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Génesis Andrade.
Los usuarios del transporte público de la ciudad parecen estar resignados a esta
incomoda modalidad de transporte que los traslada a puntos dónde no llegan las
demás. A precios que no corresponden con la calidad del servicio, cientos de
marabinos se exponen a alambres que rasgan su ropa, humo, un desagradable
aroma a gasolina, música a volumen exagerado y uno que otro chofer grosero.
¿Quiénes son los culpables? Choferes, usuarios y los niveles de gobierno se
“pasan la pelota” hasta que caemos en el silencio al que estamos
acostumbrados, en donde todos aceptamos las cosas como están.
Entre el humo, un adolescente trae en sus manos una jarra con té frío y una torre
de vasos plásticos, sin duda una salvación refrescante para los menos
prejuiciosos que esperan con paciencia ficticia a los escasos y achatarrados
carritos por puestos.
“No le meto mano al carro porque mis hijos estudian en colegios privados, tengo
que hacer la compra de comida para mi casa y la de mamá, más el pago de
servicios públicos. Si sumo todo eso la cuenta no me da, ya que diariamente
hago 400 bolívares y me voy a la casa”, nos dice Jesús Aguilar, conocido por sus
compañeros como “Chucho”, quien trabaja en la ruta Sabaneta-Matancera-
Centro. Aguilar sale diariamente de seis a dos de tarde a “piratear”.
Al marabino le encanta la música y la parranda, pero todo tiene sus límites. Los
choferes no suelen considerar —con sus excepciones— las comodidades de los
usuarios, incluyendo escuchar música con un volumen insoportable. Esto genera
contaminación sónica, la cual además contempla los ruidos molestos originados
por las fallas mecánicas de los automóviles.
El mal estado de los carritos por puestos no sólo es desagradable para la vista y
contaminante para el ambiente, sino negativo para la salud, porque el contacto
de una persona con el monóxido de carbono puede causar afecciones
respiratorias como la sinusitis o reacciones alérgicas en la piel, dependiendo de
la sensibilidad del individuo. Así lo afirmó la especialista en toxicología, Jazmín
Arrieta.
Buscando un culpable
Las quejas de los usuarios con respecto a este decadente medio de transporte
son directamente proporcionales a las excusas de los choferes cuando se les
cuestiona acerca del servicio que brindan. Unos alegan que las ganancias no les
permiten mejorar las condiciones del vehículo y los microcréditos otorgados por
Alcaldía de Maracaibo no son suficientes para repotenciar los carros. “Los
beneficios de la alcaldía para nosotros son de 3 mil bolívares máximo, eso no
alcanza ni para cuatro cauchos” expresó el conductor Alfonso Vargas, de la ruta
Pomona.
Los más afortunados sin duda alguna son los mecánicos. La vialidad es un
problema real y los políticos juegan a la papa caliente con él, se culpan unos a
otros dando como resultado la ineficiencia de ambos. Esta problemática afecta a
los “por puesto”, quizás más que a otros carros, debido a que estos vehículos
tienen rutas fijas y si la vialidad está deteriorada, el vehículo podría dañarse. Los
carritos por puesto son tan antiguos que ningún seguro los cubre.
La fórmula imperfecta
Aumento del pasaje y cero mejorías, esa es la realidad que vive el 70% de los
marabinos, quienes utilizan alguna de las 117 rutas del transporte público como
medio de traslado.
En el año 2012 se realizaron dos aumentos del pasaje de 1bs cada uno. El
primero fue en el mes de junio, pasando de 2,5bs a 3,5bs el corto y de 4bs a 5bs
el largo. El segundo se ejecutó en diciembre como se realiza anualmente en el
mes navideño, pero a diferencia del primer aumento, este es válido sólo hasta el
primero de enero del 2013. De esta manera, la tarifa quedó en 4,5bs el pasaje
corto y 6bs el largo, hasta el inicio del año próximo.
Por su parte, Lourdes Vargas, quien debe abordar a diario el “por puesto” de la
ruta 18 de octubre, para ir al trabajo manifestó que “el aumento de diciembre es
sólo para mantener la vagabundería de los conductores. Eso es mentira que
utilizan el dinero restante para hacerle mejorías al carro porque llega enero y ni
un cariñito le hacen, el servicio que brindan hasta es peor”.