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A mediados de 1881 el Perú tenía dos presidentes: Francisco García Calderón en Lima y
Nicolás de Piérola en Ayacucho. En nuestro departamento el coronel Adolfo Negrón era el
prefecto.
El 11 de junio de 188, unas pocas naves chilenas llegaron a Paita. En ellas llegaba Emilio
Velarde con la orden de ocupar Paita y Piura. Los chilenos ocupan el puerto sin resistencia
de sus pobladores.
El 27 de setiembre nuevas tropas chilenas desembarcan en Paita al mando del coronel Darío
Carballo, la ocupación de Piura era inevitable.
Conocedor de esta situación, el Prefecto de Piura ordenó la retirada de sus tropas rumbo al
Alto Piura (Morropón), siguiendo por la márgen izquierda del río Piura. La división chilena
llegó a esta ciudad el 2 de octubre de 1881. Al mismo tiempo tropas chilenas llegaban al Alto
Piura por la ruta de Olmos. Hubieron enfrentamientos en los pueblos de Jayanca, Olmos y
otros caseríos.
En las haciendas Bigote, Buenos Aires y Morropón los chilenos impusieron cupos de guerra
en dinero y ganado. Las tropas al mando de Negrón se retiraron al pueblo de Chalaco
llegando el 4 de octubre.
En noviembre de 1882 los chilenos llegaron por segunda vez al Alto Piura por Olmos,
saqueando el pueblo de Salitral y las haciendas Bigote y Buenos Aires.
A propuesta del coronel Frías, el Secretario de Guerra Miguel Iglesias, había nombrado con
el grado de Coronel, a don Augusto Seminario y Váscones como primer Jefe del Batallón
Piura. Seminario desplegó excepcional actividad en completar la organización del batallón
a su mando y cubrió muchos de sus urgentes gastos, con su propio peculio.
En marzo, Seminario Váscones hace conocer al coronel Frías Lastra, que no podrían partir a
Lima por razones de salud y otras causas de fuerza mayor los oficiales Leonidas Echandía
Otoya, Luis Felipe Seminario, Romualdo Espinosa y Enrique Serra. En su lugar proponía a
Pedro Varillas, Manuel Meneses, Juan Guerrero y Nemesio Medina, lo cual fue aceptado.
Piura por esos meses era una ciudad agitada por la llegada de los contingentes de todas las
provincias. Había gran fervor patriótico y los vecinos hacían obsequios a los enrolados. Una
gran cantidad de jóvenes y hombres maduros se habían presentado voluntariamente, pero
también había bastantes que sólo por la fuerza se había logrado su inclusión en las filas.
Por esa época se supo en Piura, que el ex–prefecto coronel Mariano Lorenzo Cornejo, había
sido nombrado Jefe de una Brigada de Caballería en el Centro.
En Piura había siempre tema para comentar la guerra. Muchos eran los piuranos que
sobresalían en la contienda. Así como antes se hablaba de las hazañas de Grau, después se
comentaba del contralmirante Montero, del general La Cotera, del contralmirante Antonio
de la Haza; de los capitanes de navío Camilo Carrillo, Ezequiel Otoya, Toribio Raygada; del
capitán de fragata Aljovín y de varios más que tenían destacada actuación en la marina o en
el ejército.
En abril, del Ministro de Guerra, Iglesias dispuso que el coronel Frías enviase 400 hombres
para ser distribuidos en las guarniciones de los puertos de los departamentos de Ica,
Ancash, Lima La Libertad, Lambayeque y Piura, reforzando los contingentes navales allí
existentes.
Frías no deseaba que se fraccionase el Batallón, ni tampoco que sus soldados fueran a
cumplir labores secundarias. No se sabe en realidad que papel hubieran tenido en los
lugares a donde se les quería destinar, pues pocos meses más tarde el almirante chileno
Patricio Lynch daría inicio a la expedición de merodeo en los puertos del norte, en un festín
de saqueos, incendios, pillaje, matanzas y crueldades infinitas.
Frías respondió al Ministro de que aún el Batallón no estaba listo, y sólo para cumplir envió
93 hombres.
El coronel Manuel Frías Lastra y Augusto Seminario Váscones, actuaron con toda diligencia
y eficiencia para embarcar al batallón Piura, lográndolo sin haber perdido un solo hombre y
sin que los chilenos que merodeaban en el mar se dieran cuenta de su movilización.
El 25 de mayo, en un barco inglés, fueron enviados al puerto de Chancay 125 hombres que
se registraron como trabajadores agrícolas.
