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Emilio L.

Mazariegos

BAJA
V TU CORAZÓN
Emilio L. Mazariegos

BAJA
A TU CORAZÓN

aulinas
«A aquel que me ama, mi Padre le
amará y vendremos a él y haremos mo-
rada dentro de él.»
Juan 14,23

2 a edición: n o v i e m b r e 2000

A la entrañable memoria del HNO. GUILLER-


© PAULINAS 2000 MO FÉLIX, Hermano de las Escuelas Cristianas,
Carril del Conde, 62 - 28043 Madrid
Tel.: 917 218 984 - Fax: 917 595 260 hombre sumergido en adoración del Misterio, apa-
F.-mail: cditorial@paulinns.es sionado por el Verbo Encarnado, enamorado de la
Impreso en Artes Gráficas Car.Vi^s.c.
Madre de Dios, a quien sirvió como «el pajecillo de
ISBN: 84-89021-55-4 la Virgen». Para él, mi mejor recuerdo y cariño.
Depósito Legal: M. 48.145-2000
Printed in Spain. Tmpreso en España.

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Sumergirse como la ranita

Fray Juan de la Cruz está sentado en el locutorio con las


Carmelitas. Una reja les separa. Una fe profunda les une.
Fray Juan, santo y poeta; fray Juan, místico y hombre; fray
Juan, creyente con una gran INTERIORIDAD, está feliz
hablando de Dios. Dios va y viene del alma de Juan al al-
ma de las Carmelitas; Dios es la Razón de sus existencias;
Dios les hace libres como el cóndor; Dios les hace dicho-
sos como nadie. Nunca una comunicación, entre rejas, fue
más profunda, más íntima, más honda. Juan y las Carmeli-
tas son libres en el Espíritu.
En un momento del diálogo, una hermana le pregunta a
fray Juan que por qué en el fondo de la huerta siempre hay
una ranita, junto a la laguna tranquila y bella. La hermana
no entiende que, cuando ella llega con todo cuidado, la ra-
nita «da un salto», se zambulle, «se sumerge» en la laguna
y desaparece. La hermana quiere saber por qué no se que-
da fuera, en la tierra, donde estaba. Y fray Juan comenta.
Comenta que «la ranita» se sumerge en la laguna, entra
en el fondo, en lo profundo, porque «tiene miedo», y tiene
miedo porque «está en la superficie», a la intemperie. La
ranita se sumerge para encontrar «seguridad», cobijo, esta-
bilidad. Allí, en el fondo, se siente segura, firme y no tiene
miedo. Está «en sus raíces», está en lo profundo y desde
allí enfrenta sus problemas: el problema de la superficie.
La hermana abre sus ojos, grandes como soles de me-
diodía, y luego entiende lo que dice el Santo de Fontiveros:

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Son temas «nucleares», que llevan a centrarse en el Cen-
«Hermana, seamos como la ranita, bajemos al fondo del
alma, bajemos al corazón, a lo profundo, porque allí está tro, a no perderse, a quedarse con lo esencial. «Baja a tu
DIOS y allí estaremos seguros, firmes, sin miedo. Desde corazón» quiere ayudar a encontrar las raíces de la vida y
el fondo del corazón se ve, se siente, se recrea el alma, se vivir desde esas raíces verdaderas y seguras del hombre.
es feliz. Desde la superficialidad, desde lo externo, lo de Es un reto al hombre de final de este siglo tan amena-
fuera, el corazón se siente mal, inseguro, con miedo. Y te- zado por la muerte, por la experiencia de lo temporal, de lo
me enfrentar los problemas de la vida. Como la ranita, her- relativo, de lo que se acaba. Un reto al hombre que vive en
manas; como la ranita bajemos al corazón que allí encon- la superficie, en lo de fuera, en lo exterior, a la intemperie.
traremos morada: DIOS NUESTRA MORADA.» Un hombre amenazado por el miedo, la ansiedad, la an-
gustia o la depresión; un hombre inseguro, inestable, sin
«Baja a tu corazón» es una invitación a entrar mar- permanencia, que ha construido su casa «sobre arena»; un
adentro de uno mismo, de su ser más profundo, del centro hombre que «pasa» por la vida, pero que muchas veces
del alma, del fondo de la vida. Es una invitación a descu- «no vive» la vida.
brirnos por dentro, a interiorizarnos, a vivenciarnos, expe-
rimentarnos en esa «zona de soledad» que todos llevamos Al tocar con las yemas de los dedos de las manos el Ter-
dentro y en la que somos «en espíritu y en verdad». Esa zo- cer Milenio que nos llega, es momento clave el preguntar-
na del ser en la que Dios habita, se hace entrañable, cerca- nos: ¿Acaso el placer, el tener, el poder, el parecer... llenan
no, íntimo, amigo del alma. Entrar dentro es bajar o subir de felicidad y seguridad la vida del hombre? ¿No es mo-
al centro del corazón donde habita el Padre que nos ama; mento de SER? ¿No es momento de buscar en Dios el ori-
donde mora el Hijo que nos salva; donde ha puesto su mo- gen de la vida, de tomar a Dios como el «compañero del
rada el Espíritu que nos vivifica. En lo profundo está la alma» en este camino de la vida, de poner los ojos en Dios
Trinidad, que se hace vida de nuestra vida, ser de nuestro como la meta de la existencia? Un Dios que nos habita,
ser, corazón de nuestro corazón. Descubrir ese tesoro es- que mora, que nos quiere, que nos llena, desde dentro, des-
condido es el reto de «Baja a tu corazón». El reto de «ven- de el corazón, de paz, gozo y felicidad; que nos llena de se-
derlo todo» por la alegría que da «haberlo encontrado guridad, de fuerza interior, de alegría en el vivir. Dios está
todo». con nosotros, y es tan nosotros que «nosotros somos El».
«Baja a tu corazón» quiere ayudar a ORARA SOLAS; Descubrir esta realidad es haber dado con el SENTIDO
quiere ayudar a «HACER DESIERTO»; quiere ayudar a DE LA VIDA.
tener unos días de EJERCICIOS ESPIRITUALES solo Abro mis ojos a María, esta mujer única; abro mis ojos
donde el creyente se centra en Dios. Estos 18 temas a esta mujer y esposa; a esta virgen y madre; a esta cre-
(18x2=36 capítulos) presentan las COORDENADAS de yente que abrió su corazón a Dios en Jesús; a esta mujer
una experiencia profunda de Dios, en el fondo del corazón. que guardaba en su corazón todo ese misterio deslumbran-

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te y maravilloso de Dios; lo guardaba y lo meditaba; lo
guardaba y lo vivía; lo guardaba y lo irradiaba. Que Santa
María del Corazón profundo y feliz nos ayude a descubrir
el ser más hondo de lo que somos como PERSONAS: el
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ser hijos de Dios, hermanos de Jesús y amigos del Espíri-
tu Santo dentro de nuestro corazón. Se trata de querer y sa-
Nómada de Dios
ber BAJAR al corazón; bajar para luego SUBIR la vida a
la dignidad de hombres y mujeres amados por Dios.
Me resisto a creer que estoy en la vida «porque sí»; a
creer que ha sido la casualidad, o la suerte, o la desgracia,
quienes me han puesto en la historia. No creo que soy co-
mo una flor silvestre, ni como un gorrioncillo, que hoy son
y mañana desaparecen. Me resisto a creerme como una ho-
ja de otoño que arranca el viento y juega con ella hasta per-
derse. Me resisto a verme aquí, en medio de la vida, como
un ser más, como alguien que está aquí para comer, traba-
jar, dormir, disfrutar, «dolerse muchas veces», y al final
desaparecer y entrar en la nada, en el absurdo, en el vacío.
Me resisto a «vivir para morir».
Siento dentro de mí una llamada a la altura, a la supe-
ración, al infinito, a la lucha por mantener mi dignidad de
persona humana. Siento dentro de mí una voz que me di-
ce: «Camina, busca, peregrina, ábrete rutas en la vida, le-
vanta los ojos y mira el horizonte, la vida es bella y tienes
que construirla: Vive». Y siento que mi vida es «vida sin
término», vida que no se acaba, vida que proyecta esa In-
mortalidad que llevo dentro y que da sentido a mi existen-
cia. Siento dentro de mí ganas de creer, de volar, de arries-
gar, de ser yo mismo, de forjar mi personalidad, de tener
mi identidad propia. Siento y busco.
No; no busco fuera de mí. He aprendido que todo lo
esencial, todo lo que vale, todo lo hermoso y bello está
dentro de mi, en mi interior: en el corazón. Para mí subir es

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bajar; o bajar es subir. Quiero saberme por dentro, quiero
descubrirme por dentro, quiero llegar hasta el fondo de que la búsqueda de Dios es descubrimiento constante, epi-
«mi laguna» y ser esa ranita que se zambulle, sumerge, se fanía diaria, revelación gozosa. Dios es el eternamente jo-
lanza hasta el fondo. Sólo en el fondo está la vida, lo que ven que rejuvenece.
es verdadero y auténtico, lo que me hace sentir hombre. Nómada de Dios voy por la vida. Nómada de los mil
Pero no un hombre cualquiera: un hombre con raíces, un caminos, de los mil rostros de Dios. Nómada como Abra-
hombre creado a Imagen y Semejanza de Dios. Esta es la ham, que lloró de gozo al encontrarse en la noche con mi-
pasión de entrar dentro de mí, pues ese Dios no está fuera llones de estrellas; nómada como Jacob, que peleó con
pues «en él vivimos, nos movemos y existimos». Dios, cuerpo a cuerpo, y se ganó su bendición; nómada de
No; no quiero ser sedentario. Aburre el instalarse en la Dios como Moisés, deslumhrado por la inmensidad del de-
vida, el dejarse caer en la gran siesta de la vida. Mi vida sierto y el fuego de la montaña; nómada de Dios como Da-
tiene dinamismo, fuerza, energía interior. Y no viene de vid, Samuel, Jeremías..., hombres al ritmo de Dios; nóma-
mí: viene de ese Dios de la vida. Mi vida está impulsada da de Dios como Elias, el profeta de fuego; nómada como
por Dios y él mismo le llama a vivir, a ser libre, a mover- Juan el Bautista, libre como la inmensidad del desierto;
me, a ponerme en camino... hacia el corazón. Porque mi nómada de Dios como los millones de hombres y mujeres
corazón vive, mi corazón está habitado por esc Dios- en la historia que hicieron peregrinación hacia el Absoluto
Amor, ese Dios-Vida, ese Dios-Libertad. Siento como una de sus vidas: Dios.
llamada a salir de mí mismo, a hacer éxodo, a llegar a esa No, no soy solitario en la vida. Me siento racimo, espi-
Tierra Prometida que es el mismo Dios: Dios en la tierra ga, pueblo. No; no camino en búsqueda de Dios a lo que
de mi corazón. salga. Voy caminando apoyado en la fe, avivado por la es-
peranza, fortalecido por la caridad. Camino apoyado en el
bordón de la Palabra de Vida, en el báculo del mensaje de
Siento en mi vida alas; alas con capacidad de búsqueda,
la Iglesia, en la fuerza de una tradición maravillosa. Cami-
de plenitud, de ir más allá de mí mismo. Porque en eso en-
no en grupo, en comunidad, en Iglesia. Este es el seno, el
cuentro la razón de mi vida: ser yo mismo más allá de mí
clima, el ambiente para mis pasos, para mi búsqueda. Me
mismo. Ser yo mismo desde Dios. Esta es la gran pasión,
dejo guiar por la sabiduría y madurez de mi Madre, la Igle-
la gran aventura de mi vida, la fascinación y deslumbra-
sia, que me acompaña cada día en su liturgia, paso a paso.
miento jamás soñado. Porque en Dios es cuando soy hom-
Camino seguro.
bre; en Dios es cuando yo soy vida; en Dios es cuando yo
Soy nómada con mis hermanos nómadas. Formamos la
soy libre; en Dios es cuando yo soy yo mismo. Cuanto más
comunidad de los que en la vida hemos puesto a Dios co-
él, más yo; y cuando más yo, más él. Es el misterio de Dios
mo Centro, Valor, Sentido de todo lo que somos y hace-
y el misterio del hombre. Misterio que hace vivir; vivir sin
mos. Llevamos como Guía la Nube luminosa del Espíritu
aburrimiento, sin monotonía, sin flojera ni desgana. Por-
que dirige y alienta nuestra marcha. Llevamos caminando

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con nosotros al Peregrino del alma: Jesús, el Señor. Cami-
na con nosotros y hace paso de nuestro paso; caminamos
juntos con él y hace sentir nuestros pasos como ciertos, se-
guros, con rumbo. Somos nómadas y llevamos la Tienda -2-
de campaña con nosotros; Jesús mismo es el Dios que ha
acampado entre los hombres, que está a gusto a nuestro la- Salmo del Nómada de Dios
do.
En este camino, cuanto más entro dentro de mi cora-
Cuando toco el fondo de mi alma
zón, más me siento en comunión con mis hermanos. En es-
y me quema la aridez de mi desierto;
te camino, cuando más doy la mano al hermano, más ne-
cuando busco la fuente de agua viva
cesito fuerza interior para ayudarle. Es un camino solo y
y descubro que Tú no estás por dentro;
acompañado; camino lleno de soledad y compañía; cami-
entonces mis alas se resisten
no lleno de silencio y palabra; camino lleno de aquí y del
a seguir perdido en este punto muerto.
más allá; camino con las realidades temporales que se
abren en ritmo eterno; camino de hoy y de mañana; cami-
no tan antiguo como nuevo; camino sin camino porque se No quiero ser un hombre sedentario,
hace el camino al andar. Nuestros caminos, son «sus cami- agarrado a esta tierra como un preso;
nos»: los del Espíritu. no quiero vivir entre barrotes,
que esclavicen mi vida, sin sendero;
Me siento feliz porque sé que mi vida tiene origen, ca-
quiero ser gaviota blanca y libre
mino y meta. Me siento feliz porque sé de dónde vengo,
que abre sus alas y lucha contra el viento.
por dónde voy y hacia dónde quiero llegar. Me siento feliz
porque Alguien, Jesucristo, es el mismo ayer, hoy y siem-
Hay una voz que viene de lo alto,
pre. Me siento feliz porque las cosas las siento relativas,
una llamada que arranca desde el cielo;
como de paso, como algo para servirme de ello en lo im-
una Palabra que quema cuando toca
prescindible. Feliz porque no son las cosas la razón de mi
las entrañas profundas de mi-dentro.
existencia. Feliz porque los hermanos son lo fundamental
Es una llama que llama sin oírse,
de mi vida; feliz porque Dios es lo esencial, lo definitivo
de mi vida. Nómada que busca y vive al Dios ya encontra- y que enciende el alma en un vivo fuego.
do en JESÚS.
Eres Tú, oh Dios, el Absoluto;
eres Tú, oh Dios, un Dios eterno.
Eres Tú, la Zarza viva que me arde
y que deja descalzo mi pie entero.

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Eres Tú, quien deslumhras estos ojos,
que al mirarte te miran como ciego.
- 3 -
A pie descalzo camino, paso a paso,
y apoyado en mi bordón sigo ligero En busca de Transcendencia
en busca de tu Rostro escondido
en la nube de un pesado velo.
Quiero ser tu Nómada, oh Dios mío, Si yo cortase las alas al pájaro, no le dejaría volar; le
buscador de esos ojos que no encuentro. quitaría aquello que es más suyo. Si cortase al río el ma-
nantial, le dejaría en aguas estancadas y con el tiempo le
Quiero ser peregrino, noche a noche, llevaría a la muerte. Si cortase la raíz del árbol mataría to-
de las mil estrellas de tu Cielo, da vida en él. Si quitase a una casa sus cimientos, derrum-
y leer en el brillo de tus ojos baría la casa. A nadie se le ocurriría querer tapar con un
la luz eterna que irradias de tu pecho. dedo el sol.
Peregrino, día a día, quiero ser, Y yo soy ese pájaro que nació para volar y necesita de
hasta que toques lo profundo de mi seno. sus alas. Y soy ese árbol que fue plantado para dar fruto y
necesita de la raíz. Y soy ese río que necesita del manantial
Quiero trascender la tierra donde habito, para ser dinámico y fecundar, a su paso, los campos. Y soy
y cruzar los mares en alas de un velero; esa casa que, para permanecer en pie sólida, necesita de
quiero navegar al soplo de tu Espíritu esos cimientos seguros. O soy ese pez que necesita del
hasta perderme en tu mar de azul intenso. agua para poder vivir, nadar, ser él mismo. De ninguna ma-
Perderme en ti, Señor del Hombre y de la Historia, nera se me ocurre querer tapar el sol con el dedo.
para encontrarme en tus brazos bien despierto. He descubierto, porque he buscado, que Dios es «esas
alas» para poder volar; que Dios es «ese manantial» para
Nómada de Dios, voy por la vida; tener vida; que Dios es «esa raíz» para poder dar fruto; que
Nómada que busca y sufre, sin saberlo, Dios es «ese cimiento» de mi casa para poder habitar en
la raíz, el origen, las huellas de mi paso ella. Si vivo sin alas, tapo el sol con el dedo. Si vivo sin
por esta vida donde me siento prisionero. manantial, tapo el sol con el dedo. Si vivo sin raíz, tapo el
Alienta, oh Dios, alienta mi camino, sol con el dedo. Si vivo sin cimientos, tapo el sol con el de-
que llegar hasta ti, busca este romero. do. No quiero ser ridículo, no quiero ser fantasioso, no
quiero ser absurdo y ciego. Tal vez la única manera de ta-
par el sol con el dedo sea el cerrar los ojos, el «taparme» a

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raí mismo los ojos. ¡Los ojos fueron hechos para ver la vida. Gracias porque en mi vida dejaste la tuya; porque me
luz! tuviste, y tienes, en la palma de tus manos y me cuidas con
En busca de Transcendencia anda este nómada en la vi- ternura y cariño. Gracias porque me tejiste, fibra a fibra,
da. En busca del Absoluto, del Totalmente Otro. En busca en el seno materno. Gracias porque me hiciste nacer, co-
de Dios. Una búsqueda que es tan larga como la vida; una menzar a existir fuera del seno materno. Gracias porque
búsqueda que, cuanto más se encuentra, más apasionante cada latido de mi corazón tú lo alentabas, y cada respira-
se hace esa misma búsqueda. Porque no es una búsqueda ción, tú la sostenías, y cada paso que aprendía a dar, tú lo
de Dios intelectual. Es una búsqueda vivencial, existen- cuidabas. Todo mi ser de niño lo cuidaste más que una ma-
cial, experiencial. Dios no es una teoría; Dios es una Vida, dre. Era tu obra».
Vida eterna. Es una búsqueda que crea en mí mayor espa- Y le digo a Dios: «Gracias porque me hiciste mucha-
cio de libertad, pues se agranda mi existencia. Es una bús- cho, porque llenaste mi corazón de fuerza y de mil ilusio-
queda que rompe las vallas, las cercas, el límite. Es una nes; gracias porque me hiciste crecer, y porque me fuiste
búsqueda gozosa: el gozo de verse libre en el Dios de la vi- aupando, palmo a palmo. Gracias porque me rodeaste de
da, de la Libertad. una familia, de cariño, de cuidados, de seguridad. Gracias
Yo puedo ir por la vida con los ojos abiertos y los ojos porque me llevaste a ser adolescente y me metiste en ritmo
vendados. De las dos maneras puedo caminar. Pero si lle- de cambio, de encontrarme conmigo mismo, de ser yo
vo los ojos vendados voy ciego, no sé por dónde ando, no mismo. Gracias porque me llevaste a conocerme, a enfren-
tengo dirección, rumbo, meta. Si voy con los ojos abier- tarme con mi realidad de hombre. Gracias porque en ti en-
tos, tengo delante de mí lo mismo que andando con los contré a Alguien que me comprendió, acogió y perdonó».
ojos tapados, pero veo todo, me sitúo, encuentro camino, Y le digo a Dios: «Gracias por mis años jóvenes, por la
no me golpeo con las cosas. Algo así es la vida en «clima» ilusión, la alegría, la fuerza interior a la hora de vivir. Gra-
de transcendencia, de haber encontrado a Dios; y la vida cias por situarme en la vida y ayudarme a encontrarme den-
en clima de la no-transcendencia, una vida sin Dios. Crea tro de la sociedad. Gracias por los proyectos, la vocación, el
en él o no crea, Dios está en la vida. Su presencia es inde- plan de vida que pusiste en mis manos. Gracias por abrir mi
pendiente de que crea en él o no crea. Pero la vida es total- corazón a los problemas de los hombres y ayudarme a dar
mente diferente; con Dios, es una vida con sentido, con el paso en ayuda verdadera. Gracias porque me encontré
plenitud, con «razón de vida». Los ojos de la fe me abren contigo, en tu hijo Jesús; gracias porque aprendí a hacerme
a este clima nuevo en el que me sitúo. Los ojos de la fe me hombre según su estilo de vida. Gracias porque aprendí a
llevan a vivir la vida desde la Vida. vivir desde la cruz y la resurrección; gracias porque apren-
Y le digo a Dios: «Gracias, Dios mío, porque existes, dí a contar con la fuerza de tu Espíritu de Vida».
porque vives, porque eres Dios. Gracias porque me amas- Y le digo a Dios: «Gracias por haberme hecho adulto.
te y me diste el ser; porque me amaste y me llamaste a la Gracias por esa seguridad y capacidad de ser para los

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otros. Gracias por esa capacidad de dar amor y recibirlo.
Gracias porque tengo la certeza que mi vida no ha sido una
casualidad, ni una lotería, ni una suerte. Gracias porque he
aprendido «en tu clima» a ver todo desde la Gracia, la Ver- -4-
dad. Todo ha sido Gracia, todo ha sido un don tuyo. Gra-
cias, porque sé que mi vida tiene proyección hasta la Vida Salmo en busca de Transcendencia
eterna. Gracias porque contigo, Dios mío, todo tiene senti-
do, todo tiene solución, todo tiene respuesta. La Respues-
ta es tu Hijo Jesús». Hoy toco con la yema de mis dedos
el muro de esta vida en la que vivo;
Existen muros que no dejan ver el horizonte; existen y siento que las alas de mi cuerpo
vallas que quitan toda la libertad; existen cercas que escla- no se abren con el ritmo de Infinito.
vizan, amarran, oprimen, angustian. Son esos «barrotes» Las huellas de los pasos que yo dejo
que puedo poner en mi vida en la que me enjaulo, me que- el viento se las lleva sin destino.
do prisionero de mí mismo. Es el barrote del dinero como
el dios de todo; el barrote del placer por el placer, como el ¿Quién soy yo?, me pregunto en silencio.
clima para todos; es el barrote del parecer, de la imagen ¿Quién soy yo?, y no sé cómo decirlo.
como el podium donde recibo aplausos; el barrote del po- ¿Quién soy yo?, y se nubla en el espejo
der, del dominio, de la esclavitud del otro. Esos barrotes este rostro, sin rostro, que es muy mió.
quitan al corazón las alas y no le dejan transcender. ¿Quién soy yo?, ser que vive a la intemperie
Cuando el corazón no tiene deseos de búsqueda de y que entre sombras vaga bien perdido.
Dios; cuando el corazón no tiene hambre y sed de Infinito;
cuando el corazón no tiene ganas de buscar Inmortalidad, ¿Dónde están las raíces de mi vida?
Eternidad... algo dentro está golpeando, prisionero, heri- ¿Dónde está el manantial de mi río?
do, maltratado o muerto. La búsqueda de Dios pasa por la ¿Dónde la roca firme de mi casa?
búsqueda de uno mismo; y el problema de Dios, es proble- ¿Dónde, Tú, oh Dios, estás escondido?
ma del hombre. Necesito encontrarme conmigo mismo pa- ¿De dónde vengo? ¿Quién me dio existencia?
ra encontrarme con Dios. De mí, transciendo a Dios. Quiero ver las manos de quien me hizo.

