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CAPÍTULO7

SENTIMIENTOS EN LA ENTREVISTA
Fechas, eventos y otros hechos proporcionan sólo el esqueleto desnudo de los
problemas del paciente, pero deben estar encarnados en sentimientos y
reacciones que les den sustancia. Cualquiera que sea la naturaleza de los
problemas, incluso en pacientes con psicosis, los sentimientos hacia el
padecimiento, y de hecho hacia la entrevista misma, quizá estén entre los datos
más importantes que obtengas a lo largo de toda la entrevista. Sin embargo, los
estudios han mostrado que, de todos los temas que se deben abordar en la
entrevista inicial en salud mental, el más ignorado por los entrevistadores
principiantes es el de los sentimientos.

SENTIMIENTOS NEGATIVOS Y POSITIVOS


Las personas pueden experimentar una cantidad impresionante de
sentimientos. En una lista de algunos de ellos (cuadro 7-1), trato de ser
exhaustivo. Algunos son estados de ánimo o afectos fundamentales, mientras que
otros son variaciones o combinaciones. Todos están representados con palabras
de uso común. Aunque en casi todos los casos existe una forma sustantiva, hice
una lista de adjetivos (con algunos sinónimos y palabras relacionadas), porque
ésa es la manera en que las personas expresan estas ideas en relación consigo
mismas. Por ejemplo, es más común decir “Estoy ansioso” que “Tengo ansiedad”.
En la mayoría de los casos, hice pares de sentimientos opuestos. (Observa que
los sentimientos negativos superan considerablemente en número a los positivos).
Omití la mayoría de los antónimos obvios (los que empiezan con los prefijos in- o
des-), así como algunas palabras que son demasiado imprecisas para poder
usarse como descriptores, como bien, mal, nervioso e incómodo. Debido a que
quería incluir sólo algunos términos que se usan para describir el modo en que las
personas se sienten, en algunos casos no incluí ningún antónimo. Así, no aparece
inocente como antónimo de culpable, porque las personas no suelen decir que se
sienten inocentes; “Soy inocente” expresa una convicción, no una emoción. Desde
luego, puedes obtener información sobre los sentimientos de una persona con una
expresividad normal sólo observándola y escuchándola cuidadosamente. Pero
algunos pacientes son reacios a compartir sus sentimientos; aun cuando desean
hablar, los entierran en lo más profundo de sí mismos. Entonces, será necesario
explorar poco a poco para descubrirlos.

SUSCITAR SENTIMIENTOS
Muchos pacientes, quizá la mayoría, expresan de manera adecuada sus
sentimientos con sólo preguntarles. No parece molestarles este método; de hecho,
los estudios muestran que la mayoría de los pacientes e informantes prefi ere este
método directo siempre y cuando se lleve a cabo con calidez, consideración,
cortesía y sensibilidad ante las señales. Los entrevistadores exitosos usan con
eficacia dos técnicas que son especialmente buenas para suscitar sentimientos.
Se trata de las ya mencionadas preguntas directas y abiertas.

Preguntas directas acerca de los sentimientos


Busca la oportunidad para preguntar por los sentimientos asociados con
cualquiera de los hechos que relate el paciente. Simplemente preguntar es, quizá,
el método más eficaz para suscitar emociones, pero procura usar la palabra
sentimientos o un sinónimo. Si te descuidas y dices, por ejemplo, “¿Qué piensa?”,
te arriesgas a obtener mucho material objetivo y cognitivo, sobre todo si el
paciente tiene un alto nivel de educación o tiende a intelectualizar. He aquí un par
de preguntas útiles acerca de los sentimientos:
“¿Cómo se sintió cuando descubrió que tendría que marcharse?”
“¿Cuál era su estado de ánimo cuando recibió ese citatorio?”
Los pacientes están acostumbrados a responder preguntas y, por lo general,
proporcionan la información sobre casi cualquier estado emocional en el que estés
lo suficientemente interesado en preguntar.

