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Evidencia Bíblica:
-"El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan" -
Hechos 20,7.
Estos vivieron en los dos primeros siglos y son testigos de la fe y la práctica de la Iglesia
recibida de los Apóstoles.
San Ignacio de Antioquía (+107AD), discípulo de los Apóstoles, Padre de la Iglesia del
siglo I, enseña:
Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva
esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra
vida es bendecida por El y por su muerte.
-S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9,1
La transferencia del día del Señor del sábado, séptimo día, al domingo (día primero de
la semana) ocurrió en tiempo de los apóstoles (ver arriba) con motivo de la
resurrección de Jesucristo. El domingo Cristo resucita, vence la muerte y completa la
obra redentora. Si bien el séptimo día (sábado) Dios "descansó" al fin de la creación, el
domingo es el día en que todo es re-creado en Jesucristo. Ahora es posible el culto a
Dios en espíritu y en verdad.
Además, el domingo es el día de Pentecostés, en que estaban reunidos los Apóstoles
con María Santísima en oración y se derramó el Espíritu Santo.
Jesús dijo «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.» -Juan 2,19. Muchos lo
entendieron en forma literal y se escandalizaron de Jesús. Pero Jesús hablaba del
Nuevo Templo que es Su propio Cuerpo, que resucitaría al tercer día: El domingo. El
Templo de Jerusalén fue destruido pero Cristo resucitado es el Nuevo Templo que
jamás será destruido. Por el bautismo los cristianos nos unimos a Cristo para ser
miembros de su Cuerpo Místico, Nuevo Templo que es la Iglesia. Los cristianos somos, en
Cristo, templo espiritual y como tal nos reunimos para celebrar la Santa Misa el
domingo, el nuevo día del Señor.
Es evidente que Jesús preparó a sus discípulos para un nuevo entendimiento del "Día
del Señor":
Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro
modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino
reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el
vino nuevo, en pellejos nuevos.
Y sucedió que un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos
empezaron a abrir camino arrancando espigas.
Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?»
Él les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y
los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos
del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los
sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?»
Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el
sábado.
De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado.» (Mc 2,21-28)
Jesús se presentó a los Apóstoles el domingo de Resurrección y ellos le
adoraron. Los cristianos le damos a Dios Padre el culto más perfecto: el mismo
Jesucristo que se ofrece y nosotros nos ofrecemos al Padre POR Cristo, Con El y En El.
Algunas sectas fundadas en EE.UU. hace poco más de un siglo se han revertido al
sábado. No entienden lo arriba mencionado, en gran parte porque carecen de
conocimiento histórico del cristianismo y la interpretación bíblica de los Padres. Para
entender la Biblia hay que situarse con la Iglesia en la mente de Cristo que interpreta el
Antiguo Testamento de una forma nueva y sin embargo más fiel. Pero antes de discutir
sobre cuál es el día del Señor hay que recordar lo más importante de ese día: La Santa
Misa, la cual es el culto más perfecto que le ofrecemos a Dios. ¿De qué vale pelear por
el día del culto si ni siquiera se acepta el culto mismo?
Juan Pablo II trata el tema del Día del Señor en profundidad en su encíclica "DIES
DOMINI". Para estudiar el sentido del día del Señor a profundidad le recomiendo que la
lea. Aquí solo presento el #59:
La mayoría de católicos van a Misa los domingos; sin embargo, algunos van los
sábados. Una lectora escribió a nuestra website pidiendo que aclaremos este punto. Su
pregunta fue la siguiente:
Sí uno va a Misa el sábado por la tarde y participa en una Eucaristía con la liturgia y las
lecturas de la Misa dominical, no hay ningún problema.
La validez de la Misa dominical asistiendo la tarde anterior (sábado), así como de los
días de precepto, está aprobada en el Código de Derecho Canónico, que es el
conjunto de normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia Católica, así
como los derechos y obligaciones de todos los fieles: “Cumple el precepto de
participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico,
tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde” (1248 § 1).
Esta costumbre es muy reciente, y está relacionada con los cambios producidos en la
liturgia por el Concilio Vaticano II en cuya Constitución sobre la Sagrada liturgia,
Sacrosantum concilium, dice: “Revísese el año litúrgico de manera que, conservadas o
restablecidas las costumbres e instituciones tradicionales de los tiempos sagrados de
acuerdo a las circunstancias de nuestra época, se mantenga su índole primitiva para
que alimente debidamente la piedad de los fieles en la celebración de los misterios de
la redención cristiana, muy especialmente el del misterio pascual”.
Asimismo, en el Missale romanum está escrito: “Para que la misa del día anterior sea
válida como misa dominical o de fiesta de precepto, ha de celebrarse por la tarde (a
partir de las 4:00pm) y contener la liturgia y las lecturas de la misa dominical”.
Así pues, un típico caso de misa de sábado no válida como misa dominical, sería la
celebración de una boda el sábado por la tarde.
En lo que se refiere a la Misa dominical celebrando el Día del Señor, nos dice el Papa
Francisco en su catequesis del 5 de febrero de 2014: “La celebración Eucarística es
mucho más que un simple banquete. Es propiamente el memorial de la Pascua de
Jesús, el misterio central de la salvación. “Memorial” no significa sólo un recuerdo, un
simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este Sacramento
participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo”.
Queridos amigos, ¡no agradeceremos nunca suficientemente al Señor por el don que
nos ha hecho con la Eucaristía! Es un don muy grande. Y por esto es tan importante ir a
misa dominical; ir a misa no sólo para rezar, sino también para recibir la comunión, este
Pan que es el Cuerpo de Jesucristo y que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es
hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa porque es el día de la
Resurrección del Señor, por eso el Domingo es tan importante para nosotros.