa


que a estas alturas ha dado la
vuelta al mundo y que ensancha
los corazones. Empezamos a ha-
Cuando entro a su habitación, el
blar de muchas cosas, pero sobre
Papa ofrece que me siente en una
todo de su viaje a Brasil. El Papa lo
considera una verdadera gracia.
1
Traducción: Luis López-Yarto, SJ.

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P. Antonio Spadaro

Le pregunto si ha descansado ya. más personal. Y él comienza a ha-


Me responde que sí, que se en- blarme de sí y de su elección al
cuentra bien, pero, sobre todo, que pontificado. Me dice que cuando
la Jornada Mundial de la Juven- comenzó a darse cuenta de que
tud ha supuesto para él un «mis- podría llegar a ser elegido –era el
terio». Me dice que no estaba acos- miércoles 13 de marzo durante la
tumbrado a hablar a tanta gente: comida– sintió que le envolvía
«Yo suelo dirigir la vista a las per- una inexplicable y profunda paz y
sonas concretas, una a una, y po- consolación interior, junto con una
nerme en contacto de forma per- oscuridad total que dejaba en
sonal con quien tengo delante. No sombras el resto de las cosas. Y
estoy hecho a las masas». Le digo que estos sentimientos le acompa-
que es verdad, que eso se ve, y ñaron hasta su elección.
que a todos nos impresiona. Se ve
que, cuando se encuentra en me-
dio de la gente, en realidad posa
sus ojos sobre personas concretas.
Como luego las cámaras proyecta- Sinceramente hubiera continuado
rán las imágenes y todos podrán hablando en este tono familiar por
contemplarle, queda libre para mucho tiempo, pero tomo las pá-
ponerse en contacto directo, por lo ginas con las preguntas que llevo
menos ocular, con el que tiene de- anotadas y enciendo la grabadora.
lante. Tengo la impresión de que Antes de nada, le doy las gracias
esto le satisface, es decir, poder ser en nombre de todos los directores
el que es, no sentirse obligado a de las revistas de la Compañía de
cambiar su modo normal de co- Jesús que publicarán esta entre-
municarse con los demás, ni si- vista.
quiera cuando tiene delante a mi-
llones de personas, como fue el ca-
so en la playa de Copacabana.
El Papa, poco antes de la audien-
cia que concedió a los jesuitas de
La Civiltà Cattolica, me había men-
cionado su gran renuencia a con-
ceder entrevistas. Me había con-
fesado que prefiere pensarse las
cosas más que improvisar res-
puestas sobre la marcha en una
Antes de que pueda encender mi entrevista. Siente que las respues-
grabadora hablamos todavía de tas precisas le surgen cuando ya
otra cosa. Comentando una publi- ha formulado la primera: «No me
cación mía, me dice que los dos reconocía a mí mismo cuando co-
pensadores franceses contempo- mencé a responder a los periodis-
ráneos que más le gustan son tas que me lanzaban sus pregun-
Henri de Lubac y Michel de Cer- tas durante el vuelo de vuelta de
teau. Le confieso también yo algo

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Río de Janeiro», me dice. Pero es «Bueno, quizá podría decir que


cierto: a lo largo de esta entrevista soy despierto, que sé moverme,
el Papa se ha sentido libre de inte- pero que, al mismo tiempo, soy
rrumpir lo que estaba diciendo en bastante ingenuo. Pero la síntesis
su respuesta a una pregunta, para mejor, la que me sale más desde
añadir algo a una respuesta ante- dentro y siento más verdadera es
rior. Hablar con el papa Francisco esta: «Soy un pecador en quien el
es una especie de flujo volcánico Señor ha puesto los ojos». Y repite:
de ideas que se engarzan unas con «Soy alguien que ha sido mirado
otras. Incluso el acto de tomar por el Señor. Mi lema, ‘Miserando
apuntes me produce la desagrada- atque eligendo’, es algo que, en mi
ble sensación de estar interrum- caso, he sentido siempre muy ver-
piendo un diálogo espontáneo. Es dadero».
obvio que el papa Francisco está
más acostumbrado a la conversa-
ción que a la cátedra.

El papa Francisco ha tomado este


lema de las homilías de san Beda
el Venerable que, comentando el
pasaje evangélico de la vocación
de san Mateo, escribe: «Jesús vio
un publicano y, mirándolo con
¿Quién es Jorge Mario
amor y eligiéndolo, le dijo: Sí-
Bergoglio?
gueme».

Tengo una pregunta preparada,


pero decido no seguir el esquema Añade: «El gerundio latino mise-
prefijado y la formulo un poco a rando me parece intraducible tanto
quemarropa: «¿Quién es Jorge Ma- en italiano como en español. A mí
rio Bergoglio?». Se me queda mi- me gusta traducirlo con otro ge-
rando en silencio. Le pregunto si es rundio que no existe: misericor-
lícito hacerle esta pregunta… Hace diando».
un gesto de aceptación y me dice:
«No sé cuál puede ser la respuesta
exacta… Yo soy un pecador. Esta es
la definición más exacta. Y no se El papa Francisco, siguiendo el hi-
trata de un modo de hablar o un lo de su reflexión, me dice, dando
género literario. Soy un pecador». un salto cuyo sentido no acabo de
comprender: «Yo no conozco Ro-
ma. Son pocas las cosas que co-
nozco. Entre estas está Santa Ma-
ría la Mayor: solía ir siempre».
El Papa sigue reflexionando, con- Riendo, le digo: «¡Lo hemos en-
centrado, como si no se hubiese tendido todos muy bien, Santo Pa-
esperado esta pregunta, como si dre!». «Bueno, sí –prosigue el Pa-
fuese necesario pensarla más.

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pa–, conozco Santa María la Ma- dre, ¿qué le movió a tomar la deci-
yor, San Pedro… pero cuando ve- sión de entrar en la Compañía de
nía a Roma vivía siempre en Vía Jesús? ¿Qué le llamaba la atención
della Scrofa. Desde allí me acerca- en la Orden de los jesuitas?».
ba con frecuencia a visitar la igle-
sia de San Luis de los Franceses y
a contemplar el cuadro de la voca- «Quería algo más. Pero no sabía
ción de san Mateo de Caravag- qué era. Había entrado en el semi-
gio». Empiezo a intuir qué me nario. Me atraían los dominicos y
quiere decir el Papa. tenía amigos dominicos. Pero al
fin he elegido la Compañía, que
llegué a conocer bien, al estar
nuestro seminario confiado a los
jesuitas. De la Compañía me im-
«Ese dedo de Jesús, apuntando
presionaron tres cosas: su carácter
así… a Mateo. Así estoy yo. Así
misionero, la comunidad y la dis-
me siento. Como Mateo». Y en es-
ciplina. Y esto es curioso, porque
te momento el Papa se decide, co-
yo soy un indisciplinado nato, na-
mo si hubiese captado la imagen
to, nato. Pero su disciplina, su mo-
de sí mismo que andaba buscan-
do de ordenar el tiempo, me ha
do: «Me impresiona el gesto de
impresionado mucho».
Mateo. Se aferra a su dinero, como
diciendo: ‘¡No, no a mí! No, ¡este
dinero es mío!’. Esto es lo que yo
soy: un pecador al que el Señor ha
dirigido su mirada… Y esto es lo
que dije cuando me preguntaron «Y, después, hay algo fundamen-
si aceptaba la elección de Pontífi- tal para mí: la comunidad. Había
ce». Y murmura: «Peccator sum, sed buscado desde siempre una co-
super misericordia et infinita patien- munidad. No me veía sacerdote
tia Domini nostri Jesu Christi confi- solo: tengo necesidad de comuni-
sus et in spiritu penitentiae accepto». dad. Y lo deja claro el hecho de ha-
berme quedado en Santa Marta:
cuando fui elegido ocupaba, por
sorteo, la habitación 207. Ésta en
que nos encontramos ahora es una
habitación de huéspedes. Decidí
vivir aquí, en la habitación 201,
porque, al tomar posesión del
¿Por qué se hizo jesuita? apartamento pontificio, sentí den-
tro de mí un ‘no’. El apartamento
pontificio del palacio apostólico
Me hago cargo de que esta fórmu- no es lujoso. Es antiguo, grande y
la de aceptación es para el papa puesto con buen gusto, no lujoso.
Francisco una tarjeta de identidad. Pero en resumidas cuentas es co-
Nada más que añadir. Y continúo
con la que llevaba preparada co-
mo primera pregunta: «Santo Pa-

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mo un embudo al revés. Grande y con la que suele describirse la vi-


espacioso, pero con una entrada sión de Ignacio: Non coerceri maxi-
de verdad muy angosta. No es po- mo, sed contineri minimo divinum
sible entrar sino con cuentagotas, est. He reflexionado largamente
y yo, la verdad, sin gente no pue- sobre esta frase por lo que toca al
do vivir. Necesito vivir mi vida gobierno, a ser superior: no tener
junto a los demás». límite para lo grande, pero con-
centrarse en lo pequeño. Esta vir-
tud de lo grande y lo pequeño se
Mientras el Papa habla de misión llama magnanimidad, y, a cada
y de comunidad, me vienen a la uno desde la posición que ocupa,
cabeza tantos documentos de la hace que pongamos siempre la
Compañía de Jesús que hablan de vista en el horizonte. Es hacer las
«comunidad para la misión», y los cosas pequeñas de cada día con el
descubro en sus palabras. corazón grande y abierto a Dios y
a los otros. Es dar su valor a las co-
sas pequeñas en el marco de los
grandes horizontes, los del Reino
de Dios».
Y para un jesuita, ¿qué significa
ser Papa?