Aquí estoy en la vida y no encuentro


en los pasos de mi andar, el camino;
y busco como loco tus pisadas,
que me llevan en busca de un sentido.

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¿Eres tú, oh Dios, aquél a quien yo busco?
Si eres tú, oh Dios de los hombres, dímelo.
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Quiero llegar, Señor, hasta la meta
y romper con mi pecho el fino hilo Desde la Armonía de la persona
que separa al hombre de lo eterno
y lo deja en sus aguas sumergido.
Toma estos remos, oh mi Dios, deshechos, Es importante, a la hora de orar, tener claro lo que es
y juega con mi barca sin arribo. oración interior, oración del corazón. Porque la oración
tiene que arrancar desde mi propia vida, desde mi realidad,
Quiero romper la tela de este cuerpo, desde mi existencia. Cuando oro a Dios levanto a Dios mi
y subir desde el fondo del abismo; vida y la pongo en sus manos, la sumerjo en su corazón.
quiero volar en alas de tu viento Cuando oro dejo que Dios entre en mi corazón y penetre
cuando sienta en mis pies el precipicio. en mi vida. En la oración Dios penetra mi corazón y yo pe-
Quiero con fuerza agarrarme a tu pecho netro el corazón de Dios. Dios y mi corazón se funden, se
y sentirme a tus alas protegido. fusionan, se hacen uno solo. Dios desciende y entra en mi
vida; yo asciendo y penetro en la vida de Dios. ¡Apasio-
¿Dónde estás, oh Dios?... Escucha mi llanto. nante aventura eso de orar!
¿Dónde estás, oh Dios?... Acoge mis gritos. La oración auténtica supone una bajada a mi realidad, a
Tengo sed de ti, de tus Aguas vivas, mi corazón. Porque debo orar en espíritu y en verdad. En
como tierra al sol, en campo baldío. espíritu, desde lo profundo, lo auténtico; y en verdad, des-
Tus ojos, tus manos, oh Dios, yo busco de mi historia personal. En espíritu, es decir, movido por el
como busca el ciervo el agua del río. Espíritu Santo; y en verdad, con Jesús el único camino ha-
cia la Verdad del Padre. En la oración del corazón todo mi
En tu mar adentro; en tu mar, oh Dios, mundo interior se despierta, se levanta, se conmueve. Al
dejo el corazón —es tuyo-, rendido; orar-dentro, se me abren los ojos del corazón y me veo co-
llénale de estrellas, Dios, y de aromas, mo soy en realidad; se me abren los oídos interiores, y es-
y embriaga mi alma de tu cariño. cucho mis voces profundas; se despierta mi olfato, y soy
En la vida soy tu pobre romero, más sensible a lo escondido, a lo oculto; se agudiza mi
que al decirte: ¡DIOS!, se siente querido. gusto, y llego a saborear lo interior y escondido. En la ora-
ción interior todo mi ser se pone en vigilia, se pone a flor
de piel y vibra todo él. Soy yo mismo el que ora.

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La oración del corazón, la oración profunda, me lleva me, de integrarme. Y me integro y armonizo MIRANDO
al CONOCIMIENTO PERSONAL. Todo mi yo queda A JESÚS. Le veo a Jesús humilde, y luego me miro orgu-
desnudo, poco a poco; todo mi yo se va abriendo en sus lloso, vanidoso; pero no me desanimo, sino que le vuelvo
grandezas y miserias, en sus luces y sombras, en sus limi- a mirar y le pido gracia para ser humilde. Le miro a Jesús
taciones, en sus heridas, llagas, deseos y tendencias pro- bueno, generoso y me alegra de que sea así; luego me mi-
fundas. Todo mi yo se va haciendo mío en la medida en ro y me veo ruin, egoísta. Esto no me desanima, sino que
que Dios va entrando en mi interior y lo ilumina en la luz le pido lo que me falta para llegar a ser como él. Este es el
del Espíritu Santo. El conocimiento de mi arcilla, de mi auténtico conocimiento personal que anima, que lleva gra-
barro, de mi nada, me lleva a sentirme pequeño, anonada- cia y paz, que es capaz de integrar mi ser «en el ser de Je-
do, humilde ante Dios que lo es todo. Entonces no me que- sús». Conocerme en referencia de Jesús, he aquí el gran
do con mi barro, sino que lo pongo en las manos del Alfa- reto, para el cambio, de la oración interior.
rero, Dios, para que realice la Obra que sueña conmigo. El Y a la luz de Jesús, modelo del hombre, Plenitud del
gran fruto del conocimiento personal es la HUMILDAD, hombre, realizo mi oración cristiana, y no otra. En Jesús,
base de la oración. La humildad como camino de hacer la bajo el ritmo de su Palabra, de su Evangelio, voy haciendo
Verdad sobre mí mismo. reconstrucción, unidad de todo mi ser. Su luz, su verdad,
en proceso largo, va quitando la confusión y mentira de mi
En ese conocimiento personal veo mis dimensiones mente. Su amor y misericordia va dando sentido a mi mun-
dispersas, en desarmonía; veo la desunificación, la falta de do afectivo y lo va haciendo capaz de dar amor y recibir
integración de mi corazón. Me veo como un ser roto, dis- amor. Su fuerza, su poder en el Espíritu, va trabajando mi
perso, dividido y contradictorio. Veo las tensiones inter- voluntad y fortaleciéndola para hacerla libre a la hora de
nas, las luchas, las peleas de mi Caín y Abel que se agarran escoger, de tomar decisiones. Decisiones según la volun-
y golpean en el corazón. Y siento la necesidad de orientar, tad de Dios. Mente-afectividad-voluntad se van purifican-
de re-orientar mi vida, de buscar la pacificación interior, la do, iluminando, integrando y así dando fuerza al hombre
liberación interior, el silenciamiento interior. Toda esa interior.
confusión en la que me veo; toda esa debilidad en la que A la luz de Jesús y su Evangelio voy buscando la libe-
vivo; toda esa agitación en la que me descubro, ése soy yo. ración, la purificación de mi cuerpo, de mis sentidos, de
Y el conocimiento personal me lleva a aceptarme, ante mis tendencias flojas hacia abajo; purificación de la carne
Dios, en su misericordia como realmente soy. Aceptarme para vivir según el espíritu. La gracia de Jesús me va dan-
para saber entenderme y tratarme. Sigo siendo el mismo, do capacidad de autodominio de mi cuerpo, capacidad de
pero ya «yo mismo entero». superación, de lucha, de sacrificio, para que el cuerpo sea
No; no me desanima el hecho de conocerme. Al contra- instrumento dócil para la expresión del espíritu interior.
rio, me alegra pues es camino de arreglarme, de controlar- Mi alma, mi espíritu profundo, va buscando el Centro, el

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pilar en quien asegurarse. La fe se va avivando y se hace
más sólida al ritmo de la Palabra; la fe lleva mi corazón a
centrarse en Jesús y su Evangelio; a relacionar mi alma -6-
con Dios, por medio del único Mediador: Jesús. Cuerpo y
alma no son dos realidades opuestas, sino integradas, her- Salmo en clima de Armonía
manas, unificadas.
Así, en la oración, voy buscando la armonía de mi per-
sona total: Mente-afectividad-voluntad-cuerpo-alma. Ese Quiero levantar a Ti mis ojos,
ser que soy en dimensiones, se hace ser unificado bajo la y sentirte a mi lado, en cercanía;
acción del Espíritu Santo que lo transforma en Jesús. Mi Compañero del alma, en el camino,
persona se va transformando, conformando, unificando y Caminante que nunca se fatiga.
armonizando con la de Jesús. Es el «ya no soy yo el que vi- Ven, oh Dios, y penetra esta corteza,
ve, es Cristo el que vive en mí». Así, en proceso largo, mi que no deja penetrar tu lluvia fina.
vida se centra en el Centro, se queda, poco a poco, con lo
esencial, se hace dueña de sí misma. Un ser unificado se ¡Me siento tan disperso, oh Dios del alma,
vuelve capaz de enfrentar problemas con las energías uni- cuando quiero elevarme sin medida
das de toda su persona. Un ser unificado se capacita para hasta tus manos que se abren como Padre,
orar más desde el fondo, para abrirse camino hacia la con- y me acogen bañándome en caricias!
templación. Roto estoy y perdido entre las cosas,
La oración exige unidad de la persona; pero también va sin fuerzas, sin coraje y valentía.
armonizando la persona. La oración pide concentración,
atención profunda, para estar en lo que se está. La misma Cuando quiero centrarme en Ti, no puedo;
oración va dando esa capacidad de concentrarse, de estar- cuando quiero ser tuyo, soy la risa
se en lo que se está. Todo un camino maravilloso para irse de esta vida dispersa que yo llevo
transformando como persona en la PERSONA maravillo- siempre al ritmo, sin ritmo, de la prisa.
sa de Jesús: Armonía del hombre. Hoy quiero hacer stop en mi camino,
Quiero sentirme unido, en armonía.

Quiero ser yo, unificado,


que integre cada poro de su vida;
quiero ser yo, desde mi pobre corazón,
tan frágil y tan pobre como arcilla.

26 27
Quiero ser ante ti, Señor Dios nuestro,
un surco abierto que espera tu semilla.
-7-
Ilumina con tu luz esta mi mente,
que en su noche sin luna está perdida;
En clima de soledad y silencio
sosiega el corazón que arde salvaje,
y se quema y se pierde hecho cenizas.
Derrama tu poder sobre mis hombros, La lectura de buenos libros, sobre todo que partan de
y esta frágil voluntad, fortifica. una experiencia sobre la oración, es muy importante. Es
preciso aclararse sobre un tema tan delicado como es la
Abre mi espíritu que busca el Infinito, oración interior o del corazón. Es importante «saber bajar»
y vigoriza sus venas que casi están vacias; al corazón para orar allí en el Espíritu que habita el cora-
dame sed de ti, de lo que Tú eres, zón del creyente. Es importante también un guía o una co-
y haz que brote en mi alma el Agua viva. munidad de oración que ore y haga discernimiento oracio-
Ya no soy, Señor, yo aquel que vive; nal. También es importante para llegar al corazón tener co-
eres Tú la Vida del alma mía. mo base humildad y caridad; son dos coordenadas que
autentifican la oración, le dan un signo de verdad. Toda
Serena este mi cuerpo cansado, una pedagogía oracional está al servicio del orante.
y acalma con tu paz mis nervios que porfían Pero la oración del corazón tiene un Maestro único: el
y quieren agitar las aguas de mi lago, Espíritu de Jesús; Espíritu que actúa en la oración por me-
para que mi barca no arranque de la orilla. dio de la Palabra de la Verdad; Espíritu que tiene su clima
Tu paz, Señor; tu paz en plenitud yo quiero para ser oído, para dejarle actuar. Es el clima de la SOLE-
y abrir mi corazón a tu sonrisa. DAD y el SILENCIO. La misma soledad se convierte en
pedagogo oracional; el mismo silencio crea espacio para la
Unifica, Señor, mi ser entero, escucha del Espíritu de Dios que se manifiesta en la ora-
y que todo mi yo se haga subida ción. La soledad es un espacio más amplio que el silencio;
a la Montaña santa donde Tú te escondes, el silencio mismo es fruto de la experiencia de la soledad
donde en silencio y soledad habitas. frecuentada con insistencia. La soledad, ya sea ambiental,
¡Oh Dios, mi Armonía y mi Belleza, ya sea interior, prepara la experiencia del encuentro con
el Clima donde mi ser se unifica! Dios. Una soledad buscada y amada; un silencio querido y
saboreado.
El hombre de hoy es ruidoso; marcado profundamente

28 29
por los ruidos que le aturden, le agitan, le crean confusión, corazón. Porque del corazón sale todo lo bueno y lo malo;
le desestabilizan, le desasosiegan y dispersan. El hombre en el corazón se forja la vida y la muerte; en el corazón se
ruidoso, ya sea a nivel de espíritu o de ambiente es el hom- gestan la felicidad o la desgracia. Somos lo que es nuestro
bre con DEPENDENCIAS, esclavo de mil cosas, hechos, corazón. Un corazón hecho a la medida de Dios; un cora-
personas, hábitos. Es el hombre que no sabe concentrarse zón que sólo lo puede llenar Dios mismo. Los nervios, las
porque está dividido, perdido. Es el hombre que ha perdi- tensiones, las agitaciones, las confusiones, tienen un lugar
do su identidad personal. donde pueden ser sanados: la soledad como clima para
La soledad es un lugar de encuentro consigo mismo; un orar, para relacionarse con el Dios que nos desborda, pero
lugar de descubrir todo lo postizo, lo «añadido», lo que no que nos llena en el interior. El orante ama la soledad pro-
es nuestro. En la soledad el hombre se queda a solas con lo funda.
que realmente es; no con lo que tiene, o parece. La soledad Cuando oro, lo importante no es lo que yo digo a Dios;
le lleva al despojo, a lo puro, a lo auténtico, a lo original y lo que importa es escuchar lo que Dios me dice. Voy a la
verdadero. Después de largas experiencias dolorosas de oración para descubrir el rostro de Dios y acoger su Volun-
soledad, al final el hombre se encuentra solo en el desierto tad divina que él mismo me manifiesta a través de la Pala-
de la vida con su pobre barro que grita a Dios misericor- bra orada, meditada, contemplada, o sencillamente leída.
dia. La soledad unifica, armoniza, integra la persona. La El clima para esta escucha es la actitud de SILENCIO. Un
soledad serena, suaviza, relaja, libera. Quien no ha pasado silencio exterior que ayuda a concentrarse, a estarse en
por experiencias de soledad profunda, difícilmente ha lle- unidad; pero más aún, un silencio interior que solamente
gado al fondo de su corazón, donde habita Dios. bajando al corazón se consigue sentir y experimentar. Dios
La soledad es un lugar de encuentro con Dios; lugar mismo es muchas veces silencio.
donde se realiza la experiencia del Dios del corazón, del
Dios al que se llega en espíritu y en verdad. La soledad es En clima de soledad, bajo un estado de silencio interior,
el lugar predilecto al que lleva el Espíritu Santo cuando un voy percibiendo mi ser y el Ser de Dios. Me escucho y le
alma se deja actuar por él; es el lugar donde el Espíritu la escucho. Me siento y le siento. Experimento el ENCUEN-
enamora, la seduce, la abre a experiencias interiores pro- TRO. El silencio que ayuda a orientar todo mi ser hacia
fundas. La soledad es lugar para ponerse, cara a cara, con Dios, a estar como centinela, todo atento, todo en direc-
Dios-dentro. Un Dios que habita en la soledad del cora- ción hacia el Dios de mi vida. El silencio me hace captar
zón; un Dios que se manifiesta en sonoridad, en palabra las insinuaciones, los movimientos, los toques del Espíritu
callada, en música suave, en murmullo. O un Dios que gri- en mi corazón. Percibirlos es ponerse en clima de diálogo
ta, le duele nuestra vida y quiere hacerla suya. profundo. Quedarse callado, sin querer comprenderlo, ni
Miedo a la soledad es miedo a uno mismo; miedo a la poseerlo con mi mente, es inicio de contemplación. Pongo
soledad es miedo a la realidad interior que llevamos en el mi atención en Dios y me estoy «amando al Amado».

30 31
Cuanto más profundo sea el encuentro con Dios, menos
palabras; cuanto más entre en el corazón, la oración se
mueve en ritmo de sentimientos, de afectos, de «sabor a
- 8 -
Dios». Porque es preciso saborear al Dios que me habita,
que me quiere, que es mío; saborear al Dios que me posee, Salmo desde la Soledad y el Silencio
que es Dueño de mi corazón, que me ama, me cerca, me
invade, se recrea en mi interior. Ese Dios que necesita to-
do mi ser para que yo pueda vivir todo su ser. Soledad es Cuántas veces he querido hablarte a solas,
igual a callarse, a abrirse de par en par, a estarse sin más. y encontrarme contigo, cara a cara;
Silencio es igual a sentirle, saborearle, palparle, vivenciar- cuántas veces el ruido me ha aturdido
le. El orante se hace soledad sonora y silencio entrañable. y me he quedado ante ti sin nada;
La soledad y el silencio recrean y enamoran. cuántas veces los gritos de mi vida
Cuando salgo de la soledad, cuando dejo ese desierto me hicieron sordo a la voz de tu llamada.
amado, buscado, encontrado, llevo dentro de mi corazón
más luz, más verdad, más paz, más de mí mismo, más de Hoy busco un rincón, donde he llegado
Dios. Al salir, siento que los sentidos interiores del cora- ligero de equipaje y sin máscaras;
zón se me han abierto. Y si soy constante en hacer esta ex- hoy quiero estar desnudo en tu presencia
periencia oracional termino por aprender a ir en la vida so- y dejar sangrar con dolor mis llagas.
lo (en pureza interior) y acompañado (en comunión con Estoy solo y no quiero más postizos;
los hermanos). Cuando salgo de la soledad y he vivido en sólo ante ti como una inmensa playa.
escucha desde el silencio, llevo en mi corazón una capaci-
dad mayor de percibir, de captar, de ser sensible a la vida, Ven con tus olas y juega con mi arena,
a los otros, al hombre como misterio profundo que necesi- y lleva mis castillos en tus aguas;
ta ser descubierto. Al descubrirme a mí mismo, voy apren- y deja mi playa pura y virgen,
diendo a descubrir al otro. Es el Espíritu de Jesús en mi co- y no tengas miedo de dejarme tus pisadas.
razón que me da unos nuevos ojos para ver la vida de otra Quiero sentir tus huellas en mi arena
manera: desde la presencia viva de Dios. y besar en silencio y paz tus marcas.

Tengo miedo, Señor, a estarme solo


y a escuchar en silencio tu Palabra;
miedo a guardar en este corazón
esa voz silenciosa con que Tú me hablas.

