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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

GUIA INFORMATIVA N° 5
NOMBRE: _______________________________________ GRADO: Décimo
AREA: Economía FECHA: JULIO – AGOSTO PERIODO: TERCERO
TEMA: desarrollo y pobreza, la globalización cultural.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González
COMPETENCIAS: INTERPRETATIVA – ARGUMENTATIVA – PROPOSITIVA
DBA SC 3 Comprende que existen multitud de culturas y una sola humanidad en el
mundo y que entre ellas se presenta la discriminación y exclusión de algunos
grupos, lo cual dificulta el bienestar de todos.
DBA SC 4: Interpreta el papel que cumplen los organismos internacionales como
formas de alianza y organización entre los Estados y que responden a los intereses
entre los países.

POBREZA Y DESARROLLO
Nicolás Angulo Sánchez

Existe una estrecha y recíproca relación entre la reducción de la pobreza, el


desarrollo y los derechos humanos, pues el desarrollo humano consiste en la
realización de los derechos humanos y, por consiguiente, en la progresiva reducción
de la pobreza. El desarrollo humano debe estar centrado en los pueblos y en los
individuos que los conforman, y tiene como objetivos la mejora de su bienestar y el
respeto de su dignidad e identidad. Por esta razón, la pobreza constituye, en la
medida en que supone la antítesis del desarrollo social, una brutal y violenta
negación de todos los derechos humanos, que limita sustancialmente el alcance de
las libertades públicas de los más pobres, privando a éstos y a las comunidades a
las que pertenecen de los bienes necesarios para vivir dignamente.

Al igual que el desarrollo humano y sostenible, la pobreza posee un carácter


multidimensional y complejo al implicar elementos materiales, como el hambre, la
malnutrición, la falta de seguridad alimentaria, la falta de agua potable y para la
higiene personal, los problemas de salud ligados a enfermedades fácilmente
curables con las medicinas y conocimientos actuales, las viviendas precarias e
insalubres, el desempleo y el subempleo, y la escasez de ingresos económicos, así
como elementos inmateriales, como el analfabetismo, el acceso restringido a
centros de educación y a otros servicios públicos, la exclusión y la marginación
social, la violencia y, en definitiva, la falta de perspectivas y de esperanzas de que
la situación mejore, que empuja a la desesperación [1].

Asimismo, la pobreza implica una importante limitación de los derechos de


participación política al limitar la capacidad de expresión de las necesidades e
intereses en la vida pública. Por este motivo, cabe cuestionarse qué significa la
libertad para quien no tiene suficiente para comer e incluso se muere de hambre,
pues los derechos humanos y del ciudadano carecen de sentido para aquellos
hombres que vegetan en el hambre, la enfermedad y la ignorancia [2].

La carencia de bienes esenciales para vivir dignamente y la exclusión de la vida


económica, política, social y cultural no son problemas exclusivos de los países más
pobres, pues también en los países más ricos e industrializados mucha gente no
puede satisfacer sus necesidades básicas, caso por ejemplo de EE.UU., donde
pasan hambre 30 millones de personas, entre ellos 13 millones de niños menores
de 12 años [3]. En este país se calcula en 38 millones el número de personas que
sobreviven por debajo del umbral de pobreza y en el conjunto de los países más
industrializados se calcula que más de cien millones de personas viven por debajo
de dicho umbral. Estas cifras no sólo no están disminuyendo, sino que su tendencia
es al alza.

La catástrofe causada por el ciclón Katrina en el Sur de EE.UU. puso al descubierto


hasta qué punto este superestado está afectado por la pobreza y la desigualdad, a
pesar del empeño de los grandes medios de comunicación en ocultarlo. Es también
significativo que en este país, fuertemente marcado por una violencia estructural en
todos los ámbitos, la población reclusa alcance la cifra de 715 presos por cada
100.000 habitantes (cifra casi cinco veces superior a la de España, que es una de
las más altas de la Unión Europea) [4], los cuales, al igual que gran parte de los
condenados a muerte, son en su mayoría pobres con insuficientes recursos para
costear debidamente una asistencia jurídica adecuada que haga frente a multitud
de irregularidades procesales.