Quiero seguir en esta línea, y lan-


zo al Papa una pregunta que parte «Esta máxima ofrece parámetros
del hecho de que él es el primer je- para adoptar la postura correcta
suita elegido Obispo de Roma: en el discernimiento, para sentir
«¿Cómo entiende el servicio a la las cosas de Dios desde su ‘punto
Iglesia universal, que Ud. ha sido de vista’. Para san Ignacio hay que
llamado a desempeñar, a la luz de encarnar los grandes principios en
la espiritualidad ignaciana? ¿Qué las circunstancias de lugar, tiempo
significa para un jesuita haber si- y personas. A su modo, Juan XXIII
do elegido Papa? ¿Qué aspecto de adoptó esta actitud de gobierno al
la espiritualidad ignaciana le ayu- repetir la máxima Omnia videre,
da más a vivir su ministerio?». multa disimulare, pauca corrigere
porque, aun viendo omnia, dimen-
sión máxima, prefería actuar sobre
pauca, dimensión mínima».
«El discernimiento», responde el
papa Francisco. «El discernimien-
to es una de las cosas que Ignacio
ha elaborado más interiormente.
Para él, es un instrumento de lu- «Es posible tener proyectos gran-
cha para conocer mejor al Señor y des y llevarlos a cabo actuando so-
seguirlo más de cerca. Me ha im- bre cosas mínimas. Podemos usar
presionado siempre una máxima medios débiles que resultan más
eficaces que los fuertes, como dice

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san Pablo en la Primera Carta a los debo tomar una decisión. Suele
Corintios». ser un error. Hay que esperar, va-
lorar internamente, tomarse el
«Un discernimiento de este tipo tiempo necesario. La sabiduría del
requiere tiempo. Son muchos, por discernimiento nos libra de la ne-
poner un ejemplo, los que creen cesaria ambigüedad de la vida, y
que los cambios y las reformas hace que encontremos los medios
pueden llegar en un tiempo breve. oportunos, que no siempre se
Yo soy de la opinión de que se ne- identificarán con lo que parece
cesita tiempo para poner las bases grande o fuerte».
de un cambio verdadero y eficaz.
Se trata del tiempo del discerni-
miento.

La Compañía de Jesús
Y a veces, por el contrario, el dis-
cernimiento nos empuja a hacer El discernimiento es, por tanto, un
ya lo que inicialmente pensába- pilar de la espiritualidad del Papa.
mos dejar para más adelante. Es lo Esto es algo que expresa de forma
que me ha sucedido a mí en estos especial su identidad de jesuita.
meses. Y el discernimiento se rea- En consecuencia, le pregunto có-
liza siempre en presencia del Se- mo puede la Compañía de Jesús
ñor, sin perder de vista los signos, servir a la Iglesia de hoy, con qué
escuchando lo que sucede, el sen- rasgos peculiares, y también cuá-
tir de la gente, sobre todo de los les son los riesgos que le pueden
pobres. Mis decisiones, incluso las amenazar.
que tienen que ver con la vida
normal, como el usar un coche
modesto, van ligadas a un discer-
nimiento espiritual que responde «La Compañía es una institución
a exigencias que nacen de las co- en tensión, siempre radicalmente
sas, de la gente, de la lectura de los en tensión. El jesuita es un descen-
signos de los tiempos. El discerni- trado. La Compañía en sí misma
miento en el Señor me guía en mi está descentrada: su centro es
modo de gobernar». Cristo y su Iglesia. Por tanto, si la
Compañía mantiene en el centro a
Cristo y a la Iglesia, tiene dos pun-
tos de referencia en su equilibrio
para vivir en la periferia. Pero si se
mira demasiado a sí misma, si se
«Pero, mire, yo desconfío de las pone a sí misma en el centro, sa-
decisiones tomadas improvisada- biéndose una muy sólida y muy
mente. Desconfío de mi primera bien ‘armada’ estructura, corre pe-
decisión, es decir, de lo primero
que se me ocurre hacer cuando

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ligro de sentirse segura y suficien- plicaciones filosóficas o teológi-


te. La Compañía tiene que tener cas, en las que es posible la discu-
siempre delante el Deus Semper sión. El estilo de la Compañía no
maior, la búsqueda de la Gloria de es la discusión, sino el discerni-
Dios cada vez mayor, la Iglesia miento, cuyo proceso supone ob-
Verdadera Esposa de Cristo nuestro viamente discusión. El aura místi-
Señor 2, Cristo Rey que nos con- ca jamás define sus bordes, no
quista y al que ofrecemos nuestra completa el pensamiento. El jesui-
persona y todos nuestros esfuer- ta debe ser persona de pensamien-
zos, aunque seamos poco adecua- to incompleto, de pensamiento
dos vasos de arcilla. Esta tensión abierto. Ha habido etapas en la vi-
nos sitúa continuamente fuera de da de la Compañía en las que se
nosotros mismos. El instrumento ha vivido un pensamiento cerra-
que hace verdaderamente fuerte a do, rígido, más instructivo-ascéti-
una Compañía descentrada es la co que místico: esta deformación
realidad, a la vez paterna y mater- generó el Epítome del Instituto».
na, de la ‘cuenta de conciencia’, y
precisamente porque le ayuda a
emprender mejor la misión».

Con esto el Papa alude a una es-


pecie de resumen práctico, en uso
en la Compañía y formulado en el
siglo XX, que llegó a ser conside-
Aquí el Papa hace referencia a un rado como sustituto de las Consti-
punto específico de las Constitu- tuciones. La formación que los je-
ciones de la Compañía de Jesús, suitas recibían sobre la Compañía,
que dice que el jesuita debe «ma- durante un tiempo, venía marca-
nifestar su conciencia», es decir, la da por este texto, hasta el punto
situación interior que vive, de mo- que alguno podía no haber leído
do que el superior pueda obrar nunca las Constituciones, que cons-
con conocimiento más exacto al tituyen el texto fundacional. Se-
enviar una persona a su misión. gún el Papa, durante este período
en la Compañía las reglas han co-
rrido el peligro de ahogar el espí-
«Pero es difícil hablar de la Com- ritu, saliendo vencedora la tenta-
pañía –prosigue el papa Francis- ción de explicitar y hacer dema-
co–. Si somos demasiado explíci- siado claro el carisma.
tos, corremos el riesgo de equivo-
carnos. De la Compañía se puede
hablar solamente en forma narra-
tiva. Solo en la narración se puede
hacer discernimiento, no en las ex-
Prosigue: «No. El jesuita piensa,
siempre y continuamente, con los
ojos puestos en el horizonte hacia
el que debe caminar, teniendo a
2
En español en el original.

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Cristo en el centro. Esta es su ver- El modelo: Pedro Fabro,


dadera fuerza. Y esto es lo que «sacerdote reformado»
empuja a la Compañía a estar en
búsqueda, a ser creativa, genero-
sa. Por eso hoy más que nunca ha En este momento me pregunto qué
de ser contemplativa en la acción; figuras de jesuitas, desde los oríge-
tiene que vivir una cercanía pro- nes de la Compañía hasta hoy, le
funda a toda la Iglesia, entendida habrán impresionado de modo es-
como ‘pueblo de Dios’ y ‘santa pecial. Y le pregunto al Pontífice si
madre Iglesia Jerárquica’. Esto re- hay algunos, cuáles son y por qué.
quiere mucha humildad, sacrificio El Papa comienza citando a san Ig-
y valentía, especialmente cuando nacio y san Francisco Javier, pero
se vive incomprensiones o cuando enseguida se detiene en una figura
se es objeto de equívocos o calum- que los jesuitas conocen, pero que
nias; pero es la actitud más fecun- no es muy conocida por lo general:
da. Pensemos en las tensiones del el beato Pedro Fabro (1506-1546),
pasado con ocasión de los ritos saboyano. Se trata de uno de los
chinos o los ritos malabares, o lo primeros compañeros de san Igna-
ocurrido en la reducciones del Pa- cio, el primero de todos, compañe-
raguay». ro de habitación cuando los dos
eran estudiantes en la Sorbona. El
tercer ocupante de aquella habita-
ción era Francisco Javier. Pío IX le
declaró beato el 5 de septiembre de
1872, y está tramitándose el proce-
so de canonización.
«Yo mismo soy testigo de incom-
prensiones y problemas que la
Compañía ha vivido aun en tiem-
po reciente. Entre éstas estuvieron
los tiempos difíciles en que surgió
la cuestión de extender el ‘cuarto
voto’ de obediencia al Papa a to- Me cita una edición de su Memo-
dos los jesuitas. Lo que a mí me rial, cuya publicación él mismo
daba seguridad en tiempos del encargó, siendo superior provin-
padre Arrupe era que se trataba cial, a dos especialistas jesuitas,
de un hombre de oración, un los padres Miguel A. Fiorito y Jai-
hombre que pasaba mucho tiem- me H. Amadeo. Una edición que
po en oración. Lo recuerdo cuan- gusta especialmente al Papa es la
do oraba sentado en el suelo, co- preparada por Michael de Cer-
mo hacen los japoneses. Eso creó teau. Le pregunto qué le llama
en él las actitudes convenientes e tanto la atención de Fabro, y qué
hizo que tomara las decisiones co- rasgos le impresionan más de él.
rrectas».

