Professional Documents
Culture Documents
1 Los artículos 201, 202, 203, 204, 205 y 206 del Código Nacional de Procedimientos Penales
establecen la figura del procedimiento abreviado, el cual, para ser autorizado por el Juez de Control
quien comprobará en plena audiencia donde el Ministerio Público requiera de acuerdo a la forma del
procedimiento, así mismo, se deberá plantear la formalización de la acusación y de esa manera
poder presentar los fundamentos de prueba se deben sustentar debidamente, la cual tendrá que
contener la explicación de todos los hechos que se le imputan al acusado, sin embargo, la
codificación jurídica y el nivel de injerencia, al igual que las penalidades con el valor de la reparación
por el daño causado; a su vez comprobará que el ofendido o víctima no se oponga, sin que la misma
regla sea vinculante (siendo esta procedente cuando el Juez de control acredite que la reparación
por el daño no se encuentre debidamente garantizada) y que el imputado llegue a reconocer
finalmente que se encuentra informado de manera debida sobre su derecho a un juicio oral,
consintiendo que se aplique el procedimiento abreviado, admitiendo su responsabilidad por el delito
imputado y aceptando ser sentenciado en base a los medios de convicción que sustenta el Ministerio
Público al formalizar la acusación, se le escuchará en audiencia al Ministerio Público, a la víctima o
a su abogado, debiendo estar presentes, luego a la defensa y al concluir el debate, el Juez de control
formulará su fallo en la audiencia misma, para ello tendrá que dar lectura y explicar de forma pública
su sentencia, en un plazo de 48 horas, exponiendo de manera concisa sus fundamentos y motivos
por el cual llegó a tomar en consideración. Lo anterior involucra que a una persona previo juicio se
le tenga que declarar culpable, sin que dicha manifestación del Juez logre vulnerar el principio de
inocencia.
La presunción de inocencia significa, primero que nadie tiene que construir
su inocencia dentro de un procedimiento penal; segundo, que solo una sentencia
emitida por el juez de juicio declarará esa culpabilidad jurídicamente construida, lo
que implica la adquisición de un grado de certeza, tercero, que desde la etapa de
investigación, ya sea inicial o complementaria, nadie puede ser tratado como
culpable, mientras no exista esa declaración judicial y cuarto; que no puede haber
ficciones de culpabilidad; la sentencia absolverá o condenará, no existe otra
posibilidad.
El in dubio pro reo3, a más de ser una valoración de la prueba, puede ser
un principio general de interpretación de la ley penal, sustantiva u adjetiva 4, con lo
cual estoy completamente de acuerdo, y dicho principio se encuentra contemplado
en el artículo 359 del Código Nacional de Procedimientos Penales mismo que
establece que valorará el Tribunal de enjuiciamiento sobre la prueba de modo libre
y con una base lógica, la cual tendrá que hacer referencia sobre la motivación que
se aplique, sobre las pruebas presentadas, aun así, aquellas pruebas que se
hubieran excluido, señalando la debida razón que se tuviera para hacerlo. Así
mismo, la motivación logrará que lo enunciado posea la razón adecuada y utilizada
para lograr dichas conclusiones plasmadas en la resolución jurisdiccional.
Únicamente se llegará a condenar al imputado si la culpabilidad de este es
convincente más allá de cualquier duda razonable. Sin embargo, al darse esa figura
de la duda razonable, el Tribunal de enjuiciamiento tendrá que absolver al individuo
que se le imputa un delito.
2 Ver tesis aislada, Época: Novena Época, Registro: 170656 , Tomo XXVI, Diciembre de 2007,
Tesis: II.2o.P.225 P PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. NO SE TRANSGREDE ESTE PRINCIPIO
CUANDO LA AUTORIDAD DE AMPARO CONCEDE LA PROTECCIÓN FEDERAL POR
VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN, YA QUE POR SU
PREEMINENCIA FORMAL Y LÓGICA, DEBE SER DE ESTUDIO PREFERENTE.