El Banco Mundial (BM) establece en un dólar diario el umbral de la denominada


“pobreza extrema”, lo cual no deja de ser arbitrario, puesto que el dólar es una
moneda de un país industrializado y su valor monetario no sólo no equivale a la
misma cantidad de bienes en los diferentes lugares del planeta, sino que la
disparidad puede ser muy elevada. Además, establecer en un dólar diario el umbral
de la pobreza extrema permite ocultar que también existe este tipo de pobreza en
los países que se presumen más “desarrollados”. De todos modos, si tomamos ese
dólar como referencia a título orientativo, aun con todas sus imprecisiones, se
calcula actualmente entre 1.200 y 1.300 millones los seres humanos a lo ancho del
planeta que viven (malviven) con menos de dicho dólar diario [5]. Esto supone
que uno de cada cuatro o cinco seres humanos vive en condiciones de "pobreza
extrema" y con escasas perspectivas de que su situación cambie a corto plazo, dado
que el número de personas que viven en tales condiciones no está disminuyendo.

Una característica relevante de este fenómeno es su feminización, es decir, la


pobreza incide con más intensidad en las mujeres, pues se estima que el 70% de
personas que viven en condiciones de pobreza extrema en todo el mundo son
mujeres. Es más, sólo perciben una décima parte de los beneficios y poseen
solamente una décima parte de los derechos de propiedad [6]. Ello se debe, entre
otras cosas, a los grandes obstáculos que encuentran las mujeres en su
emancipación a causa de determinadas leyes locales profundamente arraigadas en
tradiciones culturales y costumbres sociales, de las que los agentes de la economía
de mercado capitalista, principalmente las empresas transnacionales, no dudan en
aprovecharse para incrementar la sobreexplotación laboral y así obtener mayores
beneficios con menor coste [7].

Algunas de las principales dificultades de los países del tercer mundo se refieren a
la enorme carga de la deuda externa, el deterioro de la relación de intercambio
comercial, la disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y la escasez de
corrientes de capital privado y de recursos humanos hacia dichos países. Asimismo,
llama la atención sobre la difícil situación del continente africano, donde la pobreza
alcanza niveles particularmente graves:

“Gran parte del continente se ve afectada, entre otras cosas, por una infraestructura
física e institucional deficiente, escaso desarrollo de los recursos humanos, falta de
seguridad alimentaria, malnutrición, hambruna, epidemias, enfermedades
generalizadas, desempleo y subempleo. A todo ello se suman diversos conflictos y
desastres. Estas variadas limitaciones y restricciones hacen que sea difícil para
África beneficiarse plenamente de los procesos de mundialización y de
liberalización del comercio e integrarse plenamente en la economía mundial”
(párrafo 17) [8]. Por este motivo, “la crítica situación de África y de los países menos
avanzados exige que se asigne prioridad a esos países en la cooperación
internacional para el desarrollo y en la asignación de la Asistencia Oficial para el
Desarrollo” (párrafo 185).

Esta lamentable situación empuja a muchos jóvenes africanos a intentar


desesperadamente emigrar a Europa u otros países industrializados, muriendo
muchos de ellos en el empeño, o siendo maltratados y malheridos, al intentar
atravesar unas fronteras cada vez más difíciles de franquear, y que convierten a los
Estados más ricos e industrializados en una especie de fortalezas inaccesibles,
contradiciendo abiertamente su reiterada autoproclamación de “libres”.