El 9 de junio se hace otro embarque de 171 hombres, los que hacían un total de 536 que
habían sido seleccionados como los más aptos. Como en abril habían partido 93, el total de
soldados embarcados llegó a 629.
Para todos los gastos, el Gobierno envió 1 500 libras esterlinas, que la unidad monetaria
dispuesta por Piérola.
Un mes más tarde se ordena entregar al Batallón 141 rifles Peabody para hacer prácticas.
Este armamento debía ser devuelto cuando el Batallón ingresara a Lima a donde era su
destino final, pues se estaba organizando la defensa de la ciudad, después que el Primer
Ejército del Sur quedó destruido. En Lima, el Batallón Piura debía de recibir 600 uniformes
de campaña.
En agosto, el Ministro de Guerra dispone que el Batallón Piura forme parte de la División
del Centro, que se estaba organizando.
El viaje de Chancay a Lima, lo hizo el Batallón por tierra. En la Capital fue recibido por el
Dictador Piérola que los arengó, quedando alojados en la Plaza de Acho y posteriormente
fijaron su campamento en las faldas del Cerro San Cristóbal.
Imagen Coroneles del Ejército Peruano. El de la izquierda, Augusto Seminario Vascones del
batallón “Piura” Nº 67 y su compañero Maximiliano Frías García del batallón “Manco Cápac”
Nº 81.
Tomado del blog de Jonatan Saona. http://gdp1879.blogspot.com/2012/10/batallon-
piura.html#ixzz5IDThkkl1
Timotea Vernal Castro
Prometida en matrimonio con su primo Alfonso Ugarte Vernal, pero debido a la guerra del
Pacífico, Ugarte decide organizar un batallón y combatir en defensa de su Patria.
"A mis sobrinas Timotea y Emilia Vernal les lego una sortija u otra alhaja de su gusto, de
valor de mil francos, que comprará mi hija Isabel para ellas, con fondos hereditarios que se
le entregarán al efecto."
En la serie peruana Nuestros Héroes de la Guerra del Pacífico, aparece una carta escrita por
Alfonso Ugarte a su prometida (no sabemos si tiene sustento documental), en la que le dice
"Querida mía:
...He decidido servir a mi patria ahora que nace el mayor peligro, y cuando el enemigo nos
agrede más violentamente, mi madre y yo estamos de acuerdo, hemos arribado a él con
mucho valor y serenidad, sin lágrimas y angustias; sabes, es una gran mujer, mucho me
gustaría que la imitaras..."
La última carta conocida de Alfonso Ugarte, fue escrita a su primo Fermín, el 01 de junio de
1880
" Querido primo
...Tenemos pues, que cumplir con el deber del honor defendiendo esta plaza hasta que nos
la arranquen a la fuerza. Ese es nuestro deber y así lo exige el honor nacional. Estamos
esperando ser atacados por mar y tierra.... es preciso resistir hasta el último y te puedo
asegurar que con las posiciones que ocupamos en el morro, los cañones de grueso calibre y
las minas que tenemos preparadas, les costará muchas vidas a los chilenos reducirnos y
quitarnos ésta plaza. Estamos resueltos a resistir con toda la seguridad de ser vencidos,
pero es preciso cumplir con el honor y el deber... ¡Qué desesperante es mi situación!, pero
no por eso me doy por vencido sino que por el contrario debo hacer los mayores esfuerzos
en la defensa de la honra nacional..."
Timotea Vernal se casó (entre 1883 y 1885) con su primo Juan Vernal García, y vivieron en
Iquique, en la calle Tarapacá 49.
En Iquique, el 29 de marzo de 1886 nace su primer hija Manuela Rosa Vernal, y el 04 de
noviembre de 1892 nace Emma Celia Vernal, quien se casaría en Lima el 28 agosto de 1913
con Enrique Billinghurst, hijo de Guillermo Billinghurst Angulo (entonces Presidente del
Perú).
La noche del 5 de abril de 1992 el expresidente, Alberto Fujimori, sorprendió al país con un
mensaje a la nación en el que anunciaba la intervención del Congreso de la República, el
Poder Judicial, el Ministerio Público, lo cuál es recordado hasta la fecha como un autogolpe
de Estado.
1. Toma de instituciones. Mientras el discurso era transmitido por televisión, tropas del
Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea llegaron al Congreso de la República, el Poder
Judicial, el Ministerio Público, entre otras instituciones para tener el control completo de
ellas. También fue intervenida la sede de la Confederación General de Trabajadores del Perú
(CGTP) y otros sindicatos también hubo intervenciones militares.
Durante varios años hemos venido leyendo y tomado como cierta una carta dramática,
llena de sentencias y con un valor a lo épico que conmueve y nos enrostra la soledad de un
soldado en medio de su desgracia ante una defensa imposible, y lo único que le queda a él y
sus hombres era solo cumplir con su deber.