«El diálogo con todos, aun con los


más lejanos y con los adversarios;

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su piedad sencilla, cierta probable a la corriente mística, la de Luois


ingenuidad, su disponibilidad in- Lallement y Jean-Joseph Surin. Fa-
mediata, su atento discernimien- bro era un místico».
to interior, el ser un hombre de
grandes y fuertes decisiones que
hacía compatible con ser dulce,
dulce…». La experiencia de gobierno

¿Qué tipo de experiencia de go-


Al escuchar al papa Francisco, que bierno puede hacer madurar la
va enumerando las características formación que ha recibido el pa-
personales de su jesuita preferido, dre Bergoglio, que fue superior y
comprendo hasta qué punto esta superior provincial de la Compa-
figura haya constituido para él un ñía de Jesús? El estilo de gobierno
verdadero modelo de vida. Michel de la Compañía implica que el su-
de Certeau define a Fabro sencilla- perior toma las decisiones, pero
mente como el «sacerdote refor- también que establece diálogo con
mado» para quien experiencia in- sus «consultores». Pregunto al Pa-
terior, expresión dogmática y re- pa: «¿Piensa que su experiencia de
forma estructural eran realidades gobierno en el pasado puede ser
estrechamente inseparables. Me útil para su situación actual, al
parece entender, por eso, que el frente del gobierno universal de la
papa Francisco se inspira en este Iglesia?».
tipo de reforma. Pero él sigue ade-
lante, reflexionando sobre el ver-
dadero rostro del fundador.

El papa Francisco, tras una breve


pausa de reflexión se pone serio,
pero muy sereno.
«Ignacio es un místico, no un asce-
ta. Me enfada mucho cuando oigo «En mi experiencia de superior en
decir que los Ejercicios Espirituales la Compañía, si soy sincero, no
son ignacianos solo porque se ha- siempre me he comportado así,
cen en silencio. La verdad es que haciendo las necesarias consultas.
los Ejercicios pueden ser perfecta- Y eso no ha sido bueno. Mi go-
mente ignacianos incluso en la vi- bierno como jesuita, al comienzo,
da corriente y sin silencio. La ten- adolecía de muchos defectos. Co-
dencia que subraya el ascetismo, el rrían tiempos difíciles para la
silencio y la penitencia es una des- Compañía: había desaparecido
viación que se ha difundido inclu- una generación entera de jesuitas.
so en la Compañía, especialmente Eso hizo que yo fuera provincial
en el ámbito español. Yo, por mi aún muy joven. Tenía 36 años: una
parte, soy y me siento más cercano locura. Había que afrontar situa-

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ciones difíciles, y yo tomaba mis que me dicen: «No consulte dema-


decisiones de manera brusca y siado y decida». Pero yo creo que
personalista. Es verdad, pero debo consultar es muy importante. Los
añadir una cosa: cuando confío al- consistorios y los sínodos, por
go a una persona, me fío total- ejemplo, son lugares importantes
mente de esa persona. Debe come- para lograr que esta consulta lle-
ter un error muy grande para que gue a ser verdadera y activa. Lo
yo la reprenda. Pero, a pesar de es- que hace falta es darles una forma
to, al final la gente se cansa del au- menos rígida. Deseo consultas rea-
toritarismo. Mi forma autoritaria les, no formales. La consulta a los
y rápida de tomar decisiones me ocho cardenales, ese grupo consul-
ha llevado a tener problemas se- tivo externo, no es decisión sola-
rios y a ser acusado de ultracon- mente mía, sino que es fruto de la
servador. Tuve un momento de voluntad de los cardenales, tal co-
gran crisis interior estando en mo se expresó en las Congregacio-
Córdoba. No habré sido cierta- nes Generales antes del Cónclave.
mente como la beata Imelda, pero Y deseo que sea una consulta real,
jamás he sido de derechas. Fue mi no formal».
forma autoritaria de tomar deci-
siones la que me creó problemas».

«Sentir con la Iglesia»


«Todo esto que digo es experiencia
de la vida y lo expreso por dar a
entender los peligros que existen. No abandono el tema de la Iglesia
Con el tiempo he aprendido mu- e intento comprender qué signifi-
chas cosas. El Señor ha permitido ca exactamente para el papa Fran-
esta pedagogía de gobierno, aun- cisco el «sentir con la Iglesia» del
que haya sido por medio de mis que escribe san Ignacio en sus
defectos y mis pecados. Sucedía Ejercicios Espirituales. El Papa res-
que, como arzobispo de Buenos ponde sin dudar, partiendo de
Aires, convocaba una reunión con una imagen.
los seis obispos auxiliares cada
quince días y varias veces al año
con el Consejo presbiteral. Se for-
«Una imagen de Iglesia que me
mulaban preguntas y se dejaba es-
complace es la de pueblo santo,
pacio para la discusión. Esto me
fiel a Dios. Es la definición que
ha ayudado mucho a optar por
uso a menudo y, por otra parte, es
las decisiones mejores. Ahora, sin
la de la Lumen Gentium en su nú-
embargo, oigo a algunas personas
mero 12. La pertenencia a un pue-
blo tiene un fuerte valor teológico:
Dios, en la historia de la salvación,

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Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

ha salvado a un pueblo. No existe El Papa, tras un momento de pau-


identidad plena sin pertenencia a sa, precisa de manera seca, para
un pueblo. Nadie se salva solo, co- evitar ser malentendido: «Obvia-
mo individuo aislado, sino que mente hay que tener cuidado de
Dios nos atrae tomando en cuenta no pensar que esta infallibilitas de
la compleja trama de relaciones todos los fieles, de la que he ha-
interpersonales que se establecen blado a la luz del Concilio, sea una
en la comunidad humana. Dios forma de populismo. No: es la ex-
entra en esta dinámica popular». periencia de la ‘santa madre Igle-
sia jerárquica’, como la llamaba
san Ignacio, de la Iglesia como
pueblo de Dios, pastores y pueblo
«El pueblo es sujeto. Y la Iglesia es juntos. La Iglesia es la totalidad
el pueblo de Dios en camino a tra- del pueblo de Dios».
vés de la historia, con gozos y do-
lores. Sentir con la Iglesia, por tan-
to, para mí quiere decir estar en es-
te pueblo. Y el conjunto de fieles es
infalible cuando cree, y manifiesta «Yo veo la santidad en el pueblo
esta infalibilidad suya al creer, me- de Dios, su santidad cotidiana.
diante el sentido sobrenatural de Existe una ‘clase media de la san-
la fe de todo el pueblo que camina. tidad’ de la que todos podemos
Esta es mi manera de entender el formar parte, aquella de que habla
sentir con la Iglesia de que habla Malègue».
san Ignacio. Cuando el diálogo en-
tre la gente y los obispos y el Papa
sigue esta línea y es leal, está asis-
El Papa se refiere a Joseph Malè-
tido por el Espíritu Santo. No se
gue, escritor francés muy de su
trata, por tanto, de un sentir referi-
agrado, nacido en 1876 y muerto
do a los teólogos».
en 1940. En particular a su trilogía
incompleta Pierres noires: Les Clas-
ses moyennes du Salut. Algunos crí-
ticos franceses lo han definido co-
mo «el Proust católico».
«Sucede como con María: Si se
quiere saber quién es, se pregunta
a los teólogos; si se quiere saber có- «Veo la santidad –prosigue el Pa-
mo se la ama, hay que preguntar al pa– en el pueblo de Dios paciente:
pueblo. María, a su vez, amó a Je- una mujer que cría a sus hijos, un
sús con corazón de pueblo, como hombre que trabaja para llevar a
se lee en el Magníficat. Por tanto, casa el pan, los enfermos, los sa-
no hay ni que pensar que la com- cerdotes ancianos tantas veces he-
prensión del ‘sentir con la Iglesia’ ridos pero siempre con su sonrisa
tenga que ver únicamente con sen- porque han servido al Señor, las
tir con su parte jerárquica». religiosas que tanto trabajan y que

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viven una santidad escondida. Es- plo, leo la vida de los misioneros
ta es, para mí, la santidad común. salesianos que fueron a la Patago-
Yo asocio frecuentemente la santi- nia, leo una historia de vida y de
dad a la paciencia: no solo la pa- fecundidad».
ciencia como hypomoné, hacerse
cargo de los sucesos y las circuns-
tancias de la vida, sino también «Otro ejemplo de estos días: he
como constancia para seguir hacia visto que los periódicos se han he-
delante día a día. Esta es la santi- cho mucho eco de una llamada de
dad de la Iglesia militante de la teléfono que hice a un muchacho
que habla el mismo san Ignacio. que me había escrito una carta. Le
Esta era la santidad de mis padres: telefoneé porque aquella carta ha-
de mi padre, de mi madre, de mi bía sido muy hermosa, muy senci-
abuela Rosa, que me ha hecho tan- lla. Para mí, supuso un acto de fe-
to bien. En el breviario llevo el tes- cundidad. Caí en la cuenta de que
tamento de mi abuela Rosa, y lo se trataba de un joven que está
leo a menudo: porque para mí es creciendo, que ha reconocido a su
como una oración. Es una santa padre y le cuenta, sin más, algo de
que ha sufrido mucho, incluso su vida. El padre no puede decir-
moralmente, y ha seguido valero- le, simplemente, ‘paso de ti’. A mí,
samente siempre hacia delante». esta fecundidad me hace mucho
bien».