Preguntas abiertas
Sin preguntar específicamente cómo se siente el paciente, las preguntas
abiertas alientan la expresión libre de las emociones. Este método funciona bien

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porque su relativa libertad alienta a los pacientes a hablar extensamente. Mientras
más hablen las personas, mayor es la probabilidad de que revelen información
cargada de emociones.
Esta técnica, que en realidad es una extensión del discurso libre, opera en parte
porque sugiere que te interesas en la manera en que el paciente percibe la
situación en su totalidad. Por otro lado, las preguntas cerradas, de respuestas
breves, pueden sugerir que tú ya decidiste qué es importante, lo cual reduce la
motivación del paciente para contar la historia completa. Además, parece evidente
que mientras menos tiempo dediques a hacer preguntas, más tiempo tiene el
paciente para revelar sus sentimientos.
Las preguntas abiertas también pueden ayudar al paciente que tiene problemas
para organizar o aceptar las emociones que están en conflicto entre sí. Para
describir estas emociones, a menudo usamos el término ambivalencia; para la
mayoría de las personas, es difícil expresar sentimientos ambivalentes en pocas
palabras. Pero si el paciente puede hablar un tiempo relativamente largo sin
interrupciones, esto puede ser suficiente para que piense en sus sentimientos y
los exprese. He aquí un ejemplo de una pregunta abierta que reveló sin duda
sentimientos mezclados: Entrevistador: Hace unos minutos, usted dijo que su
esposa ha hablado de divorcio.
¿Podría decirme más al respecto?
Paciente: Ha sido un momento terrible para mí... Sé que..., bueno, siempre he
pensado que si fracasas en tu matrimonio, fracasas en la vida. Al menos, eso es lo
que mi madre siempre decía.
Entrevistador: (Asiente para alentarlo a continuar).
Paciente: Pero cuando lo pienso..., usted sabe, hemos tenido muchos
problemas para llevarnos bien casi desde… bueno, desde que nacieron los niños.
Quizá no hemos tenido, en realidad, mucho de matrimonio. Quizá hay cosas
peores que el divorcio.

OTRAS TÉCNICAS

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Diversas situaciones pueden hacer difícil suscitar emociones en los pacientes.
He aquí algunas de ellas:
● Desde la infancia, algunas personas, en especial los hombres, son
desalentados de revelar sus sentimientos o de mostrar emociones. Cuando
crecen, esta visión machista de la conducta apropiada puede llevarlas a negar sus
sentimientos. El ejemplo más evidente es la advertencia dirigida a los niños “Los
niños no lloran” se convierte en “Los hombres deben mostrar que nada les
importa”. La mujer puede tener el mismo destino.
● Algunos pacientes no reconocen sus propios sentimientos o tienen
dificultades para conectarlos con sus experiencias. Quizá también esto se
desarrolla a partir de experiencias de la infancia. En casos extremos, las personas
crecen incapaces de reconocer o describir cómo se sienten, condición llamada
alexitimia.
● Otros más pueden ser reacios a expresarse, sobre todo frente a alguien que
no conocen bien, porque eso los hace sentir vulnerables. “Mantén una apariencia
dura y nadie podrá lastimarte” es lo que ellos podrían decir. En contraste con los
que tienen alexitimia, estas personas saben cómo se sienten y podrían poner sus
emociones en palabras, pero la necesidad de autoprotección se impone. Para
suscitar sentimientos en estas situaciones, puede ser necesario usar una de las
técnicas que mencionamos a continuación.

Expresar preocupación o empatía


Estudios controlados han mostrado que cualquier expresión de interés o
empatía por parte del clínico puede alentar al paciente a compartir sus
sentimientos. Esto tiene más probabilidades de funcionar bien si el paciente ha
empezado a compartir algunos sentimientos. La expresión empática se puede de
manera verbal o conductual, como expresiones faciales y lenguaje corporal.
Paciente: Trabajé para una compañía durante 15 años, pero ahora que tenía la
oportunidad de ascender a supervisor, el jefe me hizo a un lado para darle el
puesto a su sobrino. ¡Eso me enerva de verdad!