32 33
Abre, Señor, el fondo de mi ser,
a esa Luz que viene de tu lámpara.
-9-
Déjame, Señor, clavar mis ojos,
en la dulzura y paz de tu mirada; En lo profundo del corazón
habíame, oh Dios, al corazón que busca
tu Rostro, y sólo tu Rostro que me haga
salir de mi soledad que no es fecunda ¿No será la pasión del orante «bajar al corazón»? Bajar
y que deja seca y vacía mi alma. al corazón ya que «el Reino de Dios está dentro de voso-
tros». Bajar al corazón porque «cuando ores entra en tu co-
Quiero encontrarme, oh Dios, conmigo mismo razón, y dejado todo, ora en secreto, escondido, a tu Padre,
y conocerme a la luz que tú irradias; y tu Padre que ve en lo escondido (corazón), te escuchará».
quiero coger mi barro con mis manos, Dios es un Dios escondido; un Dios que ha puesto su mo-
-ese barro que soy, que sufre y clama— rada en el corazón del hombre. Ese corazón que en la Bi-
y ponerlo en tus manos de Alfarero, blia significa «lo profundo», «lo verdadero y auténtico»
y quedarme tranquilo en la obra que hagas. del hombre, lo «entrañable e íntimo», lo «misterioso», lo
que «se nos escapa» al cálculo. Ese corazón que es «el
Oh Dios, ven Tú cuando te busco a solas, Centro del ser», el «fondo, hondón del alma», «el muy,
y entra sin llamar, y entra en mi casa; muy dentro», la «interioridad», el «mar-adentro» de uno
llena mi corazón con tu presencia, mismo. Ese corazón que es la esencia, la realidad más hon-
y estáte junto a mí, que es pura gracia, da, profunda, de la persona. Es la misma persona en armo-
tratar contigo, en amistad sincera, nía, en unidad, en integración de su ser.
sabiendo que eres Tú el que me amas. ¿No será la pasión del orante entrar en el Corazón de
Dios? Llegar hasta el fondo de Dios, hasta lo más profun-
Desierto soy, en soledad inmensa; do de Dios, es esa aventura maravillosa que busca realizar
soledad sonora que al verte calla; el creyente-orante. Y el Corazón de Dios es Jesús mismo
desierto soy, y en silencio camino, habitado por el Espíritu del Padre. Entrar en el corazón en-
al ritmo suave de tus blancas alas. trañable, insondable, amigo y cercano de Jesús, es dar al
Oh Dios, mi corazón es todo tuyo; corazón humano la dimensión humana-divina del Corazón
sé Tú mi Todo, en esta mi Nada. de Jesús. Ese Corazón manso, dulce y humilde que comu-
nica consuelo, alivio, paz y fortaleza. Centrar el corazón
del hombre en el Corazón del Hombre, Jesús de Nazareth,

34 35
será la pasión continua del orante. me ama. En relación con el Padre escucho que me llama,
¿No será la pasión del orante entrar en el corazón de los que me saca de mi encerramiento y me ofrece proyectos de
hombres, en el corazón de la historia, en el corazón de la vida para que irradie su amor en los hermanos, en la Crea-
Creación? Porque el orante comienza a vivir a nivel de lo ción. Me pide que colabore en la Creación constante que
esencial, de lo profundo, de lo auténtico. Y la experiencia es obra constante de su amor. En esa relación interior
de si mismo y de Dios, le lleva a querer descubrir en la aprendo que el amor es dinámico, el amor es creador, el
Creación las huellas que Dios ha dejado en sus obras; hue- amor engendra nuevas vidas, el amor es un torrente de
llas de bondad y grandeza; huellas de ternura y misericor- energía que se desborda fecundando. Dios Padre me ense-
dia; huellas de verdad y libertad; huellas de belleza y ña a sentirme hijo en el Hijo; me enseña a relacionarme
transparencia; huellas de paz y bien. Con ojos de fe, con con él por medio del Hijo amado.
nuevos ojos de ver, el orante va por la vida «viendo desde Cuando bajo a mi corazón voy en busca del Corazón
dentro». En esa vida nueva es donde se sitúa y desde don- del Hijo, de Jesús que es Dios y Hombre. Y busco engol-
de vive todo. Es la nueva vida en Cristo. Pero sólo se ve farme, perderme, abandonarme a su amor misericordioso.
bien con el corazón. Claro. En mi relación con Jesús, dentro de mi corazón, le siento
Pero la gran pasión del orante es llegar a las raíces de su Salvador, Redentor, amigo, hermano. Le siento humano y
fe. Las raíces bautismales son la seducción del creyente di- divino; siento cómo lo humano en mí va tomando su for-
námico y comprometido. Orar es tocar esas raíces, es vol- ma, y lo divino en mí se va deificando cada vez más. Je-
ver al origen, es buscar esa agua del manantial. El orante sús-dentro, me da seguridad, sosiego, calma, paz. Dentro
baja al corazón porque sabe que allí habita la Trinidad. Sa- me pongo a sus pies y escucho su Palabra como Maestro.
be que orar es ponerse en relación amorosa con un Dios Dentro me pongo en comunicación con él y le dejo, como
que es Padre bueno y que le ama en el centro de su cora- Pastor, que me sane, que me alimente, que me libere, que
zón. El orante sabe que orar es ponerse en comunicación me cuide. Es El y soy yo; soy yo y es El. Es como un jue-
con Jesús, el Hijo amado del Padre, y dejarse salvar, curar, go maravilloso de salvación continua.
sanar en su corazón. El orante sabe que orar es ponerse en Cuando bajo a mi corazón voy en busca de la amistad
comunicación con el Espíritu Santo, que llena su corazón, del Espíritu Santo. El ha puesto su morada dentro de mí.
y que le está vivificando, santificando, transformando en Le pertenezco. Me ha poseído. Me llena, me plenifica, me
Jesús. Esa vivencia de Dios Uno y Trino es la gran pasión armoniza. Al comunicarme con El, siento que su Vida di-
y el centro de toda la oración del orante. Vive, desde la ora- vina entra en mis venas de hombre; siento que llegamos a
ción, enraizado en el amor del Padre, la Gracia de Jesús y una comunión, a una amistad profunda. Lo más hermoso
la Vida del Espíritu Santo. ¡Toda una pasión! de esa comunicación es la transformación, la configura-
Cuando bajo a mi corazón voy en busca de la mirada ción que va haciendo en mi vida con Jesús. Siento dentro
del Padre que pone sus ojos en los míos (ojos interiores) y que él es mi fuerza, mi defensa, mi seguridad, mi fortale-

36 37
za. Siento que camina conmigo, que me acompaña siem-
pre, que vive mi vida. Me siento fuerte, pues es él el que
me conforta. -10
Cuando bajo al corazón en la oración descubro que ten-
go semillas de vida divinas dadas en el Bautismo. Y que Salmo desde el fondo del corazón
ahora necesito cultivarlas para que den fruto abundante.
Semillas de fe; una fe viva, despierta, comprometida, ac-
tual. Semillas de esperanza; una esperanza, dinámica, li- Quiero bajar al fondo donde vive,
bre, abierta hacia el futuro, llena de promesas. Semillas de el Espíritu de Dios, desde el Bautismo;
caridad; una caridad generosa, entregada, en don gratuito, quiero sentir las aguas de mi pozo,
preñada del amor de Dios, capaz de todo. Cuando bajo a que brotan desde lo hondo, como un grito.
mi corazón siento que cuanta más fe, mejor es mi comuni- Quiero sentirme dentro de mi-Dentro
cación con Jesús. Sabiduría del Padre. Siento que cuanta y adentrarme mar adentro de ti mismo.
más esperanza, más comunicación con el Espíritu de vida
que abre mi vida a la Vida eterna. Siento que cuanta mayor Quiero beber, saciar mi sed inmensa,
caridad, más comunicación con Dios Padre, que es amor; en las aguas vivas que saben a Infinito;
amor que me hace hermano universal de todos los hom- quiero regar la tierra de mis campos,
bres. Fe, esperanza y caridad: caminos profundos de rela- al paso de tus aguas, como un rio.
ción con Dios. Tu manantial que surge de la Roca,
Llevo dentro de mi corazón ese TESORO escondido. mi corazón inunde, oh Dios mío.
Ese Tesoro escondido de la Trinidad Santísima. Es el gran
Regalo del Bautismo y, en clima de oración, quiero gustar- Quiero llamarte Padre, desde el fondo,
lo una y mil veces. Querer al Padre y sentirse querido por y quererte como te quiere un niño;
él: eso es orar. Querer al Hijo y sentirse amado por él: eso quiero sentir tu amor como un abrazo,
es orar. Querer al Espíritu Santo y sentirse amado por él: lleno de paz, ternura y de cariño.
eso es orar. Una oración viva, gozosa, feliz, entrañable. Toca mi corazón, que está lejano,
Descubrir, al bajar al corazón, que soy una vasija de barro y ha perdido el sentido de ser hijo.
que lleva dentro un Tesoro divino, es la aventura más gran-
de jamás realizada por cualquier otro hombre en otras En el fondo de mi ser, eres mi Hermano,
aventuras. y en tu Sangre me he sentido redimido;
eres, Jesús, Verdad que me hace libre,
y eres Vida que busco y no consigo;

38 39
eres la Fuerza que alienta cada paso,
al caminar contigo mi camino.
11-
En el centro de mi ser eres el Fondo,
Espíritu de amor, de amor henchido; Al ritmo de la Palabra de Vida
eres Poder y fuerza de lo Alto,
que abrasas con tu llama mis gemidos;
soy tu templo, soy tu casa y morada, La oración es una expresión de fe. Oramos tanto cuan-
donde habitas en silencio como Amigo. to creemos. Oramos porque creemos. Y la fe es un desbor-
damiento, una fascinación, un deslumbramiento. La fe es
En lo profundo de mi ser te adoro, una admiración, una seducción, un apasionamiento. Para
oh Trinidad, Fuente de amor divino; que la fe se mantenga en ese ritmo de «éxtasis», de salida
en tu Unidad mi corazón encuentra de uno mismo al Totalmente Otro, necesita de ese clima de
el Aliento de mi ser peregrino. la oración, que es quien mantiene fresca la fe. Pero al mis-
Contigo el caminar se hace Promesa mo tiempo la fe necesita ser despertada, ser alimentada y
en busca de ese Reino prometido. mantenida por medio de la experiencia frecuente, diaria,
de la Palabra de Dios.
Mis raíces, oh mi Dios de la Vida, María, la joven María de Nazareth, es la mujer de fe; es
son tus Raíces en las que yo vivo; el modelo de acogida, de interiorización, vivencia y tam-
las nacientes de mi ser brotan de ti; bién irradiación de la Palabra de Vida. Ella se abre a la Pa-
tus ojos llevo en los míos prendidos. labra de Dios, al Verbo eterno, de par en par, de tal mane-
Soy imagen tuya, y al mirarte, oh Dios, ra que se siente pequeña, disponible, pobre y sencilla ante
descubro en tu Rostro que yo existo. el Verbo eterno. Ella deja que la Palabra la penetre, la fe-
cunde, la posea hasta hacerla «buena tierra» del ciento (sin
Quiero cerrar mis ojos para verte, número) por uno. Tanto dejó entrar la Palabra en su cora-
y volar mar adentro de ese nido zón, tanto dejó «peregrinar la Palabra» a su corazón, tanto
donde vives tu Vida para siempre, dejó «bajar la Palabra» a su corazón, que su mismo cora-
en mi vida que en ti se hace racimo. zón se hizo Palabra encarnada. La Palabra eterna bajó y se
En mi pobre vasija yo te llevo, encarnó en el corazón de una joven, fecundándola, hasta
y eres tú, Dios, mi Tesoro escondido. hacerla de virgen, madre: el imposible se hace posible.
La Palabra de Dios es el gran agente oracional en el co-
razón. La Palabra busca el corazón, como el agua busca el

40 41
mar. La Palabra fue hecha para el corazón, para ser «ac- gelio de vida, en Buena nueva que alegra al corazón y le
ción» en el corazón del creyente. Sin fe, la Palabra cae en salva.
tierra de sendero, o de cardos y espinos, o pedregosa. La La Palabra de Dios tiene ritmos diferentes en el clima
Palabra no es mágica; necesita de un corazón de anawin oracional. Será el ritmo de «lectura suave», contemplando
que la acoja y la ponga por obra. En la oración a solas, en lo que se lee, lo que la Palabra sugiere, indica. Será el rit-
el corazón del creyente, la Palabra se hace fecunda, gesta- mo de una «meditación calmada», serena, donde la mente
dora de vidas nuevas. La Palabra de Dios despierta en la reflexiona, profundiza, analiza, busca razones o motiva-
oración el corazón y le pone alas, le eleva, le sube hasta ciones, intenta sacar un pensamiento claro y certero, o
abrirle al «diálogo» con Dios. Ella crea ese clima de rela- ayuda a ir haciendo criterios propios. Será el ritmo de una
ción, de comunicación, de encuentro, de comunión c inti- «oración» con la Palabra, donde escucho, callo, interiorizo
midad, que exige la oración. y luego respondo, hablo, comunico desde los sentimientos
La Palabra es la espada del Espíritu. En la oración inte- interiores que despertó la Palabra. Ella es camino, enton-
rior, en clima de soledad y silencio, la Palabra actúa de- ces, de «diálogo», entre Dios y el creyente. O será el ritmo
nunciando las tendencias desordenadas, pecaminosas, que «contemplativo» de la Palabra en el que el alma, el fondo
lleva el corazón. Ella es fuerza, es poder, es gracia y salva- del corazón, se queda abismado, seducido, embriagado por
ción para liberar el corazón de esas fuerzas negativas, des- el aroma de la Palabra. Sobran todas las reflexiones o to-
tructoras. La Palabra también anuncia vida, resurrección; das las palabras. Ella lo llena todo.
es la Palabra que primero destruye para luego construir. La misma Palabra saboreada de tantas maneras en la
Cuando el creyente se deja penetrar, salvar por la Palabra, oración interior, va transformando la vida, va cambiando
esa Palabra que es dinámica, personal, salvadora, realiza la criterios, va apuntando hacia actitudes, estilos de vida di-
Obra de Dios en el corazón. La Palabra se convierte en se- ferentes. Exige tiempo; pero la Palabra tiene, como nada,
milla de nueva vida; vida que florece y da fruto abundan- fuerza increíble para conducir al creyente a una conver-
te. sión, a un encuentro más profundo con Dios. Ella termina
El orante puede hacer «peregrinación al corazón» ayu- siendo «la alegría y el gozo del corazón»; ella se convierte
dado de la Palabra. Baja con ella al hondo del corazón en vida cuando «la devoro», cuando la dejo «clavarse» en
donde habita el Espíritu de Vida. Baja y, allí en lo escondi- el ser de mi ser: el corazón.
do, comienza a realizarse la vivificación, la santificación El alma de la oración a solas con Dios debe ser la Pala-
del alma, al impulso del Espíritu que actúa por la Palabra. bra. Y aún más: una Palabra al ritmo de la Liturgia. La
Es un juego misterioso, no alcanzado por la mente, pero Iglesia, maestra de vida oración, cada día nos ofrece ese
sentido dentro como una gran certeza. Esa Palabra nos ora, alimento de nuestra fe en la liturgia de la Palabra de cada
nos rocía, nos empapa, nos enriquece, nos transforma, nos día, o en los Salmos -Palabra orada- de la Liturgia de las
comunica la salvación de Dios. Ella se convierte en Evan- Horas. Esa Palabra tiene una fuerza salvadora especial: es

42 43
Palabra orada en clima sacramental. El alma orante «se
agarra» a la Palabra en la oración diaria como se agarra el
girasol a la luz y calor del sol y gira y gira todo el día, -12-
mientras tiene luz, alrededor del sol. Porque la Palabra es
el Sol que ilumina, calienta, da vida, da energía y mantie- Salmo al ritmo de la Palabra
ne el alma despierta, consciente y atenta a Dios y su vo-
luntad. Ella es el alma de nuestra alma.
El orante se habituará a agarrarse a una «palabra inte- En el desierto de la vida yo ando,
rior», a una «pequeña frase bíblica», a «una expresión cor- y el sol golpea y rasga mis espaldas;
ta evangélica», una «fuerza interior» o jaculatoria, y la irá y yo dejo hundido mi pie descalzo
repitiendo a lo largo del día después de haberla orado lar- en la arena caliente que me abrasa.
gamente a solas con Dios, en el tiempo de encuentro ora- Camino, paso a paso, siempre solo,
cional. Esa jaculatoria, esa corta Palabra de vida repetida, y escucho el corazón que solo, calla.
mantendrá al creyente-orante todo el día en «presencia de
Dios», le hará ver a Dios en todo lo que realice, haga, pro- La soledad inmensa que yo vivo,
yecte y viva durante el día. Ese «estilo repetitivo» de la Pa- desde el fondo sonoro de mi alma,
labra hará que la acción se haga contemplación y que la se hace escucha en la noche del camino
contemplación se haga acción. Ella es el hilo conductor de esperando tu voz como llamada.
todo el día. Entonces sí; entonces somos orantes en la ac- ¡Cómo el alma se siente siempre sola
ción. cuando no llamas tú con tu Palabra!
En mis manos está la Sagrada Escritura. Ella es maes-
tra y guía de orantes. La Biblia, y especialmente el Evan- Oh Dios, tú eres silencio que me envuelve,
gelio, es el gran pedagogo oracional. Ella va enseñando al eres besos y abrazos que me abrazan;
orante a tener experiencia de Dios; enseñando a conjugar eres ojos que miran y me miran,
la vida con la fe, Dios y el corazón. ¡Dichoso el creyente y me siento perdido en tu mirada.
que ha hecho de la Palabra de Dios el ALIMENTO DIA- Eres aroma que respiro hondo
RIO de su encuentro con Dios! y dejas mis entrañas embriagadas.

Eres tú, Dios mío, camino abierto


hacia el hombre que en silencio te aguarda.
Eres, Señor, Palabra eterna y viva
que busca sumergirse en las entrañas

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de esta tierra dura y seca del hombre
entre piedras y espinos hoy labrada.
-13-
Quiero vivir, y por eso te escucho
en el fuego vivo de esa tu zarza Con Jesús, único Mediador
que llama y fascina y seduce
al que a pie descalzo mira tu llama.
Quémame, tú, oh Dios, Palabra viva, No; no es igual orar con estilo Zen o Yoga o Transcen-
y abrásame en el calor de tus brasas. dental. No es igual orar «al Dios de todos», en quien todos
nos encontramos. Nuestra oración es cristiana; una ora-
Sembrador, en el corazón del hombre, ción diferente a cualquier otra oración; una oración movi-
que al viento y al sol, hoy, tu trigo lanzas, da por el Espíritu Santo, y no por una energía; en unión
deja caer semillas de tu vida, con Jesús, el Hijo de Dios, y no otros sucedáneos; que tie-
en esta tierra abierta que tú labras. ne como meta el Dios-Padre, revelado en Jesús. Si tengo
Semillas de vida son, oh Dios mío, pan fresco, que huele rico, y está apetitoso en el canastillo
tus Palabras de amor entrelazadas. para ser comido, sin duda, no se me ocurrirá comer «pan
pintado». Así dice la Santa de Avila.
Eres, oh Verbo eterno, Buena Nueva; Cuando voy a la oración, voy al encuentro de Alguien,
Evangelio de Dios que toca y salva; de una Persona, de un Ser viviente, de un Ser Resucitado:
eres Noticia alegre al corazón Jesucristo, el Hijo de Dios, el Salvador de los hombres.
que estremece de gozo al que la guarda. Cuando voy a la oración, no se me ocurre ir, sino que el Es-
Has puesto, oh Dios, tu tienda entre nosotros, píritu del Señor Jesús, es quien me lleva; y me lleva para
al dejarnos tu Palabra encarnada. que haga encuentro con Jesús, único Mediador entre Dios
y los hombres. Porque Jesús es el lugar oracional, el lugar
Habíame, oh Verbo, que tengo hambre, de encuentro del orante con Dios; porque Jesús es el Ca-
y quiero tus Palabras devorarlas; mino hacia el Padre, pues nadie va al Padre sino por Jesús.
ellas son mi gozo y mi alegría Porque Jesús es el Acceso al Padre, es el Puente al Padre,
cuando despierta el sol en la mañana; es el Sumo y Eterno Sacerdote, es el Gran Orante, el Con-
ellas son mi sosiego en cada noche templativo por excelencia. Jesús es Aquel a quien yo bus-
cuando al dormir busco paz en tus alas. co en la oración, pues en su Rostro descubriré el Rostro del
Padre.
Mi Dios no está lejos; mi Dios no es «una energía»,

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«una fuerza», «una paz interior», «algo en blanco», «que- Testamento tiene sentido en cuanto me guía, me conduce a
darse en el vacío», «sentirse bien». Mi Dios es el único Jesús. Los mismos Salmos tienen sabor distinto cuando los
Dios y no hay otros dioses. Mi Dios no es mío, es el Dios, oro, los proclamo con el Corazón de Jesús, o los cristiani-
«Padre de Nuestro Señor Jesucristo», que el mismo Jesús zo poniendo en lugar de Yavé el nombre de Jesús. El evan-
me ha revelado. Es un Dios, que en Jesús, tiene ojos, y ma- gelio meditado, orado, contemplado, me va identificando
nos, y oídos, y boca, y pies, y corazón... Es un Dios que, con Jesús. El Evangelio me presenta la Persona de Jesús y
desde el Bautismo, habita en mi corazón. Mi Dios, el de me hace vivir al Jesús de Nazareth que hoy se hace pre-
Jesús, no es un «ruido», no es un «sonido», no es «una sente en la oración que hago agarrado a su Buena Nueva.
luz»; nada de eso es el Dios de Jesús. Orando el Evangelio de Jesús voy cambiando de manera
Jesús es el «lugar de encuentro» de Dios con el hombre. de pensar, de criterios, de ver las cosas. Voy entrando en
Cuando quiero comunicarme con el Dios de la Vida tengo los sentimientos del Corazón de Jesús que se van haciendo
un Mediador, Alguien que me pone en relación con Dios, sentimientos míos. Jesús me penetra y yo penetro en Jesús.
porque El participa de la Vida de Dios en plenitud. Mi ora- Cuando oro, cuando quiero llevar mi vida, mi dolor,
ción deja de ser mía, pues el Espíritu Santo viene en ayuda mis problemas a la oración, se los cuento a Jesús; hablo
de mi debilidad y une mi pobre corazón con el de Jesús ha- con él como un amigo habla con su amigo. Sumerjo en su
ciendo de las dos, una sola oración. Jesús ora, por medio corazón mi dolor, mi ansiedad, mis preocupaciones, para
de su Espíritu, en mi corazón con gemidos inenarrables. Al que él las libere, las sane, las cure. Cuando hablo con Jesús
orar en mí, el Padre escucha la voz, la plegaria del Hijo le veo vivo, actual, presente en mi corazón, en mi vida y
amado y siempre es acogida. Mi oración es su oración; mis creo que hoy sigue salvando, liberando al hombre. Le ha-
problemas orados, son suyos; mis inquietudes y proyectos, blo a Jesús con palabras, o con un sentimiento interior, o
son suyos. Ya no soy yo el que ora, es Jesús el que ora en con mi dolor sin palabras, o con lágrimas, o con gritos, o
mí. estando sencillamente ante él. Pongo mi corazón en su co-
La oración del creyente-cristiano es cristocéntrica. Je- razón; mis manos, en las suyas, mi ser en su ser. Es tan yo,
sús se convierte en el Centro de mi oración. Oro centrado Jesús, por el Bautismo, que se ha hecho vida mía, se ha
en su Persona humana, entrañable. Oro centrado en su ser adueñado de mi ser. Soy yo tan Jesús, por el Bautismo, que
divino que habita lo humano. Oro centrado en sus Pala- mi yo se ha quedado en el mar inmenso de su Corazón.
bras, en su Evangelio de vida. Oro centrado en sus signos, Yo le hablo a Jesús dentro de mí. Pongo en él mi mente
en sus milagros, que manifiestan la ternura y misericordia (atención) y mi corazón (amor) y me mantengo así unido a
de Dios con los hombres. Jesús me atrae, me llama, me él. Con frecuencia me quedo mirándole dentro de mí sin
acoge, me abraza, me quiere, me habla en el encuentro. decirle nada; sólo con un sentimiento de amor. A veces le
La oración cristiana tiene como base la Palabra de amo, y siento que me ama, y me quedo en esa actitud de
Dios, pero siempre en referencia a Jesús. Todo el Antiguo dar amor y recibir amor. Al hablarle, al comunicar con él,

48 49
quiero sentirle, quiero gustarle, saborearle. Al comunicar
con Jesús pongo mi pobre barro en sus manos misericor-
diosas. Pido, suplico, alabo, doy gracias. La oración a Je- -14-
sús y con Jesús va llenando mi vida de su Vida. Su paz, su
amor, su pureza, su alegría y gozo, su ternura y misericor- Salmo al Único Mediador
dia... todas sus virtudes se van haciendo virtudes en mí,
valores en mí. La oración a Jesús, la oración con Jesús, me
va transformando en Jesús. Cuando te grito, oh Dios, tú no estás lejos,
Lo normal es que yo me dirija a Jesús cuando oro. Je- porque en tu amor, nos diste a tu Hijo;
sús me escucha, me acoge, me sumerge en su Corazón. Je- entre el hombre y el cielo se ha hecho Puente;
sús, luego, presenta al Padre mi vida, mis peticiones, mi entre Dios y los hombres, el Camino.
alabanza o acción de gracias. Como Mediador eleva mi vi- Tú estás cerca; tan cerca te has quedado
da al Padre; como Mediador atrae hacia mí la Vida del Pa- que eres Dios tan cercano, como Amigo.
dre. Todo lo mío hecho oración sincera, confiada, abando-
nada, se convierte en ofrenda, en oblación. Jesús, Sumo Tienes rostro, oh Dios, como los nuestros;
Sacerdote, como hostia viva, lo eleva, lo ofrece en obla- un rostro que los vientos han curtido;
ción al Padre. Nadie va al Padre sino por el Hijo; y nadie un rostro que los soles han quemado
conoce al Padre sino aquél a quien el Hijo se lo haya que- y la llama del fuego ha encendido.
rido revelar. Tienes rostro, oh Dios, Dios de los hombres,
Es gozoso orar con Jesús. Unirse a él y decirle: «Señor en el Rostro sin igual de tu Cristo.
Jesús, yo me uno a ti en este momento; quiero orar unido a
ti; lléname de tu Espíritu Santo para que mi oración sea tu Tanto amaste, oh Dios, al mundo entero
oración. Que mi oración, Jesús, unida a la tuya, sea para que nos diste en Regalo a Jesús-Cristo:
gloria y alabanza de Dios Padre». Con Jesús, en el Espíri- el Ungido, el que salva a los hombres
tu, hacia el Padre. Del Padre, por medio de Jesús, en el Es- entregando su vida en sacrificio.
píritu, al corazón del hombre. Bello juego oracional. Es de arriba, es de abajo; El es nuestro,
Hombre y Dios; tan humano y divino.