«Esta Iglesia con la que debemos


sentir es la casa de todos, no una Iglesias jóvenes e Iglesias
capillita en la que cabe solo un antiguas
grupito de personas selectas. No
podemos reducir el seno de la
Sigo con el tema de la Iglesia, y di-
Iglesia universal a un nido protec-
rijo al Papa una pregunta a la luz
tor de nuestra mediocridad. Y la
de la reciente Jornada Mundial de
Iglesia es Madre –prosigue–. La
la Juventud. «Este enorme evento
Iglesia es fecunda, debe serlo. Mi-
ha puesto bajo los reflectores a los
re, cuando percibo comportamien-
jóvenes, pero no menos a esos
tos negativos en ministros de la
‘pulmones espirituales’ que son
Iglesia o en consagrados o consa-
las iglesias de institución más re-
gradas, lo primero que se me ocu-
ciente. ¿Qué esperanzas le parece
rre es: ‘un solterón’, ‘una soltero-
que pueden surgir desde estas
na’. No son ni padres ni madres.
Iglesias para la Iglesia universal?».
No han sido capaces de dar vida.
Y sin embargo cuando, por ejem-

«Las Iglesias jóvenes logran una


síntesis de fe, cultura y vida en

260 Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235
Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

progreso diferente de la que lo- mienza diciendo: «El papa Bene-


gran las Iglesias más antiguas. Pa- dicto realizó un acto de santidad,
ra mí, la relación entre las Iglesias de grandeza y de humildad. Es un
de tradición más antigua y las más hombre de Dios». Mostrando así
recientes se parece a la relación un gran afecto y gran estima por
que existe entre jóvenes y ancia- su predecesor.
nos en una sociedad: construyen
el futuro, unos con su fuerza y los
otros con su sabiduría. El riesgo «Veo con claridad –prosigue– que
está siempre presente, es obvio; lo que la Iglesia necesita con ma-
las Iglesias más jóvenes corren pe- yor urgencia hoy es una capaci-
ligro de sentirse autosuficientes, y dad de curar heridas y dar calor a
las más antiguas el de querer im- los corazones de los fieles, cerca-
poner a los jóvenes sus modelos nía, proximidad. Veo a la Iglesia
culturales. Pero el futuro se cons- como un hospital de campaña tras
truye unidos». una batalla. ¡Qué inútil es pregun-
tarle a un herido si tiene altos el
colesterol o el azúcar! Hay que cu-
rarle las heridas. Ya hablaremos
luego del resto. Curar heridas, cu-
rar heridas... Y hay que comenzar
por lo más elemental».
¿Es la iglesia un hospital
de campaña?

El papa Benedicto XVI, al anun- «La Iglesia a veces se ha dejado


ciar su renuncia al pontificado, envolver en pequeñas cosas, en
describía un mundo actual some- pequeños preceptos. Cuando lo
tido a rápidos cambios y agitado más importante es el anuncio pri-
por unas cuestiones de enorme mero: ‘¡Jesucristo te ha salvado!’.
importancia para la vida de fe, Y los ministros de la Iglesia de-
que reclaman gran vigor de cuer- ben ser, ante todo, ministros de
po y alma. Pregunto al Papa, tam- misericordia. Por ejemplo, el con-
bién a la luz de lo que acaba de de- fesor corre siempre peligro de ser
cir: «¿De qué tiene la Iglesia ma- o demasiado rigorista o demasia-
yor necesidad en este momento do laxo. Ninguno de los dos es
histórico? ¿Hacen falta reformas? misericordioso, porque ninguno
¿Cuáles serían sus deseos para la de los dos se hace de verdad car-
Iglesia de los próximos años? go de la persona. El rigorista se
¿Qué Iglesia ‘sueña’?». lava las manos y lo remite a lo
que está mandado. El laxo se lava
las manos diciendo simplemente
‘esto no es pecado’ o algo seme-

El papa Francisco, refiriéndose al


comienzo de mi pregunta, co-

Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 261
P. Antonio Spadaro

jante. A las personas hay que capaz de salir de sí misma yendo


acompañarlas, las heridas necesi- hacia el que no la frecuenta, hacia
tan curación». el que se marchó de ella, hacia el
indiferente. El que abandonó la
Iglesia a veces lo hizo por razones
«¿Cómo estamos tratando al pue-
que, si se entienden y valoran
blo de Dios? Yo sueño con una
bien, pueden ser el inicio de un re-
Iglesia Madre y Pastora. Los mi-
torno. Pero es necesario tener au-
nistros de la Iglesia tienen que ser
dacia y valor».
misericordiosos, hacerse cargo de
las personas, acompañándolas co-
mo el buen samaritano que lava,
limpia y consuela a su prójimo. Recojo lo que está diciendo el San-
Esto es Evangelio puro. Dios es to Padre para hablar de aquellos
más grande que el pecado. Las re- cristianos que viven situaciones
formas organizativas y estructu- irregulares para la Iglesia, o diver-
rales son secundarias, es decir, sas situaciones complejas; cristia-
vienen después. La primera refor- nos que, de un modo o de otro,
ma debe ser la de las actitudes. mantienen heridas abiertas. Pien-
Los ministros del Evangelio de- so en los divorciados vueltos a ca-
ben ser personas capaces de cal- sar, en parejas homosexuales y en
dear el corazón de las personas, otras situaciones difíciles. ¿Cómo
de caminar con ellas en la noche, hacer pastoral misionera en estos
de saber dialogar e incluso des- casos? ¿Dónde encontrar un pun-
cender a su noche y su oscuridad to de apoyo? El Papa da a enten-
sin perderse. El pueblo de Dios der con un gesto que ha compren-
necesita pastores y no funciona- dido lo que quiero decirle y me
rios ‘clérigos de despacho’. Los responde.
obispos, especialmente, han de
ser hombres capaces de apoyar
con paciencia los pasos de Dios en
su pueblo, de modo que nadie
quede atrás, así como de acompa-
ñar al rebaño, con su olfato para «Tenemos que anunciar el Evan-
encontrar veredas nuevas». gelio en todas partes, predicando
la buena noticia del Reino y cu-
rando, también con nuestra pre-
dicación, todo tipo de herida y
cualquier enfermedad. En Bue-
nos Aires recibía cartas de perso-
nas homosexuales que son verda-
deros ‘heridos sociales’, porque
me dicen que sienten que la Igle-
«En lugar de ser solamente una sia siempre les ha condenado. Pe-
Iglesia que acoge y recibe, mante- ro la Iglesia no quiere hacer eso.
niendo sus puertas abiertas, bus- Durante el vuelo en que regresa-
quemos más bien ser una Iglesia
que encuentra caminos nuevos,

262 Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235
Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

ba de Río de Janeiro dije que si sando en la situación de una mu-


una persona homosexual tiene jer que tiene a sus espaldas el fra-
buena voluntad y busca a Dios, caso de un matrimonio en el que
yo no soy quién para juzgarla. Al se dio también un aborto. Después
decir esto he dicho lo que dice el de aquello esta mujer se ha vuelto
Catecismo. La religión tiene dere- a casar y ahora vive en paz con
cho de expresar sus propias opi- cinco hijos. El aborto le pesa enor-
niones al servicio de las personas, memente y está sinceramente
pero Dios en la creación nos ha arrepentida. Le encantaría reto-
hecho libres: no es posible una mar la vida cristiana. ¿Qué hace el
injerencia espiritual en la vida confesor?».
personal. Una vez una persona,
para provocarme, me preguntó si
yo aprobaba la homosexualidad.
Yo entonces le respondí con otra «No podemos seguir insistiendo
pregunta: ‘Dime, Dios, cuando solo en cuestiones referentes al
mira a una persona homosexual, aborto, al matrimonio homose-
¿aprueba su existencia con afecto xual o al uso de anticonceptivos.
o la rechaza y la condena?’. Hay Es imposible. Yo no he hablado
que tener siempre en cuenta a la mucho de estas cuestiones y he
persona. Y aquí entramos en el recibido reproches por ello. Pero
misterio del ser humano. En esta si se habla de estas cosas hay que
vida Dios acompaña a las perso- hacerlo en un contexto. Por lo de-
nas y es nuestro deber acompa- más, ya conocemos la opinión
ñarlas a partir de su condición. de la Iglesia y yo soy hijo de la
Hay que acompañar con miseri- Iglesia, pero no es necesario es-
cordia. Cuando sucede así, el Es- tar hablando de estas cosas sin
píritu Santo inspira al sacerdote cesar».
la palabra oportuna».