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Entrevistador: (Frunce el ceño con compasión). ¡Lamento mucho lo que le pasó!
Creo que cualquiera en esa situación se sentiría herido y enojado.
Paciente: Fue más que eso, fui totalmente relegado. ¡Quería desaparecer de
este mundo! Aún me siento así, a veces.
Reflejar los sentimientos
Reflejar los sentimientos significa expresar explícitamente la emoción que
piensas que el paciente pudo haber sentido en esa situación.
Paciente: Mi hija siempre ha sido un poco alocada, pero anoche llegó a casa
casi al amanecer.
Entrevistador: Apuesto a que usted estaba desesperado. Desde luego, con esta
técnica corres el riesgo de que tu interpretación esté equivocada. Pero si así es, y
el paciente lo dice, al menos habrás cumplido con el objetivo de promover la
discusión sobre los sentimientos.
Buscar señales de emociones
Buscar señales de emociones significa estar alerta continuamente a los indicios
de asuntos muy emocionales. A menudo, encontrarás señales no verbales: una
mirada con el ceño fruncido, humedecimiento de los ojos o cualquier otra
expresión del lenguaje corporal. Tu respuesta puede ser verbal:
“Me dio la impresión de que se veía un poco triste al hablar de su madre. ¿Qué
sintió?” También puedes indicar tu interés y apoyo con alguna acción tranquila
propia, como acercarle una caja de pañuelos faciales a alguien que empezó a
llorar.

Interpretación
Con la interpretación, trazas paralelismos entre el contenido emocional de
situaciones actuales y pasadas.
Paciente: Mi esposo nunca escucha mis opiniones.
Entrevistador: De lo que me había contado antes, esta situación se parece a la
manera en que su padre la trató cuando era adolescente.
Puede ser engañoso emplear la técnica de la interpretación. El paciente debe
ser receptivo a las explicaciones de la conducta; idealmente, el paciente debe ser

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quien sugiera la conexión. Si no es así, expresa tu interpretación como algo
tentativo, de lo contrario puede ser rechazada enérgicamente.
Por lo general, tiendo a mantenerme alejado de las interpretaciones en la
entrevista inicial; es una herramienta que los clínicos experimentados pueden
aprovechar mejor en el curso posterior de la terapia.
Los estudios muestran que cada una de las técnicas anteriores puede alentar a
un paciente o informante reticente a hablar más de sus emociones y a examinarlas
con mayor profundidad. Sin embargo, ninguna de ellas desalentará de revelar sus
emociones a una persona con una tendencia normal a expresarse. Además,
también requieren una indagación menos detallada y extensa en comparación con
las técnicas que son menos sensibles a las necesidades del paciente.

“Nombrar los sentimientos”


Sólo pregunta por la emoción que piensas que el paciente puede estar
sintiendo:
“¿Se siente deprimido?”
“¿Se ha sentido culpable [o arrepentido] por [cualquier situación que hayan
discutido]?”
Debido a que se trata de preguntas cerradas, reserva esta técnica para las
situaciones en que ya hayas tratado de suscitar sentimientos con preguntas más
abiertas.

Analogía
Por último, en el caso de un paciente que no pueda en absoluto identificar los
sentimientos que acompañan una situac “¿Sintió algo parecido a esto cuando su
madre murió?”
“¿Se sintió de esta manera el día que su jefe lo usó como un mal ejemplo
enfrente de todos sus compañeros?”

INVESTIGAR LOS DETALLES

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Una vez que descubriste algunos sentimientos, aumenta la profundidad de la
entrevista haciendo más preguntas. Pregunta para evocar ejemplos y valorar
detalles.
Entrevistador: Me gustaría saber más sobre sus ataques de furia. ¿Cuándo se
siente así?
Paciente: Por una sola cosa: cuando vamos a visitar a mi suegro.
Entrevistador: ¿Ha tenido experiencias previas desagradables con él?
Paciente: ¡Claro que sí! Casi arruina mi matrimonio con algunos de sus
maliciosos comentarios.
Entrevistador: Me gustaría oír un ejemplo de cómo se sintió entonces.
Asegúrate de hacer preguntas cada vez que el paciente te dé la oportunidad de
investigar más.
Los principiantes a menudo descubren evidencia de eventos importantes o de
patología, sólo para ignorarla después en el diálogo subsiguiente. He aquí un
ejemplo desafortunado:
Entrevistador: ¿Alguna vez alguien se le acercó en busca de sexo cuando usted
era niño?
Paciente: Sí, así fue.
Entrevistador: (Anota “Sí”). ¿En dónde trabaja ahora?
Quizá este entrevistador se sintió incómodo para pedir más detalles, pero el
paciente se quedó con la frustración de evocar esta información contenida. La
información positiva debe ser investigada hasta que sepas quién, qué, cuándo,
dónde, por qué y cómo.