Eres Camino, Verdad, y eres Vida


y al Padre nadie va sino contigo;
Tú eres la Puerta abierta del Reino,
que lleva al hombre en busca de un destino.

50 51
Contigo voy, Jesús, camino al Padre;
al soplo de tu Espíritu, camino.
-15-
Tus manos en la Cruz están abiertas
y tocas con tus yemas al Dios vivo; Al impulso del Espíritu
tus pies en el madero están clavados,
clavados en amor, de amor herido.
Tu cuerpo es pura llaga desgarrada La oración cristiana tiene un clima, una fuerza, una vi-
y está tu piel rasgada como un lirio. talidad. El Espíritu Santo es el Agente oracional del cris-
tiano. Habita en el corazón del creyente desde el Bautis-
Tú gritas en la noche del pecado: mo. Y en su fuerza y amor el hombre se ha hecho templo,
«¿Por qué me abandonaste, oh Dios mío?». morada de Dios en el Espíritu. Se siente poseído, invadido,
Te sientes un gusano, cara al cielo, plenificado por la Vida de Dios, el Espíritu Santo. El Espí-
pecado de los hombres, destruido. ritu le comunica la vida de Dios Padre; una vida dinámica,
Y entre gritos y sollozos y lágrimas creadora, llena de energía, pues el Padre es fuente de vida,
oras a Dios Padre que está escondido. de amor. El Espíritu comunica al creyente la Vida del Se-
ñor Jesús, Resucitado; una Vida llena de Gracia y de Ver-
Oh Jesús, Mediador entre los hombres dad. El creyente vive, en el Espíritu, la Vida Nueva de
y el corazón del Padre, dolorido Cristo Jesús.
por la lanza que ha abierto tu costado, Esta es la realidad más honda del ser humano; esta es la
sangre y agua, signo de amor vertido: CERTEZA más cierta, verdadera y real del ser humano.
enséñame a orar las crisis que yo sufro He sido marcado, sellado, ungido en el Bautismo por el
y en tu sangre encontrar seguro alivio. Espíritu del Dios vivo. Soy un ser consagrado; un ser que
le pertenece al Padre, por medio del Espíritu, en Jesús, el
Eres Mediador, mi Camino único Consagrado. Soy un ser nuevo que lleva una vida nueva:
hacia el Padre que espera compasivo Vida eterna; esa Vida que dura para siempre y que sólo
acoger en sus manos esta arcilla Dios puede darme, pues El es eterno, inmortal. Mi fe en
y moldearla con gozo y cariño. Dios me hace participar de la Vida sin límites, que dura pa-
Eres tú, Jesús, mi Puente abierto ra siempre. No; no moriré. Sí; resucitaré como Jesús y vi-
que toca el corazón de un Dios sentido. viré para siempre en el Reino de Dios.
El Espíritu Santo, el Amor bello entre el Padre y el Hi-
jo, ha sido derramado en mi corazón. El Espíritu de Dios,

52 53
go de tierra y lo que tengo de cielo; desata el Caín y Abel
que es Fuerza y poder, viene en ayuda de mi debilidad y
que se pelean en mi corazón.
ora, uniéndose a mi pobre espíritu, con gemidos inenarra-
bles. Ora con gritos; ora con alegría; ora con lágrimas; ora El Espíritu se despierta en mi corazón cuando «le to-
con alabanza y acción de gracias; ora con dolor y con go- co» por medio de la Palabra de Dios. Mejor dicho: él des-
zo; ora pidiendo, intercediendo por mí, en mis problemas, pierta mi corazón y le pone alas para levantarlo a Dios. La
mis situaciones duras. El Espíritu se convierte en el Gran misma Palabra de Dios es «la espada del Espíritu». Por
Orante de mi pobre corazón de barro. Ese Espíritu dado medio de ella el Espíritu me sondea, me penetra, me toca
como Abogado, como Defensor, como Consolador, como el fondo del corazón y sana mi alma. La Palabra lleva den-
vivificador, Animador. Es el mismo Dios siendo todo en tro la fuerza, el poder, la luz y el amor del Espíritu Santo.
mi corazón. Ella, en la acción del Espíritu, pone raíces a mi vida, la so-
Y necesito bajar a mi corazón de barro. Y necesito lidifica, le da seguridad, la hace firme. Tocar el corazón
abandonar mi pobre barro en la manos del Espíritu para con la Palabra, bajar al corazón con la Palabra, es tocar el
que El lo moldee, lo transforme en Jesús, y así el Padre me corazón con el Espíritu Santo.
reconozca como hijo en el Hijo amado. Esa es la misión de El Espíritu Santo cuando se apodera del corazón nos
la oración del Espíritu en mi corazón: conformarme, trans- mantiene en oración constante, en la presencia continua de
formarme en Jesús. Su misión es hacerme libre en la Ver- Dios. El Espíritu lleva a los sacramentos, lugar donde ac-
dad que me va comunicando. Su misión es identificarme túa con mayor plenitud y fuerza. El conduce a la Reconci-
con Jesús. Su misión es enseñarme a hacer del Estilo de vi- liación sacramental. Por medio de la sangre de Cristo, en el
da de Jesús, mi estilo de vida. El me lleva a tomar «los he- sacramento del Perdón, el Espíritu nos limpia, libera, puri-
chos» y «los dichos» de Jesús como norma, como regla de fica, salva. Hace nacer de nuevo nuestro corazón. También
vida, que da sentido a mi vivir. el Espíritu conduce a la Eucaristía, el sacramento de la fe,
y en él nos sumerge en la muerte y la vida, resurrección de
El Espíritu Santo anida en mi corazón. Necesito «des- Cristo. En los sacramentos el Espíritu, hoy, realiza en no-
pertarle» para que realice su misión salvadora dentro de sotros lo que Jesús hizo hace 2000 años por nosotros. El es
mí. Lo despierto cuando me voy a la soledad y me quedo a el alma de la Iglesia.
solas conmigo mismo. Entonces el Espíritu levanta mi vi- El mismo Espíritu, dulce Huésped del alma, Mar de
da escondida, con sus luces y sombras, y hace que yo tome aromas, Remanso de paz, llena el corazón de alegría y de
conciencia de ella. En la soledad el Espíritu me lleva a en- gozo. Despierta los sentidos interiores del corazón para
contrarme conmigo mismo para que me reconozca como que el mismo corazón vea, oiga, guste, sienta, toque al
soy: un pobre pecador que necesita de la misericordia de mismo Dios. El Espíritu de vida, el Espíritu de la Verdad,
Dios. El Espíritu levanta mi corazón y desata dentro de él nos comunica, en el fondo del corazón, sus gracias, sus do-
las tendencias positivas y las negativas; desata lo que ten- nes, sus virtudes. El Espíritu «hermosea» nuestro corazón

54 55
para que Jesús se enamore de él, despose nuestra vida y así
el Padre goce en las bodas del alma con Jesús. Siempre,
día y noche; siempre, cuando camino o trabajo; siempre, -16-
cuando estoy alegre o triste; siempre, en mis sombras y lu-
ces... el Espíritu vigila, actúa, fortalece, ayuda, consuela, Salmo al impulso del Espíritu
alivia, da esperanza. ¡Oh Divino Espíritu del alma!
Esta es la oración interior, la oración cristiana. Esta es
la oración que da gozo, que atrae, que se hace continua, Desde lo hondo de mi ser en búsqueda
que el alma busca. Porque es el mismo Espíritu quien la abierto esta mi corazón de barro;
sugiere, la orienta, la encamina. Con sus toques divinos, quiere ser libre en alas de tu Espíritu
con sus llamadas amorosas, con sus insinuaciones, con sus que gime, en lo profundo, esperando
requiebros al alma, el Divino Espíritu hace experimentar la libertad de un hijo del Dios vivo
hoy la Vida eterna. El es el Señor y Dador de Vida eterna. en sangre y agua un día rescatado.
El es el que despierta en el corazón la esperanza para ha-
cer memoria de las maravillas que Dios ha hecho con el al- Ven sobre mí, Espíritu divino,
ma y la abre hacia el futuro, hacia el Reino de los cielos, y deja mi interior de amor sellado;
donde, en el Espíritu, gozaremos de la comunión con el que en tu marca descubra el origen
Hijo de Dios, para gloria de Dios Padre. de la Vida en Dios que Jesús me ha dado.
Esta Iglesia que yo amo; esta Iglesia pobre y pecadora; Que en tu marca descubra esas huellas
esta Iglesia santa e inmaculada; esta Iglesia Esposa de que dicen, sin palabras: «Soy amado».
Cristo y Pueblo de los hijos de Dios... necesita DESPER-
TAR, amanecer, tomar conciencia de que está viviendo Ven, Fuego abrasador, quema mi vida;
«los tiempos del Espíritu»; de este Espíritu que el Padre ha cae con poder, con fuerza desde lo alto.
enviado, a petición de Jesús, para que los hombres vivan Ven, Espíritu de amor, y en tu llama
en Comunión, se quieran y se ayuden. quema este tronco viejo desgajado.
Transfórmame por dentro con tu fuego
y déjame en Jesús bien transformado.

Oh Soplo del Altísimo que alientas


este caminar del hombre cansado:
desciende sobre mí y dame aliento
y que mi vida en ti encuentre ánimo.

56 57
Anima mi existencia de romero
y da a mi fuerza débil entusiasmo.
-17-
Desde la tierra seca en que vivo,
desde mi surco abierto en el llano, Al ritmo de la Liturgia
en nombre de tu Hijo, dame, Padre,
tu lluvia suave que fecunde el campo.
Tú que eres agua viva para el hombre, La oración del creyente-bautizado en el Espíritu de
ven sobre el hombre, Espíritu Santo. Cristo, no es una oración cualquiera; una oración que jue-
ga como quiere y al aire que le apetece. La Oración cris-
Abre tus alas en vuelo a la tierra, tiana tiene un Guía: el Espíritu Santo; y ese Guía tiene un
oh Paloma blanca, en vuelo rápido; espacio donde actúa de manera especial: la Iglesia; y den-
desciende sobre el corazón que quiere tro aún de la Iglesia: la Liturgia. El haber descubierto la
ser tu nido donde arrulles tu canto. oración de la Iglesia es el mayor regalo que un orante-cris-
Me cobijo a la sombra de tus alas tiano puede haber recibido. Porque su oración, ya no es su-
buscando en tu sosiego mi descanso. ya; su oración es la de Jesús, único Mediador, al impulso
del Espíritu; su oración es agradable al Padre de cielos y
Espíritu de Dios, Amor del Padre, tierra.
que ungiste con poder al Hijo amado, Mi corazón, pobre y pecador, se siente lleno de gozo al
ven sobre mí y enciende mi oración, saber en la fe que Jesús sigue vivo hoy en la Historia en
y déjame en tu llama abrasado. medio de su Iglesia. Porque la Iglesia es la prolongación
Eres Amor del Padre y del Hijo del Jesús de la Historia, ya resucitado, en el corazón de la
en mi corazón de hombre, derramado. humanidad. Esa Iglesia que tiene a Pedro como Pastor y a
los Obispos, también como pastores, en comunión con el
Y baja al corazón; baja de prisa Papa, Vicario de Cristo. La Iglesia es la que continúa hoy
que llora y gime de dolor llagado, en la historia, la Historia de la Salvación. Ella está forma-
y sé consolador que alivie al hombre da por los creyentes en Jesús, agrupados en Comunidad
hundido por el peso del pecado. por el Espíritu, que alaban, viven para dar gloria al Padre.
Ven, ven. Espíritu de la Verdad, La oración-cristiana tiene un ritmo especial dentro de
y guía en la vida nuestros pasos. la Iglesia de Cristo; un ritmo que le marca el Espíritu San-
to. Ese Espíritu de vida que vivifica, santifica el corazón
de los creyentes. El orante es profundamente amante de la

58 59
Iglesia, pues el Espíritu le lleva a ese amor, ya que la igle- día jornada del día. A las tres de la tarde, vuelve a orar, Ho-
sia es la Esposa de Cristo, por quien Cristo, en la Cruz, dio ra de Nona, y se une al momento de la muerte de Jesús en
su vida. De su lado abierto por la lanza, en la sangre y el la Cruz y se hace colaborador de su sangre en beneficio de
agua, nació la Iglesia. Ella vale la sangre de Cristo. Ella es los hermanos. Al caer de la tarde, cuando ya se van apa-
hoy Sacramento de Salvación universal (católica), abierta gando las luces del día, el orante se envuelve en la oración
a todos los pueblos. El orante ama a la Iglesia como Cris- de la tarde con la Hora de Vísperas, y así va entrando en la
to la amó dando su vida. soledad y silencio de la noche. Y por fin, ya noche en su
Dentro de la Iglesia, el orante, el contemplativo, se si- vida, antes del descanso nocturno, vuelve a elevar a Dios
túa en «el corazón de la Iglesia» que es su Vida litúrgica. Padre su oración confiada, con la Hora de Completas.
Desde la Liturgia, celebración de la fe en comunidad; des- Ahora sí; ahora ya puede dormir en paz. Todo el día al rit-
de la Liturgia, vida de la Comunidad de comunidades, el mo de la Oración Litúrgica de la Iglesia es vivir el día co-
orante penetra en el corazón de Dios, siente sus sentimien- mo «acción-contemplación». ¡Bendita Liturgia de la Igle-
tos profundos en el corazón del Hijo, descubre los Tesoros sia de Cristo!
insondables de Cristo, y se goza de esta riqueza sin igual.
El orante abre sus labios con la Liturgia de la Iglesia, abre Aún más; la oración Litúrgica se recrea en los SAL-
sus oídos con su Liturgia, abre todo su ser a esa oración MOS. Son la oración del Pueblo antiguo; son la oración de
única, especial, que es la de Cristo. Ya no teme si será es- la Comunidad de nuestros padres en la fe; son la oración
cuchado o no; ya no desconfía de sus méritos; tiene la cer- arrancada de su vida, de su historia, de su dolor y alegría,
teza de que, en su pobreza, su oración es la oración de de su pecado e infidelidad; son la oración para cantar, gri-
Cristo. Su oración NUNCA se pierde. Su oración siempre tar, llorar, alegrarse, pedir, dar gracias... desde la comuni-
es eficaz. dad. Los Salmos, alma de la oración litúrgica, son el CO-
RAZÓN de Israel puesto en alas de oración. Los Salmos
Con la Liturgia de las Horas el orante se despierta al rit- fueron la oración de Jesús, judío de raza; fueron la oración
mo de las Vigilias, de los Maitines cuando aún las estrellas de María y José; fueron la oración de los santos y de todo
salpican el cielo. Con la Liturgia de las Horas, el orante, al el pueblo creyente. Los Salmos están llenos de la historia
rayar la luz y amanecer el nuevo día, canta los Salmos y en de nuestra Historia. Lo Salmos están llenos de la ternura,
sus Laudes, se hace hermano universal de los hombres de misericordia y bondad de nuestro Dios. ¡ Dichoso el cora-
cielos y tierras. A media mañana, el orante se une al traba- zón que se deja orar por el ritmo del Salmo!
jo de los hombres, en su Hora de Tercia, y vive el trabajo La Liturgia de la Iglesia está llena de la Palabra de
en clima y al ritmo de la oración. Al mediodía, envuelto en Dios; de esa Lectio Divina que da sabor y crea clima a los
su sudor, eleva su corazón a Dios, en la Hora Sexta, y pide mismos Salmos. Palabra de Dios según el ritmo de los
al Padre la Luz del Espíritu para ser fortalecido en la me- tiempos litúrgicos; Palabra de Dios según la Iglesia va si-

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guiendo la Vida, misión, Pasión, muerte, Resurrección,
Ascensión y Realeza de Jesús. Con su Palabra, la Iglesia se
alimenta en su oración; con su Palabra, la Iglesia fortalece -18-
su fe, aviva su esperanza y recrea su caridad. Más aún: la
Iglesia se recrea con la Historia de la Salvación que deja- Salmo al ritmo de la Liturgia
ron sus Santos, sus Padres y Maestros de Vida en el Espí-
ritu, en sus profundas y sabrosas Lecturas. Ahí, en ellas,
junto con la Palabra, el orante busca el alimento de su vida Bajaste desde el cielo hasta los hombres
de oración. ¿Buscar otros caminos? ¿No está ya el camino dejando en tus pisadas el sendero;
inmenso hecho? ¿Y si podemos ir por camino seguro, dice subiste hacia la altura paso a paso
la Santa de Avila, por qué intentar ir por veredas que a lo abriéndonos las puertas de tu Reino.
mejor nos hacen perder? La Iglesia es Maestra y Guía de la Te hiciste desde entonces en la Historia,
Vida de oración. de Dios y del hombre, lugar de encuentro.
El orante de verdad no se queda en una oración perso-
nal, ni en una oración comunitaria solamente de las Horas La Historia de Dios Padre y del Espíritu,
litúrgicas. Al orante le nacen ALAS para ir en busca de la la hiciste Salvación desde tu Cuerpo
Eucaristía diaria. Ella es el Centro y la Meta de todo oran- rasgado en la Cruz por el soldado,
te de verdad; ella es -LA EUCARISTÍA- el momento dejándonos tu sangre en el madero.
cumbre de la fe que se abre a Dios Padre, en el Hijo, al im- ¡Oh Sumo Sacerdote de esta tierra,
pulso del Espíritu, y al mismo tiempo a toda la Humani- que elevas en tus manos a tu pueblo!
dad, especialmente a la comunidad de creyentes. La Euca-
ristía diaria es la expresión más fuerte de la fe, es la ora- De tu costado abierto ha nacido
ción más profunda y fuerte que puede vivir un creyente. tu Esposa engalanada con tus besos;
En ella el alma se va identificando con el Corazón de Jesús tu Iglesia que prolonga entre los hombres
convirtiéndose en Camino, Verdad y Vida. tu sangre derramada de Cordero.
Es cuestión de dejarse llevar, guiar por el Espíritu. Un Tu Iglesia, Jesucristo, es tu vida,
Espíritu que actúa a través de las mediaciones. Y la Iglesia que hoy salva «en el hoy» de tu recuerdo.
es la Gran Mediación, el gran Camino para ir a Dios y vi-
virle aquí y ahora; el Camino de su Liturgia, acción salva- Reunidos en tu Espíritu divino,
dora de Dios hoy en la Historia. ¡Bendita Liturgia! marcados con la gracia de tu Sello,
las manos elevamos como hermanos,
rezamos en unión al que es Dios nuestro.