3 Según este principio, se debe entender que dentro de la acción penal la duda que no se puede
superar debe resolverse a favor del imputado, lo que te antecede es que la duda posee y trae
la indecisión, escasa certeza o convicción en las actuaciones procesales, es así por la cual se
deberá tener que resolver a favor del imputado en los casos de materia penal, cuya situación
se repetirá para el presunto culpable en materia administrativa, siempre y cuando el nivel de
certeza va de la mano con lo que se requiere de forma probatoria, tanto en una como en otra
materia siendo esta fundamental.
4 Sentís Melendo, Santiago, “In Dubio Pro Reo”, Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa América,
1971, págs. 70 y sigs.
Las mismas están basadas o pretenden sustentarse en la ubicación
sistemática en que dicha figuran consideran los autores debe ser ubicada, por ello,
pasaremos a continuación a exponer las más relevantes siendo estas las
psicológica, normativa y finalmente la procesal.
5 FERRI, t. II, 1908, p. 194. Cf. FERRI, 1887, pp. 308-309; FERRI, 1896, pp. 362-363. En este
sentido, GUARNIERI, 1952, p. 303; LONGHI, 1911, pp. 522-523; MORTARA/ALOISI, t. II, 1920,
pp. 7-8.
6 SAX, 1959, p. 987. Véase también: SCHROEDER, 2007, No. 367, p. 241. En el sentido de un
concepto psicológico de la presunción de inocencia debe entenderse lo indicado por KÜHNE, al
decir que al valorarse la sospecha de culpabilidad se hace un balance entre la culpabilidad y la
presunción de inocencia. Cf. KÜHNE, 1979, p. 622; KÜHNE, 1993, Par. 23, No. 183; KÜHNE,
2003, No. 337, p. 182.
7 LONDOÑO JIMÉNEZ, 1983, p. 30; LONDOÑO JIMÉNEZ, 1981, pp. 289-295; TOCORA, 1990, p.
101; VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, 1987, pp. 28-29. Un concepto psicológico de la presunción de
inocencia puede encontrarse en las “bases o principios para un código tipo de derecho procesal
penal en los países iberoamericanos”, elaboradas por el profesor español Víctor FAIRÉN
GUILLÉN. Cf. FAIRÉN GUILLÉN, 1990, p. 16; FAIRÉN GUILLÉN, 1992, p. 405. Sobre el tema,
véase en particular: LLOBET RODRÍGUEZ, 1995, pp. 83-87.
imputado sería suficiente para el dictado de la prisión preventiva, por haberse
producido una disminución o eliminación de la presunción de inocencia.
En ese sentido no hay por mi parte ninguna objeción ni crítica, pues estoy
plenamente convencida que ello no puede ser tolerado en ninguna de las teorías
penales contemporáneas, ni mucho menos, en los cuerpos legales de los estado de
derecho, ya que constituye un elemento puramente subjetivo.
Por ello, esta figura debe ser completamente excluida y erradicada de todos
los cuerpos normativos y viene a mi memoria el famoso dicho que reza textualmente
que las “apariencias engañan”, pues considero que es un buen ejemplo de lo que
puede llegar a considerarse por este tipo de presunción de inocencia.
Esta posición, puede ser considerada como mayoritaria y es acorde con los
instrumentos internacionales de derechos humanos y fue sostenida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso Canese, en el que afirmo que la
presunción de inocencia acompaña al acusado durante toda la tramitación del
proceso hasta que una sentencia condenatoria que determine su culpabilidad quede
firme9. Conforme a esta concepción no puede explicarse la exigencia de la
probabilidad de la responsabilidad penal del imputado desde la perspectiva de la
presunción de inocencia.
8 KRAUSS, 1971, p. 158. En este sentido también: BURMANN, 1984, p. 22; GROPP, 1991, pp. 805-
806; LINSS, 1991, p. 40.
9 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Ricardo Canese vs. Paraguay, sentencia de 31
sea ser derogada o al menos ampliarse también para no sospechosos en caso de existencia de
concretos actos preparatorios de obstaculización. De lo contrario, estima, se quebranta la
presunción de inocencia. Cf. FRISTER, 1988, pp. 118-119. KULEMANN a principios del siglo XX
llegó a pedir que se autorizara la prisión preventiva incluso con respecto a terceros. Cf.