«Las enseñanzas de la Iglesia,


sean dogmáticas o morales, no
son todas equivalentes. Una pas-
toral misionera no se obsesiona
por transmitir de modo desestruc-
«Esta es la grandeza de la confe- turado un conjunto de doctrinas
sión: que se evalúa caso a caso, para imponerlas insistentemente.
que se puede discernir qué es lo El anuncio misionero se concentra
mejor para una persona que busca en lo esencial, en lo necesario, que
a Dios y su gracia. El confesiona- por otra parte es lo que más apa-
rio no es una sala de tortura, sino siona y atrae, es lo que hace arder
aquel lugar de misericordia en el el corazón, como a los discípulos
que el Señor nos empuja a hacer lo de Emaús».
mejor que podamos. Estoy pen-

Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 263
P. Antonio Spadaro

«Tenemos, por tanto, que encon- El primer Papa religioso después


trar un nuevo equilibrio, porque de 182 años…
de otra manera el edificio moral
de la Iglesia corre peligro de caer
como un castillo de naipes, de per- El papa Francisco es el primer Pon-
der la frescura y el perfume del tífice que proviene de una orden
Evangelio. La propuesta evangéli- religiosa después del camaldulen-
ca debe ser más sencilla, más pro- se Gregorio XVI, elegido en 1831,
funda e irradiante. Solo de esta hace 182 años. Así, pues, pregunto:
propuesta surgen luego las conse- «¿Qué puesto específico tienen hoy
cuencias morales». en la Iglesia los religiosos y las reli-
giosas?».

«Digo esto pensando también en «Los religiosos son profetas. Son


la predicación y en los contenidos los que eligieron un modo de se-
de nuestra predicación. Una bue- guir a Jesús que imita su vida con
na homilía, una verdadera homi- la obediencia al Padre, la pobreza,
lía, debe comenzar con el primer la vida de comunidad y la casti-
anuncio, con el anuncio de la sal- dad. En este sentido, los votos no
vación. No hay nada más sólido, pueden acabar convirtiéndose en
profundo y seguro que este anun- caricaturas, porque cuando así su-
cio. Después vendrá una cateque- cede, por ejemplo, la vida de co-
sis. Después se podrá extraer al- munidad se vuelve un infierno y
guna consecuencia moral. Pero el la castidad una vida de solterones.
anuncio del amor salvífico de Dios El voto de castidad debe ser un
es previo a la obligación moral y voto de fecundidad. En la Iglesia
religiosa. Hoy parece a veces que los religiosos son llamados espe-
prevalece el orden inverso. La ho- cialmente a ser profetas que dan
milía es la piedra de toque si se testimonio de cómo se vive a Jesús
quiere medir la capacidad de en- en este mundo, y que anuncian có-
cuentro de un pastor con su pue- mo será el Reino de Dios cuando
blo, porque el que predica tiene llegue a su perfección. Un reli-
que reconocer el corazón de su co- gioso no debe jamás renunciar a la
munidad para buscar dónde per- profecía. Lo cual no significa acti-
manece vivo y ardiente el deseo tud de oposición a la parte jerár-
de Dios. Por eso el mensaje evan- quica de la Iglesia, aunque función
gélico no puede quedar reducido profética y estructura jerárquica
a algunos aspectos que, aun sien- no coinciden. Estoy hablando de
do importantes, no manifiestan una propuesta positiva, que no de-
ellos solos el corazón de la ense- be realizarse con temor. Pensemos
ñanza de Jesús».

264 Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235
Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

en lo que han hecho tantos gran- dores, no intermediarios ni ges-


des santos de la vida monástica, tores».
religiosos y religiosas, desde tiem-
pos de san Antonio Abad. Ser pro- Recuerdo al Papa que el pasado
feta implica, a veces, hacer ruido, 29 de junio, durante la ceremonia
no sé cómo decir… La profecía de bendición e imposición de los
crea alboroto, estruendo, alguno palios a los 34 arzobispos metro-
diría que crea ‘gran confusión’. Pe- politanos, definió «la vía de la si-
ro en realidad su carisma es ser le- nodalidad» como el camino que
vadura: la profecía anuncia el es- lleva a la Iglesia unida «a crecer en
píritu del Evangelio». armonía con el servicio del prima-
do». En consecuencia, mi pregunta
es esta: «¿Cómo conciliar en armo-
nía primado petrino y solidari-
dad? ¿Qué caminos son practica-
bles, incluso con perspectiva ecu-
Dicasterios romanos, ménica?».
sinodalidad, ecumenismo

Partiendo de la alusión a la Jerar-


quía, en este momento pregunto «Debemos caminar juntos: la gen-
al Papa: «¿Qué piensa de los di- te, los obispos y el Papa. Hay que
casterios romanos?». vivir la sinodalidad a varios nive-
les. Quizá es tiempo de cambiar la
metodología del sínodo, porque la
«Los dicasterios romanos están al
actual me parece estática. Eso po-
servicio del Papa y de los obispos:
drá llegar a tener valor ecuméni-
tienen que ayudar a las Iglesias
co, especialmente con nuestros
particulares y a las conferencias
hermanos ortodoxos. De ellos po-
episcopales. Son instancias de
demos aprender mucho sobre el
ayuda. Pero, en algunos casos,
sentido de la colegialidad episco-
cuando no son bien entendidos,
pal y sobre la tradición de sinoda-
corren peligro de convertirse en
lidad. El esfuerzo de reflexión co-
organismos de censura. Impresio-
mún, observando cómo se gober-
na ver las denuncias de falta de
naba la Iglesia en los primeros
ortodoxia que llegan a Roma.
siglos, antes de la ruptura entre
Pienso que quien debe estudiar
Oriente y Occidente, acabará dan-
los casos son las conferencias
do frutos. Para las relaciones ecu-
episcopales locales, a las que Ro-
ménicas es importante una cosa:
ma puede servir de valiosa ayu-
no solo conocerse mejor, sino tam-
da. La verdad es que los casos se
bién reconocer lo que el Espíritu
tratan mejor sobre el terreno. Los
ha ido sembrando en los otros co-
dicasterios romanos son media-

Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 265
P. Antonio Spadaro

mo don también para nosotros. Yo discursos que oigo sobre el rol de


deseo proseguir la reflexión sobre la mujer a menudo se inspiran en
cómo ejercer el primado petrino una ideología machista. Las muje-
que inició ya en 2007 la Comisión res están formulando cuestiones
Mixta y que condujo a la firma del profundas que debemos afrontar.
Documento de Rávena. Hay que La Iglesia no puede ser ella misma
seguir esta vía». sin la mujer y el papel que ésta
desempeña. La mujer es impres-
cindible para la Iglesia. María, una
mujer, es más importante que los
Intento captar cómo ve el Papa el
obispos. Digo esto porque no hay
futuro de la unidad de la Iglesia.
que confundir la función con la
Me responde: «Tenemos que ca-
dignidad. Es preciso, por tanto,
minar unidos en las diferencias:
profundizar más en la figura de la
no existe otro camino para unir-
mujer en la Iglesia. Hay que traba-
nos. El camino de Jesús es ese».
jar más hasta elaborar una teolo-
gía profunda de la mujer. Solo tras
haberlo hecho podremos reflexio-
¿Y el papel de la mujer en la Igle- nar mejor sobre su función dentro
sia? El Papa se ha referido más de de la Iglesia. En los lugares donde
una vez a este tema en ocasiones se toman las decisiones importan-
diversas. En una entrevista afirmó tes es necesario el genio femenino.
que la presencia femenina en la Afrontamos hoy este desafío: re-
Iglesia apenas se ha hecho notar, flexionar sobre el puesto específi-
porque la tentación del machismo co de la mujer incluso allí donde
no ha dejado espacio para hacer se ejercita la autoridad en los va-
visible el papel que corresponde a rios ámbitos de la Iglesia».
la mujer en la comunidad. Retomó
el tema durante el viaje de vuelta
de Río de Janeiro, afirmando que
no se ha hecho aún una teología
profunda de la mujer. Yo le pre-
gunto: «¿Cuál debe ser el papel de
la mujer en la Iglesia? ¿Qué hacer
hoy para darle una mayor visibi-
lidad?».
El Concilio Vaticano II

«¿Qué hizo el Concilio Vaticano II?