La pobreza no consiste solamente en la escasez de ingresos económicos

La pobreza extrema supone la negación de todos los derechos humanos y que la


libertad sin el respeto y cumplimiento de los derechos económicos, sociales y
culturales es mera ilusión [9]. Una cumbre particularmente relevante fue la
Conferencia Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague en 1995,
a cuyo término se aprobó la Declaración sobre Desarrollo Social, donde se plantea
como objetivo primordial de la comunidad internacional la erradicación de la
pobreza, en tanto que imperativo ético, social, político y económico de la
humanidad [10]. La pobreza se caracteriza como un problema complejo y
multidimensional que requiere un enfoque intersectorial e integrado, al igual que el
desarrollo humano y sostenible. Al fin y al cabo, la pobreza es consecuencia de la
negación del desarrollo y, por lo tanto, de los derechos humanos, incluidos los
derechos económicos, sociales y culturales.

Uno de los aspectos relevantes de la pobreza se manifiesta, según lo expresado en


la citada Cumbre, a través de la falta de participación de los grupos e individuos más
vulnerables en la adopción de decisiones en la vida civil, social y cultural. Ello se
debe a que la pobreza constituye un importante hándicap para la comunicación y el
acceso a las instituciones, los mercados, el empleo y los servicios públicos, lo cual
facilita que estos sectores de población sean olvidados y marginados por los
encargados de elaborar y decidir políticas. Además, se considera que la satisfacción
de las necesidades básicas es esencial para reducir la pobreza, y para que esto sea
posible se insiste en la necesidad de crear empleo digno [11].

Por otro lado, desde hace tiempo, son muchos los autores y expertos que denuncian
que “el deterioro de las actuales formas de intercambio prosigue su tarea de
pauperización internacional” [12], y que por este motivo, es más realista hablar de
países subdesarrollados y no en vías de desarrollo, dado que los hechos muestran
que más bien se encuentran en vías del subdesarrollo, y que más propiamente
podríamos hablar del "desarrollo del subdesarrollo", o del "subdesarrollo del
desarrollo" en el denominado tercer mundo [13]. La pobreza, como carencia de
medios para producir y reproducir la vida con un mínimo de dignidad, tiene su origen
en situaciones y estructuras económicas sociales y políticas que hacen funcionar a
nivel internacional mecanismos que generan ricos cada vez más ricos y pobres cada
vez más pobres [14].

Otro aspecto fundamental para entender y definir la pobreza consiste en lo que se


denomina como componente relacional, el cual es un factor que suele ser obviado
por los autores de ideología liberal. Dicho componente relacional está
estrechamente vinculado con el sentimiento de dignidad y de autoestima respecto
de sí mismo, el cual es un aspecto que los propios pobres suelen recalcar con
notoriedad a la hora de definir y de describir por sí mismos en qué consiste la
pobreza y qué es lo que les hace sentirse pobres. En este sentido, la pobreza tiene
una dimensión relacionada con los ingresos, en la que se define a los pobres como
quienes viven por debajo de un nivel determinado de ingresos o de consumo, y tiene
también una dimensión relacionada con los recursos, que impide a las personas
adquirir las capacidades necesarias para cruzar duraderamente el umbral de la
pobreza.

Por lo tanto, la pobreza no se reduce a una mera falta de ingresos económicos, sino
también a una falta de desarrollo de las capacidades o facultades personales,
debido a la privación o escasez de los medios y recursos básicos para poder llevar
a cabo su desarrollo personal plenamente. De este modo, la pobreza se traduce en
una deficiente calidad de vida, de seguridad y de autoestima personal. Así pues, la
pobreza se subdivide en dos dimensiones principales: la económica, ligada a la
escasez de ingresos económicos para satisfacer sus necesidades básicas, y la
social, que se vincula estrechamente con la “exclusión social”, y donde el aspecto
relacional mencionado adquiere mayor relieve, sobre todo en los países más ricos
e industrializados [15].

Medidas que deberían aplicarse

Una de las medidas reseñables se refiere al respaldo de la denominada


"Iniciativa 20/20", adoptada por varias agencias y programas de las Naciones
Unidas (PNUD, UNESCO, FNUAP, UNICEF y OMS), que consiste en hacer un
llamamiento a todos los Estados, ricos y pobres, para que asignen al menos un 20%
de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y un 20% de los presupuestos estatales a
programas sociales básicos, es decir, a la provisión de servicios sociales básicos
para todos, especialmente para los más desprotegidos [16].

