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EL OBJETO DE LA FILOSOFÍA
Se afirma que su objeto es todo lo real. ¿Es entonces una ciencia más universal que las
otras?
Por su objeto material o aquello de lo que trata, abarca todos los seres. De todo podemos
partir para filosofar.
Por su enfoque o Ia luz a través de Ia cual estudia esos seres, es decir, su objeto formal, se
distingue de las otras ciencias, ya que no busca ni Ias características verificables de Ias
cosas, ni sus causas directas, ni su origen inmediato, sino su significado, su sentido último.
Por eso también, usted como alumno de estas lecciones está invitado a comenzar a
filosofar, construyendo su propia definición.
“La filosofía empieza siempre como Ia obertura del Don Juan (ópera): por un tono menor”
ha dicho Schopenhauer. El tono menor es propio de lo triste, lo inseguro o lo emocionante.
De modo que también Ia filosofía es expectativa y vivencia nacida de Ia existencia, que vale
lo que vale para ella.
Todo lo anterior rio significa que la filosofía deba prescindir de su objeto en cuanto éste es
la verdad escondida en Ias entrañas de la realidad; significa que le verdad solo se da como
“verdades” y en contextos de existencia: precario, provisorio, contingente. La filosofía es
tarea humana, demasiado humana. No es algo que influya en Ia vida si no un modo de
conducirla
El objeto o razón del filosofar os problematizar, indagar por los fundamentos, Ia bases, los
sentidos ya constituidos de los eventos que conforman la vida misma, y que llamamos
realidad.
En el libre “Cinco lecciones de Filosofía”, del filósofo español Xavier Zubiri (Ed. Alianza.
Madrid, 1980, p275), el autor muestra como, según lo que considera objeto del filosofar, se
dan diferentes enfoque de lo que es filosofía; en su libro señala no menos de seis de ellas.
TEMAS DE LA FILOSOFÍA
Surgidos de la misma realidad vivida por el sujeto o el pueblo que filosofa, se van
transformando con cada época y circunstancias históricas y culturales.
“Aunque las proposiciones filosóficas puedan tener un aspecto tranquilo, una suerte de
inquietud existencial se oculta en todas ellas; es la vida del filósofo que las pronuncia”
Daniel, Innervarity “La filosofía como una de las bellas artes”. Ed. Ariel Filosofía Barcelona
1995.
Son res los grandes núcleos temáticos que inquietan al hombre y subyacen al pensamiento
filosófico occidental.
Sin embargo detrás de ellos está el problema central de la filosofía de todos los tiempos y
que para los griegos constituía la llamada Filosofía primera o METAFÍSICA: el problema del
ser, sus determinaciones y sentidos.
Preguntas como:
Dichas preguntas, sin embargo, no surgieron así. Los primeros filósofos se plantearon como
problema principal el de la naturaleza.
A través de los cambios de la materia y de sus elementos se preocuparon por su origen... su
unidad… su esencia o principios básicos. Por ello se afirma que los primeros filósofos fueron
cosmólogos de modo que aquí tenemos otro nombre para un sector de Ia filosofía:
LA COSMOLOGIA
Con el tiempo y para abordar esas preguntas iniciales se hizo necesario un saber acerca de
cómo funciona nuestro pensamiento, sus leyes, su modo de acercarse a Ia realidad.
Entonces aparece la LÓGICA. Esta se encontraba unida a una Teoría del conocimiento
porque lo que está en la base de las preguntas anteriores es la pregunta para indagar acerca
de Ia verdad, y para abordarla es preciso asumir una forma explicar cómo conocemos, qué
tanta unidad hay entre pensamiento y realidad. De allí derivan los demás problemas y
temas filosóficos.
Hoy solo se habla de Teoría del conocimiento, o Gnoseología, sino que , con el nombre de
EPISTEMOLOGIA, se conoce el saber que se ocupa de Ia validez y condiciones de
elaboración del conocimiento científico.
Planteadas la Metafísica y Ia Lógica, el hombre pudo mirar entonces hacia sí mismo y surgen
los otros saberes filosóficos con temas específicos, así:
Los conocimientos, las artes, las ciencias, etc… tienen cada uno su propio camino o manera
de proceder. Es lo que se conoce como método; meta: al lado de, en pos de: y todos;
camino.
La filosofía tiene también su propio camino. Hemos reiterado tanto la necesidad de una
mirada personal y critica sobre Ia vida, Ias situaciones, etc… que podría pensarse que se
trata únicamente de hacer comentarios personales, dar opiniones ubres sin seguir ningún
plan, sin orden, sin relación o consecuencia entre las ideas. ¡Pero no! La filosofía tiene
también su método.