KULEMANN, 1904, p. 706.
sea arbitraria11, no acudiendo para ello a afirmar que se quebrantó la presunción de
inocencia.
La prueba en todo proceso judicial tiene una gran importancia, pues sirve
para formar la convicción del Juez sobre la existencia de los hechos alegados por
las partes o su negación, aunque no es imprescindible en el ámbito penal, pues aún
a falta de pruebas, el Juez debe decidir la cuestión planteada en cuyo caso deberá
absolver al imputado, incluso, en el anterior sistema penal, el Juzgador podía
produciéndolas de oficio, pues era deber del juez en el proceso penal buscar la
verdad, postura que afortunadamente fue abandonada con nuestro actual sistema
procesal penal.
11 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador,
sentencia de 21 de noviembre de 2007: “101. La Corte ha establecido que para restringir el
derecho a la libertad personal a través de medidas como la prisión preventiva deben existir
indicios suficientes que permitan suponer razonablemente que la persona sometida a proceso
haya participado en el ilícito que se investiga. 102. En el mismo sentido, la Corte Europea ha
señalado que ‘la razonabilidad de las sospechas sobre las que se debe fundar una detención
constituye un elemento especial de la garantía ofrecida por el artículo 5.1 del Convenio Europeo
contra las privaciones de libertad arbitrarias’, añadiendo que ‘[la existencia] de sospechas
razonables presupone la […] de hechos o información capaces de persuadir a un observador
objetivo de que el encausado puede haber cometido una infracción’.”
12 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs.
Ecuador, sentencia de 21 de noviembre de 2007: “103. Para esta Corte, la sospecha tiene que
estar fundada en hechos específicos y articulados con palabras, esto es, no en meras conjeturas
o intuiciones abstractas. De allí se deduce que el Estado no debe detener para luego investigar,
por el contrario, sólo está autorizado a privar de la libertad a una persona cuando alcance el
conocimiento suficiente para poder llevarla a juicio. Sin embargo, aún verificado este extremo, la
privación de libertad del imputado no puede residir en fines preventivo-generales o preventivo-
especiales atribuibles a la pena, sino que sólo se puede fundamentar, como se señaló
anteriormente (supra párr. 93), en un fi n legítimo, a saber: asegurar que el acusado no impedirá
el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia.”
de la cual el juzgador dicta una sentencia absolviendo o condenando a la persona
que durante el proceso penal fue considerada inocente.
Se cuenta entre los derechos que conforman la esfera del debido proceso
y su aplicación determina el funcionamiento justo o injusto del sistema penal.
13 El artículo 2 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece que el mismo tiene por
objeto establecer las normas que han de observarse en la investigación, el procesamiento y la
sanción de los delitos, para esclarecer los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no
quede impune y que se repare el daño, y así contribuir a asegurar el acceso a la justicia en la
aplicación del derecho y resolver el conflicto que surja con motivo de la comisión del delito, en un
marco de respeto a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los Tratados
Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte.
14 El artículo 265 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece que el órgano
jurisdiccional asignará libremente el valor correspondiente a cada uno de los datos y pruebas, de
manera libre y lógica, debiendo justificar adecuadamente el valor otorgado a las pruebas y explicará
y justificará su valoración con base en la apreciación conjunta, integral y armónica de todos los
elementos probatorios, mientras que el diverso 359 dispone que el tribunal de enjuiciamiento valorará
la prueba de manera libre y lógica, deberá hacer referencia en la motivación que realice, de todas
las pruebas desahogadas, incluso de aquellas que se hayan desestimado, indicando las razones
De lo anterior puedo concluir que lo cierto es que la presunción de inocencia
va ligada a la potestad probatoria que emana del ius punendi del Estado; es decir
que la carga de la prueba le corresponde al ministerio público.
Por ello, al aplicar estos temas a los casos de mala praxis médica, que es
el tema central de esta investigación, quien va a demostrar la culpabilidad del
médico es el fiscal a cargo de la investigación con base a las pruebas que esgrima
durante el proceso penal.