62 63
Tu Espíritu alienta la plegaria
que brota en cada hermano desde dentro.
-19-
Contigo, Jesucristo, Dios y hombre,
contigo, Puente abierto hacia el Puerto; En tensión por el cambio
contigo, Mediador, ante Dios Padre,
hacemos de la vida un pan fresco,
que junto con el vino en la copa, La vida de oración es dinámica; nada más opuesto a la
a Dios, Señor del hombre, ofrecemos. vida de oración que la pasividad, que una vida estática. El
Espíritu Santo pone al orante en actitud de romero, de pe-
La gloria y la alabanza cada día, regrino, de buscador de lo definitivo, lo Absoluto de la vi-
los cantos con el ritmo de un pandero; da. La oración remueve, conmociona, cuestiona, inquieta
los himnos arrullados por la flauta, la vida interior del orante. Decidirse a ser orante, es tomar
los salmos encendidos por el fuego... una opción por el cambio de vida, por la conversión pro-
a ti, desde el corazón elevamos, funda del corazón. El termómetro que marca la verdad de
oh Padre, nuestro amor: amor sincero. la oración es el cambio que se va realizando en el orante,
es el proceso de superación que se genera en el orante.
Tú vienes a nosotros con tu gracia, Orar es cambiar, orientar la vida hacia Dios.
y llenas con tu vida nuestro pecho Miedo a la oración, es miedo al cambio de vida. Miedo
en alas del Espíritu divino, a ser orante, es miedo a salir de una vida mediocre, tal vez;
Dador de Vida eterna en su aliento. o salir de una vida establecida, acomodada, ya hecha. Por-
¡Oh Padre de la Paz y la esperanza, que la oración pone al orante-cristiano en ritmo del Espíri-
derrama sobre el hombre tu consuelo! tu que sopla y no sabes ni de dónde viene el soplo, ni hacia
dónde se dirige. La oración le saca a uno de su nido y le
Contigo caminamos, Jesucristo, pone en actitud abrahámica, en actitud de docilidad, de
en busca de la luz de un cielo nuevo; apertura a la Voluntad de Dios. La oración crea en el alma
las alas de tu Espíritu son fuerza, un clima de abrirse de par en par al proyecto de Dios, al
que empuja a caminar cual Viento recio. plan de Dios. El orante pierde sus caminos y se adentra en
¡Oh Padre de la Historia y del hombre, los caminos maravillosos y desconcertantes de Dios.
acógenos -cansados- en tu seno! La tensión más profunda del orante la siente en el cora-
zón, en lo interior, allí en la zona de su ser donde es de ver-
dad, sin tapujos. La oración crea en el corazón un clima de

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luz, de verdad y transparencia y hace ver la vida como re- Ante la luz de Dios, aparece mi suciedad; ante la bondad
almente es. La oración descubre todas las miserias del co- de Dios, mi egoísmo.
razón para enfrentarlas y transformarlas. Saca al creyente ¿Por qué el mundo de hoy no tiene conciencia de peca-
de su mentira existencial y le pone en la verdad de un co- do? ¿Por qué el creyente de hoy no se siente pecador y no
razón de barro que necesita de la misericordia y ternura de busca su perdón en el sacramento de la reconciliación?
Dios. El orante pasa de lo establecido, a lo provisional; pa- Sencillamente porque no tienen conciencia de Dios, por-
sa de lo hecho, a lo nuevo por hacer; pasa de lo monótono que no tiene fe en Dios, porque no comunica, no se rela-
a lo asombroso. Porque en su corazón ha amanecido, ha ciona con Dios. La falta de relación con Dios hace perder
surgido una nueva luz que le abre horizontes nuevos, nun- al creyente el sentido de la Ley de Dios, de sus Manda-
ca imaginados, pero posibles y fascinantes. mientos, de sus normas a las que debe ajustarse y tomar
La oración pone al creyente-orante en situación de ten- como estilo de vida. El pecado no dice nada, porque Dios
sión; en situación de medir sus fuerzas contrarias; en si- no dice nada. El pecado no inquieta, no desasosiega, no
tuación de lucha abierta entre la carne y el espíritu, entre el turba, porque Dios no es el Centro de la Vida. Que ame-
hombre viejo y el hombre nuevo. La oración enfrenta lo de mos tanto a Dios que no necesitemos del pecado. En la
piedra con lo de carne, enfrenta lo lógico y calculado con oración es donde más el creyente llega a esta experiencia
lo de la fe que supone ver no viendo, entender no enten- del Dios Santo y del conocimiento de su Voluntad.
diendo. Un mundo nuevo se abre en su corazón, de donde
surge todo lo bueno y lo malo, todos los proyectos y las de- El orante busca a Cristo Crucificado. Con frecuencia se
cisiones. El orante aprende a vivir desde el corazón, a ba- convierte en la pasión de su Vida. Por aquello de «mirarán
jar al fondo, al hondón del corazón donde habita el mismo al que traspasaron». Jesús en la Cruz es el lugar del PER-
Dios. Un Dios vivo, un Dios amor, un Dios libre, un Dios DON; del perdón como camino del cambio. Orando ante
creador. el Cristo Crucificado el corazón entra en tensión; la ten-
En clima de oración es donde el cristiano llega a tener sión de descubrir que Jesús ha dado su vida en la Cruz por
conciencia del pecado, conciencia de que es pecador. Por- amor; la tensión de experimentar, en clima de oración, que
que el sentirse pecador viene después que el creyente ha la Sangre de Cristo es la prueba de amor hasta el extremo.
tenido «experiencia» de un Dios que es Santo. El pecado Ante el amor de Dios manifestado en Cristo Crucificado el
es desorden, salirse del plan de Dios, no querer vivir en su creyente se rinde, se doblega, se entrega, se pone en las
voluntad.
manos de Dios. Ya no puedo seguir pecando; al Amor, ne-
Cuando en clima de oración se va teniendo conciencia
cesito ir por medio del amor. ¡Tengo que cambiar de estilo
de un Dios bueno, amoroso, justo, misericordioso, humil-
de vida!
de... es cuando, al mirarme a mí mismo, me veo en las ca-
Oración que no lleva al cambio de vida debe ser cues-
rencias que tengo, en el desorden en que estoy viviendo.
tionada. La verdad de la oración se manifiesta en los fru-

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tos de esa misma oración. La oración del corazón pone al
creyente en «proceso» de cambio; le pone en actitud de sa-
lida del pecado, para enraizarse en la gracia; en camino del
-20-
orgullo, a la humildad; del egoísmo, a la entrega; de la su-
perficialidad, a la profundidad; de la flojera, a la supera-
Salmo en busca de conversión
ción, la luz; del desasosiego, a la paz; de la tristeza, a la
alegría. La oración va destruyendo contravalores edifican-
do VALORES. «Por sus frutos los conoceréis».
La historia de los hombres se repite:
En la oración del corazón el Espíritu Santo es el Agen-
la historia de este viejo corazón.
te de esta tensión, de este dinamismo. Su misión es trans-
Caín y Abel, no habitan como hermanos,
formar al creyente-orante en Jesús, asumiendo su estilo de
en lucha/raticida, con pasión.
vida. Por eso que el Espíritu le lleva en la oración al en-
El bien y el mal se enfrentan cara a cara,
cuentro con el «Cristo del Evangelio». El orante tiene
en tierra dura bañada por el sol.
hambre de Jesús, de su Persona, de sus Palabras. El orante
busca conocer a Jesús para amarlo y luego servirlo. El Es-
Yo llevo en las entrañas de mi vida
píritu le pone cara a cara con el MODELO de vida, Jesús
una espina clavada con dolor;
de Nazarcth, para que conforme su vida con la de Jesús.
un ángel de Satán que me golpea
Esto es lo profundo, lo maravilloso, lo más auténtico de la
sin tregua, ni espacio a la compasión.
oración. Este es el camino para la Conversión del corazón.
Yo siento en mi carne bien clavado
Además de la tensión interior, el Espíritu lleva al oran-
ese dardo encendido del Traidor.
te a la tensión por vivir el amor de Dios experimentado en
la oración en medio de una comunidad, de una familia, de
Oh Dios, a ti grito angustiado y solo,
un grupo. Y ese amor vivido será la verdad de su verdad-
sudando sangre y sintiendo temor,
oracional. Tanto amor-servicio, cuanta oración profunda;
en la soledad de mi noche obscura,
tanto amor de Dios como amor al hermano. Aún más: la
en el silencio denso de tu amor:
oración profunda lleva al orante a empeñarse en el servicio
«Quítame, quítame, oh Dios, te pido,
del Reino; a tomar parte de los duros trabajos del Evange-
la espina que en mi el pecado dejó».
lio según la gracia que el Señor le dé. Toda una vida en
Tensión; toda una vida «fermentada», transformada para
Tú me has dicho con palabras profundas,
que el pan sabroso llegue para todos. ¡Sin tensión, no hay
palabras que el corazón escuchó:
conversión! Tensión provocada por el Espíritu de Jesús.
«Confia; te basta mi gracia, hermano,
mi fuerza y gracia están con tesón,

68 69
en lo frágil y débil de lo humano,
dejando en la carne mi salvación».
-21-
Desde lo hondo de mi ser de barro,
desde el alma de un pobre pecador, Enraizada en la Comunidad
desde la nada de mi frágil vida,
siento tu fuerza, Cristo, en mi interior.
Yo me glorío en mis debilidades, La oración cristiana tiene sed de los Manantiales del
pues en lo débil, tú eres Redención. amor, de la caridad. Y el orante busca a un Dios-Amor; un
Dios con los hombres; un Dios cercano, amigo, lleno de
Soy hijo pródigo que vuelve al Padre, ternura y misericordia; un Dios que ha abierto su corazón
y que en sus brazos espera el perdón; de par en par en su Hijo, Jesús, Crucificado. La oración es
soy pecador que desanda su camino, para enamorados; la oración busca las «raíces del amor».
en busca de la reconciliación. Esas raíces que darán seguridad, solidez, estabilidad y per-
Tú que eres bueno, cúbreme de besos, manencia al amor. El amor sólo es seguro, sólo dura, si se
y deja en mi alma, Padre, tu calor. alimenta de quien es «el Amor»: Dios. El amor humano es
limitado y fácilmente tocado de egoísmo, de intereses per-
La túnica blanca y los pies calzados, sonales. El amor aprendido de Dios es «don gratuito» al
el anillo de oro, signo de unión; otro.
se apaga la luz del sol en la tarde, Porque necesito encontrarme con quien es el Amor, voy
y enciende la llama de una canción: a la oración. Porque necesito aprender a amar con el amor
«El hijo perdido ha vuelto a la casa, de Dios, voy a la oración. Porque necesito ser fiel en el
y el Padre celebra la salvación». amor, voy a la oración que me pone en contacto con un
Dios que se llama el Fiel. La fidelidad sólo se aprende en
Venid a la fiesta, venid a la danza, comunión con Dios; y esa fidelidad constante a la oración
venid que el buen vino en brindis murió va creando en el corazón clima para la fidelidad, en el
venid que la mesa está preparada amor, a los hombres. Dios es la fuerza interna, la fuerza
y llama el banquete a la comunión. del corazón para mantenerme fiel en mis relaciones con
Se alegra el cielo y canta la tierra los hombres; de manera muy especial con los de mi casa,
al celebrar Dios una conversión. mi comunidad, donde el amor es más constante, ejercitado
y puesto a prueba.
Oro porque amo a Dios. A un Dios comunidad de amor.

70 71
Oro porque amo a los hermanos. A los hermanos con quie- que tengo «hermanos»; hermanos dentro del mismo cora-
nes quiero vivir en armonía. Oro a un Dios que es la Pri- zón de Dios; hermanos bajo un techo común; hermanos
mera Comunidad en relación, en oración, en comunica- bajo las alas del mismo Padre que hace salir su sol y su llu-
ción. Es el Padre, que en su amor, engendra al Hijo y lo via para justos y pecadores. En esa relación oracional con
ama con pasión. Es el Hijo la expresión del amor gratuito Jesús voy aprendiendo que, en su Persona, en su Ser, soy
del Padre, del Don del Padre. Y el Hijo, al sentirse amado con otros creyente, «hijo-en el Hijo». Jesús se hace vida
por el Padre, abre sus ojos, le mira y le devuelve el Amor mía y su estilo de vida me lleva a encontrarme con otros
recibido. Un amor libre, gozoso y generoso; un amor en- creyentes que también tienen el mismo estilo y que con
trañable, profundo, íntimo. El Padre y el Hijo en su amor ellos también yo soy discípulo, seguidor de Jesús. Su san-
engendran al Espíritu Santo; el Espíritu es el amor del Pa- gre nos cobija y nos une como hermanos en un mismo es-
dre y del Hijo fundidos, fusionados en un solo amor, una tilo. Y es, en relación con el Espíritu Santo, como llego a
unidad, una Comunidad. Es el Amor indiviso; es el Amor descubrir que soy hijo de Dios en Jesús por la acción del
en armonía, en plenitud. ¡Es el Amor! Espíritu Santo. Los Tres, la Trinidad, me unen a otros cris-
Cuando oro peregrino a mi interior; cuando oro bajo a tianos y me hacen sentir dentro del mismo clima, del mis-
mi corazón donde habita la Comunidad Trinitaria. Dentro mos espacio, del mismo Corazón, de la misma casa co-
de mi corazón de barro, frágil y pobre, el Padre derrama su mún. La experiencia de la Trinidad en mi corazón me lle-
amor; un amor creativo que va floreciendo en mí en mun- va a la relación profunda con los hombres que también
dos nuevos. El Padre me hace sentir, en su amor, hijo. Es- participan de la misma experiencia de un Dios amor.
ta es una experiencia oracional, en el corazón silencioso. Esa experiencia de amor lleva al cambio del corazón
En mi corazón, en el fondo, habita Jesucristo, Hijo amado del orante. Poco a poco, en un proceso, lento pero cons-
del Padre. Jesús me ama, une su corazón a mi corazón y tante, el corazón va pasando de piedra a carne, de viejo a
me hace sentir amado, salvado, liberado, uno con El. Jesús nuevo. Y cuando cambia el corazón, cambia el hombre. La
me comunica su sangre, su gracia y verdad. Me siento experiencia de la Trinidad le lleva a descubrir que ha sido
amado por el que es Todo amor. En mi corazón habita el creado a imagen de un Dios, Comunidad de amor. Y que
Espíritu Santo. En su amor me vivifica, me santifica, me sólo se realiza como tal cuando se hace comunidad con los
va transformando en Jesús, dándome la vida del Padre y hermanos, cuando vive en armonía con los hombres. Sin
del Hijo. Me hace sentir amigo. La Trinidad, Comunidad conversión a los hermanos, a la comunidad; sin cambio de
de amor, se me manifiesta como Padre, como Hermano, actitudes comunitarias, familiares, grupales -para bien y
como Amigo. ¡Dichosa oración en el fondo del corazón! paz-, la oración se quedaría sin su dinamismo propio. Por-
Es en esa relación con el Padre en mi corazón, donde que la Trinidad se ha volcado en el corazón de los hom-
yo descubro que el Padre tiene otros hijos y muy amados bres. El Padre ha derramado todo su amor por medio del
por El. Es en esa relación con el Padre, donde yo descubro Hijo, en su Espíritu Santo, en el corazón de su Iglesia, de

72 73
I.i I lumnnidad. Dios es un Dios con nosotros. El orante au-
tentico es un creyente con Dios, viviendo su fe en una co-
munidad. -22
El corazón orante se vuelve corazón amante. Porque
orar es amar y amar es orar. Su ritmo de vida es ir desde la
comunidad, la familia a Dios. Y no va solo, sino que lleva
Salmo desde la Comunidad
en su corazón a todos los que ama. Su ritmo de vida es ir
desde Dios a la comunidad, siendo irradiación de la bon- He sentido la raíz que llevo dentro,
dad y ternura de Dios en el seno de la familia donde vive. he sentido la fuerza de una llama;
Si su relación, si su comunicación, tiene problemas con la he sentido el agua de mi fuente...
comunidad, al querer relacionarse con Dios, también las la Vida que se esconde y busca alas.
tendrá. Si su relación con los de casa es suave, cordial, el
¡ Tú, oh Dios, habitas en lo profundo,
camino hacia Dios será más fácil. Si excluye de su amor a
y tu Vida a mi corazón se agarra!
alguien, es imposible relacionarse con Dios en la oración.
De Dios a los hombres; pero de los hombres a Dios. Con
Eres Padre amoroso en mi-dentro,
Dios a los hombres; pero con los hombres a Dios. Son las
y en tu ternura como a un hijo me amas;
dos caras de una misma moneda.
tu amor dinámico es como un torrente
El orante es fraterno, es servicial, es entregado a los que el mar de mi vida inunda con tus aguas.
hombres. Porque en la oración ha aprendido a vivir según En tu corazón de Padre he encontrado
el estilo de vida de las Bienaventuranzas. El Espíritu le va a mis hermanos, de mi misma raza.
modelando al estilo del corazón de Jesús y del Padre; un
Corazón pobre, manso, dulce, limpio, misericordioso, su- En el fondo de mi corazón, Cristo,
frido, pacífico, resistente, con hambre y sed de justicia. En te siento hermano entrañable del alma;
definitiva, un corazón feliz que, al vivir en comunidad, ha- y en la misericordia de tu sangre,
ce felices a los que le rodean. Si en la oración no aprende- siento que tu sangre pura me salva.
mos a tener un corazón al estilo de las Bienaventuranzas, En ti, Jesús de Nazareth, yo encuentro
difícilmente nuestra oración será evangélica. El orante es la unidad del hermano en tu gracia.
de corazón feliz, dichoso, bienaventurado. Y creador de
comunidad.
Soy Templo, oh Espíritu divino,
soy en mi pobre barro, tu morada;
en tu vida siento el latir del hombre,
del hombre y hermano en tu misma casa.

74
75
Eres abrazo que estrecha las vidas,
y en tus manos, tú, Dios, las entrelazas.
_23-
Enséñame, Padre bueno, a vivir,
bajo el techo común que tú ensanchas En unidad de Marta y María
para que todos los hombres encuentren
en tu mansión, el calor de tus brasas.
En tu amor somos hermanos, oh Padre, ¿Acaso el trabajo por el Reino es contemplación?
en tu amor fiel que nos une y abraza. ¿Acaso la contemplación es acción? Creo, sinceramente,
que ya pasó el tiempo de separar estas dos realidades. Las
¡Oh Jesús, Hijo eterno de Dios vivo, dicotomías, no son buenas en la vida espiritual. La Unidad,
que desde la cruz te hiciste llamada la armonía, es señal de madurez en la vida del Espíritu. Pa-
para que el hombre perdido en la vida só la época de «los activos» y la de «los contemplativos».
se encontrase en la sangre de tus llagas: Como si las dos hermanas que viven en la misma casa de
enséñame a entregarme todo entero Betania tuviesen que seguir peleadas. A Jesús se le recibe
hasta que el amor duela en mis entrañas! en casa, cuando las dos hermanas, Marta y María, le aco-
gen juntas. Marta es la «activa»; María es la «contemplati-
Espíritu de Amor, Dios con nosotros, va». Vamos a intentar que sean hermanas que tienen una
en cada corazón, tu amor derrama; pasión común: el amor a Jesús en sus corazones.
y enlaza nuestras manos como hermanos, La oración cristiana encarnada en el corazón del cre-
unidos en camino hacia la Patria. yente, a medida que va madurando, va integrando la vida.
Contigo, bajo el fuego caminamos, Porque tanto la acción como la contemplación son expre-
en busca de la Luz, que, eterna, aguarda. siones únicas de una «misma vida de fe». La oración y la
acción se unen cuando la actitud del corazón es el AMOR
Tu amor sea la ley entre mis manos; a Jesús, el único Señor y Salvador del corazón del hombre.
servir sea la norma que me aguarda, Lo que importa en la vida espiritual es alimentar, crecer en
y perdonar sea la fuerza «del nosotros», la fe; la fe, esa comunión de vida con Jesús, es la base de
que rompa «el yo» cuando las cosas saltan todo. La fe, ese asombrarse, fascinarse, dejarse seducir por
Viniste a hacer servicio entre los hombres, Jesús, es lo que da sentido tanto a la acción como a la con-
sin tener en tu camino una almohada. templación. Las dos son las alas de un mismo pájaro que
alza su vuelo; necesita de las dos para poder volar.
Cuando Jesús llegaba a Betania a descansar; cuando era