¿Qué fue, en realidad?». Le dirijo
esta pregunta a la luz de las afir-
«Es necesario ampliar los espacios
maciones que acaba de hacer, ima-
para una presencia femenina más
ginando una respuesta larga y or-
incisiva en la Iglesia. Temo la solu-
ganizada. Y, sin embargo, me da la
ción del ‘machismo con faldas’,
impresión de que el Papa conside-
porque la mujer tiene una estruc-
rase el Concilio un hecho tan in-
tura diferente del varón. Pero los

266 Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235
Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

contestable que apenas valiera la cribía que para ver la realidad ha-
pena dedicarle mucho tiempo co- ce falta una mirada de fe, porque
rroborando su importancia. si no, se contempla una realidad
fragmentada, dividida. Este sería
uno de los temas de la encíclica
«El Vaticano II supuso una relectu-
Lumen fidei. Tengo presente algu-
ra del Evangelio a la luz de la cul-
nos pasajes de los discursos del
tura contemporánea. Produjo un
papa Francisco durante la Jorna-
movimiento de renovación que
da Mundial de la Juventud en Río
viene sencillamente del mismo
de Janeiro. Se los cito: «Dios es re-
Evangelio. Los frutos son enormes.
al, si se manifiesta en nuestro
Basta recordar la liturgia. El traba-
hoy»; «Dios está en todas partes».
jo de reforma litúrgica hizo un ser-
Son frases que se hacen eco de
vicio al pueblo, releyendo el Evan-
la expresión ignaciana «buscar y
gelio a partir de una situación his-
encontrar a Dios en todas las
tórica completa. Sí, hay líneas de
cosas».
continuidad y de discontinuidad,
pero una cosa es clara: la dinámica
de lectura del Evangelio actualiza-
da para hoy, propia del Concilio, es
absolutamente irreversible. Luego
están algunas cuestiones concretas, Le pregunto al Papa: «Santidad,
como la liturgia según el Vetus Or- ¿cómo se hace para buscar y en-
do. Pienso que la decisión del papa contrar a Dios en todas las cosas?».
Benedicto estuvo dictada por la
prudencia, procurando ayudar a «Lo que dije en Río tiene un valor
algunas personas que tienen esa temporal. Es verdad que tenemos
sensibilidad particular. Lo que la tentación de buscar a Dios en el
considero preocupante es el peli- pasado o en lo que creemos que
gro de ideologización, de instru- puede darse en el futuro. Dios es-
mentalización del Vetus Ordo». tá ciertamente en el pasado por-
que está en las huellas que ha ido
dejando. Y está también en el fu-
turo como promesa. Pero el Dios
‘concreto’, por decirlo así, es hoy.
Por eso las lamentaciones jamás
nos ayudan a encontrar a Dios.
Las lamentaciones que se oyen
hoy sobre cómo va este mundo
‘bárbaro’ acaban generando en la
Buscar y encontrar a Dios
Iglesia deseos de orden, entendi-
en todas las cosas
do como pura conservación, como
defensa. No: hay que encontrar a
El discurso del papa Francisco se Dios en nuestro hoy».
inclina hacia la apertura cuando
habla de los desafíos que afronta-
mos hoy. Hace algunos años es-

Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 267
P. Antonio Spadaro

«Dios se manifiesta en una revela- Certezas y errores


ción histórica, en el tiempo. Es el
tiempo el que inicia los procesos,
Si el encuentro con Dios en todas
el espacio los cristaliza. Dios se
las cosas no es un «eureka empíri-
encuentra en el tiempo, en los pro-
co» –le digo al Papa– y si, por tan-
cesos en curso. No hay que dar
to, se trata de un camino que va le-
preferencia a los espacios de po-
yendo en la historia, es posible co-
der frente a los tiempos, a veces
meter errores…
largos, de los procesos. Lo nuestro
es poner en marcha procesos, más
que ocupar espacios. Dios se ma-
nifiesta en el tiempo y está presen- «Sí, este buscar y encontrar a Dios
te en los procesos de la historia. en todas las cosas deja siempre un
Esto nos hace preferir las acciones margen a la incertidumbre. Debe
que generan dinámicas nuevas. Y dejarlo. Si una persona dice que
exige paciencia y espera». ha encontrado a Dios con certeza
total y ni le roza un margen de in-
certidumbre, algo no va bien. Yo
tengo esto por una clave impor-
tante. Si uno tiene respuestas a to-
das las preguntas, estamos ante
«Encontrar a Dios en todas las co-
una prueba de que Dios no está
sas no es un eureka empírico. En el
con él. Quiere decir que es un fal-
fondo, cuando deseamos encon-
so profeta que usa la religión en
trar a Dios nos gustaría constatar-
bien propio. Los grandes guías del
lo inmediatamente por medios
pueblo de Dios, como Moisés,
empíricos. Pero así no se encuen-
siempre han dado espacio a la du-
tra a Dios. Se le encuentra en la
da. Tenemos que hacer espacio al
brisa ligera de Elías. Los sentidos
Señor, no a nuestras certezas, he-
capaces de percibir a Dios son los
mos de ser humildes. En todo dis-
que Ignacio llama ‘sentidos espiri-
cernimiento verdadero, abierto a
tuales’. Ignacio quiere que abra-
la confirmación de la consolación
mos la sensibilidad espiritual y así
espiritual, está presente la incerti-
encontremos a Dios más allá de
dumbre».
un contacto puramente empírico.
Se necesita una actitud contem-
plativa: es el sentimiento del que
va por el camino bueno de la com-
prensión y del afecto frente a las
cosas y las situaciones. Señales de
que estamos en ese buen camino «El riesgo que existe, pues, en el
son la paz profunda, la consola- buscar y hallar a Dios en todas las
ción espiritual, el amor de Dios y cosas, son los deseos de ser dema-
de todas las cosas en Dios». siado explícito, de decir con certe-
za humana y con arrogancia: ‘Dios
está aquí’. Así encontraríamos so-
lo un Dios a medida nuestra. La

268 Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235
Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

actitud correcta es la agustiniana: para encontrarte con Él. Es preciso


buscar a Dios para hallarlo, y ha- discernir el encuentro. Y por eso el
llarlo para buscarle siempre. Y fre- discernimiento es fundamental».
cuentemente se busca a tientas,
como leemos en la Biblia. Esta es
«Un cristiano restauracionista, le-
la experiencia de los grandes Pa-
galista, que lo quiere todo claro y
dres de la fe, modelo nuestro. Hay
seguro, no va a encontrar nada. La
que releer el capítulo 11 de la Car-
tradición y la memoria del pasado
ta a los Hebreos. Abrahán, por la fe,
tienen que ayudarnos a reunir el
partió sin saber a dónde iba. To-
valor necesario para abrir espa-
dos nuestros antepasados en la fe
cios nuevos a Dios. Aquel que hoy
murieron teniendo ante los ojos
buscase siempre soluciones disci-
los bienes prometidos, pero muy a
plinares, el que tienda a la ‘seguri-
lo lejos… No se nos ha entregado
dad’ doctrinal de modo exagera-
la vida como un guión en el que
do, el que busca obstinadamente
ya todo estuviera escrito, sino que
recuperar el pasado perdido, po-
consiste en andar, caminar, hacer,
see una visión estática e involuti-
buscar, ver… Hay que embarcarse
va. Y así la fe se convierte en una
en la aventura de la búsqueda del
ideología entre tantas otras. Por
encuentro y del dejarse buscar y
mi parte, tengo una certeza dog-
dejarse encontrar por Dios».
mática: Dios está en la vida de to-
da persona. Dios está en la vida de
cada uno. Y aun cuando la vida de
una persona haya sido un desas-
tre, aunque los vicios, la droga o
cualquier otra cosa la tengan des-
truida, Dios está en su vida. Se
«Porque Dios está primero, está
puede y se debe buscar a Dios en
siempre primero, Dios primerea.
toda vida humana. Aunque la vi-
Dios es un poco como la flor del
da de una persona sea terreno lle-
almendro de tu Sicilia, Antonio,
no de espinas y hierbajos, alberga
que es siempre la primera en apa-
siempre un espacio en que puede
recer. Así lo leemos en los profe-
crecer la buena semilla. Es necesa-
tas. Por tanto, a Dios se le encuen-
rio fiarse de Dios».
tra caminando, en el camino. Y al
oírme alguno podría decir que es-
to es relativismo. ¿Es relativismo?
Sí, si se entiende mal, como una
especie de confuso panteísmo. No,
si se entiende en el sentido bíblico,
según el cual Dios es siempre una
sorpresa y jamás se sabe dónde y
cómo encontrarlo, porque no eres
tú el que fija el tiempo ni el lugar ¿Debemos ser optimistas?

Estas palabras del Papa me re-


cuerdan algunas reflexiones suyas

Razón y Fe, 2013, t. 268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 269
P. Antonio Spadaro

de hace tiempo, en las que el en- ce / y cada día muere! Son versos
tonces cardenal Bergoglio escribía que revelan el deseo de una espe-
que Dios vive ya en la ciudad, ranza que, sin embargo, es un fan-
mezclado vitalmente con todos y tasma irisado que desaparece con
unido a cada uno. Es otro modo la aurora.
de decir, me parece, lo que escribe
san Ignacio en los Ejercicios Espiri-
tuales cuando dice que Dios «tra- «Pues bien –prosigue el papa Fran-
baja y labora» en nuestro mundo. cisco–, la esperanza cristiana no es
Le pregunto: «¿Debemos ser opti- un fantasma y no engaña. Es una
mistas? ¿Qué signos de esperanza virtud teologal y, en definitiva, un
hay en el mundo actual? ¿Cómo regalo de Dios que no se puede re-
hacemos para ser optimistas en un ducir a un optimismo meramente
mundo en crisis?». humano. Dios no defrauda la espe-
ranza ni puede traicionarse a sí
mismo. Dios es todo promesa».