MECANISMOS DE DEFENSA
Al investigar, también debes averiguar qué hace el paciente para lidiar con sus
sentimientos. Las estrategias para lidiar con emociones y conductas se denominan
mecanismos de defensa. Pueden parecer casi infinitos en número y variedad;
consulta textos estándar para ver una lista más completa. A continuación,
aparecen algunos de los mecanismos de defensa más comunes. En vez de
presentar sólo las definiciones, trataré de aclarar lo que significan los términos con

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ejemplos de mecanismos de defensa que un candidato político podría usar si se
siente ansioso y enojado por perder una elección.

En el grupo potencialmente dañino, incluí los mecanismos de defensa que, por


lo general, permiten a una persona evitar confrontar los efectos de sentimientos y
emociones. Cuando estamos estresados, la mayoría de nosotros a veces se
siente tentada a usar uno de éstos para apuntalar nuestros egos.
● Acting out.= actuando [El político rompe la cámara de un fotógrafo reportero
que trata de tomarle una foto].
● Negación. “El recuento dirá que, en realidad, yo gané”.
● Devaluación. “De todos modos, es un pésimo trabajo; las horas de trabajo
son mortales y no obtienes más que quejas de los contribuyentes”.
● Desplazamiento. [El político va a casa y patea al gato].
● Disociación. [El político despierta una mañana en un lugar extraño, sin poder
recordar lo que pasó en los últimos tres días].
● Fantasía. “El próximo año me postularé para el congreso, y ganaré”.
● Intelectualización. “Veo esta experiencia sólo como ejemplo de la
‘democracia en acción”.
● Proyección. [Pensamiento inconsciente: “Quisiera matarlo”] “Él planea
matarme”.
● Formación reactiva. [Pensamiento: “Es un miserable de los barrios bajos”]
“Estoy orgulloso de apoyar al honorable miembro del consejo”.
● Represión. [El político “olvida” asistir a un banquete en honor del vencedor].
● Somatización. [El político desarrolla un dolor persistente en el pecho de
origen inexplicable] “... así no podía haber servido de todos modos”.
● Escisión. “Algunos políticos son buenos, algunos son malos; mi oponente es
uno de los malos”.
Mecanismos de defensa eficaces
Los adultos mejor integrados se basan principalmente en algunos mecanismos
de defensa más maduros.

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● Altruismo. “Lo apoyaré; él tenía mejores títulos que yo”.
● Anticipación. [Antes de que empiece la votación] “Desde luego, podría
perder, pero tengo otras velas encendidas”.
● Humor. “En mi campaña dije que él era honrado, y él dijo que yo era un
imbécil. Quizá los dos estamos equivocados”.
● Sublimación. “Escribiré un libro sobre mi campaña”.
● Supresión. “Pondré esto en el fondo de mi mente, y me concentraré en los
asuntos que tengo que resolver”. [Observa la diferencia, el intento consciente, en
relación con la represión que mencioné antes].

MANEJO DE PACIENTES EXCESIVAMENTE EMOCIONALES


Aunque por lo general es deseable alentar la expresión de emociones, algunos
pacientes son tan emocionales que eso les impide comunicarse con otras
personas, incluyendo al terapeuta. Las personas pueden experimentar una
emocionalidad excesiva por varias razones.
● Pueden ser personas enojadas, a veces sin saber por qué.
● Otras, como las que tienen algún trastorno de personalidad, han aprendido
que tener emociones de alto voltaje les ayuda a salirse con la suya. El drama se
convierte en un modo de vida.
● Incluso personas que no tienen una psicopatología subyacente tan grave
pueden emplear expresiones emocionales intensas para controlar a sus familias o
amistades.
● Algunas personas fueron criadas en familias donde los sentimientos se
expresaban escandalosamente y con mucha frecuencia. Al imitar a los demás,
esta conducta se vuelve habitual.
● La ansiedad causa que algunas personas se comporten de este modo.
● Algunas no pueden tolerar la soledad del silencio.
● Quizá tu paciente, recordando experiencias con otros clínicos, teme que no te
intereses en él o que no tengas suficiente tiempo para contarte toda la historia.
Cualquiera que sea la causa, la emocionalidad excesiva puede centrar
demasiado tu atención en los sentimientos, por lo que no puedes dedicar tiempo