Hay que destacar la necesidad de disponer de servicios sociales básicos para todos,
principalmente para los más pobres, lo cual constituye un elemento esencial en
cualquier estrategia de lucha contra la pobreza. Estos servicios sociales deben
comprender, por ejemplo, la alimentación suficiente, la atención primaria de la salud,
la educación básica, la salud de la reproducción y la planificación familiar, el
abastecimiento de agua potable y el saneamiento en viviendas adecuadas, entre
otros, por lo que toda estrategia de lucha contra la pobreza requiere, además, la
colaboración conjunta de organismos como la Organización para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) o la Organización
de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por ejemplo, los cuales se
ocupan a escala planetaria de las cuestiones de la alimentación, de la salud, de la
educación básica y de los niños, respectivamente.

Además, deben tomarse medidas no sólo para “aliviar” sino incluso para anular
enteramente la pesada carga de la deuda externa, dado que en muchos casos se
trata de deuda ilegítima u odiosa, especialmente por parte de los acreedores del
Club de París y de las instituciones financieras internacionales (Fondo Monetario
Internacional y Banco Mundial)[17].

Estas medidas deberían ser acompañadas de la aplicación de políticas económicas


y sociales apropiadas y el fomento de la capacidad técnica y de las infraestructuras
física e institucional necesarias para llevar a cabo estas políticas, así como dedicar
al menos el 0,15% del PNB (20% del 0,7%) de los países donantes de AOD a los
países PMA. En particular, deberían emprenderse medidas específicas para
combatir las enfermedades que se cobran un elevado número de vidas humanas
(SIDA, malaria, por ejemplo) y para reducir los efectos desmesurados de los
desastres y catástrofes naturales en estos países.

También hay que mencionar los objetivos de desarrollo del milenio, acordados en
la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York en
septiembre del año 2000. En dichos objetivos los líderes mundiales (participaron en
total 189 Estados) fijaron una serie de metas a lograr en plazos definidos y cuyo
progreso hacia su realización fuera mensurable. Dichas metas y objetivos consisten
básicamente en la lucha contra la pobreza, el hambre, las enfermedades
endémicas, el analfabetismo, el deterioro del medio ambiente y la discriminación
contra la mujer. Entre los objetivos citados figura el reducir a la mitad el número de
personas que subsisten con menos de un dólar diario para el año 2015. En la
Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en el
año 2002, se insistió particularmente en las metas encaminadas a reducir el número
de personas que carecen de acceso a agua potable y de saneamiento e higiene
básico, entre otros.

De todos modos, son múltiples las voces que manifiestan abiertamente su


pesimismo al respecto, en la medida en que no se están llevando a cabo profundas
reformas en el proceso de globalización o mundialización económica imperante, que
no hace sino ahondar más y más la desigualdad y la brecha entre ricos y pobres no
sólo a escala mundial, sino también en el interior de cada país, incluidos los más
ricos e industrializados [18].

- Nicolás Angulo Sánchez es autor del libro El derecho humano al desarrollo frente
a la mundialización del mercado, editorial Impala,
Madrid 2005 (http://www.revistafuturos.info/resenas/resenas13/derecho_desarrollo
.htm).

¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL?


Por
Noelia Soledad Hidalgo

La globalización cultural es la unificación de diversas costumbres pertenecientes a


diferentes comunidades. El término hace referencia a las modificaciones vividas por
diferentes formas de vidas de distintos pueblos.
Debido a la globalización cultural, las costumbres, tradiciones y, expresiones
artísticas de distintos lugares del mundo se han ido adaptando a los cambios
surgidos a partir de la misma.