«No me gusta mucho la palabra


‘optimismo’ porque expresa una
actitud psicológica. Me gusta más El arte y la creatividad
usar la palabra ‘esperanza’, tal co-
mo se lee en el capítulo 11 de la
Carta a los Hebreos que he citado He quedado tocado por la alusión
anteriormente. Los Padres siguie- del Papa a Turandot, hablando del
ron caminando a través de gran- misterio de la esperanza. Me gus-
des dificultades. La esperanza no taría captar un poco más cuáles
defrauda, como leemos en la Carta son sus coordenadas artísticas y li-
a los Romanos. Piense en la prime- terarias. Le recuerdo que el año
ra adivinanza del Turandot de Puc- 2006 decía que los grandes artistas
cini», me dice el Papa. saben cómo presentar con belleza
las realidades trágicas y dolorosas
de la vida. Y le pregunto cuáles
son sus artistas y escritores prefe-
ridos, si tienen algo en común…
Sobre la marcha he hecho memo-
ria para recordar los versos de
aquella adivinanza de la princesa,
que tiene como solución la espe-
ranza: En la oscuridad de la noche «He sido aficionado a autores
vuela un irisado fantasma. / Sube y muy diferentes entre sí. Amo mu-
despliega las alas / sobre la negra, in- chísimo a Dostoyevski y Hölder-
finita humanidad. / Todos lo invocan / lin. De Hölderlin me gusta recor-
y todos le imploran. / Pero el fantas- dar aquella poesía tan bella para
ma se esfuma con la aurora / para re- el cumpleaños de su abuela, que
nacer en el corazón. / ¡Cada noche na- me ha hecho tanto bien espiritual.
Es aquella que termina con el ver-

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Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

so ‘Que el hombre mantenga lo distinto nivel, no de la misma inti-


que prometió el niño’. Me impre- midad, me gusta Wagner. Me gus-
sionó porque quería mucho a mi ta escucharlo, pero no siempre. La
abuela Rosa y en esa poesía Höl- Tetralogía del anillo, dirigido por
derlin pone a su abuela junto a Furtwängler en la Scala el año
María, la que dio a luz a Jesús, al 1950, es lo mejor que hay. Sin olvi-
que él consideraba el amigo de la dar Parsifal dirigido el ’62 por
tierra que no consideró extranjero Knappertsbusch».
a ningún viviente. He leído Los no-
vios tres veces y ahora lo tengo so-
bre la mesa para volverlo a leer.
Manzoni me ha dado mucho. Mi «Deberíamos pasar a hablar de ci-
abuela me hacía, de niño, apren- ne. La Strada de Fellini es quizá la
der de memoria el comienzo de película que más me haya gusta-
Los novios: ‘Quel ramo del lago di do. Me identifico con esa película,
Como, che volge a mezzogiorno, en la que hay una referencia im-
tra due catene non interrotte di plícita a san Francisco. Luego creo
monti…’. También Gerard Manley haber visto todas las películas de
Hopkins me ha gustado mucho». Anna Magnani y Aldo Fabrizi
cuando tenía entre 10 y 12 años.
Otra película que me gustó mucho
fue Roma città aperta. Mi cultura ci-
nematográfica se la debo sobre to-
do a mis padres, que nos llevaban
«En pintura admiro a Caravaggio: muy a menudo al cine».
sus lienzos me hablan. Pero tam-
bién Chagall con su Crucifixión
blanca...».

«En general puedo decir que me


«En música amo a Mozart, obvia- gustan los artistas trágicos, espe-
mente. Aquel ‘Et Incarnatus est’ de cialmente los más clásicos. Hay
su Misa en Do es insuperable: ¡te una bella definición que Cervan-
lleva a Dios! Me encanta Mozart tes pone en boca del bachiller Ca-
interpretado por Clara Haskil. Mo- rrasco haciendo el elogio de la his-
zart me llena: no puedo pensarlo, toria de Don Quijote: ‘Los niños la
tengo que sentirlo. A Beethoven traen en las manos, los jóvenes la
me gusta escucharlo, pero prome- leen, los adultos la entienden, los
teicamente. Y el intérprete más viejos la elogian’. Esta puede ser
prometeico para mí es Furtwän- para mí una buena definición de
gler. Y después, las Pasiones de lo que son los clásicos».
Bach. El pasaje de Bach que me
gusta mucho es el Erbarme Dich, el
llanto de Pedro de la Pasión según
San Mateo. Sublime. Después, a
Me doy cuenta de que me han ab-
sorbido todas estas citas del Papa
y de que desearía entrar en su vi-

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da por la puerta de sus preferen- tudiaran El Cid en casa y que en


cias artísticas. Sería, imagino, un clase yo hablaría de los autores
largo itinerario. Incluiría el cine, que les gustaban más. Natural-
desde el neorrealismo italiano al mente los chicos querían leer
Festín de Babette. Me vienen a la ca- obras literarias más ‘picantes’,
beza otros autores y otras obras contemporáneas, como La casada
que él ha citado en otras ocasio- infiel o clásicas, como La Celestina
nes, quizá menores o peor conoci- de Fernando de Rojas. Pero leyen-
das o de carácter local, del Martín do estas cosas que les resultaban
Fierro de José Hernández a la poe- entonces más atractivas, le cogían
sía de Nino Costa, a El gran éxodo gusto a la literatura y a la poesía
de Luigi Orsenigo. Pienso también en general, y pasaban a otros au-
en Joseph Malègue y José María tores. Y a mí me resultó una gran
Pemán. Y obviamente en Dante y experiencia. Pude acabar el pro-
Borges, pero también en Leopoldo grama, aunque de forma no es-
Marechal, el autor de Adán Bueno- tructurada, es decir, no según el
sayres, El banquete de Severo Arcán- orden previsto, sino siguiendo el
gelo y Megafón o la guerra. que iba surgiendo con naturalidad
a partir de la lectura de los auto-
res. Esta modalidad se me acomo-
daba muy bien: no era de mi agra-
do hacer una programación rígi-
da, todo lo más conocer, sobre
Pienso en Borges porque Bergo- poco más o menos, a donde quería
glio, entonces profesor de literatu- llegar. Y entonces empecé a hacer-
ra a los veintiocho años en el Cole- les escribir. Al final decidí pedir a
gio de la Inmaculada de Santa Fe, lo Borges que leyera dos narraciones
conoció personalmente. Bergoglio escritas por mis chicos. Conocía a
enseñaba en los dos últimos años su secretaria, que me había dado
del liceo cuando inició a sus alum- clases de piano. A Borges le gusta-
nos en la escritura creativa. Yo mis- ron muchísimo. Y me propuso re-
mo he tenido una experiencia pare- dactar la introducción de una re-
cida a la suya cuando tenía su copilación».
edad, en el Istituto Massimo de Ro-
ma, fundando BombaCarta, y se la
cuento. Al final pido al Papa que
me narre su experiencia.

«Fue una cosa un poco atrevida «Entonces, Santo Padre, para la vi-
–responde–. Quería encontrar la da de una persona ¿es importante
manera de que mis alumnos estu- la creatividad?», le pregunto. Se
diasen El Cid. Pero a los chicos no ríe y me responde: «¡Para un jesui-
les apetecía. Me pedían leer a Gar- ta es enormemente importante!
cía Lorca. Entonces decidí que es- Un jesuita debe ser creativo».

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Papa Francisco: «Busquemos ser una Iglesia…»

Fronteras y laboratorios de revistas dirigidas por la Com-


pañía de Jesús: ¿Desea hacerles al-
guna invitación especial? ¿Cuáles
Creatividad, pues: importante para
deben ser sus prioridades?».
un jesuita. El papa Francisco, cuan-
do recibió a los padres y co -
laboradores de La Civiltà Cattolica, «Las tres palabras clave que dirigí
había enunciado otras tres caracte- a La Civiltà Cattolica pueden exten-
rísticas importantes para el trabajo derse a todas las revistas de la
cultural del jesuita. Vuelvo con la Compañía, quizá con acentos dife-
memoria a aquel día, 14 de junio rentes propios de su naturaleza y
pasado. Recuerdo que entonces, en sus objetivos. Cuando insisto en la
el intercambio que tuvimos, previo frontera de un modo especial, me
al encuentro con todo el grupo, ya refiero a la necesidad que tiene el
me las había anunciado: diálogo, hombre de cultura de estar inserto
discernimiento y frontera. Y había en el contexto en que actúa y sobre
insistido en particular en el último el que reflexiona. Nos acecha
punto, citándome a Pablo VI que siempre el peligro de vivir en un
en un famoso discurso había dicho laboratorio. La nuestra no es una
de los jesuitas: «Dondequiera que fe-laboratorio, sino una fe-camino,
en la Iglesia las más candentes exi- una fe histórica. Dios se ha revela-
gencias del hombre se han medido do como historia, no como un
con el mensaje perenne del Evan- compendio de verdades abstrac-
gelio, aun en los campos más difí- tas. Me dan miedo los laboratorios
ciles y punteros, sea en las encruci- porque en el laboratorio se toman
jadas de las ideologías o en las trin- los problemas y se los lleva uno a
cheras sociales, allí han estado los su casa, fuera de su contexto, para
jesuitas». domesticarlos, para darles un bar-
niz. No hay que llevarse la fronte-
ra a casa, sino vivir en frontera y
ser audaces».

