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Geografía
Llanura costera
La falla oriental
El clima
Geología
La formación de Palestina
Arqueología
Los pioneros
Flinders Petrie
Búsquedas interdisciplinarias
El “Carbono 14”
Geografía
Llanura costera
La alta Galilea
La altura media, en el norte del país, en la Alta Galilea, es de 800 metros, pero se
puede llegar hasta mas allá de los 1000 metros, como el monte Merom (1208
m.). En la vertiente oriental, los acantilados que dominan el alto valle del Jordán,
pueden llegar a 500 o 700 metros, que luego se convierten en pendientes
rápidas.
El bosque primitivo ha resistido mas o menos bien a la tala anárquica, que
durante siglos ha caracterizado esta región, debido a que esta región fue poco
habitada en la antigüedad.
La baja Galilea
Una falla sísmica marca el límite septentrional de la baja Galilea. Aquí el macizo
es menos homogéneo y las colinas no llegan a los 500 metros. Aquí se encuentran
montes insólitos y solitarios en medio de llanuras, como el monte Turán que
divide en dos la fértil llanura de Bet-Netofa; el monte Tabor (588 metros) ubicado
al límite norte de la llanura de Yizreel y el monte Givat ha-More. Hay que agregar
a esta lista el monte Carmelo que, en su estructura central, se orienta de Sureste
a Noreste. Sobre su lado occidental, las pendientes paralelas descienden hacia la
llanura costera y terminan, a menudo, en acantilados. La vertiente oriental
domina el río Quijón.
Hacia el Este, cerca del lago, la roca calcárea está recubierta de una capa espesa
de basalto, fruto de antiguas erupciones volcánicas, entre ellas, la más reciente es
la provocada por el Djebel Druz, cuyas lavas llegaron a una zona de 100
kilómetros a la redonda, llegando por el oeste hasta la falla del Jordán. La
descomposición de la calcárea y del basalto ha generado un tipo de tierra negra,
propicia a la agricultura.
La región central
En los montes de Samaria, la altitud es mayor. A ambos lados del paso donde se
situaba la antigua Siquem, se encuentran los montes Ebal y Garizim que llegan
hasta los 900 metros. Al este, el conjunto del macizo se eleva por encima del
Ghor (la depresión del Jordán), pero se queda accesible mediante algunas
barrancas, mientras que por el oeste, algunos pasajes relativamente fáciles dan
acceso a la llanura costera. Las colinas desprovistas de vegetación en su parte
más alta, alternan con altos cubiertos de huertas. Al igual que en Galilea, los
pequeños valles interiores aprovechan las tierras que las lluvias traen de las
colinas calcáreas.
Mas hacia el sur, el sistema central toma el nombre de montes de Efraím. Los
pequeños valles interiores dejan lugar a valles más estrechos que se encuentran
en pasajes poco elevados, conformando de esta manera una vía natural entre el
norte y el sur, que ha sido utilizada desde hace miles de años. La altura de este
paso no llega a los 600 metros, sin embargo algunos montes más elevados le
dominan.
La meseta de Benjamín prolonga la montaña de Efraím hacia el sur. Una línea de
colinas de las cuales la más meridional es el Monte de los Olivos (818 metros),
forma el límite oriental, dominando las pendientes del desierto de Judea: ya
estamos aquí a la altura de Jerusalén.
Las cercanías del Negueb
El bosque que cubre las colinas se prolonga, hacia el sur, sobre la vertiente oeste
del sistema central, que toma el nombre de montes de Judá. En la parte mas alta
de la meseta, que se eleva hasta los 1000 metros cerca del Hebrón, la tierra es
propicia para el cultivo de frutales, como la viña, el olivo y el higo. A partir de la
primavera, los diferentes verdes de los follajes alternan con el blanco luminoso de
la calcárea y el color marrón de la tierra. Bruscamente, al sur del Hebrón, el
sistema central se hunde y da lugar a una serie de colinas cada vez más bajas,
que desaparecen a la altura de Berseba. Resurge, sin embargo sobre unos cien
kilómetros en el Negueb. Las estructuras más notables de esta línea de relieves
son los extendidos circos oblongos, de 10 a 35 kilómetros de largo llamados
Makhteshim; ahí las capas superiores de los pliegos, que fueron distendidas al
originarse la falla del Jordán, no resistieron la erosión que las cavó de tal manera
que en el fondo de estos circos reaparecieron las rocas primitivas, dejando en su
derredor piedras enderezadas y rotas.
La falla oriental
El clima
El macizo central presenta un clima mucho más rudo y sus partes mas altas son a
veces blancas de nieve. Los aguaceros son generosos y las precipitaciones oscilan
entre los 700 y los 900 milímetros por año, siendo que la vertiente occidental
goza mucho más de las lluvias que vienen del mar.