76 77
acogido en la casa de su amigo Lázaro; cuando sus herma- acción. La pasividad de la contemplación se vuelve acción
nas se desvivían por atenderle; cuando una se sentaba a sus bien acción. Aún más: al contemplativo se le ve la verdad
pies - María-, para escuchar su Palabra de Vida; cuando la de su contemplación en la vida comunitaria, en el servicio
otra -Marta- se metía en la cocina y preparaba la comida a la Iglesia, en su trabajo. Y al activo se le ve la verdad de
para Jesús; cuando... las dos lo daban todo por el único su acción en los momentos largos de estarse a solas con el
Maestro. Pero la activa no entendía a la pasiva; pero la de Señor. No hay activo verdadero, sin que sea orante profun-
la acción no entendía a la de la contemplación. La contem- do; y no hay orante profundo, sin que se gaste por los du-
plativa, era lo suyo, callaba, escuchaba, se quedaba en si- ros trabajos del Evangelio.
lencio a los pies del Maestro. La activa Marta se queja; co- Es tiempo de integrar, de armonizar, de unificar, lo que
mo no entiende «ese derroche» de no hacer nada a los pies llamamos acción y lo que llamamos oración. Es tiempo de
de Jesús. María ha escogido «la mejor parte» y nadie se la dar a Dios tiempos largos de encuentros con El para luego
quitará. Seamos claros: Jesús se queda con la actitud con- irse a llevar ese amor de Dios, recibido en la oración, a los
templativa de María, y cuestiona la vida activa de Marta. hombres. Dice Jesús que quien está unido con El, ése da
Jesús «baja al corazón» de las dos hermanas. En Marta, ve mucho fruto; porque sin El nada podemos hacer. Es tiem-
agitación, desasosiego, cansancio; en María, ve en su co- po de decir a los muy activos, a los muy comprometidos en
razón paz, armonía, unidad. A Jesús no le importa lo que mil trabajos en la Iglesia, que alimenten su acción con la
se hace; le interesa la actitud del corazón. interiorización de la Palabra de Dios, con tiempos de sole-
Pero Teresa de Jesús, la gran contemplativa-activa, no dad y silencio en oración, con retiros profundos, con lectu-
quiere que haya pelea en casa para recibir al Señor. Quie- ras espirituales serias... para luego llevar «interioridad» a
re, como ella era: acción en la contemplación; quiere, co- los hombres; para luego llevar «experiencia de Dios» a los
mo ella era: contemplación en la acción. Teresa llevaba en hermanos. Es tiempo de ser TESTIGOS y no palabreros o
la «casa de su corazón» a Marta y a María. Ella era la mu- sencillos informadores.
jer que entregaba su corazón con pasión al Señor; era la
mujer que entregaba su corazón a los hermanos hasta can- Es tiempo de dar desde dentro, desde el corazón. El
sarse. Hasta es cierto que Teresa no fue la gran activa, sino apóstol de hoy necesita «bajar» a su corazón y hacer den-
después de ser la gran contemplativa. En ella no había di- tro experiencia unificada de su vida en Dios. Necesita el
visiones: un mismo corazón para el hombre y para Dios. Apóstol acoger en su corazón a Jesús por medio de un
La contemplación es acción. Entiendo que la mayor de equilibrio entre la oración y el servicio. Necesita sentarse
todas las acciones. Cuesta más estarse en oración junto al como María a los pies de su Maestro, en su corazón, para
Señor en tiempos largos, que gastar la suela de la sandalia aprender de él y luego llevar esa Palabra a los hermanos.
en los caminos de mil acciones. En la contemplación el Es- Por amor a los hombres a los que anuncia la Buena Nueva
píritu actúa como no le dejamos actuar en momentos de del Reino, necesita antes de ir a ellos, encontrarse con

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Dios para no dar desde lo suyo, sino desde Dios. Jesús de-
be ser acogido en el corazón del apóstol por la oración y
luego, el servicio. Los dos momentos son ACCIÓN. Y -24-
cuanto más enraizado sea el Apóstol en el Señor que le ha-
bita, más fecundo será en su misión. Se trata de unirse a Je-
Salmo de las dos alas
sús y en comunión con El hacer las cosas y para que sean
fecundas, llenarse de la fuerza de su Espíritu. Todo será así
para la gloria del Padre. De la oración, al servicio del her- Yo soy como un pájaro solitario,
mano; del servicio al hermano, a la oración. Soledad y re- que busca al viento levantar su vuelo;
lación se unen en el camino del Reino. alzarse sobre el mundo como un loco
La Iglesia de hoy, de cara al Tercer Milenio, necesita de buscando en esta vida su sendero:
grandes orantes; necesita de hombres y mujeres que sepan Volar sobre las nubes, en lo alto,
«sentarse» a los pies de Jesús en oración e interiorización y andar sobre las playas de este suelo.
diaria de la Palabra de Dios. Orantes que se dejen habitar
por el Señor, que el Señor Jesús llene su casa para que lue- Seguirte a ti, cruzando mil fronteras;
go acojan a otros hombres en su corazón y allí se encuen- cargar tu cruz, el peso del madero;
tren con Jesús, el maestro, el único que tiene Palabras de dejar atrás la huella del arado
Vida eterna. Hombres y mujeres interiores para que luego y abrir un surco al aire de tu cielo:
sean maestros de vida en el espíritu. Hombres y mujeres Es la pasión de un corazón ardiente
penetrados del Espíritu de Jesús que penetren luego con su que quiere arder en llama de tu fuego.
fuerza la vida de los hombres de hoy. Se trata, a fin de
cuentas, de ser TESTIFICADORES de lo que se ha visto, Yo quiero ser tu casa, tu Betania,
oído, palpado, gustado, en la oración; eso mismo experi- donde al llegar encuentres el sosiego,
mentado, debe ser luego comunicado. Marta se convierte el vino y el pan recién amasado,
en María y María, en Marta. servidos en la mesa con esmero.
Quiero ser, Jesús, tu Marta serena,
que se afana en agasajar al Maestro.

Yo quiero ser Betania, donde llegues,


y a tus pies sentarme desde el silencio;
y escuchar, Jesús, tus Palabras suaves
que calen mi alma, allá, bien dentro.

80 81
Quiero ser, Jesús, tu María amiga,
que escoge la Mejor parte del Reino.
25-
Escucharte a ti, oír tus Palabras;
sentarme a tus pies, sin prisas ni miedos, Abierta a la Vida eterna
es, Señor Jesús, el deseo vivo
que llevo, dentro del alma, despierto.
Son cosas del amor; de amores perdidos, Donde alumbra el sol, no tienen luz las estrellas. Yo me
que sólo Tú y yo sabemos que es cierto. pregunto por el hombre que en su vida no tiene «el Sol»,
no tiene a Jesús, Luz del mundo; me pregunto por el hom-
Mis alas, Jesús, se abren unidas, bre que en su vida tiene «alguna estrella», o tal vez ningu-
y juntas las dos luchan contra el viento; na y vive en la obscuridad. Me pregunto por el hombre
cara al cielo azul escalan las nubes, que, en su noche, apenas tiene la lucecita de una luciérna-
siempre al ritmo firme de su aleteo. ga. ¿Es posible vivir caminando a la turaba, donde todo se
Mis alas, Jesús, son don y oración, acaba? ¿Es posible vivir teniendo «la muerte» como el fi-
expresión de fe, que en el fondo llevo. nal de la vida? ¿Es posible resignarse a morirse para siem-
pre? La vida puede tener la puerta cerrada o abierta. La vi-
Estarse con Dios y amar al hermano; da puede tener salida o un negro muro que la bloquea.
hacerte, oh Dios, que seas mi Centro; La oración cristiana abre el corazón a la Vida eterna, a
gastarme en la vida, como vela que arde; la Vida que nunca se acaba, a la Vida sin término. Porque
subir y bajar en un mismo encuentro... el orante-cristiano no piensa en reencarnaciones; el orante-
Es vivir, Señor, a Marta y María, cristiano tiene encendida en su corazón la luz de la fe que
en el clima bello de un mismo juego. ilumina su vida más allá de la muerte. La fe en clima de
oración, le lleva a descubrir ese Tesoro encendido que lle-
Vamos de nuevo juntos a Betania, va en el fondo de su corazón. Ese Tesoro que es más fuer-
que María y Marta están sonriendo, te que otras piedras, que yo juzgo preciosas, pero que a su
porque llegas Tú y llenas la casa lado valen nada o muy poco. Ese Tesoro en mi corazón es
con tu Corazón de amor verdadero. la Vida de Cristo Resucitado, que habita en mí por medio
Orar es amar, servir es amar: de su Espíritu de Vida.
el Amor, Señor, siempre lo primero. La oración cristiana abre el alma a la Vida eterna; la
abre porque la pone en comunicación con el Cristo Resu-
citado que venció la muerte, que se levantó del sepulcro y

82 83
entró en Plenitud de vida. En Cristo Resucitado yo partici- mular pruebas, para llegar a esta verdad. Tiene la certeza
po de su Vida divina, de su Vida eterna, de su Vida en Dios de la fe de que el Dios en que vive en su corazón un día le
que vive para siempre. En la oración mi corazón de barro dará plenitud de vida en su Hijo por medio de su Espíritu.
siente que le nacen alas como de águila que le llevan a sa- Se goza, se alegra, se conmueve, vibra y exulta porque su
lir de sí mismo, a sobrevolar su vida, a romper sus limita- vida tiene sentido para siempre. Es en clima de oración
ciones, a ir más allá de sí mismo. En la oración el alma va constante donde el cristiano llega a esta certeza. Sin ora-
descubriendo que lo que vive ahora en fe es participación ción se apaga el más allá.
de una Vida divina; siente el alma que va siendo deificada, Cuando un cristiano no cree en el más allá, en la Vida
divinizada, hecha a la medida del Hombre en Plenitud: Je- eterna, es preciso buscar las raíces de esa no-creencia.
sús Resucitado. ¿Acaso se puede cosechar una buena cosecha sin poner los
El orante experimenta el gozo y la alegría de lo eterno, medios adecuados para conseguirla? ¿Acaso sin poner los
de lo inmortal, de lo infinito, de lo abismal, de lo que le medios se llega a los fines? Cuando el cristiano no tiene
desborda. Esa experiencia interior le sitúa en el «más experiencia del Dios de la vida en la oración diaria, sin du-
allá», en una «otra vida», en lo que llamamos «cielo», en da, su vida se vuelve terrena, sólo de aquí abajo, pues no
lo que Jesús llama «Reino de Dios». La oración cristiana comunica con el Dios de la Vida para siempre. Cuando un
despierta en el corazón la esperanza con la certeza de al- cristiano no se comunica con el Espíritu Santo, Señor y
canzar un día en plenitud lo que aún ahora ve como en un Dador de vida, pierde el sentido de lo eterno, del más allá.
espejo. La oración le lleva a descubrir que la fe en Cristo Cuando deja de recibir el Pan de la Vida eterna, la Euca-
Jesús no es una fe por algún tiempo, sino que es una adhe- ristía, se queda en las cosas de aquí abajo que se mueren.
sión para siempre al Señor de la Historia y del Hombre. La Cuando su vida es egoísta, sólo centrada en sí mismo y no
oración le lleva a experimentar que ese amor que vive en el vive la caridad, el amor de Dios, su vida siente que se con-
amor de Dios es un amor que no muere, un amor que será sume con él y en él. Sin medios no se llega al fin.
fiel con fidelidad eterna. Fe, esperanza y caridad son fuer-
zas (alas) interiores que sumergen al hombre en Dios mis- El orante cree con toda el alma en la Vida eterna por la
mo. experiencia continua con el Espíritu de Dios en la oración.
El orante-cristiano dice de corazón que cree en la Re- Cree en la Otra vida porque la Palabra de Dios interioriza-
surrección del hombre habiendo pasado por la muerte. da le despierta el alma a ese Dios que vive para siempre.
Cree que la muerte no es el final del camino, sino la últi- Cree en la Otra Vida porque al comulgar el Pan de Vida
ma etapa del camino para llegar a la meta: Dios mismo en mete en su corazón semillas de Vida eterna. Cree en la
un cara a cara. Sabe que la muerte es el momento donde se Otra Vida porque, al entregar su vida en servicio de los
rompe la cascara y surge la vida maravillosa que anidaba hombres, sabe que su amor no muere porque su entrega
dentro. El orante no necesita razonar, computarizar, acu- participa de la vida de Dios, de su amor. A un cristiano que

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deja estos medios, que vive desde su casa construida «so-
bre arena», es normal que todo se le caiga y derrumbe. Pe-
ro el cristiano que vive esa vida seria y profunda es el que -26-
construye su casa «sobre roca»; y la casa resiste y se man-
tiene en pie. Creo en la Vida eterna porque vivo ahora des- Salmo abierto a la Vida eterna
de valores definitivos, desde valores absolutos.
Cuando me llegue la muerte, «no moriré»; no moriré
quiere decir que mi ser profundo, mi interioridad, mi yo Cuando tus ojos miraron los míos,
auténtico, mi personalidad, no se acaban. Quiere decir que y en tu mirada quedé enamorado;
paso a ser hombre en plenitud de vida; en plenitud, por la cuando llegó al corazón tu Palabra,
participación plena «ya» (por fin) de la misma Vida de y en tu calor sentí que era llamado...
Dios. No; no creo en re-encarnaciones porque sería «dis- entonces, y sólo entonces, supe
minuir» mi ser que es personal e irrepetible, mi ser que es que mi alma era obra de tus manos.
libre y no condicionado a otro ser, sino únicamente al SER
en plenitud que es Dios. No; me resulta estúpido pensar en Soy vasija de arcilla quebradiza,
que me convertiría en una flor, o en una estrella, o en una soy el polvo que nace de mi barro;
vaca, o en... no sé cuantas cosas más; seguiré siendo YO soy rocío que tiembla en la mañana
MISMO, pero ya EN DIOS MISMO. Entonces alcanzaré al beso puro del sol de sus rayos;
la plenitud del ser humano en Cristo Resucitado. ¡Qué be- soy la hoja que cae en el otoño
llo y consolador tener esta certeza! Dichosa experiencia de y en las alas del viento va volando.
oración interior, en el corazón, que me hace descubrir todo
lo que YA tengo dentro y que en el momento del paso a la Yo no soy nada, Señor, oh Dios eterno,
Otra vida se desvelará. Ya llevo dentro del corazón el Rei- que vives desde siempre, y siempre amando.
no de Dios. Dejaste el corazón cuando me hiciste,
en este pobre ser, de amor llagado.
Tu Rostro en mi rostro, oh Dios mío,
y en mi rostro tu imagen has marcado.

Yo llevo en las raíces de mi vida,


la Vida de mi Dios, que rompe espacio
y tiempo, y se hace eterno entre los hombres,
porque mi Dios, es Dios, sin ser creado.

86 87
Misterio de lo Eterno y lo Infinito,
te adoro, en silencio, anonadado.
-27-
Me hiciste Inmortal, como Tú eres;
me hiciste para siempre, sin descansos; Comprometida en la construcción del Reino
vivir tu Vida eterna es mi destino,
vivir «tu siempre y siempre» regalado.
No hay muerte, Dios, venciste al enemigo La pasión de Jesús fue cumplir la Voluntad de su Padre
no hay muerte ya, que apenas es un paso. Dios. Y la Voluntad del Padre para su Hijo Jesús fue que
estableciese el Reino de Dios entre los hombres. Para ser
Mis ojos te verán en Luz eterna, fiel a esta vocación dada por el Padre, Jesús acepta morir
mis ojos que al final gozan llorando, en la Cruz. Su obediencia es la expresión más profunda del
al contemplar tu Gloria y Hermosura, amor al Padre. Y porque murió en Cruz, dando su vida, de-
y oír cantar tres veces, oh Dios: «Santo». rramando su Sangre, para que los hombres tuvieran Vida
La Paz eterna que tú llevas dentro, en abundancia, el Padre le Resucitó y le constituyó Señor
será, al final, en ti, mi dulce canto. de la Historia y del Hombre. Como Regalo a los hombres,
Jesús pide al Padre que les envíe su Espíritu Santo. Ha si-
En tu ResurreccUm, Señor Jesús, do derramado en el corazón de la Iglesia el Espíritu del
florecerá mi cuerpo destrozado Dios vivo quien HOY en la historia, a través de los creyen-
por el dolor amargo de la muerte, tes, realiza, construye, el Reino de Dios entre los hombres.
que al fin, oh Dios, se encuentra liberado El gran fruto de la oración es el descubrir la Voluntad
Mi vida será Vida para siempre, de Dios y llevarla con decisión a la vida. Y la Voluntad de
en tu Vida, Jesús Resucitado. Dios para todo cristiano es que se empeñe en trabajar, en
servir a los hombres haciendo que entre ellos florezca el
Despiértame, oh Dios: quiero vivir; Reino, los Valores profundos del Evangelio. En clima de
vivir la Vida, que en Jesús me has dado, oración, el creyente va descubriendo en su corazón el Rei-
en el Amor profundo de tu Espíritu no de Dios. Un Reino que le llena, le plenifica, le hace
que en este corazón has derramado. sentirse poseído por el amor de Dios Padre, inundado de la
Eres Vida para siempre en mi vida: Gracia de" Cristo, saturado de la Vida del Espíritu Santo.
Vida eterna, en la Paz de tu regazo. Un Reino donde el creyente siente que su ser le pertenece
al Padre, en su Hijo Jesús, al impulso del Espíritu. Un Rei-
no que es de aquí y de ahora.

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En clima de oración el creyente va descubriendo los Va- dormido, cansado, somnoliento, muerto y lo devuelve a
lores del Reino. Valores del Evangelio anunciado por el una vida llena de energía, de fortaleza, de entusiasmo. El
Hijo que ahora son semillas de vida en la acción del Espí- creyente poseído por el Reino hace que el Reinado de Dios
ritu Santo. El corazón va saboreando la paz y el bien; sa- se haga realidad aquí y ahora.
borea el gozo y la alegría; saborea la verdad y la humildad. En la Iglesia de hoy sobran palabras, y faltan acciones
Ese mundo de valores, de dones, de gracias y virtudes, va profundas que surgen de corazones poseídos por el Espíri-
tomando posesión del corazón del orante de tal manera tu Santo. Es en la oración donde el creyente queda marca-
que su corazón se vuelve como una experiencia anticipada do, ungido por el Espíritu. Y es entonces cuando el cre-
de la felicidad y bienaventuranza del Cielo. yente, con la fuera del Espíritu, realiza hoy lo que Jesús hi-
En clima de oración, el creyente, poco a poco, se va sin- zo y dijo hace 2000 años. Solamente lleno del Espíritu,
tiendo inundado del aroma de las Bienaventuranzas, Ley Dedo de Dios, el creyente es capaz de curar enfermos, sa-
fundamental del Reino. Al saborear las Bienaventuranzas nar leprosos, expulsar demonios, calmar tempestades, re-
en su corazón, va leyendo dentro la Carta Magna del Rei- sucitar muertos, perdonar pecados, llevar la paz a los cora-
no que le vuelve dichoso. Es entonces cuando el creyente zones. Con el Espíritu de Dios el creyente se convierte hoy,
se vuelve Testigo del Reino que lleva dentro y que quiere en la Historia, en Jesús de Nazareth, el Mesías, que de nue-
comunicar al mundo de hoy para que descubra ese Tesoro vo realiza su acción salvadora y liberadora.
escondido y que camine con decisión hasta la posesión
plena de esta realidad maravillosa en el Reino de los cie- La Palabra y los signos fueron las dos grandes acciones
los. que realizó Jesús para establecer el Reino y romper el rei-
no antiguo del pecado, de Satán. Con la fuerza del Espíri-
Desde un corazón convertido al Reino de Dios, el oran- tu, Cristo, el Enviado del Padre fue dejando en los caminos
te se vuelve fermento, levadura del Reino entre los hom- de los hombres semillas del Reino. Semillas que germina-
bres. Con su palabra, con sus gestos, con sus acciones, con ron, florecieron y dieron fruto. Dejó semillas del Reino
su presencia, con su compromiso radical y entusiasta, será que los hombres pisaron en el camino, o no consiguieron
transformador de esta masa de harina que necesita ser germinar por falta de hondura en sus tierras, porque las
transformada desde dentro. El orante, lleno de la fuerza piedras (lo duro) lo impidió; o porque las espinas sofoca-
del Reino, se convertirá en Luz del mundo, en luz que ilu- ron la planta que no llegó a madurar. Jesús ha dejado a sus
mina a los hombres para que vean las buenas obras que re- discípulos el poder de su Palabra, de su Evangelio de Vida,
aliza y así glorifiquen al Padre de los cielos. El orante se para renovar el mundo. Ha dejado el poder de sus signos,
convierte en sal de la tierra; en sal que con su sabor da a la de sus milagros, para que los hombres crean. En las manos
tierra el gusto por las cosas de arriba: las del Espíritu. El del creyente-orante está la ACCIÓN SALVADORA de Je-
orante, lleno de la Vida del Reino, toca todo lo que está sús, el Señor.

90 91
Es tiempo de cambiar el estilo de los hombres de hoy.
Es tiempo de hacer posible en la sociedad la manera de vi-
vir de Jesús de Nazareth. Es tiempo de abrir camino entre -28-
los hombres por «el Camino que Jesús es»; tiempo de ha-
cer la verdad por medio de la «verdad que Jesús es»; tiem- Salmo de cara al Reino
po de hacer de la vida, Vida, por «la Vida que Jesús es». Es
tiempo de abrir el corazón del hombre a Jesús que ha veni-
do a salvar al pecador y a sanar al enfermo. Tiempo de lla- Fue la pasión de tu vida, Jesús;
mar a la unidad de los hombres para que todos sean Uno en pasión fuerte que te quemó por dentro:
Jesús el Señor y así formar un solo Pueblo, un solo Reba- Ja Llama que el Padre puso en tus manos
ño, una sola Comunidad de creyentes. Es tiempo de fra- para que la tierra ardiese en tu Fuego.
ternidad, de libertad, de solidaridad, de armonía para que Tu pasión fue obedecer al Padre
la Sangre de Cristo sea acogida en el corazón del mundo y que te enviaba a establecer su Reino.
en ella se acepte su amor y su ternura. Es tiempo del Rei-
no.
Clavaste tu Cruz, firme, entre los hombres,
Vivimos los Últimos tiempos de nuestra Historia. Y es y te hiciste Señal desde el madero:
ya la HORA de que triunfe el bien sobre el mal; de que Señal de salvación, liberadora
triunfe la verdad sobre la mentira; de que triunfe la liber- del hombre caminando en el desierto.
tad sobre la opresión; de que triunfe la bondad sobre el Tú fuiste, Jesús, Tierra prometida
egoísmo; de que triunfe la Gracia sobre el pecado. Es la para el hombre nacido de tu pecho.
Hora en que Jesús, Enviado del Padre, sea acogido como
SEÑOR y SALVADOR por los hombres, bajo la acción Surgiste de la muerte, paso a paso;
del Espíritu Santo. Es la Hora de que, desde una experien- te hiciste entre los hombres el primero
cia profunda del Reino en el corazón, contagiemos Reino: nacido de la entraña de la tierra,
JESÚS. en luz de amanecer, radiante y bello.
Tú vives, Señor Jesús, en el mundo
eres hoy, entre nosotros, Fermento.

Tú eres el Tesoro escondido;


siempre escondido y metido bien dentro
en la entraña profunda de la tierra
que vende todo, alegre, por tenerlo.

