Publicado a poco de concluida la dictadura militar, este libro no había vuelto a editarse hasta hoy. Horacio Verbitsky lo ha señalado como su favorito. Los generales, almirantes y brigadieres que asaltaron el poder en 1976 creían protagonizar una batalla decisiva de lo que llamaban la Tercera Guerra Mundial, cuando en realidad estaban apuntándole al pueblo que los había armado para su defensa. Esta equivocada lectura estratégica no solo los degrado a nivel de una policía brutal, responsable de los peores crímenes cometidos en dos siglos de historia republicana. También los condujo a la ocupación armada de una porción del territorio nacional que Gran Bretaña había arrebatado por la fuerza en el siglo XIX. Con una injustificada confianza en el apoyo de los Estados Unidos, ordenaron el desembarco del 2 de abril de 1982. Los 75 días de combates ocurridos a raíz de la reacción británica y del apoyo logístico estadounidense concluyeron con la humillante derrota de las tropas argentinas. Las consecuencias se sienten hasta hoy, dos décadas mas tarde. Las artes de manipulación informativa desarrolladas durante la guerra sucia volvieron a desplegarse en este verdadero conflicto internacional, con resultados catastróficos. Lejos de confundir al enemigo la propaganda de la dictadura, que Verbitsky coteja día por día con los episodios reales de la guerra, engañó al pueblo argentino que el 14 junio despertó a una amarga decepción.
Publicado a poco de concluida la dictadura militar, este libro no había vuelto a editarse hasta hoy. Horacio Verbitsky lo ha señalado como su favorito. Los generales, almirantes y brigadieres que asaltaron el poder en 1976 creían protagonizar una batalla decisiva de lo que llamaban la Tercera Guerra Mundial, cuando en realidad estaban apuntándole al pueblo que los había armado para su defensa. Esta equivocada lectura estratégica no solo los degrado a nivel de una policía brutal, responsable de los peores crímenes cometidos en dos siglos de historia republicana. También los condujo a la ocupación armada de una porción del territorio nacional que Gran Bretaña había arrebatado por la fuerza en el siglo XIX. Con una injustificada confianza en el apoyo de los Estados Unidos, ordenaron el desembarco del 2 de abril de 1982. Los 75 días de combates ocurridos a raíz de la reacción británica y del apoyo logístico estadounidense concluyeron con la humillante derrota de las tropas argentinas. Las consecuencias se sienten hasta hoy, dos décadas mas tarde. Las artes de manipulación informativa desarrolladas durante la guerra sucia volvieron a desplegarse en este verdadero conflicto internacional, con resultados catastróficos. Lejos de confundir al enemigo la propaganda de la dictadura, que Verbitsky coteja día por día con los episodios reales de la guerra, engañó al pueblo argentino que el 14 junio despertó a una amarga decepción.
Publicado a poco de concluida la dictadura militar, este libro no había vuelto a editarse hasta hoy. Horacio Verbitsky lo ha señalado como su favorito. Los generales, almirantes y brigadieres que asaltaron el poder en 1976 creían protagonizar una batalla decisiva de lo que llamaban la Tercera Guerra Mundial, cuando en realidad estaban apuntándole al pueblo que los había armado para su defensa. Esta equivocada lectura estratégica no solo los degrado a nivel de una policía brutal, responsable de los peores crímenes cometidos en dos siglos de historia republicana. También los condujo a la ocupación armada de una porción del territorio nacional que Gran Bretaña había arrebatado por la fuerza en el siglo XIX. Con una injustificada confianza en el apoyo de los Estados Unidos, ordenaron el desembarco del 2 de abril de 1982. Los 75 días de combates ocurridos a raíz de la reacción británica y del apoyo logístico estadounidense concluyeron con la humillante derrota de las tropas argentinas. Las consecuencias se sienten hasta hoy, dos décadas mas tarde. Las artes de manipulación informativa desarrolladas durante la guerra sucia volvieron a desplegarse en este verdadero conflicto internacional, con resultados catastróficos. Lejos de confundir al enemigo la propaganda de la dictadura, que Verbitsky coteja día por día con los episodios reales de la guerra, engañó al pueblo argentino que el 14 junio despertó a una amarga decepción.