Professional Documents
Culture Documents
Cas. 5322‐2007-Puno
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que, en relación al agravio a) acerca de pronunciamiento en la sentencia
de vista sobre hechos no alegados por la parte actora, debe indicarse, en principio, que
se entiende por principio de congruencia procesal a la obligatoria presencia de identidad
que debe existir entre lo resuelto por el órgano jurisdiccional y lo controvertido por las
partes, principio que actúa como límite ante cualquier aplicación desproporcionada en
sede civil del principio de iura novit curia; que es por esta razón que el artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Civil preceptúa que: “El Juez debe aplica r el
derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo
haya sido erróneamente, pero no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en
hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”; en ese orden, el artículo
cincuenta, numeral seis del mismo Código establece que es deber de los jueces en el
proceso: “Fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad, respetando
los principios de jerarquía de las normas y el decongruencia”;
TERCERO: Que, en ese sentido, las referencias que en la sentencia de vista se hace
respecto de la inexistencia del pago del precio en el contrato de compraventa materia
de nulidad, del estado de co‐propiedad del inmueble sub‐judice, de la preterición de
derechos de otros herederos al efectuarse la referida venta, inexistencia de constancia
notarial de entrega de precio; no constituyen en modo alguno violación del principio de
congruencia toda vez que son hechos que derivan de las afirmaciones realizadas tanto
por la parte actora como la parte demanda en sus respectivos escrito de demanda y
contestación de ésta; que en efecto, el demandante Gerardo Tarapa Chayña en su
demanda califica a la compraventa cuestionada contenida en la Escritura Pública de
fecha veintidós de setiembre de mil novecientos noventisiete, como: “un acto simulado
entre madre e hijo realizado en un raptus de audacia y de mala fe con la finalidad de
apoderarse de un bien ajeno, por lo mismo que deviene en nulo…”; lo que autoriza al
juzgador a verificar la presencia de cualquier elemento válido en el referido contrato que
contribuya a la tesis de la simulación o que la descarte, tales como el pago o no del
precio por la transferencia del inmueble y la existencia o no de constancia notarial de
entrega del precio; CUARTO: Que, asimismo, son los propios emplazados quienes en
su escrito de contestación de demanda han introducido el tema de la co‐propiedad al
hacer mención que el inmueble sub‐judice fue de propiedad de Máximo Prado Catacora,
quien en vida fuera cónyuge de la demandada, Gumercinda Pérez viuda de Prado; y,
padre del co‐demandado, Porfirio Prado Pérez; que el inmueble sub‐materia jamás pudo
haber sido vendido verbalmente por dicho causante a las personas de Amelia Prado
Espezua de Castillo e Irma Esperanza Prado Pérez; y que prueba de ello es que Porfirio
Prado Pérez no hizo mención alguna de dicha supuesta transferencia en su Testamento
Público de fecha veintiséis de setiembre de mil novecientos cincuentidós; que con estas
afirmaciones se ha autorizado a los juzgadores a analizar el contenido y efectos del
citado testamento público en el que el referido causante instituye como sus herederos a
los dos demandados, Gumercinda Pérez viuda de Prado y Máximo Prado Catacora, así
como también a sus demás hijos Amelia, Irma Esperanza, Porfirio y Ausberta Liduvina
Prado; considerando por ello la Sala Revisora que entonces si el inmueble fue de
propiedad en vida de Máximo Prado Catacora, sobre el mismo existiría una copropiedad
conformada por los indicados herederos; y, que por tanto, la transferencia efectuada por
la heredera y cónyuge superstite del íntegro del inmueble a uno solo de los hederos,
estaría pretiriendo el derecho de los demás herederos; advirtiéndose entonces el
cumplimiento del principio de congruencia y no su violación;
SÉTIMO: Que, respecto del agravio c), corresponde señalar que el Superior Colegiado
sí ha cumplido con pronunciarse sobre el derecho de propiedad de la parte demandante
sobre el inmueble sub‐judice al establecer en su considerando Décimo Tercero: “Lo
expresado por el apelante Porfirio Ángel Prado Pérez, respecto a que la compraventa
contenida en la Escritura Pública de fecha trece de junio de mil novecientos ochenta i
ocho (folios seis) efectuada por doña Angélica Chuquimia Gutiérrez (vendedora) a favor
del ahora demandante Gerardo Tarapa Chayña (comprador) resulta válido o no; este
colegiado no puede emitir pronunciamiento al respecto en el presente proceso porque
ello no es materia de la litis; sin embargo, surge de aquella el interés para accionar la
nulidad del negocio celebrado por los demandados con arreglo a lo dispuesto por el
artículo doscientos veinte del Código Civil”;
OCTAVO: Que, del extracto reproducido de la sentencia recurrida fluye claramente que
para el Colegiado Superior el derecho de propiedad emana del contrato de compraventa
contenido en la Escritura Pública e fecha trece de junio de mil novecientos ochentiocho
y que la invalidez del referido contrato legada por la parte demandada no puede merecer
pronunciamiento debido a que no es materia de la presente demanda la nulidad de dicho
contrato; cumpliendo así con pronunciarse sobre el punto controvertido que cuestiona
el recurrente;
NOVENO: Que, en cuanto al agravio d), sobre indebida valoración de los medios
probatorios, de señalarse que de conformidad con el artículo ciento noventisiete del
Código Procesal Civil, todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada,
mas en la resolución sólo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes
que sustenten su decisión; asimismo, de acuerdo al artículo ciento veintidós, inciso tres,
del Código acotado, modificado por el artículo primero de la Ley número veintisiete mil
quinientos veinticuatro, las resoluciones contienen la relación de los fundamentos de
hecho que sustentan su decisión y los respectivos de derecho con la citada de la norma
o normas aplicables según el mérito de lo actuado; concluyendo el referido artículo que
la resolución que no cumpliera con los requisitos antes señalados será nula;
DECIMO: Que, lo expuesto anteriormente, concordado con los objetivos del recurso de
casación previstos en el artículo trescientos ochenticuatro del Código Procesal Civil, en
ninguno de los cuales se prevé la valoración de los medios probatorios que conduzcan
a la Sala de Casación a resolver el conflicto jurídico como si fuera una instancia de fallo,
lleva a concluir que la presencia de una valoración de los medios probatorios que
incumpla las reglas previstas por el Ordenamiento Procesal Civil comporta la afectación
del derecho al debido proceso y puede ser denunciada como tal vía recurso de casación;
empero, la Sala de Casación se limitará, en caso de configurarse el agravio, a observar
la existencia de dicho incumplimiento disponiendo la renovación del acto procesal
afectado y serán las instancias de fallo que saneando las deficiencias, les lleve, de
acuerdo a una mejor valoración, a concluir de modo distinto o a ratificar la decisión
anterior en todo o en parte;
DÉCIMO PRIMERO: Que, en el presente caso, el recurrente afirma que la Sala Revisora
no ha apreciado que de acuerdo al proceso penal acompañado número ciento
treinticinco – L – uno por el Delito de Estelionato, se ha determinado que la venta
efectuada por la demandada, Gumercinda Pérez viuda de Prado, madre del co‐
demandado recurrente, Porfirio Prado Pérez, es lícita; sin embargo, ello carece de
asidero real, puesto que en el considerando Décimo Octavo la Sala señala
expresamente: “…conforme es de apreciarse del proceso signado con el número dos
mil guión cero nueve (ciento treinticinco –L uno), seguido en contra de Gumercinda
Pérez viuda de Prado por el elito Contra el Patrimonio en la modalidad de Estelionato,
previsto y penado en el inciso cuatro in fine del artículo ciento noventisiete del Código
Penal (…), mediante sentencia de vista (…) fue absuelta de los cargos formulados por
el señor Fiscal Provincial en su acusación escrita de folios ciento cincuenta;
constituyendo cosa juzgada dicha decisión jurisdiccional. Del mismo modo, no existe fin
ilícito en tanto el resultado que se pretende lograr mediante la venta de un bien no
contraviene la ley…”; consideración que precisamente justifica la desestimación de la
pretensión de nulidad por la causal de fin ilícito pero ello no se extiende a la causal de
simulación absoluta por constituir un supuesto de hecho diferente a la de fin ilícito;
S.S.
TICONA POSTIGO
SOLIS ESPINOZA
PALOMINO GARCIA
CASTAÑEDA SERRANO
MIRANDA MOLINA
crb