92 93
Tesoro de bien, de paz y justicia,
de vida, que anima al hombre, en su aliento.
-29-
Tu Reino, Señor, es como semilla,
que en su corazón guarda el surco abierto, Tenaz, como si hubiera visto al Invisible
y que al enterrarla en su tierra virgen,
la cubre de amores, con sus mil besos.
Semillas deje, de gracia y de amor El creyente-cristiano del Tercer Milenio tiene que hacer
que el hombre busca, aún sin saberlo. una opción seria por ser creyente-orante. Al cristiano de
hoy le hace falta un suplemento de alma, una fuerza inte-
Quiero ser tu candela que se gasta, rior, un «poder que viene de lo alto», un entusiasmo y
y que alumbra a este mundo que está ciego; compromiso radical, en la Iglesia, por el servicio del Rei-
quiero ser tu sal perdida en la tierra no. La nueva palabra del apostolado de hoy es: ARDOR.
para dar sabor al hombre que siento Ese celo ardiente por la causa de Jesús, por la causa de la
que va sin rumbo, perdido en la vida gloria del Padre, por la causa de la Nueva Humanidad. La
y no sabe dónde lleva el sendero. fuerza interior del creyente nace de la experiencia de Dios
en su corazón. Necesita el creyente de hoy «bajar» a su co-
Es la Hora, Jesús, en esta Historia; razón y «vivir» desde el corazón enraizado en la Trinidad
Hora cierta de los últimos tiempos. que le habita, de donde viene toda fuerza y energía para la
Es la Hora del Reino entre los hombres, misión.
tu Reino que entrelaza al mundo entero. Es tiempo de convencerse de que Dios no nos ha dado
Reina, reina que el tiempo ya ha llegado, un espíritu de timidez, un espíritu cobarde, «un corazón
y el hombre está esperando tu regreso. arrugado», sino un espíritu de energía, de valentía, de buen
sentido y de amor sin medida.
A ti. Señor, la gloria y la alabanza, Dios nos ha dado un corazón nuevo en el Bautismo y
a ti. Señor, Autor de nuevos cielos, un espíritu nuevo como camino para realizar su Obra en el
a ti cantamos, tus hijos reunidos, mundo de hoy. Por eso el Señor pide al creyente del Tercer
diciéndote en el canto: «Señor nuestro». Milenio que tome parte en los «duros trabajos del Evange-
Tu sangre, Jesucristo, es la victoria lio» contando con la FUERZA que el Señor da. Son tiem-
de un mundo, que al morir, nace de nuevo. pos estos de creyentes decididos, arriesgados, comprome-
tidos, ardorosos en el anuncio del Evangelio. La Iglesia de
hoy necesita cristianos que gasten su vida, como se gasta la

94 95
candela encendida, en la Causa del Señor. poseído, en su corazón, por la fuerza del Espíritu de Dios.
No son tiempos estos de lamentaciones; no son tiempos De ahí le viene esa tenacidad, ese empeño, esa resistencia
de cobardías, ni de echar las culpas a los otros; no son puesta a prueba, pero que la mantuvo siempre en pie. Cris-
tiempos de resignaciones, de sentirse como unos pobreci- to Crucificado es el Modelo del hombre que desde su fe,
tos. No son tiempos de quedarse atrás, de quedarse en ex- no se arredra, no mira hacia atrás, no tira la toalla. En la
pectativa, calculando a ver lo que pasa. No son tiempos de Sangre de Cristo, que es vida, fuerza y amor, encuentra esa
flojera espiritual, de manos siempre limpias porque nunca tenacidad que necesita para no cansarse, para no desani-
se mancharon en ayuda al necesitado. No son tiempos de mar, para creer que con la sangre de Cristo viene la salva-
miedos, ni de gente que se siente fracasada. No son tiem- ción y, que por tanto, lleva la eficacia del Reino. Cristo
pos del hombre a secas; son tiempos del hombre que cuen- Crucificado es garantía de triunfo.
ta con la fuerza del Espíritu de Dios en su corazón que es El orante es aquel que ha visto en su corazón al Invisi-
capaz de hacer de los imposibles, posibles. Son tiempos de ble. El Dios de la vida, el Dios del amor, el Dios de la san-
corazones firmes en la fe. tidad, se le ha manifestado en la fe y le ha visto, le ha oído,
Tiempos son estos de fidelidad. Tiempos de jugarse el le ha tocado, le ha gustado, le ha experimentado. El Dios
tipo por el Señor Jesús que se jugó su tipo en la cruz por Invisible se le ha hecho VISIBLE EN FE en el Rostro del
nosotros, los pecadores. Tiempos de mirar al Crucificado Cristo Crucificado, manifestación plena en su amor de
y verle decidido, comprometido, lleno de tesón y resisten- Dios al hombre. El Dios del Cristiano tiene Rostro; en un
cia, lleno de garra y de valentía, entregando su vida en sal- Dios cercano, un Dios -con-nosotros. Es un Dios de la vi-
vación de muchos. Tiempos de poner los ojos, son estos, da, un Dios Encarnado, un Dios que ha asumido la debili-
en el Crucificado, el Hombre fiel a la voluntad del Padre, dad humana, en Jesús, y la ha dado fuerza, poder, energía,
el hombre que llevó hasta el final el Proyecto que el Padre vitalidad. Con Jesús en el corazón, el creyente-cristiano di-
le entregó; el hombre que se quedó solo, pero en fidelidad ce que nada teme, pues sabe de quién se ha fiado; dice que
al amor de Dios y al amor a los hombres. Tiempos son es- todo lo puede en Aquel -Cristo- que le conforta.
tos de tomar en serio la SANGRE de Cristo como precio
de nuestro rescate, como el sello de su amor-entrega, co- El creyente-cristiano de hoy debe ser un hombre o mu-
mo la marca de la verdad de su amor-generoso. Tiempos jer tenaz; tenaz de su vida espiritual. Tenaz en el empeño
son estos de mirar al Crucificado y ver en él al TENAZ, al que le pide su fe alimentándola con la práctica diaria de la
que no desistió, al que sufrió hasta la sangre. oración personal y comunitaria; tenaz en el ejercicio diario
Cristo Crucificado es el Modelo del cristiano del Tercer de la interiorización de la Palabra de Dios; tenaz en la lec-
Milenio. El Modelo del hombre que se empeña en cambiar tura espiritual diaria como alimento de su fe; tenaz en la
la sociedad, de devolverla al Padre, por medio de las ma- formación espiritual y humana por medio de encuentros,
nos clavadas en Cruz del Hijo amado. Jesús es el Hombre cursos, estudios, retiros, recolecciones, desiertos, expe-

96 97
riencias fuertes de oración interior. Un cristiano tenaz en la
lucha contra el pecado huyendo del mundo, de las ocasio-
nes de pecado; tenaz en una vida de ascesis, de exigencia -30-
personal, de renuncia a cosas lícitas, pero superficiales; te-
naz en una lucha contra los medios de comunicación como Salmo de un corazón tenaz
pura basura; tenaz en una lucha contra el poder, el parecer,
el placer por el placer y el tener. Tenaz en un autocontrol de
su cuerpo, de sus sentidos, de su ser entero. Tenaz, que le Despacio y en silencio en la noche,
lleve a ser dueño de sí mismo y no un ser manipulado, ma- y a la luz de una luna pura y blanca,
nejado, llevado y traído por la corriente de la moda floja. y mirando las estrellas una a una,
En la Eucaristía diaria busca la tenacidad para vivir su quiero, Señor, subir a la montaña.
fe con alegría y compromiso. En la recepción frecuente del Quiero en soledad estarme contigo,
sacramento de la Reconciliación se hace tenaz en la lucha a solas tú y yo, en cara a cara.
contra las tendencias desordenadas de su corazón y la bús-
queda de la misericordia de Dios. Se hace tenaz en buscar Quiero verte en la noche con mis ojos,
ayuda espiritual, ayuda en dirección del espíritu con perso- quiero oír en silencio tu Palabra,
nas preparadas y de experiencia profunda de Dios. En el y sentir el aroma que despides,
grupo o la comunidad donde vive su fe, se hace tenaz sien- y escuchar, al marcharte, tus pisadas.
do fiel a sus reuniones, a sus retiros, a sus compromisos, a Contigo quiero estar porque te amo,
sus exigencias y a su mística. No vive su fe en solitario, si- antes que rompa la luz del alba.
no que busca con tenacidad el grupo, la comunidad como
la fuerza para su debilidad. Yo quiero contemplar, Señor, tu rostro,
Se hace tenaz en vivir la Iglesia; tenaz en darse a ella; y en la paz profunda de tu mirada,
tenaz en amarla como es y ayudarla a que cambie su ros- descubrir el amor que tú me tienes
tro. Tenaz en sentirse orgulloso de su Bautismo que le y dejar que penetre en mi alma.
abrió las puertas de la Comunidad de Jesús y le injertó en Dame, Señor, la fuerza de tu Espíritu,
la vida del Resucitado y de los bautizados. Tenaz en vivir y deja que me abrase en pura llama.
como sellado, como ungido por el Espíritu de Jesús para
hacer realidad hoy la Civilización de la Vida y del Amor. En mi débil fe, Señor, yo te he visto,
Tenaz porque en la fe ve a Dios en su corazón. y en mi noche obscura siento que me hablas,
y que en el fondo de mi corazón,
toda mi vida arde en tu Zarza.

98 99
Quémame, Señor, quema desde dentro,
este corazón que, en tu fuego, arda.
31-
Como si hubiera visto al Invisible,
yo quiero ser tenaz en la jornada Tan humana como divina;
que se abre a mi fe en cada día, tan divina como humana
irradiando la fuerza de tu gracia.
Tenaz, Señor, tenaz como tú mismo,
en amar sin medida al hombre que amas. Si algo es fácil en la vida, es orar; si algo está al alcan-
ce de todos, es la oración. Una oración que surge del cora-
Como si hubiera visto al Invisible, zón del hombre y busca el Corazón de Dios; una oración
yo quiero ser tenaz en esperanza que nace del Corazón de Dios y busca el corazón del hom-
de abrir entre la vida de los hombres, bre. La dimensión «ascendente» de la oración busca la di-
caminos que se andan en tus sandalias. mensión «descendente»; las dos dimensiones se encuen-
Caminante quiero ser, peregrino tran en el Corazón de Jesús que es el «lugar» oracional, el
que a paso firme busca tu morada. «Centro» de la oración cristiana. Lo humano, lo del hom-
bre, y lo divino, lo de Dios, se funden en la oración como
Como si hubiera visto al Invisible, una sola realidad. Dios hace suyo el barro del hombre; el
yo quiere ser tenaz en vida dada hombre hace suya, la Gracia de Dios. Y en Jesús, Dios y
al corazón del hombre solitario Hombre, se realiza este encuentro.
y que reciba vida en abundancia. Cuando oro lo hago desde mi realidad humana, desde
Tenaz, Señor, viviendo en caridad, mi pobre barro, desde la hondura de mi corazón. Cuando
dando tu amor y en cambio esperar nada. oro, dejo levantar hacia Dios todo lo bueno y malo que ani-
da en mi corazón. Cuando oro, mi ser pecador, mi ser li-
No quiero, Señor Jesús, ser cobarde, mitado, mi ser débil y frágil, se vuelca en un Dios bueno y
ni quedarme, Señor en la encrucijada; misericordioso. Cuando oro grito mi dolor a Dios, levanto
quiero un corazón tenaz como el tuyo, mis miedos y fracasos a Dios, pongo en sus manos mis li-
cargando tu cruz -que es mía- a la espalda. mitaciones y barreras, mis bloqueos e inseguridades. Oro
Con la fuerza de tu Espíritu Santo, desde la verdad de mi corazón. Cuando oro, no hago tea-
seré testigo de tu amor que salva. tro, no represento ningún papel; cuando oro yo soy el
protagonista de mi oración; cuando oro mi historia, con
sus luces y sombras, las sumerjo en el Corazón de Dios.

100 101
C uando oro soy yo mismo el que abre su corazón a Dios ción verdadera, hecha en espíritu y en verdad; será una
pidiendo misericordia. oración llena de confianza, de seguridad, de abandono en
Mi oración es humana como lo fue la de Jesús. Grita, las manos de Dios. Yo sé que es a mi Padre Dios a quien
llora, suda sangre, se hunde en el suelo, tiene miedo, tiem- hablo, a quien acudo y él es tan bueno que hace salir su sol
bla, «se muere de tristeza», se siente pecador, siente sobre para justos y pecadores y manda su lluvia para enfermos y
él toda la basura de la humanidad. Así ora Jesús en el huer- sanos. El es un Dios bueno con ganas inmensas de ayudar-
to de los Olivos la víspera de su muerte. Ora ante Jerusa- me.
lén y llora como un niño al verla homicida, al verla con un Cuando abro mi corazón a Dios yo sé, con toda certeza,
corazón duro que no ha sabido acogerle, al verla destruida de que quien ha movido mi pobre corazón ha sido el Espí-
por sus enemigos, destruida por su pecado. Llora porque ritu Santo, el Consolador, el que siempre ayuda; yo sé que
ama su tierra y le duele su nación. En la Cruz, Jesús ora esos gemidos de mi corazón son obra del Espíritu en mi
con gritos también; eleva su dolor, su soledad, su angustia dentro. No; no intento comprenderlo; intento creer y acep-
y sufrimiento, su abandono al Padre. Está solo en su noche tarlo; intento confiar en su acción y dejarme llevar por sus
y busca una luciérnaga que alumbre su obscuridad. Cuan- movimientos. Cuando oro yo sé que Alguien me escucha,
do muere, muere orando, dando un «gran grito»: «Padre, Alguien está atento, Alguien me esperaba para acogerme,
en tus manos pongo mi vida». Jesús hizo de su vida golpe- abrazarme, estrecharme contra su corazón y cubrirme de
ada, acorralada, en situación contra el límite, la oración besos. Cuando oro yo sé que mi vida, mi problema, mi co-
humana más bella y profunda que jamás se ha hecho. Era razón, se abre a un clima nuevo: al clima de Dios. Cuando
el Hombre Jesús quien oraba a su Padre Dios movido, en oro yo sé que meto mi vida en la atmósfera divina, en el se-
su debilidad, por la fuerza del Espíritu. no de Dios, en espacio divino, en ritmo de salvación. Orar
Mi oración es humana. Oro sin preocuparme de las pa- desde lo humano, para que lo humano entre en lo divino, y
labras que diga. Dejo que los sentimientos de mi corazón así lo divino deifique lo humano. Es el misterio de la En-
se expresen. Dejo que se levante como un volcán la sangre carnación.
que me hierve dentro; o dejo que surja como un bello ama- Mi oración de hombre pecador; mi oración de alguien
necer las ganas que tengo de darle gracias a Dios por algo; que le ha sido infiel al Señor; mi oración de alguien que no
o dejo que mi corazón grite, insista, implore, como tierra ha contado con el Señor y ahora se acuerda de él, es siem-
reseca, agostada y sin agua, la lluvia de la misericordia de pre la oración del hijo pródigo; la oración del hijo que
Dios. Oro dejando a mi corazón que hable, que dialogue, abandonó y vuelve de nuevo a casa. Y el Padre se goza,
que comunique con Dios como un niño lo hace con su ma- exulta, se enternece y llora de alegría al recibirlo. Dios
dre, o como un amigo lo hace con su amigo. Hablo desde quiere, al orar, un corazón dolorido y humillado, para dar-
el corazón. O callo desde mi corazón silencioso que se es- nos un corazón puro y nuevo. Dios nos enriquece cuando
tá en silencio ante Dios. Mi oración será siempre una ora- nos acercamos a su misericordia con fe. Dios es tan huma-

102 103
no, en su Hijo Jesús, que nos comprende totalmente; Dios
es tan divino, en su Hijo Jesús, que nos salva plenamente.
¡Sueña con hacernos bien! -32-
Mi oración cristiana se centra en Jesús. Nadie tan hu-
mano como Jesús, el Hijo del Hombre; y nadie tan divino Salmo de lo divino y lo humano
como Jesús, el Hijo del Dios vivo. Jesús es el gozo del cris-
tiano-orante; a El acude porque sabe que El vivió toda
nuestra vida humana y fue en todo igual a nosotros, menos Cuando me acerco a ti, Señor Jesús,
en el pecado. Aún más: no teniendo pecado, se «hizo pe- y te contemplo pobre y despojado;
cado» por nosotros, por amarnos tanto. La oración hecha a cuando mis ojos te ven nazareno,
Jesús que mora en el corazón; la oración dirigida a Jesús y mis manos te sienten tan cercano,
que vive en nuestra vida, es una oración que hace que lo mi corazón se llena de alegría
mío penetre el corazón de Jesús; y lo de Jesús que penetre al verte tan divino en lo humano.
mi corazón. Jesús y yo, en oración, en comunicación pro-
funda, nos fusionamos. Mi hierro duro se funde con él al Cuando te veo solo en Nazareth,
calor del fuego de su Espíritu. Jesús, y sólo Jesús, es cami- dejando en la garlopa tu trabajo;
no de lo humano hacia lo divino: Jesús, y sólo Jesús, es ca- cuando vuelves del bosque con la leña,
mino de lo divino a lo humano. ¡Dichoso el que cree en Je- y sudas, gota a gota, de cansancio,
sús y se relaciona con él por medio de una oración cons- te siento tan humano en lo divino,
tante! que dejas mi sentir desconcertado.
Mi corazón humano, al ritmo de la oración interior, se
va cambiando. Mi corazón frágil, por humano, se va ha- Cuando la túnica ceñida llevas,
ciendo fuerte por contacto con lo divino; mi corazón orgu- y el viento en sus alas mece tu manto;
lloso, por humano, se va haciendo humilde por contacto cuando en el camino dejas tus huellas,
con lo divino; mi corazón egoísta, por humano, se va ha- y tu amor y ternura en cada paso,
ciendo generoso por el contacto con lo divino. Al divini- te voy sintiendo hermano de los hombres,
zarme Jesús, en la oración, por medio de su Espíritu, me y en el dolor de cada hombre, hermano.
hace «más humano»; tan humano que me hace «manso y
humilde de corazón» como el Corazón de Jesús. Lo divino Cuando en la cruz cuelgas de amor herido
de Dios que se me da en la oración me hace ser más yo; y y tu piel está rota y desangrando;
mi yo humano, se va transformando en Jesús. cuando en silencio sufres por el hombre,
y lo arrancas, con fuerza, del pecado,

104 105
pareces, Jesús, un hombre perdido,
callado y hundido, como uno de tantos.
-33-
Tú eres, Jesús del hombre, en la Historia
lugar donde Dios y el Hombre, abrazados, Romero del Tercer Milenio
se funden de nuevo y se abre el camino
para un nuevo hombre, en ti rescatado.
Oh Dios del cielo, oh Dios de esta tierra, Es el hombre, la mujer, la obra cumbre de Dios en la
junta lo de arriba con lo de abajo. Creación. Es el hombre, la mujer, quienes han sido resca-
tados en la Cruz, la nueva Creación, por la sangre de Cris-
Cuanto más humano, soy más divino; to, naciendo de su costado el hombre nuevo, la mujer nue-
porque lo divino se ha humanizado va. Es el hombre, la mujer, quien ha recibido en Pentecos-
en Jesús que es Dios y también es Hombre, tés la efusión del Espíritu para que viva en comunidad y
hombre entre los hombres: Dios encarnado sea Testigo, entre los hombres, de Cristo muerto y Resuci-
Tan cerca, tan cerca estás en mi vida tado. Es el hombre, la mujer, hechos a imagen de Dios, lo
que vives en mí, y te siendo hermano. primero y principal de nuestra Historia. Un hombre, una
mujer, con quienes llegó la hora de no seguir jugando; un
Cuanto más divino, siento tu gracia hombre, una mujer, que son sujetos y no objetos; que son
que llena mi vida y me hace cercano alguien y no algo; que son los protagonistas y constructo-
al hombre que sufre solo en la vida res de la Historia.
y espera de mí, tu amor en abrazo. El hombre, la mujer, bautizados en la sangre y el agua
Eres todo nuestro, y te siento amigo, del Espíritu; estos nuevos seres -los llamamos cristianos-
en la luz que irradian tus ojos claros. son discípulos de Jesús el Señor. Caminan en la Historia
dentro de un nuevo Pueblo: el Pueblo de Dios. Forman la
Mientras vivo en esta tierra, Señor, Gran Familia de los Hijos de Dios y caminan de manos
quiero ser hombre, como el Hijo amado: dadas, con Jesús, al impulso del Espíritu, hacia el encuen-
ser uno más y vivir escondido tro del Padre. Forman una Comunidad, una Fraternidad;
hasta que me llames a tu regazo. son una espiga, un racimo; se aprietan unos contra otros
Entonces seré en tu cielo, en el Reino, haciéndose espaldas para protegerse, para defenderse, pa-
plenitud divina en mi ser humano. ra sentirse seguros. Una nueva raza de hombres está lla-
mada a vivir en el Tercer Milenio del Nacimiento de Cris-
to según el ESTILO DE VIDA de Jesús de Nazareth. Ese