Como quiera que el primer presidente civil, Manuel Pardo, fuera el que aceptó firmar el
tratado de Alianza Defensiva con Bolivia en 1873, y luego la presidencia constitucional de
Mariano Ignacio Prado fuera la administración que “fugara” del poder, por los resultados
de la guerra; y Piérola se constituye en el “asaltante” que con su conducta también fracasó,
por lo tanto como resultado de estos hechos se pretende así demostrar como una tragedia
inevitable que los “civiles” serían los responsables de la derrota.
Esta será seguramente una de las últimas noticias que te lleguen de mí, porque cada día
que pasa vemos que se acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el
enemigo superior a las fuerzas peruanas, son latentes y determinantes. Los días y las horas
pasan y las oímos como golpes de campana trágica que se esparcen sobre este peñasco de la
ciudadela militar engrandecida con un puñado de patriotas que tienen su plazo contado y su
decisión de pelear sin desmayo en el combate, para no defraudar al Perú.
¿Qué será de ti, amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad? ¿Qué será de
nuestra hija y de su marido, que no podré ver ni sentir en el hogar común? Dios va a decidir
este drama en que los políticos que fugaron y los que asaltaron el poder, tienen la misma
responsabilidad. Unos y otros han dictado con su incapacidad, la sentencia que nos aplicará el
enemigo. Nunca reclames nada, para que no se crea que mi deber tiene precio. Besos para ti y
Margarita. Abrazos a …...
Francisco Bolognesi…”
2.- Tipo de letra. Al ser una carta personal, el tipo de escritura con la firma es totalmente
distinta y por las líneas finales, muy forzadas para no llegar a obstruir la visibilidad de la
firma. Esto hace suponer que se escribió sobre un papel en blanco que se encontraba ya
firmado por Bolognesi. (Foto 1) o quizás una firma realizada con pantógrafo. Por lo general
las cartas oficiales las escribían los amanuenses y el interesado solo colocaba su rúbrica. Las
cartas personales, por su mismo carácter, eran redactadas por el interesado y más si era
algo muy íntimo. Es por ello que llama la atención el distinto tipo de letra de la carta en
mención, en comparación con otras misivas que se conoce redactadas por Bolognesi.
3.- Tenor de la carta. Para el 22 de mayo no se pensaba en una derrota del ejército aliado
en Tacna y el ánimo estaba al tope. Lo demuestran, por ejemplo, cartas en fechas similares.
Podemos citar en el mismo día una de Bolognesi dirigida a Domingo Lecaros:
“…Aquí se trabaja mucho, no temo al enemigo cualquiera sea su número, y aun en caso de
un contraste en nuestro ejército, el enemigo allará aquí su tumba…”
Aquel 22 de mayo de 1880 aún no se había realizado la batalla del Alto de la Alianza, que
tuvo lugar el 26 de aquel mes. El ejército aliado aun preparaba su estrategia de defensa.
Si la batalla del Alto de la Alianza aún no había ocurrido, ¿cómo era posible que
Bolognesi, un viejo oficial que sabía de la disposición de las fuerzas militares de ambos
ejércitos y que aun Tacna no caía en manos de Chile pueda escribir: “cada día que pasa
vemos que se acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo
superior a las fuerzas peruanas, son latentes y determinantes”?
¿Acaso como militar no debió sugerir que en vez de cuidar aisladamente Arica, todo su
contingente podría prestar mejores servicios en la defensa de Tacna?
La propuesta de rendición de la Plaza de Arica hecha por el chileno Juan de la Cruz Salvo
ocurrió cuando Tacna ya había sido ocupada y aniquilado al ejército aliado, y esto ocurrió el
5 de junio de 1880, como así lo detalla Gerardo Vargas en su texto “La Batalla de Arica”. La
carta como vemos, no concuerda en los tiempos en que se realizaron los acontecimientos
históricos, sino que esta irrumpe y determina sucesos del futuro que obviamente
sucedieron pero en el momento de su redacción no eran previsibles.
¿Se puede creer entonces que Bolognesi haya escrito: “Qué será de ti, amada esposa, tú
que me acompañaste con amor y santidad”? Realmente huelgan los comentarios. Por otro
lado Federico Bolognesi hijo mayor del héroe con la Sra. Manuela Medrano (es decir con su
segundo compromiso) nació en el año de 1861. Mientras que la única hija casada de
Bolognesi era Margarita, quien contrajo nupcias el 23 de diciembre de 1863 con el conocido
músico Melitón Cáceres Anadón. Entonces ¿Cómo se puede explicar que Bolognesi pueda
haber escrito “¿Qué será de nuestra hija y de su marido, que no podré ver ni sentir en el hogar
común?”, que como vemos él, en el momento del matrimonio de su hija ya estaba separado
de su esposa?
Pero es más grave la sentencia que se dicta en la carta, donde Bolognesi propone:
“Nunca reclames nada, para que no se crea que mi deber tiene precio”. Para demostrar la falta
de toda connotación histórica de la carta, en especial sobre este párrafo, transcribimos la
carta enviada por María Josefa de la Fuente y Rivero al entonces Jefe Supremo Nicolás de
Piérola, la cual se encuentra en el archivo “Piérola” ubicado hoy en los repositorios de la
Biblioteca Nacional:
Hace tiempo que por conducto de esta Prefectura marchó el expediente que he organizado
para que V.E. expida a mi favor la cédula de montepío que me corresponde como viuda de mi
esposo el Coronel Bolognesi. Hasta el presente no ha resuelto nada V.E. en este asunto y
supongo sea la causa la multitud de asuntos que demandan su atención en la crítica situación
por que atraviesa nuestra querida patria.
Suplico a V.E., cuando se lo permita el tiempo, que atienda a mi solicitud decretando lo que
estime de justicia. El Doctor Hipólito Sánchez íntimo amigo de mi difunto esposo y mío se ha
dirigido a V.E. recomendándole este asunto y V.E. se ha dignado contestarle
satisfactoriamente, lo cual agradezco a V.E.
Desde esta perspectiva comenzamos a tener varias interrogantes, entre otras, y la más
importante es saber ¿Cómo es que aparece esta carta? y ¿En qué textos especializados se
conoce de su existencia?
Difícil ha sido para nosotros encontrar la primera publicación de esta carta apócrifa, ya
que no hay referencias especializadas ni textos serios que la hayan tomado en
consideración.
Si una publicación oficial no la contempla, ¿Es posible que ellos sepan que la carta pueda
ser apócrifa? Y de ser así, ¿Por qué permiten que en los medios de comunicación se siga
diciendo y leyendo párrafos de esta carta?
El primer estudio serio sobre Arica y el heroísmo de Francisco Bolognesi lo ha hecho
como ya hemos escrito, Gerardo Vargas Hurtado. Otros textos de importancia como la
“Historia de la República del Perú” de Basadre, que empezó a publicarse desde 1939 y
después de ella en sucesivas ediciones corregidas y aumentadas en datos, nunca fue
incluida la misiva que comentamos.
Entre otros textos de importancia mencionaremos “La Historia Militar del Perú” de
Carlos Dellepiane editado en 1931. Un texto muy leído por los testimonios que contiene es el
de Ismael Portal, “Bolognesi y sus Hijos”, cuya segunda edición de 1950 tampoco consigna la
misiva. Del mismo modo tampoco aparece en la “Recopilación de Partes y Documentos de la
Guerra del Pacífico” editado por Milla Batres en 1980.
Gustavo Pons Muzzo uno de los historiadores más minuciosos y discípulo de Basadre
escribió un texto amplísimo “El Coronel Francisco Bolognesi y el Expansionismo Chileno”, en
1987. De igual forma el tomo XI volumen III de la “Historia Marítima del Perú”, escrito por
Melitón Carvajal Pareja , publicado en el 2013. Todos estos textos no consignan en ninguna
de sus páginas la misiva que estudiamos.
También encontramos esta carta en una publicación especial del Ejército del Perú ,
editada en el año 2007 con ocasión de los 127 años de la inmolación del héroe, que le da
validez, incluso publicando una reproducción de esta, que, como ya habíamos dicho,
pareciera que se le atribuye connotaciones de valores militares, haciendo ver la decadencia
de los civiles quienes fueron los que permitieron la derrota.
Son pues, en este tipo de publicaciones, algunas de ellas de indudable seriedad por sus
autores, donde la carta fue siempre transcrita, y no se ha cotejado su veracidad y menos se
ha publicado el original. En el Museo de los Combatientes del Morro de Arica, hay una copia
escaneada y ampliada, y colocada dentro de un cuadro en pan de oro, donde se aprecia que
ha sido copiada de un original.
Después de mucho buscar, encontramos que Luis Humberto Delgado Coloma fue el
primero que da a conocer esta carta siendo la fecha de publicación el año de 1963 en un
pequeño libro hoy casi desaparecido y tomado a menos, titulado “Drama del Perú” .
