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ENSAYO

EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL


DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

Lima, junio del 2018

EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL


DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

Resumen

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El ensayo plantea que, debido a que los conflictos armados y guerras se han
complejizado y evolucionado en los siglos XX y XXI, el Derecho internacional de
los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario como normativas
también deben evolucionar y actualizar para ser efectivos en la protección que
deben garantizar. Para proteger a las poblaciones en riesgo, se requiere entonces
un conocimiento profundo de las diversas normas, sus interrelaciones y cómo se
complementan entre sí. Un conflicto complejo donde participan instituciones
estatales y no estatales es el de Irak, pero uno más cercano a nosotros,
Colombia, nos ofrece varios ejemplos.

Palabras clave

Derecho Internacional Humanitario, Derecho Internacional de Derechos Humanos,


Conflicto armado, Colombia.

Cuerpo del ensayo

Introducción

En la mayoría de conflictos armados actuales, no se puede diferenciar una tregua


de un cese al fuego, y ambos no se pueden diferenciar de un armisticio. Pero no
son iguales, aunque coinciden en que el cese de las hostilidades puede reducir

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las consecuencias humanitarias negativas: tras la Segunda Guerra Mundial, el
cese al fuego se refería a la suspensión de las hostilidades, consecuencia de la
aplicación de las treguas o los armisticios. Pero en Colombia, ya en el siglo XXI, el
término fue usado con variantes: de forma unilateral por la guerrilla ELN en 2018,
y bilateral el 2016 entre el Estado y la guerrilla FARC. Pero en Irak y Sudán, el
cese al fuego ocurrió solo por cuestiones humanitarias.

En cambio, las treguas son acuerdos que interrumpen las guerras en zonas
específicas por un periodo de tiempo, sin voluntad de terminar con el conflicto
armado; sobre todo para atender heridos. Y un armisticio es un acuerdo para
suspender las hostilidades, con alcance local o general, para frenar todo el
conflicto, siendo el caso más conocido el de Corea de 1953 (Oxford, 2013).

Además, según el Comentario actualizado al I Convenio de Ginebra, los


armisticios y ceses al fuego podrían ser acuerdos especiales si contienen
cláusulas relativas a los Derechos de las personas protegidas según el Convenio:
dentro de estas medidas se encuentra la búsqueda y traslado de los muertos,
heridos y enfermos, así como la facilitación de las labores de la misión médica; es
posible que estos mecanismos de cese (tanto tregua o armisticio) soliciten
además al Comité Internacional de la Cruz Roja el rol de supervisión o asistencia
en la implementación del acuerdo (CICR, 2018 a).

Desarrollo

Como vemos sobre todo en el caso colombiano, muy cercano a nosotros, el


Derecho internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional
Humanitario son normativas que no solo han evolucionado, sino que deben seguir
evolucionando permanentemente, porque la guerra cambia también. Por tanto, se
ambos Derechos se deben actualizar para ser efectivos en la protección que
deben garantizar: los cambios en la legislación empiezan siempre en la práctica
de los órganos pertinentes.

La jurisprudencia y los órganos de tratados son una fuente obligatoria de


interpretación, para aplicar correctamente las normas y en consecuencia proteger
a las poblaciones en riesgo, se requiere entonces un conocimiento profundo de

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las diversas normas, sus interrelaciones y cómo se complementan entre sí para
garantizar la protección más eficiente. Se trata entonces de la interacción entre
el Derecho Internacional de Derechos Humanos y el Derecho Internacional
Humanitario, una discusión jurídica sobre la unidad del Derecho Internacional.

Volvamos al caso colombiano, para usarlo como ejemplo para ilustrar esta
problemática muy actual ante la cual el Derecho Internacional debe ponerse al día
y evolucionar permanentemente.

En el caso del conflicto armado colombiano, que duró décadas, hubo diez
términos legales y jurídicos que de ninguna manera se debían confundir, al
momento de aplicar el Derecho Internacional Humanitario, por sus diferentes
alcances o connotaciones legales.

Crímenes de guerra implican según los Convenios de Ginebra, el homicidio


intencional, la tortura, dirigir ataques intencionalmente contra la población civil, y
ordenar el desplazamiento de la población civil por razones relacionadas con el
conflicto armado (muy común en Colombia). Y los crímenes de lesa humanidad
son conductas sistemáticas y generalizadas contra la población civil e incluyen
asesinatos, exterminios, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población,
encarcelación, tortura, violación, esclavitud sexual, prostitución forzada,
embarazos forzados, persecución de un grupo por motivos políticos, raciales,
nacionales, étnicos y culturales. En cambio, genocidio es la matanza de miembros
de un grupo perpetrados con la intención de destruir a un grupo nacional, étnico,
racial o religioso. Estos tres son delitos imprescriptibles, el Estado puede
perseguirlos, investigarlos y sancionarlos en todo momento.

