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y
LOS DISCÍPULOS
CARA A CARA
MIRADA A LA VIDA
El hecho es que les costó mucho “CONOCER” a Jesús. Pero, aún más,
el aceptarle y seguirle. Y es que en su mismo entorno notan que Jesús,
para unos, es el Hijo del mismo Dios; pero, para otros (especialmente,
para sus jefes y gente que “sabe” mucho de estas cosas) es el hijo del
mismo diablo; en el mejor de los casos, un triste “soñador”, de algo que
está prometido -es verdad- a lo largo de su historia como pueblo, pero
que no tiene nada que ver con lo que sus ojos descubren en Jesús.
Y empezó a instruirlos:
- «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser
condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser
ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba todo con claridad.
HOY Y AQUÍ
Algo de esto les ocurre también a los “AMIGOS” del mismo Jesús. Por
un lado, se sienten entusiasmados con Él, con lo que les propone y
parecen estar convencidos de que lo definitivo está aquí, ya entre
nosotros. Pero, por otro lado, resulta que Jesús plantea un CAMINO
que no les gusta nada: servicio, entrega, sufrimiento… y todo esto,
hasta el extremo, hasta el final. Este planteamiento no termina de
gustarles a los suyos. Ni siquiera a Pedro, que aparentemente es el que más
“sabe” de Él. Y, lógicamente, Jesús se lo reprocha y, además, con palabras
duras: “¡Apártate de mi vista, Satanás! Tú piensas como los hombres, no
como Dios”.
ORACIÓN
Es sólo un deseo,
pero cuando los deseos son hermosos
nos llevan a ti.
El Espíritu es el que hace nacer
los deseos en el corazón.
A ti, Jesús, te gustan los deseos
de quien quiere verte.
CANTO
CRISTO MAESTRO,
TÚ ERES EL CAMINO,
VIDA VERDADERA Y ETERNA VERDAD.