Delgado fue un literato, historiador, pintor y diplomático peruano nacido en 1906 que
realizó estudios en Perú y Francia, con un precedente de haber publicado más de 80 libros
sobre historia peruana y temas de interés internacional, fruto de sus prolijas
investigaciones. También fue conocido por estar involucrado en una serie de confusos
problemas policiales y legales, entre ellos falsificación de documentos.
Como ya habíamos indicado, en 1963 publicó el texto “Drama del Perú” donde al
momento de presentar su “descubrimiento” nos dice: “En el archivo de García Calderón he
encontrado esta carta demoledora, que por primera vez se conoce y doy sin comentario” y
luego da inicio a transcribirla.
Pero hay algo más que añade Delgado en una nota al pie de página, explicando los
motivos de su “descubrimiento” y haciendo un intento de “justificar” su hallazgo nos dice:
Como habíamos explicado, María Josefa de la Fuente vivió solo tres años más después
de haber solicitado el montepío, trámite que culminó la hija menor Margarita y que
obviamente no vivieron en la indigencia en Arequipa; la familia de La Fuente era una de las
más acomodadas de la sociedad de aquella ciudad y María Josefa solo solicitó lo que le
correspondía por derecho.
Pero Delgado nos tiene más “descubrimientos” del archivo de Francisco García Calderón.
En 1965 a propósito del Centenario del Combate del 2 de mayo contra la flota española en el
Callao publica una carta donde José Gálvez le da todo el crédito de la defensa de nuestro
primer puerto a Mariano Ignacio Prado , (sobre esta carta atribuida a Gálvez, el Congresista
Víctor Andrés García Belaunde demostró su falsedad en un riguroso artículo publicado en
la Revista N° 31 del Archivo General de la Nación – mayo de 2016) y después en otro libro a
fines de ese mismo año, “descubre” también cartas en el mismo archivo, de personajes
históricos donde le proponen a Mariano Ignacio Prado a que este viaje a comprar armas en
plena guerra con Chile .
Sobre estas cartas, el historiador Percy Cayo Córdova en el tomo VII de la “Historia del
Perú” de editorial Juan Mejía Baca , demostró su falsedad por la incongruencia que había en
lugares, fechas y personajes, todo ello con la finalidad de elevar y justificar la figura de
Mariano Ignacio Prado. Es curioso encontrar en todas estas cartas publicadas por Delgado
el sistema de fecha actual. Es decir lugar, día, mes y año, y la caligrafía es similar en todas
esas cartas.
Por otro lado es muy extraño que la carta de María Josefa de la Fuente que se encuentra
en el archivo Piérola de la Biblioteca Nacional no se haya tomado en cuenta por los
estudiosos de la historia y se encuentre olvidada, teniendo en consideración que el archivo
Piérola inicialmente fue a parar a manos del historiador Rubén Vargas Ugarte, muy cercano
a Luís Humberto Delgado.
En 1967, Vargas Ugarte en su texto “Guerra con Chile – La Campaña del Sur” había
avalado la publicación de Delgado sobre las cartas de Grau, Cáceres, Montero y García
Calderón que proponían a Prado que viaje al extranjero a traer personalmente armamento.
No obstante este acercamiento entre Vargas y Delgado, no se percataron que Piérola
archivaba la solicitud de doña María Josefa, después de haberla contestado.
La carta atribuida a Bolognesi, y transcrita por primera vez por Luis Humberto Delgado
en “Drama del Perú” no es la misma que encontramos reproducida en los textos ya
descritos, porque difiere en lo siguiente.
Es obvio que el descubridor de esta “carta demoledora”, tuvo a la vista cualquier otro
ejemplar menos el que se encuentra reproducido en el Museo de los Combatientes del
Morro de Arica. Tampoco reprodujo Delgado la parte final de la foto ampliada que hoy
conocemos que termina así: “Abrazos a Melvin” y finaliza: “A los parientes y amigos que
tenemos, muchos recuerdos”.
Creemos necesario conocer en primer lugar si existe un original de esta carta, y si este
existe debe ser mostrada al público y establecer su autenticidad con una pericia caligráfica.
No es dable que un recinto histórico como lo es el Museo de los Combatientes del Morro de
Arica, lugar donde nació Francisco Bolognesi, se contemple un documento apócrifo que
mella su honor y el de su esposa.
Bolognesi y sus oficiales, no necesitan de misivas apócrifas para resaltar su valor, y para
ello debemos de honrarlos guardando su memoria con solo decir únicamente lo que
ocurrió, sin fantasear, sin engañar o en este caso en especial, sin falsificar documentos.
Nuestros héroes del 7 de junio de 1880 siempre estarán presentes porque su legado es
imborrable.