Le pido al papa Francisco que me


lo aclare un poco: «Nos ha pedido
que estemos atentos a no caer ‘en
la tentación de domesticar las Le pregunto al Papa si puede po-
fronteras: hay que salir al encuen- nerme algún ejemplo a partir de
tro de las fronteras, y no traerse las su experiencia personal.
fronteras a casa para darles un bar-
niz y domesticarlas’. ¿A qué se re-
«Cuando se habla de problemas
fería? ¿Qué quería decirnos exac-
sociales, una cosa es reunirse a es-
tamente? Esta entrevista ha surgi-
tudiar el problema de la droga de
do de un acuerdo entre un grupo
una villa miseria, y otra cosa es ir
allí, vivir allí y captar el problema

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P. Antonio Spadaro

desde dentro y estudiarlo. Hay Cómo se entiende el hombre


una carta genial del padre Arrupe a sí mismo
a los Centros de Investigación y
Acción Social (CIAS) sobre la po-
breza, en la que dice claramente Pregunto al Papa si esto tiene vali-
que no se puede hablar de pobreza dez también, y cómo, en el caso de
si no se la experimenta, con una in- una frontera tan importante como
serción directa en los lugares en los es la del desafío antropológico. La
que se vive esa pobreza. La pala- antropología que la Iglesia ha to-
bra ‘inserción’ es peligrosa, porque mado tradicionalmente como pun-
algunos religiosos la han tomado to de referencia y el lenguaje con el
como una moda, y han sucedido que la ha expresado siguen siendo
desastres por falta de discerni- referencia sólida, fruto de una sa-
miento. Pero es verdaderamente biduría y una experiencia secula-
importante». res. Y, sin embargo, el hombre al
que se dirige la Iglesia no parece
ya comprender esa antropología y
ese lenguaje, ni considerarlos sufi-
cientes. Comienzo exponiendo el
hecho de que el hombre se está in-
«Y las fronteras son muchas. Pen- terpretando a sí mismo de modo
semos en las religiosas que viven diferente a como lo ha hecho en el
en hospitales: viven en las fronte- pasado, con categorías diferentes.
ras. Yo mismo estoy vivo gracias a Y esto se debe también a grandes
ellas. Con ocasión de mi problema cambios en la sociedad y a un es-
de pulmón en el hospital, el médi- tudio más hondo de sí mismo.
co me prescribió penicilina y es-
treptomicina en cierta dosis. La
hermana que estaba de guardia la
triplicó porque tenía ojo clínico,
sabía lo que había que hacer por-
que estaba con los enfermos todo
el día. El médico, que verdadera- El Papa, en este momento, se le-
mente era un buen médico, vivía vanta y va coger su Breviario de la
en su laboratorio, la hermana vi- mesa de trabajo. Es un Breviario en
vía en la frontera y dialogaba con latín y ya muy ajado por el uso. Lo
la frontera todos los días. Domes- abre por el Oficio de Lectura de la
ticar las fronteras significa limitar- Feria sexta, es decir del viernes, de
se a hablar desde una posición de la semana XXVII. Me lee un pasaje
lejanía, encerrase en los laborato- del Commonitorium Primum de san
rios, que son cosas útiles. Pero la Vincente de Lerins: «Ita etiam chris-
reflexión, para nosotros, debe par- tianae religionis dogma sequatur has
tir de la experiencia». decet profectuum leges, ut annis scili-
cet consolidetur, dilatetur tempore, su-
blimetur aetate (El mismo dogma de
la religión cristiana debe someterse

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Papa Francisco: P.
«Busquemos
Antonio Spadaro
ser una Iglesia…»

Orar
a estas leyes. Progresa, consolidán- memoria. Yo
expresión de puedo
la verdad
olvidarme
puedende ser
dose con los años, desarrollándose múltiples,
Él, pero yoes sémás,
que Élesjamás
necesario
se olvi-
con el tiempo, haciéndose más pro- quede
da lo mí.
seanLapara
memoria
la transmisión
funda radi-
Lanzo al Papa una última pregun-
fundo con la edad)». del mensaje
calmente el corazón
evangélico del en
jesuita:
su sig-
es
ta sobre su modo preferido de orar.
nificado
la memoria inmutable».
de la gracia, la memo-
ria de la que se habla en el Deutero-
Y prosigue
«Rezo el Papa:
el Oficio todas «San Vicente de
las mañanas. nomio, la memoria de las acciones
Lerins
Me compara
gusta rezar conel desarrollo
los Salmos. bioló- «El hombre
de Dios que va a laen
están búsqueda
la base de lasí
gico del hombre
Después, con la transmisión
inmediatamente, celebro mismo, entre
alianza y es natural
Dios y suquepueblo.
en estaEs-
delmisa.
la depositum
Rezo elfidei de una
Rosario. Lo época
que a la búsqueda pueda cometer
ta es la memoria que me hace errores.
hijo
otra, que crece y prefiero
verdaderamente se consolida es la con
Ado-el Laque
y Iglesia ha vivido
me hace tiempos
también de ge-
ser padre».
paso del
ración tiempo. Ciertamente
vespertina, incluso cuando la nialidad, como por ejemplo el del
comprensión
me del hombre
distraigo pensando encambia
otras co- tomismo. Pero también vive tiem-
con oelcuando
sas tiempo llego
y su conciencia
a dormirmede re-sí pos de decadencia del pensamien-
mismo Por
zando. se hace más por
la tarde, profunda. Pen-
tanto, entre to. Por ejemplo: no debemos con-
semos
las sieteeny cuando
las ocho, la estoy
esclavitud
ante erael fundir la genialidad
* * * del tomismo
cosa admitida
Santísimo en unay cuando
hora de la adora-
pena de con el tomismo decadente. Yo, des-
muerte
ción. se rezo
Pero aceptaba
también sin enproblemas.
mis es- graciadamente, estudié la filosofía
Por tanto,
peras se crece
al dentista comprensión
y en otros mo- Me doy cuenta
en manuales dede que seguiría
tomismo mu-
decaden-
de la verdad.
mentos Los exegetas y los te-
de la jornada». cho tiempo este diálogo,
te. En su pensamiento sobre el pero sé
ólogos ayudan a la Iglesia a madu- que,
hombre como dijo el Papa
la Iglesia deberíaunatender
vez, noa
rar su propio juicio. Las demás hay que «maltratar los límites».
la genialidad, no a la decadencia». En
ciencias y su evolución ayudan total hemos dialogado durante más
también a la Iglesia a aumentar en de seis horas a lo largo de tres se-
«La oración esHay
comprensión. paranormas
mí siemprey pre- siones, el 19, el 23 y el 29 de agosto.
una oración ‘memoriosa’,
ceptos eclesiales secundarios, una llena de He preferido organizar la redac-
memoria,
vez eficaces de pero
recuerdos,
ahora sin incluso
valorde ni ción sin divisiones, para que no
«¿Cuándo deja de ser válida una
memoria de mi historia
significado. Es equivocada una vi-o de lo que perdiera continuidad. Lo nuestro
expresión del pensamiento? Cuan-
el Señor
sión ha hecho
monolítica enmatices
y sin su Iglesia deolaen ha sido más una conversación que
do el pensamiento pierde de vista
una parroquia concreta.
doctrina de la Iglesia». Para mí, se una entrevista: las preguntas han
lo humano, cuando le da miedo el
trata de la memoria de que habla constituido como un telón de fon-
hombre o cuando se deja engañar
san Ignacio en la primera Semana do que no imponía rígidos paráme-
sobre sí mismo. Podemos represen-
de los Ejercicios, en el encuentro tros predefinidos. Incluso desde el
tar el pensamiento engañado en la
misericordioso con Cristo Crucifi- punto de vista lingüístico hemos
figura de Ulises ante el canto de las
cado. Y me pregunto: ‘¿Qué he he- pasado con soltura del italiano al
sirenas, o como Tannhäuser, rodea-
cho yo por Cristo? ¿Qué hago por español, a menudo sin advertir la
do de una orgía de sátiros y bacan-
Cristo? ¿Qué debo
«Por lo demás, hacerépoca
en cada por Cris-
el transición. No ha habido nada de
tes, o como Parsifal, en el segundo
to?’. Es la memoria de
hombre intenta comprenderse y la que habla mecánico, y las respuestas nacían
acto de la ópera wagneriana, en el
también
expresarse Ignacio
mejoren la mismo.
a sí Contempla- Y del diálogo y dentro de un razona-
palacio de Klingsor. El pensamien-
ción para alcanzar amor,
por tanto el hombre, con el tiem- cuando nos miento que he procurado reflejar
to de la Iglesia debe recuperar ge-
pide que traigamos
po, cambia su modoade la percibirse:
memoria aquí, de modo sintético, como he
nialidad y entender cada vez mejor
los beneficios recibidos.
una cosa es el hombre que se ex- Pero, sobre podido. ■
la manera como el hombre se com-
todo,
presa sé que el Señor
esculpiendo me tiene
la Nike de Sa- en su prende hoy, para desarrollar y pro-
motracia, otra la de Caravaggio, fundizar sus propias enseñanzas».
otra la de Chagall y, todavía, otra
la de Dalí. Las mismas formas de

276Razón y Fe, 2013, t.Razón


268, nº
y Fe,
1380,
2013,
pp.t.249-276,
268, nº 1380, pp. 249-276, ISSN 0034-0235 275
ISSN 0034-0235

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