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FACTORES FISICOQUÍMICOS
EN LA TRANSFERENCIA
DE LOS FÁRMACOS
A TRAVÉS DE LAS MEMBRANAS
Membranas celulares: La membrana plasmática está formada por una bicapa lipídica
anfi pática, con sus cadenas de carbohidratos orientadas hacia el interior para formar una
fase hidrófoba continua, y sus “cabezas” hidrófi las orientadas al exterior.
Las proteínas de la membrana que están dentro de la bicapa sirven como receptores,
conductos de iones, o transportadores que transducen vías de señalización eléctricas y
químicas y constituyen blancos selectivos para la acción de medicamentos. ahora se sabe que
las membranas se encuentran muy ordenadas y compartimentalizadas. Las membranas
celulares son relativamente permeables al agua, sea por difusión o por la corriente que
originan las diferencias hidrostáticas u osmóticas a través de la membrana, y de la magnitud
del flujo de agua que puede arrastrar consigo moléculas
de fármacos. Sin embargo, las moléculas de fármacos unidos a proteínas son demasiado
grandes y polares para este tipo de transporte. Por consiguiente, el desplazamiento a través
de la membrana por lo general se limita a los fármacos que se encuentran libres; así, los
complejos fármaco-proteína constituyen un reservorio de fármaco inactivo que puede influir
en los efectos terapéuticos y en los efectos farmacológicos indeseables.
Transporte pasivo a través de la membrana: En el transporte pasivo, la molécula de
fármaco penetra por difusión siguiendo un gradiente de concentración gracias a su
solubilidad en la bicapa lipídica. Este tipo de transferencia es directamente proporcional a
la magnitud del gradiente de concentración a través de la membrana, al coefi ciente de
reparto entre lípidos y agua del fármaco y a la superfi cie de la membrana que tiene contacto
con el fármaco. Entre mayor es el coefi ciente de reparto, mayor será la concentración del
fármaco en la membrana y más rápida su difusión. Una vez que se alcanza un estado de
equilibrio, la concentración del fármaco libre es la misma en ambos lados de la membrana,
siempre y cuando el fármaco no sea un electrólito.
Se supone que la mucosa gástrica se comporta como una barrera de lípidos simple, que es
permeable sólo a la forma liposoluble no ionizada de la sustancia ácida. La razón aritmética
entre las formas no ionizada y ionizada en cada valor de pH se calcula fácilmente por medio
de la ecuación de Henderson-Hasselbalch:
ABSORCIÓN, BIODISPONIBILIDAD
Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN
DE LOS FÁRMACOS
La absorción consiste en el desplazamiento de un fármaco desde el sitio de su administración
hasta el compartimiento central y la medida en que esto ocurre.
Los médicos se preocupan más por la biodisponibilidad que por la absorción. Se llama
biodisponibilidad al grado fraccionario en que una dosis de fármaco llega a su sitio de acción,
o un líquido biológico desde el cual tiene acceso a dicho sitio. Por ejemplo, un medicamento
administrado por vía oral debe absorberse en primer lugar en el estómago y los intestinos,
pero esto puede estar limitado por las características de presentación del producto, las
propiedades fi sicoquímicas del medicamento o ambos factores. Como etapa siguiente, el
fármaco pasa por el hígado; en ese sitio puede ocurrir metabolismo, excreción por bilis o
ambos fenómenos antes de que el producto llegue a la circulación general. Si es grande la
capacidad metabólica o excretora del hígado en relación con el fármaco en cuestión,
disminuirá sustancialmente su biodisponibilidad (el llamado efecto de primer paso). Esta
disminución de la disponibilidad está en función del sitio anatómico donde ocurre la
absorción. Además, el conocimiento de que los fármacos sufrirán metabolismo significativo
o requerirán transporte activo a través de las membranas hepática e intestinal mejora la
comprensión de los eventos adversos en el tratamiento, porque algunos fármacos son
sustratos para las mismas enzimas metabolizadoras de fármacos o transportadores y de esta
forma compiten por el metabolismo y transporte.
Ingestión de fármacos: La absorción en el tubo digestivo se rige por factores como el área
de superfi cie para absorción, la corriente sanguínea en el sitio de absorción y el estado físico
del fármaco (solución, suspensión o producto sólido), hidrosolubilidad y concentración del
fármaco en el sitio en que se ab sorbe. Respecto de casi todos los fármacos, la absorción en
el tubo digestivo se hace a través de mecanismos pasivos, razón por la cual hay mayor
absorción cuando el producto en cuestión está en la modalidad no ionizada y más lipófi la.
la rapidez e índice de absorción de un fármaco en el intestino es mayor que en el estómago,
incluso si el medicamento se halla predominantemente ionizado en el intestino y no lo está
en el estómago. Así, es probable que cualquier factor que acelere el vaciamiento del
estómago (decúbito lateral), apresurará la absorción de medicamentos, en tanto que
cualquier factor que retrase el vaciamiento tiende a ejercer el efecto contrario, sin importar
las características del fármaco. La actividad motora gástrica y la velocidad de vaciamiento
gástrico son controlados por mecanismos de retroalimentación neural y humoral por
receptores que se encuentran en la musculatura gástrica y en la porción proximal del
intestino delgado.