A menudo oímos decir que solo la ciencia es objetiva, sistemática, verificable. Pues
también la filosofía, aun cuando tiene un gran componente a partir de Ia subjetividad de
cada uno, que es la constructora de sentido, se vuelve también objetiva, orientada al
mundo.
Este mundo es su objeto, en Ia medida en que se convierte para nosotros en SEP COSMOS,
HOMBRE, MORAL, VERDAD, etc… como lo estudiamos en la lección anterior.
También Ia filosofía ofrece sus conclusiones de manera ordenada, y más allá de Ia sola
especulación, se refiere a cosas concretas y problemas que nos tocan de cerca. El método,
entonces, surge del mismo mundo que nos rodea.
Para seguir cori los ejemplos de la vida de cada día. lo mismo pasa con la amistad, e amor, el
dolor; lugares comunes de todos os seres humanos, pero absolutamente diferentes en cada
historia personal, cultura o generación.
Así que el camino o método de la filosofía es: muchos caminos y métodos: y aun cuando se
trate del mismo, cada caminante va variando la forma de seguirlo (Cambia también el
“caminado”!)
Demos una ojeada a algunos de los más importantes métodos de la filosofía. Lo mismo que
en la ciencia, en Ia filosofía algunos resultados se han logrado como fruto de Ia intuición, del
azar o de la genialidad de los autores eso no es lo habitual y de todas maneras se necesita
un orden, unas reglas un modo e buscar los fines, si se quieren reconocer Ias intuiciones o
validar los descubrimientos.
EI Objetivo de esta exposición rio es que usted los calque, sino que se ,.r ‘ - a su manera
1. LA MAYEUTICA
El término viene de un verbo griego que significa: “dar a luz”, y se relaciona con el filosofo e
la Antigüedad, Sócrates.
Este era hijo de un escultor y una partera, de quienes asumió su vocación pedagógica.
Esto supone que Ia sabiduría está dentro de nosotros mismos y las preguntas solo ayudan
a que salga a Ia luz. El objetivo de Ia mayéutica es que Ia verdad se presente y que cada
uno Ia reconozca.
Por eso se ha dicho que todo buen maestro debe ser, de alguna manera “Socrático”.
EN CONCLUSIÓN
Este método no solo es dialectico porque permite confrontar razones sino porque con él
se puede ir progresando, desde hechos, situaciones y preguntas particulares, a
conclusiones cada vez más generales.
En el transcurso del dialogo, o conversación, suele aparecer el otro componente de Ia
mayéutica, la IRONIA.
Ocurre que hay preguntas que ponen al descubierto Ias propias contradicciones, hacen
patente Ia ignorancia y empujan al discípulo o amigo a buscar Ia sabiduría y al que no lo es,
a poner en evidencia su no saber.
Veamos lo que dice Kart Jaspers, filósofo existencialista de este siglo, al respecto:
“Discutía Sócrates con artesanos, hombres de Estado, artistas, sofistas, etc… Su vida es una
continua conversación con todo el mundo. Pero esta conversación posee un rasgo
novedoso, totalmente desconocido para los atenienses: es conversación que sacude en lo
más profundo el alma de sus interlocutores, desasosiega y avasalla. Desde siempre Ia
conversación había sido la forma de vida del ateniense libre; ahora como instrumento del
filosofar socrático se convierte en algo diferente. Es por naturaleza necesaria para la verdad
misma, que sólo en Ia comunicación de hombre a hombre se hace patente”.
Kart Jaspers. “los grandes filósofos”. T .l. Ed. Suramericana. Bs. As.1971. p111
¡Qué bueno, que de vez en cuando nuestra conversación fuera también socrática…
mayéutica!
2. LA DIALÉCTICA
Este método ha tenido una larga historia en el desarrollo del pensamiento humano, desde
los griegos hasta el siglo XX.
Como lo dijimos antes, de su significado más sencillo: arte de dialogar, surgen as
características que lo han ido constituyendo, es decir Ia necesidad de la confrontación. a
diferencia, Ia contraposición, la oposición.
Algunos autores como Zenón de Elea, discípulo de Parménides (Edad Antigua) quien
sostenía que “solo existe el SER, y el NO SER no existe”, por tanto negaba el movimiento
real: y Heráclito, también en los antiguos, quien afirmaba todo lo contrario: todo fluye,
todo está en continuo cambio o devenir”; ambos, para fundamentar sus tesis acudieron a
la dialéctica y fueron dando así desarrollo al método.
La dialéctica nos enseña a valorar las diferencias, los puntos de vista opuestos, los
conflictos mismos, como fuentes de conocimiento y de progreso.
Platón usaba también Ia dialéctica como Sócrates, a manera de discusión, pero a diferencia
de aquel, vuelve sobre cada pregunta a fin de ir ascendiendo de claridad en claridad, hasta
una verdad, que para Platón está fuera de nosotros, en el mundo de Ias des, esencias, que
es para Platón & mundo verdadero.
Fue sin embargo Federico HEGEL, filósofo idealista alemán, del siglo XIX, quien profundizó y
formalizó la dialéctica como Ia conocemos hoy.
Según Hegel La dialéctica es:
Forma de ser de toda Ia realidad; Todo lo que existe, cambia, evoluciona, deviene,
es decir, pasa de un estado de afirmación: es, parece, está ahí; a otro de negación:
ya no es, parece otra cosa, ya no está ahí; los cuales entran en confrontación,
dando como resultado una síntesis o superación que implica progreso y mejor
conocimiento: puede ser tanto. A como Z, no solo parece sino que también es, está
ahí de distinta manera que antes, etc.
De esta manera la realidad. a vida misma nuestros problemas todo, avanza en ese
movimiento de oposición, superación que otros autores llaman tesis, antítesis, síntesis.
Esto significa que el mundo no es blanco únicamente o negro únicamente; ni bueno o malo,
felicidad o desgracia sino una permanente comunicación de todo, un intercambio lleno de
muchos colores y sabores, porque Ia realidad y nosotros mismos no solo somos
contradictorios sino que por ello Ia vida no solo es polícroma sino también una tarea y un
descubrimiento permanentes.
Método de conocimiento y reflexión.
Si Ia realidad es contradictoria la mejor manera de acercarnos a ella será también desde una
mirada que dé cabida lo diferente y opuesto.
La verdad, para Hegel, no es estática sino que va siendo creada por el sujeto; él mismo se va
construyendo, cambiando, y de esa manera va cambiando también al objeto.
Un ejemplo nos puede ayudar. No sólo cambio yo al mirar una puesta de sol o los ojos de un
amigo, sino que estos, al cambiar mi mirada, hacen que los contemple cada vez de manera
distinta.
La dialéctica nos aleja del dogmatismo, nos señala que SUJETO y OBJETO, en el proceso del
conocimiento, no son dos realidades tan diferentes y opuestas, sino modos de ser de Ia
misma realidad.
Después de Hegel. Marx, su discípulo de pensamiento materialista y en ese sentido muy
diferente a su maestro, aplico Ia dialéctica al mundo social, su principal preocupación y
mostró cómo las contradicciones de clase social, son -para el- motor de Ia historia.
En efecto, para Mark, la TESIS o AFIRMACIÓN era la clase proletaria, que el conoció en
Europa en el siglo XIX; L.A ANTITESIS o NEGACIÓN, era burguesía y de Ia CONFRONTACIÓN
de las dos, surgiría, después de otros momentos de afirmación y negación, la SINTESIS que
sería ese socialismo en el que Marx veía la salida a la salida a la historia injusta de su época.
EN CONCLUSIÓN
No hay una sola dialéctica, y para ser coherente con ella, es necesario ubicarlas según el
autor y la época en que se refieren.
3. METODO CARTESIANO
La denominación se debe a Renato Descartes, racionalista del siglo XVII.
Como en los otros métodos, en Descartes hay gran afinidad entre su modo de hacer
filosofía, su método y el tipo de filosofía que propuso: fundamentalmente centrada en el
sujeto.
Descartes anhela llegar a la verdad, la cual ve como si fuera un edificio sólido y confortable
y se dedica entonces a buscar el mejor camino para su construcción. Comienza por el
análisis de todos los conocimientos que le han dado desde niño, poniendo en duda cuando
ha aprendido: duda metódica: a fin de examinar la firmeza de esos conocimientos, como se
hace con edificios y cimientos.
En esa duda generalizada, descartes encuentra que hay algo de lo que no pude dudar: su
propia duda; porque si duda de ella, no puede seguir dudando: además ella es un hecho,
está ahí. Esto lo lleva a otro hecho: su existencia, su propio yo, pues para dudar debe existir
y pensar. De manera que: dudo… pienso… luego, existo.
A partir de esa primera verdad de su existencia, que encuentra como algo seguro y como
idea clara y distinta. Descartes llega a muchas otras y propone las cuatro reglas de su
método, que presenta en su libro “Discurso de Método”, afirmando siempre que cada
persona debe buscar su propio camino para ir a la verdad.
El proceso idealista y subjetivista iniciado por Descartes, llega a su culminación con el
MÉTODO TRANCENDENTAL de Emmanuel Kant, idealista del siglo XVIII, que no exponemos
acá, pero con el cual se lleva bien lejos la preocupación por la búsqueda de la verdad.