La base de este fenómeno está asociado a los medios de comunicación, a través


de los cuales las culturas y las costumbres de varios países se fusionan.
En esta línea, gracias a la globalización y a la masividad de los medios de
comunicación, distintas sociedades llegan a interconectarse, bien generando
vínculos y dando lugar a una unidad entre ellas, o bien, subrayando su diversidad.
La globalización cultural implica la unificación de diversas identidades culturales,
tendiendo al logro de una homogeneidad y siendo su principal contenido subyacente
la identidad cultural propia.
Esta internalización incluye la conexión entre territorios, naciones y continentes y,
fusiona los elementos del pasado y del presente. A partir de ella se sociabilizan los
valores de la cultura universal mediante la inserción de lo global en lo local.
¿Qué debo saber sobre la Globalización cultural?

Para poder comprender la globalización cultural es necesario entender la relación


entre la globalización y la cultura.
Por una lado, la globalización es un proceso dinámico donde la economía, la
tecnología, la política, la cultura, las características sociales y los pensamientos
ideológicos correspondientes a cada región, se interrelacionan a nivel universal.
Históricamente, a partir de la expansión del capitalismo, la globalización produce
importantes transformaciones a nivel mundial.
Teniendo como ejes centrales, a la modernidad y a la noción de progreso, la
globalización es interpretada como una visión totalizadora de la realidad, donde
existen tendencias hacia el desarrollo global de la sociedad.
En este sentido, la relación existente entre lo social y lo cultural, inherente a este
proceso dinámico, se vincula estrechamente con las relaciones capitalistas de
producción.
Desde esta perspectiva capitalista de la globalización, a partir de ésta se
interconectan las relaciones sociales de producción a lo largo del marco mundial;
vinculandose las diversidades regionales en un mundo heterogéneo.
De este modo, puede entenderse la globalización como una dependencia comercial
entre países. Los cuales se encuentran en una estrecha relación por la conveniencia
de la integración de sus economías.
Al mismo tiempo, se debe tener en cuenta que la globalización no sólo abarca lo
económico. Sino que también produce una fuerte modificación en todos los
aspectos cotidianos de la vida de una nación. Así como sus elementos ambientales,
políticos, sociales, etc. Es por ello que la globalización posee una cultura y política
global propia.
La cultura
Es la resultante de una conjunción de formas y expresiones características de una
determinada sociedad.
En ella se encuentran inmersas las creencias, los códigos, las reglas, los rituales y,
las prácticas comunes, predominantes en las personas pertenecientes a una
sociedad.
De este modo, la cultura es la forma de expresión que tienen los individuos de sus
propias tradiciones.
De esta manera, la cultura abarca los rasgos distintivos, afectivos, espirituales,
materiales e intelectuales que identifican y caracterizan a una sociedad.
Y comprende a su vez los modos de vida, sistemas de valores, creencias, derechos
y tradiciones de una población específica, en un período determinado.
A través de la cultura, el sujeto toma conciencia de sí mismo y del mundo que lo
rodea, permitiendo que el hombre encuentre un modo de expresión para crear obras
que trasciendan.
La globalización cultural es, por tanto, una tendencia a la homogeneidad. Un
fenómeno por el cual se refleja una normalización de las expresiones culturales de
todo el mundo. Estando implícita en ella, la socialización de los valores de la cultura
universal.
Influencia de la globalización en la cultura

Al advenir nuevas costumbres y nuevas ideas de diferentes partes del mundo, la


cultura característica de una región resulta influenciada.
De este modo, las culturas regionales comienzan a adoptar prácticas culturales y
de consumo que son correspondientes a otras naciones y generalmente de carácter
capitalista.
Aparece entonces en las costumbres regionales el consumo de marcas, de medios,
de símbolos que se toman como íconos representativos de una sociedad. Surgiendo
de este modo, una cultura de índole global.
Teniendo como resultado de la conjunción de distintos elementos propios de
diversas culturas, la expansión de modelos culturales correspondientes a las
sociedades capitalistas.
Gracias a los mass-media, los países se encuentran cada vez más conectados,
desde lo económico, lo tecnológico y lo cultural; asemejándose cada vez más entre
sí.
De este modo la brecha que diferencia a las diversas culturas inherente de cada
sociedad se hace cada vez más estrecha. No obstante, existe un predominio de las
culturas de los países económicamente más poderosos. Como consecuencia, la
diversidad cultural es cada vez menor como consecuencia de la globalización
cultural.
Al mismo tiempo y como consecuencia de ello, determinados grupos sociales que
han quedado excluidos del mundo globalizado, se unifican para reaccionar contra
la globalización. Con el fin de hacer resurgir los valores propios inherentes a las
culturas locales, con el objetivo de revalorizar lo propio.
Influencia de los medios de comunicación en la globalización