FARMACODINÁMICA
La farmacodinámica es el estudio de los efectos bioquímicos y fisiológicos de los fármacos y
sus mecanismos de acción. Dicho de una manera simple, la farmacodinámica se refiere a los
efectos del fármaco en el organismo.
CONCEPTOS DE FARMACODINÁMICA
Los efectos de la mayor parte de los fármacos son consecuencia de su interacción con
componentes macromoleculares del organismo. Estas interacciones alteran la función
de componentes pertinentes e inician cambios bioquímicos y fisiológicos que son
característicos de la respuesta al fármaco. El término receptor farmacológico u objetivo
farmacológico denota las macromoléculas celulares o complejos macromoleculares con los
cuales interactúa un fármaco para desencadenar una respuesta celular, es decir, un cambio
en la función celular. Los fármacos por lo común alteran la tasa o magnitud de una respuesta
celular intrínseca más que crear nuevas respuestas. Los receptores farmacológicos a menudo
se localizan en la superficie celular, pero muchos también pueden ubicarse en
compartimientos intracelulares específicos como en el núcleo. Muchos aceptores también
interactúan con aceptores. Los aceptores son entidades que no causan algún cambio directo
en la respuesta bioquímica o fisiológica, sin embargo la interacción de los fármacos con
aceptores, como la albumina sérica, pueden alterar la farmacocinética de las acciones de un
medicamento.
Desde un punto de vista numérico, las proteínas forman la clase más importante de
receptores farmacológicos, como por ejemplo receptores para hormonas, factores de
crecimiento, factores de transcripción y neurotransmisores, las enzimas de vías
metabólicas cruciales o reguladoras, etc.
Relaciones de estructura-actividad
y diseño de fármacos
La afinidad de un fármaco por su receptor y su actividad intrínseca depende de su estructura
química. Las relaciones con frecuencia son bastante estrictas. Las modificaciones
relativamente menores en la molécula del fármaco pueden ocasionar cambios importantes
en sus propiedades farmacológicas basados en la alteración de la afinidad por uno o más
receptores. La naturaleza estricta de la estructura química para la unión específica de un
fármaco a su receptor se ilustra por la capacidad de los receptores para interactuar de manera
selectiva con isómeros ópticos, como se describe para las acciones antimuscarínicas de la dl-
hiosciamina (atropina, cuyos efectos dependen del isómero l) en comparación con la d-
hiosciamina.
ASPECTOS CUANTITATIVOS
DE LAS INTERACCIONES
DE UN FÁRMACO CON SUS RECEPTORES
La teoría de ocupación de receptores asume que la respuesta se origina en la ocupación del
receptor por un fármaco, un concepto que tiene su base en la ley de acción de masas. La
medición básica en la farmacología de receptores es la curva de dosis-respuesta. Algunos
fármacos causan respuesta de estimulación con dosis bajas y de inhibición con dosis altas.
Se dice que estas relaciones en forma de U para algunos sistemas de receptores muestran
hormesis. Varios sistemas de fármaco receptor pueden mostrar esta propiedad (p. ej.,
prostaglandinas, endotelina y agonistas serotoninérgicos y purinérgicos, entre otros), lo que
probablemente sea la raíz de algunas toxicidades farmacológicas.
donde LR* se produce en proporción con la concentración de [LR] y produce una respuesta.
Esta relación simple ilustra la dependencia de la afinidad de ligando (L) con el receptor (R)
sobre la tasa de asociación (k+1) o tasa anterógrada y la tasa de disociación (k− 1) o tasa
inversa. En cualquier momento dado, la concentración del complejo ligando-receptor [LR]
es igual al producto de k+1[L][R], la tasa de formación del complejo bimolecular LR
menos el producto k− 1[LR], la tasa de disociación de LR en L y R. En equilibrio (es decir,
cuando δ[LR]/δt = 0), k+1 [L][R] = k− 1 [LR]. La constante de disociación en equilibrio
(KD) se describe por la razón de constantes de asociación y disociación (k− 1/k+1). Así, en
equilibrio,
La constante de afinidad o constante de asociación en equilibrio (KA) es el recíproco de la
constante de disociación en equilibrio (KA = 1/KD); así, un fármaco de alta afinidad tiene
un KD bajo y se unirá en mayores cantidades con un receptor en particular a
concentraciones bajas que un fármaco con baja afinidad. Para fines prácticos, la afinidad de
un fármaco se ve influida más a menudo por los cambios en su tasa de disociación (k− 1) que
por su tasa de asociación (k+1). La ecuación 3-2 permite escribir una expresión de la fracción
de ocupación (f ) de los receptores por un agonista: