Quiero valorar en estas notas la reciente obra de Simón Alberto Consalvi
sobre "Augusto Mijares: el pensador y su tiempo" (Caracas: Editorial Galeotes, 2003). Lo hago por los merecimientos intrínsecos del trabajo, que ponen de manifiesto dedicación y agudeza interpretativa, y también porque se trata de un libro oportuno dadas las circunstancias que hoy vive Venezuela. En efecto, si algún rasgo central define el legado intelectual de Mijares, ése no es otro que su sistemática reivindicación de lo que llamaba "lo afirmativo venezolano", enarbolada con perseverancia frente a las visiones pesimistas y deterministas sobre nuestra ruta histórica como pueblo.
En tal sentido, Consalvi cita frases que me parecen decisivas, extraídas
del ensayo de Mijares "La evolución política de Venezuela", inicialmente publicado en 1962. Importa reproducirlas en parte: "Nuestros escritores positivistas del siglo pasado se empeñaban en no considerar como elementos de juicio sino los hechos, objetivamente comprobados y analizados, pero esto les hacía olvidar a veces que las opiniones y creencias, las aspiraciones morales y políticas son también hechos, de no menor durabilidad y consistencia". En efecto, la historia de nuestro país se despliega en ambos planos, el de los conflictos, desencuentros y pugnas, y el de los ideales, aspiraciones y propósitos de superación en libertad que jalonan la historia desde la Independencia hasta nuestros días. El factor moral, el fervor de Patria y el empeño cívico de millones de personas a lo largo del tiempo son cualidad esencial de nuestro devenir.
En esos factores morales concentró Mijares sus mayores esfuerzos
como investigador y ensayista, y Consalvi atina al resaltarlos en su nuevo libro. Estos factores, que pertenecen al plano de las ideas, de las creencias, de los compromisos y convicciones de la gente son los que explican el sentido profundo de la hora presente de Venezuela. Ante la amenaza artera de un gobernante y un régimen que traicionaron su juramento constitucional, y que pretenden retrocedernos al autoritarismo militarizado y subordinado a un poder foráneo, se han alzado las voces y el sacrificio cívico de millones de personas, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, en jornadas que sin duda ya forman parte del más glorioso acerbo de las batallas que hemos dado los venezolanos por la libertad y la democracia.
Por ello decía antes que la obra de Consalvi sobre Mijares es
especialmente oportuna en estos tiempos de incertidumbre, de luchas y desfallecimientos, de conquistas y reveses que han colocado a nuestro pueblo frente a tan complejos y exigentes desafíos. Escribiendo en los años sesenta, Mijares afirmaba que "La Venezuela de hoy no se parece en nada a la de Gómez, ni a la de Castro, y no es por una transformación súbita, por una 'revolución oficial' que podría desnaturalizarse; es por un empeño tenaz de la colectividad que, ayudado o no por los gobiernos sucesivos, ha mantenido una continuidad superior a todos ellos". Estas palabras tienen una vigencia extraordinaria en los momentos que hoy vivimos, de "revolución oficial", cuando es la voluntad del colectivo la que se impone tanto sobre el régimen canalla como sobre una dirigencia opositora que desafortunadamente deja bastante que desear.
El triunfo sobre la adversidad que ahora nos acosa es seguro, y será el
triunfo del pueblo; no de un líder o de un grupo en particular, sino del colectivo nacional mismo, que en las grandes marchas y otros episodios democráticos como el Reafirmazo, se ha empinado por encima de todos los obstáculos, en una gesta que no ha sido ni posiblemente sea jamás reconocida en su verdadera significación en el extranjero. Una gesta que quizás nosotros mismos no apreciamos aún plenamente, pero que debe constituír motivo de legítimo orgullo para los que la hemos llevado a cabo y para las siguientes generaciones venezolanas.
El libro de Consalvi puede clasificarse como una semblanza intelectual,
basada en el análisis siempre ponderado y cuidadoso de las principales obras de Mijares. Se destacan, entre otros, dos aspectos: de un lado la discusión de la tesis del "gendarme necesario" y su decisivo cuestionamiento por parte de Mijares; de otro lado el capítulo dedicado a comentar la biografía de Mijares sobre Bolívar, "El Libertador", que se encuentra entre los mejores estudios escritos por un venezolano acerca de esa figura clave de nuestra historia.
En síntesis, tanto el legado intelectual de Mijares como esta obra de
Consalvi forman parte de "lo afirmativo venezolano", de esa corriente fundamental de nuestro andar como pueblo, del pueblo que una vez más, en las difíciles condiciones de hoy, se yergue dignamente en defensa de su libertad.