Geología
La formación de Palestina
Al final de la era secundaria, durante los últimos períodos del Cretáceo, hace unos
cien millones de años, el “mar de Thetis” recubría aún la totalidad de la Palestina.
Durante la era Terciaria (inicio: hace 70 millones de años) el retiro progresivo del
mar descubre el relieve, sumergido hasta entonces y durante el Plioceno (7 a 3
millones de años) que marca el final de la era Terciaria o Cenozoica. El litoral se
situaba en la base de las colinas que limitan hoy, al este, la llanura costera, la
cual a su vez se fue formando poco a poco a la vez por los aportes de arenas
africanas transportadas por el Nilo, y luego empujadas por las marejadas del
sudeste, y por una parte, por los sedimentos arrancados a los relieves emergidos
golpeados por las lluvias.
Al final de Plioceno, el nacimiento de la gran falla oriental generará cambios en el
relieve. En cuanto al trazado actual de la llanura costera, sólo se fijará un millón
de años antes de nuestra era.
Según la “teoría de las placas” propuesta en el año 1960 par los geofísicos, la
capa superior de la corteza terrestre esta compuesta por placas móviles sobre una
capa viscosa. Para el fenómeno que nos interesa en este caso, tres de estas
placas hay que tener en consideración: la placa euroasiática (que abarca toda
Europa y Asia, con excepción de la India), la placa Africana (que desborda
ampliamente al este como al oeste el continente actual) y la placa Árabe (mucho
mas pequeña y que se encuentra entre las otras dos). El desplazamiento paralelo,
pero en sentido inverso, de las dos últimas (la placa africana se desliza hacia el
sur, mientras que la placa árabe se desliza hacia el norte) ha provocado lo que se
llama una “falla transformante”. El fenómeno comenzó hace unos 3 millones de
años.
Hace unos trescientos mil años, una importante corriente de basalto había llenado
un valle anterior, pero cuando el trabajo de la corteza terrestre hizo aparecer la
actual falla jordana, aparecieron muchos lagos de agua dulce, que se decantaron
en capas de marga de un espesor de más de 50 metros. La extensión y la
regresión de esos lagos seguían a la alternancia de períodos húmedos y períodos
más secos, correspondientes más o menos a las glaciaciones et inter-glaciaciones
conocidas en Europa durante el Cuaternario, aunque hasta la fecha ninguna
relación se haya establecido, de manera profunda, entre los dos fenómenos.
Hace unos 600.000 años, se forma un último lago, insalubre en este caso,
ocupando toda la falla del norte del lago de Tiberíades hasta el sur del actual mar
Muerto. Pero el clima más seco que se establece posteriormente sobre la región
(hace unos 50.000 años) provoca una regresión progresiva del lago, que deja a
su paso unos depósitos de marga yesosa y salífera de un espesor de 40 metros.
Mientras el lago se contrae hacia el sur, el Jordán alarga son curso sinuoso sobre
las margas descubiertas.
Las aguas del actual mar Muerto son las aguas salobres de un lago cuya salinidad
no ha dejado de crecer a consecuencia de la evaporación y la consiguiente
reducción de su volumen desde hace unos 20.000 años.
Arqueología
Los pioneros
Flinders Petrie
Al final del siglo 19, una doble intuición hizo de Flinders Petrie (que trabajaba
sobre el túmulo El-Hesi para la Palestine Exploration Found) el padre de la
arqueología palestina. Demostró la importancia, a la vez de la apertura de un
“zanja estratigráfica” y del estudio de la cerámica para datar las diferentes capas
arqueológicas encontradas. Su intuición fue decisiva para los tiempos que
siguieron. Un tell (o túmulo), simplificando la explicación, es una superposición de
ciudades, cada una reconstruida sobre las ruinas de la anterior; se podía pensar
que al cortar un en forma vertical, aparecerían en el corte los vestigios
superpuestos des las diversas ciudades que se sucedieron una después de la otra.
Búsquedas interdisciplinarias
El “Carbono 14”
Este método de datación fue utilizado por primera vez por el químico americano
Willard Franck Libby en 1947, quien descubrió el proceso de formación de este
isótopo del carbono en la atmósfera. Luego de su penetración en la capa de aire
que rodea la tierra, los protones de origen galáctico generan el nacimiento de
unos neutrones que, en un primer momento, se fijan sobre las moléculas de
oxígeno y de azote del aire para contribuir en seguida, a la producción del
carbono 14. De esta manera, el gas carbónico fijado por las células clorofílicas de
los vegetales superiores contienen una cantidad infinitesimal (0,00000000012%),
pero todavía mesurable, de carbono 14. Sus 14 neutrones agrupados alrededor
de 6 protones, lo diferencian del carbono 12 presente de manera mayoritaria en
la atmósfera (98,89%) y del carbono 13 igualmente presente, pero en menor
cantidad (1,108%).