Pues bien, si bien es cierto que las partes dentro del proceso penal,
excluyendo la etapa de investigación, la cual es conducida en la totalidad por el
Ministerio Público15, las partes tendrán igualdad procesal16 para sostener la
acusación o la defensa, respectivamente.
que se tuvieron para hacerlo. La motivación permitirá la expresión del razonamiento utilizado para
alcanzar las conclusiones contenidas en la resolución jurisdiccional. Sólo se podrá condenar al
acusado si se llega a la convicción de su culpabilidad más allá de toda duda razonable. En caso de
duda razonable, el Tribunal de enjuiciamiento absolverá al imputado.
15 El artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Pernales establece en lo conducente que
el procedimiento penal comprende la etapa de investigación, misma que comprende las fases de
investigación inicial, que comienza con la presentación de la denuncia, querella u otro requisito
equivalente y concluye cuando el imputado queda a disposición del Juez de control para que se le
formule imputación, e investigación complementaria, que comprende desde la formulación de la
imputación y se agota una vez que se haya cerrado la investigación y que la investigación no se
interrumpe ni se suspende durante el tiempo en que se lleve a cabo la audiencia inicial hasta su
conclusión o durante la víspera de la ejecución de una orden de aprehensión. El ejercicio de la acción
inicia con la solicitud de citatorio a audiencia inicial, puesta a disposición del detenido ante la
autoridad judicial o cuando se solicita la orden de aprehensión o comparecencia, con lo cual el
Ministerio Público no perderá la dirección de la investigación.
16 El artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Pernales establece en lo conducente el
principio de igualdad entre las partes, el cual garantiza a las partes, en condiciones de igualdad, el
pleno e irrestricto ejercicio de los derechos previstos en la Constitución, los Tratados y las leyes que
de ellos emanen.
Entonces si la carga de la prueba corresponde a la parta acusadora 17,
entonces pareciera que tenemos un conflicto procesal ya que no existe igualdad
entre las partes del proceso, sino únicamente igualdad procesal para sostener o no
la acusación, pero en este caso, como le corresponde al Agente del Ministerio
Público el allegarse de todos los datos probatorios (durante la etapa de
investigación) y medios de prueba (durante la etapa intermedia) y convertirlos en
prueba (durante la etapa de juicio) a efecto de demostrar la culpabilidad del acusado
en el hecho delictivo, es así como se dará por aceptado para los efectos de esta
investigación, sin necesidad de abundar en el tema por no constituir el eje central
de esta investigación.
Lo que sería motivo también de crítica es el hecho de que hasta qué punto
pudiera ser razonable que un acusador, o la propia defensa, proponga un medio de
prueba del que a priori se presuma que se pueden desprender unos resultados
desfavorables para su pretensión, lo que representan temas de análisis a
profundidad por separado, ya que se insiste, en el proceso penal a falta de pruebas,
o si éstas no demuestran la culpabilidad del procesado deberá estarse por su
absolución, y si bien es cierto que el que tiene la carga de la prueba en el proceso
penal es el acusador, ya que aquel al que se le imputa la comisión del delito goza
de la presunción de inocencia, aunque puede presentar pruebas en su descargo y
a diferencia del acusador, quien debe presentar tanto las pruebas en contra como
a favor del imputado, el imputado tiene derecho a no incriminarse, lo que justifica
que esta exento de aportar las pruebas que lo incriminan.
17 Discusión que ha desgastado a los juristas desde tiempos inmemoriales ha sido aquella sobre
quién tiene la obligación de probar en un proceso judicial. Problema que no ha sido pacíficamente
zanjado. Para unos tratadistas, en especial los italianos, la carga de la prueba incumbía al
demandado. Una corriente ecléctica ha estimado que a ninguna parte inicialmente se le atribuye tal
obligación, sino que el debate probatorio se inclinaría a darle la razón a aquella de las partes que
mejor prueba aportara. En Roma dicha carga recaía en ambas partes. Otros consideran que no es
la disposición legal sino el juez quien determina a quién corresponde la obligación de la prueba, ello
sin perjuicio de que otros, por el contrario, señalen que dicha carga corresponde a quien afirma y,
por lo tanto, al demandante, y, desde luego, no faltó tampoco quién señalara que la prueba
correspondería al más débil, es decir, al justiciable, al acusado, al demandado. Por ejemplo, para
Bentham (2002), con un gran criterio de racionalidad, la carga se impone a aquélla de las partes
que pueda satisfacerla con menores inconvenientes, con menor pérdida de tiempo o con menor
incomodidad, algo que se puede complementar con otro postulado como el de que aquélla (la
prueba) no constituye un deber jurídico, sino una necesidad de hecho en la que se encuentra la
parte que acude a la autoridad judicial y que parece ser la tendencia adoptada en el Código de
Napoleón, bajo el principio que señala que incumbe probar las obligaciones o su extinción al que
alega.