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suficiente para recolectar hechos. En este caso, trata de adoptar un
comportamiento dinámico y controlador con el que dirijas con firmeza el curso de
la entrevista. Algunas técnicas pueden ayudarte a cumplir este objetivo:
1. Reconocer la emoción. Puedes reducir la intensidad sólo poniéndole nombre
a la emoción.
Entonces el paciente, viendo que reconoces su sentimiento, no necesitará
llamar tu atención sobre él.
Paciente: (Gritando) ¡Ella no me va a ver la cara de imbécil de ese modo, nunca
más!
Entrevistador: En verdad se siente enojado. Frustrado y enojado.
Paciente: (Más calmado) Sí, claro. ¿Quién no lo estaría? Espere a escuchar lo
que ella dijo la semana pasada.
Esta técnica muestra que comprendes y aceptas los sentimientos del paciente,
así que quizá esto sea lo mejor que se pueda hacer. Úsala como primera opción.
2. Hablar con tranquilidad. Si el paciente grita, trata de bajar el volumen de tu
voz. La mayoría de las personas no pueden mantener el volumen alto si hablas
con tanta suavidad que apenas pueda escucharte.
3. Explicar otra vez qué información tratas de obtener:
“Lo que en verdad quiero en este momento es conocer la historia de su familia.
Quizá más adelante podamos hablar un poco más sobre la novia de su esposo.”
4. Redirigir cualquier pregunta o comentario del paciente que se salga del tema.
Entrevistador: Ahora me gustaría que hablara de su hijo. ¿Usted dijo que él
estaba viviendo con su madre?
Paciente: Es cierto, y ella ni siquiera me ha dejado hablar con él desde hace
tres meses.
¿No cree usted que debería conseguir una orden legal?
Entrevistador: Tal vez después podamos hablar de eso. Pero ahora, en verdad
necesito saber sobre su relación con su hijo, ¿ha sido estrecha?
5. Cambiar a un estilo cerrado. Este estilo indicará qué clase de respuestas
específicas quieres oír y al mismo tiempo hará desistir al paciente de otros
comentarios.

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Entrevistador: ¿Puede hablarme de su primer matrimonio?
Paciente: ¡Fue un desastre! ¡Nunca he olvidado a ese hombre! ¡Era una bestia!
Una vez lloré durante un mes sin parar. ¿Por qué? Ni siquiera podría
Entrevistador: (Interrumpe al darse cuenta de que las preguntas abiertas no serán
útiles) ¿Él bebía?
Paciente: ¡Cielos, sí! Bebía como camello. Él Entrevistador: (Interrumpe)
¿Cuánto tiempo duró ese matrimonio?
Paciente: Hasta que cumplí 26, casi 4 años. Él nunca Entrevistador: ¿El divorcio
fue idea de él o de usted?
Este entrevistador estaba preparado para seguir interrumpiendo hasta que la
paciente se limitara al tema principal.
6. Si continúas teniendo dificultades, asegúrate de que el paciente entiende lo
que quieres. He aquí cómo podrías formular esta confrontación:
“Parece que tenemos dificultades con la comunicación. ¿Soy claro al expresar
qué es lo que necesito saber?
Al igual que otras confrontaciones útiles, ésta se encuentra formulada para que
no toda la culpa recaiga en el paciente.
El objetivo de todas estas técnicas es reducir e l margen del paciente para
expresarse verbal y conductualmente de manera excesiva. Deben ayudarte a
obtener la información diagnóstica necesaria sin sacrificar el rapport. Sin embargo,
a veces incluso estas técnicas son insuficientes. Si un llanto efusivo u otros
sentimientos te impiden obtener la información necesaria de un paciente
hospitalizado, quizá tengas que interrumpir la entrevista hasta que el paciente se
haya calmado.
Di algo como esto:
“Veo que está demasiado alterado para continuar hoy. Tomemos un descanso
ahora.
Nos vemos mañana en la mañana, cuando haya dormido un poco”.

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