La globalización cultural surge como consecuencia del proceso de comunicación


entre diversas partes del mundo, y gracias a los diferentes medios de comunicación
existentes en la actualidad los diferentes países pueden comunicarse entre sí.
Como resultado de ello, las diferentes regiones logran vincularse a través de
variadas redes de intercambio a nivel mundial. Produciéndose de este modo, el
contacto y la relación entre diferentes sociedades, con sus peculiares características
culturales.
De esta manera, los medio de comunicación empiezan a jugar un rol importante
para el desarrollo de la globalización cultural.
Los medios audiovisuales, por ejemplo, comienzan a ser una importante fuente de
creación y de transformación, volviéndose cada vez más omnipresentes en la vida
diaria de las personas en general.
Así, nació la cultura popular, la cual se expandió a lo largo y ancho del planeta,
volviéndose como la cultura dominante. A partir de ésta los grupos sociales se
identifican con todos aquellos productos presentes nivel mundial, enriqueciéndose
un imaginario colectivo.
En este sentido, los medios de comunicación son una herramienta de
homogeneización de la cultura global.
La Globalización cultural en la actualidad
En la actualidad, la sociedad mundial aparece inmersa en un nuevo contexto
cultural, donde la globalización como proceso dinámico y continuo, ha influenciado
a la cultura en la mayoría de sus aspectos.
La globalización cultural ha sido y es un fenómeno que influye inevitablemente en
los distintos ámbitos de la vida diaria de los sujetos habitantes de una nación,
presentando efectos favorables y no favorables.
Los detractores del proceso creen que existe una importante diferencia entre el
rápido crecimiento de algunos países, respecto al poco o casi nulo de otros,
implicando una cierta pérdida de soberanía para éstos últimos.
A priori la globalización cultural aparece como un fenómeno del que ninguna
sociedad puede escapar ya que los medios masivos de comunicación están
presentes en todos lados, así como los estereotipos que pueden enriquecer, los
estilos de moda que difunden, entre otros.
En la actualidad todos los países del mundo se encuentran inmersos en todos estos
procesos globales. Pero desde una mirada optimista, el mundo puede verse
incrementado en los intercambios de todo tipo, capitales, bienes y servicios,
tecnologías, información y pautas culturales.
No obstante, podría abrirse el interrogante sobre la concentración de la riqueza y la
marginación socia o la brecha entre países desarrollados y subdesarrollados y cómo
afecta el proceso de globalización cultural sobre el medio ambiente.
Referencias
Cultural Globalization. (n.d.). Retrieved from International relation:
internationalrelations.org.
Diana Crane, N. K. (2016). Global Culture: Media, Arts, Policy, and Globalization.
Eriksen, T. H. (2007). Globalization: The Key Concepts. Bloomsbury Academic.
Hopper, P. (2006). Living with Globalization. Bloomsbury Academic.
Hopper, P. (2007). Understanding Cultural Globalization.
Kumaravadivelu, B. (2008). Cultural Globalization and Language Education. Yale
University Press.
Robertson, R. (1992). Globalization: Social Theory and Global Culture.
Tomlinson, J. (2013). Globalization and Culture. John Wiley & Sons.
Watson, J. L. (2016, Jan 8). Cultural globalization. Retrieved from Britannica:
britannica.com.
Wise, J. M. (2010). Cultural Globalization: A User’s Guide. John Wiley & Sons.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Tomado de: https://www.alainet.org/es/active/20924
https://www.lifeder.com/globalizacion-cultural/
VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)

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