En similar sentido se pronuncia el Convenio Europeo de Derechos
Humanos al establecer en su artículo 6.2 que toda persona acusada de una
infracción se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente
declarada.
18Época: Décima Época, Registro: 2006091, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia(s):
Constitucional, Tesis: 1a./J. 26/2014 (10a.), Página: 476, PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO
ESTÁNDAR DE PRUEBA.
También dicho órgano colegiado considera que la presunción de inocencia
tiene múltiples manifestaciones o vertientes relacionadas con garantías
encaminadas a regular distintos aspectos del proceso penal. Una de esas vertientes
se manifiesta como "regla probatoria", en la medida en que este derecho establece
las características que deben reunir los medios de prueba y quién debe aportarlos
para poder considerar que existe prueba de cargo válida y destruir así el estatus de
inocente que tiene todo procesado.19
19 Época: Décima Época, Registro: 2006093, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia(s):
Constitucional, Tesis: 1a./J. 25/2014 (10a.), Página: 478, PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO
REGLA PROBATORIA.
20 Época: Décima Época, Registro: 2006092, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia(s):
Constitucional, Tesis: 1a./J. 24/2014 (10a.), Página: 497. PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO
REGLA DE TRATO PROCESAL.
21 El principio de presunción de inocencia (también denominado simplemente principio de inocencia)
23 Boeck Pulecio, Daniel. Teoría de la carga dinámica de la prueba en materia penal. Bogotá.
Colección Monografías Universidad Javeriana, Editorial Ibáñez, 2010, pág. 69.
24 Con lo que se busca con estos principios es algo más "nuevo y más justo" tratamiento a la
tradicional carga de la prueba, introduciendo la posibilidad que el juez distribuya la carga
conforme a la disponibilidad y facilidad probatoria que posea cada una de las partes en el litigio.
Así, frente a la rigidez e inflexibilidad que se dice caracterizaría a la regla general, se propone
abrir paso a la modificación judicial de la carga de la prueba "a fin de poder corregir eventuales
desigualdades entre las partes", en lo que se conoce como la institución de la carga dinámica de
la prueba, la que ha tenido amplia aceptación y aplicación en el Derecho comparado como un
instrumento que otorga al juez, con los debidos resguardos legales, la posibilidad excepcional de
distribuir la carga de la prueba conforme a la disponibilidad y facilidad probatoria de las partes,
asegurando de este modo la vigencia de los principios de justicia, cooperación y buena fe
procesal". En Latinoamérica uno de los procesalistas que más ha escrito sobre este tema, al
punto que no pocos lo entienden el creador de la fórmula de las cargas dinámicas de la prueba,
es el argentino Jorge W. Peyrano, que ha visto en los criterios de disponibilidad y facilidad que
recogen algunas nuevas regulaciones procesales (por ej., LEC la española y ahora, agregamos
nosotros, el PNCPC chileno) una mera denominación de recambio de lo que en el país trasandino
se conoce como la doctrina de las cargas probatorias dinámicas o visión solidarista de la prueba,
concebida a su juicio como un mecanismo de mejor reparto de los esfuerzos probatorios y como
una flexibilización de las interpretaciones rígidas del mecanismo de distribución del onus
probandi y que determina que frente a circunstancias excepcionales, por aplicación de las reglas
de la sana crítica, la carga probatoria venga a recaer en la parte con mayor disponibilidad o
facilidad probatoria.
Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuente, tanto en la investigación como en el
proceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en el
juicio e interponer los recursos en los términos que prevea la ley. Cuando el
Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia,
deberá fundar y motivar su negativa;
Artículo 30 Bis (Código Penal Federal). Tienen derecho a la reparación del daño en el siguiente
orden: 1o. El ofendido; 2o. En caso de fallecimiento del ofendido, el cónyuge supérstite o el
concubinario o concubina, y los hijos menores de edad; a falta de éstos los demás descendientes,
y ascendientes que dependieran económicamente de él al momento del fallecimiento.
Artículo 31 (Código Penal Federal). La reparación será fijada por los jueces, según el daño que sea
preciso reparar, de acuerdo con las pruebas obtenidas en el proceso.
Para los casos de reparación del daño causado con motivo de delitos por imprudencia, el
Ejecutivo de la Unión reglamentará, sin perjuicio de la resolución que se dicte por la autoridad
judicial, la forma en que, administrativamente, deba garantizarse mediante seguro especial dicha
reparación.
Artículo 31 Bis (Código Penal Federal). En todo proceso penal el Ministerio Público estará
obligado a solicitar, en su caso, la condena en lo relativo a la reparación del daño y el juez a
resolver lo conducente.
El incumplimiento de esta disposición será sancionado con multa de treinta a cincuenta días de
salario mínimo.
El análisis del perito para emitir su dictamen deberá estar razonado y
apoyado en caso de que exista, en el expediente clínico del sujeto pasivo, o en los
exámenes clínicos y médicos de la persona en caso de ser necesario y cuando ello
sea factible, con la finalidad de que pueda valorar sus antecedentes tales como
edad, sexo, constitución anatómica, predisposición, etiología, otras enfermedades
padecidas y sus probables secuelas y relación con la que se dictamina, etcétera, ya
que sólo de esa forma se puede realizar un estudio profundo, acucioso, lógico,
casuístico, razonable y objetivo.
26 Ver Tesis Aislada, Época: Décima Época, Registro: 2000890, Libro VIII, Mayo de 2012, Tomo 2
Tesis: I.7o.C.6 C (10a.). RESPONSABILIDAD CIVIL SUBJETIVA MÉDICO-SANITARIA. SE
ACTUALIZA POR DAÑOS ORIGINADOS A UN PACIENTE POR EL SUMINISTRO
NEGLIGENTE DE MEDICAMENTOS.
La responsabilidad civil subjetiva implica culpa o negligencia en la realización del daño, es decir,
que el autor del hecho dañoso lo cometió con culpa (intencionalmente o por imprudencia). Así,
para responsabilizar al personal médico-sanitario por los daños ocasionados a un paciente por
el suministro negligente de medicamentos, se debe probar el elemento subjetivo de la conducta,
esto es, que la administración de éstos se realizó con infracción a las técnicas médicas o
científicas previstas en la lexartis ad hoc. Sin embargo, conforme a los principios de proximidad
y facilidad probatoria, debe exigirse a los profesionales médicos y/o a las instituciones sanitarias
la carga de probar que su conducta fue diligente, debido a la dificultad que representa para la
víctima justificar la culpa del médico u hospital y porque existe la presunción de que los daños
ocasionados por el suministro de medicamentos fueron originados por un actuar negligente.
27 Ver tesis aislada, Época: Novena Época, Registro: 186270, Tomo XVI, Agosto de 2002 , Tesis: P.
Sin embargo, el código citado es muy claro en establecer que las personas
jurídicas serán penalmente responsables únicamente por la comisión de los delitos
previstos en el catálogo dispuesto en la legislación penal de la federación y de las
entidades federativas y en este caso, el artículo 11 Bis del Código Penal Federal,
que establece que para los efectos de lo previsto en el Título X, Capítulo II del
Código Nacional de Procedimientos Penales (procedimiento para las personas
jurídicas), a las personas jurídicas podrán imponérseles algunas o varias de las
consecuencias jurídicas cuando hayan intervenido en la comisión de los delitos que
enuncia, sin que se encuentren entre ellos los mencionados en la parte final del
párrafo siguiente.