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¿Qué significa Mateo 11:12 (“los violentos lo arrebatan”)

Pregunta:

¿Qué significa Mateo 11:12 (“los violentos lo arrebatan”) ?

Respuesta:

Con un texto difícil es importante comenzar con el contexto.

Ya que se trata del reino de los cielos (también llamado el reino de Dios),
vale la pena notar primero que cuando vino Jesucristo, los judíos
esperaban la venida del Mesías (el ungido – el rey) para restaurar el poder
del reino de Dios a la nación de Israel. No obstante, su concepto era de un
reino nacionalista (de Israel) y materialista (poder militar) que los libraría
del imperio romano. Suponían que el Cristo (el Mesías) sería un campeón
de batalla (como el rey David) y que les ayudaría a volver a la supremacía
política y la abundancia material que gozaban durante el reinado de David
y Salomón. Aún los discípulos de Jesucristo, al principio, malentendieron la
naturaleza del reino y algunos de ellos buscaban posiciones de autoridad e
importancia en el reino con Cristo (Marcos 10:35-37; Lucas 22:24-27).

El contexto inmediato en Mateo 11 es la pregunta que los discípulos de


Juan el bautista le traen a Jesucristo: “¿Eres tú el que ha de venir, o
esperaremos a otro? (11:1-3). Cristo les refiere a las obras que Él hacía y
pronuncia una bendición sobre el individuo “que no se escandaliza de mí”
(11:4-6). Luego habló con las multitudes que antes habían llegado a Juan.
Les reafirma la grandeza espiritual de Juan, pero declara que “el más
pequeño en el reino de los cielos es mayor que él”, señalando así la
bendición superior del reino de Dios que estaba por comenzar (11:7-11).

Es en este contexto general del Cristo y Su reino que Jesucristo afirma que
desde el inicio del ministerio de Juan el Bautista hasta el momento en el
que les estaba hablando “el reino de los cielos sufre violencia, y los
violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12). Está hablando de las actitudes y
acciones de un grupo de personas llamadas “los violentos” durante un
período de tiempo muy específico que ellos mismos habían vivido y
seguían viviendo.

Luego en Mateo 11:13-15 lanza el desafío a Su generación a recibir la


verdad que Juan es el Elías profetizado por Malaquías (Malaquías 4:5,6), el
mensajero de Dios enviado para preparar el camino para el Señor Mismo
(Malaquías 3:1) cuando venga a limpiar Su templo por medio de juicio
(Malaquías 3:2-7). Enseguida los reprende por haber rechazado tanto a
Juan como también al Hijo del Hombre a pesar de los estilos distintos entre
los dos (Mateo 11:16-19). Sigue reprendiendo a algunas de las ciudades
más favorecidas con las señales hechas por Jesucristo (11:20-24) que, a
pesar de ello, no se arrepintieron. Glorifica a Dios por los humildes que lo
entendieron y creyeron (Mateo 11:25,26) e invita a los cansados y cargados
a sujetarse a Su yugo para recibir el descanso del alma (Mateo 11:27,28).

¿Cómo encaja la declaración de Mateo 11:12 con todo esto?

Antes de ofrecerle una explicación para su consideración, aprovechemos


otra ayuda que Dios nos ha dejado en un texto muy similar en Lucas
16:16). En Lucas 16 les está corrigiendo a los fariseos (amantes del dinero
que rechazaban su enseñanza acerca de la imposibilidad de servir a Dios y
a las riquezas al mismo tiempo (Lucas 16:14). “Vosotros sois los que os
justificáis a vosotros mismos delante de los hombres mas Dios conoce
vuestros corazones, porque lo que los hombres tienen por sublime, delante
de Dios es abominación” (Lucas 16:15). Luego dice, “La ley y los profetas
eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se
esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16).

En cierto sentido el contexto es distinto de Mateo 11 pero en ambos casos


les parece estar señalando que no tendrán éxito si siguen el camino que
ellos han escogido para entrar en el reino de Dios. El concepto que ellos
tenían del reino de Dios era material y nacionalista. Suponían que entraría
el reino con fuerza militar para vencer los enemigos de Israel. Tanto Juan el
bautista como también Jesucristo les habían llamado al arrepentimiento
para poder participar en el reino de los cielos. Ellos seguían con sus
conceptos materialistas. Los violentos pensaban que el establecimiento del
reino sería a través de la violencia material. En vez de sujetarse al mensaje
del reino predicado por Juan el Bautista y Jesucristo y humillarse al Rey
(Cristo), todo lo siguieron intentando manipular para lograr sus propios
fines materialistas.

Su respuesta a Juan por medio de sus discípulos aclara las obras


espirituales que introducen el reino y al mismo tiempo insiste que es
necesario aceptar que este Cristo Jesús humilde y espiritual es el Rey que
esperaban. La bendición del reino es para el que con fe y humildad “no se
escandaliza de mí” pero no para “los violentos”. La grandeza en el reino no
es la de los fuertes – “los violentos” – sino para los humildes.

Su exhortación a las multitudes es para aclararles que el Elías violento que


ellos esperaban no era el que Dios prometió sino que Juan mismo era el
mensajero que preparaba el camino del Señor para establecer Su reino no
con fuerza material sino con el mensaje del arrepentimiento. Si deseaban
entrar en el reino sería por venir a Jesucristo con sus cargas y
humildemente sujetarse al yugo de Cristo para lograr, no la victoria militar
sobre los enemigos ni la paz lograda por la fuerza material sino para
alcanzar el descanso del alma.

¿Quiénes son “los violentos”? En este contexto parecen ser los que tenían
un concepto material y violento del establecimiento del reino de Dios. A
pesar de la predicación de Juan y la de Jesucristo, persistían en sus
esfuerzos por arrebatar el reino de los cielos para sus propios fines
terrenales. Les advierte que todos sus esfuerzos por entrar en el reino
fracasarán.

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