Pero los términos Reconocimiento de beligerancia y Privilegio de combatiente no


son equivalentes: el primero hace que un grupo armado sea reconocido como un
sujeto del Derecho Internacional con capacidad al igual que los Estados a una
guerra con sus mismos derechos y garantías; y el segundo permite que una
persona no podrá ser juzgada por su participación en las hostilidades y tiene
derecho a ser tratado como prisionero de guerra, algo aplicable únicamente a los
conflictos armados internacionales. Por ello, los prisioneros de guerra suelen ser
miembros de las fuerzas armadas de una de las partes en conflicto que caen en
poder del adversario, y como este estatuto solo se aplica en conflictos armados

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internacionales, nunca existieron existen legalmente en Colombia. Y el
secuestrado no existe en el Derecho Internacional Humanitario, aunque sí el
concepto "persona detenida a razón del conflicto" cuando son miembros de una
de las partes. Por cierto, el Código Penal Colombiano incluyó siempre solo dos
conceptos, secuestro simple y el secuestro extorsivo. Hay que llamar la atención a
que las normas del Derecho Internacional Humanitario no prohíben que una parte
en conflicto detenga a miembros de la contraparte que no pueden seguir
combatiendo. Pero la toma de rehenes se prohíbe en el Artículo 3 Común de los
Convenios de Ginebra, y es un crimen de guerra: aprehender, detener y retener a
una persona, con el fin de hacer que una tercera parte haga o se abstenga de
hacer algo como condición implícita o explícita para la liberación, seguridad o
bienestar del rehén.

Por último, el término amnistía e indulto. EL primero es una figura legal que
permite el perdón de ciertos delitos para que las personas no sean investigadas
penalmente o llevadas a juicio; por lo que la legislación colombiana establece que
solo puede ser aplicada a delitos políticos como la rebelión. Pero el indulto es una
figura que se aplica a quienes ya se encuentran condenados, eliminando las
penas: como la amnistía, en Colombia solo aplica para delitos políticos o rebelión.
Pero, finalmente, la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia aclara que no
serán objeto de amnistía ni indulto los delitos de lesa humanidad, el genocidio, los
crímenes de guerra, la toma de rehenes, la tortura, las ejecuciones
extrajudiciales, la desaparición forzada, el desplazamiento forzado, además del
reclutamiento de menores conforme a lo establecido en el Estatuto de Roma
(CICR, 2018 b).

Conclusión

Como vemos, la complementariedad entre las normas de Derechos Humanos y el


Derecho Internacional Humanitario es obligatoria, y muchos expertos han puesto
de relieve que en ciertas situaciones complejas puede ser necesario incluso hacer

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pruebas para determinar el marco jurídico más adecuado para cada situación.
Porque debido a los esfuerzos realizados para garantizar la protección efectiva de
los derechos de todas las personas en conflictos armados, diversos organismos
de derechos humanos de las Naciones Unidas, y tribunales internacionales, han
incorporado en la práctica las obligaciones derivadas de ambos Derechos, para
reforzarse mutuamente. Como ha señalado la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos, las normas internacionales de derechos humanos y el
derecho internacional humanitario comparten el objetivo común de respetar la
dignidad y humanidad de todos… la ONU y la CIDH han considerado que, en las
situaciones de conflicto armado, las partes en el conflicto tienen obligaciones
jurídicamente vinculantes en relación con los derechos de las personas afectadas
por los conflictos (Declaración inaugural de la Alta Comisionada en la Consulta de
expertos sobre protección de DDHH de población civil en conflictos armados.
Ginebra, 15 abril 2009).

En este sentido, ambos conjuntos normativos ofrecen salvaguardias y garantías a


los derechos de las personas que no participan en las hostilidades o han dejado
de hacerlo, evitando deficiencias e incluso facilitando el diálogo entre las partes
en conflicto: complementar ambos Derechos ofrece mecanismos legales para la
rendición final de cuentas por las violaciones cometidas en los conflictos actuales.

Uno de los principales mecanismos jurídicos de rendición de cuentas es,


precisamente, el Derecho de Reparación a las víctimas, que es tanto una
responsabilidad estatal normada por el Derecho Internacional, como un principio
básico de reparación de víctimas (Cruz, 2010, pp. 186-187).

Finalmente, la interacción entre ambos conjuntos normativos pone de relieve las


complejidades de una comprensión adecuada del régimen jurídico aplicable a los
numerosos y complejos conflictos armados actuales, pero la práctica de los
tribunales internacionales, los tratados y los procedimientos especiales del
Consejo de Derechos Humanos demuestra que la combinación de ambos
conjuntos normativos han contribuido a la creación de un sólido conjunto de
obligaciones legales que protegen realmente los derechos de todas las personas
afectadas. Si bien los conflictos entre normas son inevitables (siendo por ello vital
el principio de lex specialis), son la excepción y no la regla. La evolución en la

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materia podría incluir decisiones de la Corte Internacional de Justicia, que cada
vez más se ocupa de la aplicación de tratados de derechos humanos, así como
nuevas decisiones de tribunales, resoluciones del Consejo de Seguridad y del
Consejo de Derechos Humanos; todos los aspectos de esta evolución deben
verse como una totalidad por reforzar la protección de todas las personas (ONU,
2011, pp 129-130).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (2011). Protección Jurídica internacional


de los Derechos Humanos durante los conflictos Armados. Nueva
York/Ginebra: Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la
ONU.

CRUZ, Luis (2010). El Derecho de Reparación a las víctimas en el Derecho Internacional.


Un estudio comparativo entre el Derecho Internacional de responsabilidad
estatal y los principios básicos de reparación de victimas de Derechos
Humanos. Revista de Derecho Político, n° 77, enero abril. UNED: pp 185-209.

COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA (2015). El Derecho internacional


humanitario y los desafíos de los conflictos armados contemporáneos.
Informe de la XXXII Conferencia Internacional. Ginebra: Comité Internacional
de la Cruz Roja.

CICR (2018 a). ¿Cómo protege la ley durante la guerra? Página web de la CICR
(consultado el 4 junio 2018).

CICR (2018 b). Diez términos que hay que saber para el conflicto en Colombia. Página
web de la CICR (consultado el 5 junio 2018).

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