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estilo común creará una Nueva Humanidad, una Nueva muerto». No; nunca el hombre inventó mayor tontería, ni
Era; la Nueva Humanidad que, por fin, surge, pero que na- pronunció mayor barbaridad. Lo que realmente había
ció hace 2.000 años del lado abierto de Cristo. muerto era el hombre: «El hombre ha muerto»; ese debe-
Yo soy Romero, soy cristiano, soy peregrino, caminan- ría haber sido el grito. Y el hombre ha muerto porque los
te del Tercer Milenio. Soy romero con un estilo de vida hombres se han matado de mil maneras unos a los otros;
nuevo; romero con una andadura distinta que a su paso va matando al hombre, el mismo hombre ya no puede descu-
dejando en el camino las huellas vírgenes y profundas del brir a Dios. La muerte del hombre le ciega al mismo hom-
Evangelio. Romero que quiere caminar y vivir según la bre los ojos y le hace sentir la muerte de Dios (que vive
Carta Magna del Reino: las Bienaventuranzas. Es el hom- siempre)... en su pobre corazón.
bre y la mujer de corazón nuevo; un corazón al que ha ba- Soy Romero del Tercer Milenio y quiero vivir en co-
jado, al que ha llegado, al que ha habitado, enraizando su munión con el Dios que me habita. Quiero vivir desde la
vida con la vida de la Trinidad que mora dentro. Un hom- felicidad que el Hijo de Dios me ha traído para que con los
bre, una mujer, de CORAZÓN; de corazón lleno de in- hombres seamos felices. Quiero caminar al ritmo de la Ley
terioridad, lleno de profundidad, lleno de plenitud de Vida. nueva que Jesús nos ha dejado para construir esa Nueva
Un corazón profundo que irradia una vida profunda; un Sociedad, esa Nueva Humanidad que él mismo llama:
corazón noble y bello, que irradia una vida llena de armo- REINO DE DIOS. Y quiero hacer de su Ley de felicidad,
nía. las Bienaventuranzas, Norma de mi vida; y quiero, al vi-
Al hombre de final de este siglo que muere le falta co- virlas, irradiarlas a los corazones de todos los hombres. Ya
razón. Le falta corazón porque vive a la intemperie, vive no más tristeza, sino alegría. Ya no más muerte, sino vida.
desde la superficie, vive desde la piel. Este hombre ame- Ya no más suciedad en el corazón, sino amor limpio. Ya no
nazado, inseguro, frágil, golpeado de tantas maneras, vive más castigos y opresiones, sino misericordia. Ya no más
buscando, fuera de su corazón vacío, «dioses falsos». Y se corazones prepotentes, señores de la guerra y el juego su-
ha agarrado a ellos y esos dioses, esos ídolos, como tiranos cio, sino corazones humildes, pobres, sencillos. Ya no más
del hombre, han destruido su corazón. No más vivir desde persecución al hombre, caza del hombre, sino techo y ho-
fuera del corazón; no más vivir sin raíces; no más caminar gar encendido para el hombre. Es el momento de hacer re-
en la vida sin rumbo, sin meta, sin sentido. En el fondo del al el Reino de Dios, el Reino de la Felicidad.
corazón del Romero del Tercer Milenio, Dios vive, Dios Soy Romero de las Bienaventuranzas. Romero de la Fe-
ama, Dios ha puesto su tienda, Dios va con nosotros. Es licidad. Romero de la Dicha y el bien y la paz. Quiero lle-
hora de celebrar esa vida nueva que Jesús, el Hijo del Dios nar ese corazón al que tantas veces he bajado con la ora-
vivo, trajo a los hombres hace dos mil años. Dos mil años ción interior, del espíritu, del Aroma de las Bienaventuran-
de historia con Dios y sin Dios. Dos mil años en los que al zas. Quiero un corazón capaz de ser pobre, anawin, siervo.
final se ha querido sentenciar la muerte de Dios: «Dios ha Un corazón que espera en Dios y confía en él; un corazón

108 109
que sirve a los hermanos y que el único poder que tiene es
el del amor-servicio. Quiero un corazón de romero que tra-
baja por la paz, por la reconciliación y el perdón entre los -34
hombres. Quiero ser romero con un corazón misericordio-
so con los hombres, poniendo mi amor y ternura, mi sensi- Salmo de un Romero
bilidad y bondad, allí donde el hombre sufre y sanarlo.
Quiero ser romero con un corazón limpio, verdadero, que
no hace juego sucio a nadie, que no tiene dos caras y vive Voy caminando, Señor, por la vida,
siempre en la verdad del amor. Quiero ser romero con un y la sandalia dejo en el sendero,
corazón manso, dulce, apacible, que sabe soportar, aguan- en las huellas que marcan el camino,
tar, esperar, estar allí donde se necesita de mi ayuda gene- con mis pasos seguros de romero.
rosa y calmada. Quiero ser romero con un corazón que ten- Que tu Espíritu aliente mi rumbo
ga hambre y sed de justicia, de cumplir la Voluntad de con la fuerza de vida de su aliento.
Dios, de hacer presente entre los hombres su santidad.
Quiero ser romero con un corazón que defiende al senci- Soy romero bañado por los soles,
llo, al pobre, al desamparado, al huérfano y la viuda, y no y la brisa serena de tus vientos;
tiene miedo de ser perseguido a causa de defender sus De- soy romero que busca a cada paso
rechos Humanos, que son divinos. Quiero ser romero co- alcanzar esa meta con que sueño.
mo Jesús, que pasó por la Historia, pueblo a pueblo, ciu- Voy soñando, Señor, por esta tierra,
dad tras ciudad, dejando a su paso bien y paz. sueños de romero: sueños, despierto.
Sólo el hombre de corazón habitado por el AROMA de
las Bienaventuranzas puede crear la Civilización del Amor Dame alas, Señor, dame tus alas,
y la Vida. Se irradia desde dentro, desde el corazón. Y la que animen el cansancio que yo siento;
oración en el fondo del corazón es quien consigue crear con que despierten la fuerza escondida,
el tiempo ese corazón feliz que hace felices a los que le ro- y que aviven el fuego de mi esfuerzo.
dean. La oración es la experiencia de un Dios Feliz, de un Soy romero, Señor: cuento contigo;
Dios que quiere hacer al hombre feliz. Con Dios en el co- peregrino soy, y a ti te llevo.
razón caminamos hacia el Tercer Milenio y entramos en él
en el Nombre del Padre que nos ama, en el nombre del Hi- Tú vienes a nosotros caminando,
jo que nos salva, en el nombre del Espíritu Santo que nos en las alas abiertas de un Milenio,
vivifica. Con la Trinidad habitando en el corazón y vivién- que recuerda la historia de tu Historia,
dola, seremos capaces de establecer el REINO DE DIOS. al hacerte del hombre, compañero.

110 111
Romero de los cielos a la tierra:
eso fuiste, Jesús, en nuestro suelo.
-35
El mundo está perdido entre tinieblas,
y el hombre, caminando como ciego, Con María, la Madre de Jesús
se agarra a los ídolos de paja
que mueren en las manos de mil fuegos.
Estatuas de oro y plata y de bronce, La oración interior, la oración del corazón, es «el alma»
son los dioses tiranos que contemplo. de la vida espiritual; tiene fuerza, como el fermento, para
transformar la vida. Orar desde el corazón y con el cora-
El hombre se ha alejado de tu Rostro, zón es orar desde la INTERIORIDAD. Orar desde el co-
y busca en el papel, al dios-dinero; razón es ponerse en comunicación con el Padre, que me
el hombre siente el corazón vacío, ama; con el Hijo, que me da su gracia; con el Espíritu San-
y quiere llenarlo con el dios-sexo; to, que me da su vida. Esta experiencia Trinitaria es lo que
el hombre siente miedo en sus manos consigue el «bajar al corazón». Descubrir ese Tesoro es-
y se hace con sus manos violento. condido, esconderle de nuevo, tiene un precio: vender to-
do el resto «con alegría» porque se ha encontrado el Todo
Camina hacia nosotros, Jesucristo, y se deja la nada.
y marca con tu paso el sendero, Una mujer, desde joven, desde siempre; una esposa,
que es Hora en la historia de los hombres virgen y bella; una madre, única y entrañable; un nombre:
que sintamos con nosotros tu Reino. MARÍA, «Casa donde Dios habita complacido», es el me-
Tu paz y tu justicia, como un río jor camino para esta experiencia interior. María estaba po-
inunden esta tierra, ¡oh Romero! seída por la Trinidad y su vida brotaba de esa experiencia
interior.
Romero soy, y llevo el alma en vilo En su Corazón virgen, como el rocío de la mañana, Ma-
en espera, Jesús, de tu regreso; ría guardaba todas las cosas de Dios; guardaba, como un
vuelve ya; vuelve que el hombre te espera relicario, todo lo de su hijo, que lo era también de Dios.
para hacer de esta tierra un Nuevo Cielo. María guardaba en su corazón el misterio de Dios y el mis-
Contigo brindaremos, copa a copa, terio de ese niño que se hizo adolescente y llegó a joven y
con el vino que brotó de tu pecho. que lo asesinaron cuando ya era adulto: Jesús. María, la
Mujer de fe recia, firme, tenaz, había hecho MORADA de
todo lo que vivía; había hecho de su corazón puro y bello,

112 113
cielo en la tierra; había hecho de su corazón, Reino de ría, su Madre; ella es Co-redentora de los hombres. Ella
Dios. estuvo presente en el momento en que nacía la Iglesia en
María, en fe, acepta el plan de Dios y lo guarda dentro Pentecostés. Ella reunió a los discípulos de su Hijo disper-
sin entenderlo muchas veces. Para ella la fe era aceptar y sos y, en clima de oración, el Espíritu viene sobre ellos, y
no comprender; la fe era para ella dejarse desbordar, asom- la Iglesia surge y se manifiesta con fuerza y poder a todos
brar, seducir por el Dios de sus Padres, sin querer compu- los pueblos. María es la Mujer que ha hecho posible el
tarizarlo, calcularlo, meterlo en sus esquemas. María Plan de Dios entre los hombres. Todo nos ha venido de ma-
aprendió a vivir primero el Evangelio de su Hijo, hacerlo no de Mujer.
Buena Nueva que alegraba su corazón y luego, a fuerza de La vida en el Espíritu hoy sigue el mismo camino. Je-
vivir, lo iba entendiendo. En el Corazón Inmaculado de sús se encarna en el corazón de cada cristiano por medio
María se escribió, por primera vez, el Evangelio de su hi- de la acción del Espíritu Santo y de María. Ella, con el Es-
jo; el Espíritu Santo lo iba escribiendo y en su corazón píritu, es la forjadora de los corazones-creyentes. Ella es la
quedó oculto, escondido, silenciado, porque era como un Madre de Jesús que va pasando, página a página, esc
primer ensayo de Evangelio. Evangelio de Dios, enseñando a sus hijos a conocer, amar
Acercarse a María es acercarse al Misterio de Dios y servir a Jesús, nacido de sus entrañas. Ella es la Maestra
oculto en su corazón; es ir a esa fuente de vida y pureza y Guía que nos lleva a Jesús y nos lo hace descubrir desde
que transmite, desde el origen, el agua pura y fresca del dentro. Ella nos lleva al pie de la Cruz y nos hace abrir los
Manantial. María es esa fuente de agua viva que quita la ojos de la fe para penetrar en el corazón que mana sangre
sed al que se acerca a ella para beberlo; María es ese hor- y agua del Crucificado. Ella nos prepara el corazón para
no donde se vuelve el pan sabroso, oloroso y luego quita el que el Espíritu Santo, de quien ella está llena, pueda pene-
hambre del hombre. María es ese Mar de Aromas que des- trar en nuestra vida y transformarnos en Jesús.
pide fragancia de olor al Amor del Padre, a la Gracia del
Hijo y a la Vida del Espíritu Santo. Su Corazón es llama Con María la vida cristiana se simplifica; es la Madre
encendida donde la Trinidad se consume en Amor puro y que todo lo hace fácil; con María la vida de fe va encon-
quema a quien se aproxima a esa Zarza que arde sin con- trando camino; con María el creyente aprende a amar con
sumirse. un amor-servicio; con María la esperanza cobra alas y lle-
En todo este camino de vida de oración, de vida en el va el corazón en vuelo hacia la Vida eterna. Ella es el cli-
Espíritu, María es esencial. Ella estuvo presente y muy ac- ma, el ambiente, el espacio para que la acción del Padre se
tiva en la hora de la Obra plena de la Creación del Padre: realice por medio del Hijo en el Espíritu Santo. Ella es la
la Encarnación del Verbo. Su «sí» fue decisivo; ella estuvo que despierta el corazón del creyente-cristiano a vivir
presente en la Obra maravillosa de la Redención del Hijo comprometido con la Iglesia de su Hijo. Ella es la Madre
en lo alto de la Cruz; la sangre de Cristo era sangre de Ma- de la Iglesia, la Madre de la Comunidad de Jesús. Con Ma-

114 115
ría el camino lleva al Espíritu; con María, el Espíritu con-
duce a Jesús; con María, Jesús conduce al Padre. Con Ella
llegaremos en el ahora de la vida, a su ruego, a vivir a Dios; -36-
con Ella llegaremos, en la hora de nuestra muerte, por su
Mediación, a encontrarnos con Dios Padre como hijos. Salmo desde el Corazón de María
Estamos viviendo tiempos marianos. Tiempos estos
que preparan la venida de Jesús que llega en el Tercer Mi-
lenio. Ella es la aurora que anuncia la salida del Sol; Ella En tu Corazón orante, Señora,
es la Mujer vestida del sol, rodeada de estrellas, que des- quiero entrar para encontrar el camino
cansa su pie sobre la luna y que lleva en su seno al Hijo de que me lleve al Dios que te habita dentro,
Dios; Ella lo va a dar a luz para que los hombres del Tercer y que en El me empape de su rocío.
Milenio reciban a Jesús con un corazón con hambre y sed Tu Corazón, oh Madre, Playa virgen,
de Justicia, de Santidad, de Dios mismo. Ella se une a ábrele a mis deseos de Infinito.
nuestro pobre corazón, en oración, al amor del Padre para
sentirnos hijos con Ella; Ella abre nuestro corazón a la Déjame que abra mis alas y vuele
Gracia del Hijo, para que nos sintamos salvados con Ella; y en tu Corazón encuentre mi nido,
Ella abre nuestro corazón al Espíritu Santo para que nos que al viento, vengo cruzando los mares,
sintamos vivificados con Ella. Ella es IRRADIACIÓN DE y está cansado el pobre pajarillo.
DIOS. Quiero dormirme y soñar tus sueños;
Cuando voy a orar le pido que ore conmigo, que venga sueños que arrullan amores divinos.
en mi ayuda, que tome mi corazón y lo una al suyo y haga
de los dos corazones uno solo. Cuando oro me pongo en Es tu Corazón, Madre, Mar de aromas:
sus manos para que Ella conduzca mi oración a Jesús y así aromas del Padre y aromas del Hijo;
mi pobre oración, ante el Padre, sea la del Hijo. Cuando aromas de Amor que deja el Espíritu,
agarro el Rosario y desgrano ave-marías y medito y con- dejando en tu alma la paz como un río.
templo los misterios de Jesús, Ella me va enseñando a go- Déjame empaparme, Reina del cielo,
zarme con los Gozos de Jesús y a dolerme con los dolores de esos perfumes que huelen a Cristo.
de Jesús y a alegrarme con las alegrías del Señor Resucita-
do. Con Ella voy aprendiendo a «meter» a Jesús del Evan- Es tu Corazón, Arca donde guardas
gelio en mi corazón. las cosas tan bellas que hizo tu niño;
las cosas tan puras que vivió dentro
cuando adolescente se hizo perdido.

116 117
En tu Corazón guardaste en silencio
los años de joven siempre escondidos.

En tu Corazón de Madre guardaste


el llanto en la cueva envuelto enfrío;
y la espada fiera dada en el templo
y el miedo en la noche huyendo a Egipto.
Guardaste la Cruz alzada en el monte,
y su última oración con gran grito.

Eres de nuevo bella Anunciación


del amanecer de tu hijo vivo,
Como expresión final
de nuevo en la Historia, Resucitado,
de entre los muertos, el primer nacido.
Irradia, Señora, irradia esa Luz,
que es Hora del alba ya amanecido.

Abre la puerta de tu Corazón,


que llevo el alma de amor herido,
y quiero sentarme junto a tu fuego
y dejarme arder de amor encendido.
Yo sé que eres tú, María, Morada,
donde siempre acoges al peregrino.

En tu Corazón, guárdame, oh Madre,


que vengo cansado y también gimo
como un pajarillo solo en la rama
que en su piar se siente desvalido.
Guárdame dentro; guárdame bien dentro:
bajo tus alas me siento querido.

118
Algo así como un «clavado»

Acapulco es una bella ciudad mexicana. Abraza el mar.


Se abre al mar. Sus playas limpias y sus acantilados,
abruptos, duros, puros, llaman a la inmensidad, a lo gran-
de. En un rincón de la playa se alzan rocas escarpadas. Al
fondo, el agua cristalina llama, atrae, seduce. Arriba en el
acantilado, jóvenes aventureros, jóvenes con valor, jóve-
nes arriesgados, se lanzan al vacío, como gaviotas que
abren sus alas de par en par, para luego cerrarlas y «cla-
varse» en las aguas que se estremecen en sus caídas. Cada
joven cae impecable, limpio, firme. Ha hecho un «clava-
do». Los turistas se asombran. ¡Es bello!
Algo así como «un clavado» es la oración interior, la
oración del corazón. Algo así como «un clavado» es la ora-
ción que busca el fondo del corazón para sumergirse en las
Aguas vivas y serenas del Espíritu. Algo así como «un cla-
vado» es la oración que busca «bajar», «penetrar», «ahon-
dar», para luego surgir, levantarse, ponerse en pie. Algo así
como «un clavado» es la oración a solas con Dios que bus-
ca INTERIORIDAD: ADENTRARSE EN EL MISTERIO
DE UN DIOS ESCONDIDO. Algo así como «un clavado»
es la verdadera oración hecha en espíritu y verdad.

Cuando bajo a mi corazón es como si me pierdo para


encontrarme; es como si muero para resucitar; es como si
quisiera nacer de nuevo. Algo así como si quisiera sumer-
girme en el Corazón de Jesús el Señor, lleno de Aromas di-

121
vinos y dejarme empapar por ese clima único. Algo así co- CORAZÓN», es una sentencia, un apotegma, unas «pala-
mo si quisiera sepultarme en el amor misericordioso de bras intensivas» de vida en el Espíritu de un santo Padre
Dios Padre y salir de nuevo sanado, liberado. Algo así co- del desierto del siglo iv-v. Esa expresión, «Baja a tu cora-
mo si quisiera romper la tela que me separa del Espíritu de zón», es como la síntesis de todo un camino de búsqueda y
Amor y entrar gozoso en su Vida eterna. unión con Dios, vivido durante muchos años en la soledad
Cuando bajo a mi pobre corazón rompo el barro de mi y silencio del desierto, lugar de encuentro con Dios. La ex-
pecado que abunda dentro, para adentrarme en la Gracia presión final, «un clavado», es una palabra que hace unos
que sobreabunda aún más dentro. Es el Espíritu que me días escuché a una joven, a punto de comenzar el Tercer
mueve, que me estimula, que me hace lanzar, con Jesús, al Milenio. Estábamos compartiendo en un retiro lo de la
Corazón del Padre. Lanzarme para dejarme «clavado den- «oración del corazón» y ella la expresó con ese símbolo
tro», y así enraizarme en la Vida única y maravillosa de un del sumergirse en las aguas profundas del Amor de Dios;
Dios Trinidad de Amor. Y es entonces cuando mi vida, su- sumergirse con fuerza y todo entero. Cambia la manera de
mergida en las Aguas divinas, queda penetrada, empapada expresarse; pero el contenido es el mismo. Lenguaje de un
por las Aguas del Espíritu, y se vuelve fecunda, capaz de anciano, lleno de sabiduría; lenguaje de una joven de hoy,
dar vida abundante para los otros. Es entonces cuando mi llena de vida y de ganas de entregarse a Dios en la oración.
corazón se siente en el Mar inmenso de un Dios que no tie- La historia se repite.
ne fronteras y que nadando, a brazo partido, se recrea, go-
za y es feliz, siendo libre sin medida. Porque Dios es liber-
tad sin límite; la única libertad que llena de plenitud el co-
razón del hombre.

Necesito HOY hacer «estos clavados» cada día para en-


trar en mi corazón, para sentirme feliz dentro de mi casa,
para ser yo mismo, auténtico, original, verdadero. Necesi-
to bajar a mi corazón para luego subirlo y darlo a los hom-
bres de este Tercer Milenio con el sabor único de ese Teso-
ro escondido que llevo dentro: un Dios amor. Un Dios que
«se clavó» en la Cruz para que los hombres tuviéramos
una vida nueva: la Vida en el Señor Resucitado.

Hablando de «aguas puras» quiero dejar aquí esta acla-


ración final. El título que he puesto al libro «BAJA A TU

122 123
índice
18. Salmo al ritmo de la Liturgia 63
19. En tensión por el cambio 65
índice
20. Salmo en busca de conversión 69
21. Enraizada en la comunidad 71
Sumergirse como la ranita 7
22. Salmo desde la comunidad 75
1. Nómada de Dios 11
23. En unidad de Marta y María 77
2. Salmo del Nómada de Dios 15
24. Salmo de las dos alas 81
3. En busca de Transcendencia 17
25. Abierta a la Vida eterna 83
4. Salmo en busca de Transcendencia 21
26. Salmo abierto a la Vida eterna 87
5. Desde la Armonía de la persona 23
27. Comprometida en la construcción del Reino 89
6. Salmo en clima de Armonía 27
28. Salmo de cara al Reino 93
7. En clima de soledad y silencio 29
29. Tenaz, como si hubiera visto al Invisible 95
8. Salmo desde la soledad y el silencio 33
30. Salmo de un corazón tenaz 99
9. En lo profundo del Corazón 35
31. Tan humana como divina;
10. Salmo desde el fondo del Corazón 39
tan divina como humana 101
11. Al ritmo de la Palabra de Vida 41
32. Salmo de lo divino y lo humano 105
12. Salmo al ritmo de la Palabra 45
33. Romero del Tercer Milenio 107
13. Con Jesús, único Mediador 47
34. Salmo de un Romero 111
14. Salmo al único Mediador 51
35. Con María, la Madre de Jesús 113
15. Al impulso del Espíritu 53
36. Salmo desde el corazón de María 117
16. Salmo al impulso del Espíritu 57
Algo así como «un clavado» 12 I
17. Al ritmo de la Liturgia 59

126 I.V
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